UNAIDS Strategy

Principales conclusiones de ONUSIDA tras la 78.ª Asamblea General de las Naciones Unidas

29 de septiembre de 2023

GINEBRA, 29 de septiembre de 2023- El tema de la respuesta mundial al sida, incluidos sus logros y las valiosas lecciones aprendidas para gestionar las pandemias, se extendió a muchos debates durante la Asamblea General de las Naciones Unidas celebrada la semana pasada en Nueva York. Desde en tres reuniones de alto nivel en materia de salud hasta en la Cumbre de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), pasando por las observaciones hechas a la Asamblea General y los eventos paralelos de alto nivel, todas las lecciones extraídas de 40 años de respuesta al VIH, incluido el principio de no dejar a nadie atrás, fueron saliendo repetidamente en el contexto de un futuro de salud e igualdad para todos.

Durante su discurso a la Asamblea General, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, hizo referencia al éxito contra el sida como ejemplo principal de lo que la solidaridad global y la responsabilidad compartida pueden lograr. «Las infecciones por VIH/sida y las muertes se desplomaron en gran medida gracias al inmenso trabajo del PEPFAR en más de 55 países, que salvó más de 25 millones de vidas», recalcó el presidente Biden. «Es una demostración real de todo lo que podemos lograr cuando actuamos juntos, cuando afrontamos unidos desafíos difíciles. Y también es una recomendación: debemos acelerar urgentemente nuestro progreso para que nadie se quede atrás».

En la inauguración de la Cumbre de los ODS, el primer ministro irlandés, Leo Eric Varadkar, señaló que, en este momento, cuando nos encontramos a mitad de camino para la consecución de los objetivos para 2030, aún no estamos donde deberíamos estar, pues solo hemos sido capaces de alcanzar el 15 % de lo previsto. A pesar de ello, añadió que sí ha habido progresos. «Más de 800 millones de personas han podido conectarse a la electricidad desde 2015, 146 países han alcanzado o van por el buen camino para alcanzar el objetivo de mortalidad por debajo de los cinco años, y el tratamiento eficaz contra el VIH ha reducido a la mitad las muertes relacionadas con el sida en todo el mundo desde 2010», afirmó el Sr. Varadkar. «Este progreso nos demuestra que los cambios son posibles, que el retroceso no es inevitable y que la pobreza, la contaminación y la desigualdad de género no están predestinadas. Son tendencias que se pueden revertir, problemas que se pueden resolver y tragedias que se pueden evitar».

Mientras se celebraba el éxito colectivo contra el sida, ONUSIDA instó a los líderes a mantener el VIH en lo más alto de las agendas políticas por tres razones. «En primer lugar, —manifestó Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA— aún hay mucho trabajo por hacer: 43 años después de la pandemia, todavía hay más de 9 millones de personas a la espera de recibir un tratamiento que salva vidas, aún hay más de 1,3 millones de nuevas infecciones por el VIH cada año y el sida se siguió cobrando una vida cada minuto en 2022. En segundo lugar, sabemos cómo poner fin al sida, conocemos el camino y tenemos el poder de conseguirlo. Por último, la respuesta al sida supone una inversión inteligente que genera otros impactos sanitarios, sociales y económicos».  

Varios ministros y jefes de Estado pusieron sobre la mesa los desafíos económicos a los que se enfrentan como resultado de las múltiples crisis simultáneas, insistieron en la necesidad de cooperar y ser solidarios para superar estas crisis, y recalcaron la importancia de seguir realizando inversiones fundamentales en desarrollo y salud. Muchos líderes políticos destacaron que, aunque la voluntad política está ahí, sigue sin haber suficientes recursos nacionales para invertir en salud, educación y protección social.

El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, recordó a la comunidad internacional que existe la necesidad urgente de reconsiderar (y reconfigurar) la arquitectura financiera internacional para lograr los ODS. Lo mismo ocurre con la misión de ONUSIDA de poner fin al sida como amenaza para la salud pública y garantizar que esos logros se mantengan mucho más allá de 2030. Poner fin al sida requiere recursos nuevos y sostenidos, así como un discurso político diferente sobre los fondos para el desarrollo. ONUSIDA destacó la importancia de mantener los fondos bilaterales para el PEPFAR y los fondos multilaterales para el Fondo mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria.

ONUSIDA insistió en que, a medida que desarrollamos una arquitectura global para la prevención, preparación y respuesta a las pandemias, debemos aprovechar los más de 40 años de respuesta al sida, ya que la respuesta al sida consiste en la prevención, preparación y respuesta a la pandemia.

Asimismo, se subrayó la importancia de las respuestas lideradas por la comunidad, que se consideraron fundamentales para llegar a los grupos marginados y a las personas más afectadas por las pandemias. ONUSIDA manifestó que el acuerdo en materia de pandemias debe reconocer el papel fundamental de las respuestas lideradas por la comunidad y comprometer a los Estados miembros a incluir a las comunidades y a la sociedad civil en la toma de decisiones, la planificación, la preparación, la implementación y el seguimiento. 

