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Niños relegados al olvido

27 Septiembre 2021

Las nuevas infecciones por el VIH entre los niños se redujeron a más de la mitad (54 %) de 2010 a 2020, debido principalmente al aumento de la provisión de terapia antirretroviral a las mujeres embarazadas y lactantes que viven con el VIH. Sin embargo, ese impulso ha disminuido considerablemente, e incluso ha dejado tras de sí grandes brechas en África occidental y central, región que alberga a más de la mitad de las mujeres embarazadas que viven con el VIH y no reciben tratamiento.

Estas brechas en las pruebas realizadas a bebés y niños expuestos al VIH han dejado sin diagnosticar a más de dos quintas partes de los niños que viven con el virus. El número de niños en tratamiento en todo el mundo no ha dejado de disminuir desde 2019, y en el año 2020 fueron casi 800 000 los niños (de 0 a 14 años) que vivían con el VIH y no recibieron tratamiento antirretroviral alguno. Solo el 40 % de los niños que viven con el VIH lograron suprimir su carga viral, en comparación con el 67 % de los adultos. Casi dos tercios de los niños que no reciben tratamiento tienen entre 5 y 14 años de edad. Se trata de aquellos niños a los que no se les realizaron las pruebas del VIH en el seguimiento posnatal y, por tanto, resulta imposible localizarlos. Una prioridad para los próximos cinco años es ampliar el índice basado en los derechos humanos, las pruebas familiares y domésticas, y optimizar el tratamiento pediátrico para diagnosticar a estos niños, vincularlos al tratamiento y adherirlos a él de por vida.

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El dispar avance en la respuesta al sida gira en torno a las desigualdades

20 Septiembre 2021

El progreso contra el VIH siempre ha sido desigual. Los pasos dados gracias a los enfoques centrados en las personas dentro de los programas para el VIH de mayor rendimiento se han visto atenuados por la acción insuficiente que impera en otros países.

Zimbabue ha ido a la cabeza relacionado con las pruebas y el tratamiento del VIH. El impuesto contra el sida implantado por el país sudafricano ha movilizado una importantísima cantidad de financiación nacional. Las comunidades tienen un fuerte compromiso con la prestación de servicios, y el apoyo financiero y técnico internacional ha sido sólido y constante. El 82 % de los adultos que viven con el VIH en el país ha logrado suprimir su carga viral. Por el contrario, Mozambique se ha quedado rezagado con respecto a la media regional, y allí casi la mitad (el 44 %) de los adultos que viven con el VIH aún no ha logrado suprimir su carga viral. Los conflictos, el cambio climático, los altos niveles de pobreza y las malas infraestructuras sanitarias son algunos de los muchos retos a los que se enfrenta el país.

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Las nuevas infecciones por el VIH dejan de bajar

13 Septiembre 2021

Aunque el despliegue mundial del tratamiento para el VIH ha salvado millones de vidas, lamentablemente los esfuerzos para prevenir las nuevas infecciones por el VIH han sido menos exitosos. El número anual de nuevas infecciones por el VIH entre adultos en todo el mundo apenas ha cambiado en los últimos cuatro años, y el total de nuevas infecciones ha descendido en tan solo un 31 % desde el año 2010, un porcentaje muy inferior al del objetivo del 75 % para 2020 establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2016.

Son demasiados los países que no han logrado poner en marcha la combinación de enfoques estructurales, conductuales y biomédicos para la prevención del VIH centrados en aquellos con mayor riesgo y que la experiencia demuestra que tiene el máximo impacto. El uso constante del preservativo, aunque sea posible, ha resultado ser difícil de lograr entre todas las poblaciones: en muchos países, por ejemplo, las mujeres necesitan una mayor acción y apoyo para negociar un uso coherente del preservativo. La cobertura de la profilaxis previa a la exposición y de la circuncisión médica masculina voluntaria en 2020 también estuvo muy por debajo de los objetivos fijados cinco años antes. 

Las nuevas infecciones por el VIH cayeron en mayor número en el África subsahariana y el Caribe, pero ninguna región logró los descensos del 75 % acordados por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2016. Las epidemias en gran parte de Europa oriental y Asia central se expandieron como consecuencia de las barreras legales y políticas, y la inadecuada atención prestada a las necesidades de las personas que se inyectan drogas, los gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. El número anual de nuevas infecciones por el VIH también aumentó en Oriente Medio y el Norte de África. Al tiempo, América Latina no logró reducir las infecciones durante la última década. 

