Gender based violence

Actualizar

Las mujeres y las niñas soportan la mayor carga del VIH en África subsahariana

07 Marzo 2022

La desigualdad de género y la discriminación privan a las mujeres y niñas de sus derechos humanos fundamentales, incluidos el derecho a la educación, la salud y las oportunidades económicas. El consiguiente desempoderamiento también les impide disfrutar de la autonomía sexual, el poder de tomar decisiones, la dignidad y la seguridad.

Estas consecuencias se acentúan en África subsahariana, donde las mujeres adolescentes y jóvenes (de 15 a 24 años) representaron el 25 % de las infecciones por el VIH en 2020, a pesar de constituir solo el 10 % de la población.

Press Statement

Mensaje de la Directora ejecutiva de ONUSIDA en el Día Internacional de la Mujer 2022

8 de marzo de 2022

Winnie Byanyima

Directora ejecutiva de ONUSIDA

Secretaria General Adjunta de las Naciones Unidas

Quiero felicitar el Día Internacional de la Mujer a todas aquellas personas cuya determinación y solidaridad son la luz de la esperanza y el poder del cambio. 

Las mujeres no están esperando a que se les ofrezca un sitio en la mesa, sino que se llevan su propia silla plegable.

El tema de este año consiste en «Igualdad de género hoy para un mañana sostenible».  Desde que los movimientos por los derechos de la mujer han pasado a un primer plano y como las pruebas demuestran, todos los objetivos de desarrollo dependen de garantizar los derechos de todas las mujeres y niñas. 

La desigualdad de género es una amenaza para todos.  No podemos mantener el patriarcado y derrotar al sida. 

La crisis del COVID ha agravado las desigualdades interseccionales a las que las mujeres se enfrentan.  Se ha constatado un aumento en los casos de violencia de género, matrimonios infantiles forzados y embarazos adolescentes.  Casi una de cada dos mujeres han declarado que ellas o una mujer que conocen han experimentado algún tipo de violencia desde que comenzó la pandemia de COVID-19.  Las llamadas a líneas de ayuda se han quintuplicado en algunos países durante la pandemia.  Se ha producido un aumento en la violencia y acoso hacia las personas LGBTIQ+, así como en el estigma y discriminación de las comunidades marginadas.  La trayectoria para alcanzar la paridad de género, que ya se demoraba 100 años, se aleja ahora 36 años más.

No obstante, el objetivo no puede ser únicamente volver a la normalidad: la normalidad era el problema.  En cambio, los líderes tienen que aprovechar este momento de crisis y oportunidad para asegurar la transformación.  Es el momento de que cumplan con los atrevidos cambios en las políticas y las grandes inversiones que garantizarán la igualdad. 

Tenemos que poner fin a la violencia de género. La violencia vulnera la dignidad y la libertad de las mujeres.  La violencia impulsa la pandemia de sida.  En áreas con una elevada carga del VIH, las mujeres que sufren violencia dentro de la pareja se enfrentan a un 50 % más de posibilidades de contraer el VIH. 

Debemos eliminar todas las barreras para acceder a la salud y derechos sexuales y reproductivos.  Solo el 55 % de las mujeres y las adolescentes afirman tener el control de las decisiones sobre su propia salud y derechos sexuales y reproductivos.  La mortalidad materna es la principal causa de muerte para las adolescentes entre 15 y 19 años a escala mundial, y el VIH la tercera para las mujeres entre 15 y 49. Ambas se pondrían prevenir si las mujeres tuviesen el control sobre sus cuerpos. 

Tenemos que garantizar la educación y el empoderamiento de todas las niñas.  Los estudios muestran que finalizar la educación secundaria puede reducir a más de la mitad el riesgo de que las niñas contraigan el VIH, e incluso más si se acompaña de un paquete de derechos y servicios.  Necesitamos que todas las niñas – incluyendo las que abandonaron sus estudios durante la COVID o incluso antes  – acudan a la escuela, sanas y salvas.  

Mientras los países se enfrentan a los retos fiscales actuales, los servicios esenciales para la igualdad de género son uno de los sectores que está sufriendo los mayores recortes presupuestarios.  Si no encontramos el dinero, acabaremos pagando un precio mucho mayor. 

