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ONUSIDA da la bienvenida a Tedros Adhanom Ghebreyesus como nuevo Director General de la Organización Mundial de la Salud
23 Mayo 2017 23 Mayo 2017GINEBRA, 23 de mayo de 2017—ONUSIDA acoge calurosamente la designación de Tedros Adhanom Ghebreyesus como Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El anuncio se confirmó en la ceremonia de nombramiento celebrada tras la votación final de los Estados miembros de la OMS en una sesión a puerta cerrada durante la 70.ª Asamblea Mundial de la Salud.
"Tedros Adhanom Ghebreyesus es una fuerza impulsora del cambio con amplia experiencia y conocimientos especializados sobre la salud mundial ", afirmó Michel Sidibé, Director Ejecutivo de ONUSIDA. "Es un líder dinámico, un excelente conciliador y comparte nuestro deseo de poner fin al sida en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Espero establecer una colaboración estrecha con él para alcanzar nuestros objetivos."
En una entrevista con ONUSIDA, el Sr. Tedros dijo que las enseñanzas extraídas de la respuesta al sida han sido fundamentales para moldear el futuro de la salud mundial. Declaró que la creatividad, el compromiso y el enfoque multisectorial de la respuesta al sida serían necesarios para situar la cobertura sanitaria universal en el centro de la aplicación de todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En la actualidad, el Sr. Tedros es Asesor Especial del Primer Ministro de Etiopía. Tiene 30 años de experiencia en dirección en el ámbito de la salud, en política y diplomacia, durante los cuales ha sido Ministro de Relaciones Exteriores y Ministro de Salud de Etiopía. Ejercerá su nuevo cargo a partir del 1 de julio de 2017, asumiendo las funciones de Margaret Chan, que ocupó el puesto de Directora General de la OMS durante 10 años.
La OMS es uno de los 11 Copatrocinadores de ONUSIDA en la promoción de la respuesta al VIH. ONUSIDA colaborará estrechamente con el nuevo Director General de la OMS para fomentar el progreso de la salud mundial y poner fin a la epidemia de sida como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
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Entrevistas a los candidatos al cargo de Director general de la OMS
16 Mayo 2017
16 Mayo 2017 16 Mayo 2017En la próxima Asamblea mundial de la salud, que tendrá lugar en Ginebra, Suiza, del 22 al 31 de mayo, se elegirá al nuevo Director general de la Organización Mundial de la Salud. Por primera vez, y tras un proceso de selección que comenzó en septiembre de 2016, todos los Estados miembros de la Organización Mundial de la Salud emitirán su voto a favor de uno de los tres candidatos finalistas.
Desde que se les designó para el puesto, los tres candidatos han estado presentando sus ideas y su visión sobre cuestiones relacionadas con la salud. David Nabarro, Sania Nishtar y Tedros Adhanom Ghebreyesus, los tres candidatos finalistas, han hablado con unaids.org acerca de la epidemia del sida y la salud mundial.
Pregunta: Cómo Director general de la OMS, ¿cuáles serán sus tres prioridades para promover el progreso en la erradicación del sida antes de 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible?
DAVID NABARRO
La principal prioridad será dejar de tratar el VIH/sida como un problema aislado y convertir los servicios para los afectados por dicha enfermedad en una parte integral de la cobertura de salud universal y, además, vincular dichos servicios con los ofrecidos a los afectados por otras enfermedades crónicas.
La segunda es repasar las lecciones aprendidas de la labor realizada para capacitar a las personas en riesgo de contraer VIH/sida desde la óptica de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y después utilizar la información extraída de este repaso como base para incorporar medidas relacionadas con el VIH a todos los ODS (véase más adelante).
Del mismo modo que el movimiento contra el sida redefinió la salud pública entre 2000 y 2015, ahora este movimiento debe ayudar a incorporar la salud pública a los ODS con un argumento totalmente nuevo. Este argumento debe hacer hincapié en la interrelación entre los ODS y la necesidad de no excluir a nadie, y demostrar que la salud es vital para conseguirlo.
SANIA NISHTAR
Para erradicar la epidemia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) debe continuar trabajando en asociación con otras partes y promover el ambicioso programa aprobado en la reunión de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas para la erradicación del sida. A fin de lograr un acceso universal a una atención segura en las primeras fases de la enfermedad —aún se requiere mucho trabajo para conseguir una cobertura universal—, los países necesitan apoyo para poder determinar cómo ofrecer un tratamiento de por vida. La OMS se asegurará de mantenerse al tanto de las evidencias y actuar de inmediato a medida que las nuevas pruebas arrojen luz sobre cómo llegar a la gente y continuar proporcionándoles tratamiento para reducir la carga vírica comunitaria.
Solo entonces podremos aspirar a frenar la transmisión. En cuanto a la prevención, si bien en este momento hay algunas intervenciones eficaces por planificar, todavía tenemos que mejorar nuestro conjunto de herramientas, y la OMS velará por que se incorporen nuevas evidencias y experiencia a los programas lo antes posible. La erradicación del VIH requiere una cobertura de salud universal para el principal paquete de medidas basadas en pruebas, un enfoque basado en derechos y un entendimiento del papel crucial que desempeñan los determinantes sociales.
En este sentido, debemos centrarnos en acabar con la transmisión. Este objetivo implica continuar promoviendo un acceso universal al tratamiento y la realización de pruebas con un énfasis en los grupos más vulnerables, incluidas las adolescentes y los usuarios de drogas, entender el valor de la profilaxis previa a la exposición y, obviamente, a la larga conseguir una vacuna.
La función de la OMS para lograr este objetivo es continuar proporcionando directrices normativas basadas en pruebas y reforzar su conjunto de herramientas para avanzar hacia una cobertura de salud universal. Sabemos que algunos países están teniendo dificultades para aplicar las directrices actuales. La OMS debe continuar aportando rigor, evidencias y un enfoque de la respuesta basado en la salud pública, de modo que podamos proporcionar directrices claras y prácticas sobre cómo ofrecer servicios en diferentes contextos (rural y urbano) y a aquellas personas que suelen carecer de acceso al sistema de salud.
La OMS también debe brindar apoyo a los países para que cuenten con los datos y sistemas de gestión necesarios para dar una respuesta instantánea en el terreno de la salud pública con miras a prevenir la transmisión de manera eficaz.
TEDROS ADHANOM GHEBREYESUS
En los últimos 20 años, hemos conseguido avances considerables en la lucha contra el sida. Aplaudo el papel de defensa y liderazgo desempeñado por ONUSIDA para conseguir estos resultados y coordinar y armonizar la respuesta del sistema de las Naciones Unidas a la epidemia del sida. Si resulto elegido Director general, tendré las siguientes tres prioridades como parte de la respuesta del sector de salud al sida.
