Events


Press Release
Cuarenta años después, el nuevo informe de ONUSIDA nos demuestra que sí podemos poner fin al sida
03 Junio 2021 03 Junio 2021ONUSIDA insta a los líderes mundiales a adoptar una audaz declaración política sobre el VIH en la Reunión de Alto Nivel sobre el Sida de la Asamblea General de las Naciones Unidas que se celebrará la próxima semana en Nueva York y podrá seguirse online. ONUSIDA tiene la certeza de que es la ocasión ideal para comprometerse a alcanzar un nuevo conjunto de objetivos de cara a 2025 con el fin de acabar con el sida para el año 2030
NUEVA YORK/GINEBRA, 3 de junio de 2021—Cuatro décadas después de que se conocieran los primeros casos de sida, los nuevos datos de ONUSIDA demuestran que docenas de países lograron o superaron los objetivos para 2020 fijados por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2016, lo que pone de manifiesto que esas metas no eran meras aspiraciones, sino una realidad alcanzable.
El informe demuestra que los países con leyes y políticas progresivas y sistemas sanitarios sólidos e inclusivos han obtenido los mejores resultados contra el VIH. En esos países, las personas que viven con el VIH y están afectadas por el virus tienen más posibilidades de acceder a servicios eficaces para el VIH, incluidas las pruebas de detección, la profilaxis previa a la exposición (medicamento para prevenir el VIH), la reducción del daño, el suministro multimensual de tratamiento para el VIH y un seguimiento y una atención constantes y de calidad.
«Los países que mejores resultados han obtenido precisamente han sido los que nos han abierto el camino para que los demás lo sigan», resaltó Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «Con su adecuada financiación, el compromiso auténtico de la comunidad, los enfoques multisectoriales basados en los derechos humanos y la ciencia como punto de partida para sus estrategias han logrado revertir sus epidemias y salvar vidas. Todos estos elementos son muy valiosos para estar preparados y responder eficazmente a la pandemia contra el VIH, la COVID-19 y muchas otras enfermedades».
En todo el mundo, el informe muestra que el número de personas en tratamiento se ha triplicado con creces desde 2010. En 2020, 27,4 millones de los 37,6 millones de personas que vivían con el VIH estaban en tratamiento, frente a los 7,8 millones de 2010. Se calcula que, gracias a la aparición de un tratamiento asequible y de calidad, se han salvado 16,2 millones de vidas desde 2001.
Las muertes se han reducido en gran parte debido a la generalización conseguida de la terapia antirretroviral. Las muertes relacionadas con el sida han caído en un 43 % desde 2010, hasta llegar a 690 000 en 2020. También se ha avanzado en la reducción de nuevas infecciones por el VIH, aun cuando el progreso aquí ha sido notablemente más lento: se ha logrado una reducción del 30 % desde 2010, con 1,5 millones de nuevas infecciones por el VIH en 2020 en comparación con los 2,1 millones de 2010.
El informe subraya que los países que mantienen leyes punitivas y se niegan a adoptar un enfoque de la salud basado en los derechos no están sino castigando, ignorando, estigmatizando y dejando atrás a los grupos de población clave (que constituyen el 62 % de las nuevas infecciones por el VIH en todo el mundo), a quienes se niega el acceso a los servicios para el VIH. Por ejemplo, casi 70 países de todo el mundo penalizan las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo. A los hombres gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, los trabajadores sexuales, las personas trans, las personas en prisión y los consumidores de drogas inyectables se les ofrece un acceso escaso o nulo a los servicios sanitarios o sociales, lo que actúa a favor del VIH, que consigue propagarse entre los más vulnerables de la sociedad.
Las mujeres jóvenes del África subsahariana también siguen siendo olvidadas. Seis de cada siete nuevas infecciones por el VIH entre adolescentes de 15 a 19 años en la región se producen en las niñas. Las enfermedades relacionadas con el sida siguen siendo la principal causa de muerte entre las mujeres de entre 15 y 49 años en el África subsahariana.
La COVID-19 ha demostrado la fragilidad del progreso en salud y desarrollo de las últimas décadas y ha puesto de manifiesto unas desigualdades que son evidentes. Con el fin de que el mundo siga avanzando para acabar con el sida para 2030, la comunidad mundial del sida y ONUSIDA han mirado desde el prisma de las desigualdades para desarrollar una estrategia ambiciosa y alcanzable con nuevos objetivos que alcanzar para 2025. Acabar con las desigualdades exige respuestas al VIH que puedan llegar a las poblaciones que actualmente se están dejando atrás.
Si se alcanzan, los objetivos acercarán los servicios para el VIH al 95 % de las personas que los necesitan, reducirán las infecciones anuales por el VIH a menos de 370 000 y las muertes relacionadas con el sida serán menos de 250 000 para 2025. Ello requerirá una inversión anual de 29 000 millones de dólares estadounidenses para 2025. Cada inversión adicional de 1 dólar estadounidense en la implementación de la estrategia mundial contra el sida supondrá un retorno de más de 7 dólares estadounidenses en beneficios para la salud.
ONUSIDA llama a la Asamblea General de las Naciones Unidas a comprometerse con los objetivos de una nueva declaración política sobre el VIH en la quinta Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el Sida, que tendrá lugar del 8 al 10 de junio de 2021.
«El mundo no puede permitirse invertir menos en la preparación y las respuestas ante la pandemia», afirmó la Sra. Byanyima. «Insto encarecidamente a la Asamblea General de las Naciones Unidas a aprovechar el momento y comprometerse a adoptar las medidas necesarias para acabar con el sida».


Press Release
El secretario general de las Naciones Unidas insta a centrarse más en acabar con las desigualdades para poner fin a la epidemia de sida
30 Abril 2021 30 Abril 2021Cuarenta años después de que se registraran los primeros casos de sida y a pocas semanas de la reunión de alto nivel de la Asamblea General sobre el VIH y el sida, el secretario general de las Naciones Unidas ha publicado un nuevo informe con recomendaciones y objetivos para que el mundo vuelva a enderezar el rumbo para acabar con el sida
NUEVA YORK, 30 de abril de 2021—El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, ha advertido de que, a pesar de las intensas medidas y los progresos realizados contra el VIH en algunos lugares y grupos de población, la epidemia del VIH sigue expandiéndose en otros, y ha publicado 10 recomendaciones clave.* Si todos los países las cumplen, se pondrá fin a la pandemia del sida como amenaza para la salud pública antes del fin de 2030, como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En un nuevo informe, Superar las desigualdades y enderezar el rumbo
para acabar con el sida de aquí a 2030, el secretario general de las Naciones Unidas insta al mundo a abordar las desigualdades que están ralentizando el progreso.
