Unidas para acabar con el cáncer de cuello uterino, el VIH y las desigualdades en mujeres y niñas

17 de noviembre de 2022

En este Día de Acción, mientras celebramos el segundo aniversario de la inauguración por la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la Estrategia mundial para acelerar la eliminación del cáncer de cuello uterino como un problema de salud pública, recordamos que, a pesar de disponer de conocimientos, herramientas y tecnologías, el cáncer de cuello uterino sigue cobrando más de 342 000 vidas de mujeres al año (en 2020) en todo el mundo.  Cada dos minutos una mujer pierde la vida a causa del cáncer de cuello uterino, una enfermedad que se puede prevenir y curar.

La alta incidencia del cáncer de cuello uterino se debe al género, a las desigualdades sociales y económicas, así como a las diferencias sanitarias en lo relativo al acceso a vacunas contra el VPH, a los métodos de detección, a los cuidados y a las tecnologías modernas de prevención y tratamiento. Debido a estas desigualdades, las mujeres y las niñas que pertenecen a países de renta baja y media continúan siendo las más afectadas.  Nueve de cada diez mujeres que fallecen a causa del cáncer de cuello uterino viven en países de renta media o baja.   El cáncer de cuello uterino es la primera causa de muerte relacionada con el cáncer entre las mujeres que viven en África subsahariana.

La Estrategia mundial para acelerar la eliminación del cáncer de cuello uterino de la OMS, que se inauguró el 17 de noviembre de 2020, contó con el apoyo de muchas organizaciones asociadas a la ONU, entre las que se incluyen: OIEA, ONUSIDA, UNFPA, UNICEFUNITAID. El Grupo de Acción Conjunta de la ONU está compuesto por estas entidades, y cada una de ellas aporta sus mandatos y recursos únicos. Este Grupo se ha comprometido a apoyar los esfuerzos de los países en alcanzar los objetivos de eliminación del cáncer de cuello uterino para el año 2030. Estos objetivos consisten en que el 90% de las niñas estén completamente vacunadas contra el VPH con 15 años, que el 70% de las mujeres se sometan a una prueba de detección entre los 35 y los 45 años, y que el 90% de las mujeres diagnosticadas con cáncer de cuello uterino reciban tratamiento. Si se cumplen estos objetivos, para 2030 se podrían evitar 300 000 muertes causadas por el cáncer de cuello uterino, para 2070 se podrían evitar 14 millones y para 2120 se podrían evitar más de 62 millones. 

«En países con altas tasas de VIH, más del 50% de los casos de cáncer de cuello uterino se registran en mujeres que viven con el VIH.   Estas mujeres son seis veces más propensas a padecer cáncer de cuello uterino y a padecerlo a una edad más temprana que aquellas mujeres sin VIH.  Es inaceptable afirmar que le hemos salvado la vida a una mujer al darle acceso a la terapia antirretroviral para el VIH únicamente, si después la dejamos morir de cáncer de cuello uterino. Nuestro objetivo conjunto es romper los silos, tender puentes entre el VIH y el cáncer de cuello uterino, y unir a las dos comunidades, porque ya sabemos que los vínculos salvan vidas». – Winnie Byanyima, Directora ejecutiva de ONUSIDA 

"Ninguna mujer debería morir de cáncer de cuello uterino siendo que disponemos de una vacuna muy eficaz contra el VPH y de diagnósticos de calidad. Es necesaria la prevención y la detección precoz: así garantizaremos que desaparezca la enfermedad mundialmente.  Los gobiernos y los asociados necesitan invertir en un acceso rápido para la atención primaria de salud que ofrezca atención integrada, como la inmunización rutinaria y la salud sexual y reproductiva. Y debemos comprometer recursos humanos sólidos a largo plazo, para tener sanitarios adecuados y accesibles en las comunidades y a nivel de los centros de salud. La financiación para la sanidad y para la igualdad sanitaria son prerequisitos para la desaparición del cáncer de cuello uterino en todo el mundo.» dijo el Dr. Aboubacar Kampo, el Director del Programa de Salud, de la oficina central de UNICEF en Nueva York.

«Tenemos las herramientas y la tecnología para terminar con el cáncer de cuello uterino. Ahora es cuestión de acceso. Unitaid dio un paso adelante en cuanto la OMS publicó su llamada a la acción, y en unos pocos años hemos presentado tecnología eficaz y desarrollado modelos de control y tratamiento que funcionan en escenarios con recursos limitados. La última pieza del rompecabezas es subir de nivel, es necesario que veamos un esfuerzo global conjunto, con el fin de que todas las mujeres se puedan beneficiar de atención preventiva que puede salvar vidas y podemos terminar con el cáncer de cuello uterino en las generaciones futuras.» Añadió el Dr Philippe Duneton, Director ejecutivo, Unitaid.  

