Un debate en la Asamblea General de las Naciones Unidas destaca la necesidad de actuar urgentemente para acelerar y mantener los progresos en la respuesta al VIH

26 de junio de 2024

El 19 de junio de 2024, la Asamblea General de las Naciones Unidas se reunió para evaluar los progresos realizados en la respuesta a la epidemia de sida. La sesión anual proporcionó una plataforma para que los Estados miembros reflexionaran sobre los logros, se enfrentaran a los obstáculos persistentes y trazaran el camino a seguir para poner fin al sida en 2030. El informe de progreso del Secretario General de las Naciones Unidas constituyó la base del debate.

Los Estados miembros celebraron los importantes logros alcanzados para poner fin al sida, al tiempo que destacaron los retos actuales que deben superarse para alcanzar la promesa de acabar con el sida como amenaza para la salud pública para 2030.  

El compromiso con los objetivos 95-95-95 y los progresos realizados en la eliminación de la transmisión vertical del VIH, especialmente mediante el uso de servicios comunitarios descentralizados, se destacaron como fundamentales para el éxito de la respuesta al VIH. 

Muchos Estados miembros destacaron el papel crucial que ha tenido en la lucha contra el VIH la promoción de un enfoque centrado en los derechos humanos. Destacaron la importancia de las respuestas multisectoriales integrales, incluida la educación sobre sexualidad y el apoyo firme a la salud y los derechos sexuales y reproductivos. Señalaron los perjuicios de las acciones que socavan la igualdad de género y los derechos LGBTQI+. Hicieron hincapié en el deber común de todos los países de proteger los derechos humanos de todas las personas. 

Se hizo hincapié en la necesidad de mantener la solidaridad mundial y mejorar la cooperación multilateral como elementos clave para afrontar los retos pendientes. Se hicieron eco de los llamamientos para aumentar la financiación nacional e internacional, señalando que la inversión sostenida es crucial para mantener el progreso y ampliar el acceso a opciones innovadoras de prevención y tratamiento. 

El examen anual de la Asamblea General de las Naciones Unidas sirvió de recordatorio conmovedor de la responsabilidad colectiva de defender los derechos y la dignidad de todas las personas afectadas por el VIH.

Inspirada en las lecciones aprendidas de la respuesta al sida, la próxima Cumbre del Futuro, prevista para septiembre de 2024, explorará cómo pueden superarse los retos comunes.

En un contexto de cambios geopolíticos e incertidumbres económicas, la respuesta al VIH es un ejemplo de cómo la solidaridad multilateral salva y transforma vidas. 

Mensaje del Secretario General de la ONU con motivo del Día mundial del sida (2023)

27 de noviembre de 2023

1 de diciembre de 2023

El Día Mundial del Sida llega en un momento decisivo.

El número de muertes relacionadas con el sida ha disminuido en un 70 % desde 2004, cuando se registraron cifras récord, y el número de nuevas infecciones por el VIH es el más bajo desde la década de 1980.

Sin embargo, el sida sigue cobrándose una vida cada minuto.

Podemos y debemos poner fin al sida como amenaza para la salud pública a más tardar en 2030.

Para alcanzar este objetivo hay que prestar atención al lema de este año: Que lideren las comunidades.

El camino que lleva a acabar con el sida pasa por las comunidades.

Ese trayecto comprende desde conectar a las personas con los tratamientos y servicios y el apoyo que necesitan hasta desplegar el activismo comunitario que impulsa la acción para que todas las personas puedan hacer efectivo su derecho a la salud.

Ganar la batalla contra el sida supone apoyar a quienes están en la primera línea de combate.

Esto significa que el liderazgo comunitario debe ser un eje central de los planes, programas, presupuestos y actividades de seguimiento en relación con el VIH. 

También debemos eliminar los obstáculos al liderazgo comunitario y asegurar que los grupos locales de la sociedad civil tengan un espacio para llevar adelante su labor vital.

Sobre todo, necesitamos financiación.

Para financiar plenamente la respuesta al sida en los países de ingreso bajo y mediano se necesitan más de 8.000 millones de dólares adicionales al año.

Esta financiación adicional debe incluir más fondos para los programas locales dirigidos por personas que viven con el VIH y para las iniciativas de prevención dirigidas por las comunidades.

El sida puede ser derrotado.

