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El refugio LGTBIQ+ en Leópolis supone un salvavidas para los desplazados ucranianos

27 de febrero de 2023

Oleg Kucherenko (nombre ficticio) viajó desde el este de Ucrania a Leópolis, en el oeste del país, cuando su capital, Jersón, fue ocupada por las Fuerzas Armadas de la Federación de Rusia.  Él, como muchos otros representantes de la comunidad LGTBIQ+, buscaba desesperadamente un lugar seguro donde instalarse.

Su amigo le recomendó el grupo de Facebook de Alliance Global, la mayor comunidad LGTBIQ+ de Ucrania, que le ayudó a encontrar sitio en un refugio.

Una vez allí, consiguió comida, un lugar donde dormir, y pudo ponerse en contacto con sus amigos y compañeros gracias a generadores eléctricos y servicio de Internet. En él pueden instalarse hasta diez personas. El administrador del refugio, Vadim Pryzenko, lo considera un salvavidas.

El Sr. Pryzenko afirmó que «los huéspedes pueden obtener no sólo un lugar donde vivir, sino comida y apoyo social y psicológico». Y, además, apuntó que «para los que no viven aquí, proporcionamos ayuda humanitaria, comida, productos higiénicos e incluso apoyo económico individual».

Desde que comenzó la guerra hace un año, más de 7,9 millones de ucranianos huyeron al extranjero y otros 6,5 millones se han desplazado dentro del país. 

Debido a la creciente demanda de asilo para los desplazados internos que experimentó Alliance Global, varias organizaciones, entre ellas, la Fondation de France, la Organización Mundial para las Migraciones (OIM) y el Fondo de Emergencia para Ucrania de ONUSIDA, les ayudaron a crear el refugio. Este también ofrece atención sanitaria y servicios para el VIH.

Al Sr. Kucherenko le realizaron las pruebas del VIH, la hepatitis y otras enfermedades. Su prueba del VIH dio positivo. Rápidamente, se reunió con un trabajador social, Andriy Kharatin, quien lo acompañó al centro donde se llevan a cabo las pruebas del sida en Leópolis. Allí obtuvo la confirmación de su diagnóstico y se le realizaron pruebas adicionales.

«Varios días después, con nuestra ayuda para conectarle con el sistema sanitario, Oleg comenzó la terapia antirretrovírica», aseguró el Sr. Kharatin.

Ucrania, únicamente por detrás de la Federación de Rusia, sufre la segunda mayor epidemia de VIH en Europa Oriental y Asia Central (240 000 personas viven con el VIH de acuerdo con las estimaciones de 2022).

Antes de la guerra, el país avanzaba notablemente en la respuesta al sida: el número de personas que viven con el VIH con acceso al tratamiento antirretrovírico había aumentado en torno a un 60%.

Sin embargo, debido a su destrucción u ocupación, más de 30 instituciones sanitarias que proporcionaban servicios para el VIH han tenido que cesar sus operaciones, y se han interrumpido tanto la cadena logística como la de suministro.  A pesar de ello, Ucrania sigue ayudando a las personas que viven con el VIH. La sociedad civil ha desempeñado un papel crucial en su adaptación a la respuesta y consiguió implicar y llegar a las personas más necesitadas.

«Como médica, estoy muy contenta con la cooperación con Alliance Global», manifestó la Dra. Olena Pavlishina del Hospital Clínico de Leópolis.  «Gracias a esta cooperación tenemos la oportunidad de estar en contacto con los desplazados internos y con aquellas personas que no confían tanto en los médicos».

Ella señala que, en el pasado, los profesionales sanitarios se encargaban de gran parte del trabajo.

«Esta parte del trabajo que antes llevaban a cabo los trabajadores sanitarios ahora la realizan los trabajadores sociales y las organizaciones de la sociedad civil», apuntó la Dra. Pavlishina.

Y el Sr. Pryzenko no cree que esto pueda cambiar en un futuro cercano. Teme que, si la guerra se alarga, acudirán más personas al refugio y necesitarán disponer de servicios.

Entretanto, el Sr. Kucherenko reside y trabaja en Lutsk, no muy lejos de Leópolis. Recoge su suministro de medicamentos para el VIH de tres meses y se le enviará su próximo lote por correo postal cuando lo necesite. Además, mantiene el contacto con su trabajador social para recibir apoyo psicológico de forma online.

Un año después: Debemos mantener la respuesta al VIH en Ucrania

23 de febrero de 2023

Un año después, la guerra en Ucrania continúa infligiendo sufrimiento y destrucción masiva. Desde el comienzo de la guerra, el 24 de febrero de 2022, más de 13,5 millones de personas han sido desplazadas internamente o se han visto obligadas a huir a países vecinos como refugiados, incluidas las personas que viven con el VIH y grupos de población clave.

Ucrania, el país con la segunda mayor epidemia de sida de la región de Europa Oriental y Asia Central, se ha visto duramente afectada por la guerra.

El país estaba haciendo grandes progresos con respecto a la respuesta al sida como:  (a) aumentar el número de personas que viven con el VIH que reciben medicamentos que salvan vidas (más de 150.000 personas reciben tratamiento de las 240.000 que viven con el VIH); (b) trabajar mano a mano con las organizaciones de base comunitaria y (c) alcanzar la plena financiación estatal de servicios innovadores de prevención del VIH entre las poblaciones clave.

La conmoción de la guerra empujó a todas las partes interesadas a proteger esos preciados logros. 

El gobierno de Ucrania y los asociados de la sociedad civil han recibido suficiente terapia antirretrovírica (ARV), medicamentos contra la tuberculosis y terapia de sustitución de opiáceos (TSO) para proporcionar tratamiento ininterrumpido a todo el mundo con el respaldo del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, del Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del Sida (PEPFAR), de ONUSIDA, y de otros asociados.

La sociedad civil ha sido el motor de la respuesta nacional al sida junto con la Salud Pública de Ucrania antes de la guerra y durante el año. Sin excepción, han prestado servicios, medicamentos y ayuda humanitaria a los necesitados, a pesar de los bombardeos, los atentados, la falta de electricidad y el acceso reducido al este y al sur del país.

Este esfuerzo necesita tanto nuestra financiación como apoyo continuos.  No podemos permitir que la respuesta de Ucrania al VIH dé un paso atrás.

Las agencias de la ONU y sus organismos asociados en el territorio han estado cooperando estrechamente con las autoridades locales para llegar a los necesitados y ayudarlos. Últimamente, han suministrado ayuda humanitaria a los territorios más afectados del país que únicamente ahora pasado a ser accesibles.

«La prestación de ayuda y asistencia esencial depende de la colaboración», manifestó Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «Una alianza entre el gobierno, la sociedad civil y los organismos internacionales fue y sigue siendo un pilar fundamental de la eficaz respuesta al VIH en Ucrania durante la guerra. ONUSIDA se solidariza con todas las personas y con todos nuestros asociados que trabajan arduamente en primera línea».   

Un Fondo de Emergencia de ONUSIDA ha permitido que los asociados de todo el país mantengan los servicios de atención y apoyo al VIH, así como que proporcionen ayuda humanitaria y apoyo directo a los más vulnerables. Esto implica, por ejemplo, la creación de docenas de refugios para los desplazados internos, incluidas las personas que consumen drogas, personas LGBTI+ y otros grupos de población clave que vinculan a los proveedores de servicios para el VIH con los programas de ayuda humanitaria disponibles. El Fondo ha recibido apoyo de la Cruz Roja de Mónaco, de los Estados Unidos de América y de Alemania.