"Es imprescindible romper el ciclo insostenible y cada vez más costoso de avanzar tan despacio en la lucha contra el VIH, pero nunca lo suficiente para poner fin a la pandemia", afirmó Guterres en el informe. "La desigualdad es la razón principal de que no se cumplieran las metas mundiales fijadas para 2020. Para acabar con la desigualdad, hay que lograr resultados transformadores para las personas que viven con el VIH, las comunidades y los países".
Los objetivos mundiales establecidos en la Declaración Política sobre el VIH y el Sida de la Asamblea General de 2016 se incumplieron en gran medida, lo que permitió que la pandemia de sida creciera en muchas regiones y países. Los alarmantes 1,7 millones de nuevas infecciones por el VIH que se produjeron en 2019 son más de tres veces superiores al objetivo de 2020 de menos de 500 000 nuevas infecciones. Además, las 690 000 muertes relacionadas con el sida en 2019 superan considerablemente el objetivo de 2020 de reducir las muertes a menos de 500 000 al año.
"Poner fin a la epidemia de sida como amenaza para la salud pública para 2030 sigue estando a nuestro alcance: muchos países están demostrando que es posible avanzar rápidamente en la respuesta al VIH cuando se adoptan estrategias basadas en pruebas y enfoques basados en los derechos humanos", afirmó la directora ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima. "Pero requiere un liderazgo político audaz para desafiar y abordar las injusticias y desigualdades sociales que siguen convirtiendo a ciertos grupos de personas y comunidades enteras en altamente vulnerables a la infección por el VIH".
El informe muestra que la COVID-19 ha ocasionado contratiempos adicionales. El secretario general de las Naciones Unidas advirtió de que la COVID-19 no es una excusa para no alcanzar los objetivos en materia de sida, sino más bien una dura advertencia para los países de que no pueden permitirse seguir invirtiendo menos de lo debido en la preparación y las respuestas a la pandemia.
Al mismo tiempo, la pandemia de COVID-19 ha servido para destacar los numerosos beneficios indirectos de las inversiones relacionadas con el VIH en materia de salud y desarrollo. La prestación de servicios liderada por la comunidad, que debe su origen a la respuesta al VIH, está ayudando a superar los enormes impedimentos originados por la COVID-19.
El conjunto de 10 recomendaciones para volver a poner el mundo en marcha incluye: abordar las desigualdades y llegar a todas las personas que viven con el VIH o corren el riesgo de infectarse para reducir las nuevas infecciones anuales por el VIH a menos de 370 000 y las muertes anuales relacionadas con el sida a menos de 250 000 para 2025; dar prioridad a la prevención del VIH para garantizar que el 95% de las personas en riesgo de infectarse tengan acceso a opciones eficaces de prevención para 2025; y eliminar las nuevas infecciones por el VIH entre los niños.
El informe subraya que es fundamental abordar los factores sociales y estructurales que perpetúan las desigualdades. Destaca, por ejemplo, cómo la desigualdad de género, respaldada por unas normas de género perjudiciales, restringe el uso por parte de las mujeres de los servicios de VIH y de salud sexual y reproductiva al perpetuar la violencia de género y limitar el poder de decisión, incluida la capacidad de las mujeres y las niñas para rechazar las relaciones sexuales no deseadas, negociar unas relaciones sexuales más seguras y mitigar el riesgo de infectarse por el VIH.
También muestra cómo las comunidades vulnerables, marginadas y criminalizadas, como los hombres homosexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, las personas que consumen drogas, los trabajadores sexuales, las personas transgénero, los reclusos y los migrantes también siguen corriendo un mayor riesgo de infección por el VIH que la población general, puesto que no reciben información esencial ni servicios de tratamiento, prevención y atención del VIH.
El secretario general de las Naciones Unidas describe cómo las comunidades de personas que viven con el VIH, las que corren el riesgo de infectarse y las que están afectadas por el VIH son la columna vertebral de la respuesta al VIH. Las iniciativas lideradas por las personas que viven con el VIH, las mujeres, los grupos de población clave, los jóvenes y otras comunidades afectadas han identificado y abordado las principales desigualdades y deficiencias en los servicios, han defendido los derechos de sus integrantes y han ampliado el alcance, la escala y la calidad de los servicios sanitarios.
En el informe, el Sr. Guterres aplaude la reciente Estrategia Mundial sobre el Sida 2021-2026 adoptada por ONUSIDA. Poner fin a las desigualdades, poner fin a la epidemia de sida. "Las lecciones de los países, ciudades y comunidades que han acelerado con éxito sus respuestas al VIH en los últimos cinco años son imprescindibles para la Estrategia Mundial sobre el Sida 2021-2026 de ONUSIDA", dijo el Sr. Guterres. “La comunidad internacional del sida y ONUSIDA ha centrado el desarrollo de su estrategia en las desigualdades. Esta cuenta con nuevos objetivos ambiciosos, granulares y confeccionados para llegar primero a los más rezagados”.
El informe se publica 25 años después de la creación de ONUSIDA y explica la forma en que la COVID-19 ha puesto de manifiesto ciertas desigualdades sociales y deficiencias en el sistema sanitario. El secretario general de las Naciones Unidas señala que el mundo debería aprovechar la experiencia de la respuesta a la pandemia del sida para fortalecer los sistemas sanitarios de todo el mundo y mejorar la preparación de cara a una pandemia. También apela a una mayor solidaridad mundial que permita cerrar la brecha de recursos para el VIH y aumentar las inversiones anuales para el VIH en los países de renta media y baja a 29 000 millones de dólares para 2025.
*Las 10 recomendaciones que se recogen en el informe del Secretario General de las Naciones Unidas:
- Reducir y eliminar las graves desigualdades interseccionales que impiden erradicar el sida.