En primer lugar, promoveré la labor de mantener el progreso que hemos conseguido hasta ahora sin caer en la pasividad y renovar nuestro compromiso de erradicar el sida como un problema de salud pública antes de 2030. El compromiso mundial por alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible ofrece una importante oportunidad para abordar los cambios estructurales, sociales y económicos necesarios para erradicar el sida. Me aseguraré de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) sea parte integral de esta labor, en colaboración con ONUSIDA, el sistema de las Naciones Unidas, los Estados miembros, la sociedad civil y los grupos comunitarios.
En segundo lugar, mi principal prioridad como Director general de la OMS será la cobertura de salud universal, y lucharé por que cada persona afectada por el VIH pueda acceder a los servicios de prevención, tratamiento y atención que necesitan para luchar contra esta enfermedad. Haremos hincapié en prevenir el VIH y combatir las comorbilidades, como la tuberculosis asociada al virus, así como en la creciente preocupación por las enfermedades no transmisibles. La cobertura de salud universal también ayudará a las principales poblaciones afectadas por el VIH, como los profesionales del sexo, hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres, usuarios de drogas inyectables, personas transgénero, inmigrantes y adolescentes, a acceder a los servicios de prevención, tratamiento y atención necesarios para luchar contra la enfermedad. La OMS proporcionará a los Estados miembros el apoyo, las directrices y las herramientas normativas que necesitan para poner en práctica estas políticas.
Y, por último, daría prioridad a la creación de sistemas de salud comunitarios sólidos que puedan diseñar y poner en práctica programas de prevención y tratamiento adaptados a la región específica de que se trate. Este objetivo incluiría reforzar los sistemas de asistencia sanitaria primaria para ofrecer servicios de prevención, tratamiento y atención del VIH. Asegurar una inversión en los sistemas de salud no solo nos ayudará a controlar el VIH/sida, sino que también reforzará nuestra labor de prevenir y tratar otras enfermedades transmisibles y no transmisibles, así como de prevenir y responder a futuras urgencias en materia de salud.
Pregunta: ¿Hasta qué punto cree que son importantes las lecciones aprendidas de la respuesta al sida a la hora de definir el futuro de la salud mundial?
DAVID NABARRO
La respuesta al sida nos enseñó mucho, y resultó extremadamente importante a la hora de definir la salud mundial. En primer lugar, nos enseñó a centrarnos en las personas y los pacientes, y no en el virus o la enfermedad. Al cambiar el enfoque de esta manera, el movimiento resultó eficaz a la hora de implicar a la sociedad civil y a un amplio espectro de actores en la lucha contra la enfermedad y, en gran medida, el estigma asociado a esta. La segunda cuestión importante que puso de manifiesto la respuesta al sida fue velar por que todas las personas en riesgo —fuera cual fuera su lugar en la sociedad— dispusieran de pleno acceso a los servicios que necesitaban, sin excluir a nadie. Se trabajó arduamente por asegurar que la condición de infectada por VIH, el género, las preferencias sexuales o el consumo de sustancias de una persona nunca fueran una excusa para la discriminación, lo cual es, sin duda, crucial para todas las esferas de trabajo en el ámbito de la salud mundial. En tercer lugar, la respuesta al sida puso de manifiesto la importancia de los enfoques intersectoriales y de múltiples interesados, y sentó nuevas bases para crear un modelo eficaz que permitiera trabajar de manera integrada en todos los organismos para resolver cuestiones complejas de salud dentro de las Naciones Unidas.
SANIA NISHTAR
La respuesta al sida nos ha enseñado más que ninguna otra cuatro lecciones esenciales para el futuro de la salud mundial. El poder de la ambición, la influencia del compromiso de la comunidad, los beneficios de una respuesta multisectorial y las lecciones para reorientar los sistemas de salud de cuidados intensivos hacia un control de las enfermedades crónicas.
En cuanto a lo primero, la comunidad de lucha contra el sida fue una de las primeras en abogar por un acceso universal. En su momento tildada de herética, la comunidad de lucha contra el sida dijo que todo el mundo podía y debería recibir tratamiento, estuviese donde estuviese. A través de la cooperación Sur-Sur, los antirretrovíricos se pusieron a disposición de aquellos que más los necesitaban, y millones de personas están vivas hoy en día gracias a ello.
En cuanto al segundo punto, la respuesta al sida nos ha demostrado que los problemas y la salud de la comunidad son responsabilidad de todos. Los profesionales de la salud comunitarios con conocimientos sobre el tratamiento fueron clave a la hora de romper con el estigma social y motivar a la gente a someterse a pruebas y tratamiento.
Con respecto al tercer punto, la respuesta al sida nos ha demostrado el poder que tiene la colaboración y, si bien el desenlace de una enfermedad podría ser una consecuencia para la salud (p. ej., enfermar o fallecer), la prevención y el tratamiento a escala universal requieren el compromiso de todas las partes —gobierno, sector privado, entidades confesionales, organizaciones comunitarias, sociedad civil y mundo académico— y de todos los sectores —educación, seguridad alimentaria, agua y saneamiento, y transportes.
En cuarto lugar, la intensificación de los servicios en países de bajos ingresos ha dado como resultado los primeros programas de atención continuada a gran escala. Si bien se cree que el VIH y las enfermedades no transmisibles (ENT) crónicas plantean retos diferentes, comparten numerosas características en lo que respecta a la respuesta de los sistemas de salud, ya que la disponibilidad del tratamiento ha convertido el VIH en una enfermedad crónica. Los programas de lucha contra el VIH han desarrollado los sistemas, herramientas y enfoques necesarios para promover la continuidad de la atención. Estas lecciones pueden ayudar a incorporar el control de las ENT a los planes de los sistemas de salud nacionales.
En general, también hemos aprendido que no podemos concebir ningún aspecto de la enfermedad como algo aislado: para combatir el VIH/sida necesitamos un sistema sólido y eficaz, lo que abarca personal, financiación, hardware, liderazgo y datos para guiar la toma de decisiones.
Nuestra experiencia con el VIH nos ha revelado las carencias de los sistemas basados en una atención episódica puntual y que el éxito solo se puede conseguir cuando beneficiario y proveedor se embarcan juntos en un viaje como parte de la continuidad de la atención. A medida que los países se enfrentan a una reducción de la carga de las enfermedades transmisibles y un incremento de las ENT, nos vemos en la necesidad de crear sistemas de salud sólidos que sean sostenibles y más receptivos. Para hacerlo, se requiere una perspectiva a largo plazo centrada tanto en las personas como en los sistemas.
