Mensaje del Secretario General de la ONU con motivo del Día mundial del sida (2023)

27 de noviembre de 2023

1 de diciembre de 2023

El Día Mundial del Sida llega en un momento decisivo.

El número de muertes relacionadas con el sida ha disminuido en un 70 % desde 2004, cuando se registraron cifras récord, y el número de nuevas infecciones por el VIH es el más bajo desde la década de 1980.

Sin embargo, el sida sigue cobrándose una vida cada minuto.

Podemos y debemos poner fin al sida como amenaza para la salud pública a más tardar en 2030.

Para alcanzar este objetivo hay que prestar atención al lema de este año: Que lideren las comunidades.

El camino que lleva a acabar con el sida pasa por las comunidades.

Ese trayecto comprende desde conectar a las personas con los tratamientos y servicios y el apoyo que necesitan hasta desplegar el activismo comunitario que impulsa la acción para que todas las personas puedan hacer efectivo su derecho a la salud.

Ganar la batalla contra el sida supone apoyar a quienes están en la primera línea de combate.

Esto significa que el liderazgo comunitario debe ser un eje central de los planes, programas, presupuestos y actividades de seguimiento en relación con el VIH. 

También debemos eliminar los obstáculos al liderazgo comunitario y asegurar que los grupos locales de la sociedad civil tengan un espacio para llevar adelante su labor vital.

Sobre todo, necesitamos financiación.

Para financiar plenamente la respuesta al sida en los países de ingreso bajo y mediano se necesitan más de 8.000 millones de dólares adicionales al año.

Esta financiación adicional debe incluir más fondos para los programas locales dirigidos por personas que viven con el VIH y para las iniciativas de prevención dirigidas por las comunidades.

El sida puede ser derrotado.

Llevemos a buen término esta labor apoyando a las comunidades para que puedan eliminar el flagelo del sida en sus barrios, en sus países y en todo el mundo.

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Hoja informativa — Últimas estadísticas sobre el estado de la epidemia de sida

Presentación del informe sobre el Día Mundial del Sida de ONUSIDA

Principales conclusiones de ONUSIDA tras la 78.ª Asamblea General de las Naciones Unidas

29 de septiembre de 2023

GINEBRA, 29 de septiembre de 2023- El tema de la respuesta mundial al sida, incluidos sus logros y las valiosas lecciones aprendidas para gestionar las pandemias, se extendió a muchos debates durante la Asamblea General de las Naciones Unidas celebrada la semana pasada en Nueva York. Desde en tres reuniones de alto nivel en materia de salud hasta en la Cumbre de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), pasando por las observaciones hechas a la Asamblea General y los eventos paralelos de alto nivel, todas las lecciones extraídas de 40 años de respuesta al VIH, incluido el principio de no dejar a nadie atrás, fueron saliendo repetidamente en el contexto de un futuro de salud e igualdad para todos.

Durante su discurso a la Asamblea General, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, hizo referencia al éxito contra el sida como ejemplo principal de lo que la solidaridad global y la responsabilidad compartida pueden lograr. «Las infecciones por VIH/sida y las muertes se desplomaron en gran medida gracias al inmenso trabajo del PEPFAR en más de 55 países, que salvó más de 25 millones de vidas», recalcó el presidente Biden. «Es una demostración real de todo lo que podemos lograr cuando actuamos juntos, cuando afrontamos unidos desafíos difíciles. Y también es una recomendación: debemos acelerar urgentemente nuestro progreso para que nadie se quede atrás».

En la inauguración de la Cumbre de los ODS, el primer ministro irlandés, Leo Eric Varadkar, señaló que, en este momento, cuando nos encontramos a mitad de camino para la consecución de los objetivos para 2030, aún no estamos donde deberíamos estar, pues solo hemos sido capaces de alcanzar el 15 % de lo previsto. A pesar de ello, añadió que sí ha habido progresos. «Más de 800 millones de personas han podido conectarse a la electricidad desde 2015, 146 países han alcanzado o van por el buen camino para alcanzar el objetivo de mortalidad por debajo de los cinco años, y el tratamiento eficaz contra el VIH ha reducido a la mitad las muertes relacionadas con el sida en todo el mundo desde 2010», afirmó el Sr. Varadkar. «Este progreso nos demuestra que los cambios son posibles, que el retroceso no es inevitable y que la pobreza, la contaminación y la desigualdad de género no están predestinadas. Son tendencias que se pueden revertir, problemas que se pueden resolver y tragedias que se pueden evitar».

Mientras se celebraba el éxito colectivo contra el sida, ONUSIDA instó a los líderes a mantener el VIH en lo más alto de las agendas políticas por tres razones. «En primer lugar, —manifestó Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA— aún hay mucho trabajo por hacer: 43 años después de la pandemia, todavía hay más de 9 millones de personas a la espera de recibir un tratamiento que salva vidas, aún hay más de 1,3 millones de nuevas infecciones por el VIH cada año y el sida se siguió cobrando una vida cada minuto en 2022. En segundo lugar, sabemos cómo poner fin al sida, conocemos el camino y tenemos el poder de conseguirlo. Por último, la respuesta al sida supone una inversión inteligente que genera otros impactos sanitarios, sociales y económicos».  

