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Pese al gran progreso desde el principio, la respuesta al VIH sigue fallando a los niños

GINEBRA, 7 de julio de 2020 - El último informe sobre el progreso para la consecución de los objetivos Start Free, Stay Free, AIDS Free muestra que, a pesar del gran avance logrado desde los primeros días de la epidemia, la respuesta al sida centrada en los niños se mantiene en posición rezagada. Año tras año se sigue sin alcanzar el gran objetivo de eliminar las nuevas infecciones entre los niños, y los más pequeños siguen muriendo innecesariamente como consecuencia de enfermedades relacionadas con el sida. Muertes que podrían evitarse con tratamientos sencillos y económicos si se diagnosticara y tratara a tiempo a los más pequeños de la sociedad.

«Supone una auténtica tragedia el ver que disponemos de muchísimas herramientas, el saber que se han evitado muchas nuevas infecciones entre niños, el comprobar que son muchos los niños seropositivos que están bien, mientras que hay muchos otros muriendo sin disfrutar de ningún paso de los que hemos dado hacia adelante», expresa Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «Nos negamos a aceptar que cada año decenas de miles de niños sigan infectándose por el VIH y muriendo como consecuencia de enfermedades relacionadas con el sida».

El marco Start Free, Stay Free, AIDS Free parte de tres conceptos sencillos. En primer lugar, los bebés tienen derecho a llegar al mundo libres del VIH (Start Free). En segundo lugar, mediante la prevención del VIH, los niños, los adolescentes y las mujeres jóvenes tienen derecho a permanecer libres del virus (Stay Free). En tercer lugar, los niños y adolescentes que contraen el VIH tienen todo el derecho a ser diagnosticados, tratados y cuidados, para que permanezcan libres de sida todo el tiempo (AIDS Free).

Todos los países del globo han mostrado su acuerdo respecto a establecer objetivos relacionados con la prevención y el tratamiento. Con el fin de que los niños empiecen sus vidas libres del VIH, uno de los objetivos consistía en reducir el número de nuevas infecciones infantiles por el VIH a menos de 40 000 para 2018, y a 20 000 para el año 2020. Sin embargo, de acuerdo con los últimos datos publicados, en 2019 se infectaron 150 000 niños, cifra que supone una reducción desde el año 2010, pero que sigue siendo cuatro veces superior al objetivo fijado para 2018.

Si se garantiza que las mujeres embarazadas que viven con el VIH sean diagnosticadas a tiempo, empiecen su tratamiento y se mantengan adheridas a la terapia antirretrovírica durante el embarazo, el parto y la lactancia, las posibilidades de que transmitan el virus están por debajo del 1 %. En todo el mundo, en el año 2019 recibió tratamiento antirretrovírico el 85 % de las mujeres que viven con el VIH. Pese a esa elevada cobertura, los niños se siguen infectando debido al desigual acceso a los servicios de tratamiento (principalmente en África occidental y central), las mujeres no reciben las atenciones necesarias, y las embarazadas y las lactantes contraen el VIH.

«Como comunidad global, hemos avanzado ingentemente para controlar la pandemia del VIH, pero todavía tenemos pendiente llegar a muchos niños, adolescentes y mujeres jóvenes», insistió Angeli Achrekar, subdirectora y coordinadora en materia de sida mundial en Estados Unidos, y responsable del Plan de emergencia del presidente de los Estados Unidos para el alivio del sida (PEPFAR). «Debemos redoblar esfuerzos todos para llegar de manera inmediata a todas esas poblaciones críticas. PEPFAR sigue plenamente comprometido con llevar a cabo su parte».

El componente stay-free (mantente sin) fija el objetivo de reducir las nuevas infecciones por el VIH entre chicas adolescentes y mujeres jóvenes a menos de 100 000 para el año 2020. Las chicas adolescentes y las mujeres jóvenes llevan mucho tiempo siendo, con gran diferencia, las más afectadas por el VIH en los países más centrados en la iniciativa Start Free, Stay Free, AIDS Free. Las chicas adolescentes y las mujeres jóvenes son el 10 % de toda la población, pero representan el 25 % de las nuevas infecciones por el VIH, y corren casi dos veces el mismo riesgo de contraer la infección por el VIH que sus coetáneos masculinos. No obstante, las nuevas infecciones entre las mujeres jóvenes sí han descendido. En Sudáfrica, donde se combinan distintos programas de prevención para chicas adolescentes y mujeres jóvenes, las nuevas infecciones entre este grupo de edad han caído en torno a un 35 %. Y en Eswatini, las nuevas infecciones por el VIH entre las mujeres jóvenes de 15-24 años han caído en torno a un 54 %.

«Durante muchísimo tiempo, la respuesta al VIH se ha pasado por alto en el caso de los niños, las chicas adolescentes y las mujeres jóvenes», recalca Henrietta Fore, directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. «Mas albergamos esperanza. El impulso reciente para reducir las nuevas infecciones entre chicas adolescentes y mujeres jóvenes que se está observando en países como Eswatini y Sudáfrica nos demuestra todo lo que es posible conseguir cuando los Gobiernos y las comunidades, lideradas por las propias chicas, aúnan fuerzas. No podemos permitir que la COVID-19 y el viento en contra que trae consigo nos hagan aminorar la marcha. Debemos permanecer fuertes y ambiciosos en nuestro esfuerzo conjunto por garantizar que la siguiente generación de niños nazca libre del VIH y el sida».

Para que los niños y los adolescentes vivan AIDS-free (libres de sida), los países llaman a establecer objetivos ambiciosos, pero realistas, con relación al tratamiento infantil para el VIH: para el año 2020, administrar un tratamiento antirretrovírico a los 1,4 millones de niños que viven con el VIH. En el año 2019, sin embargo, solo 950 000 (53 %) de los 1,8 millones de pequeños que viven con el VIH recibieron tratamiento antirretrovírico, una cifra muy inferior al 67 % de los adultos que están en tratamiento.  Está claro que, para salvar vidas, los 840 000 menores que no están en tratamiento (aproximadamente dos tercios de los que se calcula que hay de entre 5 y 14 años) deben ser diagnosticados y tratados con carácter urgente.

«La falta de medicamentos para el VIH óptimos con formulaciones pediátricas adecuadas lleva siendo desde hace años una gran barrera para mejorar los resultados en salud de los niños que viven con el VIH, y lleva a la baja cobertura del tratamiento», explica Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud. «El acceso a los servicios para los grupos vulnerables se debe expandir mediante un compromiso de la comunidad más sólido, un mejor suministro de servicios, y un gran esfuerzo para poner fin al estigma y la discriminación».

A pesar de todos los fracasos, la buena noticia es que sí sabemos de qué manera el mundo podría alcanzar los objetivos de Start Free, Stay Free, AIDS Free. Y comprometiéndonos como debemos, aún podemos salvar los obstáculos que nos impiden lograr los objetivos y revertir los fracasos.