Precisamente el llamamiento a acabar con las desigualdades fue el tema principal del mensaje de ONUSIDA en la Asamblea General. ONUSIDA destacó la necesidad de un acceso equitativo y asequible a los productos médicos que salvan vidas, e incidió una y otra vez en que la desigualdad impulsa y prolonga las pandemias. Igualmente, ONUSIDA abogó por los parámetros, los objetivos y los sistemas de rendición de cuentas para centrar la respuesta y, además, por promover los derechos humanos con el fin de mejorar la salud pública. Del mismo modo, aprovechó su discurso para advertir de que las violaciones de los derechos humanos socavan la confianza y alejan a las personas de los servicios sanitarios.

Por último, ONUSIDA llamó a adoptar un enfoque multisectorial y social para prevenir, prepararse y dar respuesta a las pandemias de forma efectiva, ya que las pandemias no son solo crisis sanitarias, sino que también plantean retos políticos, sociales y económicos que requieren una acción transformadora por parte de todos.

La directora ejecutiva de UNODC, la Sra. Ghada Waly, en representación de las organizaciones copatrocinadoras de ONUSIDA, reconoció que «la asociación multisectorial en materia de VIH/sida es hoy más importante que nunca, pues aúna la experiencia, los valores y las ventajas comparativas de 11 copatrocinadores en una alianza ejemplar para el enfoque de desarrollo de los ODS».

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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Global HIV Progress to End AIDS and Advance the SDGs — Remarks by UNAIDS Executive Director

Pandemic Prevention, Preparedness and Response — Remarks by UNAIDS Executive Director

Prioritizing Children in the HIV Response — Remarks by UNAIDS Executive Director

Los miembros de la Junta advierten de que, debido al grave déficit en los presupuestos operativos de ONUSIDA, la pandemia de sida corre el riesgo de prolongarse en el tiempo

03 de noviembre de 2022

La Directora Ejecutiva de ONUSIDA insta al mundo a invertir, con carácter inmediato, 35 millones de dólares estadounidenses antes de finales de año y a comprometerse a aumentar el presupuesto operativo a 210 millones de dólares estadounidenses para 2023

GINEBRA, 3 de noviembre de 2022—Los miembros de la Junta del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA) se han reunido para debatir cómo abordar una brecha de financiación de 35 millones de dólares estadounidenses en el presupuesto operativo mínimo de 187 millones de dólares estadounidenses de la organización. Se trata, sin duda, de un déficit que está socavando los esfuerzos para poner fin a la pandemia de sida como amenaza sanitaria mundial para 2030. El presupuesto necesario para satisfacer plenamente las necesidades operativas de la organización se establece en 210 millones de dólares estadounidenses.

En su discurso de apertura en una reunión especial celebrada en Ginebra para plantear posibles soluciones a la brecha de financiación, el embajador de la Misión Permanente de Tailandia en la oficina de las Naciones Unidas en Ginebra, Rongvudhi Virabutr, actual presidente de la Junta Coordinadora del Programa de ONUSIDA, insistió en que el Programa Conjunto continuó desempeñando un papel importante en la recopilación y el análisis de datos para desarrollar pruebas y movilizar el liderazgo político.

«Como el mayor financiador de las respuestas al sida afirmó a principios de este año, el Programa Conjunto es para todos nosotros esa Estrella del Norte sin la cual perderíamos el rumbo. La clave de nuestro éxito colectivo está en un Programa Conjunto completamente financiado y a pleno rendimiento. No tenemos tiempo que perder».

Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA, solicitó la liberación de 35 millones de dólares estadounidenses antes de finales de año, y lamentó que la posición financiera de la organización se hubiese deteriorado aún más desde la última reunión de la Junta Coordinadora del Programa de ONUSIDA, la cual tuvo lugar el pasado mes de junio. Asimismo, explicó de qué manera la guerra en Ucrania y los movimientos en los mercados de cambio de divisas habían agravado la situación.

«La magnitud del déficit presupuestario supone que ya no se puede abordar ampliando el presupuesto o buscando más mejoras en la eficiencia. Las cifras nos están obligando a tomar decisiones muy drásticas: o reducimos de forma notable la presencia de ONUSIDA en los países, o seguimos reduciendo nuestro número de copatrocinadores. Ahora mismo nos movemos en estos escenarios», subrayó la Sra. Byanyima. «Estas elecciones son devastadoras, y cualquier posible escenario hará retroceder la respuesta al sida, pues implicará negar los servicios de prevención, tratamiento y atención relacionados con el VIH a millones de personas vulnerables».

ONUSIDA ha adoptado medidas significativas para paliar la brecha de financiación mediante el establecimiento de una disciplina presupuestaria, el desarrollo de una nueva estrategia de movilización de recursos y el trabajo en estrecha colaboración con un equipo especialmente designado formado por miembros de la Junta Coordinadora del Programa, cuya misión es la de proponer acciones y recomendaciones que fortalezcan la posición financiera en 2023.

Los copatrocinadores de ONUSIDA, las comunidades de personas que viven con el VIH y están afectadas por el virus y las organizaciones de la sociedad civil han hecho un llamamiento para que ONUSIDA sea totalmente financiada, algo fundamental para que pueda desarrollar su ingente labor.

