Reportaje

«El personal de la clínica es muy amable. Llevo viniendo ya tiempo y me conocen todos muy bien»

02 de julio de 2019

Esta historia fue publicada por primera vez por el Fondo de población de las Naciones Unidas

Windhoek, NAMIBIA - A veces es mejor ir donde nadie sabe ni tu nombre, pero donde igualmente te sientes bienvenido. Así es para muchos trabajadores sexuales y hombres que tienen relaciones sexuales con hombres en Namibia, quienes son objeto de las mayores críticas, la mayor repulsión y el mayor estigma en prácticamente todos los aspectos de su día a día.

Como resultado, estos hombres y mujeres tienen miedo y, por consiguiente, rehúyen acceder a los servicios de salud básicos, como los relacionados con las pruebas del VIH y el tratamiento del virus, la profilaxis, los preservativos, los lubricantes y los métodos anticonceptivos.

De acuerdo con el primer estudio de vigilancia biocomportamental integrado llevado a cabo en 2014, entre los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, la prevalencia del VIH se estima de un 10,2 % en Keetmanshoop, un 7,1 % en Oshakati, un 10,1 % en Swakopmund/Walvis Bay, y un 20,9 % en la capital, Windhoek.

La prevalencia del VIH entre hombres que tienen relaciones sexuales con hombres estimada en Oshakati y Swakopmund/Walvis Bay se considera similar a la de la población general de adultos varones en los alrededores de las regiones de Oshana y Erengo, de acuerdo con los cálculos aportados por la Encuesta de salud y demografía de Namibia en 2013.

La prevalencia del VIH entre hombres que tienen relaciones sexuales con hombres es ligeramente inferior que la de la población masculina general en la región de Karas, mientras que la prevalencia del VIH entre hombres que tienen relaciones sexuales con hombres en Windhoek fue casi el doble de alta que la prevalencia del VIH entre los varones de la población general en la región de Khomas.

Cuidar sin juzgar

En 2018, la Asociación para la planificación familiar de Namibia (NAPPA, por sus siglas en inglés), con el apoyo del Fondo de población de las Naciones Unidas de Namibia, organizó varias reuniones con socios cuyo papel es clave con el objeto de abrir un centro de acogida en las oficinas de Out Right Namibia.

Out Right Namibia es una organización nacional que trabaja con la comunidad de lesbianas, gais, bisexuales, personas transgénero e intersexuales (LGTBI) con la finalidad de avanzar en los derechos, intereses y expectativas de la comunidad LGTBI en Namibia. 

Tanto el centro de acogida como la clínica NAPPA Okuryangava tenían horarios de trabajo flexibles para permitir a los grupos de población clave acceder a los servicios de salud sexual y reproductiva y a los servicios del VIH cuando más les conviniera. Asimismo, la clínica abría los sábados, con el objeto de que los grupos de población clave pudieran acceder a los servicios sin el miedo al estigma y a la discriminación. 

Todos los proveedores de servicios y el personal tanto del centro de acogida como de la clínica estaban formados y sensibilizados respecto de la importancia de brindar un servicio de calidad, y libre de juicios, a los grupos de población clave. El equipo de Outright Namibia también se movilizó para concienciar a la gente e informar con relación a los servicios ofrecidos tanto por la clínica, como por el centro de acogida.

Una experiencia agradable

«Visitar NAPPA fue para mí una experiencia muy agradable. Como trabajadora sexual, para mí es importante sentirme cómoda e ir a clínicas en las que no me sienta juzgada. NAPPA me abrió sus puertas y allí me siento como en casa. Esta clínica no me supone ninguna complicación. Aquí los servicios son gratuitos, y la prefiero antes que los hospitales de la zona», comenta una trabajadora sexual, Martha Keto (no es su verdadero nombre).

Keto, de 30 años, lleva casi 12 como trabajadora sexual, y desde octubre de 2017 acude a la clínica para recibir su tratamiento de profilaxis preexposición. «Vengo de manera regular a hacerme las pruebas y a recibir mi tratamiento de profilaxis previa a la exposición, el cual me protege frente al contagio del VIH. Las pruebas que recibo aquí no solo me mantienen informada respecto de mi estado serológico y del posible contagio de enfermedades de transmisión sexual, también me ayudan a tener controlada toda mi salud en general. Se preocupan de todas las cuestiones relacionadas con la salud, incluso del hígado, y las enfermeras son capaces hasta de decirme si mi consumo de alcohol es demasiado elevado», señala.

