GINEBRA, 29 de septiembre de 2023- El tema de la respuesta mundial al sida, incluidos sus logros y las valiosas lecciones aprendidas para gestionar las pandemias, se extendió a muchos debates durante la Asamblea General de las Naciones Unidas celebrada la semana pasada en Nueva York. Desde en tres reuniones de alto nivel en materia de salud hasta en la Cumbre de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), pasando por las observaciones hechas a la Asamblea General y los eventos paralelos de alto nivel, todas las lecciones extraídas de 40 años de respuesta al VIH, incluido el principio de no dejar a nadie atrás, fueron saliendo repetidamente en el contexto de un futuro de salud e igualdad para todos.
Durante su discurso a la Asamblea General, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, hizo referencia al éxito contra el sida como ejemplo principal de lo que la solidaridad global y la responsabilidad compartida pueden lograr. «Las infecciones por VIH/sida y las muertes se desplomaron en gran medida gracias al inmenso trabajo del PEPFAR en más de 55 países, que salvó más de 25 millones de vidas», recalcó el presidente Biden. «Es una demostración real de todo lo que podemos lograr cuando actuamos juntos, cuando afrontamos unidos desafíos difíciles. Y también es una recomendación: debemos acelerar urgentemente nuestro progreso para que nadie se quede atrás».
En la inauguración de la Cumbre de los ODS, el primer ministro irlandés, Leo Eric Varadkar, señaló que, en este momento, cuando nos encontramos a mitad de camino para la consecución de los objetivos para 2030, aún no estamos donde deberíamos estar, pues solo hemos sido capaces de alcanzar el 15 % de lo previsto. A pesar de ello, añadió que sí ha habido progresos. «Más de 800 millones de personas han podido conectarse a la electricidad desde 2015, 146 países han alcanzado o van por el buen camino para alcanzar el objetivo de mortalidad por debajo de los cinco años, y el tratamiento eficaz contra el VIH ha reducido a la mitad las muertes relacionadas con el sida en todo el mundo desde 2010», afirmó el Sr. Varadkar. «Este progreso nos demuestra que los cambios son posibles, que el retroceso no es inevitable y que la pobreza, la contaminación y la desigualdad de género no están predestinadas. Son tendencias que se pueden revertir, problemas que se pueden resolver y tragedias que se pueden evitar».
Mientras se celebraba el éxito colectivo contra el sida, ONUSIDA instó a los líderes a mantener el VIH en lo más alto de las agendas políticas por tres razones. «En primer lugar, —manifestó Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA— aún hay mucho trabajo por hacer: 43 años después de la pandemia, todavía hay más de 9 millones de personas a la espera de recibir un tratamiento que salva vidas, aún hay más de 1,3 millones de nuevas infecciones por el VIH cada año y el sida se siguió cobrando una vida cada minuto en 2022. En segundo lugar, sabemos cómo poner fin al sida, conocemos el camino y tenemos el poder de conseguirlo. Por último, la respuesta al sida supone una inversión inteligente que genera otros impactos sanitarios, sociales y económicos».
Varios ministros y jefes de Estado pusieron sobre la mesa los desafíos económicos a los que se enfrentan como resultado de las múltiples crisis simultáneas, insistieron en la necesidad de cooperar y ser solidarios para superar estas crisis, y recalcaron la importancia de seguir realizando inversiones fundamentales en desarrollo y salud. Muchos líderes políticos destacaron que, aunque la voluntad política está ahí, sigue sin haber suficientes recursos nacionales para invertir en salud, educación y protección social.
El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, recordó a la comunidad internacional que existe la necesidad urgente de reconsiderar (y reconfigurar) la arquitectura financiera internacional para lograr los ODS. Lo mismo ocurre con la misión de ONUSIDA de poner fin al sida como amenaza para la salud pública y garantizar que esos logros se mantengan mucho más allá de 2030. Poner fin al sida requiere recursos nuevos y sostenidos, así como un discurso político diferente sobre los fondos para el desarrollo. ONUSIDA destacó la importancia de mantener los fondos bilaterales para el PEPFAR y los fondos multilaterales para el Fondo mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria.
ONUSIDA insistió en que, a medida que desarrollamos una arquitectura global para la prevención, preparación y respuesta a las pandemias, debemos aprovechar los más de 40 años de respuesta al sida, ya que la respuesta al sida consiste en la prevención, preparación y respuesta a la pandemia.
Asimismo, se subrayó la importancia de las respuestas lideradas por la comunidad, que se consideraron fundamentales para llegar a los grupos marginados y a las personas más afectadas por las pandemias. ONUSIDA manifestó que el acuerdo en materia de pandemias debe reconocer el papel fundamental de las respuestas lideradas por la comunidad y comprometer a los Estados miembros a incluir a las comunidades y a la sociedad civil en la toma de decisiones, la planificación, la preparación, la implementación y el seguimiento.
Precisamente el llamamiento a acabar con las desigualdades fue el tema principal del mensaje de ONUSIDA en la Asamblea General. ONUSIDA destacó la necesidad de un acceso equitativo y asequible a los productos médicos que salvan vidas, e incidió una y otra vez en que la desigualdad impulsa y prolonga las pandemias. Igualmente, ONUSIDA abogó por los parámetros, los objetivos y los sistemas de rendición de cuentas para centrar la respuesta y, además, por promover los derechos humanos con el fin de mejorar la salud pública. Del mismo modo, aprovechó su discurso para advertir de que las violaciones de los derechos humanos socavan la confianza y alejan a las personas de los servicios sanitarios.
Por último, ONUSIDA llamó a adoptar un enfoque multisectorial y social para prevenir, prepararse y dar respuesta a las pandemias de forma efectiva, ya que las pandemias no son solo crisis sanitarias, sino que también plantean retos políticos, sociales y económicos que requieren una acción transformadora por parte de todos.
La directora ejecutiva de UNODC, la Sra. Ghada Waly, en representación de las organizaciones copatrocinadoras de ONUSIDA, reconoció que «la asociación multisectorial en materia de VIH/sida es hoy más importante que nunca, pues aúna la experiencia, los valores y las ventajas comparativas de 11 copatrocinadores en una alianza ejemplar para el enfoque de desarrollo de los ODS».
ONUSIDA
El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.