«El mundo está en peligro, y ahora también están en juego nuestros esfuerzos colectivos para abordar el objetivo de desarrollo sostenible de acabar con el VIH/sida como amenaza para la salud pública», recordó Christian Hui, de la Campaña de acceso a la prevención, en Canadá. «No podemos negar la contribución del Programa Conjunto. La sociedad civil, especialmente los grupos de población clave y marginados, se han beneficiado enormemente del Programa Conjunto para avanzar en el acceso a los antirretrovirales que salvan vidas y a la prevención combinada, para progresar en lo que a los derechos humanos se refiere y para capacitar a las comunidades para que participen activamente en los programas para el VIH».

Al reconocer la complementariedad del trabajo de ONUSIDA, otros socios en la respuesta al VIH, incluido el Fondo mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria y el Plan de emergencia del presidente de los Estados Unidos para el alivio del sida (PEPFAR), también han alzado su voz para pedir la plena financiación de ONUSIDA.

ONUSIDA está presente en 70 países de todo el mundo y trabaja en colaboración con los Gobiernos, la sociedad civil y las comunidades, recopilando los datos que dan forma a la respuesta al VIH, defendiendo la derogación de las leyes y políticas dañinas con el objeto de crear un entorno legal propicio, trabajando para poner fin al estigma y la discriminación relacionados con el VIH, y desafiando las desigualdades que impulsan la pandemia del VIH entre los grupos de personas vulnerables y marginadas. En 2020-2021, ONUSIDA respaldó más del 80 % de las solicitudes del Fondo mundial, y destinó 5000 millones de dólares estadounidenses a la financiación del VIH.

«Nos gustaría instar a todas las partes interesadas a aumentar el apoyo, la coordinación y la colaboración con ONUSIDA con el fin de abordar la agenda inacabada de salvar vidas y de no dejar a nadie atrás en nuestros esfuerzos por poner fin al sida», afirmó Alegnta Gebreyesus Guntie, de la Misión Permanente de Etiopía en la oficina de las Naciones Unidas en Ginebra.

«El apoyo de ONUSIDA a los países se traduce tanto en la elaboración de estrategias basadas en datos y avaladas por la ciencia, a medida de la epidemia, como en el desarrollo de planes para ponerlas en práctica», destacó la Sra. Byanyima. «Ahora, el trabajo del Programa Conjunto es más necesario que nunca para ayudar a los países a estar listos para la siguiente ronda de solicitudes del Fondo mundial en un entorno de asignación difícil».

La Actualización mundial sobre el sida de ONUSIDA, En peligro, revela una respuesta al VIH alterada a raíz de la pandemia de la COVID-19, la crisis económica mundial y la guerra en Ucrania. Un total de 650 000 personas murieron por enfermedades relacionadas con el sida en 2021 y hubo 1,5 millones de nuevas infecciones por el VIH, esto es, un millón por encima del objetivo de 500 000 para 2020. La cifra de nuevos países con VIH aumentó a 38.

«ONUSIDA no deja de trabajar incansablemente para revertir la tendencia y conseguir que la respuesta al VIH retome el rumbo», manifestó la Sra. Byanyima.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

UNAIDS Executive Director remarks

Un año después de la nueva y audaz estrategia en materia de VIH/sida, los Estados miembros de las Naciones Unidas insisten en que es vital acelerar el progreso

10 de junio de 2022

Un año después de adoptar una nueva Declaración política sobre el VIH y el sida: Acabar con las desigualdades y estar en condiciones de poner fin al sida para 2030, los Estados miembros de las Naciones Unidas han puesto de relieve la necesidad de trabajar juntos para acelerar el progreso en la implementación.

Antes de la reunión, el Secretario General de las Naciones Unidas publicó  un informe titulado Abordar las desigualdades para poner fin a la pandemia de sida en el que se refería a la aplicación de la declaración política sobre el VIH/sida. El informe establece cómo las desigualdades y la inversión insuficiente «dejan al mundo peligrosamente mal preparado para hacer frente a las pandemias de hoy y de mañana»

La pandemia de sida es responsable de más de 13 000 muertes cada semana.

Los datos del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA) reflejan que las infecciones por el VIH y las muertes relacionadas con el sida no están disminuyendo lo suficientemente rápido como para conseguir poner fin a la pandemia para 2030, tal y como se prometió.

El informe del Secretario General destaca las soluciones, entre las que se incluyen (a) la prevención del VIH y los facilitadores sociales; (b) las respuestas lideradas por la comunidad; (c) el acceso equitativo a los medicamentos, las vacunas y las tecnologías sanitarias; (d) la financiación sostenible para la respuesta al sida y una prevención, preparación y respuesta más amplias a la pandemia; (e) los sistemas de datos centrados en las personas y (f) el fortalecimiento de las alianzas mundiales.

