HIV testing and counselling


Feature Story
Lanzamiento en Europa oriental y Asia central de un nuevo programa de pruebas para detectar casos recientes de VIH
25 Septiembre 2020
25 Septiembre 2020 25 Septiembre 2020ONUSIDA ha dado a conocer en siete países de Europa oriental y Asia central un nuevo proyecto con el que se pretende ayudar a los países a incorporar en sus sistemas nacionales de detección del VIH pruebas que permitan detectar si el contagio por el virus ha sido reciente.
Este test para determinar el momento de la transmisión se basa en una prueba de laboratorio que detecta si la infección es reciente (menos de seis meses) o no. El objetivo de la incorporación de esta prueba al sistema nacional de detección de casos de VIH es ayudar a valorar cómo se está transmitiendo el VIH, describir los comportamientos que están favoreciendo la transmisión del virus, optimizar la recogida de datos relacionados con el VIH y aumentar la información disponible sobre los factores de riesgo.
Según muchos países de Europa oriental y Asia central, a pesar del gran progreso alcanzado con relación a la vigilancia epidemiológica, la prevención y el tratamiento del VIH, un gran número de los nuevos diagnósticos de VIH sigue llegando tarde. En Armenia, por ejemplo, de acuerdo con los datos nacionales, casi el 66 % de todos los nuevos diagnósticos de infección por el VIH en 2019 se hicieron en la fase en que el conteo de CD4 era inferior a 350 células/mm3 (en Kirguistán el porcentaje era de un 53 %, mientras que en Tayikistán se situaba en un 56 %).
«En la región, el tiempo medio que transcurre desde la infección hasta el momento en que una persona accede por primera vez al sistema de atención sanitaria oscila entre los cinco y los siete años», apunta Lev Zohrabyan, asesor del equipo de información estratégica de ONUSIDA. «En ese intervalo de pocos años una persona podría estar poniendo en riesgo su propia salud y la de su pareja. Además, las medidas de prevención a menudo se basan en datos de transmisión obsoletos».
Al determinar las infecciones recientes entre los nuevos casos diagnosticados de personas que viven con el VIH, los países pueden identificar las áreas geográficas y subpoblaciones en que hay transmisión del VIH. De esta manera pueden terminar de forma efectiva con la transmisión del VIH elaborando políticas fundamentadas en pruebas, orientando los recursos al lugar adecuado y midiendo el impacto de los programas para la prevención del VIH.
«Tendemos a comprender la situación como fue entonces, sabemos lo que sucedió hace cinco años. Este test nos permite identificar y caracterizar los casos que ocurrieron hace, como máximo, seis meses. Gracias a este nuevo sistema, podemos conocer mejor dónde se produjeron los últimos casos de infección por el VIH», señala Meerim Sarybaeva, directora de ONUSIDA en Kirguistán.
Tras llevar a cabo un estudio multinacional, la prueba ha sido minuciosamente evaluada y comentada por socios nacionales, con el fin de, entre todos, dar con la mejor forma de incorporar estos test en los sistemas nacionales de detección para situar en el tiempo el momento en que se contrajo el VIH. La tecnología innovadora ha sido transferida a los expertos de los diferentes países mediante exhaustivos programas de formación proporcionados por ONUSIDA y dirigidos a epidemiólogos y expertos de laboratorio.
Este enfoque innovador se está integrando dentro de la vigilancia rutinaria del VIH en varios países de Europa oriental y Asia central en el marco del Programa de Cooperación Regional de ONUSIDA para prestar asistencia técnica en materia de VIH y otras enfermedades infecciosas, financiado por el Gobierno de la Federación de Rusia. La finalidad de este Programa de Cooperación Regional es fortalecer los sistemas sanitarios, garantizar una mejor vigilancia epidemiológica del VIH y promover el mayor alcance de los programas para la prevención del VIH entre los grupos de población clave de mayor riesgo en Armenia, Belarús, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán.
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90-90-90: avanzamos, pero el mundo sigue lejos de conseguir los objetivos para 2020
21 Septiembre 2020
21 Septiembre 2020 21 Septiembre 2020En el año 2016, mediante la Declaración política de la Asamblea General de las Naciones Unidas para poner fin al sida, los países se comprometieron a alcanzar los objetivos 90-90-90. Su propósito era, para finales de 2020, haber acercado las pruebas del VIH y el tratamiento a la gran mayoría de personas que viven con el virus y, además, reducir la cantidad de VIH presente en sus cuerpos hasta niveles indetectables, de manera que las personas pudieran estar sanas y se pudiera evitar la propagación del virus.
En todo el mundo, se han alcanzado éxitos destacables con relación a las pruebas y la cascada de tratamiento del VIH. A finales de 2019, el 81 % de las personas que vivían con el VIH conocía su estado serológico, y más de dos tercios (67 %) estaba siguiendo una terapia antirretrovírica, lo que equivalía a, aproximadamente, 25,4 millones de los 38 millones de personas que vivían con el VIH, una cifra que se ha más que triplicado desde 2010.