TEDROS ADHANOM GHEBREYESUS
No me cabe duda de que las lecciones que aprendimos en la respuesta al sida han sido esenciales para definir el futuro de la salud mundial no solo con respecto a lo que debemos hacer, sino también en cuanto a cómo debemos hacerlo. La principal lección que aprendimos de la respuesta al sida fue la importancia de la incidencia política, la movilización de la comunidad y la determinación por superar el desánimo con ambición y solidaridad. La respuesta al sida nos enseñó el valor y el poder del compromiso de múltiples partes interesadas y que no podemos resolver un problema de salud desde su raíz si nos limitamos a centrarnos en el sector de salud. Asimismo, la solidaridad a escala mundial nos enseñó que podemos innovar y movilizar una considerable cantidad de recursos de salud nacionales e internacionales, lo que influyó profundamente no solo en el VIH, sino también en el sistema de salud en general. Por ejemplo, cuando fui Ministro de salud de Etiopía, creé un Fondo de solidaridad para el VIH del 2% (un fondo común financiado a partir de aportaciones salariales de funcionarios del 2%) para poner en marcha nuestro programa de tratamiento del VIH. En concreto, a la luz de los cambios que han tenido lugar en los panoramas políticos, necesitamos este tipo de creatividad, compromiso y respuesta multisectorial, ya que debemos dar prioridad a la cobertura de salud universal a la hora de cumplir todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Pregunta: A medida que la respuesta al sida se ha intensificado para llegar a millones de personas, uno de los principales desafíos ha sido la falta de profesionales de la salud comunitarios y la capacidad del sistema de salud de prestar servicios a escala. ¿Cómo abordará el reto de fortalecer el sistema de salud para prepararlo para el próximo brote de la enfermedad y dar respuesta a los actuales desafíos en materia de salud como el sida y las enfermedades no transmisibles?
DAVID NABARRO
Los gobiernos se centran cada vez más en cómo desarrollar mejor la infraestructura de asistencia sanitaria y la dotación de personal para que todos los pacientes puedan acceder a cuidados médicos esenciales y, al mismo tiempo, velar por que existan instalaciones adecuadas en las que se pueda ofrecer asistencia a las personas afectadas por el VIH/sida o en riesgo de contraer la enfermedad, ofreciéndoles servicios de salud e información sobre el estilo de vida. Los gobiernos intentan asegurarse de que los mecanismos de adquisición de medicamentos contra el sida funcionen bien y permitan a las personas que lo necesiten acceder a la medicación y tomarla siguiendo las indicaciones. También trabajan arduamente por conseguir el apoyo político necesario para que la infraestructura de salud se amplíe de modo que se dé respuesta a las necesidades de los afectados por el VIH. Los servicios ofrecidos deben tener en cuenta la realidad de que las personas que viven con el VIH podrían terminar desarrollando enfermedades no transmisibles. En este sentido, las autoridades nacionales de varios países están buscando formas de incorporar el tratamiento del sida a los programas de enfermedades crónicas. Todos los gobiernos desearán fomentar la colaboración regional y mundial para promover la financiación, la asistencia técnica, el acceso a los medicamentos y diagnósticos, y el acceso a las vacunas a medida que se hagan disponibles.
SANIA NISHTAR
En este sentido, usted plantea tres cuestiones distintas pero importantes: la falta de profesionales de la salud, la necesidad de prestar servicios a escala y el reto de fortalecer los sistemas de salud, y cómo prepararse mejor para el próximo brote de la enfermedad.
En primer lugar, los profesionales de la salud comunitarios constituyen la red troncal de los servicios de salud en numerosos países —en muchos casos, los profesionales de la salud son mujeres. Debemos mejorar a la hora de retribuir el trabajo de estas mujeres dentro del plazo establecido, ya que un modelo basado puramente en el voluntariado no es sostenible a largo plazo, si queremos retener a esta parte de la mano de obra. En general, la puesta en práctica de las recomendaciones de la Comisión de Alto Nivel sobre el Empleo en el Ámbito de la Salud y el Crecimiento Económico funcionará bien no solo a la hora de abordar la escasez de trabajadores de la salud sino también para impulsar el desarrollo económico y reforzar los sistemas de salud en su conjunto.
Siempre he creído que los sistemas de salud sólidos pueden cumplir cualquier objetivo de lucha contra una enfermedad específica. De hecho, este ha sido el mensaje de mi libro, Choked Pipes. Además de los objetivos de lucha contra enfermedades específicas, los sistemas sólidos y eficaces también pueden ser cruciales para responder a las pandemias. Me aseguraré de que la OMS se enfile en un rumbo que permita reforzar el marco internacional para coordinar y consolidar su labor por la consecución de la cobertura de salud universal, de la que el fortalecimiento de los sistemas de salud es un elemento clave. Este objetivo también incluirá medidas para superar las barreras sistémicas y dar respuesta a la colusión en los sistemas de salud, además de ofrecer apoyo técnico a los países para desarrollar nuevos mecanismos de protección encaminados a aprovechar el potencial de los proveedores de servicios en los sectores privados, que desempeñan una función de prestación de servicios predominante en numerosas regiones del mundo. Bajo mi dirección, la OMS promoverá una cobertura de salud universal como un objetivo normativo en materia de salud para todos los países, y ayudará a los ministerios de salud a impulsar el compromiso a nivel de jefaturas de Estado. Adoptar una cobertura de salud universal significa tomar como base los compromisos previos de inversión en la asistencia sanitaria primaria e incluir un compromiso de política social a largo plazo, la asignación de recursos nacionales y una medida que vincule la cobertura para servicios esenciales a la protección contra el riesgo financiero.
Por último, en cuanto a los brotes de la enfermedad, hay medidas por adoptar tanto en los países como dentro de la OMS. La OMS debe colaborar de manera más eficaz con los Estados miembros para mejorar sus capacidades básicas en materia de salud pública, como exige el Reglamento Sanitario Internacional. La mejora del control de la enfermedad optimizará los planes de salud, y la rapidez en la detección de los brotes y respuesta a los mismos salvará vidas. Dentro de la OMS, se ha puesto en marcha un nuevo Programa de Urgencias de Salud, que apoyo firmemente y cuyo refuerzo será una de mis prioridades.
TEDROS ADHANOM GHEBREYESUS
Intensificar los esfuerzos de los profesionales de la salud comunitarios y la capacidad de los sistemas de salud debe ser un componente fundamental de nuestra labor por conseguir una cobertura de salud universal, que será mi principal prioridad si resulto elegido Director general. Esta labor se puede basar en el importante progreso conseguido y las experiencias obtenidas en las últimas dos décadas de respuesta al VIH, la tuberculosis, la malaria, las enfermedades tropicales desatendidas y la mortalidad infantil y materna. Como parte de esta labor, también necesitamos fortalecer los sistemas de asistencia sanitaria primaria con un compromiso comunitario integrado de lucha contra las enfermedades transmisibles y no transmisibles, como el cáncer, las cardiopatías, las enfermedades respiratorias crónicas, la diabetes y las lesiones. Estas medidas no solo ayudarán a prestar servicios de promoción de la salud, prevención, tratamiento y rehabilitación basados en pruebas, sino que además mejorarán las labores de prevención, detección, respuesta y recuperación en el caso de las urgencias de salud.