La declaración del Secretario General de las Naciones Unidas ante la Asamblea General, presentada por el jefe de gabinete, Courtenay Rattray, describió los tres pasos inmediatos para revertir las tendencias actuales y volver al buen camino. «En primer lugar, debemos abordar las desigualdades, la discriminación y la marginación de comunidades enteras, que a menudo se ven exacerbadas por leyes, políticas y prácticas punitivas». Asimismo, hizo un llamamiento a las reformas políticas para reducir los riesgos del VIH en las comunidades marginadas, incluidos los trabajadores sexuales, las personas que se inyectan drogas, los prisioneros, las personas trans y los gais. Llamó la atención sobre cómo el estigma está obstaculizando la salud pública: «El estigma perjudica y hace daño a todos. Por el contrario, la solidaridad social nos protege a todos».

El segundo paso es garantizar el intercambio de tecnologías sanitarias, incluidos los antirretrovirales de acción prolongada, para ponerlas a disposición de las personas en todos los países del mundo.

El tercer paso es aumentar los recursos disponibles para combatir el sida. «Invertir en sida es invertir en seguridad sanitaria mundial. Permite salvar vidas y ahorrar dinero».

En su discurso de apertura, el presidente de la Asamblea General, Abdulla Shahid, señaló que «el acceso igualitario a la atención sanitaria es un derecho humano esencial para garantizar la salud pública, para todos. Nadie estará a salvo hasta que todos estemos a salvo. Esforzarnos por alcanzar los objetivos relacionados con el sida para 2025 nos brinda la oportunidad de trabajar juntos para aumentar las inversiones en los sistemas de salud pública y las respuestas a la pandemia, y de aprovechar las lecciones aprendidas de la crisis del VIH/sida para aplicarlas en nuestra recuperación de la COVID-19, y viceversa».

Más de 35 Estados miembros y observadores participaron activamente en la revisión de la situación del sida, que incluía aportaciones en nombre del grupo de África, la Comunidad del Caribe y el Sistema de Integración Centroamericano y la Unión Europea.

En todas las declaraciones se incidió en la urgencia de intensificar la acción colectiva para situarnos en el camino y alcanzar los objetivos para 2025, y en la importancia de detectar todas las desigualdades para garantizar una respuesta al VIH exitosa.

El presidente de la Asamblea General, el Secretario General, el grupo africano, la UE y varios Estados miembros incidieron una vez más en la relevancia de financiar plenamente la respuesta al VIH y de fortalecer las inversiones en salud mundial.

El Grupo de África, junto con muchos otros, habló sobre cómo abordar el estigma y las leyes discriminatorias que impiden que las personas accedan a la atención sanitaria y a los servicios sociales.

El debate dejó claro que es posible poner fin al sida, pero solo si los países trabajan juntos y son valientes a la hora de abordar las desigualdades. «El mensaje más importante de hoy —señaló el Secretario General en su conclusión— es que, si trabajamos juntos para abordar las desigualdades que perpetúan el VIH/sida, todavía estamos a tiempo de poner fin a esta amenaza para la salud pública para 2030».

Secretary General's report to the General Assembly

Political Declaration on HIV and AIDS: Ending Inequalities and Getting on Track to End AIDS by 2030

ONUSIDA advierte de millones de muertes relacionadas con el sida y de la continua devastación de las pandemias si los líderes no abordan las desigualdades

29 de noviembre de 2021

GINEBRA, 29 de noviembre de 2021 - ONUSIDA emitió hoy la advertencia fehaciente de que, si los líderes no logran abordar las desigualdades, el mundo podría enfrentarse a 7,7 millones* de muertes relacionadas con el sida en los próximos diez años. ONUSIDA insiste en que, si no se adoptan las medidas transformadoras necesarias para la respuesta al sida, el mundo permanecerá además atrapado en la crisis de la COVID-19 y las futuras pandemias nos pillarán a todos peligrosamente desprevenidos.

«Tratamos de hacer un llamamiento urgente a la acción», dijo la Directora Ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima. «Si bien ya antes estábamos lejos del camino para poner fin al sida, los obstáculos ahora son mucho mayores, puesto que la COVID-19 sigue azotando al mundo con fuerza, lo que obliga a interrumpir los servicios de prevención y tratamiento del VIH, la escolarización, los programas de prevención de la violencia y mucho más. No nos podemos ver obligados a elegir entre poner fin a la pandemia de sida hoy y prepararnos para las pandemias del mañana. Con un único enfoque exitoso lograremos ambos objetivos. Pero, tal y como estamos ahora, no vamos bien».

La advertencia se incluye en un nuevo informe de ONUSIDA presentado antes del Día Mundial del Sida (1 de diciembre) y titulado Unequal, unprepared, under threat: why bold action against inequalities is needed to end AIDS, detener la COVID-19 y prepararnos para futuras pandemias.

Algunos países, entre ellos algunos con las tasas más altas de VIH, han dado grandes pasos contra el sida, de modo que nos han abierto el camino para saber todo lo que sí se puede conseguir. Sin embargo, las nuevas infecciones por el VIH no están disminuyendo lo suficientemente rápido en todo el mundo como para detener la pandemia: en 2020 hubo 1,5 millones de nuevas infecciones por el VIH y las tasas de infección por el virus son cada vez mayores. Las infecciones también siguen líneas de desigualdad. Seis de cada siete nuevas infecciones por el VIH entre adolescentes del África subsahariana se producen entre las adolescentes. Los hombres gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, los trabajadores sexuales y las personas que consumen drogas se enfrentan a un riesgo de infección por el VIH entre 25 y 35 veces mayor en todo el mundo.