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Nuevas infecciones por el VIH, en todo el mundo, 2000-2025, y objetivos para 2020 y 2025

 

Cambio en las nuevas infecciones por el VIH y en las muertes relacionadas con el sida, por región y en todo el mundo, 2010-2020

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El despliegue mundial del tratamiento del VIH ha salvado millones de vidas

06 Septiembre 2021

Los objetivos 90-90-90, acordados por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2016, fueron un llamamiento para que la gran mayoría de las personas que viven con el VIH se sometieran a las pruebas, iniciaran el tratamiento y redujeran el VIH en sus cuerpos a niveles indetectables con vistas a 2020. Alcanzar estos objetivos significa que un mínimo del 73 % de las personas que viven con el VIH ha suprimido la carga viral, lo que las ayuda a mantenerse sanas y evita la propagación del virus.

A finales de 2020, el 84 % de las personas que vivían con el VIH conocían su estado serológico, el 73 % tenían acceso a una terapia antirretroviral y el 66 % ya presentaban supresión viral. De entre los 37,7 millones de personas que vivían con el VIH en todo el mundo en 2020, se calcula que 27,5 millones de personas seropositivas estaban en tratamiento, una cifra que se ha más que triplicado desde 2010, aunque aún se está lejos de alcanzar el objetivo para 2020 de 30 millones.

El despliegue mundial del tratamiento para el VIH ha salvado millones de vidas: se calcula que, desde el año 2001, se han evitado 16,5 millones de muertes relacionadas con el sida. En 2020, hubo 680 000 muertes por causas relacionadas con el sida, un descenso del 58 % de 2001 a 2020. Al menos cuarenta países van por buen camino para lograr una reducción del 90 % en la mortalidad relacionada con el sida para 2030, incluidos nueve países en África oriental y meridional.

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Palabras de Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA, con motivo del comienzo de la Reunión de Alto Nivel sobre el Sida

08 Junio 2021

Excelencias, distinguidos delegados, compañeros, amigos.

Gracias, presidente de la Asamblea General, Sr. Bozkir; vicesecretaria general, Dña. Amina Mohammed; coorganizadores, embajador Gertze, de Namibia, y embajador Fifield, de Australia. Gracias a todos los Estados miembros. Juntos habéis logrado redactar, negociar y sacar adelante esta declaración política. Precisamente este documento será la base de nuestro trabajo para poner fin a esa pandemia que lleva 40 años arrasando comunidades enteras.

El sida sigue ahí, aún no lo hemos erradicado. Sin duda, es una de las pandemias más letales de la era moderna. Desde el comienzo de la epidemia, el VIH ha conseguido infectar a 77,5 millones de personas. El sida se ha cobrado la vida de casi 35 millones de personas. Cada minuto, una persona muere de sida. ¿Acaso no es eso una emergencia? Las tasas del VIH no siguen la trayectoria que todos juntos prometimos. De hecho, azotados por las negativas consecuencias que la crisis de la COVID-19 ha tenido en la respuesta al sida, hemos visto incluso que la pandemia del VIH ha vuelto a resurgir con más fuerza.

Sin embargo, nuestro destino no puede ser el de una pandemia de sida interminable. Pese a todos los contratiempos que puedan surgir, SÍ podemos acabar con el sida como amenaza para la salud pública. Unidos, juntos, podremos hacer realidad nuestra promesa para 2030.

Como en todo, las cosas no siempre salen como uno quiere. Los programas que hasta ahora nos han garantizado un progreso sustancial ya no nos permitirán finalizar el viaje porque en nuestra carretera han surgido obstáculos. La evidencia y el análisis son claros. Las desigualdades imperantes en el poder, el estado, los derechos y la voz están impulsando la pandemia del VIH. Las desigualdades matan. Tal y como se señala en la estrategia mundial contra el sida: para acabar con el sida, primero debemos poner fin a las desigualdades que lo perpetúan.

Este enfoque ofrece otra enorme ventaja. Las mismas leyes, unas políticas idénticas y los sólidos servicios sanitarios centrados en las personas y necesarios para poner fin al sida también ayudarán al mundo a superar la COVID-19, a estar preparados para hacer frente a futuras pandemias y a apoyar el crecimiento económico inclusivo y los derechos humanos de todos. Yendo a una, todos lo haremos mejor.

