PEPFAR anuncia avances constantes en la lucha contra el VIH

06 de diciembre de 2017

Los nuevos resultados del Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del Sida (PEPFAR) anunciados en el Día Mundial del Sida de 2017 muestran importantes avances en la ampliación de la prevención y el tratamiento del VIH.

ONUSIDA informó recientemente de que cerca de 21 millones de personas que viven con el VIH están accediendo al tratamiento antirretrovírico, lo que significa que más de la mitad de los 36,7 millones de personas que viven con el VIH siguen hoy en día un tratamiento que salva vidas. Los datos más recientes de PEPFAR muestran que el Plan prestó apoyo a más de 13,3 millones de esos hombres, mujeres y niños.

Los nuevos datos de PEPFAR también indican que ha habido un descenso significativo en el número de nuevas infecciones por el VIH entre las adolescentes y las mujeres jóvenes. En los 63 distritos de los 10 países africanos en los que está en marcha la innovadora iniciativa de colaboración pública y privada DREAMS (por las siglas en inglés para Determinados, Resilientes, Empoderados, Libres de sida, Informados y Seguros) de PEPFAR, la mayoría (65%) de las comunidades o distritos con la carga del VIH más elevada alcanzaron un descenso mayor al 25% en las cifras de nuevas infecciones por el VIH entre las adolescentes y las mujeres jóvenes. Es importante destacar que las nuevas infecciones por el VIH descendieron en prácticamente todos los distritos del programa DREAMS.

A finales de septiembre de 2017 PEPFAR había facilitado la circuncisión médica masculina voluntaria a más de 15,2 millones de hombres y niños. Este resultado se alcanzó gracias al incremento más importante (de 3,4 millones) producido en único año desde los inicios de PEPFAR en el número de nuevas circuncisiones médicas masculinas voluntarias.

PEPFAR ha prestado apoyo a más de 6,4 millones de huérfanos y otros niños vulnerables y sus cuidadores, afectados por el VIH, y ha evitado la infección por el VIH de 2,2 millones de bebés nacidos de madres que viven con el VIH.

Los nuevos datos se suman a los resultados de impacto de PEPFAR publicados el año pasado, que muestran que cinco países de África están cerca de controlar sus epidemias de VIH. Así mismo, destacan los avances fundamentales que se han logrado bajo la Estrategia de PEPFAR para Acelerar el Control de la Epidemia de VIH/Sida (2017-2020), que Rex Tillerson, secretario de estado de los Estados Unidos, lanzó en la Asamblea General de las Naciones Unidas de 2017.

Citas

“Estamos en un momento sin precedentes en la respuesta mundial al sida. Nuestros últimos resultados muestran con claridad el impacto tan significativo del Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del Sida en la aceleración de los esfuerzos de prevención y tratamiento del VIH”.

Deborah Birx coordinadora mundial de los Estados Unidos para el sida y representante especial para la Diplomacia Sanitaria Mundial

Asociado

PEPFAR

Naomi Capmbell, Marc Jacobs y ONUSIDA anuncian su colaboración en una camiseta de edición limitada para el Día Mundial del Sida

01 de diciembre de 2017

 

Ginebra, 1 de diciembre de 2017.— El célebre diseñador de moda Marc Jacobs ha diseñado una camiseta de edición limitada para recaudar fondos para las actividades de ONUSIDA en apoyo a todas las personas que viven con el VIH o afectadas por él a lo largo de todo el mundo. La camiseta costará 55 dólares y podrá comprarse en marcjacobs.com.

La camiseta gira entorno al mismo tema que la campaña del Día Mundial del Sida de este año, #myrighttohealth: que todas las personas, independientemente de quiénes sean o dónde vivan, tienen derecho a la salud.

La idea inicial de esta colaboración fue de la actriz, modelo y activista Naomi Campbell.

“Colaborar con Marc Jacobs me pareció lo más adecuado”, explicaba la Sra. Campbell. “Dada su comprensión de la epidemia mundial de VIH y de los muchos amigos que hemos perdido por culpa de esta enfermedad, no se me ocurre nadie mejor con quien seguir trabajando en la difusión de la labor de ONUSIDA”.