Varios ministros y jefes de Estado pusieron sobre la mesa los desafíos económicos a los que se enfrentan como resultado de las múltiples crisis simultáneas, insistieron en la necesidad de cooperar y ser solidarios para superar estas crisis, y recalcaron la importancia de seguir realizando inversiones fundamentales en desarrollo y salud. Muchos líderes políticos destacaron que, aunque la voluntad política está ahí, sigue sin haber suficientes recursos nacionales para invertir en salud, educación y protección social.

El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, recordó a la comunidad internacional que existe la necesidad urgente de reconsiderar (y reconfigurar) la arquitectura financiera internacional para lograr los ODS. Lo mismo ocurre con la misión de ONUSIDA de poner fin al sida como amenaza para la salud pública y garantizar que esos logros se mantengan mucho más allá de 2030. Poner fin al sida requiere recursos nuevos y sostenidos, así como un discurso político diferente sobre los fondos para el desarrollo. ONUSIDA destacó la importancia de mantener los fondos bilaterales para el PEPFAR y los fondos multilaterales para el Fondo mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria.

ONUSIDA insistió en que, a medida que desarrollamos una arquitectura global para la prevención, preparación y respuesta a las pandemias, debemos aprovechar los más de 40 años de respuesta al sida, ya que la respuesta al sida consiste en la prevención, preparación y respuesta a la pandemia.

Asimismo, se subrayó la importancia de las respuestas lideradas por la comunidad, que se consideraron fundamentales para llegar a los grupos marginados y a las personas más afectadas por las pandemias. ONUSIDA manifestó que el acuerdo en materia de pandemias debe reconocer el papel fundamental de las respuestas lideradas por la comunidad y comprometer a los Estados miembros a incluir a las comunidades y a la sociedad civil en la toma de decisiones, la planificación, la preparación, la implementación y el seguimiento. 

Precisamente el llamamiento a acabar con las desigualdades fue el tema principal del mensaje de ONUSIDA en la Asamblea General. ONUSIDA destacó la necesidad de un acceso equitativo y asequible a los productos médicos que salvan vidas, e incidió una y otra vez en que la desigualdad impulsa y prolonga las pandemias. Igualmente, ONUSIDA abogó por los parámetros, los objetivos y los sistemas de rendición de cuentas para centrar la respuesta y, además, por promover los derechos humanos con el fin de mejorar la salud pública. Del mismo modo, aprovechó su discurso para advertir de que las violaciones de los derechos humanos socavan la confianza y alejan a las personas de los servicios sanitarios.

Por último, ONUSIDA llamó a adoptar un enfoque multisectorial y social para prevenir, prepararse y dar respuesta a las pandemias de forma efectiva, ya que las pandemias no son solo crisis sanitarias, sino que también plantean retos políticos, sociales y económicos que requieren una acción transformadora por parte de todos.

La directora ejecutiva de UNODC, la Sra. Ghada Waly, en representación de las organizaciones copatrocinadoras de ONUSIDA, reconoció que «la asociación multisectorial en materia de VIH/sida es hoy más importante que nunca, pues aúna la experiencia, los valores y las ventajas comparativas de 11 copatrocinadores en una alianza ejemplar para el enfoque de desarrollo de los ODS».

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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Global HIV Progress to End AIDS and Advance the SDGs — Remarks by UNAIDS Executive Director

Pandemic Prevention, Preparedness and Response — Remarks by UNAIDS Executive Director

Prioritizing Children in the HIV Response — Remarks by UNAIDS Executive Director

Una llamada a la acción para salvar el ODS 10: reducción de las desigualdades

18 de julio de 2023

Los socios exigen acciones urgentes para revertir una explosión en el número de desigualdades que nos pone en peligro a todos

18 de julio de 2023—El Centre for International Cooperation de la Universidad de Nueva York, Development Finance International, Oxfam y ONUSIDA están instando a tomar medidas urgentes para salvar el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 10: reducción de las desigualdades.

La COVID-19 causó el mayor aumento de la desigualdad de rentas en tres décadas, ya que los países más pobres carecían de financiación para apoyar las rentas de los pobres o enfrentarse a las pandemias de COVID-19 y sida. Durante la pandemia de la COVID-19 y la crisis de la inflación global, la desigualdad de rentas, riqueza y resultados sanitarios aumentó drásticamente. Sin abordar seriamente la desigualdad, no seremos capaces de poner fin al sida para 2030 (ODS 3.3) y los ODS sobre pobreza, género y educación se verán fuertemente comprometidos.  

En su Informe de progreso de los ODS de 2023,el Secretario General de las Naciones Unidas anunció que el ODS 10 es uno de los ODS con peor rendimiento. La acción nunca antes había sido tan urgente en este objetivo.

Para que el ODS 10 tenga éxito y consiga reducir la desigualdad, es vital que la comunidad internacional emprenda acciones concertadas durante la revisión actual de los ODS, que culminarán en la Cumbre sobre los ODS de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) que tendrá lugar del 18 al 19 de septiembre de 2023.

Entre las medidas de acción se incluye un mejor seguimiento de la desigualdad de ingresos y riqueza dentro de los países y entre ellos. Esto requiere el uso de indicadores que son utilizados por todos los Estados miembros e instituciones, incluidas las Naciones Unidas o el Banco Mundial; estos indicadores se denominan coeficiente de Gini y Palma Ratio.