La COVID-19 está socavando la respuesta al sida en muchos lugares. El ritmo de las pruebas del VIH disminuyó casi de manera uniforme y en 2020 menos personas que viven con el VIH iniciaron tratamiento en 40 de los 50 países que informan a ONUSIDA. Del mismo modo, los servicios de prevención del VIH se han visto afectados: en 2020, los servicios de reducción del daño para las personas que consumen drogas se vieron interrumpidos en el 65 % de los 130 países encuestados.

«Aún es posible poner fin a la epidemia para 2030», afirma el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, en su mensaje para el Día Mundial del Sida. «Sin embargo, eso nos exigirá una acción gradual y una mayor solidaridad. Para vencer al sida y crear resiliencia contra las pandemias del mañana, necesitamos más que nunca una acción colectiva».

En su nuevo informe, ONUSIDA examina cinco elementos fundamentales del plan acordado por los Estados miembros en la Reunión de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el Sida que deben implementarse urgentemente para detener la pandemia de sida y que, pese a ser fundamentales, carecen de financiación y no han recibido ninguna prioridad para la prevención, preparación y respuesta a la pandemia. Estos compromisos son:

  • Infraestructura dirigida por la comunidad y centrada en las personas.
  • Acceso equitativo a medicamentos, vacunas y tecnologías sanitarias.
  • Apoyo a los trabajadores en las primeras líneas de la pandemia.
  • Derechos humanos en el centro de las respuestas a la pandemia.
  • Sistemas de datos centrados en las personas que pongan de manifiesto las desigualdades. 

El llamamiento a la ampliación de las inversiones y los cambios en las leyes y políticas para acabar con las desigualdades que impulsan el sida y otras pandemias está respaldado por los líderes en la respuesta mundial a la salud y la pandemia de todo el mundo.

«Si no tomamos las medidas necesarias para abordar las desigualdades que impulsan el VIH hoy en día, no solo no lograremos poner fin a la pandemia de sida, sino que también dejaremos nuestro mundo peligrosamente desprotegido para futuras pandemias», afirmó Helen Clark, copresidenta del Panel Independiente de Preparación y Respuesta ante una Pandemia, en un prólogo especial del informe de ONUSIDA. «La pandemia encuentra espacio para crecer en las fracturas de sociedades divididas. Los increíbles científicos, médicos, enfermeros y comunidades que trabajan para acabar con las pandemias nunca podrán tener éxito a menos que los líderes mundiales adopten las medidas que les permitan lograrlo».

ONUSIDA y los expertos en salud mundial subrayan que, si bien los intereses económicos, como siempre, matarán a millones de personas y dejarán al mundo atrapado en las pandemias colindantes que llevan décadas azotándonos, los líderes sí pueden, actuando de forma audaz y conjunta, abordar todas esas desigualdades en las que las pandemias prosperan, acabar con el sida, superar la crisis de la COVID-19 y proteger al mundo frente a las amenazas de futuras pandemias.

«Los patógenos que van desde el VIH hasta el virus que se esconde detrás de la COVID-19 invaden las grietas y las fisuras de nuestra sociedad con un oportunismo incansable», afirmó Paul Farmer, de Partners in Health, una organización sin ánimo de lucro que desde hace décadas se dedica a tratar eficazmente el sida en entornos de pobreza material. «No obstante, el hecho de que la pandemia de sida esté determinada por las profundas desigualdades estructurales no tiene que dejarnos inactivos. Nuestros equipos, en el Haití rural y en todo el mundo, llevan años demostrándonos que con una atención integral, formas sólidas de acompañamiento y apoyo social, y una mayor dosis de justicia social, las disparidades en los resultados del VIH se pueden reducir rápidamente y los sistemas sanitarios pueden verse enseguida reforzados. No deberíamos conformarnos con menos». 

Este año precisamente hace cuarenta años que se notificaron los primeros casos de sida. Desde entonces, cuando las inversiones han cumplido los objetivos, se han producido enormes avances, especialmente en la ampliación del acceso al tratamiento. En junio de 2021, 28,2 millones de personas tenían acceso al tratamiento contra el VIH, frente a 7,8 millones en 2010, aunque el progreso se ha ralentizado considerablemente.

Los países que gozan de leyes y políticas alineadas con las pruebas, un fuerte compromiso, la participación de la comunidad y unos sistemas de salud sólidos e inclusivos han obtenido los mejores resultados, mientras que las regiones con las mayores deficiencias en materia de recursos y los países con leyes punitivas y que no han adoptado un enfoque basado en los derechos de la salud han protagonizado las peores cifras.

«Ya sabemos qué es lo que funciona: hemos visto respuestas brillantes en algunos lugares, pero es necesario aplicarlas en todas partes y para todos. Contamos con una estrategia efectiva que los líderes acordaron este año en la ONU, pero que debe implementarse en su totalidad. Poner fin a las desigualdades para poner fin al sida es una elección política que requiere reformas políticas audaces y dinero. Hemos llegado a una encrucijada. Debemos elegir qué líderes queremos: aquellos que apuestan por acciones audaces, o aquellos otros que se limitan a actuar a medias».