- Priorizar la prevención del VIH y asegurarse de que el 95 % de las personas expuestas al riesgo de infección por el VIH puedan acceder y acogerse a distintos programas combinados de prevención adecuados, priorizados, centrados en las personas y eficaces de aquí a 2025.
- Subsanar las deficiencias en la detección, tratamiento y supresión del VIH que limitan la eficacia de la respuesta al virus y cumplir, de aquí a 2025, las metas 95–95–95 relativas a la detección y el tratamiento en todas las subpoblaciones, grupos de edad y entornos geográficos, incluidos los niños que viven con el VIH.
- Erradicar la transmisión vertical del VIH y acabar con el sida en los pacientes pediátricos.
- Colocar la igualdad de género y los derechos humanos de mujeres y niñas en toda su diversidad en el centro de las iniciativas para mitigar el riesgo y el impacto del VIH.
- Aplicar el MPPVS (mayor participación de las personas que viven con el VIH y el sida) y empoderar a las comunidades de personas que viven con el VIH, las mujeres, los adolescentes y los jóvenes y las poblaciones clave para que puedan participar de forma decisiva en la respuesta al VIH.
- Respetar, proteger y hacer valer los derechos humanos de las personas que viven con el VIH, en riesgo de contraerlo y afectadas por el virus, y garantizar, de aquí a 2025, que menos del 10 % de las personas que viven con el VIH y de las poblaciones clave sean estigmatizadas y discriminadas.
- Impulsar la solidaridad internacional para subsanar las carencias de recursos en la respuesta al VIH y aumentar la inversión anual en el VIH en los países de ingreso bajo y mediano hasta alcanzar los 29.000 millones de dólares de aquí a 2025.
- Avanzar rápidamente en pos de la cobertura sanitaria universal y afianzar los sistemas de atención primaria de salud, reconstruir mejor y de manera más justa después de la COVID-19 y las crisis humanitarias, y mejorar la seguridad sanitaria y la preparación de cara a futuras pandemias en todo el mundo.
- Aprovechar los 25 años de experiencia, conocimientos especializados y mandatos del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) para desarrollar una colaboración multisectorial y basada en derechos con múltiples interesados con miras a erradicar el sida y garantizar la salud de todas las personas como bien público mundial.
Contacto
UNAIDS GenevaSophie Barton-Knott
tel. +41 79 514 6896
bartonknotts@unaids.org
UNAIDS Geneva
Michael Hollingdale
tel. +41 79 500 2119
hollingdalem@unaids.org


Feature Story
Se lleva a cabo una reunión interactiva de múltiples partes interesadas antes de la Reunión de alto nivel de las Naciones Unidas sobre el sida
26 Abril 2021
26 Abril 2021 26 Abril 2021Los representantes de todas las partes interesadas en la respuesta al sida se reunieron virtualmente el 23 de abril para la reunión interactiva de múltiples partes antes de la Reunión de alto nivel de las Naciones Unidas sobre el sida.
Entre los participantes, se encontraban personas que viven con el VIH, están en riesgo de contraerlo o afectadas por él, representantes de los Estados miembros, parlamentarios y representantes de los gobiernos locales, organizaciones de la sociedad civil, fundaciones filantrópicas, instituciones académicas, asociaciones médicas, el sector privado y otras comunidades. El objetivo de la reunión era apoyar a los Estados miembros en la preparación de la reunión de alto nivel a través de un diálogo interactivo con las comunidades, las sociedades civiles y otras partes interesadas clave.
En su discurso de apertura, el Presidente de la Asamblea General, Volkan Bozkir, aplaudió a los activistas por su trabajo para reducir el impacto de la epidemia de VIH.
“Valoro mucho su participación hoy aquí. Comprendo que muchos de ustedes empezaron a abogar y organizarse tras experimentar pérdidas, sufrimiento, discriminación y marginación. Les elogio por compartir sus experiencias vividas con el fin de crear un mundo mejor para todos. Su resistencia es inigualable”.
En su intervención en la reunión, la Directora Ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, dijo que la voz fuerte y persistente de las personas que viven con el VIH y de las comunidades más afectadas por la epidemia ha servido para acelerar el progreso contra el virus. La Sra. Byanyima también destacó que la respuesta al VIH está estrechamente relacionada con asuntos de justicia social.
“La lucha para poner fin a la epidemia de sida está inextricablemente vinculada con la lucha para poner fin a las violaciones de los derechos humanos, incluidas la discriminación y la violencia contra mujeres y niñas, la marginación y criminalización de las personas que viven con el VIH y de los grupos de población clave (trabajadores sexuales, personas que consumen drogas, homosexuales, bisexuales, otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, y las personas transgénero)”.
Faith Ebere Onuh es una joven que nació con el VIH y que milita en la Asociación de Jóvenes Positivos que Viven con el VIH y el sida en Nigeria (APYIN, por sus siglas en inglés). Cuando tenía 14 años, la Sra. Ebere Onuh empezó a educar a otros jóvenes que viven con el VIH sobre la importancia de tomar los medicamentos contra el VIH. Se ha convertido en una mentora y en una voz para quienes no la tienen, al defender a los jóvenes de Nigeria.
“Siendo joven, he aprendido durante el tiempo que he vivido con el VIH y he trabajado con mi comunidad que para alcanzar el objetivo de poner fin a la epidemia de sida para 2030, debemos trabajar juntos, como una comunidad global. A pesar de que podemos estar progresando como Estados miembros individuales, estamos todavía desencaminados a escala mundial, y algunas regiones como las mías, África occidental y central, siguen atrasadas".
Neville Gertze, Representante Permanente de Namibia ante las Naciones Unidas y cofacilitador de los preparativos para la Reunión de alto nivel sobre el sida de 2021, comentó que las enseñanzas aprendidas en la respuesta al VIH y a la COVID-19 podrían aprovecharse para mejorar los sistemas sanitarios.
“Al adoptar las enseñanzas aprendidas a través del VIH, la lucha contra la COVID-19 puede ayudar a replantear la sanidad para acelerar los compromisos relacionados con la salud de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Al mismo tiempo que la experiencia con el VIH ayuda a informar sobre las respuestas a la COVID-19, el desarrollo de la respuesta a la pandemia de la COVID-19 aportará sin duda lecciones que pueden beneficiar tanto a la respuesta al VIH como a los esfuerzos más amplios para fortalecer los sistemas sanitarios”.