«La década pasada ha estado marcada por la innovación y el progreso en el campo del VIH pediátrico. Sin embargo, el enorme incumplimiento de los objetivos para con los niños que se refleja en el último informe es plenamente inadmisible. Debemos renovar, de forma urgente, nuestro compromiso para luchar por una generación libre de sida. Sin embargo, hoy en día, como comunidad mundial, estamos fallando a todos aquellos más vulnerables que están a nuestro alrededor: los niños y los jóvenes», apuntó Elizabeth Glaser, presidenta y directora ejecutiva de Pediatric AIDS Foundation.

«Podemos hacerlo mejor. Debemos hacerlo mejor», añadió la Sra. Byanyima. «Sabemos bien cómo salvar vidas y frenar el número de nuevas infecciones ente los niños. Solo pido que no escatimemos esfuerzos. Todo lo que suponga hacer algo menos es una vergüenza por nuestra parte». 

ONUSIDA y el Plan de emergencia del presidente de los Estados Unidos para el alivio del sida lanzaron la iniciativa Start Free, Stay Free, AIDS Free en 2016 con el fin de integrar los logros del Plan mundial para eliminar las nuevas infecciones por VIH en niños para el 2015 y para mantener con vida a sus madres, el cual terminó en 2015.

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Informe de 2020

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El análisis KFF/ONUSIDA revela que los Gobiernos donantes destinaron 7800 millones de dólares estadounidenses a la respuesta al VIH, casi 200 menos que el año anterior

La financiación procedente de los Gobiernos donantes fue prácticamente la misma que hace una década, a pesar de que el número de personas que viven con el VIH aumentó un 24 % en ese periodo

GINEBRA/SAN FRANCISCO 6 de julio de 2020-De acuerdo con un nuevo informe de la KFF (Fundación de la familia Kaiser) y el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA), el desembolso de los Gobiernos donantes para combatir el VIH en los países de bajos y medianos ingresos sumó un total de 7800 millones de dólares estadounidenses en el año 2019, cifra que supone una reducción respecto a los 8000 millones de dólares estadounidenses del año 2018 y que sitúa las aportaciones casi al mismo nivel que hace una década.

La mitad de los 14 Gobiernos donantes analizados en el estudio redujo su aportación a la lucha mundial contra el VIH de 2018 a 2019. Tan solo seis aumentaron su inversión y uno la mantuvo estable. La financiación de los países donantes apoya el tratamiento y la atención al VIH, su prevención y otros servicios relacionados en los países de ingresos bajos y medianos. 

El descenso en la financiación se debió sobre todo a la reducción de la financiación bilateral por parte de los Estados Unidos, como consecuencia de la financiación fija del Congreso durante varios años, los recortes en los canales de financiación para los programas, y los plazos de los pagos.  El descenso se debe también, aunque en menor medida, a la reducción de la financiación procedente de otros donantes. Si bien los donantes aumentaron en más de 100 millones de dólares estadounidenses sus contribuciones bilaterales al Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria; ONUSIDA y UNITAID, las ganancias no resultaron suficientes para compensar las mermas en la financiación bilateral. Desde el año 2010, la financiación procedente de Gobiernos donantes distintos a los Estados Unidos se ha reducido en más de mil millones de dólares estadounidenses debido, en gran parte, al enorme descenso del apoyo bilateral al VIH.

Aun cuando sus aportaciones son menores, los Estados Unidos siguen siendo el país del mundo que más fondos destina al VIH. Solo en el año 2019 aportó 5700 millones de dólares estadounidenses, y se sitúa el primero en términos de financiación de acuerdo con la magnitud de su economía. El siguiente gran país donante es el Reino Unido (646 millones de dólares estadounidenses), seguido por Francia (287 millones de dólares estadounidenses), Países Bajos (213 millones de dólares estadounidenses) y Alemania (180 millones de dólares estadounidenses).

Estos datos alimentan un informe mundial de ONUSIDA aún mayor, el cual analiza todas las fuentes de financiación para el alivio del VIH, entre las que se incluyen Gobiernos locales, las organizaciones no gubernamentales y el sector privado, y las compara con los recursos que se necesitan para conseguir los objetivos relacionados con las pruebas de detección y el tratamiento. ONUSIDA calcula que, para finales de 2020, se necesitan recursos valorados en 26 200 millones de dólares estadounidenses, en comparación con los 19 800 millones actualmente disponibles, lo que deja entrever una brecha de varios miles de millones dólares estadounidenses. Esta brecha ha ido creciendo en los últimos años porque el número de personas que viven con el VIH en los países de bajos y medianos ingresos ha aumentado en un 25 % a lo largo de la década pasada, y el número de nuevas infecciones por el VIH se sigue manteniendo elevado.

«Cada dólar no invertido hoy contribuye a más muertes relacionadas con el sida y a nuevas infecciones por el VIH», insiste Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «En un mundo que se caracteriza por las desigualdades masivas, tenemos que aumentar las inversiones para hacer realidad el derecho a la salud. Se trata de una responsabilidad compartida, hemos de solicitar más financiación a los donantes y debemos conseguir más recursos nacionales. También hemos de lograr dejar el margen fiscal necesario mediante la cancelación de la deuda». «Los Gobiernos donantes no hacen sino abandonar la financiación de los programas para el VIH en los países de bajos y medianos ingresos, mientras el número de personas que viven con el VIH no para de crecer», afirma Jen Kates, vicepresidente ejecutivo superior de KFF. «Es muy posible que esta situación se torne aún más precaria en 2020 y en adelante, puesto que los efectos de la COVID-19 golpean los presupuestos de los Gobiernos donantes y afectan e impactan cada vez más en los ámbitos relacionados con la salud y la economía de todo el mundo».

El nuevo informe, elaborado conjuntamente por ONUSIDA y la Fundación de la familia Kaiser, ofrece los datos más recientes de que se dispone sobre financiación de los donantes a partir de la información facilitada por los Gobiernos. Se incluyen la ayuda bilateral a los países de bajos y medianos ingresos, y las contribuciones al Fondo mundial, ONUSIDA y UNITAID.  La «financiación de los Gobiernos donantes» hace referencia al desembolso, y a los pagos, realizados por los donantes.

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Informe

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El Health Innovation Exchange 2020 de ONUSIDA se anticipa a la Conferencia Internacional sobre el Sida

El evento mundial Health Innovation Exchange de ONUSIDA, HIEx2020, dará a conocer innovaciones relacionadas con la salud procedentes de todo el mundo y facilitará los debates en torno a la innovación en materia sanitaria

GINEBRA, 1 de julio de 2020—El evento mundial de ONUSIDA conocido como Health Innovation Exchange, HIEx2020, ha sido ya inaugurado y se ha convertido en un mercado virtual en el que se exhiben más de 25 innovaciones en materia de salud procedentes de todos los rincones del globo. Este año, el evento, que está teniendo lugar antes de la Conferencia Internacional del Sida de 2020, se ha centrado de manera especial en la COVID-19.