Con financiación adicional por parte de Alemania, las organizaciones de la sociedad civil en Moldova, Polonia y otros países vecinos han unido sus fuerzas para mejorar el acceso a los servicios para los refugiados ucranianos que viven con el VIH.

ONUSIDA ha emitido un llamamiento urgente a la comunidad internacional para conseguir más financiación para las organizaciones de la sociedad civil con el objetivo de seguir proporcionando servicios esenciales para el VIH en Ucrania y en países que reciben refugiados que precisen de los servicios para el VIH.

ONUSIDA seguirá apoyando la prevención del VIH, las pruebas, el tratamiento, la atención y el apoyo para las personas de toda Ucrania que se están viendo afectadas por esta crisis.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

Contacto

UNAIDS
Snizhana KOLOMIIETS
kolomiietss@unaids.org

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Hacer frente a las vulnerabilidades y los retos contra los que luchan las personas LGBTI en Ucrania y las que están huyendo del país

17 de mayo de 2022

El 17 de mayo, personas de todo el mundo celebraron el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia (IDAHOBIT) para defender la inclusión y construir un mundo mejor para las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI).  En muchos países, la falta de protección legal adecuada contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género deja a muchas personas LGBTI vulnerables a violaciones de sus derechos humanos.  Esta situación es aún peor en el contexto bélico y de crisis humanitaria que está experimentando ahora Ucrania.

ONUSIDA e ILGA-Europa organizaron juntos un evento, moderado por Cianán B. Russell, responsable senior de políticas de ILGA-Europa para celebrar IDAHOBIT. Al evento acudieron representantes de la comunidad LGBTI y un gran número de líderes, legisladores y profesionales de la salud.

Los panelistas señalaron las diversas vulnerabilidades y retos a los que hacen frente las personas LGBTI en Ucrania y las que huyen del país a causa de la guerra.  Dos representantes LGBTI explicaron de forma muy clara estas vulnerabilidades y retos.

“Los niveles de discriminación, la violación de los derechos y los delitos de odio han aumentado en Ucrania desde que empezó la guerra.  Mientras tanto, no hay reglamentación ni medidas específicas en los refugios y centros de acogida para proteger a los grupos de población clave. Las personas LGBTI no gozan de garantía alguna sobre su seguridad desde que estalló la guerra,” afirma Olena Shevchenko, de Insight. “Se puede acudir a organizaciones locales y preguntarles qué necesitan si quieres ayudar a Ucrania.  También garantizar la rendición de cuentas de las misiones humanitarias para satisfacer las necesidades de la comunidad local”, añadió.

Tymur Lysenko, un consultor sobre la crisis de Ucrania que trabaja para Trangender Europe, nos habló de la importancia de no dejar a nadie atrás diciendo “el lema «no dejar a nadie atrás» tiene que funcionar, no puede quedarse en papel mojado.  Se debe proporcionar apoyo humanitario, una evacuación con garantías de seguridad y acceso a atención médica y a procedimientos de regulación de reconocimiento de género efectivos a las personas trans en Ucrania. También hay que fomentar conexiones directas que sean resistentes y sostenibles entre organizaciones locales y misiones humanitarias internacionales.  Y centrarse en organizaciones que hayan demostrado su compromiso en apoyar de manera directa a las personas LGBTI».

Reflexionando sobre su propio trabajo y experiencias, los panelistas también analizaron las acciones llevadas a cabo hasta la fecha para proteger los derechos humanos de las personas LGBTI en Ucrania y las que huyen del país, así como las carencias existentes en la respuesta humanitaria. Terminaron haciendo recomendaciones y manifestando su compromiso para lograr una mejor protección de los derechos humanos de las personas LGBTI en Ucrania.

“Las agencias de ayuda humanitaria deben garantizar que las organizaciones de la sociedad civil con experiencia sean incluidas en la planificación y ejecución de toda la asistencia humanitaria y en los esfuerzos de recuperación”, declaró Victor Madrigal-Borloz, experto independiente de Naciones Unidas en materia de orientación sexual e identidad de género.

Esta postura fue secundada por Kate Thomson, a cargo del departamento de comunidad, derechos y género del Fondo mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria/paludismo (Fondo Mundial), que hizo referencia a la necesidad de que todos los asociados trabajen juntos para reconstruir sistemas sanitarios y comunitarios resilientes.  “Todos los asociados deben trabajar juntos para apoyar el acceso a servicios para el VIH en Ucrania, incluyendo los dirigidos por comunidades LGBTI, en el país y en el extranjero.  Trabajemos en equipo para ayudar a Ucrania a recuperar y mejorar sus sistema sanitarios y comunitarios” , afirmó.

Matthew Kavanagh, director ejecutivo adjunto de ONUSIDA, a.i., habló sobre la importancia de mantener y aumentar la financiación de la respuesta al sida.  “Apoyamos a los ucranianos que están luchado para garantizar que sus respuestas, la respuesta al sida, la comunitaria, la relacionada con los derechos, la LGBTI, no se vean destruidas por la situación que estamos viviendo.  Se necesita urgentemente destinar financiación a este objetivo y también al Fondo Mundial. No podemos elegir entre ambas porque, de hacerlo, acabaríamos en un mundo menos seguro. Debemos financiar las dos”, declaró.

Joanna Darmanin, a cargo de la Unidad de políticas relacionadas con la ayuda humanitaria, la Dirección General de Protección Civil y Ayuda Humanitaria Europeas, reiteró el compromiso de la Unión Europea de ofrecer una respuesta humanitaria inclusiva.  “Apoyar a Ucrania y los países fronterizos se mantiene como una prioridad de la Unión Europea y seguimos comprometidos a proporcionar apoyo humanitario de una manera inclusiva, teniendo en cuenta las necesidades específicas y vulnerabilidades a las que la comunidad LGTBI se enfrenta”, comentó.

Esto fue secundado de nuevo por Katalin Cseh, miembro de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo, que prometió luchar por la inclusión de la comunidad LGBTI.  “Me comprometo a luchar por todos los medios para garantizar la mejora de las consultas con las comunidades LGBTI desplegadas en Ucrania y en el área de recepción europea”.

Maria Arena, presidenta de la Subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo, destacó la necesidad de dirigir la respuesta humanitaria hacia las necesidades de las personas LGBTI, afirmando que “las zonas de conflicto están poniendo en peligro a las personas con este tipo de vulnerabilidades, así que tenemos que ser muy conscientes de la situación y adaptar nuestra respuesta a sus necesidades, incluyendo el seguimiento de estos fondos”.

Marc Angel, co-presidente de LGBTI Intergroup en el Parlamento Europeo, recalcó la importancia de garantizar que los compromisos se correspondan con la financiación.  “Las acciones y el dinero deben seguir a las palabras y promesas”, declaró.

Valeriia Rachynska, de la Alianza mundial de acciones tendentes a eliminar todas las formas de estigma y discriminación relacionadas con el VIH, habló sobre el compromiso de la Alianza mundial de luchar para salvar todas las vidas, diciendo: “Nuestro principal objetivo es luchar por salvar vidas; haremos todo lo que esté en nuestra mano para salvar la vida de las personas LGBTI en Ucrania”.