A lo largo del día se celebraron cuatro paneles en los que se examinaron las siguientes áreas de la respuesta al VIH.
1. Acceso equitativo e igualitario a la prevención, el tratamiento y los servicios relacionados con el VIH.
2. Obstáculos estructurales y sociales para lograr los resultados del VIH (cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida).
3. Cómo dotar de recursos y mantener respuestas eficaces al VIH e integrarlas en los sistemas de salud, desarrollo, protección social, entornos humanitarios y respuestas a la pandemia.
4. Reunión de todos los aspectos: crear sinergias y abordar las carencias más importantes.
Un informe resumido de la audiencia interactiva de múltiples partes interesadas estará disponible en la página web del Presidente de la Asamblea General antes de la Reunión de alto nivel sobre el sida de las Naciones Unidas, que tendrá lugar del 8 al 10 de junio de 2021.


Feature Story
Representantes de personas que viven con el VIH, grupos de población clave y otras comunidades afectadas han sido seleccionados para formar parte del grupo de trabajo de partes interesadas para la reunión de alto nivel sobre el VIH
29 Marzo 2021
29 Marzo 2021 29 Marzo 2021Tras una convocatoria pública de candidaturas, ONUSIDA y la delegación de la organización no gubernamental de la Junta Coordinadora del Programa han seleccionado a 16 representantes de la sociedad civil y del sector privado de todas las regiones para que se unan al grupo de trabajo de partes interesadas para la reunión de alto nivel sobre el VIH.
Se recibieron más de 560 candidaturas y el grupo de trabajo se ha constituido con personas de amplia y diversa experiencia. Hay, al menos, dos miembros por región. Más del 50 % de los miembros son mujeres y el 25 % son menores de 30 años. Seis de ellos viven abiertamente con el VIH y todos los grupos de población clave están representados.
La Asamblea General de las Naciones Unidas celebrará del 8 al 10 de junio de 2021 su primera reunión de alto nivel sobre el VIH desde 2016. En el período previo a la reunión, antes de finales de abril de 2021, se celebrará una audiencia interactiva de partes interesadas con la participación de las comunidades y otras partes interesadas, que también participarán en otras actividades antes y durante la propia reunión de alto nivel. El grupo de trabajo asesorará a ONUSIDA sobre el formato, el tema y el programa de la audiencia de partes interesadas y ayudará a escoger a los oradores que participarán en la audiencia, en la sesión plenaria de la reunión de alto nivel y en los debates de los paneles.
Miembros del grupo de trabajo multisectorial
Andrew Spieldenner, US PLHIV Caucus y MPact Global Action, Estados Unidos de América
Souhaila Bensaid, MENA-ROSA, Túnez
Aaron Sunday, Red Africana de Desarrollo de Adolescentes y Jóvenes y Asociación de Jóvenes Seropositivos en Nigeria, Nigeria
Adilet Alimkulov, Kyrgyz Indigo, Kirguistán
Jacqueline Rocha Cortes, MNCP National Movement of WLWA, Brasil
Phelister Abdalla, Key Affected Populations Health and Legal Rights Alliance, Kenia
Aleksey Lakhov, Humanitarian Action and Coalition Outreach, Federación de Rusia
Judy Chang, International Network of People who Use Drugs, Italia
Sonal Mehta, Federación Internacional de Planificación Familiar, India
Yasmina Chan Lopez, Red Juvenil de AMUGEN, Guatemala
Alia Amimi, Coalición internacional de preparación para el tratamiento-MENA, Marruecos
Jacques Lloyd, Afrique Rehabilitation and Research Consultants NPC, Sudáfrica
Severin Sindizera, Indigenous Peoples Global Forum for Sustainable Development, Burundi
Angela Lee Loy, Aegis Business Solutions, Trinidad y Tobago
Jules Kim, delegación de la organización no gubernamental de la Junta Coordinadora del Programa y Scarlet Alliance, Australia
Gideon B. Byamugisha, International Network of Religious Leaders Living with and/or Personally Affected by HIV, Uganda
Artículos relacionados
Nuestra acción


Feature Story
Menos del 40% de los países afirman tener programas de formación a nivel nacional para el personal encargado de hacer cumplir la ley en materia de derechos humanos y VIH
29 Marzo 2021
29 Marzo 2021 29 Marzo 2021Para asegurar una respuesta al VIH eficaz se requieren entornos jurídicos, políticos y sociales que permitan a las personas que viven con el VIH, a las que corren un mayor riesgo de infección por el VIH y a otras afectadas por la epidemia reivindicar sus derechos y recibir una indemnización cuando estos se contravengan.
Los responsables de facilitar dichos entornos jurídicos, políticos y sociales deben recibir una formación adecuada. Sin embargo, los informes de los países a ONUSIDA en 2020 muestran que los programas de formación en materia de derechos humanos y marcos jurídicos relativos a la no discriminación aplicables al VIH están operando a escala nacional para la policía y otro tipo de personal encargado de hacer cumplir la ley en solo 40 de los 102 países informantes; para los miembros de la judicatura, en 36 de los 100 países informantes y, para los legisladores y parlamentarios, en 30 de los 97 países informantes.
Países con programas de formación en materia de derechos humanos y marcos jurídicos relativos a la no discriminación aplicables al VIH, 2019
Nuestra acción


Feature Story
Convocatoria de candidaturas de personas que viven con el VIH, grupos de población clave y otras comunidades afectadas para formar parte del grupo de trabajo multisectorial para la reunión de alto nivel sobre el VIH
10 Marzo 2021
10 Marzo 2021 10 Marzo 2021La Asamblea General de las Naciones Unidas celebrará del 8 al 10 de junio de 2021 su primera reunión de alto nivel sobre el VIH desde 2016.
En el periodo previo a la reunión, antes de finales de abril de 2021, se celebrará una audiencia interactiva multisectorial que contará con la participación de las comunidades y otras partes interesadas, que también participarán en otras actividades antes y durante la propia reunión de alto nivel.