Como Director general, tomaré como referencia mi experiencia personal al intentar resolver esta carencia de capacidades en Etiopía para apoyar los esfuerzos de los Estados miembros y las autoridades de salud nacionales por desarrollar y aplicar políticas encaminadas a conseguir una asistencia sanitaria universal. Por ejemplo, en Etiopía, como parte de nuestro Programa de Ampliación de Personal de Salud se desplazaron casi 40 000 profesionales de la salud comunitarios a cada población del país. La prevención del VIH fue una de sus medidas principales, un enfoque gracias al cual se redujeron en un 90% las nuevas infecciones por VIH entre 2001 y 2012. La OMS tiene un papel crucial a desempeñar a fin de compartir estos tipos de lecciones aprendidas en cada país. La organización también necesita establecer y mantener alianzas entre las diversas partes implicadas en la salud mundial —gobiernos, donantes, sector privado, sociedad civil y mundo académico— para superar las barreras que impiden conseguir una cobertura de salud universal, incluida una mejora del acceso a diagnósticos y tratamientos de calidad, medicamentos básicos y protecciones financieras. Por último, también lucharé por que la cobertura de salud universal forme y continúe formando parte del programa en las más altas instancias políticas, y por que se mantenga el compromiso político y los recursos necesarios para alcanzar estos resultados.
Pregunta: ¿Cómo velará por que las personas afectadas por el VIH, especialmente las poblaciones clave, como los profesionales del sexo, hombres homosexuales y otros hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres, personas que consumen drogas inyectables, personas transgénero e inmigrantes no queden excluidas de las labores por conseguir una cobertura de salud universal?
DAVID NABARRO
Hay muchos ejemplos de profesionales de la salud, miembros de la sociedad civil, grupos confesionales, las Naciones Unidas y otras partes interesadas en trabajar con gobiernos para acabar con el estigma asociado a las personas en riesgo de contraer VIH y reducir el grado en el que estas son susceptibles de discriminación, la cual les impide beneficiarse del acceso necesario a la atención. Para llevar mejor a cabo esta labor, los profesionales de la salud y otras partes interesadas precisan de apoyo para poder actuar de manera que puedan reducir el estigma y la discriminación, necesitan acceder a las pruebas y deben ser capaces de interaccionar con el público en general y de colaborar estrechamente los unos con los otros en un acto de solidaridad, ya que esta puede ser una labor difícil y complicada que lleva asociada tanto éxitos como fracasos.
SANIA NISHTAR
Todo el mundo tiene derecho a la salud. Como ocurre con todos los aspectos de su trabajo, si bien reconoce la criticidad de la soberanía nacional, para cumplir su mandato de acceso universal a la salud, la OMS también debe actuar de administradora y defensora tanto del derecho a la salud como de un enfoque de la salud basado en los derechos humanos.
El programa para el 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible reafirman la responsabilidad que tienen los Estados miembros de “respetar, proteger y promover los derechos humanos, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento, discapacidad o cualquier otra condición”, lo que indica un compromiso renovado en pro de los derechos humanos en el próximo programa de desarrollo y salud mundial.
Durante mi trabajo como médico, para el gobierno, la sociedad civil y el mundo académico, y colaborando con organismos internacionales, siempre he sustentado mi actividad en el fundamento de que todo el mundo tiene derecho a acceder a servicios de salud de calidad. Esta sólida base fue lo que me llevó a crear un innovador mecanismo de financiación en Pakistán que ayuda a las comunidades más pobres y marginadas a evitar gastos catastróficos cuando acceden a la salud. Como Directora general de la OMS, continuaré predicando con el ejemplo en lo que respecta al derecho a la salud.
TEDROS ADHANOM GHEBREYESUS
Nuestra labor por conseguir una cobertura de salud universal requiere dar prioridad a las necesidades de los más vulnerables y marginados. En concreto, creo que la OMS debe abogar por mecanismos para atraer y escuchar con atención a estos grupos y aprender de ellos. Esta interacción —y lo que aprendamos de ella— debe ser la prioridad en nuestra labor por movilizar recursos y exigir responsabilidades a las autoridades por la salud de todos, independientemente de la edad, el sexo, la posición económica, la orientación sexual o la religión. Asimismo, será esencial mejorar nuestra base empírica para lograr formas eficaces de llegar a los más vulnerables y marginados. Los nuevos estudios nos pueden ayudar a desarrollar soluciones basadas en datos y centradas en resultados, lo que nos permitirá maximizar el impacto de las intervenciones en las que invertimos. Parte de esta labor requerirá también construir y mejorar la infraestructura para la recopilación de datos y asegurar que los datos que recopilemos se utilicen para orientar las políticas. Por último, la OMS se halla en condiciones óptimas para abordar la desigualdad en la asistencia sanitaria y, si resulto elegido Director general, me erigiré en defensor comprometido y portavoz firme para asegurarme de que todo el mundo tenga derecho a la asistencia sanitaria.
Pregunta: ¿Qué significa ONUSIDA para usted?
DAVID NABARRO
ONUSIDA es una expresión muy importante del espíritu y la solidaridad con la que todos necesitamos trabajar juntos para habilitar medidas que conlleven una reducción de las carencias y el sufrimiento experimentados por quienes se encuentran en riesgo de infección por el VIH y el sida, así como por aquellos ya afectados por la enfermedad. Ha influido considerablemente en el comportamiento no solo del sistema de las Naciones Unidas, sino en el de toda la comunidad de partes que intervienen en asegurar un acceso igualitario a los requisitos para la prevención, el diagnóstico y el tratamiento del VIH/sida.
SANIA NISHTAR
ONUSIDA fue uno de los primeros ejemplos de asociación que sacó partido de los puntos fuertes y competencias fundamentales de todos los organismos de las Naciones Unidas. Bajo la dirección de ONUSIDA, las Naciones Unidas han promovido un ambicioso programa y, juntos, hemos llegado más lejos y avanzado más rápido para acabar con la epidemia —en algunos países se están alcanzando objetivos ambiciosos en cuanto al acceso al tratamiento y la prevención de la transmisión del VIH de madres a hijos y, por primera vez, controlar la epidemia y acabar con la transmisión parecen igual de posible en varios de los países africanos más afectados.
ONUSIDA siempre ha desempeñado un papel clave a la hora de mantener un enfoque de nuestra respuesta basado en los derechos humanos y velar por que el acceso a servicios de prevención y tratamiento básicos se extienda a poblaciones clave en riesgo, incluida la reducción del riesgo para adolescentes y consumidores de drogas inyectables por vía intravenosa. ONUSIDA también ha sido pionera a la hora de determinar cómo desde el sector de la salud podemos trabajar con múltiples partes —sociedad civil, comunidades, voluntarios y sector privado— para mejorar la coordinación y aprovechar mejor los recursos, habilidades y experiencias de los colaboradores.
TEDROS ADHANOM GHEBREYESUS
Empezaré con una observación personal. También ha sido un gran honor y placer haber tenido la oportunidad de presidir la Junta Coordinadora del Programa (JCP) durante mi mandato como Ministro de salud de Etiopía en 2009 y 2010, y considerar ONUSIDA un aliado con el que hemos mantenido una estrecha relación durante más de una década. Durante el periodo en que presidí la JPC, ONUSIDA incrementó su énfasis en el fortalecimiento de los sistemas de salud y la prevención del VIH, incluida la implicación nacional, lo que creó el marco para nuestra labor por una cobertura de salud universal. También trabajamos para poner en práctica la nueva declaración sobre la misión de ONUSIDA, que explicaba sus prioridades y su enfoque de cara al futuro.