A ONUSIDA le entusiasma trabajar con la Sra. Campbell y el Sr. Jacobs, que llevan mucho tiempo defendiendo una respuesta al sida en la que no se excluya a nadie. La colaboración ha sido coordinada por la CAA Foundation, la rama filantrópica de la Creative Artists Agency (CAA), que representa a la Sra. Campbell.

“La larga historia de compromiso de Naomi Campbell con la acción humanitaria es extraordinariamente encomiable y honesta”, afirmaba el Sr. Jacobs. “Fue todo un honor que me pidiera colaborar en esta camiseta en apoyo a ONUSIDA como parte del esfuerzo constante por concienciar sobre esta causa de importancia mundial”.

La Sra. Campbell y el Sr. Jacobs están especialmente interesados en concienciar sobre la vulnerabilidad de los jóvenes ante el VIH. Se estima que en 2016 hubo 610 000 nuevas infecciones por el VIH entre los jóvenes de 15 a 24 años, y el 59% de las nuevas infecciones por el VIH en dicho grupo de edad se produjo entre mujeres jóvenes. En el este y el sur de África las mujeres entre 15 y 24 años representan dos tercios de las nuevas infecciones por el VIH entre este grupo de edad.

“Las jóvenes se enfrentan a muchos retos en su transición a la vida adulta y, a menudo, son demasiadas las reglas que están en su contra”, decía Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA. “Esta camiseta especial ayudará a que en ONUSIDA continuemos con nuestro trabajo de tratar de nivelar el campo de juego y de hacer que las jóvenes avancen y puedan tomar decisiones independientes y significativas para sus vidas, y reivindicar su derecho a la salud”.

Las desigualdades de género, incluida la violencia de género, agravan la vulnerabilidad de las mujeres y las niñas ante el VIH, y obstaculizan su acceso a los servicios para el VIH. A los jóvenes a menudo se les niega la información y la libertad que necesitan para tomar decisiones libres y fundadas en relación a su salud sexual, y la mayoría carece de los conocimientos necesarios para protegerse del VIH. Las investigaciones también ponen de manifiesto la importancia de que las niñas sigan en la escuela el mayor tiempo posible, ya que las jóvenes sin formación académica tienen el doble de posibilidades de contraer el VIH que las jóvenes que sí que la han recibido.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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Conocer la respuesta al sida en Canadá

01 de diciembre de 2017

Durante la visita que realizó del 29 de noviembre al 1 de diciembre a Ottawa, Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA, discutió con los funcionarios las formas de fortalecer la colaboración con el Gobierno de Canadá y se reunió con representantes de la sociedad civil.

El Sr. Sidibé visitó el Comité del Sida de Ottawa (ACO, por sus siglas en inglés) para conocer de primera mano cómo está respondiendo esta organización de primera línea que presta servicios relativos al sida a la crisis de opiáceos en Canadá. Los éxitos y los desafíos de la respuesta al VIH en Canadá se pusieron de manifiesto en una mesa redonda con organizaciones de la sociedad civil canadiense, durante la que el Sr. Sidibé subrayó que el entusiasmo de la sociedad civil es fundamental para ampliar las respuestas y conseguir que el acceso a la prevención, el tratamiento, la asistencia y el apoyo en relación al VIH sea universal.

El Sr. Sidibé también se reunió con Marie-Claude Bibeau, ministra de Desarrollo Internacional y de la Francofonía, y con Diane Jacovella, viceministra de Desarrollo Internacional, quienes destacaron los progresos que se han logrado en la prevención de las nuevas infecciones por el VIH y el importante impacto que dichos esfuerzos están teniendo en la salud de las mujeres, incluyendo su salud y sus derechos sexuales y reproductivos.

Durante una reunión abierta, el Sr. Sidibé habló con altos funcionarios públicos sobre los enfoques sanitarios basados en los derechos humanos y sobre cómo la respuesta al VIH puede ser el catalizador que acelere los avances en aras de lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Compartió sus expectativas y puntos de vista sobre las oportunidades para poner fin al sida, y habló sobre la reciente reforma de ONUSIDA. Se discutió la relación entre la salud sexual y reproductiva y el VIH y la necesidad de reformar la arquitectura de la salud mundial y lograr que sea más eficaz.