Las innovaciones presentadas en este mercado tratan de responder a algunos a los desafíos más grandes y complejos a los que se enfrentan los países y las comunidades, particularmente en los países de bajos y medianos ingresos. Las innovaciones son muchas y variadas. Van desde productos para detectar medicamentos falsos y sustancias ilícitas hasta soluciones digitales como plataformas para la telemedicina que proporcionan servicios médicos remotos, y aplicaciones para móviles pensadas para promover la salud sexual de los jóvenes y diagnosticar casos de COVID-19.

«Necesitamos innovaciones sociales, debemos potenciar la tecnología para conseguir mejores resultados en materia de salud. Hemos de lograr algo que nos permita un cambio radical respecto de las chicas adolescentes y las mujeres jóvenes en el África subsahariana, para abordar así las desigualdades que siguen y siguen con el paso del tiempo», insiste Shannon Hader, directora ejecutiva adjunta de ONUSIDA. «La respuesta al sida ha demostrado que las innovaciones llevadas a cabo con la pasión de las comunidades son capaces de transformar el acceso a la atención sanitaria y permiten llegar a las comunidades más marginadas».

Una de las innovaciones más destacadas recurre a la tecnología de iluminación LED sin ultravioleta para matar virus y bacterias, novedad que hace bien poco ha demostrado ser muy eficaz sobre el nuevo coronavirus que causa la COVID-19.

El programa HIEx2020 tendrá una duración de dos días (1 y 2 de julio) durante los cuales se presentarán los líderes clave en lo referente a salud e innovación. Entre el programa de eventos de alto nivel se incluyen las Lecciones aprendidas de la COVID-19: Innovar para preparar para el futuro nuestros sistemas sanitarios, facilitar el acceso de los jóvenes a la salud digital y cambiar los sistemas sanitarios mediante las innovaciones.

Mariya Gabriel, comisaria europea en materia de innovación, investigación, cultura, educación y juventud, se encargará del discurso principal, con el cual incidirá en la necesidad de potenciar la innovación y el liderazgo para alcanzar una buena salud mundial. «La innovación ha de formar parte del ADN de la atención sanitaria, nadie puede quedar atrás», insistió la Sra. Gabriel. «Pero ningún continente, ningún país y ninguna institución aislados pueden ganar la batalla solos. Se necesita un esfuerzo mundial y es imprescindible un gran compromiso político».

HIEx2020 pondrá un énfasis especial en los temas relacionados con la energía solar para la salud a través de una reunión de alto nivel con ministros de salud y energía de distintos países, la cual está organizada en colaboración con la Alianza Solar Internacional. Las instalaciones de atención primaria de muchos países carecen de energía fiable, lo cual no solo limita la calidad de los servicios, sino que también impide la adopción de herramientas sanitarias digitales con las que seguir avanzando en el acceso a la atención sanitaria. 

«La energía solar garantiza una mayor disponibilidad y una mejor calidad de los servicios sanitarios en aquellas zonas en el que el acceso a la energía supone todo un reto», indica Upendra Tripathy, director general de Alianza Solar Internacional. «Hemos de seguir trabajando para aumentar el alcance de la energía solar como agente para transformar la atención sanitaria primaria en los países en desarrollo».

Innovaciones para la COVID-19

La pandemia de COVID-19 ha sacado a la luz lo enormemente importante que es garantizar que los sistemas sanitarios sean resilientes y que los países cuenten con las tecnologías necesarias y las capacidades para responder con eficacia a las crisis sanitarias.

El Health Innovation Exchange de ONUSIDA ha apoyado desde el comienzo el seguimiento de las innovaciones relacionadas con la COVID-19. Puesto que la pandemia de COVID-19 se extendió rápidamente en marzo de 2020, ONUSIDA y su iniciativa Health Innovation Exchange aunaron fuerzas con StartupBlink para lanzar un mapa dinámico online de las innovaciones relacionadas con la COVID-19.

El mapa cuenta ahora con más de 30 000 usuarios mensuales e incluye detalles de más de 1000 iniciativas de todo el mundo. Como parte de HIEx2020, Health Innovation Exchange de ONUSIDA y StartupBlink darán a conocer conjuntamente un análisis profundo de las iniciativas para la COVID-19 en un Informe sobre ecosistemas de innovación que medirá y clasificará las ciudades y los países del mundo en términos de innovación para la COVID-19.

 Para visitar HIEx2020, vaya a: https://event.healthinnovation.exchange/ (en inglés)

Health Innovation Exchange de ONUSIDA

Lanzada por ONUSIDA en Ginebra, Suiza, en mayo de 2019, la iniciativa Health Innovation Exchange de ONUSIDA identifica lo retos y desafíos a los que se enfrentan los implementadores y los conecta con las innovaciones que tienen mayor potencial de impacto. Asimismo, los vincula con los inversores para ampliar el alcance de las soluciones sostenibles. Health Innovation Exchange de ONUSIDA parte de la experiencia y el gran conocimiento de líderes políticos, expertos en materia de salud, innovadores, inversores, aceleradores, comunicadores e implementadores de los países. Al tiempo, defiende soluciones ingeniosas, impulsa la producción local y persigue alianzas multisectoriales.

Nota: la inclusión en el mercado Health Innovation Exchange de ONUSIDA no equivale al respaldo de la innovación por parte de ONUSIDA ni de Health Innovation Exchange de ONUSIDA.

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Más información

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El informe de ONUSIDA sobre la epidemia mundial de sida muestra que los objetivos de 2020 no se cumplirán debido a un éxito profundamente desigual; COVID-19 arriesga desviar los avances en VIH fuera de curso

Los objetivos no cumplidos han dado como resultado 3,5 millones más de infecciones por el VIH y 820.000 más muertes relacionadas con el sida desde 2015 en relación con lo que podría haberse logrado si el mundo estuviera en el camino planeado para alcanzar los objetivos establecidos para 2020. Además, la respuesta podría retrasarse en 10 años o más si la pandemia de COVID-19 provoca graves interrupciones en los servicios para el VIH.

GINEBRA, 6 de julio de 2020— Un nuevo informe de ONUSIDA muestra un progreso notable, pero muy desigual, especialmente en la expansión del acceso a la terapia antirretroviral. Debido a que los logros no se han compartido por igual dentro y entre los países, no se alcanzarán los objetivos globales de VIH establecidos para 2020. El informe, Aprovechando el momento, advierte que incluso los beneficios obtenidos podrían perderse y el progreso se estancaría aún más si no actuamos. Destaca cuán urgente es para los países duplicar los esfuerzos de respuesta al VIH y actuar con mayor urgencia para llegar a los millones de personas que aún quedan atrás.