Creo que el inspirador liderazgo de ONUSIDA ha sido fundamental a la hora de frenar la epidemia del sida y conseguir que esta enfermedad deje de ser una sentencia de muerte para convertirse en una afección crónica. Su función a nivel mundial no solo ha atraído el máximo apoyo político para la respuesta al sida, sino que además ha conseguido que las voces de aquellos afectados por el VIH y sus familias constituyan el eje central de la respuesta, lo que implica incorporar la sociedad civil a su estructura de gestión. Creo que consolidar estas experiencias servirá para gestionar los cambios estructurales, sociales y económicos necesarios para erradicar el sida como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. También tomo nota de las recientes recomendaciones del Grupo de Revisión Mundial sobre el Futuro del Modelo del Programa Conjunto de ONUSIDA.
Si resulto elegido Director general de la OMS, mi deseo sería continuar nuestro trabajo juntos y nuestra estrecha colaboración.
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20 de febrero de 2025

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ONUSIDA da la bienvenida a David Beasley como nuevo Director Ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos
31 Marzo 2017 31 Marzo 2017GINEBRA, 31 de marzo de 2017—ONUSIDA acoge con beneplácito el nombramiento de David Beasley como nuevo Director Ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA).
"El nombramiento de David Beasley se produce en un momento muy importante", afirma el Director Ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé. "La labor del PMA para garantizar la seguridad alimentaria constituye la base de las iniciativas mundiales dirigidas a acabar con el ciclo del hambre y la pobreza, y resulta fundamental para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, entre los que se encuentra el de poner fin a la epidemia del SIDA".
El PMA ha informado recientemente de que más de 100 millones de personas se enfrentan a una situación de grave inseguridad alimentaria en todo el mundo y de que, en la actualidad, 20 millones de personas de cuatro países (Sudán del Sur, Somalia, Nigeria y el Yemen) sufren hambruna.
Durante las crisis humanitarias, el acceso a los servicios de salud y la disponibilidad de los medicamentos para las personas que viven con el VIH se ven afectados y la población tiene dificultades para cubrir sus necesidades de nutrición, lo cual supone un riesgo todavía mayor para su salud.
El PMA, copatrocinador de ONUSIDA, trabaja para integrar la alimentación y la nutrición en el paquete amplio de atención, tratamiento y apoyo para las personas que viven con el VIH y/o tuberculosis activa. El PMA también trabaja con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) con el objetivo de garantizar que tanto la seguridad alimentaria como las necesidades conexas se abordan de manera adecuada entre las personas desplazadas, refugiadas y repatriadas. Juntos prestan su apoyo a la prevención y el tratamiento del VIH y la tuberculosis, así como a las actividades de asistencia alimentaria y nutricional en las situaciones de emergencia humanitaria.
La integración de los componentes de alimentación y nutrición en los paquetes de tratamiento y apoyo al VIH y la tuberculosis es esencial para garantizar mejores resultados en materia de salud para las personas que viven con el VIH y/o tuberculosis. En 2015, los programas de VIH y tuberculosis del PMA llegaron a 540.000 personas.


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Apoyando los esfuerzos encaminados a poner fin al matrimonio infantil en América Latina y el Caribe
24 Marzo 2017
24 Marzo 2017 24 Marzo 2017El matrimonio infantil es frecuente en gran parte de América Latina y el Caribe, conformando alrededor del 23% de los matrimonios en la zona, a pesar de las leyes que lo prohíben.
El impacto que tienen el matrimonio infantil y las uniones tempranas (en las que uno de los miembros es menor de 18 años) en las niñas y en sus sociedades puede ser devastador. Las pruebas indican que existe una estrecha relación entre el matrimonio infantil y las uniones tempranas y el embarazo precoz, la mortalidad materna e infantil, unos niveles educativos más bajos para las niñas y una posición inferior en el índice de desarrollo humano. Además, el matrimonio infantil y las uniones tempranas hacen que las niñas sean más propensas a contraer enfermedades de transmisión sexual, lo que incluye el VIH.
En un acto de alto nivel organizado conjuntamente por las Misiones Permanentes de Panamá y de Guatemala ante las Naciones Unidas en colaboración con ONU Mujeres, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y ONUSIDA, se presentaron las lecciones aprendidas y las opciones programáticas y normativas para hacer frente al matrimonio infantil en América Latina y el Caribe.
En dicho acontecimiento, que se celebró el 17 de marzo en la sede central de las Naciones Unidas en Nueva York (Estados Unidos de América), durante la sexagésima primera sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, los participantes reconocieron que el matrimonio infantil y las uniones tempranas constituyen una violación de los derechos humanos y suponen una grave amenaza para las vidas, la salud y el futuro desarrollo de las niñas.
El acto se centró en la importancia de apoyar reformas legislativas para elevar la edad legal de matrimonio a los 18 años y promover programas que empoderen a las niñas y mujeres jóvenes.
Asimismo, se identificaron estrategias y enfoques exitosos para la reducción de las tasas de matrimonio infantil. Por ejemplo, Panamá —donde alrededor de un 26% de las niñas se casa antes de los 18 años y aproximadamente un 7% antes de los 15— ha reformado su legislación nacional en lo que respecta a la edad legal de matrimonio. Ahora, la edad mínima legal de matrimonio en el país son los 18 años, al igual que la edad de consentimiento. Antes, con el permiso de los padres, las niñas de apenas 14 años y los niños de 16 se podían casar. En Guatemala, gracias a las acciones de sensibilización impulsadas por ONU Mujeres, la sociedad civil y la cooperación internacional, se han aprobado reformas en los códigos civil y penal con el objetivo de elevar la edad mínima de matrimonio a los 18 años.
Desde el año 2015, ONUSIDA ha trabajado como asociado con ONU Mujeres, UNICEF, UNFPA y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en una iniciativa conjunta para poner fin al matrimonio infantil y las uniones tempranas. Esta iniciativa apoya las acciones de los gobiernos de manera que se asegure que, a lo largo de toda su vida, las niñas y las mujeres ven reconocidas y garantizadas sus múltiples necesidades.
ONUSIDA está trabajando con diversos países para eliminar las desigualdades de género y toda forma de violencia y discriminación contra las mujeres y niñas para el año 2020, como se especifica en la Declaración Política de las Naciones Unidas de 2016 sobre el VIH y el sida.
Quotes
“El matrimonio infantil y las uniones tempranas constituyen una violación de los derechos humanos. Punto.”
“Poner fin al matrimonio infantil es un imperativo moral y legal, y requiere que se tomen medidas a muchos niveles. Los gobiernos, la sociedad civil y otros asociados deben trabajar conjuntamente para asegurar que las niñas cuentan con acceso a la educación, información y servicios relacionados con la salud, y empoderamiento."
“Reconozco los esfuerzos realizados por países como Panamá, Guatemala, Ecuador y México para poner fin al matrimonio infantil. Son un ejemplo para garantizar los derechos humanos de las niñas.”
