Reportaje

Un arcoíris de esperanza para las personas LGBTQI+ en las zonas rurales de Japón

17 de mayo de 2023

Durante muchos años, Mami enseñó en una escuela pública en Kanazawa, Japón. En cuanto inició su transición y empezó a vestirse de una manera menos masculina, sus compañeros y superiores pasaron a mirarla con malos ojos. Y la acabaron despidiendo.

Como persona trans en una ciudad pequeña y conservadora, Mami tuvo difícil conseguir otro trabajo y llegó un momento en que se sintió muy aislada. «Cuando una amiga me invitó a trabajar en el centro comunitario Kanazawa Rainbow Pride, me sentí feliz por encontrar un lugar en el que la gente por fin me aceptara», dijo.

Fundado en el año 2022, el centro Kanazawa LGBTQI+ se ubica en una casa de té de 150 años de antigüedad, en el antiguo mercado Samurai de la ciudad. Los paneles deslizantes permiten una variedad de configuraciones en función del tipo de encuentro. Mami y su amigo, Kennosuke Okumara, director de la secretaría del centro Kanazawa, servían té y café en la parte de cafetería abierta a los visitantes.

«Antes trabajaba en Tokio, pero luego volví a mi ciudad natal», explicó el Sr. Okumara. «Y el problema era que aquí ni había ni hay opciones para los gais», añadió.  El Sr. Okumara vive con el VIH y lamenta profundamente el hecho de que los problemas relacionados con el VIH y la comunidad LGBTQI+ sigan siendo tabú. «Se dispone de muy poca información, y eso es una vergüenza. Por eso estoy aquí, para compartir mi experiencia y concienciar», dijo.

Mientras removía su té verde en una taza pequeña con un batidor de bambú, el Sr. Okumara, ataviado con su delantal, se detuvo y miró a Mami. «Este es un espacio seguro para todo el mundo», afirmó.

Diana Hoon, copresidenta del centro, se refirió a este como un faro de esperanza. «Somos como un faro en una sociedad patriarcal muy conservadora», dijo. Mientras, en su biblioteca improvisada, nos enseñaba un sinfín de panfletos y folletos referentes tanto a conocer el estado serológico de una persona como al desfile del Orgullo en la ciudad, así como iba sacando libros sobre cómo mostrarse tal y como cada uno es ante la sociedad, la Sra. Hoon insistió en que el centro no solo estaba atrayendo a más personas, sino que también contaba con 10 voluntarias que prestaban su ayuda... muchas de ellas madres.

«Nuestros seminarios para padres sobre LGBTQI+ han tenido un gran impacto», aseguró. «La gente comparte historias sobre sus hijos y acaba estableciéndose una conexión».

Como singapureña que convive con otra mujer originaria de Kanazawa, la Sra. Hoon siente que está aportando su granito de arena para convertirse en la tabla de salvación de mucha gente y promover una mayor aceptación.

«Entre nuestras muchas prioridades, destacan la concienciación en materia de VIH, la defensa de unos aseos de género neutro, la lucha por uniformes escolares unisex y, lo que es aún más importante, el derecho de todas las personas al matrimonio, algo que todavía no existe en Japón», destacó. También espera, en un plazo de cinco años, conseguir un nuevo hogar para acoger a personas LGBTQI+.

En su mente, se han dado pasos importantes. «Las personas trans están siendo más abiertas últimamente e incluso tenemos campeones LGBTQI+ entre la comunidad», dijo.

Como modelo a seguir sobresale Gon Matsunaka, fundador y antiguo presidente del consorcio Pride House Tokyo, y director del consorcio Marriage for All en Japón. El Sr. Matsunaka, exejecutivo de publicidad de una de las principales empresas japonesas, Dentsu, escondió su sexualidad durante décadas. «En mi rural ciudad natal no había futuro para mí, por lo que decidí marcharme a Tokio», añadió. Luego estudió en Australia, trabajó en Tokio y en la ciudad de Nueva York, y finalmente dejó su empresa.

Hizo pública su homosexualidad en el año 2010 y, a partir de entonces, se esforzó por abrir un centro comunitario en Tokio. Los Juegos Olímpicos parecían una oportunidad de oro.

Pero entonces apareció la pandemia de la COVID-19, y muchos proyectos se vieron interrumpidos. Sin embargo, el Sr. Matsunaka y su equipo no se rindieron.

«En mayo de 2020, todas las encuestas apuntaban a que la juventud LGBTQI+ se sentía insegura en casa o había perdido el contacto con la gente. Y precisamente esa fue mi mayor motivación», afirmó. A base de mucho trabajo, consiguió 15 patrocinadores para un espacio seguro LGBTQI+ temporal durante los Juegos Olímpicos y Paralímpicos llamado Tokyo Pride House. No obstante, y como consecuencia del aplazamiento de los Juegos, también se canceló el centro.

El equipo logró convencer a los patrocinadores para que cambiaran su financiación y crearan un espacio permanente. Años después de los Juegos Olímpicos, Tokyo Pride House sigue enorgulleciéndose de estar a poca distancia a pie de la popular zona de Shinjuku, en Tokio, un lugar amigable con la comunidad LGBTQI+.

En Kanazawa, el Sr. Matsunaka se había asociado con la Sra. Hoon para lanzar un desfile del Orgullo en 2021. Y fue a raíz de ese éxito cuando surgió la idea de un centro comunitario.

El Sr. Matsunaka se siente especialmente orgulloso de que la prefectura (distrito de la ciudad) haya aportado la mitad de la financiación necesaria para la apertura del centro Kanazawa Nijinoma. El resto fue fruto de una recaudación de fondos colectiva.

Radiante en la Tokyo Pride House y rodeado por banderas del arcoíris, confesó: «Nunca soñé con todo esto y jamás imaginé que pudiera llegar a ser posible, sobre todo en una ciudad tan pequeña como Kanazawa».

Para él, no hay duda de que las mujeres han desempeñado un papel clave. «Las mujeres están en una segunda categoría respecto de los hombres, especialmente en áreas rurales como Kanazawa, por lo que han sido nuestras mayores aliadas para cambiar las mentalidades patriarcales», explicó. «Tenemos mucho más trabajo por delante. Y a partir de ahora solo podemos avanzar, nunca retroceder».    

En el Día Internacional contra la Homofobia, la Bifobia y la Transfobia (IDAHOT), ONUSIDA muestra su solidaridad con la comunidad LGBTQI+. Debemos unirnos y celebrar la diversidad; hemos de lograr una sociedad donde todas las personas, sin importar dónde vivan o a quién amen, puedan vivir en paz y sentirse seguras; una sociedad en la que todos sus miembros puedan contribuir a la salud y el bienestar de su comunidad.

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