“Se requiere de una acción decisiva todos los días en la próxima década, para que el mundo vuelva a su camino para poner fin a la epidemia de sida para 2030", dijo Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA. “Se han salvado millones de vidas, particularmente las vidas de mujeres en África. El progreso realizado por muchos debe ser compartido por todas las comunidades en todos los países. El estigma y la discriminación y las desigualdades generalizadas son barreras importantes para poner fin al sida. Los países necesitan orientarse por la evidencia y cumplir con sus responsabilidades con los derechos humanos.”

Catorce países han alcanzado las metas de tratamiento del VIH 90–90–90 (que 90% de las personas que viven con el VIH conozcan su estado serológico con respecto al VIH; que un 90% de los que conocen dicho estado tengan acceso a tratamiento; y que un 90% de las personas en tratamiento para el VIH tengan la carga viral suprimida). Entre ellos está Eswatini, que tiene una de las tasas de prevalencia de VIH más altas del mundo, con un 27% en 2019, y que, habiendo superado las metas para 2020, está en camino de alcanzar las metas 95-95-95, previstos para 2030.

Millones de vidas se han salvado y millones de nuevas infecciones por el VIH han sido prevenidas con la ampliación de la terapia antirretroviral. Sin embargo, 690.000 personas murieron de enfermedades relacionadas con el Sida el año pasado y 12,6 millones de los 38 millones de personas que viven con el VIH no tuvieron acceso al tratamiento que puede salvar sus vidas.

“No podemos descansar por nuestros éxitos, ni desanimarnos por los contratiempos. Debemos asegurarnos de que nadie se quede atrás. Debemos cerrar las brechas. Estamos apuntando a 100–100–100”, dijo Ambrose Dlamini, el Primer Ministro de Eswatini.

El mundo está muy atrasado en la prevención de nuevas infecciones por VIH. Unos 1,7 millones de personas se infectaron recientemente con el virus, más de tres veces la meta mundial. Ha habido progresos en África Oriental y Meridional, donde las nuevas infecciones por el VIH se han reducido en un 38% desde 2010. Esto está en marcado contraste con Europa Oriental y Asia Central, que ha visto un asombroso aumento del 72% en las nuevas infecciones por VIH desde 2010. Las nuevas infecciones por el VIH también han aumentado en un 22% en el Medio Oriente y África del Norte, y en un 21% en América Latina.

Aprovechando el momento muestra un progreso desigual, con demasiadas personas y poblaciones vulnerables que están quedando atrás. Alrededor del 62% de las nuevas infecciones por el VIH ocurrieron entre poblaciones clave y sus parejas sexuales, incluidos los hombres homosexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, trabajadoras sexuales, personas que se inyectan drogas y personas privadas de libertad, a pesar de que constituyen una proporción muy pequeña de la población general

El estigma y la discriminación, junto con otras desigualdades sociales y exclusión, están demostrando ser barreras significativas. Las poblaciones marginadas que temen el juicio, la violencia o el arresto luchan por acceder a servicios de salud sexual y reproductiva, especialmente aquellos relacionados con la anticoncepción y la prevención del VIH. El estigma contra las personas que viven con el VIH sigue siendo común: al menos 82 países penalizan alguna forma de transmisión, exposición o no divulgación del VIH; el trabajo sexual está criminalizado en al menos 103 países; y al menos 108 países penalizan el consumo o la posesión de drogas para uso personal.

Las mujeres y las niñas en África subsahariana continúan siendo las más afectadas y representaron el 59% de todas las nuevas infecciones por VIH en esa región en 2019, con 4.500 niñas adolescentes y mujeres jóvenes entre 15 y 24 años infectadas con VIH cada semana. Las mujeres jóvenes representaron el 24% de las nuevas infecciones por el VIH en 2019, a pesar de representar solo el 10% de la población en África subsahariana.

Sin embargo, donde los servicios de VIH se brindan de manera integral, los niveles de transmisión del VIH se reducen significativamente. En Eswatini, Lesotho y Sudáfrica, una alta cobertura de opciones de prevención combinada, que incluyen apoyo social y económico para mujeres jóvenes y altos niveles de cobertura de tratamiento y supresión viral para poblaciones previamente no alcanzadas, han reducido las brechas de desigualdad y han reducido la incidencia de nuevas infecciones por el VIH. 

La pandemia de COVID-19 ha impactado seriamente la respuesta al Sida y podría deteriorarla aún más. Una interrupción completa de seis meses en el tratamiento del VIH podría causar más de 500.000 muertes adicionales en África subsahariana durante el próximo año (2020–2021), devolviendo a la región a los niveles de mortalidad por Sida de 2008. Incluso una interrupción del 20% podría causar 110.000 muertes adicionales.

“Aquellos de nosotros que sobrevivimos al VIH y luchamos por la vida y el acceso al tratamiento y la atención no podemos permitirnos perder las ganancias que nos demandaron tanto esfuerzo para obtenerlas. En algunos países latinoamericanos estamos viendo cómo los recursos, medicamentos, personal de salud y materiales para el VIH se están trasladando a la lucha contra la COVID-19”, dijo Gracia Violeta Ross, presidenta de la Red Boliviana de Personas que viven con el VIH. “Se ignoran algunas buenas lecciones y prácticas de la respuesta al VIH, como la participación significativa y la rendición de cuentas. No permitiremos que el VIH se quede atrás".

Para combatir las epidemias convergentes de VIH y COVID-19, ONUSIDA y sus socios lideran un llamado global para una vacuna universal contra la COVID-19, que ha sido firmado por más de 150 líderes mundiales y expertos que exigen que todas las vacunas, tratamientos y pruebas sean libre de patentes, producidos en masa y distribuidos de manera justa y gratuita para todos.

ONUSIDA también insta a los países a aumentar las inversiones para ambas enfermedades. En 2019, la financiación para el VIH cayó un 7% desde 2017, a US $ 18,6 mil millones. Este revés significa que la financiación es un 30% inferior a los US $ 26,2 mil millones necesarios para responder eficazmente al VIH en 2020.

“No podemos tener países pobres al final de la fila. Las personas no deben depender del dinero en su bolsillo o del color de su piel para protegerse contra estos virus mortales", dijo la Sra. Byanyima. “No podemos tomar dinero de una enfermedad para tratar otra. La respuesta tanto para el VIH como la COVID-19 deben estar totalmente financiados para evitar la pérdida masiva de vidas".

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Hoja informativa — Últimas estadísticas sobre el estado de la epidemia de sida

Diapositivas clave sobre epidemiología

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Feature Story

Cinco directores de país de ONUSIDA toman la iniciativa en la respuesta COVID-19

11 Junio 2020

La experiencia de la directora de país de ONUSIDA para El Salvador, Celina Miranda, como doctora en medicina, ha sido muy útil durante el brote de COVID-19. Se sintió honrada cuando el Coordinador Residente de las Naciones Unidas la nominó para ser la líder del equipo de respuesta COVID-19 dentro de las Naciones Unidas en el país.

"Acepté el desafío, ya que la experiencia de trabajar en ONUSIDA con el VIH me ha dado las habilidades necesarias para manejar este tipo de situaciones", dijo.

