East and Southern Africa


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Los supervivientes de las inundaciones provocadas por el ciclón Idai desean volver a casa
18 Abril 2019
18 Abril 2019 18 Abril 2019El pueblo de Bangula, situado en el distrito de Nsanje, en el sur de Malawi, se encuentra a 5 duros kilómetros a pie de la frontera con Mozambique.
Este trayecto lo han realizado aproximadamente 2000 mozambiqueños desde que se les desplazó hace un mes, a causa de las inundaciones causadas por el ciclón Idai. Este pueblo es también el hogar temporal de, aproximadamente, 3500 malauíes procedentes de pueblos vecinos, los cuales también fueron desplazados.
Al ser predominantemente una comunidad agrícola a pequeña escala, sus viviendas, pertenencias y medios de subsistencia fueron arrastrados por las inundaciones. Por lo tanto, los miembros de esta comunidad se encuentran actualmente en Bangula, mientras que esperan a que la tierra se seque y puedan volver a su hogar para poder empezar a reconstruir sus vidas.
La respuesta de emergencia para ayudar a las 81000 personas afectadas por las inundaciones en el distrito está siendo coordinada por el Gobierno de Malaui, las Naciones Unidas, asociados para el desarrollo y organizaciones no gubernamentales.
Al llegar al pueblo, se entrega a los cabezas de familia colchonetas y sábanas para dormir y harina de maíz para cocinar.
Las mujeres y los niños se alojan en 21 tiendas situadas en la parte de atrás del pueblo, mientras que los demás duermen en casetas industriales, más concretamente bajo techos de hojalata.
En una visita al campamento, Michel Sidibé, Director Ejecutivo de ONUSIDA, supo que, a pesar de que se facilitan algunos servicios, no hay suficientes refugios para todo el mundo y no hay luz durante las noches, lo que empeora la vulnerabilidad y debilidad del grupo, especialmente de las mujeres y los niños.
Es bien sabido que la violencia sexual y de género contra las mujeres y los niños se intensifica en situaciones de emergencia como esta en Bangula. También se habló de una nutrición inadecuada y de una carencia de acceso al agua limpia y a la higiene, así como de actos de discriminación y estigma social.
La pequeña clínica situada en el pueblo se centra principalmente en casos de atención sanitaria primaria y ofrece servicios de atención prenatal y postnatal, asesoramiento y pruebas del VIH, recambios del tratamiento contra el VIH y respaldo psicosocial.
Durante su visita, Michel Sidibé habló con un grupo de personas que viven con el VIH y que habían ido al pueblo buscando refugio. Explicaron que, cuando se produjeron las inundaciones, intentaron mantener su tratamiento contra el VIH a salvo del agua.
«Las inundaciones destruyeron mi casa. Sin embargo, fui capaz de alcanzar una bolsa de plástico en la que metí mis antirretrovíricos, ya que son una de mis posesiones más preciadas», explicó Sophia Naphazi, quien reside en el pueblo de Jambo, situado también en el distrito de Nsanje.
Elizabeth Kutenti, otra mujer que vive con el VIH, aclaró que sus pastillas estaban a salvo ya que las había guardado en el tejado. «Son mi vida», declaró Kutenti.
La ayuda que estas personas necesitan para volver a sus hogares es muy fácil de prestar. «Necesitamos tres cosas: una sábana de plástico para cubrir lo que queda de nuestras casas; semillas de maíz para plantar y una azada. Con esto, podemos volver a casa», afirmó William Moses.
«La capacidad de resistencia que he presenciado hoy es simplemente increíble», resaltó Michel Sidibé. «El mensaje más importante que he escuchado es uno de esperanza».
Atupele Austin Muluzi, Ministro de Salud y Población de Malaui, acompañó a Michel Sidibé. Muluzi agradeció a los organismos de la ONU y a los departamentos gubernamentales por su apoyo en la coordinación de la respuesta de emergencia.
«Necesitamos un apoyo constante para que todas las personas que se encuentran aquí obtengan la ayuda que necesitan con el fin de que puedan volver a sus hogares y llevar una vida digna», señaló el Ministro.
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Malawi pone en marcha una sala de control sanitario
12 Abril 2019
12 Abril 2019 12 Abril 2019Malawi se ha convertido en el último país en poner en marcha una sala de control sanitario, una plataforma de software diseñada para ayudar al gobierno en la toma de decisiones informadas sobre políticas y programas relacionados con la salud, entre ellos los relativos al VIH.
Esta novedosa herramienta refuerza los sistemas nacionales de información mediante la visualización en tiempo real de la información procedente de múltiples bases de datos. Además, permitirá que los jefes y los directores mejoren los programas de salud para conseguir los objetivos 90–90–90, según los cuales el 90 % de las personas que viven con el VIH conocerá su estado serológico; el 90 % de las personas que conocen su estado tendrá acceso al tratamiento y el 90 % de las personas en tratamiento suprimirá la carga vírica para el año 2020.