El Sr. Sidibé también se reunió con Ginette Petitpas Taylor, ministra de Salud, y con Jane Philpott, ministra de Servicios Indígenas, para tratar la epidemia de VIH en Canadá y escuchar sus puntos de vista sobre las necesidades y retos actuales en la respuesta al sida en el país, especialmente entre las poblaciones indígenas. Se hizo hincapié en que la tuberculosis y la hepatitis son causas principales de muerte entre los pueblos indígenas de Canadá. Debatieron acerca de cómo la colaboración entre ONUSIDA y Canadá puede contribuir a que se aborden las necesidades especiales de los pueblos indígenas.

La visita finalizó el Día Mundial del Sida, cuando se presentó un informe revelador sobre la creciente implicación de los hombres en los servicios sanitarios y el Sr. Sidibé junto con la Sra.Bibeau, la Sra. Petitpas Taylor y los representantes de las personas que viven con el VIH izaron una bandera en Parliament Hill, sede del Parlamento de Canadá. 

Citas

“Necesitamos del liderazgo canadiense para conseguir la justicia social y poner fin a la epidemia de sida para 2030”.

Michel Sidibé director ejecutivo de ONUSIDA

“Por las mujeres y las niñas, y también por los hombres y los niños, tenemos que abordar la desigualdad de género que permite que el VIH prolifere. El informe de ONUSIDA de este año nos indica que es menos probable que los hombres se hagan la prueba del VIH o que busquen ayuda médica cuando están enfermos y, si acceden al tratamiento, es menos probable que lo sigan. Debemos hacer un trabajo mejor para llegar a nuestros hombres y jóvenes con los servicios para el VIH, tanto por ellos como por sus parejas y familias”.

Marie-Claude Bibeau ministra de Desarrollo Internacional y de la Francofonía de Canadá

“Canadá está comprometida con los objetivos de tratamiento 90-90-90 de ONUSIDA y con el objetivo de eliminar el sida para 2030. En Canadá contamos con importantes proyectos comunitarios y de investigación que reflejan la prioridad del gobierno en cuanto a apoyar la prevención, reducir el estigma y la discriminación y aumentar el acceso a las pruebas y el tratamiento para las personas que viven con el VIH y otras enfermedades de transmisión sexual y sanguínea”.

Ginette Petitpas Taylor ministra de Salud de Canadá

En el Día Mundial del Sida, ONUSIDA advierte que los hombres tienen menos probabilidades de acceder al tratamiento del VIH y mayores de morir de enfermedades relacionadas con el sida

30 de noviembre de 2017

Un nuevo informe de ONUSIDA muestra un área de dificultad para llegar a los hombres con los servicios para el VIH

OTTAWA/GINEBRA, 1º de diciembre de 2017—En el Día Mundial del Sida, ONUSIDA publicó un nuevo informe que revela una menor probabilidad de que los hombres se realicen la prueba de VIH y accedan a la terapia antirretrovírica, y una probabilidad mayor de que mueran de enfermedades relacionadas con el sida. El informe Blind spot (punto ciego) señala que a escala mundial menos de la mitad de los hombres que viven con el VIH se encuentran en tratamiento, en comparación con el 60% de las mujeres. Los estudios muestran que los hombres son más propensos que las mujeres a comenzar el tratamiento tarde, a interrumpirlo, y a ser inaccesibles a la hora del seguimiento terapéutico.

«Abordar las desigualdades que ponen en riesgo a las mujeres y niñas de contraer el VIH se encuentra en el primer plano de la respuesta al sida», dijo Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA. «Pero existe un área de dificultad en cuanto a los hombres: estos no están utilizando los servicios para prevenir el VIH o realizarse la prueba de VIH, ni están accediendo al tratamiento en la medida en la que lo están haciendo las mujeres».