Hasta la fecha, ha manejado seis casos confirmados de COVID-19 de personal de las Naciones Unidas de diferentes agencias. "Algunos fueron al hospital, mientras que otros se pusieron en cuarentena, y todos ya están saliendo de la etapa aguda", dijo Miranda.

Una tarea principal para los coordinadores de COVID-19 es determinar si los hospitales locales pueden admitir y tratar al personal de las Naciones Unidas y sus dependientes. El Salvador no estaba listo para la pandemia, dijo, lo que aumentó la presión.

La Sra. Miranda, junto con otros cuatro directores de país de ONUSIDA, han sido nominados por los equipos de país de las Naciones Unidas como coordinadores de COVID-19 en sus respectivos países.

Vladanka Andreeva en Camboya, Yafflo Ouattara en Chad, Job Sagbohan en Burkina Faso y Medhin Tsehaiu en Kenia se han sentido honrados de asumir esa responsabilidad.

La Sra. Andreeva explicó cómo, a principios de marzo, las Naciones Unidas en Camboya establecieron un Equipo interno de preparación y respuesta COVID-19 de las Naciones Unidas, y se le pidió que dirigiera los esfuerzos para garantizar que más de 2500 funcionarios de las Naciones Unidas y sus dependientes tengan acceso a la mas reciente información, tratamiento, atención y apoyo de COVID-19. Ella desarrolló un plan de contingencia para la familia de las Naciones Unidas y apoyó el establecimiento de un proceso de evacuaciones médicas y servicios de apoyo de salud mental para el personal.

Sagbohan, un epidemiólogo médico capacitado que trabajó para la Organización Mundial de la Salud durante los brotes de Ébola y fiebre amarilla, dijo que pasó mucho tiempo tranquilizando a los empleados para superar el estrés y el miedo. "El personal estaba asustado, así que durante el período de encierro recibí hasta 300 llamadas a la semana a pesar de las reuniones informativas virtuales regulares para el personal en todo Burkina Faso".

Explicó que a pesar del tamaño de ONUSIDA y la falta de recursos en comparación con otras agencias, conocer sobre enfermedades infecciosas ha sido de gran ayuda. Rápidamente solicitó puntos focales de diferentes organizaciones y creó un grupo de trabajo de las Naciones Unidas contra COVID-19. "He podido aprovechar un grupo sólido de personas motivadas para ayudarme y ha hecho toda la diferencia".

Para Yafflo Ouattara, el rol de coordinador de COVID-19 se adapta perfectamente a los directores de país de ONUSIDA. "Estamos acostumbrados a obtener la aceptación de nuestros copatrocinadores, por lo que el trabajo en equipo conjunto es parte de nuestro ADN", dijo. Su tarea principal en Chad ha sido ampliar las unidades de cuidados intensivos y establecer un sólido sistema de derivación para el manejo de casos severos. Cerca de 7000 empleados y dependientes de las Naciones Unidas están repartidos por todo el país, algunos en lugares donde no hay cuidado nocturno.

Como otros, también ayudó con el plan nacional de contingencia COVID-19 para garantizar que las personas que viven con el VIH tengan acceso a tratamiento y atención.

Dijo que la pandemia destacó los agujeros en el sistema de salud del país. "No solo nunca se hicieron inversiones clave en cuidados intensivos, sino que algunos de los elementos básicos, como guantes, máscaras y jabón, han estado desaparecidos todo el tiempo".

Vivir en un mundo COVID-19 significa muchos reajustes. "Tenemos la oportunidad de intervenir y hacer escuchar nuestras voces para revisar los sistemas", dijo el Sr. Ouattara.

Medhin Tsehaiu está de acuerdo. Ella se enorgullece de ver a ONUSIDA ser parte de una mayor discusión.

"Estamos presentes y estamos haciendo nuestra parte de manera muy activa y voluntaria", dijo. Pero ella cree que COVID-19 ha cambiado para siempre la forma en que las personas trabajan.

Todas las reuniones virtuales y ningún viaje ha significado que la gente estuviera mucho más disponible, por lo que hubo una comunicación continua, lo que significó un alto consumo de tiempo, explicó. "La crisis nos unió, nos guste o no, y eso ha requerido mucha colaboración", dijo Tsehaiu.

Además de su larga lista de tareas como coordinadora de COVID-19, ella y algunos otros comenzaron el fondo de solidaridad de las Naciones Unidas con Kenia. Después de mucho ir y venir, abrieron una cuenta bancaria donde el personal puede elegir contribuir con dinero durante un período de tres meses que se enviará a las personas necesitadas.

"Es una forma para que los empleados muestren empatía y apoyo a la gente de Kenia durante estos tiempos difíciles", dijo.

Hablando de solidaridad, la Sra. Andreeva dijo que la pandemia realmente probó la reforma de las Naciones Unidas a nivel de país, no solo en términos de responder a la pandemia, sino también en relación con los asuntos relacionados con el deber en los cuidados. Según una encuesta realizada en mayo, el 90% del personal en Camboya dijo que el liderazgo de las Naciones Unidas a nivel de país está tomando las decisiones correctas para gestionar la crisis.

Durante una reunión virtual de 300 miembros del personal de las Naciones Unidas en El Salvador recientemente, también hubo comentarios positivos. La Sra. Miranda dijo que no pide elogios ni agradecimientos adicionales. "Simplemente disfruto ayudando a las personas y viéndolas recuperarse, viviendo sus vidas plenamente".

Nuestra acción

Feature Story

Movilización para ayudar a las trabajadoras sexuales transgénero en Guyana y Suriname durante la crisis de la COVID-19

02 Junio 2020

Twinkle Paule es una activista transgénero que emigró de Guyana a los Estados Unidos de América hace dos años. Cuando la crisis por la COVID-19 empezó a agravarse más y más, no pudo evitar pensar en sus «hermanas» allí en su país y en la cercana región de Suriname. Para muchas de ellas, el trabajo sexual era su única opción para sobrevivir.  Sabía que el toque de queda las privaría de sus ingresos. Y le preocupaba que alguna se metiera en problemas legales si se veía forzada a trabajar por la noche.

Tras contactar con personas de allí, sus peores sospechas se confirmaron. Hizo una donación personal, pero era más que consciente de que aquella cantidad no era suficiente.

«Yo misma vine de esas calles, sabía que teníamos que movilizarnos para cuidar de nuestra comunidad. Conocía más que de sobra lo que era estar en casa y deberle dinero al casero, y que te desalojen por no poder pagar el alquiler», relata la Srta. Paule.

Colaboró con las activistas neoyorquinas Cora Colt y Ceyenne Doroshow, fundadoras de Gais y lesbianas en una sociedad transgénero (GLITS Inc), para lanzar la campaña de GoFundMe . Desde que la dieran a conocer el pasado 12 de mayo, ya han recaudado el dinero suficiente como para cubrir las ayudas al alquiler durante un mes de seis trabajadoras sexuales transgénero. Dicha cantidad se ha enviado a Guyana Trans United (GTU, por sus siglas en inglés), la organización para la que trabajó como educadora de iguales cuando en el año 2015 abandonó el trabajo sexual.