Los logros referentes a la efectividad del tratamiento, así como los incrementos en el número de personas que conocen su estado serológico y la cantidad de ellas en tratamiento, quedan reflejados en el hecho de que los niveles de supresión de la carga vírica entre las personas que viven con el VIH subieron un 18 % entre 2015 y 2019. Casi un 59 % de las personas que vivían con el VIH en todo el mundo logró suprimir su carga vírica en 2019. Sin embargo, para conseguir los objetivos 90-90-90, es necesario que un mínimo de un 73 % de personas que viven con el VIH logre suprimir su carga vírica, por lo que parece imposible que este objetivo mundial se haga realidad para finales de 2020.
La pandemia de la COVID-19 podría también haber tenido un impacto sobre la carga vírica. Un modelaje temprano ya mostró que una interrupción considerable en los tratamientos para el VIH llevaría a más muertes relacionadas con el sida en el África subsahariana. Algunos países han declarado haber experimentado reducciones de hasta un 20 % en el suministro de medicamentos en algunas áreas, y han sido muchas las denuncias por parte de personas que viven con el VIH por no disponer de antirretrovíricos para un confinamiento de más de 60 días. Asimismo, se sabe de numerosos casos en los que las personas tuvieron que abandonar su tratamiento para el VIH debido a la falta de alimentos. Sin embargo, en los datos mensuales de enero a junio de 2020 proporcionados a ONUSIDA por parte de los países, no se observa un declive sustancial en el número de personas en tratamiento durante los últimos seis meses.
Nuestra acción


Press Release
El informe de ONUSIDA sobre la epidemia mundial de sida muestra que los objetivos de 2020 no se cumplirán debido a un éxito profundamente desigual; COVID-19 arriesga desviar los avances en VIH fuera de curso
06 Julio 2020 06 Julio 2020Los objetivos no cumplidos han dado como resultado 3,5 millones más de infecciones por el VIH y 820.000 más muertes relacionadas con el sida desde 2015 en relación con lo que podría haberse logrado si el mundo estuviera en el camino planeado para alcanzar los objetivos establecidos para 2020. Además, la respuesta podría retrasarse en 10 años o más si la pandemia de COVID-19 provoca graves interrupciones en los servicios para el VIH.
GINEBRA, 6 de julio de 2020— Un nuevo informe de ONUSIDA muestra un progreso notable, pero muy desigual, especialmente en la expansión del acceso a la terapia antirretroviral. Debido a que los logros no se han compartido por igual dentro y entre los países, no se alcanzarán los objetivos globales de VIH establecidos para 2020. El informe, Aprovechando el momento, advierte que incluso los beneficios obtenidos podrían perderse y el progreso se estancaría aún más si no actuamos. Destaca cuán urgente es para los países duplicar los esfuerzos de respuesta al VIH y actuar con mayor urgencia para llegar a los millones de personas que aún quedan atrás.
“Se requiere de una acción decisiva todos los días en la próxima década, para que el mundo vuelva a su camino para poner fin a la epidemia de sida para 2030", dijo Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA. “Se han salvado millones de vidas, particularmente las vidas de mujeres en África. El progreso realizado por muchos debe ser compartido por todas las comunidades en todos los países. El estigma y la discriminación y las desigualdades generalizadas son barreras importantes para poner fin al sida. Los países necesitan orientarse por la evidencia y cumplir con sus responsabilidades con los derechos humanos.”
Catorce países han alcanzado las metas de tratamiento del VIH 90–90–90 (que 90% de las personas que viven con el VIH conozcan su estado serológico con respecto al VIH; que un 90% de los que conocen dicho estado tengan acceso a tratamiento; y que un 90% de las personas en tratamiento para el VIH tengan la carga viral suprimida). Entre ellos está Eswatini, que tiene una de las tasas de prevalencia de VIH más altas del mundo, con un 27% en 2019, y que, habiendo superado las metas para 2020, está en camino de alcanzar las metas 95-95-95, previstos para 2030.
Millones de vidas se han salvado y millones de nuevas infecciones por el VIH han sido prevenidas con la ampliación de la terapia antirretroviral. Sin embargo, 690.000 personas murieron de enfermedades relacionadas con el Sida el año pasado y 12,6 millones de los 38 millones de personas que viven con el VIH no tuvieron acceso al tratamiento que puede salvar sus vidas.
“No podemos descansar por nuestros éxitos, ni desanimarnos por los contratiempos. Debemos asegurarnos de que nadie se quede atrás. Debemos cerrar las brechas. Estamos apuntando a 100–100–100”, dijo Ambrose Dlamini, el Primer Ministro de Eswatini.
El mundo está muy atrasado en la prevención de nuevas infecciones por VIH. Unos 1,7 millones de personas se infectaron recientemente con el virus, más de tres veces la meta mundial. Ha habido progresos en África Oriental y Meridional, donde las nuevas infecciones por el VIH se han reducido en un 38% desde 2010. Esto está en marcado contraste con Europa Oriental y Asia Central, que ha visto un asombroso aumento del 72% en las nuevas infecciones por VIH desde 2010. Las nuevas infecciones por el VIH también han aumentado en un 22% en el Medio Oriente y África del Norte, y en un 21% en América Latina.