Malawi está consiguiendo grandes avances en la respuesta al VIH. En 2017, el 90 % de las personas que viven con el VIH conocía su estado, el 71 % tuvo acceso al tratamiento y el 61 % suprimió la carga vírica. Alrededor de 1 millón de personas viven con el VIH en el país, pero las nuevas infecciones se han reducido en un 40 % desde el año 2010. Sin embargo, el número de infecciones entre las mujeres jóvenes y las adolescentes de entre 15 y 24 años sigue siendo elevado y representa más de una de cada cuatro nuevas infecciones cada año.
En el discurso de la presentación de la sala de control sanitario en la capital, Lilongüe, el Presidente de Malawi, Arthur Peter Mutharika, declaró que se trataba de una herramienta muy importante para seguir adelante.
«La sala de control sanitario demuestra el compromiso del gobierno en cuanto a la rendición de cuentas y a la transparencia», dijo Peter Mutharika. «Espero que la sala nos permita averiguar los puntos en los que debemos centrarnos para avanzar aún más en nuestro intento por mejorar la salud de la población».
El Director Ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé, afirmó que la iniciativa fortalecerá el sector sanitario del país.
«La sala de control sanitario supone un avance importante, ya que comparte datos en tiempo real para fomentar la comprensión de la epidemia de VIH del país y otros problemas sanitarios», alegó Michel Sidibé en la presentación. «Orientará la respuesta de Malawi y ayudará a los funcionarios a cerrar las brechas, lo que garantizará que nadie se queda al margen mientras el país se encamina a poner fin a la epidemia de sida para 2030».
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Una nueva recopilación de datos sobre el VIH está en proceso
26 Marzo 2019
26 Marzo 2019 26 Marzo 2019Media hora antes de que empezara el seminario, la sala de reuniones ya estaba llena. Un murmullo de voces resonaba en la sala mientras los participantes echaban un último vistazo a los datos que serían usados en la siguiente fase del proceso. Era importante hacerlo bien, ya que los resultados del seminario acabarían afectando a la distribución de miles de millones de dólares estadounidenses destinados a inversiones en la respuesta al sida.
Más de 100 personas procedentes de 11 países de África oriental y meridional, con el apoyo de nueve organizaciones, se habían reunido en Johannesburgo (Sudáfrica) para analizar la evolución y el coste de la epidemia en sus respectivos países. El seminario de ONUSIDA fue uno de los 11 que se celebraron entre el 28 de enero y el 30 de marzo de 2019 a nivel mundial y en el que participaron 140 equipos nacionales formados por epidemiólogos, directores de programas del VIH, expertos en seguimiento y evaluación, entre otros.Durante estos días, los participantes conocieron las novedades respecto a los sistemas informáticos usados para calcular el número de personas que viven con el VIH, las nuevas infecciones y las muertes relacionadas con el sida.
Además, los equipos aportaron nuevas estimaciones sobre la epidemia en sus respectivos países desde 1970 hasta 2018 y procuraron ser más precisos con los datos de los últimos años. Los programas nacionales y las donaciones se hacen en función de los datos más recientes y exactos, que, luego, se usan para fijar objetivos, identificar los núcleos problemáticos, revisar los programas nacionales y establecer la trayectoria de la respuesta al sida.
Antes del seminario, todos los equipos nacionales recopilaron los datos de los programas y de vigilancia de los sistemas de información sanitarios. Durante la sesión, se introdujeron los datos en Spectrum, un programa informático subvencionado por ONUSIDA que compila y analiza los datos de la epidemia. El objetivo era generar las estimaciones nacionales del VIH.
Los países que pueden acceder fácilmente a la información hacen uso de esta, junto con las cifras acerca de la infraestructura vial, la densidad demográfica y otras variables, para calcular el numero de personas que viven con el VIH por distrito.Todo ello es de vital importancia para abordar la respuesta al sida con un enfoque local y demográfico. Las estimaciones de los distritos se desglosan por grupos de diferentes edades y sexo.
Los países subvencionados por los Estados Unidos de América importan sus estimaciones a una hoja de cálculos, conocida como Paquete de Datos, que se emplea para determinar el grado de financiación que recibe un país.
Lesoto es uno de los países que recibe subvenciones de los Estados Unidos de América destinadas a la respuesta al sida. Una de las personas encargadas de ayudar a los equipos nacionales durante la reunión fue John Stover, desarrollador principal de Spectrum, y que, además, posee una capacidad espectacular para explicar conceptos complejos y encontrar soluciones rigurosas incluso si faltan datos.
El equipo nacional de Lesoto afrontó con entusiasmo el desarrollo de un plan exhaustivo con el objetivo de conseguir más financiación, pero el aumento del número de niños infectados les preocupaba. John Stover colaboró con el equipo durante esa semana para guiarlos en cada uno de los supuestos y les explicó cómo el modelo emparejaba la información nacional disponible con los resultados de la última LEPHIA (Evaluación del impacto del VIH en la población de Lesoto) y, por último, les indicó la causa de los cambios en las estimaciones. Spectrum posee una nueva herramienta que muestra el origen de las nuevas infecciones infantiles y, a su vez, enseña cómo reforzar la prevención de la transmisión maternoinfantil con el fin de reducir el número de niños infectados en el futuro. Cuando el seminario acabó, el equipo estaba capacitado para explicarle a los legisladores nacionales y al resto del mundo las nuevas estimaciones, además de realizar propuestas para contraatacar las nuevas infecciones.