El hecho de que ahora pueda utilizar su posición de influencia para movilizar la ayuda de emergencia supone ya de por sí un éxito increíble. Cuando emigró, se halló a sí misma al borde del suicidio. Se sentía abrumada por el peso emocional de la exclusión y la injusticia.

Tras obtener una respuesta favorable a su petición de asilo, ahora es estudiante de comunicación a tiempo completo en el Borough of Manhattan Community College. Terminó la educación secundaria el año pasado, algo que no había sido capaz de hacer en Guyana. Mientras estudiaba, trabajó como oficial de proyección exterior para GMHC (Gay Men's Health Crisis, el centro para la crisis de salud de los hombres gais).

Adoptó a la perfección un papel defensor, al dirigirse el año pasado al ayuntamiento de la ciudad para que abolieran el artículo 240.37 del Código Penal del Estado de Nueva York, una ley que se utilizaba para ir en contra de las mujeres transgénero. Rápidamente se dio cuenta de que formaba parte de la misma tradición que las leyes del vagabundeo de las que ella misma había sido víctima en Guyana y contra las que después había luchado.

La Srta. Paule sabía bien todo lo que habían cambiado sus expectativas de vida gracias a la emigración.

«Se ve bien lo distinto que es todo cuando alguien tiene la oportunidad y las herramientas necesarias para tomar otras decisiones en su vida. Yo me di cuenta de que lo que a mí me faltaba eran los recursos y la capacidad de adentrarme en un entorno sin tener que preocuparme por la discriminación y la violencia. No digo que aquí todo sea perfecto, pero en mi día a día no me enfrento al mismo nivel de injusticia. Pude acceder a un tratamiento hormonal. Y, para mí, lo más importante es que conseguí volver al colegio», reflexiona en voz alta.

Su madre falleció cuando era tan solo una niña, su padre se marchó con una nueva familia y a ella la criaron unos familiares. Nunca hubo dinero suficiente para su educación. Algunos fines de semana limpiaba en una iglesia para ganar algo de dinero.

Sin embargo, la pobreza no era el único desafío al que se enfrentaba. Recuerda que, desde muy pequeña, se sentía diferente. No sabía ponerle un nombre a lo que sentía, pero instintivamente sabía que no sería aceptada. En el colegio se esforzaba por pasar desapercibida. Un día su corazón estuvo a punto de hacerse pedazos cuando un compañero dijo que parecía un antihombre, un término peyorativo del guyanés para referirse a los hombres gais.

Durante años escuchó una y otra vez a los adultos de su familia decir que, si resultaba ser gay, deberían echarla de casa; y así fue a los 16 años. Un pariente la vio «bailar como una chica» en una fiesta y se quedó sin hogar al que volver.

La Srta. Paule buscó refugio junto a otras mujeres transgénero y, como ellas, recurrió al trabajo sexual para sobrevivir. El creciente movimiento regional para abordar las necesidades de las comunidades vulnerables y marginadas ejerció un enorme impacto en su vida. Gracias a la recién formada Guyana Sex Work Coalition (coalición para el trabajo sexual en Guyana), aprendió a mantener sexo seguro y logró acceder a los productos necesarios para mantener relaciones sexuales seguras. Cuando algunas de sus compañeras empezaron a asistir a encuentros y congresos, descubrieron que sí había una palabra para definir lo que sentían. No eran antihombres: eran transgénero.

A pesar de ello, la vida en la calle era brutal. Si eran asaltadas o violadas, no podían denunciar el delito.

«La policía directamente te dirá: “¿Para qué vienes aquí si sabes de sobra que la prostitución y la sodomía van contra la ley?”», rememora.

Cuenta que, incluso, en alguna ocasión despiadados agentes de policía las amenazaban con extorsionarles y quedarse con todo su dinero.

Una vez, la policía la encerró a ella y a otras mujeres transgénero junto a hombres en la comisaría, y les tiraron preservativos a la celda, una luz verde para los otros detenidos. Por aquel entonces era solo una adolescente.

Otro día acompañó a una amiga a la comisaría para denunciar un caso de violencia doméstica. Y entonces, fue el policía quien le espetó a ella: «Tú estás implicada en un delito de sodomía y te encerraré por ello».

En 2014, un grupo de transexuales fue arrestado por dedicarse al trabajo sexual en Suriname. Entre otras humillaciones, tuvieron que soportar cómo un guarda de la prisión las obligaba a desnudarse y ponerse de cuclillas fuera de la celda, en presencia de los demás detenidos.

Hace siete años, una de sus amigas fue asesinada y su cuerpo fue arrojado detrás de una iglesia. No hubo investigación alguna.

Un trauma tras otro acaba pesando.

Incluso cuando no sucede nada, hay ya un temor constante. ¿Me echarán del taxi? ¿Me insultará la gente por la calle? ¿Me juzgarán por lo que llevo puesto?

«Las chicas se lo toman como que lo que les sucede es culpa suya», relata la Srta. Paule. «Incluso yo misma he sentido en ocasiones que la gente tenía derecho a hacerme cosas porque yo no me comportaba según las normas sociales».

Aun cuando se adentró en el mundo de la defensa de los derechos, no lo acababa de ver del todo. Intentó suicidarse una vez y comenzó a beber y fumar antes de empezar a trabajar. Hace dos años se desmoronó, pero ahora se moviliza en servicio de la comunidad.

La Srta. Paule valora sobremanera el trabajo de organizaciones como la Sociedad contra la discriminación por la orientación sexual y la GTU, ya que considera que, gracias a ella, se ha avanzado en el diálogo en torno a la inclusión en Guyana.

«Lo que todavía falta es mayor seguridad y equidad para la comunidad», insiste. «Necesitamos una respuesta estatal que diga: “Se ha de cuidar de estas personas”. La comunidad transgénero no tiene trabajo, sufrimos acoso desde la etapa escolar y somos víctimas de la brutalidad policial. Todo eso está mal. Necesitamos ya mismo una acción sólida y robusta por parte de nuestros representantes políticos».

Feature Story

Un hueco en la foto para las personas transgénero

14 Mayo 2020

La ayuda de emergencia no es la especialidad de Humsafar Trust, pero la COVID-19 ha cambiado su propósito.

Unos días después de que las medidas de confinamiento se hicieran efectivas en la India, los equipos de Humsafar Trust recibieron llamadas desesperadas de personas que no tenían ni un sitio para vivir ni ningún ingreso, explica Vivek Anand, director ejecutivo de Humsafar Trust, una organización no gubernamental basada en la comunidad para personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI), y con sede en Bombay. En aquel momento se convocó a los equipos a una reunión urgente para decidir qué hacer. «Tras mucho pensar y evaluar las necesidades, todos estuvimos de acuerdo en empezar por proporcionar alimentos a la gente».