El inicio oficial del llamamiento a la acción tendrá lugar durante una reunión de alto nivel que se celebrará el 18 de julio en la sede de la ONU en Nueva York y que contará con la presencia de representantes del Gobierno y la sociedad civil. Su Excelencia el presidente de Namibia, Hage Gottfried Geingob, y el presidente de Sierra Leona, Julius Maada Bio, han expresado su apoyo y voluntad de copatrocinar este llamamiento a la acción para salvar el ODS10 y combatir la desigualdad.

Además, más de 230 economistas influyentes a nivel mundial, líderes políticos y expertos en desigualdad, incluyendo el antiguo Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon, el galardonado premio Nobel Joseph Stiglitz, Thomas Piketty, Jayati Ghosh, Helen Clark y Jose-Antonio Ocampo, enviarán una carta abierta al Secretario General de las Naciones Unidas y al Presidente del Banco Mundial instando, por un lado, a que tanto los ingresos como la riqueza de los más ricos se tengan en cuenta a la hora de realizar un control de la desigualdad mediante el uso de los indicadores Gini y Palma, y, por otro, a garantizar que en todos los países se supervisen anualmente las tendencias en desigualdad. Esto permitirá al mundo contemplar el verdadero panorama de la creciente desigualdad extrema y fortalecer sus esfuerzos para promover políticas antidesigualdad.

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El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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Ninan Varughese
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Un año después de la nueva y audaz estrategia en materia de VIH/sida, los Estados miembros de las Naciones Unidas insisten en que es vital acelerar el progreso

10 de junio de 2022

Un año después de adoptar una nueva Declaración política sobre el VIH y el sida: Acabar con las desigualdades y estar en condiciones de poner fin al sida para 2030, los Estados miembros de las Naciones Unidas han puesto de relieve la necesidad de trabajar juntos para acelerar el progreso en la implementación.

Antes de la reunión, el Secretario General de las Naciones Unidas publicó  un informe titulado Abordar las desigualdades para poner fin a la pandemia de sida en el que se refería a la aplicación de la declaración política sobre el VIH/sida. El informe establece cómo las desigualdades y la inversión insuficiente «dejan al mundo peligrosamente mal preparado para hacer frente a las pandemias de hoy y de mañana»

La pandemia de sida es responsable de más de 13 000 muertes cada semana.

Los datos del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA) reflejan que las infecciones por el VIH y las muertes relacionadas con el sida no están disminuyendo lo suficientemente rápido como para conseguir poner fin a la pandemia para 2030, tal y como se prometió.

El informe del Secretario General destaca las soluciones, entre las que se incluyen (a) la prevención del VIH y los facilitadores sociales; (b) las respuestas lideradas por la comunidad; (c) el acceso equitativo a los medicamentos, las vacunas y las tecnologías sanitarias; (d) la financiación sostenible para la respuesta al sida y una prevención, preparación y respuesta más amplias a la pandemia; (e) los sistemas de datos centrados en las personas y (f) el fortalecimiento de las alianzas mundiales.

La declaración del Secretario General de las Naciones Unidas ante la Asamblea General, presentada por el jefe de gabinete, Courtenay Rattray, describió los tres pasos inmediatos para revertir las tendencias actuales y volver al buen camino. «En primer lugar, debemos abordar las desigualdades, la discriminación y la marginación de comunidades enteras, que a menudo se ven exacerbadas por leyes, políticas y prácticas punitivas». Asimismo, hizo un llamamiento a las reformas políticas para reducir los riesgos del VIH en las comunidades marginadas, incluidos los trabajadores sexuales, las personas que se inyectan drogas, los prisioneros, las personas trans y los gais. Llamó la atención sobre cómo el estigma está obstaculizando la salud pública: «El estigma perjudica y hace daño a todos. Por el contrario, la solidaridad social nos protege a todos».

El segundo paso es garantizar el intercambio de tecnologías sanitarias, incluidos los antirretrovirales de acción prolongada, para ponerlas a disposición de las personas en todos los países del mundo.

El tercer paso es aumentar los recursos disponibles para combatir el sida. «Invertir en sida es invertir en seguridad sanitaria mundial. Permite salvar vidas y ahorrar dinero».

En su discurso de apertura, el presidente de la Asamblea General, Abdulla Shahid, señaló que «el acceso igualitario a la atención sanitaria es un derecho humano esencial para garantizar la salud pública, para todos. Nadie estará a salvo hasta que todos estemos a salvo. Esforzarnos por alcanzar los objetivos relacionados con el sida para 2025 nos brinda la oportunidad de trabajar juntos para aumentar las inversiones en los sistemas de salud pública y las respuestas a la pandemia, y de aprovechar las lecciones aprendidas de la crisis del VIH/sida para aplicarlas en nuestra recuperación de la COVID-19, y viceversa».

Más de 35 Estados miembros y observadores participaron activamente en la revisión de la situación del sida, que incluía aportaciones en nombre del grupo de África, la Comunidad del Caribe y el Sistema de Integración Centroamericano y la Unión Europea.

En todas las declaraciones se incidió en la urgencia de intensificar la acción colectiva para situarnos en el camino y alcanzar los objetivos para 2025, y en la importancia de detectar todas las desigualdades para garantizar una respuesta al VIH exitosa.

El presidente de la Asamblea General, el Secretario General, el grupo africano, la UE y varios Estados miembros incidieron una vez más en la relevancia de financiar plenamente la respuesta al VIH y de fortalecer las inversiones en salud mundial.

El Grupo de África, junto con muchos otros, habló sobre cómo abordar el estigma y las leyes discriminatorias que impiden que las personas accedan a la atención sanitaria y a los servicios sociales.