En África subsahariana, los hombres y niños que viven con el VIH tienen un 20% menos de probabilidades de conocer su estado serológico y un 27% menos de acceder al tratamiento que las mujeres y niñas que viven con el VIH. En KwaZulu-Natal, la provincia con la prevalencia del VIH más alta de Sudáfrica, solo uno de cada cuatro hombres de 20 a 24 años de edad que vivían con el VIH en 2015 sabían que tenían el virus.

En África occidental y central, una región que lucha por responder con eficacia al VIH, solo el 25% de los hombres que viven con el VIH están recibiendo el tratamiento. Cuando las personas no están en tratamiento, es más probable que transmitan el VIH.

«Cuando los hombres tienen acceso a los servicios de prevención y tratamiento del VIH, el beneficio se triplica», dijo Sidibé. «Estos se protegen, protegen a sus parejas sexuales, y también a sus familias».

El informe pone de relieve datos de África subsahariana que indican que el uso del preservativo durante las relaciones sexuales con una pareja no habitual es menor entre los hombres mayores, quienes también son más propensos a vivir con el VIH —el 50% de los hombres de 40 a 44 años y el 90% de los hombres de 55 a 59 años informaron no usar preservativo—. Estos datos coinciden con estudios que muestran un ciclo de transmisión del VIH de los hombres mayores a las mujeres más jóvenes, y de las mujeres adultas a los hombres adultos de edad similar en lugares con una alta prevalencia del VIH.

El informe Blind spot también indica que la prevalencia del VIH es sistemáticamente mayor entre los hombres en los grupos de población clave. Fuera de África oriental y meridional, el 60% de las nuevas infecciones por el VIH entre los adultos se producen entre los hombres. El informe describe las dificultades notables que enfrentan los hombres de los grupos de población clave para acceder a los servicios para el VIH, entre ellas la discriminación, el hostigamiento y la negación de los servicios de salud.

Los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres son 24 veces más propensos a contraer el VIH que los hombres de la población general, y en más de dos docenas de países, la prevalencia del VIH entre los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres es del 15% o mayor. No obstante, estudios recientes sugieren que el uso del preservativo está disminuyendo en Australia, Europa y Estados Unidos de Norteamérica. En Estados Unidos, por ejemplo, el porcentaje de hombres homosexuales seronegativos y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres que no usan preservativo durante el acto sexual aumentó del 35% al 41% entre 2011 y 2014.

«No podemos permitir que se instale la autocomplacencia», dijo Sidibé. «Si esto sucede, el VIH cobrará fuerza y nuestras esperanzas de poner fin a la epidemia de sida en 2030 se harán trizas».

El informe Blind spot señala que cerca del 80% de los 11,8 millones de personas que se inyectan drogas son hombres, y que la prevalencia del VIH entre estas supera el 25% en varios países. El uso del preservativo entre las personas que se inyectan drogas es bajo en casi todo el mundo, y el porcentaje de hombres que para hacerlo utilizaron material de inyección estéril durante la última inyección de drogas varía de país en país. En Ucrania, por ejemplo, el porcentaje de hombres que se inyectan drogas que usaron una aguja estéril en la última inyección fue superior al 90%, mientras que en Estados Unidos, solo alrededor del 35% utilizó una aguja estéril.

En los establecimientos penitenciarios, donde el 90% de los presos son hombres, se estima que la prevalencia del VIH se encuentra entre el 3% y el 8%, aunque los preservativos y los servicios para la reducción de daños rara vez se encuentran disponibles para la población carcelaria.

Si bien las pruebas de VIH han podido llegar a las mujeres, especialmente las que usan los servicios prenatales, no se han podido encontrar los mismos puntos de acceso para los hombres, lo que limita la aceptación de las pruebas de VIH entre los hombres.

«El concepto de masculinidad tóxica y los estereotipos masculinos crean condiciones para que las prácticas sexuales más seguras, realizarse la prueba de VIH, y el acceso y cumplimiento del tratamiento —o incluso las conversaciones sobre sexualidad— sean un desafío para los hombres», dijo Sidibé. «Pero los hombres tienen que hacerse cargo. Esta baladronada está costando vidas».

El informe expone la necesidad de invertir en los niños y las niñas a edad temprana, asegurándose de que estos tengan acceso a una educación sexual integral y adecuada para la edad, que aborde la igualdad de género y que se base en los derechos humanos, para crear relaciones sanas y promover conductas con propósitos saludables tanto para los niños como para las niñas.