«A pesar de ser una de las principales causas de muerte por cáncer en mujeres de países de renta baja y media, el cáncer de cuello uterino también es uno de los tipos de cáncer más fáciles de tratar y prevenir. Las aplicaciones nucleares, como el diagnóstico por imagen, pueden ayudar a detectar el cáncer en una fase temprana y aumentar las tasas de supervivencia. Con radioterapia se puede tratar con éxito a mujeres con cáncer de cuello uterino, incluso en casos avanzados.  Con nuestra iniciativa Rayos de Esperanza, pretendemos aumentar el acceso a estas técnicas globalmente y subsanar la inaceptable brecha de desigualdad.»  dijo Najat Mokhtar, el Director Adjunto General y Cabeza del Departamento de Ciencias Nucleares y Aplicaciones de OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica)

«En el segundo aniversario de la Estrategia Mundial para la Eliminación del Cáncer De cuello uterino, UNJAG* (Grupo de Acción Conjunta de la ONU) celebra los triunfos alcanzados. Conforme la población mundial continua aumentando, más chicas y mujeres requieren vacunas vitales, revisiones y tratamiento. Admitimos la necesidad de movilizar recursos eficaces y asociados para conseguir el 90-70-90 de objetivos globales de eliminación. De ahora en adelante continuaremos enfocando nuestra atención y esfuerzos conjuntos en asegurar la prevención completa, servicios de alta calidad que salven vidas e igualdad en el acceso a las tecnologías modernas para mujeres y chicas en todo el mundo.» Petra ten Hoope-Bender, Presidenta de UNJAG, Asesora Técnica en Salud y Derechos Sexuales y Reproductivos, UNFPA (Fondo de Población de las Naciones Unidas).

*OIEA, ONUSIDA, UNFPA, UNICEF, UNITAID y la OMS 

Infographic: HIV and cervical cancer

Global strategy to accelerate the elimination of cervical cancer as a public health problem

ONUSIDA y el OIEA se alían contra las enfermedades interrelacionadas del cáncer cervical y el VIH

07 de febrero de 2020

GINEBRA, 7 de febrero de 2020—ONUSIDA y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) aúnan esfuerzos para aumentar la acción contra el cáncer cervical y el VIH. En un memorando de entendimiento firmado tras el acto para conmemorar el Día Mundial del Cáncer en la sede del OIEA en Viena (Austria), las dos organizaciones se comprometieron a aumentarar y expandir los servicios dirigidos a las chicas adolescentes y las mujeres afectadas por las dos enfermedades.

El cáncer cervical y el VIH van indisolublemente unidos. El cáncer cervical es el cáncer más común entre las mujeres que viven con el VIH, quienes tienen hasta cinco veces más posibilidades de desarrollar la enfermedad. Las mujeres infectadas con determinados tipos de papiloma humano también se enfrentan doblemente al riesgo de contraer el VIH.

«¿Acaso es justo que el 90 % de las chicas que viven en países de altos ingresos tenga acceso a la vacuna contra el papiloma, mientras que en los países de bajos y medianos ingresos solo puede acceder un 10 %?», reivindica Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «Al igual que el VIH, el cáncer cervical es una enfermedad relacionada con las desigualdades en materia de salud, género y nivel socioeconómico que afecta a las mujeres y niñas de todo el mundo». Se deben expandir e integrar los servicios como inversión en las vidas de las mujeres y las niñas, y para defender su derecho a la salud». 

Solo en 2018, alrededor de 311 000 mujeres murieron de cáncer cervical. De ellas, un 85 % residía en países de bajos y medianos ingresos, donde las vacunas, las pruebas de detección y los programas de tratamiento son limitados. La elevada tasa de mortalidad en todo el mundo como consecuencia del cáncer cervical se puede reducir enormemente si se avanza en la acción llevada a cabo en dichos países.

En torno a un 70 % de las mujeres que desarrollan cáncer cervical necesita radioterapia para tratar la enfermedad de manera efectiva. Sin embargo, el OIEA calcula que un tercio de los países de bajos y medianos ingresos no ofrece los servicios médicos de radioterapia necesarios para cubrir las necesidades de las pacientes. En África, 28 países no cuentan ni tan siquiera con una unidad de radioterapia. Parte del trabajo del OIEA consiste en ayudar a los países a utilizar la medicina nuclear y radioactiva para tratar el cáncer cervical y otros tipos de cáncer.

«El cáncer cervical es uno de esos cánceres perfectamente curables y tratables si vives en Viena, Buenos Aires, Roma o París», explica Rafael Mariano Grossi, director general de la OIEA. «Pero si resulta que vives en un país con acceso limitado a la radioterapia, puede matarte». Añadió que el compromiso con ONUSIDA era fundamental para maximizar los esfuerzos en la importantísima misión de ayudar a los países a enfrentarse al cáncer.

Como parte del nuevo acuerdo, ONUSIDA y el OIEA trabajarán juntos para apoyar las estrategias y los programas nacionales con el fin de desarrollar planes de trabajo integrales para el VIH y el cáncer cervical. Además, movilizarán recursos para expandir los servicios de prevención, diagnóstico y tratamiento, formar a los profesionales sanitarios y concienciar respecto a la relación que existe entre el VIH y el cáncer cervical.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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En su primer año Go Further acerca las pruebas de detección del cáncer cervical a más de medio millón de mujeres seropositivas

25 de septiembre de 2019

 

El programa PEPFAR de los Estados Unidos, el Instituto George W. Bush, Merck y ONUSIDA se plantean como objetivo erradicar el sida y el cáncer cervical en una generación del África subsahariana por medio de un innovador asociacionismo público-privado

Nueva York (25 de septiembre de 2019) – Paralelamente a la Asamblea General de las Naciones Unidas de 2019, el expresidente George W. Bush y la embajadora Deborah L. Birx anunciaron que la iniciativa Go Further para poner fin al sida y al cáncer cervical ha acercado a más de medio millón de mujeres seropositivas las pruebas de detección del cáncer cervical. Asimismo, durante su primer año ha permitido tratar a miles de mujeres que presentaban lesiones cancerígenas preinvasivas. El objetivo de este asociacionismo es reducir un 95 % los nuevos casos de cáncer cervical entre los aproximadamente 3,8 millones de mujeres seropositivas que viven en los ocho países africanos con mayor carga del virus.