Aprovechando el momento muestra un progreso desigual, con demasiadas personas y poblaciones vulnerables que están quedando atrás. Alrededor del 62% de las nuevas infecciones por el VIH ocurrieron entre poblaciones clave y sus parejas sexuales, incluidos los hombres homosexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, trabajadoras sexuales, personas que se inyectan drogas y personas privadas de libertad, a pesar de que constituyen una proporción muy pequeña de la población general
El estigma y la discriminación, junto con otras desigualdades sociales y exclusión, están demostrando ser barreras significativas. Las poblaciones marginadas que temen el juicio, la violencia o el arresto luchan por acceder a servicios de salud sexual y reproductiva, especialmente aquellos relacionados con la anticoncepción y la prevención del VIH. El estigma contra las personas que viven con el VIH sigue siendo común: al menos 82 países penalizan alguna forma de transmisión, exposición o no divulgación del VIH; el trabajo sexual está criminalizado en al menos 103 países; y al menos 108 países penalizan el consumo o la posesión de drogas para uso personal.
Las mujeres y las niñas en África subsahariana continúan siendo las más afectadas y representaron el 59% de todas las nuevas infecciones por VIH en esa región en 2019, con 4.500 niñas adolescentes y mujeres jóvenes entre 15 y 24 años infectadas con VIH cada semana. Las mujeres jóvenes representaron el 24% de las nuevas infecciones por el VIH en 2019, a pesar de representar solo el 10% de la población en África subsahariana.
Sin embargo, donde los servicios de VIH se brindan de manera integral, los niveles de transmisión del VIH se reducen significativamente. En Eswatini, Lesotho y Sudáfrica, una alta cobertura de opciones de prevención combinada, que incluyen apoyo social y económico para mujeres jóvenes y altos niveles de cobertura de tratamiento y supresión viral para poblaciones previamente no alcanzadas, han reducido las brechas de desigualdad y han reducido la incidencia de nuevas infecciones por el VIH.
La pandemia de COVID-19 ha impactado seriamente la respuesta al Sida y podría deteriorarla aún más. Una interrupción completa de seis meses en el tratamiento del VIH podría causar más de 500.000 muertes adicionales en África subsahariana durante el próximo año (2020–2021), devolviendo a la región a los niveles de mortalidad por Sida de 2008. Incluso una interrupción del 20% podría causar 110.000 muertes adicionales.
“Aquellos de nosotros que sobrevivimos al VIH y luchamos por la vida y el acceso al tratamiento y la atención no podemos permitirnos perder las ganancias que nos demandaron tanto esfuerzo para obtenerlas. En algunos países latinoamericanos estamos viendo cómo los recursos, medicamentos, personal de salud y materiales para el VIH se están trasladando a la lucha contra la COVID-19”, dijo Gracia Violeta Ross, presidenta de la Red Boliviana de Personas que viven con el VIH. “Se ignoran algunas buenas lecciones y prácticas de la respuesta al VIH, como la participación significativa y la rendición de cuentas. No permitiremos que el VIH se quede atrás".
Para combatir las epidemias convergentes de VIH y COVID-19, ONUSIDA y sus socios lideran un llamado global para una vacuna universal contra la COVID-19, que ha sido firmado por más de 150 líderes mundiales y expertos que exigen que todas las vacunas, tratamientos y pruebas sean libre de patentes, producidos en masa y distribuidos de manera justa y gratuita para todos.
ONUSIDA también insta a los países a aumentar las inversiones para ambas enfermedades. En 2019, la financiación para el VIH cayó un 7% desde 2017, a US $ 18,6 mil millones. Este revés significa que la financiación es un 30% inferior a los US $ 26,2 mil millones necesarios para responder eficazmente al VIH en 2020.
“No podemos tener países pobres al final de la fila. Las personas no deben depender del dinero en su bolsillo o del color de su piel para protegerse contra estos virus mortales", dijo la Sra. Byanyima. “No podemos tomar dinero de una enfermedad para tratar otra. La respuesta tanto para el VIH como la COVID-19 deben estar totalmente financiados para evitar la pérdida masiva de vidas".
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Las personas jóvenes y los hombres tienen menos posibilidades de conocer su estado serológico
17 Diciembre 2019
17 Diciembre 2019 17 Diciembre 2019Es fundamental que las personas que viven con el VIH sepan cuál es su estado serológico. Si las personas saben que son seropositivas, pueden acceder al tratamiento para mantenerse sanas. Y, una vez que el tratamiento reduce su carga viral hasta un nivel indetectable, ya dejan de poder transmitir el virus a sus compañeros sexuales. Sin embargo, suele haber grandes disparidades en cuanto al conocimiento del estado serológico, tanto en función del punto geográfico como del grupo de población del que estemos hablando.
En África oriental y meridional, por ejemplo, las personas jóvenes y los hombres que viven con el VIH tienen muchas menos posibilidades de averiguar su estado serológico: mientras que el 90 % de las mujeres de 25 años o más que viven con el VIH conocían su estado serológico en 2018 (gracias, en gran parte, al éxito de los esfuerzos por prevenir la transmisión maternoinfantil del VIH), en el caso de los hombres el porcentaje solo era del 80 %. Entre las mujeres jóvenes de 15 a 24 años un 66 % conocía su estado serológico, pero entre el grupo de los hombres jóvenes, sin embargo, tan solo un 50 % era sabedor de su estado serológico. En África occidental y central, las brechas son aún mayores.