El informe muestra que los hombres visitan los centros de atención sanitaria con menor frecuencia que las mujeres, se realizan menos controles de salud y reciben diagnósticos de enfermedades que pueden ser mortales en estadios más avanzados que las mujeres. En Uganda, algunos hombres informaron que preferirían evitar saber su estado serológico y recibir el tratamiento que puede salvar vidas, pues asociaban el ser seropositivos al estigma de la castración. Un estudio de Sudáfrica mostró que el 70% de los hombres que habían muerto de enfermedades relacionadas con el sida nunca habían buscado atención para el VIH.

El informe alienta a los programas de VIH a fomentar que los hombres usen los servicios sanitarios y a hacer que estos servicios sean accesibles con mayor facilidad para los hombres. Esto incluye facilitar servicios de salud personalizados que comprendan más horas de atención, la utilización de farmacias para ofrecer a los hombres servicios sanitarios, llegar a ellos en sus lugares de trabajo y esparcimiento, incluidos los bares y clubes deportivos, y usar las nuevas tecnologías de comunicación, como las aplicaciones para teléfonos móviles.

También insta al logro de un ámbito legal y de políticas propicio, que aborde las barreras comunes al acceso a los servicios para el VIH, especialmente para los grupos de población clave, y que pueda adaptarse a las necesidades y realidades diversas de los hombres y niños. 

El informe Blind spot señala que al posibilitar que los hombres permanezcan libres del VIH, se realicen las pruebas con regularidad y comiencen y permanezcan en tratamiento si son seropositivos, los beneficios no solo mejorarán los resultados de la salud masculina, sino que también contribuirán a reducir las nuevas infecciones por el VIH entre las mujeres y las niñas y a cambiar las costumbres de género dañinas.


Se estima que en 2016 (y en junio de 2017*):

*20,9 millones [18,4–21,7 millones] de personas estaban accediendo a la terapia antirretrovírica

36,7 millones [30,8–42,9 millones] de personas en todo el mundo vivían con VIH

1,8 millones [1,6–2,1 millones] de personas contrajeron la infección por el VIH

1 millón [830 000–1,2 millones] de personas murieron a causa de enfermedades relacionadas con el sida

 

ONUSIDA

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Mensaje para el Día Mundial del Sida de 2017

24 de noviembre de 2017

1º de diciembre de 2017

Michel Sidibé

Director Ejecutivo de ONUSIDA

Subsecretario General de las Naciones Unidas

 

En este Día Mundial del Sida, queremos subrayar la importancia del derecho a la salud y los desafíos que enfrentan las personas que viven con el VIH para satisfacer ese derecho.

El derecho a la salud es un derecho humano fundamental —todas las personas tienen el derecho de gozar del mayor nivel posible de salud física y mental— consagrado en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

El mundo no alcanzará los Objetivos de Desarrollo Sostenible —entre ellos el de poner fin a la epidemia de sida para 2030— si las personas no satisfacen su derecho a la salud. El derecho a la salud guarda interrelación con una serie de otros derechos, entre ellos de saneamiento, alimentación, vivienda digna, condiciones laborales saludables y de un entorno sano.

El derecho a la salud significa muchas cosas diferentes: que ninguna persona tenga mayor derecho a la salud que cualquier otra; que exista una infraestructura de servicios de atención sanitaria adecuada; que los servicios de atención sanitaria sean respetuosos y no discriminatorios, y que la atención sanitaria sea la adecuada en términos médicos y de buena calidad. Pero el derecho a la salud es más que eso: al satisfacerlo, los sueños de las personas y las promesas se pueden cumplir.

Cada Día Mundial del Sida traemos a la memoria a nuestros familiares y amigos que murieron de enfermedades relacionadas con el sida, y renovamos nuestro compromiso de solidaridad con todas las personas que viven con el VIH o están afectadas por este.