Os presento aquí los tres grandes cambios que hemos de realizar juntos:

  1. Urge acabar con las desigualdades en el acceso a las tecnologías de la salud. Para ello, debemos fomentar aún más la gran labor de la ciencia y tratar de que llegue a todo el mundo.
    La COVID-19 nos ha demostrado algo importante: la ciencia avanza a la velocidad impuesta por la política. Debemos ganar tiempo y acelerar la investigación en materia de sida. Para ello, hay que invertir en innovaciones en tratamiento, prevención, atención y vacunas. Todo ello debe considerarse un bien público mundial.
    Y tenemos que aplicar la ciencia de manera que minimice las desigualdades en vez de exacerbarlas.
    ¿Cómo? Por ejemplo, esforcémonos para que, desde ya mismo, y no años después respecto a los países ricos, las regiones del sur puedan acceder a los nuevos medicamentos antirretrovirales de acción prolongada que facilitarán la adherencia al tratamiento y lograrán la prevención del VIH entre las mujeres en toda su pluralidad y los grupos de población clave.
    Asegurémonos de que todos los medicamentos que pueden salvar la vida de las personas que viven con el VIH sean fabricados de manera asequible por distintos laboratorios, especialmente en el sur, donde la enfermedad se empeña en concentrarse.
    Necesitamos financiación, pero también necesitamos reformar todas esas leyes que rigen la propiedad intelectual y que nos impiden avanzar en la respuesta. Debemos apoyar una producción distribuida mundialmente, de manera que el acceso a la ciencia que salva vidas deje de depender, por fin, del pasaporte que nos identifique a cada uno.
  2. Necesitamos poner fin a las desigualdades en lo referente al acceso a los servicios esenciales. Para conseguirlo, debemos garantizar la salud y la educación de todas las personas. En muchas comunidades, apenas se registran ya nuevas infecciones por el VIH. En ellas lo habitual ahora es vivir con el VIH durante mucho tiempo y disfrutar de una vida plena. No obstante, entre los diferentes países y, dentro de cada país, en las distintas regiones, sí es evidente una brecha cada vez mayor: mientras unos tienen acceso a los servicios de prevención, tratamiento y cuidado, otros aún están muy lejos de ello. Mientras que en los primeros se respetan los derechos, en los segundos todavía hay personas excluidas.
    Hoy nos estamos fijando objetivos audaces y ambiciosos con el fin de acercar al 95 % de las personas que más lo necesitan los servicios relacionados con el tratamiento y la prevención del VIH: para lograrlo, necesitamos reinventar los servicios para el VIH, para así facilitar el acceso a ellos y adaptarlos a la vida de las personas.
    Necesitamos cerciorarnos de que todas las niñas completen la educación secundaria y conozcan realmente los servicios que tienen a su disposición y los derechos que las amparan.
    Necesitamos suprimir las tasas de usuario por los servicios esenciales y proporcionar estos mismos servicios a través de sistemas públicos financiados mediante impuestos. Necesitamos integrar los servicios proporcionados por la comunidad. Necesitamos combatir la evasión fiscal, pues nos priva de recursos nacionales para la salud y la educación.
    Tengamos presente que la mayoría de los países en desarrollo se enfrentan a una grave crisis económica: en el año 2020 tuvieron una pérdida de ingresos superior al 20 % y sus presupuestos sanitarios están aún hoy amenazados. De entre todos ellos, preocupa especialmente la situación de África.
    Ya es hora de aumentar el volumen de ingresos. Y para ello, lo primero que hemos de hacer es mostrarnos firmes para luchar contra la evasión de impuestos y la competencia fiscal, dos prácticas que vacían rápidamente las arcas públicas.
    También necesitamos una reestructuración de la deuda para superar el impacto de la COVID-19. Asimismo, debemos tratar de establecer un mecanismo justo de resolución de crisis de deuda. Tenemos que dar un paso al frente, nunca atrás, en el compromiso de los países desarrollados de ayudar con un 0,7 % de sus ingresos nacionales brutos. Debemos garantizar que más de los 650 mil millones de USD de los derechos especiales de giro del FMI vayan directamente a los países de bajos y medianos ingresos.
  3. Debemos acabar con las desigualdades en el respeto a los derechos, especialmente de las personas que viven con el VIH y de aquellas que son vulnerables o están afectadas por el VIH.
    Aplaudo llena de satisfacción el compromiso de los Estados miembros de reformar las leyes y proteger los derechos. La realidad nos demuestra que, al reforzar las leyes para apoyar la igualdad de género y los derechos de los grupos de población clave, y al plantarle cara al estigma, los países cosechan un éxito mucho mayor en los programas de tratamiento y prevención, lo cual beneficia a todo el mundo. Solo así se consigue hacer retroceder al VIH.
    Tenemos que seguir avanzando en nuestro viaje común, siempre lejos de las leyes dañinas, punitivas y anticuadas, a menudo coloniales, y de todas las formas de discriminación.