Más de 500 personas han aprendido a usar el programa Spectum en seminarios adicionales que se han llevado a cabo a diferentes países: Bangkok (Tailandia), Ciudad de Panamá (Panamá), Marrakesh (Marruecos), Dakar (Senegal), Estocolmo (Suecia) y Puerto de España (Trinidad y Tabago). Catorce organizaciones ofrecieron a sus moderadores para llevar a cabo los talleres.
ONUSIDA revisará los datos recopilados en los talleres a lo largo del próximo mes para hacer un control de calidad antes de que los ministros de Sanidad los firmen y se publiquen, tanto en aidsinfo.unaids.org como en su informe de mediados de 2019.
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«La comunidad no está de parte de las jóvenes»
15 Marzo 2019
15 Marzo 2019 15 Marzo 2019Los llamados Rise Clubs ayudan a las adolescentes y a mujeres jóvenes a dialogar sobre el VIH y sobre los derechos y la salud sexual y reproductiva.
Khayelitsha es una de las mayores townships (barrios étnicos) de Sudáfrica, en concreto está en Cape Flats (Ciudad del Cabo).
Al igual que en muchas otras comunidades sudafricanas, las mujeres y las niñas que viven en asentamientos cuasi informales se enfrentan a situaciones de desigualdad de género a diario, lo cual las expone a un mayor riesgo de infección por el VIH.
La desigualdad de género impide que estas accedan, tanto a los servicios del VIH como a los de salud sexual y reproductiva, y que, además, reciban una educación integral sobre sexualidad. Asimismo, corren más riesgo de ser víctimas de violencia de género.
«Hay mucha delincuencia. La comunidad no está de parte de las jóvenes. Se cree que deben ser sumisas a los hombres. A veces, nos resulta difícil expresarnos», afirma una joven que pertenece al Rise Club de Khayelitsha.
«Nos menospreciamos a nosotras mismas para encajar en los estándares que la comunidad nos impone. Las jóvenes son violadas, secuestradas... Hay mucha violencia. «Esto sí, esto no. Te dicen lo que debes hacer», añade.
A la mayoría de jóvenes les cuesta hablar con sus padres, con los profesores o con sus familias sobre temas de salud y de derechos relacionados con la sexualidad y la reproducción. Tanto mujeres jóvenes como adolescentes sufren el estigma social y la discriminación. Por ejemplo, las enfermeras las juzgan por su actividad sexual cuando acuden a los servicios sanitarios. Muchos países de África oriental y meridional han firmado el Acuerdo ministerial sobre educación integral sexual y servicios de salud sexual y reproductiva para adolescentes y jóvenes en África oriental y meridional. Pero, aunque en estos países hay algún tipo de política educacional sobre la materia, no la implementan de forma igualitaria.
Las jóvenes corren más riesgo que sus pares varones y que mujeres mayores de contraer enfermedades de transmisión sexual, como el VIH, ente otros.
En estos países, una cuarta parte de los 800 000 nuevos casos de VIH en 2017 se produjo entre adolescentes y mujeres jóvenes de entre 15 y 24 años. De los 2.17 millones de todos los adolescentes y jóvenes seropositivos de entre 15 y 24 años de edad, 1.5 millones son mujeres.
De los 277 000 nuevos casos de infección en 2017, 77 000 se registraron en el grupo de mujeres jóvenes y 32 000, es decir, menos de la mitad, en sus pares varones.
El grado de conocimiento sobre la prevención del VIH varía según el país: un 64.5 % en Ruanda; solo un 20.37 % en las Comoras, y, en la mitad, Sudáfrica, con un 45.8 %.
En algunos países de la región, la ley permite a las jóvenes contraer matrimonio cuando todavía son menores de edad. Los matrimonios prematuros están asociados con la pérdida de la integridad física, la carencia de educación por abandono escolar, la dependencia económica y la violencia de género.
El trabajo sexual contribuye a la desigualdad de género en cuanto a las infecciones por el VIH entre jóvenes subsaharianos.
Se ha demostrado que las trabajadoras sexuales jóvenes tienen más probabilidad de contagiarse por las situaciones a las que se exponen, como casos de abuso, violencia y alcoholismo, tener múltiples parejas y mantener relaciones sexuales sin protección o con personas de diferente edad.
Rise clubs
Rise es una asociación dirigida a adolescentes y mujeres jóvenes que buscan construir una sociedad más coherente, autoeficiente y resistente. Para ello, en Rise se les facilita a las jóvenes de entre 15 y 24 años un espacio donde puedan apoyarse mutuamente y emprender proyectos comunitarios para prevenir el VIH, mitigar su impacto y proporcionar opciones más seguras.
Esta asociación también ayuda a mejorar la autoconfianza de estas jóvenes, las anima a manifestarse en contra de los males sociales y a que tomen sus propias decisiones.
En 2014, nació esta iniciativa en el seno del Instituto de Justicia Social Soul City en 15 distritos sudafricanos afectados en gran medida por el problema.