En efecto, con el objetivo de fomentar y construir un mundo mejor para la comunidad LGTBI y de acabar con las desigualdades para lograr una respuesta al sida eficaz, especialmente en un contexto de crisis humanitaria, los actores institucionales con responsabilidades diferentes deben garantizar que no se deja a nadie atrás.  Esto incluye, entre otras, acciones dirigidas a: luchar contra la discriminación que afecta a las personas LGBTI y a las personas que viven con el VIH; reconstruir o reforzar el sistema de respuesta al VIH; incluir de manera significativa a la sociedad civil LGBTI tanto en la planificación como en los sistemas de respuesta a las crisis; garantizar que los esfuerzos humanitarios dirigidos por personas LGBTI cuenten con los recursos adecuados y que las violaciones de los derechos humanos que sufren las personas de este colectivo sean correctamente documentadas, investigadas y llevadas ante la justicia.

Los proveedores de base continúan movilizándose en Ucrania

12 de mayo de 2022

Muchos servicios de salud vitales dejaron de funcionar tras el estallido de la guerra en Ucrania.

Sin embargo, los proveedores de base, como la Alianza para la Salud Pública, han encontrado formas de avanzar. Pese a la presencia de minas antipersona en las carreteras y aunque muchos puentes están derribados, el proyecto de Detección de Casos de VIH Móvil (Mobile HIV Case-Finding, en inglés) usó sus 16 furgonetas para repartir comida, tratamiento contra el VIH y otros productos básicos por todo el país. También ayudó a encontrar refugio a aquellos que lo necesitaban.

Iryna, la coordinadora del equipo de la clínica móvil en la región de Chernígov, cuenta cómo la guerra ha complicado su trabajo enormemente. Chernigov se encuentra al norte del país, en la frontera con la Federación de Rusia y Bielorrusia.

“Había muchos desplazados moviéndose de un sitio a otro”, relata. “Fue un trabajo muy duro”.

Pero desde mediados de marzo, la Alianza para la Salud Pública ha restaurado muchos de sus servicios. La organización no gubernamental trabaja fundamentalmente con personas que se inyectan drogas y sus parejas.

“La sustancial cantidad de casos nuevos de VIH que se registran en Ucrania entre los usuarios de drogas inyectables se debe a prácticas de riesgo en la inyección de drogas”, explica el director nacional de ONUSIDA en Ucrania, Raman Hailevich.

Es consciente de que recoger datos sobre los usuarios de drogas ya era un reto antes de la guerra y lo es aún más ahora. El crédito, dice, deben llevárselo los grupos de la sociedad civil.

“Las organizaciones de base comunitaria que trabajan con este tipo de población, difícil de acceder, contribuyen a difundir información a estos grupos. Sin ellas, sería imposible proporcionar programas de prevención a las personas que consumen drogas”, señala.

Como consecuencia de la inseguridad, la Alianza para la Salud Pública registró un descenso en el número de pruebas de VIH y hepatitis C. Sin embargo, Iryna se muestra orgullosa, ya que, como dijo, el equipo ha proporcionado tratamiento a más de 1400 personas a lo largo de marzo y abril a través del correo postal o con envíos personales a domicilio.

El Proyecto de Detección de Casos de VIH Móvil, fundado en 2019, se encuentra bajo la gestión de la Alianza para la Salud Pública y el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria y es financiado por CDC y PEPFAR.

Watch

Un informe señala que las mujeres y las personas marginadas necesitan acceso urgente a los servicios de atención sanitaria en Ucrania

11 de mayo de 2022

Un nuevo informe de ONU Mujeres y CARE Internacional señala la necesidad urgente de proporcionar servicios de atención sanitaria a las mujeres en Ucrania. Además, explica por qué la comunidad internacional necesita incluir la perspectiva de género en la respuesta a la crisis humanitaria en Ucrania.

También pone énfasis en la necesidad de abordar esta crisis de manera interseccional, de forma que se tenga en cuenta el riesgo exacerbado al que están expuestas las comunidades marginales que se enfrentan a arduas dificultades y tienen necesidades específicas relativas a su salud y seguridad. Las comunidades señaladas son las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI), el pueblo gitano y las personas que viven con discapacidades o con enfermedades crónicas.

“Este informe tan contundente pone de manifiesto por qué y cómo las respuestas humanitarias tienen que incluir la perspectiva de género, así como la necesidad de tener en cuenta las necesidades específicas de las comunidades marginales”, afirma Winnie Byanyima, la directora ejecutiva de ONUSIDA. “La valentía y el compromiso de las mujeres en puestos de liderazgo que sirven a sus comunidades, incluso en tiempos de guerra, es una inspiración en Ucrania y en todo el mundo”.

El análisis del informe, que se basa en estudios y entrevistas realizados con personas en Ucrania, se realizó durante el mes de abril e ilustra algunas de las dinámicas de género de la crisis. Asimismo, incluye recomendaciones prácticas y viables para la respuesta humanitaria internacional.

Las mujeres y niñas entrevistadas destacan los obstáculos a la hora de acceder a los servicios de atención sanitaria, sobre todo para supervivientes de violencia de género, mujeres embarazadas y aquellas que acaban de dar a luz. También señalan el miedo creciente a la violencia de género y la falta de alimento, sobre todo en zonas de conflicto.

Muchas de las encuestadas hicieron referencia a los riesgos sanitarios relacionados con refugios insalubres, entre ellos la propagación de la COVID-19.

La guerra también han afectado al acceso a la salud sexual y reproductiva, incluidas la planificación familiar y la salud materno-infantil. Los medios de comunicación han señalado que las condiciones causadas por la guerra han aumentado el riesgo de partos prematuros.

Las personas trans también necesitan acceso periódico a medicamentos, aunque muchas han tenido que parar el tratamiento hormonal por escasez de suministros. Varias organizaciones LGBTI están proporcionando acceso a sus medicinas a los miembros de la comunidad transgénero, pero la ayuda que proporcionan no cubre todas las necesidades.

“El Análisis rápido de género nos permite consultar directamente a las poblaciones afectadas para así poder identificar de forma precisa las necesidades específicas que presentan diferentes grupos de personas, y cómo satisfacerlas de la mejor forma posible”, indica Sofia Sprechmann Sineiro, la Secretaria General de CARE Internacional. “Lo que oímos del pueblo ucraniano es que hay ciertos grupos que necesitan formas distintas de protección y asistencia, como las personas con discapacidad, el pueblo gitano y otras minorías étnicas, las madres solteras y los menores no acompañados. Para que nuestra respuesta sea efectiva y pertinente hay que consultar y priorizar a dichos grupos a medida que esta situación tan devastadora continúa evolucionando.

El informe solicita apoyo para las organizaciones de derechos de la mujer y las lideradas por mujeres que proporcionan recursos financieros. Además, insta a que se oigan sus voces en plataformas nacionales e internacionales.

Es necesario suplir las carencias en los servicios de respuesta a la violencia de género. Según el informe hay que dar prioridad a la salud sexual y reproductiva, incluida la asistencia clínica a las supervivientes de agresión sexual, y a la salud materno-infantil, incluido el acceso a anticonceptivos.

“Es fundamental que la respuesta humanitaria en Ucrania tenga en cuenta y aborde las necesidades específicas de las mujeres y las niñas, de los hombres y los niños, incluso aquellos que se han quedado más atrás”, afirma Sima Bahous, la directora ejecutiva de ONU Mujeres. “Este informe tan oportuno prueba la existencia de esas necesidades, así como de su urgencia. Las mujeres han desempeñado un papel vital en la respuesta humanitaria de sus comunidades. Se les tiene que incluir en la planificación y el proceso de toma de decisiones para asegurar que se satisfacen sus necesidades específicas, sobre todo las relacionadas con la salud, la seguridad, y el acceso a los medios de vida”.

