Un nuevo informe de ONUSIDA destaca el derecho a la salud como clave para poner fin al sida
CIUDAD DEL CABO/GINEBRA, 20 de noviembre de 2017 — Se están logrando progresos notables en el tratamiento del VIH. En vísperas del Día Mundial del Sida, ONUSIDA ha presentado un nuevo informe que muestra que el acceso al tratamiento ha aumentado significativamente. En 2000, solo 685 000 personas que vivían con el VIH tenían acceso al tratamiento antirretrovírico. En junio de 2017, alrededor de 20,9 millones de personas tenían acceso a esos medicamentos vitales. Ese aumento tan espectacular no habría sido posible sin el coraje y la determinación de las personas que viven con el VIH que exigen y reivindican sus derechos, respaldados por un liderazgo y un compromiso financiero firmes y constantes.
«Muchas personas no recuerdan que en el año 2000 en Sudáfrica solo había 90 personas en tratamiento», afirmó en Khayelitsha (Sudáfrica) el Director Ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé. «En la actualidad, Sudáfrica cuenta con el mayor programa mundial de ese tratamiento que salva vidas, con más de 4 millones de personas en tratamiento. Este es el tipo de aceleración que necesitamos estimular, sostener y replicar».
El aumento del número de personas que reciben tratamiento está haciendo que más personas que viven con el VIH se mantengan vivas y sanas. La investigación científica también ha demostrado que una persona que vive con el VIH que se adhiere a un régimen de tratamiento antirretrovírico eficaz tiene hasta un 97 % menos de probabilidades de transmitir el VIH. A medida que se ha ido ampliando el acceso al tratamiento a las mujeres embarazadas que viven con el VIH, se han reducido rápidamente las nuevas infecciones por el VIH en los niños. Entre 2010 y 2016, las nuevas infecciones por el VIH en los niños se redujeron en un 56 % en África oriental y meridional, la región más afectada por el VIH, y en un 47 % a nivel mundial.
«En 2001, la primera persona en Khayelitsha comenzó el tratamiento del VIH. Hoy en día aquí hay casi 42 000 personas en tratamiento. El éxito del programa de tratamiento de Khayelitsha es un microcosmos del éxito masivo del programa de VIH de Sudáfrica», afirmó Aaron Motsoaledi, Ministro de Salud de Sudáfrica.
Los retos actuales consisten en garantizar que los 15,8 millones de personas que necesitan tratamiento puedan acceder a los medicamentos y volver a situar la prevención del VIH en lo alto de los programas de salud pública, especialmente en los países en los que están aumentando las nuevas infecciones por el VIH.
El nuevo informe de ONUSIDA, Mi salud, mi derecho, destaca que las personas más marginadas de la sociedad y las más afectadas por el VIH siguen enfrentándose a grandes dificultades para acceder a los servicios sanitarios y sociales que tan urgentemente necesitan. Sin embargo, el informe también ofrece ejemplos innovadores de cómo están respondiendo las comunidades marginadas.
En la India, por ejemplo, un colectivo de profesionales del sexo ha capacitado a trabajadoras sexuales para que trabajen como auxiliares de enfermería, proporcionando servicios de salud sin estigma a ese sector y a la comunidad en general. En Uganda, grupos de abuelas confeccionan y venden cestas tradicionales para poder pagar la escolarización de los nietos a su cargo que perdieron a sus padres a causa del sida.
En 2016, alrededor de 1,8 millones de personas contrajeron la infección por el VIH, lo que representa una disminución del 39 % con respecto a los 3 millones de personas que contrajeron la infección en el pico de la epidemia a finales de los años noventa. En el África subsahariana, las nuevas infecciones por el VIH han disminuido en un 48 % desde 2000.
Sin embargo, las nuevas infecciones por el VIH están aumentando a un ritmo rápido en los países que no han ampliado los servicios de salud y VIH a las zonas y poblaciones donde son más eficaces. En Europa oriental y Asia central, por ejemplo, las nuevas infecciones por el VIH han aumentado en un 60 % desde 2010 y las muertes relacionadas con el sida en un 27 %.
