Reportaje

Mantener disponible la paliación de daños en Ucrania

09 de marzo de 2022

Diez días después del inicio de la invasión rusa en Ucrania, ONUSIDA habló con Oleksii Kvytkovskyi, el director del Centro de Recursos de Volna Donbás de la Asociación Ucraniana de Personas con Drogadicción, una organización no gubernamental que trabaja con personas que se inyectan drogas en Ucrania.

¿Cómo se encuentra, Oleksii?

Estoy cansado del miedo y de huir.  He decidido que seguiré haciendo lo que llevo haciendo los últimos 14 años: defender los derechos de las comunidades clave, sobre todo, de las personas que se inyectan drogas y de las que están en situación de necesidad.

¿No es la primera vez que se topa con la guerra?

Hace ocho años, estaba allí cuando la Federación de Rusia atacó la parte oriental de Ucrania y, como sabe, ahora son repúblicas autoproclamadas.  Tengo tres hijos y dos nacieron durante ese conflicto, uno en 2014 y el otro en 2019.

Sigo trabajando en cuatro ciudades en el óblast (región) de Lugansk, controladas por el Gobierno ucraniano, localizadas casi en la primera línea de combate: Severodonetsk, Lysychansk, Rubizhne y Kreminna.

¿Qué hace actualmente en su trabajo?

En la organización no gubernamental recibimos y repartimos terapias de sustitución de opiáceos (TSO) y alimentos y agua a los que lo necesitan. La cantidad de TSO que tenemos solo nos llega hasta final de mes. Son solo unos 28 días, y después no sé qué haremos.

También es difícil acceder a terapia antirretroviral en algunas ciudades. Básicamente, vemos a quién le falta qué y si hay riesgos de interrupción.

¿Se han ido muchas personas de su zona?

Muy pocas personas pueden marcharse porque no tienen suficiente dinero para hacerlo. Hasta ahora, la prioridad ha sido evacuar a mujeres, a niños pequeños y a personas mayores.

Nuestra organización no gubernamental se dirigió a las organizaciones internacionales y hemos recibido asistencia de la Red de Reducción de Daños de Eurasia, la Red de Personas que Consumen Drogas de Eurasia y Volna, y eso nos ha ayudado mucho para proporcionar asistencia con carácter urgente.

¿Y usted?

Supliqué a mi mujer que se fuera con los niños a Lviv. Incluso encontré un lugar en el que podrían haber vivido, pero ella dijo que no me abandonaría, así que se han quedado aquí.

Pero tengo miedo. Estoy nervioso por mis hijos y mi querida esposa.

¿Qué le hace seguir adelante?

Voy a trabajar todos los días.  Las personas me preguntan si temo perder la vida. Mi respuesta es la siguiente: «cuando se resuelven los problemas de alguien, uno se olvida del miedo y de la guerra sin ser consciente. Entonces, resolver el problema de una persona de la comunidad se convierte en un objetivo clave, así que uno se prepara para ayudar como sea».