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Dar la bienvenida a los refugiados ucranianos en Alemania: un gran desafío para todos

21 de abril de 2022

El comienzo de la Guerra en Ucrania hace unos días pilló a muchas personas por sorpresa, entre ellas al consejero de migración de la organización Berliner Aids-Hilfe. Sergiu Grimalschi, junto con sus compañeros, tiene la responsabilidad de ayudar a miles de refugiados ucranianos a llegar a Alemania, en especial a aquellos que viven con el VIH.

El señor Grimalschi, intérprete profesional, llegó de Rumania a Berlín a comienzos de los 90. Lleva 25 años trabajando en la respuesta al VIH, especialmente en relación con los migrantes y actualmente trabaja para esta organización de lucha contra el VIH, la más antigua de Alemania. De 2006 a 2012 ayudó a los países del Europa Oriental y Asia Central a desarrollar servicios sanitarios de respuesta al VIH y trabajó en Ucrania, Bielorrusia, Rusia y Polonia.

ONUSIDA habló con el señor Grimalschi sobre los retos a los que pueden enfrentarse los refugiados ucranianos que viven con el VIH en Berlín.

Pregunta: Sergiu, muchos refugiados que viven con el VIH en Alemania se dirigen a ti directamente. ¿Pudiste prepararte para ello con antelación?

Respuesta: No. Nadie estaba preparado y, en realidad, la guerra fue una total sorpresa para nosotros y para mí en particular. Europa Oriental ha sido una prioridad para mi organización desde 2010. Hablamos todas las lenguas de Europa Oriental y nos mantenemos informados sobre la situación de esta región. Así que, cuando la guerra estalló, hice algo muy simple, pero que resultó decisivo. Escribí un correo electrónico en cadena a un grupo de Europa Oriental y Asia Central y dije que cualquier persona que viviera con el VIH y huyera de la guerra a Alemania podía ponerse en contacto conmigo o con mi compañero directamente. Primero me llamaron unos compañeros de Moldavia, con los que cooperé estrechamente durante la pandemia de COVID-19, cuando proporcionamos medicamentos a las personas que estaban atrapadas en Europa. Después me contactaron varias organizaciones ucranianas. Siguieron compartiendo mi correo electrónico y, después de una semana, los datos de Berliner Aids-Hilfe estaban en todas las redes sociales y canales de Telegram.

Pregunta: Muchos refugiados que viven con el VIH huyeron hacia Europa, especialmente hacia Alemania, porque piensan que allí todo el mundo tiene acceso al tratamiento y servicios relacionados con el VIH. ¿Es eso cierto?

Respuesta: Así es, salvo los migrantes que no tengan seguro médico. Aunque eso ha cambiado hace poco.

En Berlín, por ejemplo, todo el mundo, incluso los migrantes indocumentados o sin seguro médico pueden acceder al tratamiento desde finales de 2018.

Todo se debe a que en Alemania no se trata a las personas sin seguro médico y la ley no tiene en cuenta a las personas sin seguro. Y, como bien sabes, si no puedes recibir tratamiento, mueres. Desde el año 2000 nos hemos centrado en todas las formas posibles de proporcionar acceso a las medicinas y a tratamiento médico por profesionales cualificados a todas las personas que viven con el VIH y no cuentan con seguro médico.

Este asunto fue el más importante y también el más difícil de tratar durante muchos años, pero conseguimos resolverlo. Todo gracias a muchos años de activismo.

Pregunta: ¿Podría decirnos cómo maneja el flujo de refugiados que ha llegado a Alemania?

Respuesta: Aún no es fácil. En primer lugar, la situación es distinta en los diferentes Estados (Länder) de Alemania.

Por otro lado, cuando llegaron los primeros refugiados no había nada organizado, por lo que tuvimos que improvisar con compañeros de todo el país. Un inconveniente fue que se aconsejó a las personas que huían de Ucrania que dejaran medicinas para los que se quedaban en el país. A lo largo de los primeros días de guerra se recogieron medicinas en Alemania para enviarlas a Ucrania o a Polonia. Pero una semana más tarde, muchas personas ucranianas que viven con el VIH estaban en Berlín. Algunas mujeres llegaron diciendo “solo tengo 2 o 3 pastillas porque dejé todo lo que tenía a mi marido”.

Teníamos que encontrar una solución rápidamente.

Acudimos a médicos de Berlín y conseguimos reservas de tratamiento contra el VIH, pero se nos acabó pronto. Los médicos nos redactaban recetas, pero no estaba claro quién las cubriría o pagaría. Por ejemplo, el Dolutegravir, parte del tratamiento que toman la mayoría de los ucranianos que viven con el VIH, cuesta más de 700 euros aquí. Pero todo el mundo hizo un esfuerzo extra: los médicos, los trabajadores sociales y otras personas que viven con el VIH. Decían “estamos en medio de una guerra”. Y finalmente las autoridades sanitarias de Alemania empezaron a cubrir el coste del tratamiento.

Mucha gente que llegó desde Ucrania todavía no sabe cómo conseguir su tratamiento en Alemania. Aquí no hay centros especializados que dispensen el tratamiento. Trato de explicárselo: “nosotros le ayudamos a conseguir un médico especializado en VIH en su región que le recetará los medicamentos que después podrá comprar en una farmacia”.

A lo largo de las últimas semanas, solo algunas de las 16 regiones alemanas han tratado a personas sin seguro ni registro, basándose solo en su pasaporte. A lo largo de las dos últimas semanas, los médicos de Berlín han autorizado el tratamiento a refugiados ucranianos solo con fotocopias de sus pasaportes y les han mandado a los servicios sociales para que les reembolsasen el precio. Un gran gesto de solidaridad humana.

Pregunta: ¿Cuántas personas reciben terapia antirretroviral en Berlín actualmente?

Respuesta: En este momento unos 600 ucranianos que viven con el VIH en toda Alemania están en contacto conmigo y 150 en Berlín. Puedo estimar que en total son 2 000 personas, pero no todo el mundo ha pedido medicinas aún porque puede que todavía les quede.

Pregunta: Sergiu, ¿cómo fue el comienzo de la guerra para ti?

Respuesta: Cuando mi madre me llamó desde Rumania la mañana del 24 de febrero y me dijo “la guerra ha comenzado” le pregunté “Mamá, ¿has dormido mal? ¡Para!” Pensaba que había sido una pesadilla suya. Nunca creí que Rusia llevaría a cabo sus planes de invadir Ucrania.

Me siento muy conectado personalmente con Europa Oriental. Mi abuela salió de Rusia en 1918 y mi abuelo era de Chernivtsi, por lo que en teoría podría ser ucraniano de no ser porque dejó el país en 1940. Tengo muchos buenos amigos, familiares y compañeros con los que he trabajado allí, por lo que esto me resulta terriblemente doloroso.

Pregunta: Sergiu, entiendo que no solo ayudáis a los refugiados con el tratamiento, sino también con el acceso a una vivienda y otras gestiones.

Respuesta: Sí, claro, les ayudamos a registrarse y a acceder a los servicios sociales, al seguro médico y a apoyo psicológico en su lengua, así como a cualquier otra cosa que pudieran necesitar. También les aconsejamos que no vayan al campo. Es mejor que las personas que viven con el VIH o que necesitan terapia de sustitución se queden en Berlín y otras grandes ciudades, ya que cuentan con mejores servicios médicos.