La única hoja de ruta efectiva para poner fin a la epidemia de sida, lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible y garantizar la salud, los derechos y la prosperidad compartida, es una hoja de ruta feminista.  La igualdad es el medio para lograr el progreso y un derecho de todas las mujeres. 

Mujeres, en toda su maravillosa diversidad, nosotros, la ONU, estamos de su lado y a su lado.

Actualizar

La violencia infantil se mantiene al alza

07 Febrero 2022

A menudo, la violencia se comienza a sufrir muy pronto. Durante la infancia, puede conllevar un mayor riesgo de padecer VIH y otras enfermedades de transmisión sexual; problemas de salud mental; retraso en el desarrollo cognitivo; bajo rendimiento académico y abandono escolar; embarazo a edad temprana; problemas de salud reproductiva; enfermedades transmisibles y no transmisibles; y lesiones.

En los 11 países que cuentan con datos disponibles entre 2016 y 2020, la violencia (física, sexual y/o emocional) que sufrieron los niños (de entre 13 y 17 años) en los últimos 12 meses osciló entre un 19,2 % en la República de Moldova y Zimbabwe y un 65,4 % en Uganda en el caso de los varones, y entre un 17,7 % en la República de Moldova y un 57,5 % en Uganda en el caso de las mujeres.

El porcentaje de jóvenes (de 18 a 24 años) que sufrió uno o más de un tipo de violencia durante la infancia (antes de los 18 años) es alto en los 11 países que cuentan con datos disponibles entre 2016 y 2020. Varía entre un 26,3 % en Zimbabwe y un 75,6 % en Uganda en el caso de los varones, y un 26,5 % en Zimbabwe y un 75,3 % en Uganda en el de las mujeres.

Press Statement

La directora ejecutiva de ONUSIDA insta a la acción para cambiar el rumbo de la violencia contra las mujeres, las niñas y el VIH

«Acabar con la violencia de género requiere un enfoque integral que implique a toda la sociedad y a todos los Gobiernos. Sin embargo, estoy convencida de que, si al menos los responsables de la toma de decisiones impulsan estas acciones clave, todos saldremos ganando. Habrá menos violencia contra las mujeres y las niñas, y menos mujeres y niñas que contraigan el VIH o que se vean afectadas por las grietas en el acceso y la adherencia al tratamiento antirretroviral. Debemos revolucionar la forma de trabajar en la respuesta al sida y  situar la igualdad de género y los derechos de las mujeres en el centro. No hay lugar para la complacencia o la aceptación de la violencia de género si queremos poner fin al sida como emergencia de salud pública para 2030 y hacer así realidad los Objetivos de Desarrollo Sostenible», destacó Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA.

Una de cada tres mujeres y adolescentes de todo el mundo sufre violencia física o sexual por parte de sus maridos, parejas masculinas o extraños. Esta violencia se produce en sus hogares y barrios, que son los lugares en los que deberían sentirse más seguras. Y en esta horrenda estadística no se incluye a los millones de mujeres y niñas que se enfrentan a multitud de otras formas de violencia de género y prácticas perjudiciales. Durante la COVID-19, las denuncias de violencia dentro de la pareja, matrimonio infantil y forzado, mutilación genital femenina y violencia sexual no han hecho más que aumentar.

Para las mujeres y las niñas que viven con el VIH, se ha multiplicado el riesgo de ser objeto de violencia por parte de sus parejas, familias y comunidades o al ir a buscar servicios. Entre sus muchas consecuencias y costes, la violencia de género socava esos logros tan arduamente ganados en la prevención del VIH y la erradicación del sida como emergencia de salud pública.

En los países con una alta prevalencia del VIH, la violencia dentro de la pareja puede aumentar las probabilidades de que las mujeres contraigan el VIH hasta en un 50 %. La violencia o el miedo a ella bloquean el acceso de las mujeres a los servicios y su capacidad para negociar el uso del preservativo con los autores, revelar su estado serológico o permanecer en tratamiento contra el VIH. 

Muchas mujeres que viven con el VIH también sufren discriminación y la violación de sus derechos sexuales y reproductivos en los centros sanitarios. Las trabajadoras sexuales, las mujeres consumidoras de drogas y las personas bisexuales y trans se enfrentan a riesgos excepcionalmente altos de contraer el VIH y sufrir violencia de género y agresiones sexuales, todo ello impulsado por el estigma, la discriminación y la criminalización relacionados con el VIH.