El momento actual nos obliga a trabajar juntos en todos los sectores, en todos los países. Las falsas promesas del populismo no cuadran en absoluto con la biología: como bien se ha encargado de recordarnos la COVID-19, no es que estemos interconectados, es que somos inseparables.

No podemos poner fin al sida en un solo país o continente. Para erradicar el sida, debemos poner fin al virus en todos los rincones del globo.

Quiero rendir un gran homenaje a todos esos grupos de la sociedad civil de todo el mundo cuya lucha contra las desigualdades ha sido nuestro motor para la acción. Todos y cada uno de vosotros, comunidades, grupos de mujeres y movimientos de base, os merecéis este tributo porque no habéis dejado de empujarnos. En ocasiones hemos de confesar que vuestra incansable fuerza nos ha resultado incómoda. Sin embargo, grabaos estas palabras: seguid empujándonos. Nunca dejéis de hacerlo. ¡Sigamos luchando! La presión procedente del poder de las personas es clave para acabar con las desigualdades y lograr poner fin al sida.

Como en su día ya dijo Martin Luther King, el arco moral del universo es largo, pero se inclina hacia la justicia. Con ello no quiso decir que este proceso fuera automático. Muy al contrario, insistió en que «el progreso humano no discurre nunca sobre ruedas de inevitabilidad; se produce gracias al esfuerzo incansable de las personas». La trayectoria de las nuevas infecciones por el VIH y las muertes por el sida no se invertirá de un día a otro, pero nosotros sí podemos empujarla para allanarle el camino.

Ante las desigualdades, jamás debemos ser neutrales. Para volver al buen camino que nos llevará a poner fin al sida, debemos reflexionar con atención sobre cómo afrontarlas. La única alternativa con que nos topamos es un círculo vicioso de injusticia, enfermedad y emergencia. El mayor error que podemos cometer ahora es imaginar que con solo cambios minúsculos superaremos las crisis que nos amenazan. Pero eso ahora no basta.

Está en nuestra mano el que pasemos a la historia y nos recuerden bien por faltar a nuestra palabra, bien por cumplir nuestras promesas; por ser unos fracasados o por demostrarnos vencedores. Podemos elegir si queremos que las siguientes generaciones se refieran a nosotros como aquellos que lograron derrotar al sida o como aquellos que pudieron haberlo hecho.

Las epidemias magnifican nuestras peores características: desigualdades, injusticias y miedo. Pero también sacan a relucir nuestras fortalezas: ingenio, resiliencia y coraje.

Estoy convencida de que juntos venceremos. Gracias.

Reunión de alto nivel

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Las actitudes discriminatorias hacia las personas que viven con el VIH están reduciéndose en algunas regiones y repuntando en otras

25 Enero 2021

De entre los 151 países que comunican datos, 92 continúan criminalizando la exposición al VIH, su transmisión y la no revelación del estado serológico. Todo ello no supone sino graves violaciones de los derechos de las personas que viven con el VIH que, al mismo tiempo, frustran todos los esfuerzos realizados para controlar la epidemia del VIH. Estas leyes refuerzan el estigma y la discriminación de las personas que viven con el VIH y todas aquellas más vulnerables a contraer el virus. A la vez, ignoran y desoyen lo último que sabemos con relación a los daños y los riesgos relacionados con el VIH, ya que todas ellas ejercen un impacto muy negativo sobre la salud pública.