Llevemos a buen término esta labor apoyando a las comunidades para que puedan eliminar el flagelo del sida en sus barrios, en sus países y en todo el mundo.

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Hoja informativa — Últimas estadísticas sobre el estado de la epidemia de sida

Presentación del informe sobre el Día Mundial del Sida de ONUSIDA

Un año después de la nueva y audaz estrategia en materia de VIH/sida, los Estados miembros de las Naciones Unidas insisten en que es vital acelerar el progreso

10 de junio de 2022

Un año después de adoptar una nueva Declaración política sobre el VIH y el sida: Acabar con las desigualdades y estar en condiciones de poner fin al sida para 2030, los Estados miembros de las Naciones Unidas han puesto de relieve la necesidad de trabajar juntos para acelerar el progreso en la implementación.

Antes de la reunión, el Secretario General de las Naciones Unidas publicó  un informe titulado Abordar las desigualdades para poner fin a la pandemia de sida en el que se refería a la aplicación de la declaración política sobre el VIH/sida. El informe establece cómo las desigualdades y la inversión insuficiente «dejan al mundo peligrosamente mal preparado para hacer frente a las pandemias de hoy y de mañana»

La pandemia de sida es responsable de más de 13 000 muertes cada semana.

Los datos del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA) reflejan que las infecciones por el VIH y las muertes relacionadas con el sida no están disminuyendo lo suficientemente rápido como para conseguir poner fin a la pandemia para 2030, tal y como se prometió.

El informe del Secretario General destaca las soluciones, entre las que se incluyen (a) la prevención del VIH y los facilitadores sociales; (b) las respuestas lideradas por la comunidad; (c) el acceso equitativo a los medicamentos, las vacunas y las tecnologías sanitarias; (d) la financiación sostenible para la respuesta al sida y una prevención, preparación y respuesta más amplias a la pandemia; (e) los sistemas de datos centrados en las personas y (f) el fortalecimiento de las alianzas mundiales.

La declaración del Secretario General de las Naciones Unidas ante la Asamblea General, presentada por el jefe de gabinete, Courtenay Rattray, describió los tres pasos inmediatos para revertir las tendencias actuales y volver al buen camino. «En primer lugar, debemos abordar las desigualdades, la discriminación y la marginación de comunidades enteras, que a menudo se ven exacerbadas por leyes, políticas y prácticas punitivas». Asimismo, hizo un llamamiento a las reformas políticas para reducir los riesgos del VIH en las comunidades marginadas, incluidos los trabajadores sexuales, las personas que se inyectan drogas, los prisioneros, las personas trans y los gais. Llamó la atención sobre cómo el estigma está obstaculizando la salud pública: «El estigma perjudica y hace daño a todos. Por el contrario, la solidaridad social nos protege a todos».

El segundo paso es garantizar el intercambio de tecnologías sanitarias, incluidos los antirretrovirales de acción prolongada, para ponerlas a disposición de las personas en todos los países del mundo.

El tercer paso es aumentar los recursos disponibles para combatir el sida. «Invertir en sida es invertir en seguridad sanitaria mundial. Permite salvar vidas y ahorrar dinero».

En su discurso de apertura, el presidente de la Asamblea General, Abdulla Shahid, señaló que «el acceso igualitario a la atención sanitaria es un derecho humano esencial para garantizar la salud pública, para todos. Nadie estará a salvo hasta que todos estemos a salvo. Esforzarnos por alcanzar los objetivos relacionados con el sida para 2025 nos brinda la oportunidad de trabajar juntos para aumentar las inversiones en los sistemas de salud pública y las respuestas a la pandemia, y de aprovechar las lecciones aprendidas de la crisis del VIH/sida para aplicarlas en nuestra recuperación de la COVID-19, y viceversa».

Más de 35 Estados miembros y observadores participaron activamente en la revisión de la situación del sida, que incluía aportaciones en nombre del grupo de África, la Comunidad del Caribe y el Sistema de Integración Centroamericano y la Unión Europea.

En todas las declaraciones se incidió en la urgencia de intensificar la acción colectiva para situarnos en el camino y alcanzar los objetivos para 2025, y en la importancia de detectar todas las desigualdades para garantizar una respuesta al VIH exitosa.

