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Es necesario eliminar las barreras a la profilaxis previa a la exposición

09 Diciembre 2019

La profilaxis preexposición oral demuestra haber ejercido un impacto importante a la hora de reducir las nuevas infecciones por el VIH cuando se suministra como una posible herramienta adicional para la prevención del VIH entre los gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, las personas transgénero y los trabajadores sexuales.

La profilaxis preexposición se está ahora haciendo extensible a la región del África subsahariana, donde se está poniendo a disposición de las parejas serodiscordantes, las chicas adolescentes y las mujeres jóvenes que corren un mayor riesgo de infección por el VIH. La adherencia a esta medicación es elevada cuando se abordan el estigma a nivel de la comunidad y los conceptos erróneos, cuando las mujeres y las chicas reciben mensajes precisos y relevantes sobre la profilaxis previa a la exposición, y cuando la profilaxis previa a la exposición se enmarca como un método de prevención empoderador y como una opción de vida positiva.

Sin embargo, la mayor expansión mundial de la profilaxis previa a la exposición requiere que los países se ocupen de las cuestiones regulatorias y de otras barreras que impiden utilizar la profilaxis previa a la exposición a las personas que realmente quieren.

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Acabar con el sida es asunto de todos

02 Diciembre 2019

Mientras conmemoramos el Día Mundial del Sida 2019, se nos recuerda que, si bien se ha cosechado un logro importante, el número de nuevas infecciones por el VIH y de muertes relacionadas con el sida no está descendiendo lo suficientemente rápido. Se nos recuerda que, a pesar del progreso, aún son muchas las necesidades que hay que satisfacer. Se deben mantener los recursos para la respuesta al sida. Se nos recuerda que 38 millones de mujeres, hombres y niños están viviendo hoy en día con el VIH. Se nos recuerda que, a pesar de los esfuerzos globales, el sida continúa siendo una de las mayores amenazas de nuestro tiempo para la salud y el desarrollo.

La respuesta al VIH ha unido al mundo de una forma como no lo ha conseguido ninguna otra crisis sanitaria. Nos ha enseñado que debemos escuchar a las personas más afectadas y más en riesgo, y que debemos aprender de ellas. El sida nos ha enseñado que debemos abordar los vínculos más importantes que existen entre la salud, la injusticia, la desigualdad, la pobreza y la marginación. El sida también nos ha enseñado que el desafío de poner fin a la epidemia es de tal magnitud que ningún sector puede abordarlo solo.

Los Gobiernos, las organizaciones no gubernamentales, la sociedad civil, las comunidades y las empresas poseen cada uno de ellos recursos importantes, únicos y complementarios, así como las destrezas necesarias para contribuir a la respuesta mundial al sida. Cuando los distintos sectores combinan sus activos con éxito, su impacto aumenta significativamente.

Los negocios han sido y continúan siendo una parte integral de la respuesta al sida, y esta va desde desafiar el estigma que rodea al VIH/sida, hasta lograr una colaboración vital con las empresas de las diferentes industrias, dirigir programas de prevención, diagnóstico y tratamiento en el lugar de trabajo y las comunidades circundantes, etc.

En todas y cada una de las regiones del mundo, los negocios más exitosos hoy en día constituyen una parte integral de las sociedades que los rodean. Los negocios están admitiendo que el bienestar de la población activa y de sus socios, y el de las comunidades en las que operan y a las que sirven, son esenciales para sus futuros compartidos.

El lograr acabar con la epidemia de sida y no dejar a nadie atrás en la respuesta al sida afectará profundamente las vidas de millones de personas en todo el mundo, de las generaciones venideras, y los negocios marcarán la diferencia. Por eso es por lo que,

como líderes empresariales, estamos llamados a aportar nuestro granito de arena. Queremos renovar nuestro compromiso de acabar con el sida.