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Prevenir la transmisión maternoinfantil en zonas productoras de café en Guatemala
08 Diciembre 2016
08 Diciembre 2016 08 Diciembre 2016La prevención de la transmisión maternoinfantil del VIH sigue siendo uno de los mayores retos a los que se enfrenta la respuesta al VIH en Guatemala. En el año 2015, la cobertura de pruebas del VIH entre mujeres embarazadas fue del 42%. Actualmente, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se ha asociado con la Fundación de la Caficultura para el Desarrollo Rural (Funcafé), la Asociación Nacional del Café, el programa nacional sobre el sida y otros organismos de las Naciones Unidas, como ONUSIDA y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. Su objetivo es promover el acceso a las pruebas del VIH y a programas de prevención y tratamiento entre las mujeres que trabajan en plantaciones durante la temporada de corte de café.
A menudo, los trabajadores de temporada de las plantaciones de café poseen información limitada sobre el VIH y otros problemas de salud, además de acceso restringido a los servicios de atención y apoyo relativos al VIH. Además, existe un desafío adicional: los trabajadores de estas plantaciones están sujetos a altos niveles de movilidad y migración. El nuevo programa aprovecha la red de 16 centros de salud comunitarios que Funcafé ha establecido en áreas montañosas en las que se produce café para proporcionar información acerca de la prevención de la transmisión maternoinfantil del VIH, así como para promover las pruebas del VIH y los tratamientos para mujeres embarazadas.
El proyecto tiene como objetivo diagnosticar a las mujeres embarazadas que viven con el VIH y remitirlas al sistema oficial de salud. De esta forma, pueden realizarse pruebas adicionales para confirmar su estado e iniciar el tratamiento antirretrovírico. La OIT y sus asociados proporcionan apoyo técnico para formar a los trabajadores sanitarios comunitarios en la prestación de servicios de prevención de la transmisión maternoinfantil del VIH. Asimismo, facilitan el acceso de las personas que lo necesitan a los servicios de tratamiento y prevención del VIH y logran aumentar la cobertura de las pruebas y del tratamiento en mujeres embarazadas.
«Se trata de una iniciativa innovadora que busca fortalecer el acceso de las mujeres a los servicios de prevención de la transmisión maternoinfantil del VIH. Para ello, pretende vincular el sistema de salud comunitario y el sistema nacional de salud y promover una asociación multisectorial entre el sector privado, el Ministerio de Salud y los asociados internacionales, con la participación activa de las comunidades», afirma Ricardo García, director nacional de ONUSIDA en Guatemala.
Entre otros aspectos, la iniciativa busca formar a las matronas de la comunidad en el campo de la prevención del VIH y de la transmisión maternoinfantil del VIH en las plantaciones de café. Las matronas desempeñan un papel importante en las zonas rurales, ya que actúan como punto de entrada de las mujeres embarazadas en el sistema sanitario. Este proyecto común también pretende concienciar a los hombres que trabajan en las plantaciones de café y a los que viven en zonas rurales sobre la prevención del VIH y la igualdad de género.
«El lugar de trabajo nos brinda la oportunidad de fomentar la salud y de facilitar el acceso a la información sobre las herramientas de prevención del VIH, no sólo entre nuestros empleados y sus familias, sino también en las comunidades en las que trabajamos, lo que beneficia a toda la población», explica Mynor Maldonado, director ejecutivo de Funcafé.
La iniciativa forma parte de un programa más amplio en el que la OIT y ONUSIDA han estado trabajando desde 2013. La OIT y sus asociados están estudiando iniciativas similares en otros sectores de la agroindustria.
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Reducir el impacto del VIH entre las adolescentes
11 Noviembre 2016
11 Noviembre 2016 11 Noviembre 2016Alrededor de 180 mujeres jóvenes y adolescentes de Malawi, Kenya y Uganda han emprendido un proyecto piloto bautizado como Empowerment + Engagement = Equality (Capacitación + Compromiso = Igualdad). Este programa tiene como objetivo fortalecer el liderazgo de mujeres jóvenes y adolescentes para que participen en las evaluaciones a nivel nacional que ha emprendido la plataforma All In to #EndAdolescentAIDS, que busca erradicar el sida entre los adolescentes. Empowerment + Engagement = Equality aborda las cuestiones de desigualdad de género que aumentan la vulnerabilidad de las adolescentes ante la infección por el VIH y facilita espacios seguros donde poder compartir experiencias.
La iniciativa ha sido diseñada e implementada por ONU Mujeres y la International Planned Parenthood Federation (Federación internacional de planificación de la familia), y ha movilizado a más de 1000 defensores jóvenes, entre ellos mujeres jóvenes que viven con el VIH, quienes han manifestado sus preocupaciones a nivel local, regional y nacional. Los participantes, además de compartir conocimientos entre ellos, han celebrado reuniones cara a cara y en línea con padres, profesores, líderes religiosos y otros actores de la comunidad para debatir cómo cambiar normas de género dañinas y desigualdades que aumentan el riesgo de contraer la infección por el VIH.
La Primera Dama de Malawi, Gertrude Mutharik, ha participado en uno de los debates y se ha comprometido a enfrentar los factores que aumentan el riesgo de contraer la infección por el VIH en las mujeres jóvenes. Entre estos problemas se incluye la violencia de género. Los líderes jóvenes siguen interviniendo al más alto nivel; prueba de ello es su participación en los debates de la Conferencia Internacional sobre el Sida que ha tenido lugar en Durban (Sudáfrica) en julio de 2016.
"Lo más gratificante de mi trabajo como parte de este proyecto es apoyar a otras chicas como yo para que se sientan seguras, capaces y en control de sus propias vidas", declaró Divina Kemunto, de Kenya. "Compartí mi experiencia personal y animé a las niñas que viven con el VIH a creer que ellas también pueden caminar con la cabeza bien alta y con una sonrisa en la cara".
Si queremos poner fin a la epidemia de sida en el mundo para el año 2030, es fundamental evitar casos de nuevas infecciones por el VIH entre las adolescentes y mujeres jóvenes del África subsahariana. En 2015, el 75% de las nuevas infecciones por el VIH registradas entre adolescentes en el África subsahariana tuvo lugar en chicas de 10 a 19 años. Para evitar las infecciones hay que capacitar a las mujeres jóvenes y a las niñas para que permanezcan en el colegio y así tengan mejores perspectivas económicas. Además, es importante garantizar que dispongan de los conocimientos, la información y las herramientas necesarias para evitar embarazos no deseados e infecciones de transmisión sexual y asegurar que sepan cómo actuar cuando se enfrenten a la violencia sexual.
Debemos eliminar las leyes y políticas que discriminan a las mujeres y las niñas, así como respetar plenamente sus derechos y su salud reproductiva y sexual.