* La estimación de 7,7 millones de muertes relacionadas con el sida entre 2021 y 2030 es lo que los modelos de ONUSIDA predicen si la cobertura de los servicios para el VIH se mantiene constante a niveles de 2019. Si se pone en marcha la Estrategia Mundial contra el Sida 2021-2026: Acabar con las desigualdades, Acabar con el sida, y logramos alcanzar los objetivos para 2025, ONUSIDA estima que a lo largo de esta década conseguiremos evitar al menos 4,6 millones de todas esas muertes.

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El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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Informe

Invertir para poner fin al sida

La inversión de 29 000 millones de dólares al año de aquí a 2025 se destinará a la prestación de servicios integrales relacionados con el VIH, a la integración de servicios centrados en las personas y adaptados al contexto de cada caso, y a la eliminación de los impedimentos sociales y jurídicos que dificultan el desarrollo de un entorno que proporcione servicios relacionados con el VIH. Una inversión total permitirá evitar cientos de miles de muertes relacionadas con el sida y millones de nuevas infecciones por el VIH.

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El secretario general de las Naciones Unidas insta a centrarse más en acabar con las desigualdades para poner fin a la epidemia de sida

30 de abril de 2021

Cuarenta años después de que se registraran los primeros casos de sida y a pocas semanas de la reunión de alto nivel de la Asamblea General sobre el VIH y el sida, el secretario general de las Naciones Unidas ha publicado un nuevo informe con recomendaciones y objetivos para que el mundo vuelva a enderezar el rumbo para acabar con el sida 

NUEVA YORK, 30 de abril de 2021—El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, ha advertido de que, a pesar de las intensas medidas y los progresos realizados contra el VIH en algunos lugares y grupos de población, la epidemia del VIH sigue expandiéndose en otros, y ha publicado 10 recomendaciones clave.* Si todos los países las cumplen, se pondrá fin a la pandemia del sida como amenaza para la salud pública antes del fin de 2030, como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En un nuevo informe, Superar las desigualdades y enderezar el rumbo
para acabar con el sida de aquí a 2030
, el secretario general de las Naciones Unidas insta al mundo a abordar las desigualdades que están ralentizando el progreso. 

"Es imprescindible romper el ciclo insostenible y cada vez más costoso de avanzar tan despacio en la lucha contra el VIH, pero nunca lo suficiente para poner fin a la pandemia", afirmó Guterres en el informe. "La desigualdad es la razón principal de que no se cumplieran las metas mundiales fijadas para 2020. Para acabar con la desigualdad, hay que lograr resultados transformadores para las personas que viven con el VIH, las comunidades y los países".

Los objetivos mundiales establecidos en la Declaración Política sobre el VIH y el Sida de la Asamblea General de 2016 se incumplieron en gran medida, lo que permitió que la pandemia de sida creciera en muchas regiones y países. Los alarmantes 1,7 millones de nuevas infecciones por el VIH que se produjeron en 2019 son más de tres veces superiores al objetivo de 2020 de menos de 500 000 nuevas infecciones. Además, las 690 000 muertes relacionadas con el sida en 2019 superan considerablemente el objetivo de 2020 de reducir las muertes a menos de 500 000 al año.

"Poner fin a la epidemia de sida como amenaza para la salud pública para 2030 sigue estando a nuestro alcance: muchos países están demostrando que es posible avanzar rápidamente en la respuesta al VIH cuando se adoptan estrategias basadas en pruebas y enfoques basados en los derechos humanos", afirmó la directora ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima. "Pero requiere un liderazgo político audaz para desafiar y abordar las injusticias y desigualdades sociales que siguen convirtiendo a ciertos grupos de personas y comunidades enteras en altamente vulnerables a la infección por el VIH".

El informe muestra que la COVID-19 ha ocasionado contratiempos adicionales. El secretario general de las Naciones Unidas advirtió de que la COVID-19 no es una excusa para no alcanzar los objetivos en materia de sida, sino más bien una dura advertencia para los países de que no pueden permitirse seguir invirtiendo menos de lo debido en la preparación y las respuestas a la pandemia.

Al mismo tiempo, la pandemia de COVID-19 ha servido para destacar los numerosos beneficios indirectos de las inversiones relacionadas con el VIH en materia de salud y desarrollo. La prestación de servicios liderada por la comunidad, que debe su origen a la respuesta al VIH, está ayudando a superar los enormes impedimentos originados por la COVID-19.

El conjunto de 10 recomendaciones para volver a poner el mundo en marcha incluye: abordar las desigualdades y llegar a todas las personas que viven con el VIH o corren el riesgo de infectarse para reducir las nuevas infecciones anuales por el VIH a menos de 370 000 y las muertes anuales relacionadas con el sida a menos de 250 000 para 2025; dar prioridad a la prevención del VIH para garantizar que el 95% de las personas en riesgo de infectarse tengan acceso a opciones eficaces de prevención para 2025; y eliminar las nuevas infecciones por el VIH entre los niños.