Instamos a los Gobiernos a comprometerse a todo aquello que puedan hacer, como proporcionar servicios del VIH en el lugar de trabajo a los trabajadores, los dependientes y las comunidades, ofreciendo destrezas, pericia y recursos institucionales, forjando vínculos con el sector público, las organizaciones no gubernamentales locales y los grupos de la comunidad, y abogando a todos los niveles por apoyar a las personas que viven con el VIH o que están afectadas por el virus. El liderazgo de los negocios con relación al VIH tiene el potencial de lograr la diferencia desde las bases hasta los niveles más altos de la toma de decisiones global.

El futuro estará determinado por lo que hacemos hoy. Guiados por la visión de ONUSIDA de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida, y con el trabajo conjunto con GBCHealth, podemos marcar la diferencia y logra acabar juntos con el sida para 2030.

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El número de personas en tratamiento por el VIH sigue creciendo

02 Diciembre 2019

Para quienes viven con el VIH, seguir el tratamiento tiene dos ventajas: por un lado, permanecen sanos y, por otro, si su carga viral se suprime a niveles indetectables, no pueden transmitir el virus a sus parejas sexuales.

El número de personas que viven con el VIH y que están en tratamiento continúa creciendo. Así, a mediados de 2019 se calcula que 24,5 millones de personas estaban recibiendo antirretrovíricos, una cifra que es más del doble de la registrada en 2012. Sin embargo, este mayor alcance de la medicación sigue sin ser suficiente para hacer realidad para finales de 2020 el objetivo de contar con 30 millones de personas que viven con el VIH en tratamiento. Con 37,9 millones de personas seropositivas a finales de 2018, la necesidad insatisfecha respecto al tratamiento sigue siendo preocupantemente grande.

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Discurso de la Directora Ejecutiva de ONUSIDA Winnie Byanyima durante la presentación del informe del Día Mundial del Sida

26 Noviembre 2019

INTRODUCCIÓN

James Nyoro, secretario de gabinete y gobernador en funciones, compañeros del sistema de las Naciones Unidas. ¡Hola! ¡Jambo!

Voluntarios de la comunidad que dedicáis vuestro tiempo a la atención sanitaria, sois mis héroes. Me siento muy feliz por estar hoy aquí, en el condado de Kiambu, en Kenia.

Y estoy muy agradecida por la gran y sincera acogida que vuestra comunidad ha dado a la publicación del informe de ONUSIDA, Power to the people.

Gracias, miles de gracias, jóvenes. Sobre todo a esa persona joven con discapacidad que acaba de hablarnos y que nos ha recordado que todas las personas que viven con el VIH no son iguales. Todas y cada una de ellas es diferente, y hemos de llegar a todas, sin excepción. Lo tendremos muy presente. Actuaremos en consecuencia.

Quiero, asimismo, expresar mis condolencias y transmitir mi solidaridad a todas las personas de Pokot Occidental por las trágicas pérdidas de vidas y propiedades de las que han sido víctimas debido a las lluvias torrenciales y los desprendimientos de tierras. Vuestro dolor es el nuestro.

Lanzamiento del informe Power to the people

Estoy aquí porque África es el continente más afectado por la epidemia del VIH.

Más de 25 millones de personas viven con el VIH en el África subsahariana, una cifra que representa más de dos terceras partes del total de todo el mundo, que está en 37,9 millones de personas que viven con el virus.

Estoy también aquí porque muchos países africanos están liderando la estrategia para poner fin al sida. Somos héroes, luchamos contra la epidemia.

En Kenia, las muertes relacionadas con el sida se han reducido en más del 50 % desde 2010, y las nuevas infecciones por el VIH también han descendido en torno a un 30 %. Eso es un logro. Un gran logro. Un logro gigante. Hemos conseguido un gran progreso en poco tiempo.

Hoy puedo anunciaros que 24,5 millones de personas que viven con el VIH en todo el mundo ya tienen acceso a un tratamiento que va a salvarles la vida. Tenemos grandes noticias y hemos sido testigos de un gran progreso.

Unámonos a la maratón para erradicar el sida

Es un día muy especial para mí.

Estoy presentando mi primer informe de ONUSIDA.

Con este nuevo informe, no pretendo sino rendir un homenaje a todas las familias y las comunidades devastadas por el sida, y también a los grupos y las comunidades de mujeres que han movilizado y transformado la respuesta al sida. Os felicito. Mi más sincera enhorabuena. Os debemos muchísimo.