Durante el Foro Bloomberg Global Business el presidente Bush, la señora Laura Bush y la embajadora Birx se reunieron con su majestad el rey Mswati III de Esuatini, el honorable Dr. Thomas Thabane de Lesoto, su excelencia el presidente Peter Mutharika de Malaui, el honorable Michael Bloomberg y Brian Moynihan, el director ejecutivo del Banco de América, entre otros.

«Estamos plenamente convencidos de que, al ayudar a estos líderes a salvar vidas en sus países, estaremos haciendo del mundo un lugar mejor y convirtiendo Norteamérica en un lugar más seguro», apuntó el presidente Bush. «Tenemos aquí ante nosotros a muchos líderes, todos ellos están tomando las riendas, todos están asumiendo su responsabilidad, todos están cosechando resultados. Para el pueblo norteamericano es importantísimo saber que los resultados son increíbles».

«El futuro de cada uno de vuestros países depende de que todos vuestros ciudadanos, hombres y mujeres, se preocupen por su salud», añadió la señora Bush.

«Go Further está ayudando a las mujeres de África a disfrutar de vidas más largas y sanas», apuntó la embajadora Birx, médico, coordinadora mundial de los Estados Unidos para el sida, representante para la diplomacia en la salud global y líder de PEPFAR. «Al potenciar las sólidas plataformas para la atención sanitaria en África reforzadas con inversiones en VIH/sida de más de 85 mil millones de dólares estadounidenses proporcionadas por el Gobierno estadounidense, lograremos proteger a millones de madres seropositivas, a sus hijas, a sus tías, a sus abuelas... (todas ellas vivas y mucho mejor gracias a un tratamiento para el VIH) de la amenaza del cáncer cervical».

Surgida en mayo de 2018, Go Further es una innovadora asociación público-privada entre el Plan de emergencia del presidente de los Estados Unidos para el alivio del sida (PEPFAR), el Instituto Geroge W. Bush (Instituto Bush), el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA) y Merck (conocido como MSD fuera de los Estados Unidos y Canadá). Para lograr el mayor impacto, esta asociación se centra en llegar a las mujeres que han dado positivo en las pruebas del VIH y que residen en los países que presentan mayor prevalencia del VIH y mayores tasas de cáncer cervical en el mundo.

«Go Further parte de la iniciativa que desde hace ya mucho tiempo se tenía en el Instituto Bush de apoyar a las mujeres de África aumentando los esfuerzos para salvar más vidas», señaló Hollu Kuzmich, directora ejecutiva del Instituto Bush. «Las mujeres sanas y capacitadas contribuyen a que podamos contar con familias, comunidades y países más sanos. Esta asociación se enorgullece de invertir en las naciones con mayor carga con el objeto de mejorar la salud y el futuro económico de las mujeres, reducir el sufrimiento y ampliar el alcance de la atención».

Se calcula que alrededor de 100 000 mujeres son diagnosticadas cada año de cáncer cervical en el África subsahariana. Sin tratamiento, un 62 % de esas mujeres morirían por la enfermedad. Además, las mujeres seropositivas son cinco veces más propensas a desarrollar un cáncer cervical invasivo. Para abordar estos riesgos, y con el objeto de evitar el cáncer cervical, Go Further está incrementando el acceso a la vacuna del virus del papiloma humano, aumentando la disponibilidad de las pruebas de detección del cáncer cervical y proporcionando tratamiento a las mujeres más vulnerables al desarrollo de este. Con una inversión mínima adicional, estas intervenciones de bajo coste pueden salvar millones de vidas y contribuyen a garantizar la victoria en la lucha contra el VIH/sida.

«En Merck, estamos totalmente comprometidos para satisfacer las necesidades sanitarias de las mujeres que viven en los países en desarrollo, y nos sentimos orgullosos de colaborar para la iniciativa Go Further con PEPFAR, el Instituto Bush y ONUSIDA», confesó Carmen Villar, vicepresidenta en el ámbito de la innovación empresarial social. «A través de esta asociación, nos estamos ocupando del cáncer cervical en las mujeres seropositivas del África subsahariana, una de las poblaciones más seriamente impactadas por el cáncer cervical. Trabajamos para detectarlo, tratarlo y prevenirlo». 

«Es inaceptable que salvemos la vida de una mujer proporcionándole acceso al tratamiento para el VIH y que, sin embargo, muera como consecuencia de un cáncer cervical por no tener acceso a la prueba de detección», resaltó Gunilla Carlsson, Directora ejecutiva en funciones de ONUSIDA. «La unión en Go Further es esencial para garantizar que los servicios orientados al VIH y al cáncer cervical estén integrados y disponibles para las mujeres y las niñas que más los necesitan».

La estrategia Go Further parte de la colaboración durante siete años entre PEPFAR y el Instituto Bush, y supone la evolución de la relación para salvar más vidas.

Si desea saber más sobre Go Further, visite www.gofurther.org (en inglés), o siga la iniciativa en Twitter, Instagram y Facebook.

 

El Plan de emergencia del presidente de los Estados Unidos para el alivio del sida

PEPFAR es la respuesta del Gobierno de los Estados Unidos a la epidemia mundial de VIH/sida, que ha invertido más de 85 mil millones de dólares estadounidenses desde 2003, el mayor compromiso adquirido por cualquier nación para plantarle cara a una enfermedad a lo largo de la historia. Gracias a la compasión y la generosidad del pueblo norteamericano, PEPFAR ha salvado ya 17 millones de vidas, ha evitado millones de nuevas infecciones por el VIH y ha contribuido a transformar la respuesta global al VIH/sida. Si desea saber más, visite www.pepfar.gov (en inglés) o contacte con PEPFAR a través de Twitter, Facebook, Instagram y YouTube.