«El personal de la clínica es muy amable. Llevo viniendo ya tiempo y me conocen todos muy bien. Sin duda, recomendaría los servicios de NAPPA a mis compañeras también trabajadoras sexuales. Sus puertas siempre están abiertas para nosotras, incluso los fines de semana podemos venir si lo necesitamos.  En Namibia hay un enorme número de trabajadores sexuales y me gustaría que los servicios que nos proporciona NAPPA se pudieran divulgar, de manera que los trabajadores sexuales conozcan los servicios gratuitos que aquí se ofrecen», dijo.

Los sentimientos de Keto los comparten también Cinton Nati y Gideon Markus (no son sus verdaderos nombres), ambos hombres homosexuales que se benefician de los servicios de la clínica NAPPA.

«Si no hubiera sido por la amabilidad de todo el personal de la clínica NAPPA y por su constante ánimo y apoyo, nunca habría hecho caso a la enfermera y visitado la clínica», señaló Nati. Según él, el trato recibido le facilitó establecer una relación personal con los trabajadores de la clínica. Siempre le estaban dando ánimos y, gracias a ello, no solo fue capaz de apreciar mejoras en su salud, sino también en su nivel de confianza.

Antes de ir a NAPPA, Nati había tenido dificultades emocionales y mentales relacionadas con su reciente diagnóstico de VIH. Como resultado de ello, a menudo faltaba a sus citas médicas, ya que le resultaba difícil aceptar su nueva realidad como VIH-positivo.

«Desde el primer instante en que mi pareja y yo pisamos el suelo de las clínicas NAPPA, tanto en Out Right Namibia como en Okuryangava, se nos ha tratado muy bien y  todo el personal ha hecho un gran esfuerzo por hacernos sentir seguros. He participado en sesiones de asesoramiento para asegurarme de que estoy haciendo las cosas bien, y también voy a mis revisiones para comprobar que la medicación no esté teniendo efectos secundarios en el cuerpo y tener la tranquilidad de que sigo estando sano. Los profesionales de las clínicas constatan también que entendemos cómo debemos cuidar de nosotros mismos y que seguimos pautas de salud sexual responsables», explicó Markus.

«Cada vez que visitamos la clínica de Okuryangava, la hermana Fungai Bhera (enfermera graduada con experiencia) dedica siempre un tiempo a hablar sobre cómo nos hemos encontrado.  Para otros quizá esto sea una cosa menor, pero para mí significa mucho que se preocupe por nosotros, y me tranquiliza el saber que estoy cuidado y en buenas manos», comentaba Van Den Berg.

Continuó hablando al respecto y señaló: «La comunidad LGBTI en Namibia nunca ha recibido un apoyo adecuado por parte de los líderes nacionales. Como consecuencia de ello, todavía hay muchas personas LGTBI que se sienten discriminadas y presas del terror respecto de sus comunidades, puesto que no disfrutamos de los mismos derechos legales». De ahí que llevemos vidas secretas, que a veces incluso llevemos una doble vida. Pienso que precisamente son estas vidas secretas las que contribuyen a que las personas LGBTI en Namibia se encuentren en situaciones en las que son mucho más vulnerables a infectarse con el VIH u otras enfermedades de transmisión sexual.

Mayor acceso a los servicios para los grupos de población clave

En 2018, un total de 523 grupos de población clave lograron acceder a los servicios de salud sexual y reproductiva en los dos sitios. Hablamos de 233 trabajadores sexuales, 188 hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, 70 conductores de camión y 32 mujeres que tienen relaciones sexuales con mujeres.  Fueron 10 los acontecimientos de alto alcance celebrados en distintos locales nocturnos  de Windhoek.

El completo paquete de servicios proporcionado en los dos sitios incluía: pruebas del VIH y asesoramiento, y quienes daban positivo recibían inmediatamente tratamiento; servicios de profilaxis preexposición, pues quienes daban negativo en la prueba también eran asesorados e informados con relación a los servicios de profilaxis previa a la exposición y quienes estaban de acuerdo iniciaban la terapia; servicios de planificación familiar, incluyéndose aquí el suministro de preservativos; la detección y el tratamiento de las enfermedades de trasmisión sexual; y sesiones informativas con relación a la salud sexual y reproductiva, al VIH y a la violencia de género.