Para garantizar la implicación de la sociedad civil y garantizar un proceso participativo, abierto y transparente, ONUSIDA está formando, para finales de marzo, un grupo de trabajo multisectorial compuesto por representantes de la sociedad civil y el sector privado. El grupo de trabajo asesorará a ONUSIDA sobre el formato, el tema y el programa de la audiencia multisectorial y ayudará a identificar a los oradores que participarán en la audiencia y en el pleno de la reunión de alto nivel y los debates del panel.
Se pide a las diferentes redes de distrito que utilicen sus propias redes y procesos de selección para designar a las personas que se considerarán para el grupo de trabajo. ONUSIDA y la delegación de organización no gubernamental de la Junta Coordinadora del Programa seleccionarán a los individuos para cada una de las categorías de miembros:
- Un representante que vive abiertamente con el VIH de las redes de personas que viven con el VIH.
- Un representante que vive abiertamente con el VIH de las redes de mujeres que viven con el VIH.
- Un representante que vive abiertamente con el VIH de las redes de jóvenes.
- Un representante de cada uno de los grupos de población clave (personas que consumen drogas, personas transgénero, hombres gays y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, personas en entornos penitenciarios).
- Un miembro de la delegación de organización no gubernamental de la Junta de Coordinación del programa de ONUSIDA.
- Un representante de una organización de mujeres, que trabaje especialmente en la salud y derechos sexuales y reproductivos.
- Un representante de una organización de jóvenes, que trabaje especialmente en la salud y derechos sexuales y reproductivos.
- Un representante del sector privado.
- Un representante de una organización de carácter religioso.
- Un representante de redes u organizaciones de la población indígena.
- Un representante de redes u organizaciones de personas con discapacidad.
- Un representante de una organización que trabaje sobre la tuberculosis y el VIH.
«El compromiso de las personas que viven con el VIH, los grupos de población clave y otras comunidades prioritarias es fundamental para el éxito de la reunión de alto nivel. Las comunidades han liderado la respuesta al VIH desde el principio y saben lo que se necesita para asegurar que todas las personas de todo el mundo tengan lo que necesitan para prevenir nuevas infecciones por el VIH y para garantizar que las personas que viven con el VIH puedan sobrevivir y prosperar. El grupo de trabajo representa una importante plataforma de participación en la fase preparatoria de la reunión. Dado que el grupo de trabajo tiene necesariamente un tamaño limitado, estamos especialmente interesados en las candidaturas de las personas procedentes de las redes, que estén estrechamente vinculadas entre sus comunidades y entre regiones, para poder aportar una perspectiva profunda y amplia. Durante el periodo previo a la reunión de alto nivel se ofrecerán oportunidades adicionales para que las personas que viven con el VIH, los grupos de población clave y otros grupos afectados participen en ella», afirmó Laurel Sprague, jefa/asesora especial de participación comunitaria de ONUSIDA.
Las redes de la sociedad civil y las partes interesadas pertinentes deben presentar sus candidaturas aquí antes del 16 de marzo de 2021 a las 18.00 CET. La convocatoria de candidaturas con información detallada puede consultarse aquí.
PRESENTAR CANDIDATURAS ANTES DEL 16 DE MARZO DE 2021


Press Statement
ONUSIDA acoge con enorme agrado la decisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas de celebrar una reunión de alto nivel en materia de VIH y sida en 2021
25 Febrero 2021 25 Febrero 2021GINEBRA, 25 de febrero de 2021—ONUSIDA acoge con enorme agrado la decisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas de celebrar la reunión de alto nivel en materia de VIH y sida entre el 8 y el 10 de junio de 2021. Esta reunión de alto nivel analizará el progreso realizado en lo referente a la reducción del impacto del VIH desde la última reunión del mismo tipo celebrada en el año 2016. La Asamblea General espera adoptar una nueva declaración política que guíe la dirección futura de la respuesta al sida. Dicha reunión tendrá lugar precisamente cuando se cumplen 40 años del primer caso diagnosticado de sida y cuando ONUSIDA celebra su 25.º aniversario.
«Los líderes mundiales han de aprovechar la oportunidad que se les brinda con esta nueva reunión de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas en materia de VIH y sida para mantener su foco de atención y su compromiso para acabar con el sida como amenaza para la salud pública, en el margo de su Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible», recalcó Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «La epidemia de sida sigue siendo un asunto pendiente. Debe dejar de existir en todo el mundo y para todas las personas, incluyéndose aquí las mujeres jóvenes, las adolescentes y otros grupos de población desproporcionadamente afectados por el VIH. El derecho a la salud nos asiste a todos».
El progreso para acabar con la epidemia de sida como amenaza para la salud pública para 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible ha sido muy irregular, y no se han alcanzado los objetivos mundiales para 2020 adoptados en la Declaración política de las Naciones Unidas de 2016 para acabar con el sida. El estigma y la discriminación, la marginalización y la criminalización de comunidades enteras y la falta de acceso a la atención sanitaria, la educación y otros servicios esenciales continúan alimentando la epidemia. Las mujeres y las chicas en el África Subsahariana y los grupos de población clave (gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, trabajadores sexuales, personas trans, usuarios de drogas inyectables y presos) siguen siendo en todos los rincones las personas más desproporcionadamente afectadas por la epidemia del VIH.
ONUSIDA está actualmente trabajando en el desarrollo de una nueva estrategia mundial en materia de sida para 2021-2026 que permita incluir a todas las partes interesadas en la respuesta al sida. El borrador final de esta estrategia será revisado en marzo de 2021 por la Junta de Coordinación del ONUSIDA con vistas a su adopción. La nueva estrategia mundial del sida incluirá nuevos objetivos para garantizar que nadie quede atrás en la respuesta al sida, con independencia de dónde viva o quién sea. De lograrse estos objetivos, el número de nuevas infecciones por el VIH se reduciría hasta 370 000 para 2025, y el número de personas que mueren por enfermedades relacionadas con el sida caería hasta 250 000 en 2025.