De acuerdo con los datos más recientes procedentes de encuestas a la población, si bien las actitudes discriminatorias hacia las personas que viven con el VIH no dejan de reducirse en algunas regiones, en otras, por el contrario, se está observando un repunte.  Por ejemplo, en África oriental y meridional, las actitudes discriminatorias se han visto reducidas a niveles históricamente bajos en algunos países. En otras partes, sin embargo, un porcentaje preocupantemente grande de adultos continúa demostrando actitudes discriminatorias hacia las personas que viven con el VIH. En 25 de 36 países con datos recientes respecto a un indicador compuesto que incluye dos tipos de actitudes discriminatorias, más del 50 % de las personas de entre 15 y 49 años reconoció haber adoptado algún tipo de actitud discriminatoria hacia las personas que viven con el VIH. 

Porcentaje de personas de entre 15 y 49 años que dan a conocer actitudes discriminatorias hacia las personas que viven con el VIH, países con datos disponibles, 2014-2019.

Datos únicamente con relación a mujeres de entre 15 y 49 años.

Fuente: Encuestas a la población, 2014-2019.

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El lograr los objetivos propuestos por ONUSIDA con relación a las barreras sociales y legales podría ahorrar 440 000 muertes relacionadas con el sida

11 Enero 2021

ONUSIDA ha instado a todos los países a invertir mucho más en las respuestas mundiales a la pandemia y a adoptar un nuevo conjunto de ambiciosos pero factibles objetivos para el VIH de cara a 2025 (en inglés).

Se llevó a cabo un análisis centrado en los estudios disponibles que han medido cuantitativamente el impacto negativo que tanto el estigma y la discriminación como la criminalización del trabajo sexual, el abuso de drogas y las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo tendrían sobre los esfuerzos para la prevención, las pruebas y el tratamiento para el VIH.

Dicho análisis sugiere que el no progresar en lo referente al estigma y la discriminación relacionados con el VIH minaría todos los esfuerzos realizados para lograr los objetivos relacionados con las pruebas, el tratamiento y la supresión de la carga viral para el VIH, lo que nos llevaría a 440 000 muertes adicionales relacionadas con el sida entre 2020 y 2030. Asimismo, se observa que el no lograr avances en cuanto a los facilitadores sociales menoscabaría sobremanera los esfuerzos para lograr los objetivos relacionados con la prevención del VIH, y esto se traduciría en 2,6 millones de nuevas infecciones adicionales por el VIH a lo largo del mismo período.

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Declaración conjunta para instar a todos los países a ampliar de forma urgente el acceso nacional a un tratamiento para el VIH de calidad dirigido a los bebés y los niños que viven con el VIH

22 Diciembre 2020

Los socios mundiales comprometidos con poner fin al sida pediátrico se han reunido para solicitar a todos los países que rápidamente amplíen el acceso a un tratamiento para el VIH que permita salvar la vida de recién nacidos y niños. Entre los socios están el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, la Organización Mundial de la Salud (OMS); ONUSIDA; el Plan de emergencia del Presidente de los Estados Unidos para paliar los efectos del SIDA; el Fondo Mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria; la Fundación Elizabeth Glaser para el sida pediátrico y la Iniciativa mundial Clinton de acceso a la salud.

Los niños que viven con el VIH siguen siendo los grandes olvidados de la respuesta mundial al sida. En el año 2019, solo el 53 % (950 000) de los 1,8 millones de niños (de entre 0 y 14 años) que viven con el VIH  en todo el mundo fueron diagnosticados y se les administró tratamiento, en comparación con el 68 % de los adultos.[1] Los 850 000 niños restantes que viven con el VIH aún no disponen de un diagnóstico ni disponen de un tratamiento para el VIH que les salve la vida. Dos terceras partes de esos niños que faltan tienen entre 5 y 14 años y no acuden de forma rutinaria a las instalaciones sanitarias. Para que estos niños puedan acceder al tratamiento y empezar a utilizarlo, las comunidades y las familias de las personas que viven con el VIH, la tuberculosis y otras enfermedades han de demostrar su compromiso y poner en marcha servicios familiares.