El presidente de la Asamblea General, el Secretario General, el grupo africano, la UE y varios Estados miembros incidieron una vez más en la relevancia de financiar plenamente la respuesta al VIH y de fortalecer las inversiones en salud mundial.

El Grupo de África, junto con muchos otros, habló sobre cómo abordar el estigma y las leyes discriminatorias que impiden que las personas accedan a la atención sanitaria y a los servicios sociales.

El debate dejó claro que es posible poner fin al sida, pero solo si los países trabajan juntos y son valientes a la hora de abordar las desigualdades. «El mensaje más importante de hoy —señaló el Secretario General en su conclusión— es que, si trabajamos juntos para abordar las desigualdades que perpetúan el VIH/sida, todavía estamos a tiempo de poner fin a esta amenaza para la salud pública para 2030».

Secretary General's report to the General Assembly

Political Declaration on HIV and AIDS: Ending Inequalities and Getting on Track to End AIDS by 2030

El secretario general de las Naciones Unidas insta a centrarse más en acabar con las desigualdades para poner fin a la epidemia de sida

30 de abril de 2021

Cuarenta años después de que se registraran los primeros casos de sida y a pocas semanas de la reunión de alto nivel de la Asamblea General sobre el VIH y el sida, el secretario general de las Naciones Unidas ha publicado un nuevo informe con recomendaciones y objetivos para que el mundo vuelva a enderezar el rumbo para acabar con el sida 

NUEVA YORK, 30 de abril de 2021—El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, ha advertido de que, a pesar de las intensas medidas y los progresos realizados contra el VIH en algunos lugares y grupos de población, la epidemia del VIH sigue expandiéndose en otros, y ha publicado 10 recomendaciones clave.* Si todos los países las cumplen, se pondrá fin a la pandemia del sida como amenaza para la salud pública antes del fin de 2030, como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En un nuevo informe, Superar las desigualdades y enderezar el rumbo
para acabar con el sida de aquí a 2030
, el secretario general de las Naciones Unidas insta al mundo a abordar las desigualdades que están ralentizando el progreso. 

"Es imprescindible romper el ciclo insostenible y cada vez más costoso de avanzar tan despacio en la lucha contra el VIH, pero nunca lo suficiente para poner fin a la pandemia", afirmó Guterres en el informe. "La desigualdad es la razón principal de que no se cumplieran las metas mundiales fijadas para 2020. Para acabar con la desigualdad, hay que lograr resultados transformadores para las personas que viven con el VIH, las comunidades y los países".

Los objetivos mundiales establecidos en la Declaración Política sobre el VIH y el Sida de la Asamblea General de 2016 se incumplieron en gran medida, lo que permitió que la pandemia de sida creciera en muchas regiones y países. Los alarmantes 1,7 millones de nuevas infecciones por el VIH que se produjeron en 2019 son más de tres veces superiores al objetivo de 2020 de menos de 500 000 nuevas infecciones. Además, las 690 000 muertes relacionadas con el sida en 2019 superan considerablemente el objetivo de 2020 de reducir las muertes a menos de 500 000 al año.

"Poner fin a la epidemia de sida como amenaza para la salud pública para 2030 sigue estando a nuestro alcance: muchos países están demostrando que es posible avanzar rápidamente en la respuesta al VIH cuando se adoptan estrategias basadas en pruebas y enfoques basados en los derechos humanos", afirmó la directora ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima. "Pero requiere un liderazgo político audaz para desafiar y abordar las injusticias y desigualdades sociales que siguen convirtiendo a ciertos grupos de personas y comunidades enteras en altamente vulnerables a la infección por el VIH".

El informe muestra que la COVID-19 ha ocasionado contratiempos adicionales. El secretario general de las Naciones Unidas advirtió de que la COVID-19 no es una excusa para no alcanzar los objetivos en materia de sida, sino más bien una dura advertencia para los países de que no pueden permitirse seguir invirtiendo menos de lo debido en la preparación y las respuestas a la pandemia.

Al mismo tiempo, la pandemia de COVID-19 ha servido para destacar los numerosos beneficios indirectos de las inversiones relacionadas con el VIH en materia de salud y desarrollo. La prestación de servicios liderada por la comunidad, que debe su origen a la respuesta al VIH, está ayudando a superar los enormes impedimentos originados por la COVID-19.