 

Cinco acciones clave

En línea con la Declaración política de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el VIH y el sida: Acabar con las desigualdades y estar en condiciones de poner fin al sida para 2030, la Sra. Byanyima insta a los Gobiernos, las agencias de las Naciones Unidas, los donantes, los proveedores de servicios y todas las partes interesadas en la respuesta al VIH a abordar de forma inmediata y sistemática las relaciones entre el VIH y la violencia contra las mujeres y las niñas, en toda su diversidad, lo que incluye:

  1. Adoptar lo básico: como mínimo, los países deben cumplir con las normas internacionales para la prestación de servicios sanitarios a las mujeres y las niñas que viven con el VIH o tienen un mayor riesgo de contraerlo. Para esto es necesario integrar medidas de prevención y respuesta a la violencia de género en todos los servicios para el VIH, incluidas las mujeres de los grupos de población clave, y garantizar la protección de la salud y los derechos sexuales y reproductivos.
  2. Prevención temprana del VIH y de la violencia de género: trabajar con adolescentes y niños para abordar las normas de género dañinas, invirtiendo en una educación y en intervenciones que transformen los aspectos relativos al género, incluida la educación integral sobre sexualidad. Es necesario inculcar valores de respeto por la autonomía corporal, el consentimiento sexual, las citas seguras y el uso de preservativos como norma, y que se garantice una tolerancia cero a la violencia de género y al estigma y la discriminación por el VIH en las escuelas.
  3. Ir más allá de implicar a los hombres para que busquen servicios para el VIH: impulsar los programas para el VIH que involucran a hombres y niños para que incorporen enfoques que transformen los aspectos relativos al género y desafíen las masculinidades dañinas que alimentan tanto la pandemia del VIH como la violencia contra las mujeres y las niñas. Los hombres y los niños deberían adquirir compromisos en lo referente a las pruebas del VIH y la adherencia al tratamiento, junto con los esfuerzos para garantizar el respeto de la salud y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y sus derechos a no sufrir violencia de género.
  4. Poner fin a la impunidad para la violencia contra las mujeres y las niñas que viven con el VIH: acelerar las reformas legales y hacer cumplir los derechos humanos de todas las mujeres para que vivan sin violencia, independientemente de su estado serológico o de cualquier otro motivo, y acabar con el uso excesivo de leyes penales que se dirigen o afectan desproporcionadamente a las mujeres por su sexualidad, actividad sexual, estado serológico, género o consumo de drogas. Ampliar la alfabetización legal y de derechos humanos entre las mujeres y las niñas que viven con el VIH o que corren el riesgo de contraerlo, para que conozcan sus derechos, sepan dónde buscar ayuda legal y puedan acceder a la justicia. Esto garantizará que los mecanismos de reclamación y reparación de la violencia de género y las violaciones de los derechos reproductivos sean accesibles en todos los servicios sanitarios y de otro tipo.
  5. Invertir en el liderazgo de las mujeres para cambiar el rumbo tanto en lo que respecta al VIH como a la violencia de género: establecer mecanismos para la participación significativa y el liderazgo de las mujeres y las niñas que viven con el VIH y están en riesgo de contraerlo, en toda su diversidad, en la toma de decisiones para responder a las dos pandemias: la de sida y la de la violencia contra las mujeres y las niñas. Para esto es necesario invertir en el liderazgo feminista y en las intervenciones basadas en la comunidad para el VIH dirigidas por mujeres, y valorar sus experiencias y conocimientos como parte esencial de una respuesta eficaz al VIH.

 

Documents

Evaluación conjunta del trabajo del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el sida para prevenir y responder a la violencia contra las mujeres y niñas — Resumen ejecutivo

17 de noviembre de 2021

Esta evaluación abarca desde 2016 en adelante. Examina las intervenciones que abordan la naturaleza bidireccional de la violencia contra las mujeres y niñas y el VIH; el grado en que las intervenciones transforman las relaciones entre los géneros y se llevan a cabo en colaboración con los grupos de mujeres y niñas adolescentes y las redes pertinentes de la sociedad civil; el grado en que los programas de prevención de la violencia contra las mujeres y niñas y el VIH es asumida por el país y responde a las mujeres y niñas en su diversidad; y el grado en que el Programa Conjunto ha sido capaz de colaborar internamente en el trabajo sobre el VIH y la violencia contra las mujeres y niñas.