En 2019 se calcula que 95 000 niños fallecieron como consecuencia de enfermedades relacionadas con el sida. Esta cifra se debió, en parte, a la falta del diagnóstico temprano del VIH entre los bebés y los niños, y a la tardanza observada en lo que respecta al comienzo de los tratamientos antirretrovirales que salvan vidas Sin tratamiento, el 50 % de los bebés infectados por el VIH durante el parto morirá antes de cumplir los dos años. [1]

La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) hace bien poco dio su visto bueno a la primera fórmula genérica de los comprimidos dispersables de dolutegravir 10 mg. [2] Dicha aprobación fue el resultado de una innovadora alianza entre Unitaid, la Iniciativa mundial Clinton de acceso a la salud y ViiV Healthcare, quienes, junto con los proveedores de genéricos, lograron adelantar, y por varios años, el calendario del desarrollo. Esta autorización por parte de la FDA vino seguida del anuncio el Día Mundial del Sida de un acuerdo sin precedentes negociado por Unitaid y la Iniciativa mundial Clinton de acceso a la salud, en virtud del cual se reducen los gastos del tratamiento para el VIH en torno a un 75 % en los países de bajos y medianos ingresos, donde los comprimidos dispersables de dolutegravir 10 mg se venderán en envases de 90 unidades y tendrán un precio de 4,5 dólares estadounidenses. [3] 

Por tanto, esto significa que el tratamiento antirretroviral de primera línea y recomendado por la OMS está ahora disponible en una fórmula genérica más asequible económicamente hablando y mejor para los bebés y los niños a partir de cuatro semanas de edad y más de 3 kg de peso. [4]  La rápida transición a este tratamiento, en combinación con un mejor diagnóstico del VIH para niños y otras medidas de apoyo, nos ayudará a reducir de forma urgente las 95 000 muertes infantiles evitables relacionadas con el sida.

Los antirretrovirales basados en dolutegravir funcionan muy bien en niños. Se trata de un fármaco que tiene menos posibilidades de crear resistencia y que logra más pronto la supresión de la carga viral. Además, los comprimidos dispersables, formulados especialmente para niños, mejoran sobremanera la adherencia al tratamiento debido a que se reduce la cantidad de pastillas que hay que ingerir y a que estas resultan más fáciles de administrar. Todos estos factores permiten que los niños consigan y mantengan la supresión de la carga viral, sin duda un estándar de oro para medir la efectividad de un tratamiento para el VIH. El dolutegravir es también el tratamiento habitual en el caso de los adultos. El comenzar con este tratamiento desde los primeros años de la infancia disminuye la necesidad de cambiar de tratamiento a lo largo de las diferentes etapas de la vida de una persona (infancia, adolescencia y edad adulta). El hecho de que haya pocas pautas de tratamiento y estas cambien poco simplifica la gestión de la atención sanitaria, mejora la gestión del stock y reduce el despilfarro. 

La OMS lleva recomendando el uso de antirretrovirales basados en dolutegravir para bebés y niños desde el año 2018 [4] y el pasado mes de julio de 2020 publicó recomendaciones de dosificación para bebés y menores a partir de cuatro semanas de edad y más de 3 kg de peso.

Los proveedores ya han indicado su capacidad para satisfacer las nuevas y más elevadas ambiciones mundiales. Es fundamental proporcionar previsiones precisas de la demanda con el fin de informar de los planes de producción y los plazos de sumistro. Por consiguiente, es prioritario que los programas nacionales empiecen a incluir los comprimidos dispersables de dolutegravir 10 mg en sus nuevos programas de adquisición, que revisen sus stocks y pedidos de tratamientos para niños distintos a los de dolutegravir, que compartan sus predicciones con los socios responsables de la adquisición de los tratamientos para el VIH y que efectúen sus pedidos lo antes posible.

Los socios han contraído el firme compromiso de apoyar y respaldar a los Gobiernos nacionales mientras estos elaboran planes de transición rápidos que van desde los tratamientos para el VIH ya existentes y que han demostrado ser insuficientes, hasta los tratamientos a base de dolutegravir para bebés y niños, incluyéndose aquí la defensa del compromiso político; la movilización de recursos nacionales e internacionales; las nuevas políticas y directrices; la gestión del suministro, la distribución y el stock de medicamentos; la formación de los profesionales sanitarios, y la sensibilización y el compromiso de las comunidades afectadas para garantizar que los niños que viven con el VIH y sus cuidadores soliciten el tratamiento y comprendan su pauta, con el objeto de asegurar así la rápida aceptación de estas nuevas fórmulas.

La OMS pone a disposici´´on de los programas nacionales y los socios más información respecto a las pautas y las recomendaciones. [5]º En el HIV New Product Introduction Toolkit de la Iniciativa Clinton de acceso a la salud se han dedicado recursos para ayudar a los países a lograr la transición al uso de dolutegravir pediátrico.