Día mundial del sida 2016


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Subsanar las carencias en el ámbito del diagnóstico del VIH en niños pequeños
25 Octubre 2016
25 Octubre 2016 25 Octubre 2016Para lograr los objetivos de Acción acelerada y poner fin a la epidemia de sida para 2030, deben eliminarse las nuevas infecciones por el VIH entre los niños. El VIH puede transmitirse de la madre al niño durante el embarazo, el parto y la lactancia, pero con el tratamiento antirretrovírico, las tasas de transmisión maternoinfantil pueden reducirse hasta el 5 % o menos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) promueve un enfoque integral para prevenir la transmisión maternoinfantil del VIH. Una parte importante de esta estrategia es proporcionar el tratamiento, la atención y la ayuda apropiados a las mujeres que viven con el VIH, a sus hijos y a otros miembros de la familia.
Desde 2005, gracias a unos eficaces programas que evitan la transmisión maternoinfantil, el número de niños seropositivos al nacer ha descendido en aproximadamente un 70 %. En 2015, dieron a luz unos 1,4 millones de madres que viven con el VIH y 150 000 bebés se infectaron por el VIH en todo el mundo. Los niños seropositivos presentan la mayor tasa de mortalidad en los tres primeros meses de vida, por lo que su estado serológico debe diagnosticarse con rapidez para que puedan recibir el tratamiento que necesitan.
Sin embargo, existen graves carencias en materia de diagnóstico. Solo el 51 % de los bebés expuestos al VIH en todo el mundo se someten a las pruebas a las seis semanas, la edad recomendada por la OMS. La mitad nunca recibe los resultados. Entre aquellos que dan positivo y reciben los resultados, solo la mitad recibe atención. Por tanto, de los 150 000 bebés seropositivos al nacer en 2015, solo la mitad se derivó a los servicios de asistencia.
UNITAD ayuda a acabar con estas carencias en el diagnóstico. A través de sus socios, UNITAID ha invertido más de 300 millones de dólares para ampliar la disponibilidad de unas tecnologías diagnósticas asequibles y de una calidad garantizada en los países con ingresos bajos y medios. De manera crucial, UNITAID realiza estas pruebas allí donde la gente necesita la atención, incluso en entornos lejanos, para garantizar que los pacientes más jóvenes reciban con rapidez el tratamiento que necesitan.
Las pruebas diagnósticas tempranas son adecuadas para los bebés, mientras que los análisis diagnósticos rápidos no son adecuados para ellos, ya que los anticuerpos de la madre pueden permanecer en la sangre de los niños hasta 18 meses después del nacimiento. UNAITAID tiene como objetivo comercializar estas pruebas de detección por menos de 30 dólares. Se tarda menos de dos horas en hacer los análisis, por lo que los bebés pueden obtener el diagnóstico ese mismo día y ser derivados de inmediato a los servicios de atención Esto reduce el número de niños cuyos resultados se pierden o se retrasan y ahorra costes en comparación con un diagnóstico más tardío.
Con algunos ajustes, las pruebas en el punto de atención de los niños podrían reducir aun más la mortalidad infantil. El director de operaciones de UNITAID, Robert Matiru, recalca la importancia de realizar las pruebas de manera habitual. "Las pruebas al nacer indican a los médicos si un bebé se ha infectado en el útero", afirma. "Pero si un niño se infecta al nacer, la seroconversión del VIH no se detectará en la sangre hasta semanas después. Es esencial volver a realizar la prueba a las 6 semanas, tal y como se recomienda".
Actualmente, UNITAID lleva a cabo proyectos para que las pruebas diagnósticas precoces en el punto de atención y los análisis de carga vírica estén disponibles y sean asequibles en 16 países africanos. Unas plataformas innovadoras, adaptadas a unos centros sanitarios descentralizados, facilitan que los profesionales sanitarios lleven a cabo diversos tipos de pruebas. UNITAID financia investigaciones operativas para comprobar que cada una de las soluciones sanitarias sea rentable, apropiada para el entorno y ampliable. A su vez, los conocimientos extraídos de este trabajo servirán para conformar directrices de tratamiento, planes y políticas nacionales de prevención y tratamiento del VIH y estrategias globales contra el VIH, retroalimentando un ciclo de programas cada vez más eficaces.
Partners
Hands up for #HIVprevention — World AIDS Day campaign


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La amenaza mundial de la resistencia a los medicamentos, destacada en el nuevo informe de la OMS sobre la tuberculosis
13 Octubre 2016
13 Octubre 2016 13 Octubre 2016En el informe de 2016 sobre el estado de la epidemia y la respuesta mundiales a la tuberculosis (TB), la Organización Mundial de la Salud comunicó que se calculaba que en el año 2015 se produjeron 10,4 millones de nuevos casos de tuberculosis, una cantidad superior a la de las estimaciones previas. Sin embargo, en el año 2015 únicamente se detectaron y comunicaron oficialmente 6,1 millones de casos de TB, lo que demuestra la existencia de importantes deficiencias para localizar y aplicar las pruebas a quienes quizás padezcan TB. Seis países representan el 60% de la incidencia mundial total de la TB: China, India, Indonesia, Nigeria, Pakistán y Sudáfrica. La tuberculosis sigue siendo la principal causa de muerte entre quienes viven con el VIH, a pesar de que se podrían curar por un coste reducido. El coste generado por dejar de tratar la tuberculosis es, sin embargo, alto en términos de la propagación de la enfermedad y de la mortalidad.
Se calcula que, en 2015, 1,8 millones de personas murieron de tuberculosis y que, de estas muertes, 0,4 millones se produjeron entre quienes también eran seropositivas. Más del 20% de las personas que viven con el VIH y la enfermedad de la tuberculosis no estaba recibiendo medicamentos antirretrovirales que salvaran su vida, una oportunidad perdida de ofrecer atención y tratamiento completos e integrados. La TB también se puede evitar entre las personas que viven con el VIH recibiendo tratamiento antirretroviral temprano y terapia preventiva con isoniazida, aunque la respuesta a la terapia preventiva sigue siendo insuficiente.
Un hallazgo del informe que es particularmente preocupante se refiere a la respuesta inadecuada ante la creciente incidencia de la TB resistente a múltiples fármacos (MDR en inglés). En el año 2015, solamente una de cada cinco personas que reunían los requisitos recibió tratamiento contra la TB-MDR. Por otra parte, la tasa de curación de la tuberculosis multirresistente sigue siendo decepcionantemente baja: el 52% a nivel mundial, a pesar de las recientes mejoras para acceder a los nuevos tratamientos.
El aumento de la resistencia a los medicamentos es una de las mayores amenazas contra la reducción de la incidencia de la enfermedad y las muertes por enfermedades infecciosas, como el VIH, la tuberculosis y la malaria, que impide que alcancen su pleno potencial muchas personas que viven en países con rentas bajas y medias. Es necesario tomar medidas urgentes que eviten el desarrollo y la propagación de la resistencia a los medicamentos, y es fundamental invertir en investigación para encontrar nuevas terapias que sustituyan a las que han demostrado ser ineficaces debido a la resistencia a los medicamentos.