Press Statement

ONUSIDA condena firmemente la violencia contra los activistas LGBTI en Tiflis, Georgia

GINEBRA, 7 de julio de 2021—ONUSIDA condena con ejemplar firmeza los ataques a los activistas y periodistas lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersexuales (LGBTI) en las oficinas de Tbilisi Pride y las zonas circundantes, que han forzado la cancelación de los eventos del Orgullo Gay en la ciudad. ONUSIDA expresa su solidaridad con todas las personas LGBTI en Georgia.

«La impactante violencia sufrida por activistas y periodistas LGBTI en Tiflis es completamente inaceptable», denunció Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «Las autoridades deben adoptar medidas urgentes para, por un lado, proteger los derechos humanos de la comunidad LGBTI, incluido su derecho a expresarse y juntarse libremente, y, por otro, llevar a los responsables de los ataques ante la justicia».

El 1 de diciembre de 2018, Tiflis firmó la Declaración de París para poner fin a la epidemia de sida para 2030, y se unió así a más de 300 municipios en la iniciativa Acción acelerada en las ciudades, lanzada por la alcaldesa de París y ONUSIDA en 2014. A través de esta iniciativa, Tiflis se compromete a trabajar estrechamente con las comunidades, incluidos los gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, y las personas trans, para fomentar la igualdad social.

La nueva Estrategia mundial contra el sida 2021-2026 de ONUSIDA: Poner fin a las desigualdades, poner fin al sida insiste también en que es evidente que el estigma y la discriminación contra las personas LGBTI violan los derechos humanos, exacerban las desigualdades y actúan como una barrera crítica para acabar con el sida como amenaza para la salud pública para 2030. Un elemento fundamental de la estrategia consiste en abordar los desafíos a los que se enfrentan los grupos de población clave (gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, trabajadores sexuales, personas trans y consumidores de drogas), de modo que menos del 10 % experimenten estigma, discriminación y violencia en 2025. La estrategia insta a los países a tomar medidas inmediatas para reducir las actitudes estigmatizantes y la discriminación sobre la base de la orientación sexual y la identidad de género como un elemento clave para acabar con el sida para 2030.

Press Statement

Mensaje de ONUSIDA en el Día Internacional de la Mujer 2021

8 de marzo de 2021

Winnie Byanyima

Directora Ejecutiva de ONUSIDA
Secretaria General Adjunta de las Naciones Unidas

Las mujeres líderes han guiado al mundo para responder a la crisis de la COVID-19, desde jefas de gobierno hasta coordinadoras de movimientos sociales de base. Le han recordado al mundo la importancia de tener un número significativo de mujeres, en todas su diversidad, en posiciones de liderazgo.

Pero la crisis de la COVID-19 ha hecho que los avances hacia la igualdad retrocedan. Ha ampliado la brecha de género en cuanto a riqueza, ingresos, acceso a servicios, carga de trabajo de cuidados no remunerado, estatus y poder.

En torno a 20 millones más de niñas en edad de asistir a la escuela secundaria podrían quedarse sin escolarizar como consecuencia de la crisis. Puede que muchas de ellas nunca vuelvan a la escuela ni a tener acceso a técnicas ni oportunidades económicas, y correrán mayor de sufrir violencia, mala salud, pobreza y otros problemas.

Dos millones y medio más de niñas se encuentran en riesgo de contraer un matrimonio infantil durante los próximos cinco años. Se ha producido un aumento dramático de la violencia contra la mujer.

Pandemias como la de la COVID-19 y la del VIH aumentan las grietas de la sociedad y agravan las vulnerabilidades. Las desigualdades y la violencia basadas en el género, que están interrelacionadas, frenan la vida de mujeres y niñas en todo el mundo.

La pandemia ha puesto en manifiesto el doloroso dato de que, incluso antes de la COVID-19, se calcula que un número estimado de 34 millones de niñas de entre 12 y 14 años no estaban escolarizadas, que, a escala mundial, una de cada tres mujeres declara haber sufrido violencia física o sexual y que las mujeres de todo el mundo trabajan más horas por un salario menor o inexistente.