Instituto George W. Bush

Dentro del Centro presidencial George W. Bush, el Instituto George W. Bush consiste en una organización política centrada en la acción y no partidista cuya misión es la de desarrollar líderes, avanzar en políticas y emprender acciones para solventar los desafíos actuales más apremiantes. Para más información, visite www.bushcenter.org (en inglés).

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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Go Further partnership

La relación poco conocida entre el cáncer de cuello uterino y el VIH

31 de mayo de 2019

El cáncer de cuello uterino es el cáncer más común entre las mujeres que viven con el VIH. Las probabilidades de que una mujer que vive con el VIH desarrolle cáncer de cuello uterino invasivo es hasta cinco veces más alta que la de una mujer que no vive con él. El riesgo general de que una mujer contraiga el VIH se multiplica por dos si tiene la infección por el virus del papiloma humano (VPH).

Entonces, ¿qué se puede hacer? Esta es una de las preguntas que se tratarán en una serie de eventos sobre el cáncer de cuello uterino que se celebrarán en la conferencia Women Deliver de 2019, que tendrá lugar del 3 al 6 de junio en Vancouver (Canadá).

Como sucede con el VIH, el cáncer de cuello uterino es una enfermedad de género y en la que se producen otras desigualdades. Estas dos enfermedades interconectadas ponen claramente de manifiesto la relación entre la desigualdad y la injusticia social y sanitaria. El 90% de las 311 000 muertes al año por cáncer de cuello uterino de todo el mundo se produce en países de rentas bajas y medias. Los países del África subsahariana son los que tienen la mayor incidencia, y también los que tienen la mayor incidencia de VIH. En Zambia, las tasas de cáncer de cuello uterino son casi diez veces más altas que en Australia, por ejemplo, y las mujeres tienen diez veces más probabilidades de fallecer de cáncer de cuello uterino en África oriental y del sur que en Europa occidental.

El cáncer de cuello uterino puede prevenirse y curarse si se diagnostica y trata a tiempo. Existen métodos eficaces para la prevención primaria del cáncer de cuello uterino, entre los que cabe destacar la vacuna para el VPH, pero no están disponibles para todo el mundo. En la actualidad, tan solo el 10% de las niñas de los países de rentas bajas y medias tienen acceso a la vacuna para el VPH; un porcentaje muy bajo comparado con el 90% de los países de rentas altas.

Los servicios se están ampliando y, en las zonas donde se han introducido programas a una escala suficiente, los esfuerzos para prevenir y tratar el cáncer de cuello uterino están dando resultados espectaculares.  Gracias a la implementación exitosa de un enfoque combinado de vacunación, pruebas de detección y tratamiento temprano del VPH a gran escala, Australia está a punto de convertirse en el primer país del mundo en eliminar el cáncer de cuello uterino. En Escocia (Reino Unido), donde el programa de vacunación se introdujo hace unos diez años, se ha producido una reducción del 90% en la incidencia de células precancerosas, lo que ha conducido a una disminución drástica de las lesiones precancerosas de cérvix. Se trata de logros extraordinarios, y deberían ser universales.

“Salvar la vida de una mujer asegurándonos de que disponga de tratamiento antirretrovírico para el VIH y que, al final, muera de cáncer de cuello uterino es inaceptable”, afirmaba Shannon Hader, directora ejecutiva adjunta del Programa de ONUSIDA. “ONUSIDA centra su atención en derribar barreras y tender puentes entre los programas para el VIH y para el cáncer de cuello uterino porque sabemos que las sinergias salvan vidas”.

Aunque las mujeres que viven con el VIH corren más riesgo de desarrollar cáncer de cuello uterino, no se les realizan pruebas ni se las procura tratamiento de forma regular, incluso pese a la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que se lleven a cabo inspecciones visuales sencillas y de bajo coste o métodos de tratamiento temprano simples y eficaces.

De acuerdo a estudios recientes a gran escala, en Malaui y Zambia a tan solo entre el 19 y el 27% de las mujeres de 30 a 49 años que viven con el VIH se les han realizado pruebas de detección del cáncer de cuello uterino.

Integrar los servicios de pruebas y de tratamiento del cáncer de cuello uterino en los servicios para el VIH y de salud sexual y reproductiva constituye una inversión inteligente. Las plataformas para el VIH son puntos de acceso que ya están preparados para los servicios para el cáncer de cuello uterino de bajo coste y para una cobertura sanitaria más amplia para las jóvenes y adolescentes.

Una importante lección de la respuesta al sida es que la sociedad civil y las comunidades tienen que situarse en un lugar central. Las redes de mujeres que viven con el VIH y los movimientos juveniles y en defensa de los derechos de la mujer son aliados formidables. Han luchado por una respuesta al sida basada en los derechos humanos, la justicia social y la salud y los derechos sexuales y reproductivos, y pueden movilizar, defender y crear una demanda de servicios. La sociedad civil también debe contribuir para que nos mantengamos en el buen camino para poner fin al estigma y la discriminación, incluyendo aquellos que se producen en entornos sanitarios. Las comunidades, por su parte, pueden proporcionar servicios directos para el VIH, el cáncer de cuello uterino y otras enfermedades.

La responsabilidad compartida y el liderazgo y responsabilidad de las naciones resultan fundamentales. Si los gobiernos, comunidades, donantes, sector privado, innovadores e investigadores aúnan esfuerzos, es posible crear importantes sinergias y salvar vidas.