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Press Release
Para acabar con el VIH, la clave está en garantizar que las personas y las comunidades tengan poder para elegir, saber, prosperar y exigir
26 Noviembre 2019 26 Noviembre 2019Los enfoques innovadores respecto a los tratamientos para prevenir el VIH (profilaxis preexposición), la integración de los servicios de planificación familiar con las pruebas del VIH, la supresión de la carga vírica (I = I), la reducción del daño y una salud sexual integral otorgan a las personas en general el poder para protegerse del VIH, y a quienes ya viven con el virus les permiten crecer y desarrollarse
NAIROBI/GINEBRA, 26 de noviembre de 2019—Según un nuevo informe de ONUSIDA, Power to the people (el poder a las personas), publicado antes del Día Mundial del Sida, las personas y las comunidades que viven con el VIH o que están afectadas por el virus participan en la toma de decisiones y en la prestación de servicios relacionados con el VIH. Así mismo, se observa cómo se han reducido los casos de nuevas infecciones y cómo cada vez más personas tienen acceso al tratamiento. Cuando las personas tienen el poder de escoger, de saber, de prosperar y de exigir, cuando la gente trabaja codo con codo, se consigue salvar vidas, acabar con las injusticias y restaurar la dignidad.
«Cuando las personas y las comunidades cuentan con poder y con medios, se logra el cambio», apuntó Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «La solidaridad de las mujeres, de los jóvenes, de los gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, de los trabajadores sexuales, de los consumidores de drogas y de las personas transgénero ha logrado transformar la epidemia de sida, al capacitarlos a todos ellos para poner fin a la epidemia».
El informe fue lanzado el 26 de noviembre en Kenia por la Directora Ejecutiva de ONUSIDA, la secretaria del gabinete del ministerio de salud de Kenia y los representantes de la comunidad. En él se pone de manifiesto el enorme progreso alcanzado, sobre todo en lo concerniente a la expansión del acceso al tratamiento. Hacia mediados de 2019, aproximadamente 24,5 millones de personas de los 37,9 millones de personas que viven con el VIH lograron acceso al tratamiento. Al continuar la adherencia al tratamiento, cada vez es menor el número de gente que fallece por enfermedades relacionadas con el sida.
«El trabajo conjunto del Gobierno con la sociedad civil, al que se suma la importantísima implicación de las comunidades, nos ha permitido reducir de manera significativa las nuevas infecciones por el VIH y el número de muertes relacionadas con el sida», insistió Sicily Kanuki, secretaria del gabinete del ministerio de salud keniata. «Las comunidades están en el mismísimo centro de la respuesta al sida y son imprescindibles para erradicarlo».
No obstante, el progreso alcanzado con respecto a la reducción de las infecciones por el VIH se entremezcla con la cifra de 1,7 millones de personas que se vieron afectadas por el virus en 2018. Las nuevas infecciones por el VIH se redujeron un 28 % de 2010 a 2018 en África oriental y meridional, la región más afectada por el VIH. Como señal prometedora y alentadora, la tasa de incidencia del VIH entre las chicas adolescentes y las mujeres jóvenes de la región con edades comprendidas entre los 15 y los 24 años pasó de 0,8 % en 2010 a un 0,5 % en 2018, lo que supone un descenso de un 42 %. Sin embargo, las chicas y las mujeres jóvenes todavía son las más castigadas por las nuevas infecciones del VIH. Así, cuatro de cinco nuevas infecciones por el VIH entre adolescentes del África subsahariana tienen lugar entre chicas.
Fuera de África oriental y meridional, las nuevas infecciones por el VIH se han reducido únicamente un 4 % desde 2010. De mayor preocupación es el aumento de nuevas infecciones por el VIH en algunas regiones. La cifra anual de nuevas infecciones por el VIH aumentó un 29 % en Europa oriental y Asia central, un 10 % en Oriente Medio y África del Norte, y un 7 % en América Latina.
«En muchos lugares del mundo se ha logrado un espectacular progreso en lo concerniente a la reducción de nuevas infecciones por el VIH, muertes relacionadas con el virus y actitudes discriminatorias, sobre todo en África oriental y meridional. Pero, desgraciadamente, la desigualdad de género y el rechazo a los derechos humanos siguen dejando a mucha gente atrás», afirmó la Sra. Byanyima. «Las injusticias sociales, la desigualdad, el no reconocimiento de los derechos de las personas, y el estigma y la discriminación están impidiendo avanzar en la lucha para acabar con el VIH y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible».
Con poder y juntos
Como defiende el informe, cuando las personas y las comunidades gozan de poder y de medios, se logra el cambio. Las comunidades han apostado por programas del VIH que se basen en los derechos humanos y que tengan a las personas en el centro, pues así se garantiza que las respuestas al sida aborden las desigualdades y las injusticias que alimentan la epidemia.