En mi país, las mujeres se reúnen en los pueblos, compran cazuelas y mantas, se cuidan las unas a las otras, entierran a los muertos y no permiten que nadie sufra en soledad. Fueron las mujeres de nuestras comunidades las que consiguieron todo eso.

Hoy muestro mi compromiso con ONUSIDA, para dar con ella grandes pasos en una nueva dirección.

Lucharemos contra la desigualdad y la pobreza.

El primer paso ha de ser ocuparnos de la desigualdad y de las injusticias que alimentan la epidemia del VIH.

El sida hiere a las personas que viven en la pobreza. Supone un problema para todos, pero, en el caso de las personas sin recursos, es un gran problema. Con mayúsculas.

Tenemos que acabar con la desigualdad. No hay derecho a que haya gente que pueda seguir un tratamiento y vivir muchos años, mientras que otros ni tan siquiera disponen de atención sanitaria y su destino inmediato es la muerte.

Tenemos que enfrentarnos a la desigualdad, debemos sacar a todo el mundo de la pobreza.

Necesitamos proveer a la gente de más servicios: educación, salud y protección social. Solo así acabaremos con el sida.

La clave está en la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.

Si queremos decir adiós al sida, debemos fomentar los derechos de las mujeres. Por ello, nuestro segundo gran paso debe ir dirigido a abordar la desigualdad de género.

A pesar de los logros alcanzados en materia de prevención y tratamiento, el VIH sigue siendo la principal causa de muerte en todo el mundo de las mujeres en edades comprendidas entre los 15 y los 49 años.

Cada semana aproximadamente 6000 chicas jóvenes de entre 15 y 24 años se infectan por el VIH.

En toda la región del África subsahariana, las mujeres jóvenes y las chicas se enfrentan a tasas de VIH mucho más elevadas que los hombres y los chicos.

Las mujeres jóvenes del África subsahariana de entre 15 y 24 años tienen el doble de probabilidades de vivir con el VIH que los hombres de la misma edad.

Son cifras que nos avergüenzan a todos.

Estamos ante una injusticia de género cuyas repercusiones son trágicas. ¿Por qué las mujeres jóvenes son más vulnerables?

Si vamos a cumplir nuestras promesas, tenemos que acabar con las desigualdades de poder entre hombres y mujeres que solo llevan al riesgo y la vulnerabilidad por el VIH.

Hemos de defender la igualdad de género y capacitar a las mujeres jóvenes y a las chicas para transformar nuestras sociedades.

En todo el mundo, una de cada tres mujeres sufrirá algún tipo de violencia física o sexual a lo largo de su vida.

En muchísimas de nuestras comunidades, la primera experiencia sexual de una mujer es forzada y violenta. Eso es una realidad.

Ayer lanzamos 16 días de activismo contra la violencia de género. Cada día deberíamos comprometernos a conseguir la igualdad para las mujeres y las chicas, pues será así como acabaremos con su vulnerabilidad a la violencia.

Aquí en Kenia me preocupan muchísimo las tasas de feminicidio.

No hay una semana en la que no veamos en los medios de comunicación la noticia de que una mujer, casi siempre joven, ha sido asesinada por su pareja.

Alcemos la voz por esas mujeres, reclamemos justicia y peleemos por acabar con la impunidad. El mundo ha de ser un lugar seguro para todos.

ONUSIDA prestará más atención para luchar contra estas leyes, tradiciones, culturas y prácticas que permiten y perpetúan la violencia de género. El cuerpo de una mujer es su cuerpo. Solo suyo.

Tenemos el deber prioritario de garantizar que todas las mujeres y las chicas, de todas las edades, tengan despejado el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva.

Es inaceptable que millones de mujeres aún no tengan acceso a anticonceptivos, porque todos nosotros sabemos que su derecho a los métodos anticonceptivos es una parte esencial de su capacitación en todos los aspectos de la vida.

Estamos cometiendo una injusticia contra millones de jóvenes que todavía no pueden acceder a los servicios sanitarios básicos que precisan: preservativos gratuitos, pruebas del VIH sin consentimiento paterno y profilaxis previa a la exposición.