«En Sudáfrica, los padres no hablan sobre sexo y a nosotras nos avergüenza hacerlo. Como no podía hablar sobre este tema con mi hermana, me uní a Rise, donde ahora puedo hacerlo con mis compañeras. Algunas son mayores que yo y me pueden aconsejar». —Cinga
«Mis padres me enseñaron que la única manera de aprender es preguntando. Cuando me uní a Rise, solíamos preguntar a las que no se atrevían a hacerlo por sí solas y, así, es más fácil para ellas». —Okuhle
«No podía hablar con nadie en casa. Luego, me volví una persona más abierta. Rise me ha ayudado a combatir mi baja autoestima». —Lisa
Los países de África oriental y meridional necesitan implementar leyes, políticas y programas para mejorar la situación de estas jóvenes. Lo que estas chicas necesitan son programas personalizados y específicos para cada caso, cuyo contenido debería incluir información sobre los servicios de salud sexual y reproductiva, talleres de educación integral sobre sexualidad, medidas de prevención para evitar embarazos no deseados, violencia de género e infecciones por el VIH.
De acuerdo con los principios de igualdad de género y de los derechos humanos, es obligatorio informarlas sobre dichos asuntos.Por otra parte, los programas deberían abordar otros problemas socioeconómicos, como la pobreza o el desempleo.
Si se implementasen este tipo de medidas legales, no solo mejoraría la salud de las jóvenes, sino que también se les brindaría la oportunidad de vivir una vida libre y digna.
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Hay vida y amor después del VIH
08 Marzo 2019
08 Marzo 2019 08 Marzo 2019Mandisha Dukashe estaba nerviosa antes de hacerse la prueba del VIH en 2002. Era estudiante de enfermería en Sudáfrica, donde había más de 4 millones de personas seropositivas en el momento, y sabía que cabía la posibilidad de que los resultados fueran positivos. «Estaba muy agobiada», cuenta. «Pospuse la prueba casi por un mes».
Mandisa había estudiado el VIH en la carrera, por lo que el personal de la clínica asumió que estaba bien informada y que no necesitaba el asesoramiento previo a las pruebas. «Me dijeron que, como era estudiante de enfermería, debía debía conocer el procedimiento».
«La prueba resultó positiva». Mandisa se sumó al resto de los 510 000 sudafricanos que habían contraído el VIH en el 2000, cifra que representa el 20 % de los nuevos casos de infección en todo el mundo.
Cuando diagnosticaron a Mandisa, el tratamiento se acababa de implantar en Sudáfrica y no tuvo acceso a este hasta 5 años después. Era más difícil sobrevivir entonces, ya que solo se les prescribían los medicamentos a las personas que enfermaban con el sida.
En 2002, más de 4 millones de personas vivía con el VIH en Sudáfrica, pero menos de 15 000 recibía el tratamiento a través organismos públicos. Ese mismo año también se registraron más de 190 000 muertes relacionadas con el sida.
A día de hoy, la situación ha mejorado bastante.
Mandisa y su familia fueron la imagen de la portada del informe del Día Mundial del sida publicado por ONUSIDA en 2018 para demostrar que el tratamiento continuado contra el VIH puede eliminar la carga viral y prevenir la transmisión a parejas o a hijos. «Cualquiera puede conseguirlo», señala.
En 2017, más de 4.3 millones de sudafricanos recibían tratamiento contra el VIH y 110 000 murieron por causas relacionadas con el Sida. Aun así, queda un camino muy largo hasta poner fin a la epidemia de sida para 2030. Sudáfrica continúa aumentando rápidamente los tratamientos contra el VIH con el fin de reducir para 2020 el número de muertes asociadas al sida a 80 000 o menos.
Mandisa afirma que no tardó mucho tiempo en aceptar su estado seropositivo. Estaba decidida a asumir su estado, a cuidarse y a difundir su mensaje. Quería prevenir que otros jóvenes contrajeran el VIH, animarlos a realizarse las pruebas y a buscar apoyo si los resultados eran positivos. «Después del asesoramiento, me sentía muy valiente y segura, así que una semana después estaba preparada para salir y difundir mi mensaje con la intención de crear conciencia, especialmente entre mujeres jóvenes y niñas»
«Al principio no quería dar a conocer mi estado serológico, porque sabía que podría suponer un problema, así que me centré en mis estudios». Acabé enamorándome y tenía miedo de que él me rechazara, pero tenía que contárselo. No puedo vivir en una mentira».
Aunque la vida no fue siempre fácil para ella. Mandisa estaba casada cuando le comunicaron el diagnóstico. «Se dice que el VIH crea un vínculo más fuerte en la relación, pero ese no fue el caso». Finalmente, se divorció y no volvió a encontrar el amor hasta un buen tiempo después. «Al principio no quería dar a conocer mi estado serológico, porque sabía que podría suponer un problema, así que me centré en mis estudios». Con el tiempo, me enamoré y tenía miedo de que él me rechazara, pero tenía que contárselo. No puedo vivir en una mentira». Pasaron tres meses hasta que le revelé mi estado, pero, para mi sorpresa, reaccionó mucho mejor de lo que me esperaba. Él sigue siendo seronegativo y es el mejor marido y padre que podría pedir. Cuando recibes ese tipo de apoyo, puedes llevar una vida normal e incluso olvidarte del VIH».