Las mujeres y las chicas son la columna vertebral en cuanto a la atención a sus familias y a sus comunidades, y desempeñan un trabajo que no se paga, ni a menudo se valora, al ocuparse de atender a los niños, los enfermos, los ancianos y las personas con discapacidad. Son ellas quienes sustentan los frágiles sistemas de apoyo social. Y esto ha de cambiar. La implicación y el liderazgo de las comunidades de mujeres son esenciales en la respuesta al VIH.
«Como líder de la comunidad, soy capaz de relacionarme con las personas y de comprender lo que hay tras ellas mucho mejor que alguien de fuera. Llevo 25 años conviviendo con el VIH, así que la gente viene a mí a contarme sus problemas, por ejemplo, los que tienen que ver con el estigma relacionado con el VIH, la revelación y la adherencia. Nunca me he echado para atrás en este papel que he asumido, puesto que soy parte de esta comunidad», confiesa Josephine Wanjiru, activista en una comunidad del VIH en Kiandutu, Thika (Kenia).
Con poder para escoger
Las mujeres y las chicas piden métodos anticonceptivos integrados, pruebas tanto del VIH como de otras infecciones de transmisión sexual, así como opciones de prevención y cuidados. Casi el 40 % de las mujeres adultas y el 60 % de las chicas adolescentes (de entre 15-19 años) del África subsahariana no ven satisfechas sus necesidades con relación a los métodos anticonceptivos modernos.
En muchos países del África subsahariana, de acuerdo con el informe, el número de mujeres jóvenes que toman su medicina para evitar el VIH (profilaxis preexposición) es elevado en aquellos proyectos que integran la profilaxis previa a la exposición en servicios de atención sanitaria dedicados a la juventud y en clínicas de planificación familiar, y siempre y cuando la provisión de esta profilaxis preexposición esté al margen de los servicios de tratamiento.
Desde 2016 se han realizado también once millones de circuncisiones masculinas médicas voluntarias, 4 millones solo en 2018 en los 15 países prioritarios.
Con poder para saber
El poder para saber permite a las personas librarse del VIH o, cuando ya viven con el virus, mantenerse sanas. Sin embargo, la gente descubre su estado serológico positivo demasiado tarde, en ocasiones incluso años después de haberse infectado, lo que lleva a un retraso en el comienzo del tratamiento y facilita la transmisión del VIH. En Mozambique, por ejemplo, el tiempo medio para el diagnóstico tras la infección, en el caso de los hombres, estaba en cuatro años.
La adherencia a un tratamiento efectivo logra suprimir el virus hasta niveles indetectables, lo que hace que la gente lleve una vida sana y evita la transmisión del virus. El saber esto da a las personas que viven con el VIH la oportunidad de llevar vidas normales. También les hace tener la confianza de que están protegiendo a sus seres queridos y las ayuda a plantarles cara al estigma y la discriminación.
Las pruebas caseras del VIH actualmente están ayudando cada vez a más personas a conocer su estado serológico en privacidad, con lo que se están rompiendo las barreras del estigma y la discriminación, y se está facilitando el acceso al tratamiento.
El conocimiento del VIH entre la gente joven es alarmantemente bajo en muchas regiones. En países que tienen a su disposición datos recientes de la encuesta, se ve que solo el 23 % de las mujeres jóvenes y el 29 % de los hombres jóvenes (ambos entre los 15-24 años) tiene un conocimiento completo y adecuado del VIH. Los estudios nos muestran cómo la educación integral sobre sexualidad no nos lleva ni a una mayor actividad sexual, ni a correr más riesgos sexualmente hablando, ni a mayores tasas de infección ni por el VIH ni por otro tipo de infección de transmisión sexual.
Con poder para prosperar
El poder para prosperar consiste en garantizar que las personas tengan derecho a la salud, el tratamiento, la educación, el trabajo y un estándar de vida adecuado para su salud y bienestar.
Las nuevas infecciones por el VIH entre los niños se han reducido en un 41 % desde 2010, y aproximadamente el 82 % de las mujeres embarazadas que viven con el VIH está tomando ya un tratamiento antirretrovírico. Sin embargo, aún hay miles de niños sin acceso a estas medidas. La mitad de todos los niños nacidos con el VIH y cuyo diagnóstico no llega pronto morirá antes de cumplir los dos años. Sin embargo, en todo el mundo, al 59 % de los niños expuestos al VIH se les realizaron las pruebas antes de cumplir dos meses.
En 2018, 160 000 niños (de entre 0 y 14 años) se infectaron por el VIH y 100 000 pequeños fallecieron como consecuencia de una enfermedad relacionada con el sida. Murieron bien por no ser diagnosticados, bien por carecer de tratamiento, prueba impactante de que los niños son dejados atrás.
Las desigualdades de género, las normas y las prácticas patriarcales, la violencia, la discriminación, las violaciones de los derechos y el acceso limitado a los servicios de salud sexual y reproductiva exacerban el riesgo de infección por el VIH entre las chicas adolescentes y las mujeres jóvenes, sobre todo en el África subsahariana. Cada semana aproximadamente 6000 chicas jóvenes (de entre 15 y 24 años) se infectan por el VIH.