Desde el comienzo, la respuesta al sida se construyó sobre la base del derecho fundamental a la salud y el bienestar. La comunidad de personas comprometidas con la respuesta al sida fomentó sistemas para la salud basados en los derechos, y para acelerar los esfuerzos para que el mundo comprendiera qué es el VIH: cómo prevenirlo y cómo tratarlo.

Demasiadas personas —especialmente las más marginadas y más afectadas por el VIH— todavía bregan para tener acceso a los servicios sanitarios y sociales que necesitan con urgencia. Todos debemos continuar hombro a hombro junto a los olvidados y exigir que a nadie se le nieguen sus derechos humanos.

Este año hemos visto acciones significativas en la consecución de los objetivos de tratamiento 90-90-90 con miras a acabar con la epidemia de sida en 2030. Cerca de 21 millones de personas que viven con el VIH se encuentran ahora en tratamiento y las nuevas infecciones por el VIH y las muertes relacionadas con el sida están disminuyendo en muchas partes del mundo. Sin embargo, no debemos darnos por satisfechos. En Europa oriental y Asia central, las nuevas infecciones por el VIH han aumentado 60% desde 2010 y las muertes relacionadas con el sida, 27%. África occidental y central todavía permanecen en el olvido. Dos de cada tres personas no tienen acceso al tratamiento. No podemos tener un abordaje a dos velocidades para poner fin a la epidemia de sida.

A pesar de todos los éxitos, aún no hemos acabado con la epidemia. Pero asegurarnos de que todas las personas de todas partes tengan acceso al derecho a la salud lo hace posible.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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ONUSIDA anuncia que casi 21 millones de personas que viven con el VIH reciben tratamiento actualmente

20 de noviembre de 2017

Un nuevo informe de ONUSIDA destaca el derecho a la salud como clave para poner fin al sida

CIUDAD DEL CABO/GINEBRA, 20 de noviembre de 2017 — Se están logrando progresos notables en el tratamiento del VIH. En vísperas del Día Mundial del Sida, ONUSIDA ha presentado un nuevo informe que muestra que el acceso al tratamiento ha aumentado significativamente. En 2000, solo 685 000 personas que vivían con el VIH tenían acceso al tratamiento antirretrovírico. En junio de 2017, alrededor de 20,9 millones de personas tenían acceso a esos medicamentos vitales. Ese aumento tan espectacular no habría sido posible sin el coraje y la determinación de las personas que viven con el VIH que exigen y reivindican sus derechos, respaldados por un liderazgo y un compromiso financiero firmes y constantes.

«Muchas personas no recuerdan que en el año 2000 en Sudáfrica solo había 90 personas en tratamiento», afirmó en Khayelitsha (Sudáfrica) el Director Ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé. «En la actualidad, Sudáfrica cuenta con el mayor programa mundial de ese tratamiento que salva vidas, con más de 4 millones de personas en tratamiento. Este es el tipo de aceleración que necesitamos estimular, sostener y replicar».

El aumento del número de personas que reciben tratamiento está haciendo que más personas que viven con el VIH se mantengan vivas y sanas. La investigación científica también ha demostrado que una persona que vive con el VIH que se adhiere a un régimen de tratamiento antirretrovírico eficaz tiene hasta un 97 % menos de probabilidades de transmitir el VIH. A medida que se ha ido ampliando el acceso al tratamiento a las mujeres embarazadas que viven con el VIH, se han reducido rápidamente las nuevas infecciones por el VIH en los niños. Entre 2010 y 2016, las nuevas infecciones por el VIH en los niños se redujeron en un 56 % en África oriental y meridional, la región más afectada por el VIH, y en un 47 % a nivel mundial.

«En 2001, la primera persona en Khayelitsha comenzó el tratamiento del VIH. Hoy en día aquí hay casi 42 000 personas en tratamiento. El éxito del programa de tratamiento de Khayelitsha es un microcosmos del éxito masivo del programa de VIH de Sudáfrica», afirmó Aaron Motsoaledi, Ministro de Salud de Sudáfrica.

Los retos actuales consisten en garantizar que los 15,8 millones de personas que necesitan tratamiento puedan acceder a los medicamentos y volver a situar la prevención del VIH en lo alto de los programas de salud pública, especialmente en los países en los que están aumentando las nuevas infecciones por el VIH.