Mis compañeros, mis amigos y yo intentamos ayudar con el alojamiento y la ropa. Tengo una amiga, un doctora rumana, que tenía una casa vacía. Le pregunté si quería ayudar. Ahora seis familias ucranianas viven en su casa. Otro amigo de Alemania dio 2 500 euros para cubrir las necesidades urgentes de mujeres ucranianas. Y, por supuesto, aunque sea responsable del dinero, se trata de una iniciativa personal y privada. Uno de mis amigos, abogado, trajo iPads para muchos niños refugiados. Dice que los niños necesitan estudiar y así pueden acceder a Internet.

Pregunta: Tu trabajo es increíble, Sergiu. ¿Qué te hace seguir adelante?

Respuesta: Me impresiona toda esta solidaridad humana y espero que este horror acabe pronto... Este es un gran desafío para todos.

Mantener los servicios del VIH para las personas que consumen drogas en Odesa

22 de abril de 2022

Odesa es un puerto principal del mar Negro, donde el uso de drogas es considerable.  En la década de los 90, Odesa vivió el brote de infección por el VIH en Ucrania. Pero hace poco ha desarrollado con éxito uno de los sistemas de reducción de daños más eficaces del mundo para las personas que consumen drogas. Este sistema se financia a través de los presupuestos estatales y locales, y se ha implementado conjuntamente con organizaciones no gubernamentales y de la comunidad.  Odesa fue una de las primeras ciudades de Europa oriental y Asia central que firmó la Declaración de París.  El año pasado, informó de la reducción de casos de VIH entre las personas que consumen drogas.

Natalia Kitsenko es la directora del departamento de salud pública de la Road to Home Foundation, una de las organizaciones más antiguas de Odesa, que proporciona servicios a las personas que consumen drogas.  ONUSIDA habló con ella sobre cómo su organización sigue intentado ayudar a las personas que lo necesitan, incluso durante esta guerra. 

Pregunta: ¿Han huido muchas personas de Odesa?

Respuesta: Sí, muchas, sobre todo mujeres y niños.  Los miembros de nuestra organización son una excepción. De 60 empleados, 4 se marcharon porque tenían hijos pequeños. El resto se quedaron y continuamos de forma activa nuestro trabajo habitual, además de proporcionar ayuda de emergencia a las mujeres con niños y personas mayores que huyen de otras ciudades, como Mykolaiv, Kherson, Mariupol y Kharkiv. Sobre todo proporcionamos transporte a la frontera con la República de Moldova y los ponemos en contacto con voluntarios que les ayudan a entrar en el país o en otros destinos, según sus necesidades.

También preparamos alimentos como tartaletas y empanadillas para las personas que lo necesitan.  Toda esta situación nos ha unido; he visto mucho apoyo mutuo a mi alrededor.

Pregunta: ¿Cuántas personas de su programa de reducción de daños se han marchado de la ciudad?

Respuesta: En Odesa y la región que la rodea llegamos a 20.000 personas al año.  Que sepamos, solo 7 clientes han huido al extranjero.  Algunos clientes se han unido a los grupos de defensa territorial locales. Otros participan en las estructuras de protección de los edificios, que supone recopilar bolsas de arena y transportarlas para proteger las calles y los monumentos. Otros residen con nosotros para obtener los servicios que necesitan. Hemos tenido un flujo de personas que consumen drogas de otras regiones de Ucrania donde las circunstancias son mucho peores.

Pregunta: ¿Qué servicios ofrece su organización a las personas que consumen drogas?

Respuesta: En primer lugar, el programa básico de reducción de daños que proporcionamos con el presupuesto estatal incluye consultas, prevención del VIH (jeringuillas, preservativos, toallitas, lubricantes, etc.); pruebas del VIH y métodos de detección de la tuberculosis. Entre los clientes que han utilizado estos servicios durante un largo período de tiempo, el nivel de detección es 0,02 %. Entre los clientes nuevos que se acaban de unir al programa, llega al 7 %.  Establecimos un modelo de captación de clientes con la coordinación de la Alianza por la Salud Pública utilizando la ayuda del Fondo Mundial y del Centro Europeo de Prevención de Enfermedades.  Motivamos a las personas que consumen drogas a que traigan a sus amigos a nuestros centros de la comunidad para que se hagan pruebas.  Esto es importante porque los nuevos clientes, sobre todo los jóvenes, que han comenzado a consumir drogas hace poco, pueden ser un grupo difícil de alcanzar.  Muchos ocultan el consumo e intentan ser invisibles. Este sistema de captación nos permite atraerlos a nuestros servicios de reducción de daños y, en primer lugar, a las pruebas. Las donaciones, en particular del proyecto PEPFAR, ayudan en la gestión de nuevos casos, el apoyo para el diagnóstico y la recepción de tratamiento antirretrovírico, y la detección y el seguimiento de la tuberculosis.

Pregunta: ¿Ha conseguido financiación adicional?

Respuesta: Sí. Acabamos de recibir financiación adicional del Fondo de Emergencia de ONUSIDA para comprar medicamentos, ropa y productos de higiene para nuestros clientes.  Esta ayuda viene en el momento concreto y es esencial porque nuestros clientes no se pueden permitir muchos productos médicos como el Fluconazol (antibiótico) y estos ya no están disponibles en todas partes.

Pregunta: Natalia, ha trabajado en el campo del VIH durante más de 20 años, ¿ha cambiado la actitud pública ante las personas que viven con el VIH y los consumidores de drogas?

Respuesta: Hemos visto una gran reducción en los niveles de estigma y discriminación y ha mejorado la actitud general hacia nuestro clientes en las instalaciones médicas. Sin embargo, todavía sufrimos prejuicios. Muchas personas dicen que no quieren que nuestros puntos de intercambios de jeringuillas y centros de la comunidad estén cerca de sus casas y que no quieren ver a personas que consumen drogas cerca de ellos, pues temen que amenacen su comodidad, bienestar y seguridad.  Comprendemos estos miedos, e intentamos explicar a quienes se preocupan por qué estamos aquí, cómo funcionan estos puntos de intercambio de jeringuillas y centros de la comunidad. Organizamos salidas y sesiones para explicar la realidad a la que se enfrentan las personas que consumen drogas. Trabajamos continuamente para mostrar nuestra contribución y cómo ayudamos a contener las epidemias de VIH, tuberculosis y hepatitis.

Desde que comenzó la guerra, también damos refugio a las personas que viven cerca de nuestros centros. Como nuestros centros de intercambio de jeringuillas están normalmente en sótanos, cuando suenan las sirenas, los vecinos vienen hacia aquí; esto supone que para algunos es la primera vez que entran en contacto directo con personas que viven con el VIH o personas que consumen drogas.

Pregunta: ¿Cuáles son las cuestiones más urgentes ahora?

Respuesta: Actualmente, tenemos dificultades a la hora de proporcionar a nuestros clientes naloxona, que puede prevenir la sobredosis.  Aunque trabajamos constantemente con asesoramiento e informamos a las personas sobre las señales de sobredosis, con la guerra, estas han aumentado.  Y como la naloxona se fabrica en la ciudad de Kharkiv, fuertemente bombardeada, ya no nos queda. La necesitamos de cualquier forma, preferiblemente preparada, intranasal o inyectable, pues salvaría muchas vidas.  Y necesitamos mantener los servicios del VIH para las personas que consumen drogas, además de proporcionarles ayuda humanitaria urgente.