Las mujeres que habían sido estigmatizadas se encuentran entre los que están sufriendo los peores impactos de la pandemia. La pérdida repentina de los medios de subsistencia de las trabajadoras sexuales y su falta de acceso a atención sanitaria y protección social han intensificado sus vulnerabilidades, especialmente para las que viven con el VIH.  Muchas mujeres migrantes y trabajadoras precarias afectadas adversamente por la pandemia están excluidas de los programas gubernamentales de ayuda y protección, así como de los servicios sanitarios. Los estigmas sociales, la discriminación y la criminalización ponen a las mujeres transgénero y a las mujeres que consumen drogas en un mayor riesgo de infección por el VIH o por otras infecciones de transmisión sexual y las aleja del acceso a servicios de prevención, tratamiento y atención relacionados con el VIH.

Las estrategias de recuperación no pueden ser ciegas ni neutrales respecto al género: deben derrocar las desigualdades que frenan a las mujeres.

ONUSIDA, la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura y el Fondo de población de las Naciones Unidas se han unido en un amplio movimiento, Education Plus, para trabajar con los gobiernos con el fin de asegurar los cambios transformadores que permitirán que todas las adolescentes de África puedan acceder a la escuela, seguras y fuertes. Esto incluye a todas las niñas que han tenido que dejar la escuela durante la crisis de la COVID-19, así como a aquellas que ya habían sido excluidas de la escuela incluso antes de esta crisis.

Tanto superar la crisis de la COVID-19 como poner fin a las nuevas infecciones por el VIH y muertes asociadas al sida requieren que nos centremos en las desigualdades que conllevan vulnerabilidades. La nueva estrategia mundial contra el sida 2021-2026 pone los derechos y las múltiples y diversas necesidades a lo largo del ciclo vital de las mujeres y niñas en el centro de la respuesta: desde prevenir la transmisión vertical (maternoinfantil) hasta aportar acceso a una educación de calidad en entornos favorables y seguros para asegurar una educación integral sobre sexualidad y unos servicios íntegros de salud sexual y reproductiva.

La desigualdad de género no solo está mal. Es peligrosa. Nos debilita a todos.  Un mundo más equitativo estaría más preparado para responder a pandemias y otros problemas; nos permitiría tener un mayor nivel de salud, seguridad y prosperidad.

Los avances en  materia de la igualdad de género nunca han sido automáticos. Nunca se han dado; siempre se han ganado.

Estamos inspirados por los movimientos de mujeres que lideran la lucha por la igualdad. Las Naciones Unidas os apoyan en vuestros esfuerzos para avanzar hacia un mundo en el que las mujeres y las niñas de todas las diversidades prosperen y ocupen el lugar que les corresponde como iguales.

Este Día Internacional de la Mujer, apoyemos y celebremos que las mujeres estén tomando las riendas.

Contacto

UNAIDS Media
tel. +41 22 791 4237
communications@unaids.org

Nuestra acción

Feature Story

La prestación de servicios para los casos de violencia doméstica es irregular

08 Febrero 2021

La violencia impacta la vida de las mujeres y las chicas, de las personas que viven con el VIH y de los grupos de población clave de infinidad de formas negativas. Las autoridades nacionales y los representantes de la sociedad civil de docenas de países informaron a ONUSIDA en el año 2019 de que se habían puesto en marcha distintas disposiciones y servicios para proteger la salud, el bienestar y la seguridad de los supervivientes de la violencia sexual y doméstica. Sin embargo, el grado con que estas políticas y leyes se aplican y ejecutan varía notablemente, al igual que lo hace su cobertura y calidad.

También se observa un desfase importante en lo referente a los esfuerzos para lograr la prevención, tal y como se deduce de los altos niveles de violencia dentro de la pareja reflejados en las encuestas llevadas a cabo en todo el mundo. Según las encuestas realizadas en 46 países entre el año 2014 y 2018, el 19,7 % de las mujeres y chicas adolescentes (de entre 15 y 49 años) alguna vez casadas o en pareja experimentaron violencia física o sexual por parte de una pareja íntima en los últimos 12 meses.