Se encuentran referencias al derecho a la salud en la legislación regional e internacional, en tratados y declaraciones de las Naciones Unidas y en leyes y constituciones nacionales de todo el mundo. El derecho a la salud se define en el artículo 12 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales como el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental. Esto incluye el derecho de todas las personas, también las que viven con el VIH y las que están afectadas por él, a la prevención y el tratamiento de la mala salud, a tomar decisiones sobre su propia salud y a ser tratadas con respeto y dignidad y sin discriminación.
El informe de ONUSIDA Mi salud, mi derecho deja claro que los Estados tienen obligaciones básicas en materia de derechos humanos para respetar, proteger y cumplir el derecho a la salud.
El informe da voz a las comunidades más afectadas por el VIH —incluidas las personas que viven con el VIH, las profesionales del sexo, las personas que consumen drogas, los hombres homosexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres y los jóvenes— para que manifiesten qué significa para ellos el derecho a la salud.
«Hace casi veinte años, la lucha se centraba en el acceso al tratamiento. Ahora, mi lucha no es solo cuestión de acceso, sino también de garantizar que tenga el apoyo que necesito para llevar una vida sana y positiva. Ese es mi derecho a la salud», afirma Cindy Mguye, representante de la sociedad civil.
Dondequiera que el derecho a la salud está en peligro, el VIH se propaga. En el África subsahariana, por ejemplo, el 67 % de las nuevas infecciones por el VIH entre los jóvenes se producen entre mujeres jóvenes y niñas de 15 a 24 años. Los estudios han demostrado que un gran número de mujeres jóvenes y niñas de la región contrae el VIH de hombres mayores, lo que plantea múltiples preocupaciones sobre la capacidad de las mujeres jóvenes y las niñas para negociar relaciones sexuales más seguras, permanecer en el sistema educativo y acceder a servicios de salud sexual y reproductiva apropiados para su edad.
Los estudios también han demostrado las dificultades a que se enfrentan los servicios de salud para llegar a los hombres con las pruebas y el tratamiento del VIH, así como a los servicios de salud en general, lo que demuestra el desafío de alentarlos a ejercer su derecho a la salud. En 2016, los hombres en el África subsahariana tenían un 18 % menos de probabilidades de acceder al tratamiento y un 8 % más de probabilidades de morir por enfermedades relacionadas con el sida que las mujeres.
Además, el informe Mi salud, mi derecho es una clara demostración de los retos que se avecinan en los esfuerzos por poner fin a la epidemia del sida como amenaza para la salud pública para 2030, como se señala en la Declaración política de las Naciones Unidas sobre el fin del sida de 2016.
En el informe se subraya que para reducir las nuevas infecciones por el VIH y las muertes relacionadas con el sida y garantizar el acceso a los servicios de salud esenciales, es preciso aumentar la financiación para atender las necesidades de salud. También ofrece ejemplos de cómo mejorar la financiación, incluido el aumento de la proporción del gasto sanitario en las economías nacionales, el ahorro mediante la eficiencia y la asociación con el sector privado. El déficit de financiación para el VIH se estima en 7 000 millones de dólares para 2020.
ONUSIDA ha establecido un programa para acelerar la respuesta al VIH para 2020 con vistas a poner fin a la epidemia de sida como amenaza para la salud pública para 2030. Seguirá trabajando en estrecha colaboración con sus copatrocinadores y asociados para garantizar que todas las personas, en cualquier lugar, puedan ejercer su derecho a la salud y acceder a los servicios sanitarios y sociales que necesiten.
Se estima que en 2016 (y en junio de 2017*):
*20,9 millones [18,4 millones–21,7 millones] de personas estaban accediendo al tratamiento antirretrovírico (en junio de 2017)
36,7 millones [30,8–42,9 millones] de personas vivían con el VIH en el mundo
1,8 millones [1,6–2,1 millones] de personas se infectaron con el VIH
1,0 millones [830 000–1,2 millones] de personas murieron a causa de enfermedades relacionadas con el sida
ONUSIDA
El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.