Logística salvavidas en Ucrania

14 de abril de 2022

El 10 de abril, Tetyana Pryadko (nombre ficticio) recibió una llamada telefónica de su médico, el cual le comunicó que había llegado su terapia antirretroviral para tratar el VIH. Para Tetyana, que recibe tratamiento desde hace 10 años, fue una llamada importante. Su tratamiento no se había interrumpido ni una sola vez en todo ese tiempo, pero en ese momento solo le quedaban cinco días de suministro. Vive en Chernígov, que fue primera línea de la guerra, aislada de las anteriores cadenas de suministro que le proporcionaban su tratamiento contra el VIH de forma continuada.

Antes de que estallara la guerra, la terapia antirretroviral estaba ampliamente disponible en Ucrania. Larisa Getman, jefa del Departamento de Gestión y Respuesta al VIH del Centro de Salud Pública del Ministerio de Salud de Ucrania, explicó que “la mayor parte de la terapia antirretroviral era adquirida por el Estado a través de la Agencia Nacional de Adquisiciones”. 100% Life es la mayor organización de personas que viven con el VIH en Ucrania y lleva a cabo la adquisición de productos médicos a través de los proyectos del Fondo Mundial. Asimismo, gestiona ayuda humanitaria en el marco de los programas PEPFAR, incluidos los suministros urgentes de medicamentos antirretrovirales.

Valeria Rachinskaya, directora de Derechos Humanos, Género y Desarrollo Comunitario de 100% Life, que a su vez lleva muchos años recibiendo terapia antirretroviral, explicó que la pandemia de COVID-19 había mejorado la adherencia al tratamiento. El motivo es que se ha vuelto habitual tener en casa un suministro de medicamentos para varios meses, pues se enviaba por correo a quienes no podían acceder a una clínica. El asesoramiento a distancia y el uso generalizado de aplicaciones móviles también se han convertido en algo rutinario.

“La población no carecía de medicamentos cuando empezó la guerra. Las personas que vivían en las ciudades más bombardeadas fueron las que peor lo pasaron, ya que no solo se destruyeron las instalaciones médicas, sino que también se interrumpieron las cadenas logísticas”, dijo.

“Antes de la guerra, todo el proceso de adquisición y entrega en Ucrania era bastante fácil”, explicó Evgenia Rudenka, jefa del Departamento de Adquisiciones de 100% Life. “La carga se entregaba en el aeropuerto, la despachábamos en nuestro almacén y la transportábamos. Pero estalló la guerra y hubo que buscar urgentemente la manera de hacer llegar esos medicamentos al país y, sobre todo, a los pacientes. De hecho, desarrollamos estos mecanismos, junto con nuestros socios, en los primeros días del conflicto”.

A petición del Centro de Salud Pública de Ucrania y con el apoyo de USAID y los CDC, el Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del Sida (PEPFAR) se comprometió a prestar asistencia en el abastecimiento urgente de terapia antirretroviral. Chemonics, una agencia de adquisiciones del PEPFAR, buscó existencias sobrantes en todo el mundo y logró conseguir suministros vitales.

Gracias al apoyo de la Unión Europea, que desarrolló de inmediato los regímenes especiales de tránsito de la ayuda humanitaria para Ucrania, se han empezado a realizar entregas a través de países vecinos, principalmente Polonia y Rumanía. “Con la ayuda del servicio ferroviario, hemos organizado la recogida de la carga en una estación alejada del punto principal de entrega de la mayor parte de la ayuda humanitaria que llega a Ucrania. Esto se hizo con el fin de realizar una distribución inmediata a las regiones. (Debido a que un gran número de suministros humanitarios procedentes de diferentes países pasa por la Agencia Estatal de Reservas Estratégicas de Polonia, es bastante difícil sacar las mercancías de allí con rapidez). Así que hemos contratado a una empresa de logística que puede entregar las mercancías a través del régimen de tránsito humanitario a un almacén en Leópolis. Desde allí podemos proceder directamente a su reparto,” dijo la Sra. Rudenka.

La parte más difícil e importante del proceso es la entrega a toda Ucrania, incluidas las zonas de primera línea.

Según Evgenia, muchas empresas de logística han dejado de operar durante la guerra, y las que quedan han duplicado o triplicado el coste de sus servicios.

Las organizaciones comerciales no están dispuestas a ir a ciudades como Járkov, Jersón o Mikolaiv. Sin embargo, hay conductores voluntarios, que trabajan de forma coordinada con las autoridades locales, que se desplazan hasta allí para evacuar a gente y entregar medicamentos y otros bienes.

“Donde hay enfrentamientos armados, los conductores voluntarios descargan, por ejemplo, en la sede de la administración regional. Luego nosotros nos comunicamos con las instituciones médicas a las que van destinados los suministros, les decimos dónde recoger la mercancía”, explicó.

Aun así, varios voluntarios han sido atacados y cuatro han muerto.

“La situación de las personas que viven con el VIH en Ucrania es desesperada. Estamos intentando entregar medicamentos, alimentos y otros tipos de asistencia urgente a las personas necesitadas, pero el trabajo es peligroso y los conductores voluntarios están arriesgando sus vidas. Si no recibimos más ayuda, no estoy seguro de cuánto tiempo más podremos continuar así, especialmente para seguir llegando a la gente en las zonas de primera línea", dijo Dmytro Sherembey, presidente del Consejo de Coordinación de 100% Life.

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ONUSIDA advierte de que la guerra en Ucrania supone una amenaza de catástrofe humanitaria para las personas afectadas por y que viven con el VIH

13 de abril de 2022

Se pide de manera urgente un aumento del apoyo internacional para respaldar el heroico trabajo de las redes lideradas por la comunidad, que intentan proporcionar tratamiento contra el VIH capaz de salvar vidas a la población 

GINEBRA, 13 de abril de 2022— La guerra en Ucrania ha provocado la destrucción y alteración de los servicios sanitarios y de las cadenas logísticas de suministro de las que depende la supervivencia de cientos de personas afectadas por y que viven con el VIH. Más de un cuarto de millón de ucranianos viven con el VIH, y la falta de acceso a terapia antirretroviral y servicios de prevención traería consigo una ola de muertes y el riesgo de un resurgimiento de la pandemia de sida en Ucrania. Las redes lideradas por la comunidad, vitales para mantener estos servicios que pueden salvar vidas, necesitan con urgencia recibir más apoyo internacional.  

Más de 40 instalaciones médicas en las que antes de la guerra se ofrecía tratamiento contra el VIH, así como servicios de prevención y atención, están ahora cerradas. Hay distintos niveles de alteración de los servicios en otros emplazamientos. El 11 de abril, la Organización Mundial de la Salud (OMS) verificó más de 100 ataques contra instalaciones sanitarias en Ucrania, además del caos en el que se encuentran inmersas las rutas de suministro dentro del país. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia informa de que los ataques contra la infraestructura hídrica y los cortes de electricidad han dejado a 1,4 millones de personas sin acceso al agua, mientras que otros 4,6 millones tienen acceso limitado. Mientras tanto, el Banco Mundial prevé que la economía de Ucrania se contraiga en un 45 % este año, lo que es una amenaza inminente para el mantenimiento de programas sanitarios y sociales esenciales. 