El velar por la escolarización de las chicas y su permanencia en los colegios reduce el riesgo del VIH. Tenemos que asegurarnos de que toda la gente joven siga en las escuelas, y que las escuelas ofrezcan una educación integral sobre sexualidad. Han de conocer su cuerpo, su salud.

ONUSIDA, junto con sus copatrocinadores (el Fondo de Población de las Naciones Unidas, la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), dará un paso al frente por las mujeres y las chicas, sobre todo en África.

Derechos humanos

El tercer paso que pido que demos tiene que ver con los derechos humanos.

En muchos lugares no se reconocen los derechos humanos y ciudadanos de las mujeres y las chicas, de los gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, de las personas transgénero, de los trabajadores sexuales, de las personas que consumen drogas y de las que están en prisión.

Es indudable que hemos de garantizar que todas estas personas puedan tener acceso a los servicios del VIH, pues así acabaremos con la enfermedad. Debemos tratarlas como ciudadanos con los mismos derechos, por lo que tendrán que disfrutar de su derecho a la atención sanitaria y a los servicios que las protegen del sida, a ellas y a sus parejas.

Un tercio de los grupos de población clave desconoce su estado serológico.

En muchos países todavía a día de hoy nos topamos con leyes que criminalizan a los grupos de población clave o discriminan a las personas que viven con el VIH. Por este motivo, es gente que se oculta y se esconde y, en consecuencia, que no ejerce su derecho a la salud.

Las ofensivas, las restricciones y las campañas contra las personas gais, bisexuales y transgénero, y los grupos intersexuales son, sencillamente, inaceptables.

La gente joven es juzgada y castigada por ser quien es y amar a quien ama.

No seremos capaces de acabar con el VIH si no garantizamos el respeto a los derechos humanos de todas las personas, especialmente de los grupos de población clave.

Financiación y recursos

A pesar del progreso alcanzado en los últimos años, todavía no tenemos a nuestro alcance los recursos suficientes para acabar con la epidemia de sida. Los países pobres están librando una auténtica batalla para pagar lo que necesitan: salud, educación, carreteras, agua y servicios sanitarios.

La salud ha de encabezar nuestra lista de prioridades. Sin personas sanas, nunca alcanzaremos el progreso.

Dos terceras partes de los países africanos todavía cobran tasas por acceder a la atención sanitaria, y millones de personas se encuentran a tan solo una enfermedad de caer en la más absoluta pobreza.

A pesar de que todos los países se comprometieron a hacer realidad la cobertura sanitaria universal, el porcentaje de personas que están pagando de su propio bolsillo la atención sanitaria no ha hecho más que aumentar en los últimos cinco años. La salud no puede ser en ningún caso un privilegio de los ricos. Ha de ser un derecho para todos.

La deuda pública ha subido por encima del 50 % del producto interior bruto en la mitad de los países del África subsahariana. Inmersos en una situación económica tan complicada, los Gobiernos han de hallar la manera de obtener una financiación sostenible a largo plazo para su respuesta al sida. Queremos trabajar con los Gobiernos para ver con ellos cómo crear ese ámbito fiscal y cómo gestionar las prioridades dentro de sus reducidísimos presupuestos como consecuencia del pago de la deuda.

Durante la última reposición del Fondo mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria, los países y las fundaciones aportaron una cantidad histórica para avanzar en la respuesta al sida. No obstante, hemos de seguir trabajando para garantizar que cada dólar, cada euro y cada chelín se empleen de manera efectiva.

En muchos países de medianos ingresos, los Gobiernos aún están pagando miles de dólares de más por medicinas de igual calidad que están a disposición de los países de bajos ingresos a cambio de unos cuantos centavos. Es inaceptable. Nos esforzaremos para conseguir bajar los precios.

El acceso universal a una atención sanitaria de calidad no es un lujo. Es un derecho de todos los seres humanos.

Conclusión

No infravaloro los retos que tenemos por delante, pero siento mucha emoción por todo lo que podemos conseguir para la gente. Estamos sobre los hombros de personas que luchan, ¿cómo vamos a dejarlo aquí?