A pesar del amor y del apoyo, tanto de su marido como de su familiar, volvió a sentir el abrumador peso del VIH cuando empezaron a pensar en tener hijos. «A la hora de hablar sobre cómo podíamos prevenir la transmisión del VIH a nuestros hijos, fuimos cautelosos, lo planeamos todo bien y consultamos a expertos. Todo aquello me hizo recordar el pasado, tras lo cual tuve depresión durante un tiempo».
Pero cuenta que tuvo ayuda a su disposición. «Fui a asesoramiento y me enfrenté a esos sentimientos. Al final valió mucho a pena». Ahora tengo dos hijos maravillosos que nacieron sin el VIH. Era responsabilidad mía y de mi marido. Nos proporcionaron un enorme apoyo y asesoramiento.
«Poder dar a luz a hijos seronegativos fue una bendición. Creo que de no haberme realizado las pruebas, hubieran nacido con el VIH».
Una de las mayores prioridades en Sudáfrica es erradicar por completo las nuevas infecciones por el VIH en niños, con el objetivo de alcanzar esta meta para el 2020. A pesar de los esfuerzos combinados durante todos estos años, en 2017, 13 000 niños fueron contagiados por sus madres. «Me duele no poder haber amamantado a mis hijos pequeños», explica Mandisa. «Quería evitar por todos los medios que mis hijos se contagiaran, así que les daba leche en polvo. Eso fue triste para mí».
Gracias a que las opciones de tratamiento han mejorado, ahora se anima a las mujeres que viven con el VIH a acceder al tratamiento por salud propia y para evitar la transmisión durante el embarazo, el parto o la lactancia. Además, se fomenta la lactancia en las mujeres en tratamiento durante los 6 primeros meses únicamente.
Mandisa trabaja actualmente como gestora de proyectos de análisis junto al paciente y de la garantía de calidad. Además, como oradora motivacional ha conseguido que aumente la demanda de pruebas del VIH y del tratamiento, incluso entre mujeres en edad fértil y sus parejas.
«Poder dar a luz a hijos seronegativos fue una bendición. Creo que de no haberme realizado las pruebas, hubieran nacido con el VIH».
«Quiero animar a todo el mundo que se encuentra en la misma situación. Hay vida y amor después del VIH». No hay que dudar sobre si realizarse la prueba del VIH. Fue la mejor decisión que tomé, ya que me enseñó a cómo permanecer sana y a evitar transmitirles el virus a mi marido y a mis hijos. Los resultados no van a cambiar por mucho que te lo pienses».
«Como profesional sanitaria, para mí es importante enseñar que vivo con el VIH y que lo afronto con éxito». Mi experiencia debería servir para que otras personas usen protección y se realicen las pruebas de forma regular. Si tus resultados son positivos, empieza el tratamiento, busca asesoramiento y apoyo para permanecer sana y proteger a los demás. Por desgracia, el VIH es una realidad para millones de personas, pero el tratamiento es efectivo y nosotros somos más fuertes que el VIH».
Por último, Mandisa quiere lanzarle un mensaje a las mujeres jóvenes: «El VIH es invisible. Usad siempre preservativo y sed precavidas con los hombres mayores. Las relaciones entre personas de diferentes edades son peligrosas, en especial para muchas jóvenes que crecieron con el anhelo de una figura paterna o se criaron en la pobreza. Si confías en que esa persona no tenga el virus e intentas complacerlos, usar preservativo es algo que ni se plantean», afirma. «Hablo desde la experiencia, como alguien que también se ha enfrentado a esa presión».
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Día Internacional de la Mujer en Etiopía
12 Marzo 2019
12 Marzo 2019 12 Marzo 2019El Director Ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé, celebró el Día Internacional de la Mujer en Adís Abeba, Etiopía, en un evento organizado por el Ministerio de la Mujer, Infancia y Juventud apoyado por ONUSIDA. El evento unió a mujeres líderes y representantes de asociaciones de mujeres de todo el país. Durante la reunión, el Primer Ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, recalcó que las mujeres son «los pilares de la nación».
El Ministro de la Mujer, Infancia y Juventud, Yalem Tsegaye, destacó la iniciativa Jegnit. Esta palabra cuyo significado es «heroína» es un movimiento innovador liderado por el Gobierno de Etiopía para empoderar a las mujeres y situarlas en más posiciones de liderazgo, tanto a nivel comunitario como político.
Durante el evento, Sidibé felicitó al Primer Ministro y al Gobierno de Etiopía por estas reformas tan audaces al abordar la cuestión de la brecha de género estableciendo a mujeres en posiciones de liderazgo en todos los sectores. Además, elogió al Primer Ministro por garantizar la paridad de género en su Gabinete.
«Es el momento de empoderar a las mujeres y a las niñas, porque acabar con el VIH es una cuestión tanto de corregir los desequilibrios en el poder como de salud. Con esto se quiere priorizar una colaboración verdadera con niñas y mujeres jóvenes. Esto requiere dotar a las adolescentes y a las mujeres jóvenes de más opciones y alternativas reales», afirmó Sidibé.