La semana pasada se entregaron en Leópolis más de 18 millones de dosis de medicamento antirretrovírico que puede salvar vidas, obtenidas por el Plan de emergencia del presidente de los Estados Unidos para el alivio del sida (PEPFAR). Estas se distribuyen esta semana en colaboración con el Centro de Salid Pública del Ministerio de Salud de Ucrania y 100% Life, la organización de personas que viven con el VIH más grande de Ucrania. Si se consigue entregárselas a aquellos que las necesitan, las medicinas serían suficiente para tratar a todas las personas que viven con el VIH y reciben tratamiento de primera línea durante 6 meses. Este primer tramo es parte del compromiso de PEPFAR para financiar 12 meses de tratamiento contra el VIH en Ucrania. ONUSIDA calcula que aproximadamente 260 000 personas vivían con el VIH en Ucrania antes del comienzo de la guerra, de los cuales 152 000 tomaban medicación diaria contra el VIH.  

El Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria (Fondo Mundial) también proporciona financiación urgente para garantizar la continuación de servicios del VIH y la tuberculosis que salvan vidas. 

Lo más importante ahora es asegurarse de que estos medicamentos lleguen a las personas que lo necesitan a tiempo. Las organizaciones de la sociedad civil están haciendo esfuerzos heroicos para entregar suministros médicos esenciales y servicios del VIH a las personas afectadas por y que viven con el VIH, poblaciones vulnerables inclusive. Llegan a personas en ubicaciones que suponen un verdadero desafío, a pesar de los obstáculos que se encuentran. Pero las organizaciones, de las que dependen estas entregas y sistema de salud, necesitan más apoyo internacional para seguir operando.  

“La situación de las personas que viven con el VIH en Ucrania es desesperada. Estamos intentando entregar medicinas, comida y asistencia urgente a las personas que lo necesitan, pero este trabajo es peligroso y los voluntarios están arriesgando sus vidas”, afirma Dmytro Sherembey, líder del Consejo de Coordinación de 100% Life. “Si no recibimos más ayuda, no sé durante cuánto tiempo podremos continuar, sobre todo para alcanzar a las personas en las zonas de primera línea”. 

ONUSIDA hasta ahora ha liberado 200 000 dólares americanos para cubrir las necesidades humanitarias urgentes y los objetivos del programa en ciudades que albergan grandes epidemias de VIH (Chernihiv, Dnipro, Kharkiv, Kryvy Rih, Kiev, Odesa y Poltava). Ahora hace un llamamiento urgente a la comunidad internacional para que se done a mayores 2.42 millones de dólares a las organizaciones de la sociedad civil que proporcionan servicios del VIH en Ucrania, así como para aquellas que reciban a refugiados afectados por el VIH en otros países. Esto sería parte del aumento de apoyo ahora necesario.  

“Las organizaciones de la sociedad civil y comunidades de personas que viven con y son afectadas por el VIH son el cimiento de la respuesta al VIH en Ucrania”, afirma Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. “Necesitan más apoyo financiero y logístico de manera urgente para poder garantizar la continuación del tratamiento contra el VIH, así como de los programa de prevención y atención. Rogamos a los donantes que ayuden a perpetuar este servicio esencial a la hora del salvar vidas y evitar un resurgimiento de la pandemia de sida en Ucrania”.  

La única razón por la que se han podido mantener los servicios a pesar de la guerra es porque la innovadora respuesta al VIH en Ucrania es producto de una asociación entre la provisión pública y comunitaria. Pero las redes de la sociedad civil, de cuyo valor y creatividad dependen los servicios del VIH, necesitan más apoyo internacional para poder continuar operando al nivel requerido.  

Garantizar el acceso a suministros médicos y servicios para grupos vulnerables es todo un desafío. ONUSIDA trabaja codo con codo con asociados humanitarios en Ucrania e internacionalmente para obtener soluciones urgentes y proporcionar apoyo médico y humanitario a cientos de miles de ucranianos.  

La Alianza por la Salud Pública trabaja para proporcionar el apoyo urgente que se necesita durante el conflicto. Utiliza minibuses para dar respuesta a necesidades humanitarias, como la evacuación de poblaciones vulnerables y la entrega de alimento y medicina. Las comunidades en primera línea de respuesta están haciendo un esfuerzo excepcional para llegar a la población. Por ejemplo, la Alianza por la Salud Pública ha desplegado varias clínicas móviles para hacer llegar la terapia de sustitución de opiáceos a las personas que consumen drogas en zonas donde las instalaciones han tenido que cerrar. ONUSIDA también trabaja con el uno de sus copatrocinadores, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, y con el Fondo Mundial para conseguir suministros de terapia de sustitución de opiáceos. 

El conflicto ha hecho que millones de personas abandonen el país, por lo que miles de mujeres ucranianas y niños que viven con VIH están en países de acogida y necesitan apoyo. Las redes de sociedad civil respaldadas por los copatrocinadores y socios de ONUSIDA ayudan a los refugiados a acceder a la terapia antirretroviral en la República de Moldova y por toda la Unión Europea.  

Como parte de los esfuerzos para garantizar la continuidad del tratamiento contra el VIH, el copatrocinador de ONUSIDA, la OMS, ha participado en la negociación de un acuerdo con la farmacéutica ViiV Healthcare en virtud del cual se donarán medicinas contra el VIH a Polonia, República Checa y otros países de la Unión Europea que reciben un gran número de refugiados ucranianos.  

ONUSIDA también urge a la comunidad internacional a ayudar a los centros de acogida de refugiados a fortalecer su apoyo a las personas en más riesgo. Para esto deberían mejorar sus servicios psicosociales, de tratamiento y prevención contra el VIH, y los relacionados con la violencia de género. Un copatrocinador de ONUSIDA, ONU Mujeres, afirma que las denuncias se abuso sexual y tráfico de personas en Ucrania son indicadores de una crisis de protección. ONUSIDA ha advertido del elevado riesgo para las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales. 

Byanyima respalda el llamamiento de las Naciones Unidas a acabar con la guerra. “Lo que más necesitamos es paz”, asegura. “La guerra en Ucrania tiene que terminar. Ahora. La recuperación necesita que esta guerra termine. Incluso cuando esto pase vamos a necesitar mucha ayuda. Las personas que viven con el VIH en Ucrania corren un grave peligro por culpa de esta guerra. Las redes lideradas por la comunidad, que dan respuesta a los servicios del VIH y arriesgan sus vidas para salvar las de los demás, necesitan todo el apoyo posible”. 

Número de atención sobre el VIH en Ucrania: 0800 500 451. 

Puede encontrar más apoyo a los refugiados ucranianos que viven con el VIH en la página web de la  Iniciativa de Terapia Antirretroviral para Ucranianos en el Extranjero, establecida en coordinación con el Centro de Salud Pública de Ucrania. Se está recopilando más información sobre la ubicación y las necesidades de las personas que viven con el VIH en Ucrania, y de aquellos que se han visto obligados a huir del país.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

Contacto

UNAIDS Geneva
Michael Hollingdale
tel. +41 79 500 2119
hollingdalem@unaids.org

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La activista ucraniana Anastasiia Yeva Domani habla con ONUSIDA sobre cómo la comunidad transgénero está afrontando la guerra en Ucrania

30 de marzo de 2022

Anastasiia Yeva Domani es la directora de Cohort, experta en el Grupo de Trabajo de Personas Trans sobre el VIH y la Salud en Europa oriental y Asia central, y representante de la comunidad transgénero del Consejo Nacional Ucraniano sobre el VIH/sida y la Tuberculosis.

ONUSIDA se comunicó con ella para ver cómo la comunidad transgénero y ella están afrontando el ataque ruso a Ucrania.