En Eswatini, un estudio reciente mostró que las chicas adolescentes y las mujeres jóvenes que habían sido víctimas de violencia de género tenían 1,6 veces más posibilidades de contraer el VIH que aquellas que no habían vivido los abusos. Según el mismo estudio, la capacitación económica de las mujeres y de las chicas ayudó a reducir las nuevas infecciones entre las mujeres más de un 25 % y aumentó las opciones de que las mujeres jóvenes y las chicas pudieran volver a la escuela y concluir sus estudios.
Los grupos de población clave son dejados atrás
Los grupos de población clave y sus parejas concentran al menos el 75 % de las nuevas infecciones por el VIH fuera del África subsahariana y tienen menos oportunidades de acceder al tratamiento que otras personas. Más de un tercio de los grupos de población clave desconoce su estado serológico. El apoyo de las comunidades entre los gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres es efectivo y está ayudando a aumentar la toma de profilaxis previa a la exposición, promover relaciones sexuales más seguras, aumentar la práctica de pruebas del VIH y apoyar la adherencia al tratamiento.
Las personas transgénero son víctimas de la discriminación en cada una de las esferas de su vida, incluyéndose aquí la educación y el empleo, y solo el 10 % trabaja en la economía formal. Sin embargo, el activismo de la comunidad nos ha llevado a ser capaces de atender los derechos y las realidades de las personas transgénero, algo que se llevaba mucho tiempo esperando.
Algunos estudios también señalan que las actividades de capacitación de la comunidad llevadas a cabo entre los trabajadores sexuales pueden triplicar el uso de los preservativos con los clientes y reducir en más de un 30 % las posibilidades de infección por el VIH.
Con poder para exigir
El poder para exigir y pedir da a las comunidades y a las personas poder para participar en todas decisiones que las afectan. Hay constancia de medidas enérgicas, restricciones y hasta ataques contra los grupos y las campañas que muestran su apoyo a los grupos de población clave. Algunos Gobiernos se niegan a reconocer, apoyar y participar en las organizaciones de la comunidad como parte de sus respuestas nacionales al VIH, y, por consiguiente, se pierden el ingente potencial que tienen las comunidades para llegar a las personas más afectadas por el VIH.
Las personas y las comunidades pondrán fin al sida
El trabajo de las organizaciones lideradas por las comunidades es único y poderoso, y puede impactar de un modo muy sustancial en cómo el mundo siga avanzando para erradicar el sida. ONUSIDA insta a todos los países a apoyar plenamente y permitir la gran labor de las organizaciones lideradas por las comunidades, a garantizar que estas tengan su sitio y ocupen su lugar en las reuniones en las que se toman decisiones respecto de la salud y el bienestar de los miembros de la comunidad, y a eliminar toda barrera que obstaculice su implicación en la respuesta al VIH. Solo financiando plenamente y apoyando por completo el trabajo de las organizaciones de las comunidades se logrará hacer realidad el deseo de acabar con el sida.
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Informe (en inglés)


Press Release
Los líderes mundiales se unen para abordar las desigualdades en materia de salud
09 Septiembre 2019 09 Septiembre 2019Representantes de más de 300 municipios de todo el mundo se dieron cita en la conferencia Acción acelerada en las ciudades para alzar sus voces y dejarse oír en lo referente a la presencia del VIH, la tuberculosis y la hepatitis vírica en las ciudades.
LONDRES, REINO UNIDO (9 de septiembre de 2019) – El alcalde de Londres, Sadiq Khan, dio la bienvenida y agradeció su presencia a todos los líderes locales y mundiales que se dieron cita en el acto Acción acelerada en las ciudades 2019, la conferencia inaugural en la que más de 300 ciudades y municipios aunaron sus voces para priorizar sus respuestas al VIH, la tuberculosis y la hepatitis vírica en las ciudades. En las palabras que pronunció en la conferencia, el alcalde Khan puso de manifiesto el gran problema de las desigualdades en materia de salud presentes en todo el mundo. Asimismo, insistió en la necesidad de poner fin al estigma todavía asociado al VIH. El alcalde londinense aprovechó su discurso para reiterar la ingente ambición de su ciudad por lograr para 2030 el objetivo de cero nuevas infecciones por el VIH, cero muertes y cero estigma.
«Para mí es un honor que los líderes de Londres y los líderes mundiales en materia salud estén reunidos hoy aquí, en nuestra ciudad. Este primer encuentro internacional dedicado a la Acción acelerada en las ciudades será un acontecimiento verdaderamente histórico que supondrá un hito en nuestra lucha contra el VIH y las desigualdades sanitarias», declaró en su discurso el alcalde Khan. «Me siento plenamente orgulloso del gran trabajo que Londres está realizando para hacer frente al VIH y la desigualdad. Me complace el hecho de que ahora seamos capaces de compartir con otros nuestros conocimientos y nuestra experiencia. Sin embargo, a pesar de nuestro gran progreso, aún queda mucho por hacer, pues todavía mucha gente sigue contrayendo el virus. Para verdaderamente acabar con los nuevos casos de VIH en Londres, el Gobierno debe poner a disposición de todos los que los necesitan, a través del sistema de salud nacional, los tratamientos de profilaxis preexposición. Ya no cabe ninguna hipótesis, ningún pero, no hacen falta más pruebas. Sabemos que funciona, sabemos que evita la transmisión de la infección y sabemos que, a largo plazo, ahorra dinero».