Durante su estancia en Adís Abeba, Sidibé tuvo un encuentro con Vera Songwe, Secretaria de la Comisión Económica para África de las Naciones Unidas (se trata de la primera mujer que ocupa este puesto en 60 años), para debatir sobre la colaboración continuada para ofrecer respuestas sostenibles al VIH en el continente africano.
Sidibé también mantuvo un encuentro con Amira Elfadil del Departamento de Asuntos Sociales de la Unión Africana. En 2019, ONUSIDA y la Unión Africana celebran 20 años de colaboración centrada en la erradicación de la epidemia de VIH que se extiende por África.
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África - Conseguir asistencia sanitaria sin comprometer la calidad
08 Marzo 2019
08 Marzo 2019 08 Marzo 2019El entusiasmo por la Asistencia Sanitaria Universal (ASU) en África está creciendo y muchos países africanos ya la han integrado en sus medidas de sanidad nacional. Sin embargo, con 11 millones de africanos relegados cada año a la pobreza extrema debido a los gastos en sanidad, ¿cómo puede lograr África una ASU que ofrezca un paquete de atención sanitaria de calidad para las personas de África?
Esto ha suscitado un debate en la capital de Ruanda (Kigali) durante uno de los mayores congresos sobre salud de África que ha tenido lugar esta semana: laConferencia Sanitaria Internacional de 2019. Durante el evento, copatrocinado por el Ministerio de Sanidad de Ruanda y la Fundación Internacional Africana de Medicina e Investigaciones (AMREF Salud África), 1500 líderes mundiales de la sanidad compartieron nuevas ideas y soluciones nacionales para los apremiantes retos a los que se enfrenta el continente en esta materia.
Los participantes debatieron sobre la necesidad de los países de adoptar los principios de la ASU y hacer todo lo que esté en su mano para que funcione. Señalaron que un buen sistema de sanidad permite a los niños aprender y a los adultos contribuir a la sociedad y a la economía. Además, recalcaron que la sanidad puede ayudar a las personas a salir de la pobreza y ofrece una base para la seguridad económica a largo plazo, lo que supone una cuestión esencial para el futuro del continente.
El presidente del país anfitrión, Paul Kagame, recibió el premio de excelencia en reconocimiento por su liderazgo político relacionado con la ASU. Agradeció a AMREF mediante un tweet: «Debemos este progreso a socios como vosotros que han unido sus fuerzas con las nuestras en esta trayectoria para proveer una vida digna y saludable a todos los ruandeses». El Ministro de Sanidad de Etiopía recibió también un premio por su trabajo a la hora de fomentar la atención primaria.
Asegurar que todas las personas tienen acceso a los servicios sanitarios básicos supone un reto, y la clave para el éxito de la ASU será asegurar que la calidad de los servicios es lo suficientemente buena como para mejorar la salud de las personas que acceden a ella.
«Necesitamos llevar un seguimiento del impacto de la ASU», afirmó Michel Sidibé, mientras co-moderaba una reunión ministerial de alto nivel. «La asistencia sanitaria por sí sola no es suficiente, necesitamos proporcionar unos servicios de calidad, asequibles y accesibles para todos. La medida definitiva para el éxito de la ASU radica en que aquellos que son más pobres y se encuentran más marginados, junto con la población que está en una situación social vulnerable, puedan beneficiarse».
Durante la conferencia, Sidibé participó en una reunión con los jóvenes. Se dirigió a ellos para hablarles sobre su compromiso significativo en el proceso de implantar la ASU y afirmó que necesitan «reivindicar su propio espacio». Sidibé también conversó con los grupos de la sociedad civil sobre el destacado progreso realizado para alcanzar los objetivos de tratamiento 90-90-90 de ONUSIDA en África y sobre la necesidad vital de su compromiso continuo con el VIH dentro de la ASU.
La primera Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la Asistencia Sanitaria Universal tendrá lugar el 23 de septiembre de 2019 durante la Asamblea General de las Naciones Unidas que tendrá como tema «Asistencia Sanitaria Universal: Avanzando Juntos para Construir un Mundo más Saludable».
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Las personas que viven con el VIH afrontan enormes desafíos en Zimbabwe
08 Marzo 2019
08 Marzo 2019 08 Marzo 2019De acuerdo con un reciente llamamiento de emergencia de las Naciones Unidas, se estima que alrededor de 5,3 millones de personas en Zimbabwe necesitan asistencia humanitaria con carácter urgente.
La crisis económica actual, la cual se ha agravado debido a unas condiciones climatológicas imprevisibles en los últimos años, ha propiciado el aumento de la inseguridad alimentaria y la falta de acceso a los servicios básicos esenciales, como la atención sanitaria. Este llamamiento solicita un total de 234 millones de dólares estadounidenses, entre los que se incluyen 37.4 millones de dolares destinados a necesidades sanitarias apremiantes para ayudar a 2,2 millones de las personas más gravemente afectadas. Además, tiene como objetivo el completar los programas planeados actualmente en Zimbabwe.
Las ya mencionadas condiciones climatológicas imprevisibles, como es el caso de un retraso en las lluvias y unas precipitaciones inferiores a lo normal, están afectando a los granjeros y pastores de África Meridional, incluidos los de Zimbabwe. En los últimos tiempos, esta región ha estado muy castigada, ya que los agricultores siguen recuperándose de la sequía inducida, conocida como «El Niño», que tuvo lugar entre 2015 y 2016. Los patrones impredecibles de pluviosidad y una falta de pastos han debilitado el ganado. Además, los brotes de plagas vegetales y de enfermedades del ganado son frecuentes en numerosos distritos.