Incluso lo ya ganado contra el VIH se ve ahora amenazado por las interrupciones y la desorganización provocada por la pandemia de la COVID-19. La reunión de alto nivel brinda la oportunidad de garantizar que el mundo hoy refuerce la resiliencia de la respuesta al sida, se comprometa a una rápida recuperación tras el COVID-19 y aproveche las lecciones aprendidas tanto de la epidemia del VIH como de la COVID-19 para crear sociedades más resilientes y sistemas sanitarios preparados para encarar los futuros desafíos que se presenten en materia de salud.
«La respuesta al sida nos ha enseñado que la responsabilidad global es fundamental para lograr un progreso más sostenido frente al impacto de amenazas sanitarias como la de la COVID-19», insiste la Sra. Byanyima. «Debemos aunar esfuerzos internacionalmente para reducir las desigualdades entre los países y dentro de cada uno de ellos, con el fin de fortalecer así la capacidad mundial de contener y derrotar los futuros desafíos mundiales en materia de salud que ponen en riesgo vidas y medios de subsistencia en todo el mundo».
ONUSIDA valora sobremanera y agradece el duro trabajo llevado a cabo por los cofacilitadores de la reunión de alto nivel y las misiones permanentes a las Naciones Unidas de Australia y Namibia en el marco de la adopción de la resolución. Del mismo modo, pone de manifiesto el gran papel desempeñado por el Presidente de la Asamblea General para liderar el proceso.
Teniendo en cuenta las restricciones impuestas para frenar la propagación de la pandemia de la COVID-19, aún no se ha decidido si la reunión de alto nivel consistirá en un encuentro en persona, en una asamblea virtual o en una mezcla de ambos formatos. En línea con la resoluci´ón, ONUSIDA anima a participar al mayor número posible de Estados miembros de las Naciones Unidas y recuerda también la importancia de contar en la reunión de alto nivel con la presencia de representantes de las organizaciones de la sociedad civil y de las personas que viven con el VIH o corren el riesgo de contraerlo. ONUSIDA también espera que tenga lugar la sesión con las distintas partes interesadas, pues la considera una gran ocasión para escuchar las voces de las personas que viven con el VIH, que corren el riesgo de infectarse o que están afectadas por el virus, incluyéndose aquí los grupos de población clave.




Feature Story
La primera estrategia transgénero de Jamaica que va más allá de la salud
08 Enero 2021
08 Enero 2021 08 Enero 2021Imaginemos un sistema de atención sanitaria que no nos tuviera en cuenta como personas y que pasara por alto todas nuestras necesidades particulares. Las enfermeras no nos plantearían preguntas que son importantes. Los médicos subestimarían e ignorarían las soluciones que verdaderamente necesitamos. Nos sentiríamos mal recibidos, indeseados.
Pues justo esa ha sido siempre la realidad de las personas transgénero en Jamaica. Sin embargo, una nueva estrategia parece introducir un gran cambio.
Con el apoyo de ONUSIDA y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), Transwave Jamaica ha lanzado la Estrategia de salud nacional no convencional para la transexualidad y el ge´nero, la primera de este tipo en las regiones caribeñas angloparlantes. Este plan de cinco años es una hoja de ruta basada en los derechos humanos que nos indica de qué manera se puede mejorar la salud y el bienestar de las personas transgénero. Lejos de reducirse únicamente a las recomendaciones para el sistema sanitario, presenta los cambios estructurales y sociales necesarios para lograr un acceso igualitario a los servicios y las oportunidades para la comunidad transgénero.
«Demasiadas personas transgénero se quedan en casa y aguantan el sufrimiento, mientras que otras optan por cambiar quienes son para poder así acceder a los espacios públicos de atención sanitaria», apunta Renae Green, directora adjunta de políticas y promoción de TransWave. «Necesitamos mejoras en los servicios básicos, incluyéndose aquí el apoyo psicosocial. Y necesitamos que las personas transgénero puedan acceder a los servicios sanitarios públicos siendo ellas mismas».
Mediante el Sobre nacional para Jamaica del Marco Unificado de Presupuesto, Resultados y Rendición de Cuentas, ONUSIDA aunó esfuerzos con el UNFPA para apoyar un sólido proceso de un año de duración vinculado con la investigación, el compromiso de la comunidad y el desarrollo de una estrategia, incluyéndose aquí un marco de supervisión y evaluación. El proceso de desarrollo de la estrategia fue informado por un comité directivo multisectorial compuesto por organizaciones de la sociedad civil, socios de cooperación internacional y autoridades gubernamentales.
El VIH es la gran prioridad para la comunidad transgénero de Jamaica. Alrededor del 50 % de las mujeres transgénero participantes en dos estudios recientes estaban viviendo con el VIH. Sin embargo, existen otras preocupaciones urgentes. De acuerdo con los resultados de dos encuestas recientes, en torno a la mitad de los encuestados estaba en situación de desempleo. Un tercio se veía obligado a sacrificar alguna comida. Una de cada diez personas se prostituía para sobrevivir. Según un estudio llevado a cabo por TransWave en el año 2020, la mitad de los participantes en la investigación había sido víctima de violencia física el año anterior, y un 20 % incluso confesó haber sufrido abusos sexuales. Más del 80 % señaló haber sido objeto de un fuerte acoso verbal.
«Las necesidades van más allá del VIH y la atención sanitaria. Existen otros factores que también impiden que la gente esté segura, se pueda adherir al tratamiento y pueda continuar siendo seronegativa. Hemos de tener en cuenta a toda la persona, todas sus parcelas y no solo una», señala Denise Chevannes-Vogel, responsable en materia de VIH y sida de la Oficina subregional para el Caribe del UNFPA.
«Valoramos muchísimo el hecho de que fuimos capaces de reunir a toda la comunidad para hablar sobre todas esas necesidades que van más allá del VIH», apunta la Sra. Green.
El equipo de TransWave se ocupó de liderar la evaluación de las necesidades de la comunidad. Esta comunidad tiene algunas peticiones únicas, como la terapia hormonal sustitutiva o la cirugía de reasignación de sexo. Otras, sin embargo, son comunes a las de toda la población. Las personas transgénero también quieren acceder a la atención sanitaria, a una vivienda, al sistema educativo y a un empleo. Asimismo, quieren verse representadas en esos espacios de la sociedad civil en los que muchos reciben atenciones y apoyos.