El debate dejó claro que es posible poner fin al sida, pero solo si los países trabajan juntos y son valientes a la hora de abordar las desigualdades. «El mensaje más importante de hoy —señaló el Secretario General en su conclusión— es que, si trabajamos juntos para abordar las desigualdades que perpetúan el VIH/sida, todavía estamos a tiempo de poner fin a esta amenaza para la salud pública para 2030».

Secretary General's report to the General Assembly

Political Declaration on HIV and AIDS: Ending Inequalities and Getting on Track to End AIDS by 2030

ONUSIDA acoge con enorme agrado la decisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas de celebrar una reunión de alto nivel en materia de VIH y sida en 2021

25 de febrero de 2021

GINEBRA, 25 de febrero de 2021—ONUSIDA acoge con enorme agrado la decisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas de celebrar la reunión de alto nivel en materia de VIH y sida entre el 8 y el 10 de junio de 2021. Esta reunión de alto nivel analizará el progreso realizado en lo referente a la reducción del impacto del VIH desde la última reunión del mismo tipo celebrada en el año 2016. La Asamblea General espera adoptar una nueva declaración política que guíe la dirección futura de la respuesta al sida. Dicha reunión tendrá lugar precisamente cuando se cumplen 40 años del primer caso diagnosticado de sida y cuando ONUSIDA celebra su 25.º aniversario.

«Los líderes mundiales han de aprovechar la oportunidad que se les brinda con esta nueva reunión de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas en materia de VIH y sida para mantener su foco de atención y su compromiso para acabar con el sida como amenaza para la salud pública, en el margo de su Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible», recalcó Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «La epidemia de sida sigue siendo un asunto pendiente. Debe dejar de existir en todo el mundo y para todas las personas, incluyéndose aquí las mujeres jóvenes, las adolescentes y otros grupos de población desproporcionadamente afectados por el VIH. El derecho a la salud nos asiste a todos».

El progreso para acabar con la epidemia de sida como amenaza para la salud pública para 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible ha sido muy irregular, y no se han alcanzado los objetivos mundiales para 2020 adoptados en la Declaración política de las Naciones Unidas de 2016 para acabar con el sida. El estigma y la discriminación, la marginalización y la criminalización de comunidades enteras y la falta de acceso a la atención sanitaria, la educación y otros servicios esenciales continúan alimentando la epidemia. Las mujeres y las chicas en el África Subsahariana y los grupos de población clave (gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, trabajadores sexuales, personas trans, usuarios de drogas inyectables y presos) siguen siendo en todos los rincones las personas más desproporcionadamente afectadas por la epidemia del VIH.

ONUSIDA está actualmente trabajando en el desarrollo de una nueva estrategia mundial en materia de sida para 2021-2026 que permita incluir a todas las partes interesadas en la respuesta al sida. El borrador final de esta estrategia será revisado en marzo de 2021 por la Junta de Coordinación del ONUSIDA con vistas a su adopción. La nueva estrategia mundial del sida incluirá nuevos objetivos para garantizar que nadie quede atrás en la respuesta al sida, con independencia de dónde viva o quién sea. De lograrse estos objetivos, el número de nuevas infecciones por el VIH se reduciría hasta 370 000 para 2025, y el número de personas que mueren por enfermedades relacionadas con el sida caería hasta 250 000 en 2025.

Incluso lo ya ganado contra el VIH se ve ahora amenazado por las interrupciones y la desorganización provocada por la pandemia de la COVID-19. La reunión de alto nivel brinda la oportunidad de garantizar que el mundo hoy refuerce la resiliencia de la respuesta al sida, se comprometa a una rápida recuperación tras el COVID-19 y aproveche las lecciones aprendidas tanto de la epidemia del VIH como de la COVID-19 para crear sociedades más resilientes y sistemas sanitarios preparados para encarar los futuros desafíos que se presenten en materia de salud.

«La respuesta al sida nos ha enseñado que la responsabilidad global es fundamental para lograr un progreso más sostenido frente al impacto de amenazas sanitarias como la de la COVID-19», insiste la Sra. Byanyima. «Debemos aunar esfuerzos internacionalmente para reducir las desigualdades entre los países y dentro de cada uno de ellos, con el fin de fortalecer así la capacidad mundial de contener y derrotar los futuros desafíos mundiales en materia de salud que ponen en riesgo vidas y medios de subsistencia en todo el mundo».

ONUSIDA valora sobremanera y agradece el duro trabajo llevado a cabo por los cofacilitadores de la reunión de alto nivel y las misiones permanentes a las Naciones Unidas de Australia y Namibia en el marco de la adopción de la resolución. Del mismo modo, pone de manifiesto el gran papel desempeñado por el Presidente de la Asamblea General para liderar el proceso.