La deteriorada situación humanitaria y el empeoramiento de las condiciones económicas del país, como la inestabilidad de la moneda, se suman a la difícil situación que viven el 1,3 millones de personas que viven con el VIH en Zimbabwe.
La inseguridad alimentaria doméstica y el acceso limitado a la higiene, saneamiento y agua pueden tener un impacto desmesurado en las personas que viven con el VIH. No se deben tomar los medicamentos contra el VIH con el estómago vacío. Los ataques de diarrea, el cólera u otras infecciones gastrointestinales graves pueden acelerar el avance de enfermedades graves relacionadas con el sida si no se tratan. En 2018, se registró el segundo mayor brote de cólera en la historia reciente de Zimbabwe. Además, el país afronta miles de casos de fiebre tifoidea.
Mientras tanto, la falta de acceso al cambio de divisas ha reducido de forma significativa las existencias de medicamentos esenciales, pruebas de diagnóstico y otros suministros médicos. Algunos proveedores farmacéuticos privados aceptan únicamente dólares estadounidenses, por lo que sus precios han aumentado considerablemente. Bajo estas circunstancias, muchas personas, entre las que se incluyen las personas que viven con el VIH o con tuberculosis, son incapaces de pagar por las medicinas y los servicios sanitarios básicos. Incluso cuando las clínicas tienen disponibilidad, muchas personas no pueden pagar el coste del transporte. La falta de observancia del tratamiento pone en riesgo la salud del paciente y puede llevar a una resistencia al medicamento.
La delicada situación que se vive en Zimbabwe también incrementa el riesgo de infección por el VIH, especialmente en las mujeres y las niñas, en los refugiados y en los desplazados internos. Durante periodos de emergencia humanitaria, cuando las poblaciones están en movimiento, las niñas son especialmente vulnerables a la separación familiar, al matrimonio precoz, al embarazo adolescente, a la violencia de género y a mecanismos de adaptación extremos, como las relaciones sexuales remuneradas.
«ONUSIDA está sumamente preocupado por el empeoramiento de la situación humanitaria en Zimbabwe, donde las personas que viven con el VIH están desproporcionadamente afectadas por la inseguridad alimentaria y la escasez de medicamentos esenciales», dijo el Director Ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé. «ONUSIDA se encuentra preparado para trabajar conjuntamente con asociados nacionales e internacionales para asegurar la mejora de la situación actual y que las personas puedan acceder a los servicios básicos, en los que se incluyen el tratamiento contra el VIH y los servicios de prevención».
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Los jóvenes cambian la historia del VIH en Sudáfrica
26 Febrero 2019
26 Febrero 2019 26 Febrero 2019Colour my HIV es una campaña que nace de jóvenes sudafricanos con el objetivo de prevenir el VIH y fortalecer a otros jóvenes que viven con el virus. Se puso en marcha en el Día Mundial del Sida de 2018 en Johannesburgo, Sudáfrica.
El objetivo de la campaña es la creación de una plataforma informativa para desmentir los mitos y conceptos erróneos sobre el VIH y, de esta manera, alcanzar los siguientes propósitos: reducir el estigma y la discriminación social entorno al VIH; desarrollar un mayor conocimiento sobre el VIH por medio de nuevos descubrimientos de expertos y científicos; promover los derechos humanos; defender el compromiso político y la rendición de cuentas de los legisladores y otros asociados; y prevenir el contagio del virus entre jóvenes.
ONUSIDA se reunió con Sibulele Sibaca, fundadora de la campaña, para formularle algunas preguntas.
Pregunta: Describe Colour my HIV en cinco palabras
Dinámico. Joven. Transformador. Compromiso futuro.
Somos optimistas en todo lo que hacemos y, por eso, esperamos acabar con el Sida para 2030. A través de esta campaña, confiamos en que los propios jóvenes cambien el curso del VIH.
Pregunta: ¿Cuál es su objetivo con Colour my HIV?
En primer lugar, quiero conseguir que ser seropositivo en Sudáfrica sea como tener cualquier otra enfermedad crónica (diabetes, hipertensión), es decir, que se pueda tratar y controlar.
En segundo lugar, quiero acabar con la idea de que contraer el VIH es una sentencia de muerte. Esto ya no es así.Sudáfrica tiene uno de los mejores programas de tratamiento contra el VIH en el mundo.Recuerdo cuando un allegado mío contrajo el virus y el doctor le dijo: «Tiene suerte de haber contraído el VIH en Sudáfrica. No hay mejor país que este si vives con el VIH. En otros países, la gente todavía tiene enormes dificultades para recibir tratamiento contra el VIH mientras que aquí lo tenemos accesible. Solo hay que aferrarse a él».