Citas de los socios

«Los Gobiernos nacionales, los socios que están sobre el terreno y las comunidades afectadas han de trabajar juntos para identificar y tratar a los bebés y los niños cuyas vidas pueden ser salvadas por estos nuevos medicamentos», insistió Shannon Hader, directora ejecutiva de programas de ONUSIDA. «Los nuevos medicamentos son más económicos, más eficaces y mejores para la edad pediátrica que los tratamientos que actualmente se están utilizando en niños y adolescentes. Tenemos que incluirlos ya en las clínicas para lograr salvar vidas».

«El proporcionar medicamentos antirretrovirales a las personas que viven con el VIH constituye el eje principal en torno al cual se articula todo nuestro apoyo a los programas nacionales para el VIH», señaló Peter Sands, director ejecutivo del Fondo Mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria. «Este nuevo y asequible tratamiento antirretroviral especialmente recomendado para los niños supone un tremendo paso adelante que mejorará y salvará las vidas de algunas de las personas más vulnerables de nuestra sociedad: los pequeños que viven con el VIH. Estamos comprometidos a apoyar a los países para que todos ellos logren una transición rápida a estos nuevos medicamentos».

«Los niños de los países de bajos y medianos ingresos a menudo tienen que esperar años para acceder a los mismos medicamentos que los adultos. Todo este tiempo no hace sino minar su calidad de vida e, incluso, provocar muertes que se podían haber evitado. Nos sentimos tremendamente orgullosos de haber trabajado con más socios en este acuerdo pionero e innovador gracias al cual los niños dispondrán de comprimidos dispersables y de gran calidad de dolutegravir en un tiempo récord», destacó Philippe Duneton, director ejecutivo de Unitaid. «Si logramos garantizar el acceso a este tratamiento, transformaremos las vidas de los niños que viven con el VIH, y los ayudaremos a permanecer en tratamiento y salvar miles de vidas».

«Por primera vez, los niños que viven con el VIH en los países de bajos y medianos ingresos tendrán acceso a los mismos medicamentos antirretrovirales de primera línea que los pequeños de países de altos ingresos», insistió Iain Barton, director ejecutivo de la Iniciativa Clinton de acceso a la ciudad. «Esta alianza debería servir como modelo para derribar las barreras que obstaculizan el desarrollo de las fórmulas pediátricas para suministrar medicaciones de primera línea de forma rápida y asequible».

«La brecha constante en lo referente al tratamiento entre los adultos y los niños nos impide hacer realidad el sueño de una generación libre de sida», recalcó Chip Lyons, presidente y director ejecutivo de la Fundación Elizabeth Glaser para el sida pediátrico. «Los niños que viven con el VIH en todo el mundo necesitan con urgencia fórmulas eficaces, adecuadas para su edad y accesibles. La aprobación de dolutegravir dispersable supone un avance trascendental, si bien puede tornarse insignificante si esta nueva fórmula no se extiende de inmediato y llega a los bebés y los niños pequeños cuyas vidas dependen de él. La Fundación Elizabeth Glaser para el sida pediátrico está plenamente comprometida con apoyar el desarrollo, la aceptación y el suministro de nuevos y eficaces medicamentos antirretrovirales pediátricos en colaboración con los líderes mundiales, regionales y locales».

«La persistente brecha de tratamiento entre madres y niños es inaceptable, y más ahora que disponemos de grandes avances científicos que están a nuestro alcance para cambiar la trayectoria», destacó Chewe Luo, director asociado y ejecutivo en materia de VIH del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. «El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia se alegra infinitamente de los compromisos mundiales adquiridos y el progreso logrado en lo referente a mejores diagnósticos y pautas de tratamientos pediátricos para conseguir grandes resultados».

«Este hallazgo tiene el potencial de cambiar del todo, y a mejor, las reglas del juego para los niños que viven con el VIH», subrayó Meg Doherty, directora de los programas mundiales sobre VIH, hepatitis y enfermedades de transmisión sexual de la OMS. «Tenemos la obligación de hacer todo lo que esté en nuestras manos para ayudar a los países a conseguir este nuevo dolutegravir pediátrico de 10 mg para todos los niños que lo necesiten».