Lo que he tratado de haceros llegar hoy son algunos de los cambios más urgentes que hemos de empezar a llevar a cabo ya.

Cambios en cuanto a lo que pensamos que es posible.

La atención sanitaria para todas y cada una de las personas no es imposible.

Cambios en cuanto a la rapidez con que actuamos.

Cambios en cuanto a nuestra labor y compromiso con ONUSIDA. Nosotros también hemos de mirarnos en un espejo.

Pero, lo más importante de todo, no tengamos ni una sola duda de que podremos derribar al sida.

He perdido seres queridos.

Ahora podemos adentrarnos en un futuro en el que haya salud para todos.

Secretario de gabinete y activistas aquí reunidos hoy, les deseo todo lo mejor en este camino, ONUSIDA está con todos ustedes.

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Los trabajadores sexuales no suelen acceder a los servicios para la prevención del VIH

18 Noviembre 2019

A pesar de disponer de una amplísima selección de herramientas y métodos para la prevención del VIH (y del enorme aumento en cuanto a la terapia antirretrovírica del que hemos sido testigos en los últimos años), lo cierto es que no hemos avanzado lo suficiente en lo referente a las nuevas infecciones por el VIH en el mundo, las cuales únicamente se han reducido un 16 % desde 2010.

La Declaración política de la Asamblea General de las Naciones Unidas para poner fin al sida que se firmó en 2016 insta a los países a garantizar que para 2020 los servicios de prevención integrales lleguen al 90 % de las personas que corren el riesgo de infectarse por el VIH. Sin embargo, los trabajadores sexuales y otros grupos de población clave a menudo no acceden a los servicios de prevención que necesitan. De acuerdo con los datos que los países comunican a ONUSIDA, a lo largo de estos últimos tres años se observa una cobertura muy variada de servicios de prevención combinada del VIH.

Puesto que las mujeres trabajadoras sexuales tienen un riesgo relativo de contraer el VIH 21 veces mayor que el resto de la población, el acceso a las opciones de prevención del VIH es, sin duda alguna, fundamental.

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La discriminación relacionada con el VIH sigue siendo muy elevada

12 Noviembre 2019

Al comienzo de la epidemia del VIH, el estigma y la discriminación omnipresentes contra las personas con más riesgo de infectarse por el virus y contra quienes ya vivían con él estuvieron a punto de paralizar la respuesta al sida. La discriminación relacionada con el VIH hace que la gente deje de acceder a los servicios que necesita para estar sana, y ello afecta tanto a los ingresos y al sustento como a muchos otros aspectos de la vida de las personas.

Las actitudes discriminatorias contra las personas que viven con el VIH siguen estando demasiado presentes en muchos países. Según los datos obtenidos tras una encuesta realizada recientemente en 26 países diferentes, el porcentaje de personas de entre 15 y 49 años con actitudes discriminatorias hacia las personas que viven con el VIH va del 16,9 % en Sudáfrica al 80 % en Guinea.

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Más de la mitad de las nuevas infecciones por el VIH a nivel mundial se encuentran entre los grupos de población clave y sus parejas sexuales

05 Noviembre 2019

La difusión global de nuevas infecciones por VIH en 2018 superó el umbral, estableciendo así que la mayoría de las nuevas infecciones a nivel mundial se encontraban entre grupos de población clave y sus parejas sexuales.

Este cambio es el resultado del gran progreso en los entornos con alta prevalencia del VIH en África oriental y meridional, combinado con una mezcla de avances y retrocesos en las regiones con baja prevalencia.

Los grupos de población clave constituyen una pequeña proporción de la población general, pero tienen un riesgo extremadamente alto de infección por el VIH. Los datos disponibles sugieren que el riesgo de infección por el VIH para los hombres homosexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres fue 22 veces mayor en 2018 que entre el resto de hombres. De forma similar, el riesgo de adquirir el VIH para personas que se inyectan drogas fue 22 veces mayor que el de las personas que no lo hacen; 21 veces mayor para las trabajadoras sexuales que para el resto de mujeres adultas de entre 15 y 49 años; y 12 veces mayor para las mujeres transgénero que para los adultos de entre 15 y 49 años.