Países con puntos de prestación de servicios que proporcionan atención médica y psicológica adecuada y apoyo a las mujeres y los hombres que han sido víctimas de violencia sexual, países con datos disponibles, 2019

 

Países con disposiciones relacionadas con la violencia doméstica, países con datos disponibles, 2019

Press Statement

ONUSIDA hace un fuerte llamamiento para erradicar esa pandemia olvidada que es la violencia contra las mujeres y las chicas

GINEBRA, 25 de noviembre de 2020 - Hoy, fecha en que se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, ONUSIDA insta al mundo a aumentar sus esfuerzos para acabar con esa pandemia olvidada que es la violencia contra las mujeres y las chicas en todas sus formas. Una auténtica violación de los derechos humanos extendida por todo el globo y que afecta a una de cada tres mujeres al menos una vez a lo largo de su vida.

Antes de la pandemia de la COVID-19, se calculaba que en todo el mundo 243 millones de mujeres y chicas de entre 15 y 49 años habían sido víctimas de violencia sexual o física perpetrada por su pareja en los últimos 12 meses. Los datos nos dicen que la pandemia de la COVID-19 ha incrementado considerablemente los casos de violencia de género en casi todos los países.

«Cada vez tenemos más pruebas en las que apoyarnos para demostrar que la pandemia de la COVID-19 no está afectando con igual magnitud a ambos sexos», destacó Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «Las consecuencias de los confinamientos y las restricciones para viajar que se impusieron en muchos países para frenar la expansión de la COVID-19, el hecho de no considerar servicios esenciales los servicios de salud sexual y reproductiva para las supervivientes de la violencia, y el menoscabo de la seguridad económica de las mujeres han dado lugar a barreras insalvables para las mujeres y las chicas que han sufrido abusos, sobre todo en el caso de todas aquellas que están obligadas a compartir techo con sus abusadores».

Como resultado de la pandemia de la COVID-19, las chicas adolescentes y las mujeres jóvenes están también más abocadas a los matrimonios forzosos tempranos y a la trata de personas, están viéndose obligadas a renunciar a su derecho a la educación por el cierre de las escuelas y, además, carecen de acceso tanto a una educación integral sobre sexualidad como a los servicios de salud sexual y reproductiva, incluyéndose aquí los métodos anticonceptivos y el aborto.

La enfermedad del nuevo coronavirus está haciendo crecer la violencia contra las mujeres y exacerbando las desigualdades de género ya existentes. Además, está multiplicando exponencialmente los riesgos y las vulnerabilidades de las mujeres respecto al VIH. Al tiempo, el acceso a los servicios contra la violencia de género y la salud sexual y reproductiva es cada vez menor, o incluso se ha visto interrumpido durante la pandemia. La violencia contra las mujeres es el gran factor que hace aumentar el riesgo de contraer el VIH. En aquellas zonas en las que hay una fuerte prevalencia del VIH, como el África subsahariana, las mujeres que son víctimas de violencia dentro de la pareja tienen un 50 % más de probabilidades de vivir con el VIH. Se observa también que los hombres que practican la violencia contra las mujeres tienden a correr ellos mismos más riesgo de infectarse por el VIH. Además, tienden a usar con menor frecuencia los preservativos, lo que, a su vez, también hace crecer el riesgo de transmitir el VIH.

La violencia, o la posibilidad de que esta se desate, hace que muchas mujeres y chicas adolescentes que viven con el VIH no revelen su estado serológico positivo a sus parejas, familiares y proveedores de atención sanitaria. Y precisamente esto dificulta sobremanera la adherencia de las mujeres y las chicas al tratamiento para el VIH.

La violencia de género limita la toma de decisiones de las mujeres y las chicas, y mina los derechos y la salud sexual y reproductiva de las mujeres. Se les impide decidir si quieren mantener relaciones sexuales, cómo, cuándo y con quién. Se les niega su derecho a cuidar de su salud, se les bloquea el acceso a los servicios para la prevención del VIH y no se les brinda la oportunidad de seguir un tratamiento.

«La pandemia de la COVID-19 ha puesto sobre la mesa una vez más que es inaceptable continuar con medidas incompletas y no cumplir el compromiso de acabar definitivamente con la violencia contra las mujeres», enfatizó la Sra. Byanyima. «Hemos de tomarnos en serio el lograr la igualdad de género, el acabar con el sida y el prevenir la violencia de género; debe ser nuestra prioridad local, nacional y mundial».

Contacto

UNAIDS Geneva
Sophie Barton-Knott
tel. +41 79 514 68 96
bartonknotts@unaids.org
UNAIDS Media
tel. +41 22 791 4237
communications@unaids.org

Nuestra acción

Suscribirse a Gender based violence