[1] ONUSIDA. Start Free Stay Free AIDS Free - 2020 report. 07 de julio de 2020. https://www.unaids.org/en/resources/documents/2020/start-free-stay-free-aids-free-2020-progress-report

[2] https://www.accessdata.fda.gov/drugsatfda_docs/pepfar/214521PI.pdf

[3] Comunicado de prensa de UNITAID. Groundbreaking Agreement Reduces by 75% the Cost of HIV Treatment for Children in Low-and Middle-Income Countries. https://unitaid.org/news-blog/groundbreaking-agreement-reduces-by-75-the-cost-of-hiv-treatment-for-children-in-low-and-middle-income-countries/#en 

[4] Organización Mundial de la Salud. Updated recommendations on first-line and second-line antiretroviral regimens and post-exposure prophylaxis and recommendations on early infant diagnosis of HIV. Interim guidance. 1 de diciembre de 2018. https://www.who.int/publications/i/item/WHO-CDS-HIV-18.51.

[5] Organización Mundial de la Salud. Considerations for introducing new antiretroviral drug formulations for children. Policy brief. 1 de julio de 2020. https://www.who.int/publications/i/item/9789240007888.

[6] Iniciativa Clinton de acceso a la salud. HIV new product introduction toolkit. Pediatric 10 mg dispersible, scored resources, https://www.newhivdrugs.org/.

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Nuevos modelos muestran que la COVID-19 no debería ser razón para retrasar la fecha límite de 2030 para poner fin a la epidemia de sida como amenaza para la salud pública

14 Diciembre 2020

Se han utilizado los datos aportados a ONUSIDA por los países para predecir las posibles repercusiones de la pandemia de COVID-19 en la respuesta mundial al VIH durante los próximos cinco años. Se han realizado modelos de varios escenarios con distintas duraciones de las perturbaciones en los servicios que van de los tres meses a los dos años.

Las perturbaciones incluían: (a) una tasa de aumento de tratamientos contra el VIH un 50 % inferior a la de antes de la COVID-19; (b) la no realización de circuncisiones médicas masculinas voluntarias; (c) una interrupción completa del 20 % de los servicios para prevenir la transmisión vertical; y (d) la ausencia de ampliaciones en el uso de profilaxis pre-exposición.  Un supuesto importante en todos los escenarios era que las líneas de investigación actuales generarían una o más vacunas para la COVID-19 seguras y efectivas, así como que habrá éxito a la hora de distribuir las vacunas a escala mundial.

Los resultados del modelo muestran que es posible que las perturbaciones relacionadas con la COVID-19 causen entre 123 000 y 293 000 infecciones por el VIH adicionales, así como entre 69 000 y 148 000 muertes relacionadas con el sida más a escala mundial. No obstante, por otro lado más positivo, las predicciones muestran que los efectos de la pandemia de COVID-19 en la respuesta al VIH durarían relativamente poco. Mediante estas predicciones, ONUSIDA y sus asociados han llegado a la conclusión de que la pandemia de COVID-19 no debería ser razón para retrasar la fecha límite de 2030 para poner fin a la epidemia de sida como amenaza para la salud pública.

Predicción de las nuevas infecciones por el VIH y las muertes relacionadas con el sida en tres escenarios distintos de perturbaciones asociadas a la pandemia de COVID-19, mundial, 2019-2025

 

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Aumentan las nuevas infecciones por el VIH entre hombres homosexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres

07 Diciembre 2020

En 2019, los grupos de población clave (incluidos los hombres homosexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, las personas que se inyectan drogas, los trabajadores sexuales, las personas transgénero y los reclusos) y sus parejas representaron el 62 % de todas las nuevas infecciones por el VIH del mundo, incluyendo la mayor proporción de nuevas infecciones en todas las regiones excepto África oriental y meridional.

A escala mundial, las nuevas infecciones por el VIH se han reducido en un 23 % entre 2010 y 2019. Los 1,7 millones de nuevas infecciones que tuvieron lugar en 2019 constituyen más de tres veces el objetivo mundial de menos de 500 000 nuevas infecciones en 2020.

Sin embargo, apenas se ha reducido el número de infecciones por el VIH entre trabajadoras sexuales, personas que se inyectan drogas y mujeres transgénero, y se estima que las infecciones por el VIH entre hombres homosexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres se han incrementado en un 25 % entre 2010 y 2019.

Cambio en el porcentaje de la incidencia del VIH en grupos de población clave, mundial, 2010-2019

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