El nuevo informe de ONUSIDA, Mi salud, mi derecho, destaca que las personas más marginadas de la sociedad y las más afectadas por el VIH siguen enfrentándose a grandes dificultades para acceder a los servicios sanitarios y sociales que tan urgentemente necesitan. Sin embargo, el informe también ofrece ejemplos innovadores de cómo están respondiendo las comunidades marginadas.

En la India, por ejemplo, un colectivo de profesionales del sexo ha capacitado a trabajadoras sexuales para que trabajen como auxiliares de enfermería, proporcionando servicios de salud sin estigma a ese sector y a la comunidad en general. En Uganda, grupos de abuelas confeccionan y venden cestas tradicionales para poder pagar la escolarización de los nietos a su cargo que perdieron a sus padres a causa del sida.

En 2016, alrededor de 1,8 millones de personas contrajeron la infección por el VIH, lo que representa una disminución del 39 % con respecto a los 3 millones de personas que contrajeron la infección en el pico de la epidemia a finales de los años noventa. En el África subsahariana, las nuevas infecciones por el VIH han disminuido en un 48 % desde 2000.

Sin embargo, las nuevas infecciones por el VIH están aumentando a un ritmo rápido en los países que no han ampliado los servicios de salud y VIH a las zonas y poblaciones donde son más eficaces. En Europa oriental y Asia central, por ejemplo, las nuevas infecciones por el VIH han aumentado en un 60 % desde 2010 y las muertes relacionadas con el sida en un 27 %.

Se encuentran referencias al derecho a la salud en la legislación regional e internacional, en tratados y declaraciones de las Naciones Unidas y en leyes y constituciones nacionales de todo el mundo. El derecho a la salud se define en el artículo 12 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales como el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental. Esto incluye el derecho de todas las personas, también las que viven con el VIH y las que están afectadas por él, a la prevención y el tratamiento de la mala salud, a tomar decisiones sobre su propia salud y a ser tratadas con respeto y dignidad y sin discriminación.

El informe de ONUSIDA Mi salud, mi derecho deja claro que los Estados tienen obligaciones básicas en materia de derechos humanos para respetar, proteger y cumplir el derecho a la salud.

El informe da voz a las comunidades más afectadas por el VIH —incluidas las personas que viven con el VIH, las profesionales del sexo, las personas que consumen drogas, los hombres homosexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres y los jóvenes— para que manifiesten qué significa para ellos el derecho a la salud.

«Hace casi veinte años, la lucha se centraba en el acceso al tratamiento. Ahora, mi lucha no es solo cuestión de acceso, sino también de garantizar que tenga el apoyo que necesito para llevar una vida sana y positiva. Ese es mi derecho a la salud», afirma Cindy Mguye, representante de la sociedad civil.

Dondequiera que el derecho a la salud está en peligro, el VIH se propaga. En el África subsahariana, por ejemplo, el 67 % de las nuevas infecciones por el VIH entre los jóvenes se producen entre mujeres jóvenes y niñas de 15 a 24 años. Los estudios han demostrado que un gran número de mujeres jóvenes y niñas de la región contrae el VIH de hombres mayores, lo que plantea múltiples preocupaciones sobre la capacidad de las mujeres jóvenes y las niñas para negociar relaciones sexuales más seguras, permanecer en el sistema educativo y acceder a servicios de salud sexual y reproductiva apropiados para su edad.

Los estudios también han demostrado las dificultades a que se enfrentan los servicios de salud para llegar a los hombres con las pruebas y el tratamiento del VIH, así como a los servicios de salud en general, lo que demuestra el desafío de alentarlos a ejercer su derecho a la salud. En 2016, los hombres en el África subsahariana tenían un 18 % menos de probabilidades de acceder al tratamiento y un 8 % más de probabilidades de morir por enfermedades relacionadas con el sida que las mujeres.

Además, el informe Mi salud, mi derecho es una clara demostración de los retos que se avecinan en los esfuerzos por poner fin a la epidemia del sida como amenaza para la salud pública para 2030, como se señala en la Declaración política de las Naciones Unidas sobre el fin del sida de 2016.