«No conseguiremos ninguno de los objetivos relacionados con el sida si no damos prioridad a la salud, entendida globalmente, de las personas transgénero. A día de hoy la gente está muriendo como consecuencia de la violencia, la vida en la calle y la falta de empleo y oportunidades. Hasta aquellas nociones básicas respecto a la prevención del VIH que la mayoría de la gente adquiere en un entorno educativo formal quedan fuera del alcance de la población transgénero cuando, debido al acoso sufrido, es obligada a abandonar su formación. De este modo, el objetivo de este proceso no era sino reflexionar sobre los indicadores de impacto. ¿De qué manera podrían vivir más y mejor?», cuestiona Ruben Pages, asesor de ONUSIDA en Jamaica en lo referente a la movilización de la comunidad.
Pese a todo, ¿qué posibilidades de sobrevivir tiene esta estrategia integral e innovadora en un país cuya seña distintiva es su conservadurismo social? Los socios son optimistas. Por un lado, el enfoque adoptado invita a objetivos a más largo plazo, incluyéndose aquí la reforma de las leyes con relación a cuestiones como el reconocimiento de la identidad de género y la despenalización de las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo. Aparte de ello, la estrategia se presenta también como una guía práctica para la inclusión de la comunidad transgénero en sistemas y marcos establecidos. Con una acción orientada, se pueden lograr grandes avances en poco tiempo.
Manoela Manova, directora nacional de ONUSIDA para Jamaica, apuesta a que la estrategia ayudará a acelerar el progreso del país en su batalla contra el sida.
«Mirando hacia delante, lograremos un enfoque renovado capaz de garantizar el logro de excelentes resultados en materia de prevención, pruebas y tratamiento para todas las comunidades, especialmente para los grupos de población clave y más vulnerables», destaca la Sra. Manova. «Tenemos ante nosotros la oportunidad de mejorar, y mucho, nuestro compromiso de no dejar a nadie atrás».
NUESTRA ACCIÓN
Region/country


Press Statement
Mensaje de Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA, para el Día Mundial del Sida de 2020
01 Diciembre 2020 01 Diciembre 2020El Día Mundial del Sida de este año 2020 será único.
La COVID-19 está amenazando el progreso que el mundo ha logrado en materia de salud y desarrollo en los últimos 20 años, incluidos todos los pasos dados en la lucha contra el VIH.
Al igual que todas las epidemias, la enfermedad del coronavirus está haciendo aún mayores las desigualdades que ya existían.
Aumentan la desigualdad de género, la desigualdad racial, la desigualdad social y la desigualdad económica. El mundo es cada vez menos equitativo.
Estoy orgullosísima de que durante este último año los movimientos activistas del VIH se hayan movilizado para defender nuestro progreso, proteger a las personas que viven con el VIH y otros grupos vulnerables, y tratar de contrarrestar los efectos de la COVID-19.
Una vez más, los activistas del VIH y las comunidades afectadas han demostrado al mundo que son el gran pilar de la respuesta al VIH. Unos solicitando la dispensación multimensual de los tratamientos para el VIH, otros organizando el reparto a domicilio de los medicamentos, otros proporcionando ayuda económica, alimentos y vivienda a los grupos en situación de riesgo... pero todos siempre en primera línea dando lo mejor de sí. ¡Enhorabuena por ser tan grandes!
Es precisamente esa fortaleza que reflejan las comunidades, inspiradas por la responsabilidad compartida de unas hacia otras, la que ha hecho posible en gran parte nuestra victoria frente al VIH.
Hoy en día necesitamos esa fuerza más que nunca para derrotar a las dos epidemias que nos acechan, la del VIH y la de la COVID-19.
Queridos amigos, a la hora de responder a la tremenda COVID-19, el mundo no puede cometer los mismos errores que en su momento cometió al luchar contra el VIH. Por aquel entonces, millones de personas en países en vías de desarrollo murieron mientras aguardaban la llegada de algún tratamiento.
Aún hoy, más de 12 millones de personas siguen esperando su tratamiento contra el VIH y 1,7 millones se infectaron en 2019 por no tener acceso siquiera a los servicios básicos.
Precisamente por eso, ONUSIDA lleva todo este tiempo liderando la defensa de una vacuna universal contra la enfermedad del nuevo coronavirus.
Los problemas mundiales requieren una solidaridad mundial.
Puesto que las primeras candidatas a vacunas contra la COVID-19 han demostrado ser eficaces y seguras, todos albergamos la esperanza de que seguirán surgiendo más, pero tenemos ante nosotros amenazas serias que nos impiden garantizar un acceso justo e igualitario para todos. Instamos encarecidamente a los laboratorios farmacéuticos a que compartan toda su tecnología y experiencia, les pedimos que renuncien a sus derechos de propiedad intelectual, para que así se puedan producir vacunas exitosas a la escala y la velocidad necesarias para proteger a toda la población y volver a activar la economía mundial.
Nuestro objetivo para acabar con la epidemia del sida estaba lejos de conseguirse aun antes de la irrupción de la COVID-19. Hemos de anteponer las personas a todo lo demás. Solo así volveremos a avanzar en la respuesta al sida. Hemos de acabar con las injusticias sociales que multiplican el riesgo de que las personas contraigan el VIH. Y debemos pelear con uñas y dientes por el derecho a la salud. Ninguna excusa justifica que los Gobiernos no inviertan todo su potencial para hacer realidad el acceso universal a la atención sanitaria. Se han de derribar todas las barreras que impiden el acceso, entre ellas, las tasas de los usuarios que necesiten cuidados médicos.
Se han de respetar los derechos de las mujeres y las niñas y hemos de acabar con la criminalización y la marginación de los hombres gais, las personas transgénero, los trabajadores sexuales y los consumidores de drogas.
A medida que nos vamos despidiendo del año 2020, el mundo nos recuerda que nos encontramos en un punto peligroso y que los meses próximos tampoco serán fáciles.
Únicamente la solidaridad mundial y la responsabilidad compartida nos ayudarán a erradicar la COVID-19, acabar con la epidemia del sida y garantizar el derecho a la salud para todos.
Gracias.