Teniendo en cuenta las restricciones impuestas para frenar la propagación de la pandemia de la COVID-19, aún no se ha decidido si la reunión de alto nivel consistirá en un encuentro en persona, en una asamblea virtual o en una mezcla de ambos formatos. En línea con la resoluci´ón, ONUSIDA anima a participar al mayor número posible de Estados miembros de las Naciones Unidas y recuerda también la importancia de contar en la reunión de alto nivel con la presencia de representantes de las organizaciones de la sociedad civil y de las personas que viven con el VIH o corren el riesgo de contraerlo. ONUSIDA también espera que tenga lugar la sesión con las distintas partes interesadas, pues la considera una gran ocasión para escuchar las voces de las personas que viven con el VIH, que corren el riesgo de infectarse o que están afectadas por el virus, incluyéndose aquí los grupos de población clave.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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Michael Hollingdale
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El sida en los desastres relacionados con el clima en áfrica: una instantánea de las actividades de ONUSIDA

Al trabajar con las comunidades, los servicios uniformados, los Gobiernos y los socios regionales e internacionales, ONUSIDA apoya a las personas que viven con el VIH y que han sido afectadas por desastres relacionados con el clima, para garantizar así que tengan acceso a los servicios del VIH que necesitan y a los programas para prevenir y abordar la violencia de género. Los aumentos en la violencia de género y en las tendencias migratorias suelen ser consecuencia de las situaciones de emergencia relacionadas con el clima, y constituyen factores de riesgo para las personas vulnerables.

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Plan conjunto de varios organismos multilaterales para impulsar los objetivos sanitarios mundiales

24 de septiembre de 2019

NUEVA YORK, 24 de septiembre de 2019—Hoy, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, 12 organismos multilaterales han presentado un plan conjunto para mejorar el apoyo a los países durante los próximos 10 años con el fin de acelerar el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) relacionados con la salud.

Tras 18 meses de elaboración, en el documento titulado Mayor colaboración, mejor salud: Plan de acción mundial a favor de una vida sana y bienestar para todos se describe la colaboración que iniciarán una docena de organismos multilaterales de salud, desarrollo y ayuda humanitaria con objeto de ser más eficientes y racionalizar mejor el apoyo prestado a los países a fin de instaurar la cobertura sanitaria universal y alcanzar las metas de los ODS relacionadas con la salud. 

Preservar la salud de la población es esencial para el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza, la promoción de sociedades pacíficas e inclusivas y la protección del medio ambiente. Si bien en los últimos decenios se han logrado avances significativos en esferas clave de la salud, no se alcanzarán las metas establecidas para 2030 si no redoblamos los esfuerzos. 

«El título que se ha dado al Plan (‘Mayor colaboración, mejor salud’) está perfectamente justificado», afirmó el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS). «La colaboración es el camino que emprendemos para lograr el efecto buscado, que es nuestro destino. Así, la presentación del Plan marca el principio de ese camino, no su punto final». 

La cobertura sanitaria universal es fundamental para cumplir los objetivos relacionados con la salud y resolver las inequidades sanitarias. Si las tendencias actuales persisten, en el mundo habrá cerca de 5000 millones de personas que no estarán cubiertas por los servicios esenciales de salud en 2030, como se subraya en el informe mundial de seguimiento de la cobertura sanitaria universal, publicado la semana pasada por la OMS. Para no dejar a nadie atrás, los países han de combatir las inequidades sanitarias. Mejorar la colaboración y la coordinación puede ayudarlos a hacer frente a problemas sanitarios complejos y aportar soluciones innovadoras. 

En conjunto, la contribución de los 12 organismos supone una tercera parte de toda la asistencia para el desarrollo destinada a la salud. En el marco del Plan de acción mundial, los organismos se comprometen a reforzar su colaboración para:
  • Trabajar mejor con los países a fin de definir prioridades, y asumir juntos la planificación y ejecución; 
  • Acelerar los progresos de los países mediante acciones conjuntas en siete ámbitos de aceleración que plantean desafíos comunes en muchos países y en los que los mandatos, los conocimientos y los recursos de los organismos ofrecen soluciones: 1) atención primaria de la salud; 2) financiación sostenible de la salud; 3) participación de la comunidad y la sociedad civil; 4) determinantes de la salud; 5) programación innovadora en entornos frágiles y vulnerables y para responder a los brotes de enfermedades; 6) investigación y desarrollo, innovación y acceso; y 7) datos y salud digital. Asimismo, trabajarán juntos para promover la igualdad de género y la aportación de bienes públicos mundiales;
  • Armonizar sus estrategias y políticas operacionales y financieras en apoyo de los países para aumentar la eficiencia y reducir la carga que pesa sobre ellos; y
  • Rendir cuentas, examinando los progresos y aprendiendo juntos a efectos de mejorar la rendición de cuentas conjunta.

Los gobiernos están definiendo prioridades, elaborando planes de aplicación e intensificando los esfuerzos para alcanzar las metas de los ODS relacionadas con la salud. Por ello, cada vez más países solicitan la puesta en marcha del Plan de acción mundial. «Para Nepal es fundamental alcanzar los ODS relacionados con la salud. Reforzar la atención primaria de salud y mejorar la utilización de datos para planificar y adoptar decisiones basadas en datos empíricos son dos ámbitos de aceleración que nos ayudarán a avanzar hacia la consecución de los ODS», afirmó el Viceprimer Ministro de Nepal, Sr. Upendra Yadav.

Con el Plan de Acción Mundial, los organismos ayudarán a los países a cumplir otros compromisos internacionales, además de los ODS, como los contraídos en Astaná en el ámbito de la atención primaria de salud y en la reunión de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la cobertura sanitaria universal, que se celebra esta semana en Nueva York.