El conjunto de 10 recomendaciones para volver a poner el mundo en marcha incluye: abordar las desigualdades y llegar a todas las personas que viven con el VIH o corren el riesgo de infectarse para reducir las nuevas infecciones anuales por el VIH a menos de 370 000 y las muertes anuales relacionadas con el sida a menos de 250 000 para 2025; dar prioridad a la prevención del VIH para garantizar que el 95% de las personas en riesgo de infectarse tengan acceso a opciones eficaces de prevención para 2025; y eliminar las nuevas infecciones por el VIH entre los niños.

El informe subraya que es fundamental abordar los factores sociales y estructurales que perpetúan las desigualdades. Destaca, por ejemplo, cómo la desigualdad de género, respaldada por unas normas de género perjudiciales, restringe el uso por parte de las mujeres de los servicios de VIH y de salud sexual y reproductiva al perpetuar la violencia de género y limitar el poder de decisión, incluida la capacidad de las mujeres y las niñas para rechazar las relaciones sexuales no deseadas, negociar unas relaciones sexuales más seguras y mitigar el riesgo de infectarse por el VIH.

También muestra cómo las comunidades vulnerables, marginadas y criminalizadas, como los hombres homosexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, las personas que consumen drogas, los trabajadores sexuales, las personas transgénero, los reclusos y los migrantes también siguen corriendo un mayor riesgo de infección por el VIH que la población general, puesto que no reciben información esencial ni servicios de tratamiento, prevención y atención del VIH.

El secretario general de las Naciones Unidas describe cómo las comunidades de personas que viven con el VIH, las que corren el riesgo de infectarse y las que están afectadas por el VIH son la columna vertebral de la respuesta al VIH. Las iniciativas lideradas por las personas que viven con el VIH, las mujeres, los grupos de población clave, los jóvenes y otras comunidades afectadas han identificado y abordado las principales desigualdades y deficiencias en los servicios, han defendido los derechos de sus integrantes y han ampliado el alcance, la escala y la calidad de los servicios sanitarios.

En el informe, el Sr. Guterres aplaude la reciente Estrategia Mundial sobre el Sida 2021-2026 adoptada por ONUSIDA. Poner fin a las desigualdades, poner fin a la epidemia de sida. "Las lecciones de los países, ciudades y comunidades que han acelerado con éxito sus respuestas al VIH en los últimos cinco años son imprescindibles para la Estrategia Mundial sobre el Sida 2021-2026 de ONUSIDA", dijo el Sr. Guterres. “La comunidad internacional del sida y ONUSIDA ha centrado el desarrollo de su estrategia en las desigualdades. Esta cuenta con nuevos objetivos ambiciosos, granulares y confeccionados para llegar primero a los más rezagados”.

El informe se publica 25 años después de la creación de ONUSIDA y explica la forma en que la COVID-19 ha puesto de manifiesto ciertas desigualdades sociales y deficiencias en el sistema sanitario. El secretario general de las Naciones Unidas señala que el mundo debería aprovechar la experiencia de la respuesta a la pandemia del sida para fortalecer los sistemas sanitarios de todo el mundo y mejorar la preparación de cara a una pandemia. También apela a una mayor solidaridad mundial que permita cerrar la brecha de recursos para el VIH y aumentar las inversiones anuales para el VIH en los países de renta media y baja a 29 000 millones de dólares para 2025. 

*Las 10 recomendaciones que se recogen en el informe del Secretario General de las Naciones Unidas:

  1. Reducir y eliminar las graves desigualdades interseccionales que impiden erradicar el sida.
  2. Priorizar la prevención del VIH y asegurarse de que el 95 % de las personas expuestas al riesgo de infección por el VIH puedan acceder y acogerse a distintos programas combinados de prevención adecuados, priorizados, centrados en las personas y eficaces de aquí a 2025.
  3. Subsanar las deficiencias en la detección, tratamiento y supresión del VIH que limitan la eficacia de la respuesta al virus y cumplir, de aquí a 2025, las metas 95–95–95 relativas a la detección y el tratamiento en todas las subpoblaciones, grupos de edad y entornos geográficos, incluidos los niños que viven con el VIH.
  4. Erradicar la transmisión vertical del VIH y acabar con el sida en los pacientes pediátricos.
  5. Colocar la igualdad de género y los derechos humanos de mujeres y niñas en toda su diversidad en el centro de las iniciativas para mitigar el riesgo y el impacto del VIH.
  6. Aplicar el MPPVS (mayor participación de las personas que viven con el VIH y el sida) y empoderar a las comunidades de personas que viven con el VIH, las mujeres, los adolescentes y los jóvenes y las poblaciones clave para que puedan participar de forma decisiva en la respuesta al VIH.
  7. Respetar, proteger y hacer valer los derechos humanos de las personas que viven con el VIH, en riesgo de contraerlo y afectadas por el virus, y garantizar, de aquí a 2025, que menos del 10 % de las personas que viven con el VIH y de las poblaciones clave sean estigmatizadas y discriminadas.
  8. Impulsar la solidaridad internacional para subsanar las carencias de recursos en la respuesta al VIH y aumentar la inversión anual en el VIH en los países de ingreso bajo y mediano hasta alcanzar los 29.000 millones de dólares de aquí a 2025.
  9. Avanzar rápidamente en pos de la cobertura sanitaria universal y afianzar los sistemas de atención primaria de salud, reconstruir mejor y de manera más justa después de la COVID-19 y las crisis humanitarias, y mejorar la seguridad sanitaria y la preparación de cara a futuras pandemias en todo el mundo.
  10. Aprovechar los 25 años de experiencia, conocimientos especializados y mandatos del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) para desarrollar una colaboración multisectorial y basada en derechos con múltiples interesados con miras a erradicar el sida y garantizar la salud de todas las personas como bien público mundial.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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Movilizar la ambición mundial de acabar con la epidemia de sida tras un decenio de progresos

03 de junio de 2019

 

NUEVA YORK/GINEBRA, 3 de junio de 2019—Un nuevo informe elaborado por la Secretaría General de las Naciones Unidas, Movilizar la ambición mundial de acabar con la epidemia de sida tras un decenio de progresos, se ha presentado a los Estados miembros de las Naciones Unidas durante la sesión número 73 de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Los Estados miembros se reunieron en la sede de las Naciones Unidas de Nueva York, en los Estados Unidos de América, para analizar los avances conseguidos hasta la fecha y compartir sus propios logros y futuros desafíos.

«Un mundo sin sida era casi inimaginable cuando la Asamblea General celebró su primera sesión extraordinaria sobre la epidemia hace 18 años», señalaba en el informe António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas. «Desde entonces, la determinación mundial de derrotar a una de las mayores crisis sanitarias de la historia ha producido un progreso notable... y...   ha inspirado un compromiso en el marco del Programa de Desarrollo Sostenible de 2030 para poner fin a la epidemia de sida para 2030».

El informe del Secretario General muestra que aquellos resultados que tiempo atrás se tacharon de imposibles para países de ingresos bajos hoy se han alcanzado tras diez años de avances en la respuesta al VIH. Entre 2008 y 2017 se han reducido en un 43 % las muertes relacionadas con el sida, ha habido un descenso de un 45 % en el número de nuevas infecciones por VIH entre niños y las nuevas infecciones por VIH entre adultos en todo el mundo también han disminuido un 19 %. Asimismo, también hubo un aumento de 5,5 veces en el número de personas que viven con el VIH que tuvieron acceso a tratamiento. Durante el periodo señalado, 21,7 millones de los 36,9 millones de personas que viven con el VIH recibieron su terapia antirretrovírica en 2017.

Como señalaba María Fernanda Espinosa, presidenta de la Asamblea General de las Naciones Unidas, «los enormes logros alcanzados en la respuesta al VIH/sida en las últimas décadas, bajo el firme liderazgo de ONUSIDA, es uno de los mejores ejemplos del multilateralismo en acción». «Sin duda, es una muestra de lo que podemos conseguir cuando actuamos juntos en torno a una causa común».

El informe muestra que el mayor progreso se observa en las regiones del este y sur de África, donde las muertes relacionadas con el sida se redujeron un 53 % y las nuevas infecciones por VIH en adultos y niños descendieron un 36 %. La epidemia que acababa con la muerte de más de un millón de personas al año en aquella región, ahora se cobra menos de 400 000 vidas anualmente.

En otras regiones del mundo, entre las que se incluyen América Latina, el Caribe, Asia y el Pacífico, Europa occidental y central y América del Norte, el aumento del acceso a las pruebas del VIH y los tratamientos hizo posible reducir de manera significativa las muertes relacionadas con el VIH durante la pasada década. Muchas de esas regiones también han experimentado un descenso en el número de nuevas infecciones por VIH.