ONUSIDA está trabajando con los colaboradores para garantizar que las políticas se fundamenten en las evidencias, que se establezcan objetivos ambiciosos y que se disponga de los recursos humanos y financieros adecuados. ONUSIDA está utilizando las plataformas políticas y programáticas de la Acción Acelerada como parte de la iniciativa para ampliar la prevención y el tratamiento del cáncer de cuello uterino y el VIH.

ONUSIDA está colaborando con iniciativas como el llamamiento global a la acción para la eliminación del cáncer de cuello uterino de la OMS, y forma parte de una renovada Colaboración para Poner fin al Sida y al Cáncer de Cuello Uterino junto con el Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del Sida y el Instituto George W. Bush.

“¡Ya es hora de hacer que el sida y el cáncer de cuello uterino pasen a la historia!”, concluía la Dra. Hader.

2019 Women Deliver conference

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Es el momento de marcar un antes y un después en el cáncer de cuello uterino

04 de febrero de 2019

Con la vacuna para el virus del papiloma humano, el cáncer de cuello uterino se puede prevenir. Además, si se detecta y trata pronto, puede curarse. Entonces, ¿por qué tantas mujeres siguen desarrollándolo y falleciendo por su causa?

En 2018, se calcula que hubo 570 000 nuevos casos de cáncer de cuello uterino y que, en todo el mundo, causó la muerte de 311 000 mujeres. Tal y como ocurre con el VIH, el cáncer de cuello uterino es una enfermedad a la que contribuyen significativamente las desigualdades sociales, económicas y políticas. La mayor incidencia, el 80% de los casos y el 90% de las defunciones relacionadas, se produce en los países de ingresos más bajos.

Si no se amplían urgentemente los esfuerzos de prevención, realización de pruebas y tratamiento del cáncer de cuello uterino, los expertos estiman que para 2040 la tasa de muertes podría incrementarse en un 50% respecto a 2018.

El VIH y el cáncer de cuello uterino están estrechamente relacionados. El cáncer de cuello uterino es el cáncer más común entre las mujeres que viven con el VIH. Dichas mujeres tienen hasta cinco veces más probabilidades de desarrollar un cáncer de cuello uterino invasivo que el resto. En el África subsahariana, este tipo de cáncer es el que provoca la muerte de más mujeres.

Pese a que los riesgos que afrontan en relación al cáncer de cuello uterino son mayores, muchas mujeres que viven con el VIH carecen de acceso a pruebas o tratamiento regulares. En 2016, un estudio realizado en Malaui mostró que tan solo se les había realizado pruebas del cáncer de cuello uterino al 19% de las mujeres de 30 a 49 años que vivían con el VIH. De acuerdo a la investigación, solo se habían realizado pruebas de detección de la enfermedad al 2% de las mujeres más pobres que vivían con el VIH.

“Es inaceptable que en el mundo estén muriendo mujeres a causa del cáncer de cuello uterino porque no tienen acceso a vacunas, pruebas y tratamientos que salvan vidas”, denunciaba Ani Shakarishvili, asesora especial de ONUSIDA. “Salvamos la vida de una mujer asegurándonos de que disponga de tratamiento antirretrovírico para el VIH y, al final, muere de cáncer de cuello uterino. Los servicios tienen que estar integrados y disponibles para todo el mundo, sin excepción”. 

Coordinar las pruebas del cáncer de cuello uterino y los servicios para el VIH es rentable y salva vidas. ONUSIDA está trabajando junto con el Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del Sida y el Instituto George W. Bush para incorporar las pruebas y la asistencia para el cáncer de cuello uterino en las clínicas donde las mujeres ya acceden a los servicios para el VIH de ocho países del África subsahariana. El objetivo de esta colaboración es el de reducir la incidencia del cáncer de cuello uterino en un 95%.

La Organización Mundial de la Salud anunció recientemente que acelerará sus esfuerzos mundiales por eliminar el cáncer de cuello uterino como problema global de salud pública, y que seguirá desempeñando un papel fundamental, que incluye el desarrollo de una estrategia general para dicha eliminación, iniciativa que ONUSIDA celebró encarecidamente. 

“Al igual que en la respuesta mundial al sida, debemos abordar la prevención y tratamiento del cáncer como una oportunidad para alcanzar una amplia coalición que reclame su derecho humano, fundamental y universal a la salud”, añadió la Sra. Shakarishvili.

El 4 de febrero, Día Mundial contra el Cáncer, ONUSIDA reafirmará su apoyo al llamamiento global a la acción para eliminar el cáncer de cuello uterino y abordar las desigualdades mediante la concienciación y el incremento del acceso a la prevención, detección y tratamiento para las niñas y mujeres en riesgo, incluidas las niñas y mujeres que viven con el VIH.

Cáncer de cuello uterino y VIH: dos enfermedades, una sola respuesta

01 de octubre de 2018

Más de 500 000 mujeres desarrollan cada año cáncer de cuello uterino, una enfermedad que puede evitarse mediante la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) y que puede curarse si se detecta y trata temprano. La mitad de ellas fallecen a causa de dicha enfermedad. Si no se amplían urgentemente los esfuerzos en la prevención, realización de pruebas y tratamiento del cáncer de cuello uterino, se calcula que para 2035 podrían ser el doble.

El cáncer de cuello uterino es una manifestación clínica del sida, ya que las mujeres que viven con el VIH y contraen el virus del papiloma humano tienen más probabilidades de desarrollar lesiones preinvasivas que, si no se tratan, pueden convertirse rápidamente en cáncer invasivo. Las mujeres que viven con el VIH tienen de cuatro a cinco veces más probabilidades de desarrollar cáncer de cuello uterino invasivo. Se ha apreciado que la infección por virus del papiloma humano incrementa significativamente el riesgo de transmisión del VIH tanto en los hombres como en las mujeres.