El informe subraya que es fundamental abordar los factores sociales y estructurales que perpetúan las desigualdades. Destaca, por ejemplo, cómo la desigualdad de género, respaldada por unas normas de género perjudiciales, restringe el uso por parte de las mujeres de los servicios de VIH y de salud sexual y reproductiva al perpetuar la violencia de género y limitar el poder de decisión, incluida la capacidad de las mujeres y las niñas para rechazar las relaciones sexuales no deseadas, negociar unas relaciones sexuales más seguras y mitigar el riesgo de infectarse por el VIH.

También muestra cómo las comunidades vulnerables, marginadas y criminalizadas, como los hombres homosexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, las personas que consumen drogas, los trabajadores sexuales, las personas transgénero, los reclusos y los migrantes también siguen corriendo un mayor riesgo de infección por el VIH que la población general, puesto que no reciben información esencial ni servicios de tratamiento, prevención y atención del VIH.

El secretario general de las Naciones Unidas describe cómo las comunidades de personas que viven con el VIH, las que corren el riesgo de infectarse y las que están afectadas por el VIH son la columna vertebral de la respuesta al VIH. Las iniciativas lideradas por las personas que viven con el VIH, las mujeres, los grupos de población clave, los jóvenes y otras comunidades afectadas han identificado y abordado las principales desigualdades y deficiencias en los servicios, han defendido los derechos de sus integrantes y han ampliado el alcance, la escala y la calidad de los servicios sanitarios.

En el informe, el Sr. Guterres aplaude la reciente Estrategia Mundial sobre el Sida 2021-2026 adoptada por ONUSIDA. Poner fin a las desigualdades, poner fin a la epidemia de sida. "Las lecciones de los países, ciudades y comunidades que han acelerado con éxito sus respuestas al VIH en los últimos cinco años son imprescindibles para la Estrategia Mundial sobre el Sida 2021-2026 de ONUSIDA", dijo el Sr. Guterres. “La comunidad internacional del sida y ONUSIDA ha centrado el desarrollo de su estrategia en las desigualdades. Esta cuenta con nuevos objetivos ambiciosos, granulares y confeccionados para llegar primero a los más rezagados”.

El informe se publica 25 años después de la creación de ONUSIDA y explica la forma en que la COVID-19 ha puesto de manifiesto ciertas desigualdades sociales y deficiencias en el sistema sanitario. El secretario general de las Naciones Unidas señala que el mundo debería aprovechar la experiencia de la respuesta a la pandemia del sida para fortalecer los sistemas sanitarios de todo el mundo y mejorar la preparación de cara a una pandemia. También apela a una mayor solidaridad mundial que permita cerrar la brecha de recursos para el VIH y aumentar las inversiones anuales para el VIH en los países de renta media y baja a 29 000 millones de dólares para 2025. 

*Las 10 recomendaciones que se recogen en el informe del Secretario General de las Naciones Unidas:

  1. Reducir y eliminar las graves desigualdades interseccionales que impiden erradicar el sida.
  2. Priorizar la prevención del VIH y asegurarse de que el 95 % de las personas expuestas al riesgo de infección por el VIH puedan acceder y acogerse a distintos programas combinados de prevención adecuados, priorizados, centrados en las personas y eficaces de aquí a 2025.
  3. Subsanar las deficiencias en la detección, tratamiento y supresión del VIH que limitan la eficacia de la respuesta al virus y cumplir, de aquí a 2025, las metas 95–95–95 relativas a la detección y el tratamiento en todas las subpoblaciones, grupos de edad y entornos geográficos, incluidos los niños que viven con el VIH.
  4. Erradicar la transmisión vertical del VIH y acabar con el sida en los pacientes pediátricos.
  5. Colocar la igualdad de género y los derechos humanos de mujeres y niñas en toda su diversidad en el centro de las iniciativas para mitigar el riesgo y el impacto del VIH.
  6. Aplicar el MPPVS (mayor participación de las personas que viven con el VIH y el sida) y empoderar a las comunidades de personas que viven con el VIH, las mujeres, los adolescentes y los jóvenes y las poblaciones clave para que puedan participar de forma decisiva en la respuesta al VIH.
  7. Respetar, proteger y hacer valer los derechos humanos de las personas que viven con el VIH, en riesgo de contraerlo y afectadas por el virus, y garantizar, de aquí a 2025, que menos del 10 % de las personas que viven con el VIH y de las poblaciones clave sean estigmatizadas y discriminadas.
  8. Impulsar la solidaridad internacional para subsanar las carencias de recursos en la respuesta al VIH y aumentar la inversión anual en el VIH en los países de ingreso bajo y mediano hasta alcanzar los 29.000 millones de dólares de aquí a 2025.
  9. Avanzar rápidamente en pos de la cobertura sanitaria universal y afianzar los sistemas de atención primaria de salud, reconstruir mejor y de manera más justa después de la COVID-19 y las crisis humanitarias, y mejorar la seguridad sanitaria y la preparación de cara a futuras pandemias en todo el mundo.
  10. Aprovechar los 25 años de experiencia, conocimientos especializados y mandatos del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) para desarrollar una colaboración multisectorial y basada en derechos con múltiples interesados con miras a erradicar el sida y garantizar la salud de todas las personas como bien público mundial.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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ONUSIDA acoge con enorme agrado la decisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas de celebrar una reunión de alto nivel en materia de VIH y sida en 2021