Recaudaron dinero de entre ellos mismos, y compraron comida y otros productos básicos.

Después fueron a sus comunidades y les dijeron que Humsafar Trust había iniciado un fondo de ayuda para la COVID-19. En solo tres días más de 700 personas pidieron ayuda. «Gracias a lo aportado por las comunidades, los aliados, las empresas y algunas agencias donantes, hemos ayudado a más de 2000 personas ofreciéndoles comida, acceso a la atención sanitaria (por ejemplo, a los medicamentos para el VIH) y una prestación económica. También hemos solicitado apoyo al Gobierno», apunta el Sr. Anand, sonriendo en su pequeño despacho en casa mientras el aire acondicionado le regala soplos de frescura.

Siente que, durante la respuesta a la pandemia, no se está prestando atención a la comunidad LGBTI. «El 70 % de nuestra comunidad procede de un nivel socioeconómico más bajo y carece de ahorros», apuntó.

El grueso de la ayuda de Humsafar Trust va dirigida a las personas transgénero, quienes, para él, han sido las más golpeadas por la pandemia. «Esta gente no solo sobrevive normalmente con ingresos muy bajos, sino que, además, muchos de ellos no tienen papeles, por lo que son invisibles para los Gobiernos y no reciben su ayuda», explica el señor Anand.

El confinamiento se ha traducido en un problema económico y ha dado lugar a un enorme estrés mental. El Sr. Anand cuenta cómo un miembro de su equipo transgénero en Humsafar Trust no puede presentarse a sí misma durante las sesiones que realizan online porque vive con sus padres y ellos piensan que es un chico. Otras personas están siendo obligadas a contraer matrimonio, mientras que muchas son víctimas de abusos y malos tratos.

A la puerta de la frutería para intentar tener más cobertura, Shreya Reddy confiesa que siempre quiso ser mujer. Nació chico, fue el blanco de muchas burlas, pero nunca se rindió. A los 13 huyó y se unió a una comunidad hijra, la cual estaba formada principalmente por personas transgénero. Cuatro años más tarde, comenzó el proceso para cambiar de género gracias al dinero que había ido ganando como trabajadora sexual. Tras un tiempo, revela la joven Reddy, se dio cuenta de que, para tener éxito, debía estudiar. Su grado en trabajo social y el pasado que cargaba a sus espaldas la llevaron a Hamsafar Trust, donde ahora ejerce como educadora de iguales y trabajadora social. La COVID-19 la ha hecho retroceder por una serie de motivos.

«Está siendo horrible, no puedo acceder a mis hormonas, he perdido peso y tengo hemorragias», relata. Añade que, como consecuencia del confinamiento, nadie puede seguir sus controles con el ginecólogo. «Y mi comunidad es incapaz de entender las normas y el lenguaje científico. Fundamentalmente porque mucha gente, al igual que yo, está luchando una barbaridad porque no pueden pagar el alquiler ni acceder a los productos básicos», afirma la Srta. Reddy.

Hablando cada vez más rápido, sigue diciendo: «Las personas no están educadas ni preparadas para esto, tienen miedo y hay mucha desconfianza».

Pero Shreya Reddy se ha vuelto aún mejor persona y reconoce estar dedicada en cuerpo y alma al trabajo social. Una de las personas transgénero con las que colabora, cuando se le acabaron los ingresos, llegó a decirle: «Lo mejor es que me muera». «Me capacito a mí misma hablando con la gente», insiste. «Somos todos una población tan vulnerable y tan pobre que necesitamos ayuda».

De acuerdo con el último informe de OutRight Action International, Vulnerability amplified: the impact of the COVID-19 pandemic on LGBTIQ people, (vulnerabilidad amplificada: el impacto de la pandemia de la COVID-19 en la comunidad LGBTIQ), los desafíos a los que se enfrentan las personas LGBTI en todo el mundo como resultado del virus y las medidas de contención se multiplican en comparación con los de la población general. Jessica Stern, directora ejecutiva de OutRight, se atreve a pronunciar: «Para nosotros la situación es calamitosa. Me temo, y me da terror, que muchas personas LGBTI van a perder sus vidas debido a la enorme vulnerabilidad a la que estamos haciendo frente».

Apuntando con el dedo a los vendedores del mercado que están tras ella, la Srta. Reddy dice: «Los he ayudado a elaborar las mascarillas y los desinfectantes. Yo ayudo a todo el mundo, pero me asusta el futuro».

El Sr. Anand se hizo eco de ese mismo sentir. Ha tenido que prolongar el fondo de ayuda hasta agosto.

«Cada día estamos ante un nuevo desafío», suspira. Sus equipos, a menudo muy activos, no pueden todos trabajar online. Señala, además, que cada vez más personas viven de modo clandestino, lo que dificulta aún más llegar a ellas.

Al echar la vista atrás y volver a su juventud, recuerda que tuvo un desarrollo tardío. «No conocía a ningún gay», explica. Cuando su relación secreta de nueve años llegó a su fin, no tenía a nadie con quien hablar. Se sentía completamente solo y abandonado. «A partir de ahí, Humsafar Trust se convirtió en mi hogar y en mi familia». Suscribe que nunca juzgaría a nadie en estos tiempos tan convulsos, y reitera que su primer y principal objetivo es ayudar a los demás.

Lo que de verdad pretende es que la comunidad transgénero forme parte de esta historia. «Darles voz, ponerles cara, incluir en la foto a todas y cada una de las personas de esta comunidad», concluye.

Nuestra acción

Region/country

Press Statement

ONUSIDA apoya la decisión de que la 23.ª Conferencia internacional sobre el sida se celebre de manera virtual, mientras espera que se encuentre alguna forma de hacer realidad la conferencia VIH2020

GINEBRA, 27 de marzo de 2020—ONUSIDA apoya la decisión de la Sociedad Internacional del SIDA respecto a celebrar de manera virtual durante el mes de julio la 23.ª Conferencia internacional sobre el sida. Asimismo, espera que las redes de los grupos de población clave que se encargan de organizar la conferencia VIH2020 encuentren una solución alternativa para que el encuentro siga en pie.

En vista de la pandemia COVID-19, AIDS 2020: Virtual, organizada por la Sociedad Internacional del SIDA, permitirá a los participantes acceder y comprometerse con lo más reciente en cuanto a ciencia, defensa y conocimientos en materia del VIH, y, además, hacerlo con seguridad.

Los organizadores de VIH2020, una conferencia que iba a tener lugar en México como alternativa segura para las personas que no pueden o no entrarán en los Estados Unidos de América, han cancelado la conferencia y continuarán buscando una alternativa después de que el Gobierno mexicano suspendiera todos los grandes eventos previstos en el país.