Háblenos sobre usted y sobre la comunidad transgénero en Ucrania

Soy la directora de Cohort, una organización para las personas transgénero. Cohort se creó hace dos años, aunque soy activista desde hace más de seis. Según el Centro de Salud Pública del Ministerio de Salud de Ucrania, antes de la guerra había unas 10 000 personas trans en el país, aunque probablemente sea un número mayor, pues muchas personas transgénero deciden no comunicar su identidad de género. Muchos solo buscan ayuda en tiempos de crisis—esto es lo que ocurrió durante la pandemia de COVID-19 y es lo que está pasando ahora, durante la guerra.  Hoy en día, recibimos peticiones de ayuda de personas que desconocíamos, personas que necesitan urgentemente ayuda humanitaria, financiera o médica.

Ucrania creó el entorno más favorable para las personas transgénero de los países de la antigua Unión Soviética con respecto al cambio de documentación y los aspectos legales y médicos de la transición de género.  Aunque no es perfecto, nosotros y otras organizaciones hemos hecho todo lo que hemos podido por mejorarlo. Desde 2019, las personas trans han tenido representación en el Consejo Nacional Ucraniano sobre VIH/sida y Tuberculosis.

¿Cómo era la situación de las personas transgénero al comienzo de la guerra?

En 2016, se adoptó un nuevo protocolo clínico para la disforia de género en Ucrania, que facilitó en gran medida la parte médica de la transición de género. Gracias a este protocolo, al año siguiente, las personas afectadas recibieron certificados de cambio de género.

Sin embargo, muchas personas trans todavía tienen que modificar toda su documentación.  Algunas no cambiaron nada, otras solo algunos documentos y muy pocas los modificaron todos, incluidos el carné de conducir, los documentos relativos a la educación y los propios de registro y reclutamiento militar.  Les advertimos sobre esto y ahora hay una guerra.  Muchas personas transgénero no se habían dado cuenta de que tenían que darse de baja en la oficina de registro y reclutamiento militar.

Por la ley marcial, los hombres de 18 a 60 años no pueden salir del territorio de Ucrania si no cuentan con el permiso de la oficina de registro y reclutamiento militar. Tenemos a muchas personas no binarias en cuya documentación aparece que son hombres y no pueden salir.

Con el estallido de la guerra, muchas personas transgénero se trasladaron al oeste de Ucrania.  Pero si su documentación establece que es un hombre, no puede salir de Ucrania.

¿En qué situación están ahora y en qué se centra su trabajo?

Debido a la guerra, algunas ciudades están completamente vacías. Kharkiv contaba con el mayor número de activistas transgénero después de Kiev, incluidos muchos que trasladaron allí desde las regiones ocupadas de Lugansk y Donetsk en 2014. Y ahora tienen que volver a desplazarse. No nos ha llegado información sobre la muerte de ninguna persona transgénero, pero creo que se debe a que no hay conexión con algunas ciudades, como Mauripol.  Muchos ni siquiera tuvieron tiempo de salir de la ciudad, y luego resultó imposible.  Me temo que las estadísticas serán terribles, tardaremos un tiempo en entender qué ha ocurrido allí.

Ahora se está trabajando mucho en Odessa—tenemos allí a dos Yulias, mujeres transgénero que apoyan fuertemente a la comunidad.  Se encargan de muchos temas de apoyo y financiación. En Odessa, la situación es mejor con hormonas, con medicinas.  También tenemos todavía una coordinadora en Dnipro, que también es de gran ayuda.

Ahora nuestro trabajo se centra en la asistencia financiera, médica y legal para las personas trans que están en Ucrania, sin importar dónde, en el oeste del país en refugios o apartamentos, o en las ciudades que están siendo bombardeadas.  Todo el mundo tiene miedo, pero hay que ser fuerte por dentro e intentar vencerlo.  No creo que deba marcharse todo el mundo. Entiendo que muchas personas se sienten resentidos frente a la sociedad, frente al estado.   Durante muchos años, décadas incluso, han sido víctimas. No hay nada que les ate aquí—no hay trabajo ni acceso a una vivienda.

¿Quién les aporta apoyo financiero?

Teníamos proyectos planeados para 2022, y justo el primer o el segundo día de guerra los representantes de nuestros donantes nos dijeron que podíamos utilizar el dinero no solo para los proyectos planeados, sino también para ayuda humanitaria.  Esto incluía a la RFSL, la Federación Sueca para los Derechos LGBTQI+, que trató este tema de la manera más flexible posible y nos permitió no solo utilizar el dinero del proyecto sino también enviar dinero directamente a nuestros coordinadores, para que pudieran pagar las viviendas, viajes, etc. de las personas.

Inmediatamente después, GATE (Acción Global por la Igualdad Trans) nos comunicó que su financiación también podía utilizarse para ayuda humanitaria, y prometió aumentarla. La Alianza Europea de Salud Pública, a través del Fondo mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria, permitió los cambios en el presupuesto y en la naturaleza de las actividades planificadas.

Ahora haremos lo que podamos en el contexto de la guerra, y la movilización de la comunidad continuará en Dnipro, Odessa, Lviv y Chernivtsi.  Aparecieron nuevos socios que respondieron inmediatamente a nuestras necesidades.

Utilizo a diario la financiación de OutRight Action para las necesidades humanitarias de las personas transgénero, y también la financiación de LGBT Europe. Asimismo hay donaciones privadas, no muy cuantiosas, por supuesto, pero las hay.

¿Cómo es un día normal de su vida?

Mi día a día está repleto de comunicaciones con periodistas de medios importantes. También voy al supermercado a comprar alimentos y los distribuyo entre quienes los necesitan—tengo un formulario de Google en el que veo las peticiones de ayuda.

Administro las consultas con un psicólogo y un endocrino, que siguen trabajando en Ucrania. Recibo muchas preguntas sobre el cruce de la frontera y proporciono información sobre cómo comunicarse con la oficina de registro y reclutamiento militar y sobre qué documentos necesitan para darse de baja.

Hacemos tantas llamadas que tengo que cargar el móvil cinco veces al día. Tengo dos cuentas de Instagram, dos de Facebook, tres direcciones de correo, Signal, WhatsApp, etc. Hemos de estar en contacto constantemente. También necesito tiempo para hacer colas de dos horas en la oficina de correos—se pierde mucho tiempo, pero las personas necesitan los medicamentos que les envío.  Además, tengo que dejar un hueco para estar al tanto de las noticias: necesito saber lo que ocurre en el frente, en las ciudades.

¿Qué le da fuerzas?

Hasta que mi familia y mi hijo salieron de la ciudad, no pude trabajar en paz.

Ahora estoy en Kiev. Los primeros 10 días de guerra sentí conmoción y miedo—vivíamos hora a hora. Ahora nos hemos acostumbrado al peligro y ya no tengo miedo.  Decidí dejarlo en manos del destino: si tenía que ser, sería. Ya no voy al refugio: hay demasiado trabajo, demasiadas peticiones de ayuda, llamadas, consultas cada minuto.

Nací aquí, en Kiev; es mi ciudad natal.  Me di cuenta de que cuando tu país va mal, tienes que quedarte.  No puedo huir, mi consciencia no me lo permitiría.  No puedo porque sé que mi ciudad necesita protección. No se necesita estar en el ejército para ayudar—hay defensa militar, pero también trabajo voluntario, la ayuda humanitaria da mucho trabajo.

¿Qué me mantiene con fuerza? Como este es mi país, entiendo que todo el que puede hacer algo, desde cualquier frente, está aquí. Podemos hacerlo en cualquier sitio, todo el mundo puede contribuir, hacer algo útil, y eso hace que sienta que me necesitan, un sentimiento de que todos conseguimos más si permanecemos juntos.

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