En el informe se subraya que para reducir las nuevas infecciones por el VIH y las muertes relacionadas con el sida y garantizar el acceso a los servicios de salud esenciales, es preciso aumentar la financiación para atender las necesidades de salud. También ofrece ejemplos de cómo mejorar la financiación, incluido el aumento de la proporción del gasto sanitario en las economías nacionales, el ahorro mediante la eficiencia y la asociación con el sector privado. El déficit de financiación para el VIH se estima en 7 000 millones de dólares para 2020.

ONUSIDA ha establecido un programa para acelerar la respuesta al VIH para 2020 con vistas a poner fin a la epidemia de sida como amenaza para la salud pública para 2030. Seguirá trabajando en estrecha colaboración con sus copatrocinadores y asociados para garantizar que todas las personas, en cualquier lugar, puedan ejercer su derecho a la salud y acceder a los servicios sanitarios y sociales que necesiten.


Se estima que en 2016 (y en junio de 2017*):

*20,9 millones [18,4 millones–21,7 millones] de personas estaban accediendo al tratamiento antirretrovírico (en junio de 2017)

36,7 millones [30,8–42,9 millones] de personas vivían con el VIH en el mundo

1,8 millones [1,6–2,1 millones] de personas se infectaron con el VIH

1,0 millones [830 000–1,2 millones] de personas murieron a causa de enfermedades relacionadas con el sida

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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Día Mundial del Sida

Mi salud, mi derecho

ONUSIDA lanza la campaña del Día Mundial del Sida 2017: Mi salud, mi derecho

06 de noviembre de 2017

GINEBRA, 6 de noviembre de 2017—En las vísperas del Día Mundial del Sida, que se celebra el 1 de diciembre, ONUSIDA ha lanzado la campaña para el Día Mundial del Sida de este año. La campaña, Mi salud, mi derecho, se centra en el derecho a la salud y explora los desafíos a los que se enfrentan las personas de todo el mundo para ejercer sus derechos.

“Todas las personas, independientemente de la edad, el género, el lugar en el que viven o las personas a las que aman, tienen derecho a la salud”, afirmó Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA. “Sean cuales sean sus necesidades sanitarias, todos necesitan que los recursos sanitarios estén disponibles y sean accesibles, de buena calidad y sin discriminación”.

El derecho a la salud se recoge en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966 como el derecho de todos a disfrutar de una salud mental y física de acuerdo a unos estándares lo más altos posibles. Esto incluye el derecho de cualquier persona a acceder a la prevención y el tratamiento de sus enfermedades, a tomar decisiones sobre su propia salud y a que se la trate con respeto y dignidad.

La campaña nos recuerda que el derecho a la salud va más allá del acceso a servicios sanitarios de calidad y a medicamentos y que también depende de diversas garantías de gran importancia, como una vivienda y unos saneamientos adecuados, condiciones de trabajo saludables, un entorno limpio y acceso a la justicia.

Es frecuente que cuando el derecho a la salud de una persona se ve comprometido no pueda prevenir con eficacia enfermedades y problemas de salud como el VIH ni acceder al tratamiento y la asistencia. Las personas a las que más se margina en la sociedad, como los trabajadores sexuales, las personas que se inyectan drogas, los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, las personas que están encarceladas y aquellas que migran, suelen ser las que más dificultades tienen para ejercer su derecho a la salud, y también son las más vulnerables al VIH.

La mayoría de los Objetivos de Desarrollo Sostenible están relacionados de una manera u otra con la salud. Alcanzar dichos objetivos, entre los que se incluye poner fin a la epidemia de sida como amenaza para la salud pública para 2030, dependerá en buena medida de que se consiga garantizar el derecho a la salud para todos.

Mi salud, mi derecho invita a las personas a compartir sus puntos de vista e inquietudes entorno a cómo garantizar su propio derecho a la salud, así como a crear un movimiento que ponga de manifiesto la importancia de eliminar las desigualdades sanitarias. Los materiales de la campaña incluyen sugerencias para tweets, pósteres y postales para descargar y un folleto informativo que además contiene los principales mensajes en relación al derecho a la salud.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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