Europa del Este y Asia central han constituido excepciones notables, pues han experimentado un aumento de un 30 % en el número de nuevas infecciones por VIH desde 2010, y se estima que en este tiempo 960 000 personas han contraído el virus. Lo mismo sucede en Oriente Medio y África del Norte, donde, en el mismo periodo, las muertes por enfermedades relacionadas con el sida se incrementaron en un 11 % y se calculan 140 000 casos de nuevas infecciones.

El informe señala que los servicios orientados a los grupos de población clave en esas regiones son pocos y están alejados unos de otros, y que los duros castigos por mantener relaciones sexuales con personas del mismo sexo, el consumo de drogas y el trabajo sexual en esas regiones y en cualquier otro lugar no suponen sino enormes barreras a los pocos servicios que están disponibles.

En África central y occidental, la insuficiente financiación nacional, los precarios sistemas de salud, las tasas formales e informales que han de pagar los usuarios por la atención sanitaria, las situaciones humanitarias y los elevados niveles de estigma y discriminación continúan minando los esfuerzos por ampliar el acceso a las pruebas del VIH y el tratamiento.

Aún nos encontramos con muchos desafíos, entre ellos, las normas de género dañinas y el estigma y la discriminación a los que se enfrentan las personas que viven con el VIH. Las normas y las políticas de muchos países impiden el acceso a los servicios sanitarios y a los relacionados con el VIH a la gente joven, las mujeres y las poblaciones clave (hombres homosexuales y varones que mantienen relaciones sexuales con otros varones, trabajadores sexuales, consumidores de drogas inyectables, prisioneros y otras personas encarceladas), las poblaciones indígenas y las personas migrantes y refugiadas.

La financiación para la respuesta al sida en países de bajos y medianos ingresos en todo el mundo ha permanecido estable en la mayor parte de los últimos cinco años. En 2017, las donaciones y las inversiones nacionales en los países de bajos y medianos ingresos supusieron un total de 20,6 mil millones de dólares americanos, aproximadamente un 80 % del objetivo para 2020.

«Como deja muy claro el informe del Secretario General, para proteger los logros que hemos alcanzado y para enfrentar los desafíos que se interponen en el camino de nuestra promesa de acabar con el sida para 2030, debemos reafirmar nuestra resolución, fortalecer nuestras alianzas y decir no a la complacencia», apuntaba Gunilla Carlsson, directora ejecutiva de ONUSIDA. «Comencemos con un reabastecimiento exitoso que resulte en un Fondo mundial para la lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria completamente financiado que permita, junto con todos sus socios, incluido ONUSIDA, continuar brindando a las comunidades y los pueblos que más lo necesitan un apoyo basado en la evidencia y centrado en la persona y en los derechos humanos».

El informe nos anima a aprovechar la oportunidad de este impulso creciente para conseguir la cobertura sanitaria universal, de modo que nadie quede excluido. La colaboración entre los sistemas de salud y los grupos de la comunidad ha demostrado reducir el estigma y la discriminación y contribuir a acercar los servicios a quienes más los necesitan. En este contexto, el informe recomienda encarecidamente fortalecer el papel clave que los grupos de la comunidad desempeñan en la respuesta al sida.

En su informe, el Secretario General de las Naciones Unidas insta a los Estados miembros a adoptar las siguientes recomendaciones con el fin de impulsar la voluntad política, acelerar la acción y generar el marco necesario para alcanzar los objetivos para 2020, recogidos por la Asamblea General de las Naciones Unidas en la Declaración política de las Naciones Unidas, para poner fin al sida de 2016. Estas recomendaciones son: a) revitalizar la prevención primaria del VIH; b) diversificar las pruebas del VIH y distinguir la prestación de la atención sanitaria para alcanzar los objetivos de 90-90-90; c) establecer entornos legales y políticos  que posibiliten llegar a las poblaciones marginadas y vulnerables; d) movilizar recursos adicionales y situarlos donde más se necesitan; e) apoyar a las comunidades para ayudarlas a que desempeñen el papel fundamental que les corresponde y f) incorporar una respuesta integral al sida en la cobertura sanitaria universal.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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