Quotes
“Nos enfrentamos a una ardua batalla para alcanzar los objetivos mundiales contra a la tuberculosis. Tiene que haber un incremento generalizado de los esfuerzos, o los países seguirán corriendo detrás de esta mortífera epidemia, y estas ambiciosas metas no se alcanzarán”.
“Cada vez que perdemos un tratamiento efectivo de primera línea contra la enfermedad infecciosa debido al desarrollo de la resistencia a los medicamentos, el mundo pierde otra oportunidad de salvar vidas y de fomentar la salud, el bienestar y el desarrollo de las personas, especialmente de las que viven en la pobreza. La atención urgente, la acción, la inversión y la investigación son necesarias para afrontar esta crisis que se avecina”.
Recursos




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Reafirmar el liderazgo de las personas que viven con el VIH en la respuesta al sida
18 Julio 2016
18 Julio 2016 18 Julio 2016Las personas que viven con el VIH han estado en la vanguardia de la respuesta al sida desde el principio como socios igualitarios que ofrecen soluciones sobre cómo prestar servicios y exigir el respecto y los derechos de todos los afectados por el VIH.
«LIVING 2016: positive leadership summit» reunió a 300 personas que viven con el VIH de todo el mundo durante los días 16 y 17 de julio en Durban, Sudáfrica, antes de la 21ª Conferencia Internacional sobre Sida.
Los participantes comentaron las necesidades de las personas que viven con el VIH y la respuesta liderada por la comunidad para acceder a servicios de calidad basados en los derechos, el estigma y la discriminación, la criminalización y la violencia, el acceso al tratamiento y a la salud y los derechos sexuales y reproductivos.
En la reunión se analizaron los éxitos desde la conferencia sobre el sida del año 2000, celebrada en Durban, pero también se destacaron los problemas aún por resolver: solo la mitad de las personas que viven con el VIH tiene acceso al tratamiento, más de 1 millón de personas que viven con el VIH mueren cada año, los recursos para la respuesta al sida están disminuyendo, el estigma y la discriminación siguen siendo barreras para acceder a los servicios y la desigualdad en el acceso cuesta vidas.
Una participación mayor y más significativa de las personas que viven con el VIH fue el tema prioritario durante los dos días de reunión.
Los participantes reafirmaron la diversidad de personas que viven con el VIH y reivindicaron la necesidad de trabajar junto con las redes de las poblaciones clave como activistas para movilizar los recursos y obtener una respuesta eficaz al sida, exigir y respaldar la reforma legal y política que respete los derechos de todos y pedir cuentas a gobiernos, donantes, las Naciones Unidas y redes del número de personas que viven con el VIH.
Quotes
«Necesitamos que las personas que viven con el VIH vuelvan a estar en el centro. Esa energía que aportaron al inicio de la respuesta nos trajo los éxitos que tuvimos; ahora necesitamos que la volváis a aportar. Estad orgullosos de lo conseguido y contad con nuestro apoyo».
«No solo os necesitamos a vosotros, sino que también os necesitamos para asegurarnos de que la discriminación no se tolere».
«Las injusticias que eran prevalentes en el año 2000 lo siguen siendo hoy en día. Las personas que viven con el VIH necesitan una revolución positiva, una que tenga sentido y que cause impacto».
«Es fundamental que las personas que viven con el VIH estén ahí, que alcen su voz. Todavía nos queda mucho camino que recorrer: que 17 millones de personas reciban tratamiento es impresionante, pero todavía debemos llegar a 20 millones de personas más».
«Nosotros somos los expertos. Debéis implicarnos. Somos las personas que contamos realmente con un bagaje de experiencias que sirve para ayudar a las personas a acceder a los medicamentos antirretrovirales y superar el estigma».
«La realidad es que no podemos exigir responsabilidades a los gobiernos si no nos presentamos frente a ellos y les exigimos que rindan cuentas».




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Poner "Un cuarto para la prevención del VIH" en el programa mundial
18 Julio 2016
18 Julio 2016 18 Julio 2016La recién lanzada campaña "Un cuarto para la prevención del VIH", que llama al aumento de la inversión en programas de prevención eficaces hasta al menos el 25% de los recursos mundiales para el VIH, está ganando impulso.
Con el fin de ayudar a aprovechar este impulso, ONUSIDA y el Banco Mundial organizaron conjuntamente un evento en la 21ª Conferencia Internacional sobre el Sida, que se ha celebrado en Durban, Sudáfrica, con un grupo de expertos de alto nivel, entre los que se incluyen Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA, Deborah Birx, coordinadora mundial de los Estados Unidos para el Sida y representante especial para la Diplomacia Sanitaria Mundial, los ministros de salud de Sudáfrica, Swazilandia y Zimbabwe, los líderes de programas nacionales contra el sida y representantes del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria y la sociedad civil. El evento, que tuvo lugar el 17 de julio, estuvo moderado por David Wilson, director del Programa Global de Sida del Banco Mundial.
Centrándose en los retos y oportunidades para ampliar los programas de prevención del VIH, los participantes compartieron ideas y experiencias, examinaron la manera de garantizar tanto la disponibilidad de una inversión suficiente como que las poblaciones clave, las mujeres y los jóvenes no se queden atrás.
En la reunión también se puso de relieve la necesidad de abordar factores de comportamiento y estructurales, además de los biomédicos.
Se argumentó que solo redoblando los esfuerzos de prevención se podría abordar la preocupante tendencia de las nuevas infecciones por el VIH entre adultos que no se han logrado reducir desde hace al menos cinco años, una tendencia que se pone de relieve en el nuevo informe de ONUSIDA Brecha de la prevención. A pesar de los grandes avances que se han hecho en el tratamiento y la reducción de la mortalidad, los participantes acordaron que el tratamiento por sí solo no puede acabar con la epidemia de sida.
Al ayudar a trazar un camino hacia delante bien definido, el grupo de expertos sugirieron una serie de pasos a seguir hacia la ampliación de los planes y programas de prevención y asegurarse de que "Un cuarto para la prevención del VIH" se convierta en realidad.
Quotes
"Los objetivos 90–-90–-90 se deben combinar con la prevención integral y nosotros tenemos los pilares fundamentales de prevención que abordan la prevención combinada para las mujeres jóvenes y adolescentes, los programas para poblaciones clave, el acceso a preservativos para todos, la circuncisión médica masculina voluntaria y la profilaxis previa a la exposición".
"Es obvio que nuestro éxito se ha basado hasta ahora en las intervenciones biomédicas. El reto más grande con el que el mundo tiene que lidiar ahora son las intervenciones de prevención social y de comportamiento. Este es nuestro nuevo enfoque".
"El verdadero problema que tenemos ante nosotros es la demografía y la epidemiología. Contar con mejores datos ayudará a centrarnos en las poblaciones adecuadas en los lugares adecuados. Necesitamos un compromiso similar y tanto rigor con los datos sobre la prevención como sobre el tratamiento".
"Tenemos que ser capaces de llegar a las poblaciones en riesgo y darles la capacidad de exigir el acceso a los servicios de prevención".