Más de la mitad de la población mundial actualmente está viviendo en entornos urbanos en los que el riesgo de contraer el VIH, la tuberculosis y la hepatitis es significativamente más elevado debido a las nuevas dinámicas urbanas tales como el comportamiento social, la migración, el desempleo y las desigualdades sociales y económicas. No obstante, las ciudades y los municipios también cuentan con ventajas inherentes y ofrecen importantes oportunidades para acelerar las respuestas sanitarias y llevar a cabo acciones transformativas con el fin de garantizar que el acceso igualitario a los servicios de salud esté disponible para todo el mundo.
«Hemos visto que, para lograr una respuesta eficaz para el VIH, es fundamental acabar con las desigualdades, los equilibrios de poder, la marginalización y la discriminación», señaló Gunilla Carlsson, Directora ejecutiva adjunta de ONUSIDA, uno de los cuatro promotores principales de la iniciativa Acción acelerada en las ciudades. «Las ciudades han de utilizar sus ventajas para impulsar la innovación, lograr la transformación social y construir sociedades equitativas que sean inclusivas, receptivas, resilientes y sostenibles», añadió.
Organizada por la Asociación Internacional de Proveedores de Cuidado del Sida (IAPAC, por sus siglas en inglés), en colaboración con el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA) y otros socios, la conferencia Acción acelerada en las ciudades 2019 se celebra entre los días 9 y 11 de septiembre en el Barbican Centre. El objetivo de este encuentro es resaltar los logros alcanzados en la red Acción acelerada en las ciudades, abordar los desafíos transversales a los que se enfrentan las partes interesadas locales y compartir las mejores prácticas en lo referente a acelerar las respuestas al sida en las ciudades, incluyéndose aquí enfermedades coinfecciosas como la tuberculosis y la hepatitis vírica. A lo largo de los tres días tendrán lugar sesiones plenarias, debates sobre paneles y presentaciones de abstracts a cargo de los representantes de más de 300 ciudades de la red Acción acelerada en las ciudades.
«Las desigualdades en materia de salud están dejando notablemente atrás a las personas que viven con VIH, tuberculosis y hepatitis vírica procedentes de comunidades étnicas minoritarias y sin derecho al voto, a quienes se está negando el acceso a los servicios que necesitan para vivir mejor y más tiempo», explica el doctor José M. Zuniga, presidente y director ejecutivo de la Asociación Internacional de Proveedores de Cuidado del Sida, uno de los socios promotores fundamentales de la iniciativa Acción acelerada en las ciudades y organizador de la conferencia. «Nos reunimos en Londres precisamente porque el enorme compromiso político de esta ciudad, su liderazgo en cuanto a la salud pública, el apoyo por parte de los proveedores sanitarios y su ingente compromiso con las comunidades afectadas han permitido a esta ciudad superar todos los objetivos programados con relación al VIH que se habían propuesto en la red de Acción acelerada en las ciudades. Estamos aquí para arrojar luz sobre los esfuerzos realizados por Londres para reducir y eliminar las desigualdades sanitarias que contravienen los principios de la justicia social.
Cuando Londres se unió a la iniciativa Acción acelerada en las ciudades en enero de 2018, la ciudad ya había cumplido los objetivos de ONUSIDA de 90-90-90, lo cual quiere decir que el 90 % de las personas que viven con el VIH conoce su estado serológico, que el 90 % de las personas que conocen su estado tienen acceso al tratamiento para el VIH y que el 90 % de las personas que acceden al tratamiento para el VIH consiguen la supresión viral. FTC London, un grupo de toda la ciudad formado por las partes interesadas encargadas de dirigir el compromiso de la ciudad con la iniciativa Acción acelerada en las ciudades, ha hecho que el llegar a la comunidad negra, a la asiática y a las minorías étnicas se convierta en una prioridad en su estrategia Londres llega a cero.
En el Panel de alto nivel sobre las desigualdades en materia de salud, que fue el acto de apertura inicial de la conferencia mundial Acción acelerada en las ciudades 2019, participaron las siguientes autoridades:
- Kostas Bakoyannis (Alcalde, Atenas, Grecia)
- Josefina Belmonte (Alcaldesa, Ciudad Quezón, Filipinas)
- Winston Ennis (Teniente de Alcalde, Kingston, Jamaica)
- Simone Kukenheim (Teniente de Alcalde, Ámsterdam, Países Bajos)
- Fernando Medina (Alcalde, Lisboa, Portugal)
- Svante Myrick (Alcalde, Ithaca, Nueva York, Estados Unidos)
- Robb Pitts (Presidente, Fulton County, Atlanta, Georgia, Estados Unidos)
- Mykola Povoroznyk (Primera Teniente de Alcalde, Kiev, Ucrania)
- Gennadiy Trukhanov (Alcalde, Odessa, Ucrania)
Además del doctor Zuniga por parte de IAPAC y de la señora Carlsson en nombre de ONUSIDA, muchos líderes de salud pública de todas partes del mundo también estuvieron presentes en este Panel de alto nivel sobre las desigualdades en materia de salud.