Coordinado por la OMS, el Plan de acción mundial a favor de una vida sana y bienestar para todos responde a un llamamiento de Alemania, Ghana y Noruega, con el apoyo del Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, en favor de una colaboración y una coordinación más eficaces entre las organizaciones mundiales de salud para el logro de los ODS relacionados con la salud. Los 12 organismos signatarios del plan son la Alianza Gavi para las Vacunas (Gavi), el Mecanismo Mundial de Financiamiento (GFF), el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Mecanismo Internacional de Compra de Medicamentos (UNITAID), la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU-Mujeres), el Grupo Banco Mundial, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la OMS.

Nota para los redactores 

A continuación se incluyen declaraciones de los 12 jefes de las organizaciones participantes.

Seth Berkley, Director Ejecutivo de la  Alianza Gavi para las Vacunas 

«La Gavi ha podido lograr la gesta extraordinaria de vacunar a más de 750 millones de niños desde el año 2000 gracias a su colaboración con muchos de estos 12 organismos en el marco de una alianza», señaló el Dr. Seth Berkley, Director Ejecutivo de la Alianza Gavi para las Vacunas. «Sabemos que forjando alianzas robustas pueden conseguirse muchas cosas, pero también que juntos podemos hacer mucho más y llegar a las personas que no tienen acceso a servicios de salud. La colaboración adecuada puede impulsar la atención primaria de salud y, por extensión, la cobertura sanitaria universal. Por ello este nuevo plan es tan importante, ya que reúne a algunos de los actores más destacados en el ámbito de la salud mundial con el objetivo de crear las condiciones necesarias para que todas las personas disfruten de mejor salud y bienestar».  

Dr. Muhammad Ali Pate, Director del Mecanismo Mundial de Financiamiento (GFF) para las Mujeres, los Niños y los Adolescentes

«El Mecanismo Mundial de Financiamiento apoya el Plan de acción mundial porque reconoce que la colaboración debe tener lugar en el ámbito nacional y teniendo en cuenta las necesidades y prioridades específicas del país. Esta colaboración debería tener dos objetivos: acelerar los progresos para aquellas personas que han quedado más rezagadas y velar por que todo el apoyo que prestemos en tanto que organismos para el desarrollo esté orientado a que los países refuercen sus sistemas de salud y de financiación». 

Peter Sands, Director Ejecutivo del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria (el Fondo Mundial)

«Nuestros cálculos son sencillos: el Fondo Mundial es una alianza y tendremos mayor impacto cuanto más colaboremos y nos coordinemos con nuestros asociados», declaró Peter Sands, Director Ejecutivo del Fondo Mundial.  «Nos hemos comprometido a aportar nuestro grano de arena para que el Plan de acción mundial sea una realidad».  

Gunilla Carlsson, Directora Ejecutiva interina del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA)

«El Plan de acción mundial debe llevar a mayores inversiones en iniciativas comunitarias en todo el mundo porque empoderar a las comunidades arroja resultados. En la respuesta al sida, la colaboración e implicación comunitarias han dado lugar a un aumento en el uso de los servicios de prevención y tratamiento contra el VIH, a la reducción de la estigmatización y la discriminación y a la protección de los derechos humanos. El empoderamiento de las comunidades será crucial para lograr que todas las personas gocen de mejor salud».  

Achim Steiner, Administrador del Programa de las Naciones unidas para el Desarrollo (PNUD)

«El Plan de acción mundial es el tipo de alianza que abarca a todo el sistema que puede ayudar a los países a acelerar los progresos hacia el logro de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y hacer realidad la promesa de bienestar y salud para todos».

Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA)

«Para garantizar buena salud y bienestar a lo largo del curso de la vida es fundamental que los sistemas de salud puedan ofrecer servicios de salud sexual y reproductiva a todas las mujeres y jóvenes. El Plan es nuestra hoja de ruta colectiva para garantizar que la cobertura sanitaria sea verdaderamente universal mediante nuevas formas de colaborar que tengan en cuenta las necesidades y prioridades de los países para conseguir que todas las personas tengan acceso a los servicios». 

Henrietta Fore, Directora Ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)

«Millones de niños y jóvenes vulnerables mueren por falta de medicamentos y servicios de salud. Fortalecer la atención primaria de salud significa mejorar nuestra capacidad de llegar a todos los niños», ha declarado Henrietta Fore, Directora Ejecutiva del UNICEF. «Nos hemos comprometido a colaborar con los gobiernos y los asociados para que este objetivo sea realidad un día».  

Lelio Marmora, Director Ejecutivo del Unitaid

«Para alcanzar los objetivos sanitarios mundiales la innovación es fundamental. Cuando colaboramos, nos inspiramos mutuamente, surgen nuevas ideas y alineamos nuestras iniciativas para superar los retos sobre el terreno», comentó el Director Ejecutivo del Unitaid, Lelio Marmora. «Con el Plan de acción mundial nuestra labor puede lograr mayor impacto». 

Phumzile Mlambo-Ngcuka, Directora Ejecutiva de la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el empoderamiento de las Mujeres (ONU- Mujeres)

«Para 2030 queremos que más mujeres y niñas tengan control y poder de tomar decisiones fundamentadas sobre su cuerpo, su salud y su futuro, y acceso a servicios de salud reproductiva y materna. Deberían vivir seguras y prosperar, sin sufrir ninguna forma de violencia y protegidas por una legislación que no discrimine. El Plan de acción mundial puede servir de hoja de ruta para una acción colectiva que introduzca transformaciones con respecto al género para que esos objetivos sean una realidad duradera». 