En tercer lugar, la gente debe saber que contraer el VIH no es sinónimo a una muerte inmediata y sin remedio. Actualmente, el estigma social entorno a las pruebas del VIH ha generado este falso concepto. Esta es una de las razones por las que he nombrado la campaña Colour my HIV. Tenemos que dominarlo. Tenemos que celebrar el largo camino que hemos recorrido en la lucha contra el VIH en nuestro país. Dejemos de discriminar y crear estigma social y vayamos a a realizarnos la prueba del VIH.
Pregunta: ¿Por qué se ha centrado en los jóvenes?
En un principio pensamos en chicas adolescentes y mujeres jóvenes de entre 15 y 24 años, ya que, en Sudáfrica, son el grupo que más probabilidades de contagio tienen. Cada hora hay nueve niñas que contraen el virus en Sudáfrica. A lo que yo me pregunto: ¿Cómo y por qué ocurre esto? ¿Dónde están? ¿Qué circunstancias las condujeron al momento en el que contrajeron el VIH? ¿Pasan hambre? Es un grupo que se puede influenciar fácilmente porque están en edad de crecimiento y las ideas que se les inculcan juegan un papel esencial. Por eso, Colour my HIV pretende ser esa voz en sus cabezas que les enseña y las educa acerca de los motivos por los que deberían realizarse pruebas, y previene que contraigan el VIH.
No obstante, es complicado llegar a las niñas que viven en los márgenes de la sociedad. No podemos dirigirnos solo a las niñas, tenemos que hacer partícipes a los niños también. Los hombres y los niños apenas van a clínicas, se hacen pruebas o toman medicación. Tienen que sentirse incluidos en este movimiento, por eso, Colour my HIV concentra sus esfuerzos en todos los jóvenes.
Pregunta: Dentro de cinco años ¿dónde cree que estará Colour my HIV?
A corto plazo, queremos empezar a recorrer Sudáfrica desde abril hasta el próximo Día Mundial del Sida, visitando comunidades y fomentando la conciencia sobre el VIH, así de simple. El VIH no está presente solo el Día Mundial del Sida, por lo que estamos intentando que las comunidades aprendan a aceptar el VIH y vivir en armonía.
Necesitamos acabar de verdad con el Sida para 2030. Nos quedan 11 años todavía. Y se preguntará: ¿qué estamos haciendo ahora mismo? Este año, con suerte, Colour my HIV dará el salto a nivel nacional. En los próximos tres años, quiero que la campaña vaya desde Ciudad del Cabo al Cairo. Se habla de acabar con el Sida para 2030. Mi intención es que Colour my HIV forme parte de esa historia.
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África necesita invertir más en sanidad para mejorar su economía
15 Febrero 2019
15 Febrero 2019 15 Febrero 2019El estado de salud de la población africana es fundamental para el crecimiento económico del país a largo plazo. De esta manera, la productividad aumenta, se crean más puestos de trabajo, se promueve la igualdad y, por ende, los beneficios económicos son mayores. Sin embargo, los sistemas de asistencia sanitaria africanos necesitan una gran inversión para satisfacer las necesidades de los ciudadanos y hacer frente al panorama sanitario tan inestable y deficiente en todo el continente.
No obstante, la falta de financiación pública y la imprevisibilidad de las donaciones condicionan la prestación de asistencia sanitaria en África. Como parte de una novedosa iniciativa que tiene como objetivo buscar formas sostenibles de fortalecer la sanidad nacional en el continente, los líderes africanos del sector público y privado se reunieron el 12 de febrero en el Africa Business Health Forum para dialogar e identificar oportunidades de colaboración.
«Otorgarle prioridad a la salud es una elección política y el dinero destinado a ello debería verse como una inversión y no como un gasto. Invertir en salud es invertir en capital humano», alegó Michel Sidibé, Director Ejecutivo de ONUSIDA. El Primer Ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, añadió «Necesitamos un sistema sanitario económico y de calidad que los gobiernos y el sector privado dirijan en conjunto para facilitar el acceso igualitario».
Durante el evento, celebrado en Adís Abeda, Etiopía, se expuso el informe Healthcare and Economic Growth in Africa. Aunque esto pasó al margen de la 32ª Asamblea Ordinaria de la Unión Africana . Dicho informe ayudará a orientar las inversiones y a crear un debate sobre la sanidad en África. Asimismo, el informe señala las posibilidades de cooperación entre los gobiernos y el sector privado con el fin de mejorar el rendimiento médico y asegurar una atención sanitaria de calidad y accesible para todos.
«Se calcula que para 2030, el 14 % de las oportunidades comerciales a nivel global en el sector sanitario y de bienestar se encuentren África , en segundo lugar después de América del Norte. Es una gran oportunidad para el sector privado», afirmó Vera Songwe, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para África de las Naciones Unidas.
Durante el evento también se presentó la African Business Coalition for Health. Se trata de una plataforma que pretende movilizar a un conjunto de líderes del sector privado con el objetivo de aunar fuerzas y mejorar la situación sanitaria, y así, poder desarrollar economías saludables por todo África.
«Está claro que los gobiernos africanos por sí solos no pueden resolver los problemas sanitarios del continente. La única alternativa que tenemos es buscar apoyo en el sector privado para dotar de más financiación al gobierno», dijo Aigboje Aig-Imoukhuede, Presidente de Africa Initiative for Governance y copresidente de GBC Health.