Gracias al tratamiento, muchas más mujeres que viven con el VIH disfrutan de vidas más largas y saludables, pero es fundamental que no sucumban a otras enfermedades, entre las que se cuenta el cáncer de cuello uterino. En octubre de 2015, George Bush, cuyo Instituto George W. Bush ha estado llevando a cabo iniciativas con el fin de poner fin al sida y al cáncer de cuello uterino mencionaba, “No tiene sentido salvarle la vida a una mujer con sida solo para dejar que muera por un cáncer que puede prevenirse o tratarse”.

Nueve de cada diez mujeres que fallecen a causa del cáncer de cuello uterino viven en países de rentas bajas y medias. Dado que el VIH afecta principalmente a los países de rentas bajas y medias, y especialmente a las mujeres jóvenes y adolescentes, es fundamental responder de forma conjunta al cáncer de cuello uterino y al VIH en dichos países. Por desgracia, la mayoría de los países de rentas bajas y medias con una alta prevalencia del VIH cuentan con programas limitados para la prevención y el control del cáncer de cuello uterino.

Cada vez es más patente la necesidad de maximizar las sinergias entre la respuesta al sida y los esfuerzos en la prevención, diagnóstico y tratamiento del cáncer de cuello uterino mediante la vacunación contra el virus del papiloma humano, la educación, la realización de pruebas y el tratamiento. Así mismo, los programas para el VIH existentes pueden desempeñar un papel fundamental en la expansión de los servicios de prevención del cáncer de cuello uterino.

Para reducir las muertes causadas por el cáncer de cuello uterino es necesario un enfoque de amplio alcance que incluya los siguientes aspectos:

  • Educación sanitaria, incluyendo educación integral sobre sexualidad adecuada a la edad.
  • Vacunación contra el virus del papiloma humano a las adolescentes.
  • Realización de pruebas a todas las mujeres en riesgo de desarrollar cáncer de cuello uterino. Los programas de realización de pruebas deben incluir asesoramiento, pruebas y tratamiento para el VIH, así como otros servicios sanitarios sexuales y reproductivos y el tratamiento de lesiones precancerosas en el cuello uterino y del cáncer de cuello uterino invasivo y avanzado.
  • Cuando sea necesario, deberá garantizarse el acceso a los cuidados paliativos.

“Todas las mujeres que viven con el VIH tienen que poder acceder a la información sobre el virus del papiloma humano, se les deben proporcionar pruebas de detección del cáncer de cuello uterino y, si es necesario, tratamiento”, explicaba Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA.

En mayo de 2018, el Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del Sida, el Instituto George W. Bush y ONUSIDA lanzaron una iniciativa conjunta por medio de una colaboración de 30 millones de dólares para ampliar los esfuerzos en ocho países subsaharianos con el fin de garantizar que las mujeres y las niñas que viven con el VIH sean la prioridad en los programas nacionales de prevención y control del cáncer de cuello uterino.

“Gracias a la generosidad de los estadounidenses, el Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del Sida ha salvado las vidas de millones de mujeres seropositivas en todo el mundo”, afirmaba Deborah Birx, coordinadora mundial de los Estados Unidos para el sida y representante especial para la Diplomacia Sanitaria Mundial, durante el lanzamiento de la colaboración, que se anunció en mayo de 2018. “Tenemos que asegurarnos de que esas mismas mujeres (madres, hermanas, tías y abuelas) que están viviendo con el VIH no sucumban al cáncer de cuello uterino”.

Se necesita dar un enfoque global a la cuestión de las mujeres y el VIH

16 de marzo de 2018

Hace ya tiempo que se reconoció que la respuesta al sida no puede existir de manera aislada, sino que se debe integrar dentro de un programa de salud y desarrollo más amplio. Se ha llevado a cabo una jornada de un día de duración para entender mejor cómo están interrelacionadas tres cuestiones críticas para las mujeres que viven con el VIH: el cáncer cervical o de cuello de útero, los anticonceptivos hormonales y la esquistosomiasis genital femenina.

Uno de los temas principales del evento fue la importancia de adoptar un enfoque global en lo que respecta a las niñas y a las mujeres, así como a su salud y sus derechos sexuales y reproductivos. Se ha celebrado al margen de la 62ª sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW por sus siglas en inglés). El evento ha destacado las posibilidades de las nuevas tecnologías y de los avances médicos para mejorar la salud de las mujeres.

Ebony Johnson preparaba el terreno desde la Coalición Mundial sobre la Mujer y el Sida diciendo lo siguiente: “Lo que suele ocurrir es que no se escucha a las mujeres, se las olvida, se las desatiende y no se investiga adecuadamente su situación. Por ello, les ruego y les invito a que tomen una nueva dirección para que se produzca realmente el cambio”.

Las mujeres que viven con el VIH son más vulnerables a la hora de contraer el virus del papiloma humano (VPH) y son cinco veces más propensas a desarrollar cáncer cervical, una enfermedad que le cuesta la vida a cerca de 250.000 mujeres cada año. Para enfatizar la magnitud del problema, Vikrant Sahasrabuddhe, del Instituto Nacional del Cáncer perteneciente a los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) de los Estados Unidos, señalaba que en los últimos 20 minutos de presentación, se había diagnosticado cáncer cervical a 20 mujeres y otras 10 habían muerto por esa misma enfermedad.

Se trata de una enfermedad que afecta mayoritariamente a países de ingresos bajos y medios, donde se da el 90 % de los nuevos casos diagnosticados y de fallecimientos. Sin embargo, el cáncer cervical es prevenible gracias a la vacuna del VPH y tratable si se diagnostica a tiempo.