Annette Dixon, Vicepresidenta de Desarrollo Humano, Grupo Banco Mundial 

«Consideramos que invertir en salud es fundamental para que los países construyan su capital humano. Al mejorar la colaboración con países asociados y asumir las responsabilidades que nos corresponden, especialmente en el ámbito nacional, podremos acelerar los progresos hacia la salud y la igualdad de oportunidades para todos». 

David Muldrow Beasley, Director Ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA)

«No lograremos acabar con el hambre a menos que todas las personas puedan acceder a servicios que les ayuden a tener mejor salud. Estos objetivos son indisociables. Por ello el Programa Mundial de Alimentos se compromete a colaborar con los gobiernos y con nuestros asociados de todo el mundo para avanzar hacia un mundo más sano y mejor alimentado». 

Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS)

«El título que se ha dado al Plan (‘Mayor colaboración, mejor salud’) está perfectamente justificado», afirmó el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. «La colaboración es el camino que emprendemos para lograr el efecto buscado, que es nuestro destino. La publicación del Plan marca el principio de ese camino, no su punto final».

El VIH en los pequeños estados insulares en desarrollo

27 de septiembre de 2019

«No estoy preparada para compartir ni revelar mi estado serológico en público. Tengo miedo de que me dejen aislada, de ser víctima del estigma y la discriminación. Para mí, lo correcto es que solo yo sepa mi estado, en lugar de contárselo a otras personas», pronunció Mara John (nombre ficticio), una mujer procedente de una isla del Pacífico y que vive con el VIH. Historias similares con relación al abandono, el autoestigma, la pobreza y la ausencia de derechos humanos se escuchan a personas que viven con el VIH en pequeños estados insulares en desarrollo (PEID).

El pasado 27 de septiembre, los Estados Miembros de las Naciones Unidas celebraron durante la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York (EE. UU.) una reunión de alto nivel para revisar el estado de los PEID. En su informe publicado antes del encuentro, la Secretaría General de las Naciones Unidas subraya que los PEID, sobre todo los del Caribe, continúan haciendo frente a «elevadas tasas de desempleo juvenil, pobreza, embarazos en adolescentes, así como a un elevado riesgo de contraer la infección por el VIH».

Los PEID, un grupo de 38 países entre los que se incluyen islas en el Pacífico, en el Caribe y en otros lugares, han recibido un sólido apoyo debido a las importantes limitaciones a las que se enfrentan (por ejemplo, el tamaño de su territorio, su lejanía o exposición al cambio climático) como resultado de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, también conocida como Río+20, que se celebró en junio del año 2012. En 2014 los Estados miembros de las Naciones Unidas adoptaron las Modalidades de acción acelerada para los pequeños estados insulares en desarrollo con el fin de recoger las acciones con vistas al desarrollo sostenible en los PEID, incluyéndose aquí el compromiso a lograr el acceso universal a la prevención, el tratamiento, el apoyo y la atención del VIH, así como la eliminación de la transmisión maternoinfantil.

Si bien los PEID han sido testigos de un progreso, lo cierto es que continúa habiendo grandes diferencias entre, por ejemplo, Cuba, que en 2015 obtuvo la primera certificación del mundo que avala que un país ha eliminado la transmisión maternoinfantil del VIH, y la República de Mauricio, donde el 30 % de las personas que se inyectan drogas se dice que viven con el VIH.

«Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) destacan la idea de no excluir a nadie. Esto cobra especial sentido en el caso de las personas que viven con el VIH en pequeños estados insulares en desarrollo y que se ven obligadas a convivir con el rechazo, el estigma, la discriminación y las desigualdades. Hemos de hacer más para tener la certeza de que reciben los servicios que necesitan», señaló Gunilla Carlsson, Directora Ejecutiva en funciones de ONUSIDA.

Por lo general, en estas islas pequeñas, los grupos de población clave, entre los que se incluyen los gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, los transgénero, los trabajadores sexuales y los consumidores de drogas inyectables soportan una carga desproporcionadamente elevada del VIH. Sin embargo, en algunos PEID el VIH impacta también de manera significativa en la población general, si bien los grupos de población clave y sus parejas sexuales representan el 47 % de nuevas infecciones por el VIH en el Caribe en 2018, más de la mitad de todas las nuevas infecciones por el VIH detectadas entre la población general. El estigma y la discriminación por parte del personal de la atención sanitaria siguen suponiendo un ingente desafío en el Pacífico. Por ejemplo, el 60 % de las mujeres trabajadoras sexuales entrevistadas en Fiyi reconocieron evitar las pruebas del VIH debido al miedo a ser estigmatizadas por los proveedores de atención sanitaria, y lo mismo afirmó más del 30 % de los gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres.

Otro aspecto compartido por los PEID es el que tiene que ver con la enorme fortaleza de las comunidades de personas que viven con el VIH y la presencia de una excepcional voluntad política que, a menudo, se halla en el más alto nivel. Ratu Epeli Nailatikau, expresidente de Fiyi y actual portavoz del Parlamento de Fiyi, lleva años alzando la voz contra el estigma y la discriminación.