Winnie Byanyima
Directora Ejecutiva de ONUSIDA
Secretario General Adjunto de las Naciones Unidas
Videos


Feature Story
Cinco directores de país de ONUSIDA toman la iniciativa en la respuesta COVID-19
11 Junio 2020
11 Junio 2020 11 Junio 2020La experiencia de la directora de país de ONUSIDA para El Salvador, Celina Miranda, como doctora en medicina, ha sido muy útil durante el brote de COVID-19. Se sintió honrada cuando el Coordinador Residente de las Naciones Unidas la nominó para ser la líder del equipo de respuesta COVID-19 dentro de las Naciones Unidas en el país.
"Acepté el desafío, ya que la experiencia de trabajar en ONUSIDA con el VIH me ha dado las habilidades necesarias para manejar este tipo de situaciones", dijo.
Hasta la fecha, ha manejado seis casos confirmados de COVID-19 de personal de las Naciones Unidas de diferentes agencias. "Algunos fueron al hospital, mientras que otros se pusieron en cuarentena, y todos ya están saliendo de la etapa aguda", dijo Miranda.
Una tarea principal para los coordinadores de COVID-19 es determinar si los hospitales locales pueden admitir y tratar al personal de las Naciones Unidas y sus dependientes. El Salvador no estaba listo para la pandemia, dijo, lo que aumentó la presión.
La Sra. Miranda, junto con otros cuatro directores de país de ONUSIDA, han sido nominados por los equipos de país de las Naciones Unidas como coordinadores de COVID-19 en sus respectivos países.
Vladanka Andreeva en Camboya, Yafflo Ouattara en Chad, Job Sagbohan en Burkina Faso y Medhin Tsehaiu en Kenia se han sentido honrados de asumir esa responsabilidad.
La Sra. Andreeva explicó cómo, a principios de marzo, las Naciones Unidas en Camboya establecieron un Equipo interno de preparación y respuesta COVID-19 de las Naciones Unidas, y se le pidió que dirigiera los esfuerzos para garantizar que más de 2500 funcionarios de las Naciones Unidas y sus dependientes tengan acceso a la mas reciente información, tratamiento, atención y apoyo de COVID-19. Ella desarrolló un plan de contingencia para la familia de las Naciones Unidas y apoyó el establecimiento de un proceso de evacuaciones médicas y servicios de apoyo de salud mental para el personal.
Sagbohan, un epidemiólogo médico capacitado que trabajó para la Organización Mundial de la Salud durante los brotes de Ébola y fiebre amarilla, dijo que pasó mucho tiempo tranquilizando a los empleados para superar el estrés y el miedo. "El personal estaba asustado, así que durante el período de encierro recibí hasta 300 llamadas a la semana a pesar de las reuniones informativas virtuales regulares para el personal en todo Burkina Faso".
Explicó que a pesar del tamaño de ONUSIDA y la falta de recursos en comparación con otras agencias, conocer sobre enfermedades infecciosas ha sido de gran ayuda. Rápidamente solicitó puntos focales de diferentes organizaciones y creó un grupo de trabajo de las Naciones Unidas contra COVID-19. "He podido aprovechar un grupo sólido de personas motivadas para ayudarme y ha hecho toda la diferencia".
Para Yafflo Ouattara, el rol de coordinador de COVID-19 se adapta perfectamente a los directores de país de ONUSIDA. "Estamos acostumbrados a obtener la aceptación de nuestros copatrocinadores, por lo que el trabajo en equipo conjunto es parte de nuestro ADN", dijo. Su tarea principal en Chad ha sido ampliar las unidades de cuidados intensivos y establecer un sólido sistema de derivación para el manejo de casos severos. Cerca de 7000 empleados y dependientes de las Naciones Unidas están repartidos por todo el país, algunos en lugares donde no hay cuidado nocturno.
Como otros, también ayudó con el plan nacional de contingencia COVID-19 para garantizar que las personas que viven con el VIH tengan acceso a tratamiento y atención.
Dijo que la pandemia destacó los agujeros en el sistema de salud del país. "No solo nunca se hicieron inversiones clave en cuidados intensivos, sino que algunos de los elementos básicos, como guantes, máscaras y jabón, han estado desaparecidos todo el tiempo".
Vivir en un mundo COVID-19 significa muchos reajustes. "Tenemos la oportunidad de intervenir y hacer escuchar nuestras voces para revisar los sistemas", dijo el Sr. Ouattara.
Medhin Tsehaiu está de acuerdo. Ella se enorgullece de ver a ONUSIDA ser parte de una mayor discusión.
"Estamos presentes y estamos haciendo nuestra parte de manera muy activa y voluntaria", dijo. Pero ella cree que COVID-19 ha cambiado para siempre la forma en que las personas trabajan.
Todas las reuniones virtuales y ningún viaje ha significado que la gente estuviera mucho más disponible, por lo que hubo una comunicación continua, lo que significó un alto consumo de tiempo, explicó. "La crisis nos unió, nos guste o no, y eso ha requerido mucha colaboración", dijo Tsehaiu.
Además de su larga lista de tareas como coordinadora de COVID-19, ella y algunos otros comenzaron el fondo de solidaridad de las Naciones Unidas con Kenia. Después de mucho ir y venir, abrieron una cuenta bancaria donde el personal puede elegir contribuir con dinero durante un período de tres meses que se enviará a las personas necesitadas.
"Es una forma para que los empleados muestren empatía y apoyo a la gente de Kenia durante estos tiempos difíciles", dijo.
Hablando de solidaridad, la Sra. Andreeva dijo que la pandemia realmente probó la reforma de las Naciones Unidas a nivel de país, no solo en términos de responder a la pandemia, sino también en relación con los asuntos relacionados con el deber en los cuidados. Según una encuesta realizada en mayo, el 90% del personal en Camboya dijo que el liderazgo de las Naciones Unidas a nivel de país está tomando las decisiones correctas para gestionar la crisis.
Durante una reunión virtual de 300 miembros del personal de las Naciones Unidas en El Salvador recientemente, también hubo comentarios positivos. La Sra. Miranda dijo que no pide elogios ni agradecimientos adicionales. "Simplemente disfruto ayudando a las personas y viéndolas recuperarse, viviendo sus vidas plenamente".
Nuestra acción
Related
UNAIDS launches the development of the new Global AIDS Strategy 2026-2031

20 de febrero de 2025