Se ha desarrollado una nueva tecnología para detectar el ADN y las proteínas que actúan como indicadores de VPH en mujeres, ambos indicios de cáncer cervical. Además, hay nuevas herramientas que están permitiendo un tratamiento prematuro incluso en clínicas con recursos limitados. Este evento ha sido testigo de hasta qué punto las asociaciones mundiales están comprometidas con la reducción de los efectos negativos de esta enfermedad y de cómo los programas nacionales de prevención del VIH están a la vanguardia en cuanto a esfuerzos invertidos en la implantación de nuevos servicios destinados a mujeres que viven con el VIH; así es como se trata de reducir el número de víctimas que produce el cáncer cervical en todo el mundo. Entre las asociaciones mundiales antes mencionadas, encontramos el Programa Mundial Conjunto de las Naciones Unidas sobre la Prevención y el Control del Cáncer Cervicouterino (CaCu) en el que participa ONUSIDA.

Al mismo tiempo que se ha dado a las mujeres la oportunidad de controlar cuántos hijos tienen y cuándo, ha surgido la preocupación relacionada con las inyecciones de larga duración del progestágeno acetato de medroxiprogesterona de depósito (AMPD). Algunos estudios sugieren que el AMPD podría estar relacionado con un mayor riesgo de infección por el VIH. Actualmente, más de 150 millones de mujeres en todo el mundo usan métodos anticonceptivos hormonales, y hay una cantidad elevada de entre ellas que usan métodos anticonceptivos hormonales inyectables en África subsahariana, donde también hay una elevada incidencia del VIH.

Se está llevando a cabo un estudio llamado Evidence for Contraceptive Options and HIV Outcomes (ECHO), que constituye una prueba a gran escala de la que se espera disipe las dudas sobre el uso del AMPD y su vinculación con el riesgo de infección por el VIH. Los participantes de la jornada debatieron sobre las difíciles decisiones que tendrán que tomarse si el estudio confirma el aumento del riesgo de contraer VIH debido al uso del AMPD. Estas decisiones se tendrán que valorar teniendo en cuenta las conocidas ventajas que presenta un anticonceptivo tan efectivo y que afectarán a millones de usuarios.

Nelly Rwamba Mugo, del Instituto de Investigación Médica de Kenya, constató lo siguiente: “Tanto el VIH como los embarazos no deseados siguen estando entre las prioridades sanitarias a nivel mundial. Al mismo tiempo que descubrimos los riesgos potenciales de infección por el VIH que presentan los anticonceptivos hormonales inyectables, las mujeres necesitan información precisa para poder tomar decisiones fundamentadas en lo que respecta a los anticonceptivos”.

La esquistosomiasis genital femenina, también conocida como bilharziasis, es una enfermedad que se suele pasar por alto, pero que afecta a cerca de 55 millones de niñas y mujeres. Cuando se padece, se produce sangrado durante las relaciones sexuales y acaba generando lesiones en las pareces vaginales y úlceras en el cuello uterino. Estas lesiones hacen que las mujeres que viven con esta enfermedad sean más vulnerables a la hora de contraer VIH. Sin embargo, se ha descubierto un tratamiento infantil efectivo y barato que puede evitar que las niñas que están infectadas por el parásito que produce la esquistosomiasis genital femenina desarrollen la enfermedad en la edad adulta.

Pragna Patel, de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, dijo lo siguiente: “La inflamación genital aumenta el riesgo de contraer VIH. Necesitamos más información sobre las coinfecciones, el tratamiento de la esquistosomiasis y las estrategias de prevención del VIH para ayudar a establecer políticas que velen por la salud de las mujeres”.

Entre los principales temas de interés durante la jornada de debate se encontraban cómo ampliar las opciones de tratamiento y de prevención y cómo asegurar la sinergia entre los programas del VIH y los del control de la esquistosomiasis a nivel nacional.

A lo largo del día, uno de los temas recurrentes fue cómo integrar derechos, servicios y VIH. Los ponentes de ONUSIDA, la Organización Mundial de la Salud, los centros de investigación y los hospitales destacaron la necesidad de buscar sinergias y colaboración para elaborar una respuesta al sida que sea transversal.

Peter Godfrey-Faussett, asesor superior en el departamento de Ciencia de ONUSIDA, concluyó diciendo que el simposio había brindado una gran oportunidad para compartir y hablar sobre el alcance de diferentes perspectivas a una amplia variedad de personas, desde activistas comunitarios, pasando por científicos que trabajan en laboratorios y jóvenes estudiantes, hasta científicos y legisladores expertos.

El evento, que se celebró el 15 de marzo en la Academia de las Ciencias de Nueva York (Estados Unidos) bajo el título Improving Women’s Health (“Mejorar la Salud de las Mujeres” en español), trató sobre el VIH, los anticonceptivos, el cáncer cervical y la esquistosomiasis.

Llamamiento para derribar las barreras entre la prevención del VIH y la prevención del cáncer de cuello uterino

03 de octubre de 2017

Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA, ha subrayado la necesidad urgente de derribar las barreras y de integrar los servicios para el VIH y los servicios de salud sexual y reproductiva, incluyendo aquellos que se ocupan de la prevención y el control del cáncer de cuello uterino, que es una manifestación clínica del sida. El Sr. Sidibé pronunció su mensaje el 3 de octubre en la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer en Lyon.

Apelando a su experiencia de más de tres décadas en la respuesta al sida, el Sr. Sidibé hizo un llamamiento por una movilización mayor y por derribar las barreras entre los programas, movimientos y servicios en aras de prestar servicios de salud sexual y reproductiva integrales para las mujeres y las niñas. También insistió en la necesidad de interactuar con la sociedad civil. 