- Entre ellos, la embajadora Deborah L. Birx (Coordinadora mundial para el sida en los Estados Unidos, PEPFAR)
- Cary James (Director ejecutivo, Alianza mundial para la eliminación de la hepatitis)
- Suvanand Sahu (Directora ejecutiva adjunta, Fin a la TB)
- Maimunah Mohd Sharif (Director ejecutivo, ONU-Habitat)
- Trevor Stratton (miembro de la Junta de la red GNP+)
- Marijke Wijnroks (Directora de personal, Fondo mundial para la lucha contra el VIH/sida, la tuberculosis y la malaria)
El panel fue moderado por el conocido presentador británico, antes periodista de la BBC, Henry Bonsu.
Para obtener los pases que permitan a la prensa acceder a la conferencia Acción acelerada en las ciudades 2019, contacte con el director de comunicación de la IAPAC, Zack Pesavento, escribiendo un correo electrónico a zpesavento@iapac.org.
El programa de la conferencia se encuentra disponible en inglés en: https://www.iapac.org/conferences/fast-track-cities/#program
Sobre la Asociación Internacional de Proveedores de Cuidado del Sida (IAPAC)
Con más de 30 000 miembros en todo el mundo, IAPAC es la mayor asociación de médicos y profesionales sanitarios que trabajan para poner fin al sida como amenaza de salud pública para 2030. Si desea más información sobre IAPAC y nuestras actividades por todo el mundo, visite: https://www.iapac.org/
Sobre la iniciativa Acción acelerada en las ciudades
Acción acelerada en las ciudades es una asociación mundial formada por casi 300 ciudades y municipios, la Asociación Internacional de Proveedores de Cuidado del Sida (IAPAC), el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA), el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Habitat) y la Ciudad de París. Todos ellos están colaborando y trabajando sin descanso para acabar con la epidemia de VIH, TB y hepatitis vírica para 2030. La iniciativa fue lanzada en París en 2014 en el Día Mundial del Sida. Para más información, visite: https://www.iapac.org/fast-track-cities/about-fast-track/ (en inglés)
Fast-Track Cities 2019
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Mei Zi conoció a su marido dos años después de saber que vivía con VIH. Después de la boda, ella se fue a vivir con su marido a Pekín (China), donde él trabajaba. Recuerda haber recibido como regado de su marido una chaqueta roja cuando se bajó del tren en Pekín. Todavía lo recuerda con emoción aunque haya pasado mucho tiempo.
Poco después de casarse Mei Zi se quedó embarazada. Aunque el doctor le aconsejó que podía tomar medicamentos para asegurar que su bebé naciese libre de VIH, ella tomó la dolorosa decisión de terminar con su embarazo. Tanto ella como su marido vivían con el VIH, y ella, además, con hepatitis C.
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A su vez, recuerda a los proveedores de servicios que los niños menores de 15 años deberían tener acceso gratuito a los servicios sanitarios y las mujeres jóvenes de entre 15 y 24años, a los servicios de atención primaria, a las pruebas del VIH y a los servicios de planificación familiar.
En muchos países, la cuestión de las tasas de usuario ha sido identificada como una de las mayores barreras a la hora de realizar las pruebas del VIH, de tratar a las personas que viven con el VIH y de mantener el tratamiento y la atención de los mismos.
El compromiso renovado de Côte d’Ivoire para enfrentar el problema de las tasas de usuario siguió con un debate entre el Presidente de Côte d’Ivoire, Alassane Ouattara, y el anterior Presidente de Botsuana, Festus Mogae, que visitó el país en marzo en calidad de Presidente del grupo Paladines de una Generación Libre de sida en África.
Tras los debates, el gobierno también anunció su intención de aumentar la financiación nacional para la respuesta al sida en 10 millones de dólares estadounidenses en los próximos presupuestos.
Durante su encuentro con el Presidente, Mogae felicitó al señor Ouattara y a la Primera Dama, Dominique Ouattara, por su compromiso personal para acabar con la epidemia de sida como una amenaza para la salud pública en 2030. La señora Ouattara es la Embajadora Especial de ONUSIDA para la Erradicación de la Transmisión Maternoinfantil y para el Fomento del Tratamiento Pediátrico contra el VIH.
Al final de su mandato, Mogae destacó la importancia de acelerar la respuesta a la epidemia. «No podemos ser complacientes y dejar que las grandes mejoras que hemos hecho hasta ahora se pierdan. Si nos detenemos ahora, perderemos todo lo que hemos invertido y conseguido hasta el momento. El país entero debe estar movilizado para garantizar que nadie se quede al margen», afirmó.
En 2017, había 500 000 personas que viven con el VIH en Côte d’Ivoire y solo un 46% de estas tenían acceso al tratamiento.