Las redes de personas que viven con el VIH y de grupos de población clave están en el centro del movimiento para poner fin al sida en los PEID. En el Pacífico, las personas que viven con el VIH se reunieron para sacar a la luz un informe en 2018 en el que describían la situación con sus propias palabras. Asimismo, la Red mauriciana de personas que viven con el VIH ha proporcionado un liderazgo vocal con respecto a la respuesta y esboza de manera clara los desafíos de la comunidad en su informe de 2018 titulado Índice de estigma hacia las personas que viven con el VIH. En el Caribe, el activista y académico tardío Robert Carr es valorado por ayudar a dar forma a la idea global que se tiene sobre lo importante que resulta el trabajar para garantizar el cumplimiento de los derechos humanos de las comunidades vulnerables y marginadas como parte de la respuesta al sida. En 2005 colaboró para establecer la Coalición de comunidades vulnerables del Pacífico, la cual funciona en nombre de los grupos que más habitualmente quedan detrás.

ONUSIDA está trabajando para ayudar a los PEID a través de su equipo para el Caribe, cuya sede está en Jamaica; de su equipo para las islas del Pacífico desde su sede de Fiyi y para las islas del Océano Índico desde la oficina de ONUSIDA en las Islas Seychelles. Se da prioridad a los PEID en los que la prevalencia del VIH es mayor, a través de programas dirigidos a las poblaciones más vulnerables.

Small Island Developing States Summit

Small Island Developing States

List of SIDS

Overview Report of the People Living with HIV Stigma Index Study in Seven Countries in the Pacific

Sin una financiación sostenible, la respuesta al sida fallará

26 de septiembre de 2019

Esta semana, la Asamblea General de las Naciones Unidas se comprometió a lograr la cobertura sanitaria universal para 2030. Del mismo modo, prometió acelerar los esfuerzos para conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible, incluyendo el de erradicar el sida, para 2030. Estos compromisos son precisamente los que nos demuestran que hay una voluntad política de responder a la mayor crisis a la que se ha enfrentado el mundo.

En 2016, la Asamblea General acordó, en la Declaración política para poner fin al sida, una ampliación continua de la inversión en la respuesta al sida en los países de bajos y medianos ingresos que ascendiera, al menos, a los 26 mil millones de dólares estadounidenses para 2020. A finales de 2018, sin embargo, únicamente estaban disponibles 19 mil millones de dólares estadounidenses (en dólares estadounidenses constantes en 2016). Y lo que es peor, 19 mil millones de dólares estadounidenses suponían casi mil millones menos de dólares estadounidenses que el año anterior.

En vez de aumentar paulatinamente, la financiación global para el VIH va descendiendo. El compromiso político simplemente no concuerda con la financiación requerida para hacer realidad la idea de erradicar el sida. A poco menos de un año de alcanzar la fecha de 2020 prevista para el objetivo de 26 mil millones de dólares estadounidenses, la financiación para la respuesta al sida ha caído en 7 mil millones de dólares estadounidenses. Este descenso resulta particularmente alarmante porque sabemos que la respuesta al sida salva vidas, por lo que invertir en la respuesta al sida es una gran inversión.

 

«El mundo no puede permitirse una recaída en su inversión en la respuesta al sida», enfatizó Gunilla Carlsson, Directora Ejecutiva en funciones de ONUSIDA. «Los países han de cumplir su promesa de aumentar gradualmente la inversión en la respuesta al VIH si el mundo quiere cumplir sus obligaciones con los más vulnerables y en desventaja».

La caída en la financiación se ha visto en todos los sectores en 2018: recursos nacionales (un declive de un 2 %), el Fondo mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria (Fondo mundial) (un descenso de un 20 %, que viene explicado por fluctuaciones en su ciclo de subvención de tres años), otros canales multilaterales (una caída de un 2 %), los programas bilaterales del Gobierno de los Estados Unidos de América (una reducción de un 3 %), los programas bilaterales de otros países donantes (un 17 % menos), organizaciones filantrópicas (una reducción de un 18 %) y otras fuentes internacionales (un 4 % de descenso).

Los países de bajos y medianos ingresos se están autofinanciando cada vez más su respuesta al sida. Entre 2010 y 2018 los recursos nacionales invertidos por los países de bajos y medianos ingresos en su respuesta al sida han aumentado en un 50 %, mientras que las inversiones internacionales lo han hecho en tan solo un 4 %.

La financiación nacional en 2018 en los países de bajos y medianos ingresos representó el 56 % de los recursos de financiación totales, si bien las regiones variaban considerablemente unas de otras. En África oriental y meridional, que es la región con la tasa más alta del VIH, un 59 % de los recursos procedían de donantes en 2018, lo cual conduce a una subida del 80 % si apartamos a Sudáfrica del análisis. Entre 2010 y 2018 todos los grandes donantes excepto Estados Unidos redujeron sus contribuciones directas bidireccionales a la respuesta al sida de otros países.

Este mes de octubre se presenta como un momento fundamental para la financiación y el VIH. El próximo 10 de octubre, los Gobiernos y otros socios se reunirán en Lyon, Francia, para la sexta conferencia internacional de reposición de fondos del Fondo Mundial.  En su intento por conseguir, al menos, 14 mil millones de dólares estadounidenses para la respuesta contra el VIH, la tuberculosis y la malaria para 2020-2022, el Fondo Global calcula que, si sus programas están completamente financiados, se logrará salvar 16 millones de vidas, una estimación realizada a partir de los 27 millones de vidas salvadas desde su inicio en 2002.

«Insto a los países a financiar plenamente el Fondo mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria en su próxima reposición. La vida de 16 millones de hombres, mujeres y niños depende de ello», insistió la Sra. Carlsson.

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