Las mujeres que viven con el VIH tienen hasta cinco veces más riesgo de desarrollar cáncer de cuello uterino, que es el segundo cáncer más común entre las mujeres que viven en países de rentas bajas y medias. Pese a que el cáncer de cuello uterino se puede prevenir fácilmente con la vacuna para el virus del papiloma humano y normalmente puede curarse con un diagnóstico y un tratamiento tempranos, cada año se les diagnostica a más de 528 000 mujeres, y alrededor de 266 000 mueren innecesariamente, casi el 90% de ellas en países de rentas bajas y medias.

Durante su discurso, el Sr. Sidibé destacó las enormes oportunidades que brindan los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Declaración política de las Naciones Unidas para poner fin al sida de 2016, así como los recursos que proporciona el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, todo lo cual es un reflejo del sólido compromiso internacional para ampliar los servicios integrales y para abordar las coinfecciones y la comorbilidad.

Citas

“Es una tragedia inaceptable que estén muriendo mujeres de cáncer de cuello uterino por dónde han nacido, porque son pobres y porque no tienen acceso a vacunas, diagnósticos y tratamientos que salvan las vidas de las niñas y mujeres de los países con rentas altas”.

Michel Sidibé director ejecutivo de ONUSIDA

“Las infecciones crónicas están relacionadas con alrededor de uno de cada seis cánceres que se producen en todo el mundo, y más de uno de cada tres en el África subsahariana. Trabajar codo con codo y estratégicamente en los campos del VIH y del cáncer a un mismo tiempo brinda numerosas oportunidades potenciales para reducir la carga de morbilidad en algunos de las poblaciones más vulnerables del mundo”.

Christopher P. Wild Director de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer

ONUSIDA se une a la iniciativa contra el cáncer de cuello de útero.

05 de noviembre de 2015

ONUSIDA se ha sumado a Acción contra el Cáncer de Cuello de Útero (CCA, por sus siglas en inglés) ―una coalición mundial para evitar que el cáncer de cuello de útero se extienda entre la población femenina en los países en desarrollo― con el objetivo de poner en marcha una nueva iniciativa quinquenal.

Haciendo balance de la prevención del cáncer cervicouterino: “Protegiendo a todas las mujeres y niñas” es el nombre de una iniciativa encabezada por el embajador Sally Cowal que coordina una colaboración comprometida a dar prioridad a la inversión en la salud de las mujeres y las adolescentes. Esta iniciativa desarrollará el impulso necesario para la actuación en la prevención del cáncer de cuello de útero a nivel mundial durante los próximos cinco años.

El cáncer cervicouterino se puede prevenir a través de la vacunación y es muy fácil de diagnosticar; sin embargo, los programas de diagnóstico y prevención no abundan en aquellos países en desarrollo. Las tasas de casos de cáncer de cuello de útero son entre cuatro y cinco veces mayores entre las mujeres que viven con el virus VIH respecto a aquellas que no se encuentran afectadas; no obstante, el riesgo que sufren las mujeres de contagiarse con el virus VIH se dobla cuando presentan en su organismo el virus del papiloma humano, una de las causas del cáncer de cuello de útero.

Más del 80% de los casos y muertes relacionadas con el cáncer de cuello de útero ocurren en los países en desarrollo, donde este tipo de afección es la segunda causa principal de muerte entre las mujeres por una enfermedad relacionada con el cáncer. Cada año, el cáncer cervicouterino afecta a unas 500 000 mujeres y se cobra la vida de alrededor de 250 000 en todo el mundo.

ONUSIDA utilizará las plataformas y programas políticos del proyecto Acción acelerada para poner fin a la epidemia de sida antes del año 2030 dentro del marco de la iniciativa para prevenir el cáncer cervical.

Citas

“La iniciativa que hoy ponemos en marcha constituye una oportunidad excelente para sacar al virus VIH de su aislamiento y avanzar hacia una mayor igualdad de género en la respuesta al sida. La colaboración entre ONUSIDA y Acción contra el Cáncer de Cuello de Útero es fundamental para la aplicación de la agenda de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y para crear programas sostenibles y más firmes para las mujeres”.

Luiz Loures, Director ejecutivo adjunto de ONUSIDA.

“Se encuentra en nuestras manos destinar 3.65 miles de millones de dólares americanos durante los próximos diez años al control del cáncer con el objetivo de salvar un número incalculable de vidas de mujeres y niñas; estas inversiones, junto a la prevención y el control del VIH conllevaran múltiples beneficios”.

Sally Cowal, Vicepresidente Primero de Global Health, Sociedad Americana contra el Cáncer.

“El cáncer de cuello de útero se encuentra en un estado crítico y se está transformando en una crisis. Se estima que las muertes relacionadas con esta enfermedad podrían aumentar hasta en un 20% en el año 2020. Debemos actuar con la mayor celeridad posible”.

Christine Kaseba-Sata, ex Primera Dama de Zambia.

“No podremos poner en práctica los Objetivos de Desarrollo Sostenible sin lograr antes la igualdad de género. No podremos hacer frente al VIH sin alcanzar la igualdad de género. No se trata solo del cáncer de cuello de útero, sino de los derechos de las mujeres y la igualdad de género”.

Mark Dybul, Director Ejecutivo del Fundo Mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria.

“Se precisa un esfuerzo mucho mayor para garantizar urgentemente que la vacuna contra el virus del papiloma humano se encuentre ampliamente disponible, especialmente en aquellos países donde es más necesaria”.

Peter Piot, director de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres