UNWomen The United Nations Entity for Gender Equality and the Empowerment of Women

ONUSIDA pide el fin de la violencia contra las mujeres y las niñas. Sin excusas

25 de noviembre de 2024

GINEBRA, 25 de noviembre de 2024 —La violencia de género persiste como una de las violaciones más atroces de los derechos humanos. También frustra los esfuerzos para acabar con el sida como amenaza para la salud pública, ya que la violencia de pareja está vinculada a un mayor riesgo de contraer el VIH entre las mujeres y socava el acceso a las pruebas y el tratamiento.

En todo el mundo, una de cada ocho mujeres y niñas sufre violencia sexual antes de los 18 años. Las normas de género perjudiciales, la escasa priorización de servicios de salud sexual y reproductiva seguros, cualitativos y asequibles, así como la fragilidad de los sistemas sanitarios, aumentan el riesgo de que las mujeres contraigan el VIH e impiden el acceso a los servicios relacionados con el virus.

Además, las mujeres y niñas que viven con el VIH son estigmatizadas con demasiada frecuencia por los proveedores de servicios sanitarios. También sufren presiones para no tener hijos, esterilización forzada y coaccionada o interrupción del embarazo. Todas ellas violaciones de los derechos humanos.

"Debemos contrarrestar el patriarcado y la pobreza para mantener a las niñas en la escuela y debemos proporcionar a las mujeres y niñas espacios seguros, oportunidades económicas y garantizar su reconocimiento y liderazgo", afirmó Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA.

"También debemos luchar contra las rígidas normas y estereotipos de género que perpetúan la masculinidad malsana y la violencia de género".

Los homicidios de mujeres y niñas por razones de género son el resultado más mortífero de la violencia de género, con una mujer asesinada cada 11 minutos. Esto es inaceptable. En 2022, el número de mujeres y niñas asesinadas intencionadamente -casi 89.000- es la cifra anual más alta registrada en los últimos 20 años.  Las mujeres de poblaciones clave -mujeres transgénero, trabajadoras sexuales y defensoras de los derechos humanos del colectivo LGBTQ+- también corren especial riesgo de feminicidio, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer de este año, la campaña arrancó con el lema "Unidos para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas: Hacia Beijing +30".  Estos 16 Días de Activismo nos recuerdan que 30 años después de la declaración de Pekín -un plan para lograr la igualdad de género y los derechos de las mujeres y las niñas en todo el mundo- el mundo está lejos de esa igualdad de género.

ONUSIDA mantiene su compromiso de trabajar en colaboración con los gobiernos, las empresas, la sociedad civil, las comunidades y, especialmente, los movimientos y redes de mujeres, para crear un mundo en el que se respeten y protejan los derechos y la dignidad de todas las mujeres y niñas, incluidas las que viven con el VIH, las que corren el riesgo de contraerlo y las afectadas por él.

Iniciados en 1991, los 16 Días de Activismo contra la Violencia de Género son una campaña internacional que comienza el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y se extiende hasta el 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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ONUSIDA celebra el compromiso de los gobiernos para acabar con el sida y hacer frente a la violencia de género, la discriminación y las desigualdades

25 de marzo de 2024

Resolución sobre "La mujer, la niña y el VIH y el sida" actualizada, reforzada y adoptada por consenso en el 68º periodo de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer.

GINEBRA/NUEVA YORK, 25 de marzo de 2024— El 22 de marzo, los gobiernos asistentes al 68º periodo de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW) adoptaron por consenso una resolución centrada en la promoción de los derechos y el empoderamiento de las mujeres y las niñas como parte de los esfuerzos para poner fin al sida.

La actualizada resolución 60/2 “La mujer, la niña y el VIH y el sida” subraya la urgente necesidad de dar prioridad a la salud y los derechos de las adolescentes y las mujeres jóvenes en el contexto de la actual pandemia mundial de sida. Reconoce que las adolescentes y las mujeres jóvenes siguen estando desproporcionadamente afectadas por el VIH debido a diversos factores socioeconómicos, como las desigualdades de género, la pobreza y la falta de acceso a la educación y la atención sanitaria.

La resolución subraya el imperativo de avanzar en la igualdad de género como elemento central para acabar con el sida, y reafirma los compromisos adquiridos en la Declaración Política sobre el VIH y el sida de la Asamblea General de las Naciones Unidas de 2021. La resolución hace un llamado a todos los gobiernos para que promulguen e intensifiquen la aplicación de leyes y políticas para eliminar todas las formas de violencia de género, así como para acabar con el estigma y la discriminación contra las mujeres y las niñas relacionados con el VIH. También pide que se promueva la participación y el liderazgo activos y significativos de las mujeres y niñas que viven con el VIH en la respuesta al sida.

Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA, expresó su optimismo y su profundo agradecimiento por la adopción de la resolución, afirmando: "Al comprometerse a dar prioridad a la salud y los derechos de las mujeres y niñas en toda su diversidad y a abordar el VIH de manera integral, los y las líderes han contribuido a salvaguardar la salud de las mujeres y niñas, lo que redundará en un futuro más equitativo y resistente."

Nyaradzayi Gumbonzvanda, directora ejecutiva adjunta de ONU Mujeres, organización copatrocinadora de ONUSIDA que desempeñó un papel decisivo a la hora de organizar y garantizar el éxito de la CSW, afirmó: "Empoderar a las mujeres, garantizar sus derechos y lograr la igualdad es un imperativo".

De manera crucial, ONUSIDA subraya la importancia de traducir los compromisos esbozados en la resolución en acciones concretas a nivel nacional, regional y mundial. Los esfuerzos deben centrarse en cerrar la brecha de género en la prevención, el tratamiento, la atención y el apoyo relacionados con el VIH, al tiempo que se abordan los factores sociales, económicos y estructurales subyacentes que perpetúan la discriminación, la violencia y las desigualdades basadas en el género y aumentan la vulnerabilidad de las mujeres y las niñas al VIH.

ONUSIDA se mantiene firme en su compromiso de trabajar en colaboración con los gobiernos, la sociedad civil y otros socios para crear un mundo en el que se respeten, protejan y hagan realidad los derechos y la dignidad de todas las mujeres y niñas, incluidas las que viven con el VIH, corren el riesgo de contraerlo o están afectadas por él.

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En la 68 Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer ONUSIDA pide acción para lograr la igualdad de género y acabar con el sida

En la 68 Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer ONUSIDA pide acción para lograr la igualdad de género y acabar con el sida

11 de marzo de 2024

GINEBRA/NUEVA YORK, 11 de marzo de 2024 — ONUSIDA se está preparando para la 68ª sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (#CSW68) que comienza hoy y se prolongará hasta el 22 de marzo de 2024. La #CSW68, la mayor reunión anual de las Naciones Unidas sobre igualdad de género y empoderamiento de la mujer, se celebra este año bajo el tema prioritario Acelerar el logro de la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas abordando la pobreza y fortaleciendo las instituciones y la financiación con una perspectiva de género.

A pesar de los avances, ningún país ha logrado la igualdad de género hasta la fecha, y las violaciones de los derechos humanos de las mujeres y la violencia de género siguen alimentando la pandemia de sida. El mundo está lejos de alcanzar las metas de género establecidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y, en muchos de los países más pobres del mundo, la crisis de la deuda está reduciendo la inversión en educación, sanidad y protección social, lo que perjudica especialmente a las mujeres y las niñas.

En la actualidad, 129 millones de niñas de todo el mundo están sin escolarizar, lo que les niega información vital sobre cómo protegerse del VIH. Cada tres minutos, una adolescente o mujer joven (15-24 años) contrajo el VIH en 2022 en el África subsahariana, y en toda África, el sida sigue siendo la principal causa de muerte entre las mujeres en edad reproductiva.

"No puede haber más excusas. Acabar con el sida entre las mujeres y las niñas no es solo un imperativo moral, sino también una prioridad estratégica para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible", ha declarado Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA. "Sólo protegiendo e invirtiendo en los derechos de las mujeres y las niñas podremos proteger su salud, y sólo protegiendo la salud de las mujeres podremos acabar con la pandemia de sida. Debemos aprovechar esta oportunidad para acelerar el progreso hacia un mundo en el que todas las mujeres y niñas puedan, no sólo sobrevivir, sino prosperar."

Durante la #CSW68, ONUSIDA copatrocinará varios actos importantes, entre ellos una reunión de alto nivel convocada conjuntamente por el Gran Ducado de Luxemburgo y Education Plus (una iniciativa conjunta de ONUSIDA, UNESCO, UNFPA, UNICEF y ONU Mujeres) que movilizará a gobiernos, asociados y partes interesadas para acelerar la ampliación de las acciones en favor de los derechos de la mujer y aprovechar la educación de las niñas para la igualdad de género y la prevención del VIH en toda África.

ONUSIDA insta a una acción renovada y anticipa resultados sólidos de la #CSW68. ONUSIDA espera con interés las asociaciones que se forjarán para acelerar el progreso hacia la igualdad de género y poner fin al sida como amenaza para la salud pública mundial.

ONUSIDA se mantiene firme en su compromiso de trabajar en colaboración con los gobiernos, la sociedad civil y otros asociados para crear un mundo en el que se respeten y protejan los derechos y la dignidad de todas las mujeres y niñas, incluidas las que viven con el VIH, corren el riesgo de contraerlo o están afectadas por él.

La #CSW68, organizada por las Naciones Unidas, reunirá a líderes, defensores, gobiernos, organizaciones de la sociedad civil, activistas y expertos para debatir, acordar acciones e inversiones que puedan acabar con la pobreza de las mujeres y hacer avanzar la igualdad de género.

Siga en directo el acto de Education Plus el martes 12 de marzo a las 08:00 - 09:30 EST - Making Education Investment Cases Work for Gender Equality and HIV Prevention

 

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En el Día Internacional de la Mujer, ONUSIDA pide proteger los derechos de las mujeres para proteger su salud

06 de marzo de 2024

GINEBRA, 6 de marzo de 2024 —En vísperas del Día Internacional de la Mujer, que se celebra el 8 de marzo, ONUSIDA hace un llamamiento a la protección de los derechos de las mujeres para proteger su salud.

El mundo está muy lejos de alcanzar las metas de género, igualdad y VIH que forman parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Al ritmo actual de progreso, se calcula que harán falta 300 años para acabar con el matrimonio infantil, 140 años para que las mujeres estén representadas en igualdad de condiciones en puestos de poder y liderazgo en el lugar de trabajo, y 47 años para lograr la igualdad de representación en los parlamentos nacionales.

Además, en todo el mundo al menos cinco mujeres o niñas son asesinadas cada hora por alguien de su propia familia. Una de cada tres mujeres en el mundo sufre violencia sexual o de género.

Las mujeres que sufren violencia están más expuestas a contraer el VIH. Este riesgo es mayor para los 600 millones de mujeres y niñas que viven en los países afectados por conflictos, que se enfrentan a un mayor peligro de violencia sexual. Y en la mayoría de los países más pobres del mundo, la crisis de la deuda está reduciendo las inversiones en educación, sanidad y protección social, lo que perjudica especialmente a las mujeres y las niñas.

Las mujeres se ven aún más amenazadas por la represión organizada contra sus derechos. "Hoy en día, los derechos de las mujeres, que tanto ha costado conseguir, están siendo objeto de un ataque despiadado y coordinado a escala mundial. Quienes se enfrentan al ataque más despiadado son ya las mujeres más marginadas", afirmó Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. "Las injusticias a las que se enfrentan las mujeres no son desastres naturales para los que haya que prepararse, como huracanes o tormentas. Están hechas por el hombre y, como tales, podemos deshacerlas".

La buena noticia es que, en todo el mundo, las mujeres y las niñas lideran las luchas por la igualdad y los derechos. Las mujeres se levantan contra la opresión en sus hogares, lugares de trabajo y comunidades. Los movimientos de mujeres prestan apoyo directo a las mujeres y niñas que sufren violencia, y marchan y hacen huelgas por la igualdad. Para proteger los derechos de las mujeres, es vital apoyar y dotar de recursos a estas organizaciones comunitarias, grupos de la sociedad civil y organizaciones de mujeres, defensoras de primera línea de esos derechos.

Al igual que la justicia, la salud nunca se da, se gana.

El llamamiento de ONUSIDA en este Día Internacional de la Mujer es proteger la salud de las mujeres y las niñas, proteger los derechos de las mujeres y las niñas. De este modo, el mundo acabará con el sida y superará las desigualdades que lo provocan.

ONUSIDA

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Mensaje de Winnie Byanyima

ONUSIDA insta al mundo a que se una para poner fin a la violencia de género contra las mujeres y niñas

25 de noviembre de 2022

GINEBRA, 25 de noviembre de 2022—En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, ONUSIDA hace un llamamiento al mundo para que se una para acabar con todas las formas de violencia de género y con las desigualdades de género que propician la pandemia del VIH.

La Directora Ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, afirmó: “La violencia contra las mujeres y las niñas es nuestra vergüenza individual y colectiva, así como una flagrante violación de los derechos humanos que se produce a grandísima escala. Esta pandemia de violencia sigue propiciando miles de nuevas infecciones por el VIH cada semana, y está haciendo que el objetivo de acabar con el sida sea más difícil de alcanzar.  Es un problema sistemático que se debe abordar en todos los niveles de la sociedad."

El año pasado, cada semana se infectaban con VIH 4.900 chicas jóvenes y adolescentes de entre 15 y 24 años. Una de cada tres mujeres y chicas adolescentes de todo el mundo ha sufrido violencia física o sexual por parte de sus maridos, parejas masculinas o desconocidos. Esta violencia se suele producir en sus hogares y barrios, que son los lugares en los que se deberían sentir más seguras. Y esta alarmante estadística no incluye a las millones de mujeres y niñas que se enfrentan a otras formas de violencia de género y prácticas nocivas, como el matrimonio infantil y forzado, la mutilación genital femenina y la violencia sexual.

En los países con una alta prevalencia del VIH, la violencia dentro de la pareja puede aumentar las probabilidades de que las mujeres contraigan el VIH hasta en un 50 %. La violencia o el miedo a ella bloquean el acceso de las mujeres a los servicios y su capacidad para negociar el uso del preservativo con los agresores, revelar su estado serológico o permanecer en tratamiento contra el VIH. Una de las formas de disminuir la exposición de las niñas a la violencia y de reducir en un 50% el riesgo de que contraigan VIH es manteniéndolas en las escuelas.

La Organización Mundial de la Salud a nombrado a la violencia contra la mujer como un problema de salud mundial de magnitudes epidémicas.  Aún así, décadas tras la Declaración Universal de los Derechos Humanos adoptada el 10 de diciembre de 1948, y de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CETFDCM), el mundo aún sigue hablando sobre eliminar la violencia contra la mujer.

Hoy marca el comienzo de 16 Días de activismo contra la violencia de género, cuyo tema este año es ¡ÚNETE! Activismo para acabar con la violencia contra las mujeres y las niñas.GENÈVE, le 25 novembre 2022—À l’occasion de la Journée internationale pour l’élimination de la violence à l’égard des femmes, l’ONUSIDA nous appelle à nous unir pour mettre fin à la violence sexiste sous toutes ses formes et lutter contre les inégalités entre les sexes qui alimentent la pandémie de VIH.

« La violence à l’égard des femmes et des filles est une honte pour tout le monde, au niveau individuel et collectif, une violation grave des droits humains qui se produit à une échelle démesurée », a déclaré la directrice de l’ONUSIDA, Winnie Byanyima. « Cette pandémie de violence continue d’entraîner des milliers de nouvelles infections au VIH chaque semaine et complique considérablement l’éradication du sida. Il s’agit d’une question systémique qui doit être traitée à tous les niveaux de la société. »

Chaque semaine, l’année dernière, 4 900 jeunes femmes ou adolescentes âgées de 15 à 24 ans ont été infectées par le VIH. Dans le monde, une femme et une adolescente sur trois subissent des violences physiques, sexuelles ou les deux de la part de leur mari, de leur partenaire masculin ou de tiers. Ces violences ont souvent lieu chez elles et dans leur quartier, autrement dit dans des endroits où elles devraient se sentir le plus en sécurité. Et ce chiffre affligeant ne prend pas en compte les millions de femmes et de filles qui sont victimes d’autres formes très diverses de violences sexistes et de pratiques nuisibles telles que le mariage forcé, le mariage des enfants, les mutilations génitales des femmes et la violence sexuelle.

Dans les pays à haute prévalence du VIH, les violences exercées par un partenaire intime augmentent jusqu’à 50 % le risque de contamination au VIH chez les femmes. La violence ou la peur de la violence empêche les femmes d’accéder aux services et entrave leur capacité à négocier l’utilisation du préservatif avec les auteurs de cette violence, à divulguer leur statut sérologique ou à respecter leur traitement antiviral. La scolarisation des filles est un des moyens de réduire leur exposition à la violence et leur risque d’infection au VIH de 50 %.

L’Organisation mondiale de la Santé a désigné la violence à l’égard des femmes comme un problème de santé mondial qui a atteint les proportions d’une épidémie. Pourtant, des décennies après la Déclaration universelle des droits de l’homme adoptée le 10 décembre 1948 et la Convention sur l’élimination de toutes les formes de discrimination à l’égard des femmes (CEDAW) instituée en 1979, le monde parle encore d’éliminer la violence à l’égard des femmes.

Aujourd’hui marque le coup d’envoi de 16 jours d’activisme contre la violence sexiste dont le thème cette année est Tous UNiS ! L’activisme pour l’élimination de la violence à l’égard des femmes et des filles !

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16 Días de activismo contra la violencia de género

Un informe señala que las mujeres y las personas marginadas necesitan acceso urgente a los servicios de atención sanitaria en Ucrania

11 de mayo de 2022

Un nuevo informe de ONU Mujeres y CARE Internacional señala la necesidad urgente de proporcionar servicios de atención sanitaria a las mujeres en Ucrania. Además, explica por qué la comunidad internacional necesita incluir la perspectiva de género en la respuesta a la crisis humanitaria en Ucrania.

También pone énfasis en la necesidad de abordar esta crisis de manera interseccional, de forma que se tenga en cuenta el riesgo exacerbado al que están expuestas las comunidades marginales que se enfrentan a arduas dificultades y tienen necesidades específicas relativas a su salud y seguridad. Las comunidades señaladas son las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI), el pueblo gitano y las personas que viven con discapacidades o con enfermedades crónicas.

“Este informe tan contundente pone de manifiesto por qué y cómo las respuestas humanitarias tienen que incluir la perspectiva de género, así como la necesidad de tener en cuenta las necesidades específicas de las comunidades marginales”, afirma Winnie Byanyima, la directora ejecutiva de ONUSIDA. “La valentía y el compromiso de las mujeres en puestos de liderazgo que sirven a sus comunidades, incluso en tiempos de guerra, es una inspiración en Ucrania y en todo el mundo”.

El análisis del informe, que se basa en estudios y entrevistas realizados con personas en Ucrania, se realizó durante el mes de abril e ilustra algunas de las dinámicas de género de la crisis. Asimismo, incluye recomendaciones prácticas y viables para la respuesta humanitaria internacional.

Las mujeres y niñas entrevistadas destacan los obstáculos a la hora de acceder a los servicios de atención sanitaria, sobre todo para supervivientes de violencia de género, mujeres embarazadas y aquellas que acaban de dar a luz. También señalan el miedo creciente a la violencia de género y la falta de alimento, sobre todo en zonas de conflicto.

Muchas de las encuestadas hicieron referencia a los riesgos sanitarios relacionados con refugios insalubres, entre ellos la propagación de la COVID-19.

La guerra también han afectado al acceso a la salud sexual y reproductiva, incluidas la planificación familiar y la salud materno-infantil. Los medios de comunicación han señalado que las condiciones causadas por la guerra han aumentado el riesgo de partos prematuros.

Las personas trans también necesitan acceso periódico a medicamentos, aunque muchas han tenido que parar el tratamiento hormonal por escasez de suministros. Varias organizaciones LGBTI están proporcionando acceso a sus medicinas a los miembros de la comunidad transgénero, pero la ayuda que proporcionan no cubre todas las necesidades.

“El Análisis rápido de género nos permite consultar directamente a las poblaciones afectadas para así poder identificar de forma precisa las necesidades específicas que presentan diferentes grupos de personas, y cómo satisfacerlas de la mejor forma posible”, indica Sofia Sprechmann Sineiro, la Secretaria General de CARE Internacional. “Lo que oímos del pueblo ucraniano es que hay ciertos grupos que necesitan formas distintas de protección y asistencia, como las personas con discapacidad, el pueblo gitano y otras minorías étnicas, las madres solteras y los menores no acompañados. Para que nuestra respuesta sea efectiva y pertinente hay que consultar y priorizar a dichos grupos a medida que esta situación tan devastadora continúa evolucionando.

El informe solicita apoyo para las organizaciones de derechos de la mujer y las lideradas por mujeres que proporcionan recursos financieros. Además, insta a que se oigan sus voces en plataformas nacionales e internacionales.

Es necesario suplir las carencias en los servicios de respuesta a la violencia de género. Según el informe hay que dar prioridad a la salud sexual y reproductiva, incluida la asistencia clínica a las supervivientes de agresión sexual, y a la salud materno-infantil, incluido el acceso a anticonceptivos.

“Es fundamental que la respuesta humanitaria en Ucrania tenga en cuenta y aborde las necesidades específicas de las mujeres y las niñas, de los hombres y los niños, incluso aquellos que se han quedado más atrás”, afirma Sima Bahous, la directora ejecutiva de ONU Mujeres. “Este informe tan oportuno prueba la existencia de esas necesidades, así como de su urgencia. Las mujeres han desempeñado un papel vital en la respuesta humanitaria de sus comunidades. Se les tiene que incluir en la planificación y el proceso de toma de decisiones para asegurar que se satisfacen sus necesidades específicas, sobre todo las relacionadas con la salud, la seguridad, y el acceso a los medios de vida”.

Report

Mensaje de ONUSIDA en el Día Internacional de la Mujer 2021

08 de marzo de 2021

8 de marzo de 2021

Winnie Byanyima

Directora Ejecutiva de ONUSIDA
Secretaria General Adjunta de las Naciones Unidas

Las mujeres líderes han guiado al mundo para responder a la crisis de la COVID-19, desde jefas de gobierno hasta coordinadoras de movimientos sociales de base. Le han recordado al mundo la importancia de tener un número significativo de mujeres, en todas su diversidad, en posiciones de liderazgo.

Pero la crisis de la COVID-19 ha hecho que los avances hacia la igualdad retrocedan. Ha ampliado la brecha de género en cuanto a riqueza, ingresos, acceso a servicios, carga de trabajo de cuidados no remunerado, estatus y poder.

En torno a 20 millones más de niñas en edad de asistir a la escuela secundaria podrían quedarse sin escolarizar como consecuencia de la crisis. Puede que muchas de ellas nunca vuelvan a la escuela ni a tener acceso a técnicas ni oportunidades económicas, y correrán mayor de sufrir violencia, mala salud, pobreza y otros problemas.

Dos millones y medio más de niñas se encuentran en riesgo de contraer un matrimonio infantil durante los próximos cinco años. Se ha producido un aumento dramático de la violencia contra la mujer.

Pandemias como la de la COVID-19 y la del VIH aumentan las grietas de la sociedad y agravan las vulnerabilidades. Las desigualdades y la violencia basadas en el género, que están interrelacionadas, frenan la vida de mujeres y niñas en todo el mundo.

La pandemia ha puesto en manifiesto el doloroso dato de que, incluso antes de la COVID-19, se calcula que un número estimado de 34 millones de niñas de entre 12 y 14 años no estaban escolarizadas, que, a escala mundial, una de cada tres mujeres declara haber sufrido violencia física o sexual y que las mujeres de todo el mundo trabajan más horas por un salario menor o inexistente.

Las mujeres que habían sido estigmatizadas se encuentran entre los que están sufriendo los peores impactos de la pandemia. La pérdida repentina de los medios de subsistencia de las trabajadoras sexuales y su falta de acceso a atención sanitaria y protección social han intensificado sus vulnerabilidades, especialmente para las que viven con el VIH.  Muchas mujeres migrantes y trabajadoras precarias afectadas adversamente por la pandemia están excluidas de los programas gubernamentales de ayuda y protección, así como de los servicios sanitarios. Los estigmas sociales, la discriminación y la criminalización ponen a las mujeres transgénero y a las mujeres que consumen drogas en un mayor riesgo de infección por el VIH o por otras infecciones de transmisión sexual y las aleja del acceso a servicios de prevención, tratamiento y atención relacionados con el VIH.

Las estrategias de recuperación no pueden ser ciegas ni neutrales respecto al género: deben derrocar las desigualdades que frenan a las mujeres.

ONUSIDA, la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura y el Fondo de población de las Naciones Unidas se han unido en un amplio movimiento, Education Plus, para trabajar con los gobiernos con el fin de asegurar los cambios transformadores que permitirán que todas las adolescentes de África puedan acceder a la escuela, seguras y fuertes. Esto incluye a todas las niñas que han tenido que dejar la escuela durante la crisis de la COVID-19, así como a aquellas que ya habían sido excluidas de la escuela incluso antes de esta crisis.

Tanto superar la crisis de la COVID-19 como poner fin a las nuevas infecciones por el VIH y muertes asociadas al sida requieren que nos centremos en las desigualdades que conllevan vulnerabilidades. La nueva estrategia mundial contra el sida 2021-2026 pone los derechos y las múltiples y diversas necesidades a lo largo del ciclo vital de las mujeres y niñas en el centro de la respuesta: desde prevenir la transmisión vertical (maternoinfantil) hasta aportar acceso a una educación de calidad en entornos favorables y seguros para asegurar una educación integral sobre sexualidad y unos servicios íntegros de salud sexual y reproductiva.

La desigualdad de género no solo está mal. Es peligrosa. Nos debilita a todos.  Un mundo más equitativo estaría más preparado para responder a pandemias y otros problemas; nos permitiría tener un mayor nivel de salud, seguridad y prosperidad.

Los avances en  materia de la igualdad de género nunca han sido automáticos. Nunca se han dado; siempre se han ganado.

Estamos inspirados por los movimientos de mujeres que lideran la lucha por la igualdad. Las Naciones Unidas os apoyan en vuestros esfuerzos para avanzar hacia un mundo en el que las mujeres y las niñas de todas las diversidades prosperen y ocupen el lugar que les corresponde como iguales.

Este Día Internacional de la Mujer, apoyemos y celebremos que las mujeres estén tomando las riendas.

ONUSIDA

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Nuestra acción

Igualdad de género

ONUSIDA hace un fuerte llamamiento para erradicar esa pandemia olvidada que es la violencia contra las mujeres y las chicas

25 de noviembre de 2020

GINEBRA, 25 de noviembre de 2020 - Hoy, fecha en que se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, ONUSIDA insta al mundo a aumentar sus esfuerzos para acabar con esa pandemia olvidada que es la violencia contra las mujeres y las chicas en todas sus formas. Una auténtica violación de los derechos humanos extendida por todo el globo y que afecta a una de cada tres mujeres al menos una vez a lo largo de su vida.

Antes de la pandemia de la COVID-19, se calculaba que en todo el mundo 243 millones de mujeres y chicas de entre 15 y 49 años habían sido víctimas de violencia sexual o física perpetrada por su pareja en los últimos 12 meses. Los datos nos dicen que la pandemia de la COVID-19 ha incrementado considerablemente los casos de violencia de género en casi todos los países.

«Cada vez tenemos más pruebas en las que apoyarnos para demostrar que la pandemia de la COVID-19 no está afectando con igual magnitud a ambos sexos», destacó Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «Las consecuencias de los confinamientos y las restricciones para viajar que se impusieron en muchos países para frenar la expansión de la COVID-19, el hecho de no considerar servicios esenciales los servicios de salud sexual y reproductiva para las supervivientes de la violencia, y el menoscabo de la seguridad económica de las mujeres han dado lugar a barreras insalvables para las mujeres y las chicas que han sufrido abusos, sobre todo en el caso de todas aquellas que están obligadas a compartir techo con sus abusadores».

Como resultado de la pandemia de la COVID-19, las chicas adolescentes y las mujeres jóvenes están también más abocadas a los matrimonios forzosos tempranos y a la trata de personas, están viéndose obligadas a renunciar a su derecho a la educación por el cierre de las escuelas y, además, carecen de acceso tanto a una educación integral sobre sexualidad como a los servicios de salud sexual y reproductiva, incluyéndose aquí los métodos anticonceptivos y el aborto.

La enfermedad del nuevo coronavirus está haciendo crecer la violencia contra las mujeres y exacerbando las desigualdades de género ya existentes. Además, está multiplicando exponencialmente los riesgos y las vulnerabilidades de las mujeres respecto al VIH. Al tiempo, el acceso a los servicios contra la violencia de género y la salud sexual y reproductiva es cada vez menor, o incluso se ha visto interrumpido durante la pandemia. La violencia contra las mujeres es el gran factor que hace aumentar el riesgo de contraer el VIH. En aquellas zonas en las que hay una fuerte prevalencia del VIH, como el África subsahariana, las mujeres que son víctimas de violencia dentro de la pareja tienen un 50 % más de probabilidades de vivir con el VIH. Se observa también que los hombres que practican la violencia contra las mujeres tienden a correr ellos mismos más riesgo de infectarse por el VIH. Además, tienden a usar con menor frecuencia los preservativos, lo que, a su vez, también hace crecer el riesgo de transmitir el VIH.

La violencia, o la posibilidad de que esta se desate, hace que muchas mujeres y chicas adolescentes que viven con el VIH no revelen su estado serológico positivo a sus parejas, familiares y proveedores de atención sanitaria. Y precisamente esto dificulta sobremanera la adherencia de las mujeres y las chicas al tratamiento para el VIH.

La violencia de género limita la toma de decisiones de las mujeres y las chicas, y mina los derechos y la salud sexual y reproductiva de las mujeres. Se les impide decidir si quieren mantener relaciones sexuales, cómo, cuándo y con quién. Se les niega su derecho a cuidar de su salud, se les bloquea el acceso a los servicios para la prevención del VIH y no se les brinda la oportunidad de seguir un tratamiento.

«La pandemia de la COVID-19 ha puesto sobre la mesa una vez más que es inaceptable continuar con medidas incompletas y no cumplir el compromiso de acabar definitivamente con la violencia contra las mujeres», enfatizó la Sra. Byanyima. «Hemos de tomarnos en serio el lograr la igualdad de género, el acabar con el sida y el prevenir la violencia de género; debe ser nuestra prioridad local, nacional y mundial».

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El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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Igualdad de género

ONUSIDA insta a la acción urgente para fortalecer los programas de protección social frente a la COVID-19

26 de agosto de 2020

GINEBRA, 26 de agosto de 2020 - ONUSIDA está instando a los países a adoptar medidas urgentes para reforzar los programas de protección social y defender a las personas más vulnerables del impacto sanitario y el desplome económico derivados de la pandemia de la COVID-19.

Las personas que viven con el VIH y tuberculosis (TB) son las que más sufren los efectos de la COVID-19. Según el modelaje, se calcula que el posible impacto catastrófico de la pandemia de la COVID-19 causaría hasta un 10 %, un 20 % y un 36 % más de muertes de personas con VIH, tuberculosis y malaria, respectivamente, en los próximos cinco años.

Entre los más vulnerables están las mujeres y las chicas, los gais y otros hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres, los trabajadores sexuales, los consumidores de drogas y las personas transgénero. Muchos de ellos son excluidos de los programas existentes de protección social.

«Los países han de asegurar que todo el mundo sea capaz de disfrutar del acceso a los servicios esenciales, incluyéndose aquí la atención sanitaria. Del mismo modo, los Gobiernos deben invertir adecuadamente en programas de protección social, con el fin de mantener a los ciudadanos seguros y de protegerlos de las consecuencias derivadas de la falta de sustento», recordó Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA.

El desplome socioeconómico provocado por la pandemia de la COVID-19 tendrá un impacto descomunal en algunas de las personas más desfavorecidas de las sociedades de todo el mundo. Por ejemplo, la COVID-19 amenaza con doblar el número de personas que se enfrentan a una grave inseguridad alimentaria hasta llegar a más de 265 millones de personas para final de año. La mayoría de ellas serán residentes de países ya muy afectados por conflictos o crisis económicas o climáticas. Los refugiados se encuentran entre los grupos que más peligro corren.

Es muy probable que cientos de millones de personas de todo el mundo pierdan sus puestos de trabajo en sectores tanto formales como informales de la economía. Alrededor de 150 millones de trabajos a jornada completa se perdieron ya durante el primer trimestre del año, y se espera que en los próximos meses sean muchos más los millones de personas que se vean obligadas a decir adiós a su fuente de ingresos.

«A día de hoy, solo el 29 % de la población mundial cuenta con un buen respaldo en lo que a medidas de protección social se refiere», señaló Guy Ryder, director general de la Organización Internacional del Trabajo. Los Gobiernos han de actuar para garantizar la sostenibilidad de los medios de subsistencia, las empresas y los puestos de trabajo, y para velar por la salud, los derechos y los ingresos de los trabajadores durante y después de la COVID-19».

Las mujeres acostumbran a ser las más vulnerables a las crisis económicas, puesto que un enorme porcentaje, desproporcionado con respecto al de hombres, trabaja en los sectores informales de la economía, lo que hace que tengan más posibilidades de perder sus ingresos. A menudo trabajan en la primera línea de la respuesta a la COVID-19; constituyen el 70 % de la mano de obra en los sectores relacionados con el cuidado social y sanitario, y llevan a sus espaldas la carga del trabajo doméstico, nunca remunerado, además de encargarse de los hijos y realizar otros quehaceres vinculados al cuidado de la familia.

El aumento de la violencia de género durante el confinamiento también hace imperativo para los Gobiernos el invertir desde ya en programas de protección social diseñados específicamente para velar por las mujeres y los niños.

Hay una generación de jóvenes también con riesgo de ser víctimas del colapso socioeconómico causado por la pandemia. La vulnerabilidad de los niños y los jóvenes ha crecido exponencialmente como consecuencia del cierre de las escuelas, que ha afectado a más del 90 % de la población en edad escolar del mundo, la cual ha visto interrumpida su educación y su acceso a servicios sociales imprescindibles para ellos, como el comedor escolar.

«Los niños y los jóvenes están sufriendo de manera desproporcionada el impacto socioeconómico de la crisis de la COVID-19», destaca Henrietta H. Fore, directora ejecutiva de UNICEF. «Antes del brote, dos de cada tres niños ya no contaban con un fondo de protección social o, de tenerlo, era inadecuado. Los países necesitan estar a la altura de su compromiso con la protección social para todas las personas que la necesiten.

Esta llamada a la acción dirigida a los Gobiernos para que inviertan adecuadamente en programas de protección social es apoyada por ONUSIDA, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT). También cuenta con el sustento del Programa Mundial de Alimentos (PMA), la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la Entidad de la ONU para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer (ONU Mujeres), la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Banco Mundial.

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El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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UNAIDS calls on governments to strengthen HIV-sensitive social protection responses to the COVID-19 pandemic

ONUSIDA y más organismos del sistema de las Naciones Unidas apoyan la respuesta a la COVID-19 en Nigeria

10 de julio de 2020

El sistema de las Naciones Unidas en Nigeria se unió a la lucha contra la COVID-19 poco después de que se detectara el primer caso en el país a finales de febrero de 2020.

Las grandes lecciones aprendidas por ONUSIDA y su enorme experiencia a la hora de acercar y unir a las distintas partes interesadas han sido fundamentales para guiar la respuesta interinstitucional de las Naciones Unidas liderada por el coordinador del país, Edward Kallon. Movilizando muy activamente su capital político y su buena voluntad en el país, ONUSIDA ha ayudado a aportar recursos y mejores líneas de comunicación, coordinación y responsabilidad a la respuesta nacional a la COVID-19.

A mediados de marzo, se estableció un grupo de trabajo presidencial para desarrollar un plan de respuesta a la COVID-19 que determinara cuál debía ser el trabajo conjunto de las organizaciones. Las lecciones aprendidas de la respuesta al VIH se incluyen en el desarrollo de los cuatro principios de unidad que guían la respuesta nacional a la pandemia de la COVID-19: un plan de respuesta a la pandemia de la COVID-19 multisectorial, una autoridad coordinadora nacional para la COVID-19, un sistema de evaluación y supervisión para la COVID-19 y una plataforma para la financiación e inversión en la COVID-19.

«Los cuatro principios de unidad simplificarán y clarificarán los papeles, las responsabilidades y las relaciones, incluyéndose aquellas dentro del Gobierno», señaló el Ministro de Sanidad de Nigeria, Osagie Ehanire.

Otra lección aprendida de la respuesta al VIH es la que tiene que ver con la importancia de garantizar que las personas marginadas y vulnerables sean tenidas en cuenta en cada uno de los pasos para el desarrollo de una respuesta a la epidemia. El posible impacto de la COVID-19 sobre las personas que viven con el VIH, los grupos de población clave y las personas sin recursos ha de ocupar también el centro de la toma de decisiones.

«ONUSIDA se coordinó periódicamente con las distintas redes desde el comienzo del brote de la COVID-19. Se encargó de proporcionar el apoyo técnico necesario y de garantizar las sinergias con los esfuerzos del Gobierno», explicó Abdulkadir Ibrahim, coordinador nacional de la Red de personas que viven con el VIH/sida en Nigeria.

Junto con el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas, ONUSIDA sirvió de enlace entre el sistema de las Naciones Unidas y el Gobierno, y facilitó la entrega de 2 millones de dólares estadounidenses al Gobierno, para que este se encargara de adquirir productos médicos de primera necesidad en situación de emergencia. Se garantizó de esta forma el uso de los suministros y los equipos en las instalaciones sanitarias públicas y por parte de los trabajadores sanitarios.

Naciones Unidas lanzó el Fondo Colectivo para la COVID-19 el pasado 6 de abril. Como parte de uno de los cuatro principios de unidad, el referente a la plataforma de inversión y financiación para la COVID-19, el Fondo Colectivo canaliza las aportaciones de los donantes a la respuesta a la COVID-19. ONUSIDA desempeñó un papel fundamental en su establecimiento, al trabajar mano a mano con el coordinador nacional de las Naciones Unidas y el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas para garantizar que esta plataforma de financiación pusiera a las personas y a las comunidades en el centro. ONUSIDA, ONU Mujeres y el Fondo de Población de las Naciones Unidas ayudaron a recaudar 6,5 millones de dólares estadounidenses para el compromiso de la sociedad civil y la comunidad, la protección social de los hogares más vulnerables y la documentación de las buenas prácticas de la comunidad.

Al anunciar su contribución de 50 millones de euros al Fondo Colectivo, el presidente de la delegación de la Unión Europea en Nigeria, Ketil Karlsen, afirmó: «El Fondo Colectivo para la COVID-19 nos brinda la oportunidad de cooperar y actuar rápidamente proporcionando una ayuda que contribuye a reforzar los servicios sanitarios y proteger a los más vulnerables». 

Quizás la aportación más importante de ONUSIDA a la respuesta a la COVID-19 en el país ha sido defender el aprovechamiento de la enorme infraestructura para el VIH con que cuenta Nigeria para luchar contra la COVID-19.

«Debemos incrementar los activos para el VIH sobre el terreno, no solo las instalaciones, sino también el número de sanitarios y voluntarios. Para luchar de manera efectiva contra la COVID-19, no podemos sino hacer partícipes a las comunidades para que ellas también lideren la respuesta», afirmó Erasmus Morah, director regional de ONUSIDA en Nigeria.

Juntos, el Gobierno de los Estados Unidos, la Agencia nacional para el control del sida, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, ONUSIDA, y el grupo de trabajo presidencial trazaron e iniciaron el compromiso de aproximadamente 100 000 sanitarios y voluntarios, para que fueran ellos quienes se ocuparan de la comunicación del riesgo, la movilización social, el rastreo de contactos y la atención domiciliaria.

La COVID-19 está lejos de dar tregua al país. Los casos siguen creciendo y el personal de las Naciones Unidas no ha escatimado en esfuerzos en ningún momento. Sin embargo, tal y como apunta el Sr. Kallon: «Las Naciones Unidas han de seguir trabajando y ayudando a las personas, al mismo tiempo que se garantice que el personal y sus familias dispongan de lo necesario para protegerse frente a la COVID-19». De acuerdo con esto, se estableció un centro para el aislamiento y el tratamiento de la COVID-19 como extensión de la clínica de las Naciones Unida para su personal, quien está en la primera línea de la batalla contra la enfermedad del coronavirus, y sus familias. 

Avanzando en la respuesta a la COVID-19, y apoyando continuamente al grupo de trabajo presidencial, el equipo nacional de las Naciones Unidas, incluida ONUSIDA, se está preparando para ayudar a Nigeria a hacer frente a las ingentes brechas en la preparación subnacional. En los próximos meses se abordarán cuestiones clave como la falta de medios de vida, el aumento de las vulnerabilidades y la inseguridad alimentaria, el mayor riesgo de violencia de género y el acceso limitado a los servicios sanitarios básicos.

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