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Muchos presos carecen de servicios básicos para el VIH

28 Octubre 2019

Los factores ambientales, sociales, culturales, biológicos y de derechos humanos en las cárceles aumentan considerablemente el riesgo de contraer tuberculosis y VIH.

Los comportamiento de riesgo, como compartir agujas y jeringas usadas, sexo sin protección, violencia sexual y falta de acceso a servicios integrales de prevención y reducción de daño, exponen a los reclusos a un mayor riesgo de contraer el VIH y otras infecciones. A nivel mundial, la prevalencia del VIH entre las personas en prisión es mucho más alta que entre la población general, ya que la probabilidad de vivir con el VIH es cinco veces mayor en personas encarceladas que en el resto de adultos. Los grupos de población clave, como las personas que se inyectan drogas, los trabajadores sexuales y, en algunos países, las personas transgénero, los hombres homosexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, tienden a estar sobrerrepresentados entre las poblaciones encarceladas.

A pesar de la relativa facilidad para llegar a las personas dentro de las cárceles, en muchos países no se brindan servicios para el VIH a los reclusos.  En los informes nacionales presentados a ONUSIDA durante los tres últimos años se observa que muy pocos países aportaron datos sobre el suministro de preservativos (32 países), la terapia de sustitución de opioides (24 países) y el equipo de inyección estéril (tres países) en las cárceles, pero 74 países presentaron datos sobre la cobertura de la terapia antirretrovírica y 83 países notificaron que realizaron pruebas del VIH en sus prisiones.

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Se realizaron 4,1 millones de circuncisiones médicas masculinas voluntarias en 2018

21 Octubre 2019

La circuncisión masculina médica voluntaria (CMMV) es la intervención en la que un profesional de la salud capacitado quita todo o parte del prepucio del pene. Esta reduce la vulnerabilidad masculina heterosexual a la infección por VIH en aproximadamente un 60% y sus efectos duran toda la vida. La CMMV también se considera un punto de partida para proporcionar paquetes de salud más amplios a hombres y niños para mejorar su salud. Además, indirectamente beneficia a mujeres y niñas.

La CMMV puede tener un gran impacto en las epidemias del VIH en lugares con prevalencia alta. Sus servicios incorporan un paquete de intervenciones de prevención con una educación sexual más segura, educación y provisión de preservativos, pruebas del VIH y el tratamiento de infecciones de transmisión sexual.

Desde principios de 2016 se realizaron alrededor de 11 millones de CMMV en 15 países prioritarios de África oriental y meridional. Solo en 2018, se realizaron alrededor de 4,1 millones de circuncisiones voluntarias a hombres de todas las edades, un ligero aumento con respecto a los 4 millones realizados en 2017.

Se ha avanzado hacia el objetivo de 25 millones de circuncisiones adicionales para la prevención del VIH entre 2016 y 2020. Sin embargo, a finales de 2018, cuando deberían haberse realizado 15 millones de circuncisiones, solo se habían llevado a cabo 4 millones.

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Las nuevas infecciones por el VIH están creciendo en Latinoamérica, donde los grupos de población clave son los más afectados

14 Octubre 2019

Si bien varios países latinoamericanos han experimentado un gran declive en la incidencia del VIH, el número de nuevas infecciones por el virus en la región subió un 7 % entre 2010 y 2018, año este último en el que 100 000 personas contrajeron el VIH.

Aproximadamente la mitad de los países de la región vieron aumentar su incidencia entre 2010 y 2018. Las cifras subieron sobre todo en Brasil (21 %), Costa Rica (21 %), el Estado Plurinacional de Bolivia (22 %) y Chile (34 %). Al mismo tiempo, los números cayeron de manera notoria en El Salvador (-48 %), Nicaragua (-29 %) y Bolivia (-22 %).

Un 40 % de las nuevas infecciones por el VIH registradas en Latinoamérica en 2018 se produjeron entre gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. Estos grupos de población clave y sus parejas sexuales concentran la mayor parte de las nuevas infecciones en la región.

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