25 de febrero de 2021

GINEBRA, 25 de febrero de 2021—ONUSIDA acoge con enorme agrado la decisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas de celebrar la reunión de alto nivel en materia de VIH y sida entre el 8 y el 10 de junio de 2021. Esta reunión de alto nivel analizará el progreso realizado en lo referente a la reducción del impacto del VIH desde la última reunión del mismo tipo celebrada en el año 2016. La Asamblea General espera adoptar una nueva declaración política que guíe la dirección futura de la respuesta al sida. Dicha reunión tendrá lugar precisamente cuando se cumplen 40 años del primer caso diagnosticado de sida y cuando ONUSIDA celebra su 25.º aniversario.

«Los líderes mundiales han de aprovechar la oportunidad que se les brinda con esta nueva reunión de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas en materia de VIH y sida para mantener su foco de atención y su compromiso para acabar con el sida como amenaza para la salud pública, en el margo de su Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible», recalcó Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «La epidemia de sida sigue siendo un asunto pendiente. Debe dejar de existir en todo el mundo y para todas las personas, incluyéndose aquí las mujeres jóvenes, las adolescentes y otros grupos de población desproporcionadamente afectados por el VIH. El derecho a la salud nos asiste a todos».

El progreso para acabar con la epidemia de sida como amenaza para la salud pública para 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible ha sido muy irregular, y no se han alcanzado los objetivos mundiales para 2020 adoptados en la Declaración política de las Naciones Unidas de 2016 para acabar con el sida. El estigma y la discriminación, la marginalización y la criminalización de comunidades enteras y la falta de acceso a la atención sanitaria, la educación y otros servicios esenciales continúan alimentando la epidemia. Las mujeres y las chicas en el África Subsahariana y los grupos de población clave (gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, trabajadores sexuales, personas trans, usuarios de drogas inyectables y presos) siguen siendo en todos los rincones las personas más desproporcionadamente afectadas por la epidemia del VIH.

ONUSIDA está actualmente trabajando en el desarrollo de una nueva estrategia mundial en materia de sida para 2021-2026 que permita incluir a todas las partes interesadas en la respuesta al sida. El borrador final de esta estrategia será revisado en marzo de 2021 por la Junta de Coordinación del ONUSIDA con vistas a su adopción. La nueva estrategia mundial del sida incluirá nuevos objetivos para garantizar que nadie quede atrás en la respuesta al sida, con independencia de dónde viva o quién sea. De lograrse estos objetivos, el número de nuevas infecciones por el VIH se reduciría hasta 370 000 para 2025, y el número de personas que mueren por enfermedades relacionadas con el sida caería hasta 250 000 en 2025.

Incluso lo ya ganado contra el VIH se ve ahora amenazado por las interrupciones y la desorganización provocada por la pandemia de la COVID-19. La reunión de alto nivel brinda la oportunidad de garantizar que el mundo hoy refuerce la resiliencia de la respuesta al sida, se comprometa a una rápida recuperación tras el COVID-19 y aproveche las lecciones aprendidas tanto de la epidemia del VIH como de la COVID-19 para crear sociedades más resilientes y sistemas sanitarios preparados para encarar los futuros desafíos que se presenten en materia de salud.

«La respuesta al sida nos ha enseñado que la responsabilidad global es fundamental para lograr un progreso más sostenido frente al impacto de amenazas sanitarias como la de la COVID-19», insiste la Sra. Byanyima. «Debemos aunar esfuerzos internacionalmente para reducir las desigualdades entre los países y dentro de cada uno de ellos, con el fin de fortalecer así la capacidad mundial de contener y derrotar los futuros desafíos mundiales en materia de salud que ponen en riesgo vidas y medios de subsistencia en todo el mundo».

ONUSIDA valora sobremanera y agradece el duro trabajo llevado a cabo por los cofacilitadores de la reunión de alto nivel y las misiones permanentes a las Naciones Unidas de Australia y Namibia en el marco de la adopción de la resolución. Del mismo modo, pone de manifiesto el gran papel desempeñado por el Presidente de la Asamblea General para liderar el proceso.

Teniendo en cuenta las restricciones impuestas para frenar la propagación de la pandemia de la COVID-19, aún no se ha decidido si la reunión de alto nivel consistirá en un encuentro en persona, en una asamblea virtual o en una mezcla de ambos formatos. En línea con la resoluci´ón, ONUSIDA anima a participar al mayor número posible de Estados miembros de las Naciones Unidas y recuerda también la importancia de contar en la reunión de alto nivel con la presencia de representantes de las organizaciones de la sociedad civil y de las personas que viven con el VIH o corren el riesgo de contraerlo. ONUSIDA también espera que tenga lugar la sesión con las distintas partes interesadas, pues la considera una gran ocasión para escuchar las voces de las personas que viven con el VIH, que corren el riesgo de infectarse o que están afectadas por el virus, incluyéndose aquí los grupos de población clave.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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