«Quisiera darles las gracias a los organizadores por seguir adelante con la Conferencia internacional sobre el sida y por hacerlo de tal manera que se estén protegiendo las vidas y el bienestar de miles de participantes. Animo a todas las personas a participar en AIDS 2020: Virtual. Deseo que se una más gente que nunca y que todos volvamos a comprometernos para seguir avanzando en la respuesta al sida», insistió Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «Ojalá que la conferencia VIH2020 pueda celebrarse de alguna manera. ONUSIDA brinda todo su apoyo a los coorganizadores y les agradece su decisión de poner la salud y la seguridad de las comunidades por delante de todo».

Infinidad de personas esperaban con ilusión asistir a la conferencia AIDS 2020 en San Francisco y Oakland, Estados Unidos. En vez de ello, AIDS 2020: Virtual permitirá a los asistentes de todo el mundo participar en sesiones virtuales, satélites, exposiciones, podcasts y redes de la comunidad interactivas. Se espera que la conferencia VIH2020 se celebre de manera similar.

Kevin Osborne, director ejecutivo de la Sociedad Internacional del SIDA, adelantó que «El encuentro AIDS 2020: Virtual girará en torno a la resiliencia. No hay palabra que defina mejor lo que necesitamos hoy en día. En la actualidad, la resiliencia es puesta a prueba por un panorama sanitario mundial que cambia en cuestión de segundos y al que ahora hemos de añadir la pandemia de COVID-19. En solidaridad con ello, ahora más que nunca la comunidad del VIH debe aunar fuerzas en nuestro compromiso conjunto de garantizar que las pruebas y los derechos humanos continúen siendo los pilares fundamentales de nuestra respuesta».

Rico Gustav, director ejecutivo de la Red mundial de personas que viven con el VIH (GNP+), señaló que «como coorganizadores de VIH2020, la Red mundial de personas que viven con el VIH y otras organizaciones mundiales somos unánimes en nuestra decisión de cancelar la conferencia». Ante todo, lo primero es siempre la salud y la seguridad de las comunidades. Mientras el COVID-19 afecta a cada vez más países y comunidades, nosotros nos vamos adaptando para seguir apoyando a nuestros miembros en estos tiempos tan extremadamente difíciles. Los coorganizadores de VIH2020 continuarán defendiendo y promoviendo el liderazgo de los grupos de población clave y de las personas que viven con el VIH para que sigan respondiendo al VIH y a otras cuestiones sanitarias local, nacional y globalmente, y para que no cesen de explorar entornos virtuales que permitan celebrar la conferencia».

ONUSIDA insta a todo el mundo a recordar que el COVID-19 es una enfermedad grave. Todas las personas que viven con el VIH deberían adoptar todas las medidas de prevención recomendadas para minimizar la exposición y prevenir la infección por el virus que causa el COVID-19.

Al igual que en la población general, las personas mayores que viven con el VIH o las personas que viven con el VIH y sufren problemas cardíacos o pulmonares tienen mayor riesgo de infectarse con el virus y padecer síntomas más graves. Día a día, y a partir de la experiencia de los países y las comunidades que están respondiendo a ambas epidemias, iremos aprendiendo más sobre cómo el VIH y el COVID-19 impactan juntos a las personas que viven con el VIH. Se compartirán e imitarán las lecciones aprendidas con relación a la puesta en marcha de innovaciones y a la adaptación del sistema de suministro con el fin de minimizar el impacto sobre las personas que viven con el VIH.

La respuesta al VIH ha demostrado que la respuesta sanitaria pública sólida y eficaz que comprometa a las comunidades afectadas debe basarse en los derechos humanos y ocuparse de los contextos tanto biológicos como sociales de las enfermedades. Mientras el COVID-19 avanza hacia lugares de alta densidad demográfica y amenaza a las personas y las comunidades más marginadas, es fundamental priorizar las necesidades informativas, los suministros básicos de higiene como el jabón y el agua, la comida suficiente y los apoyos sociales que respondan a la falta de ingresos y a la pobreza. Y todo ello ha de abordarse como parte de la preparación y de la respuesta.

«La pandemia de COVID-19 está afectando a las vidas de miles de millones de personas en todo el mundo», apuntó la Sra. Byanyima. «Sin embargo, no debemos olvidar que la epidemia del VIH aún no ha terminado. Incluso en estos tiempos tan convulsos, nuestros socios están trabajando para garantizar que la respuesta al sida siga en marcha. Son muchos los héroes sin capa que día a día luchan para garantizar que sigan disponibles los servicios de prevención y tratamiento del VIH para las personas que viven con el VIH y están afectadas por el virus».

Contacto

UNAIDS Geneva
Sophie Barton-Knott
tel. +41 79 514 68 96
bartonknotts@unaids.org
UNAIDS Media
tel. +41 22 791 4237
communications@unaids.org

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¿Cómo contraen el VIH los bebés en África?

11 Febrero 2020

En África, una mujer embarazada que vive con el VIH puede determinar en gran medida que su bebé nazca o no con VIH, así como la manera en la que éste puede contraerlo. 

Son muchas las razones por las que puede darse la transmisión vertical (maternoinfantil), entre las que se encuentran las siguientes: las mujeres que no reciben servicios preventivos y prenatales de transmisión vertical del VIH durante el embarazo o la lactancia; las mujeres que comienzan la terapia antirretrovírica, pero dejan de recibirla durante el embarazo o la lactancia; y las mujeres que contraen el VIH durante el embarazo o la lactancia. Sin embargo, no todos los países se enfrentan a los mismos retos. Para progresar rápido en la eliminación de la transmisión vertical es fundamental saber qué medios de transmisión protagonizan la mayoría de los nuevos casos de infección de VIH entre los niños de un país o región en concreto.

Aunque las causas de la transmisión vertical del VIH varían según la región, una cosa es segura: son demasiados los bebés que siguen contrayendo el VIH.

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Los grupos de población clave, víctimas de la violencia

27 Enero 2020

Se ha avanzado mucho contra el estigma y la discriminación relacionados con el sida, pero las actitudes discriminatorias continúan siendo demasiado frecuentes en muchos países. La discriminación se puede manifestar en leyes penales que permiten la discriminación, el cumplimiento de la ley mediante la fuerza, los abusos y la violencia, y que empujan a los grupos de población clave a los márgenes de la sociedad, desde donde se les niega el acceso tanto a los servicios sociales como a los servicios básicos de salud, incluidos los servicios para el VIH.

Según los estudios y las encuestas realizadas en las diferentes regiones, elevados porcentajes de grupos de población clave son víctimas de violencia física y sexual: de entre los 36 países de los que se dispone de datos recientes, más de la mitad de los trabajadores sexuales en ocho países denunciaron haber sufrido violencia física y, en dos países, al menos la mitad dijo haber sido objeto de violencia sexual.

En cuatro de los diecisiete países cuyos últimos datos se conocen, más de uno de cada cinco hombres gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres denunciaron haber sido víctimas de violencia sexual.

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