East and Southern Africa

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Solo orgullo

04 Marzo 2020

Ronie Zuze cree en el poder de la información. No solo le salvó a elle (Ronie prefiere utilizar pronombres y determinantes neutros), también tiene claro que puede cambiar otras vidas y mentalidades.

Su padre estaba eufórico cuando le dijeron que había nacido su primer hijo varón, Ronie. «Nací con genitales ambiguos, así que los médicos me asignaron género masculino», afirma Ronie, que creció como niño y vistió así hasta los 16 años.

«Ahí fue cuando mi cuerpo empezó a desarrollar algunos atributos femeninos, a pesar de que yo me consideraba chico», dice Ronie.

Su padre entró en pánico y le mandó a vivir a otra ciudad con su antigua esposa.

«Mi padre estaba muy confuso y temeroso por los estigmas y la discriminación», afirma Ronie, «así que me mandó fuera».

Su madre le avisó de que a partir de entonces tendría que ser una chica y de que tendría que tener cuidado con la gente. «Me prohibieron las fiestas de pijama y los deportes de contacto», recuerda Ronie, que cree que la vergüenza a su alrededor le llevó a una espiral de odio a sí mismo y negación. «Traté de suicidarme dos o tres veces y consumí cantidades ingentes de alcohol y drogas». Afirma Ronie.

Comenzó a buscar ayuda en internet con la idea de que habría otras personas en su misma situación. Esto le llevó a encontrar mucha información acerca de lo que significaba ser una persona intersexual.

Ronie descubrió que nacen con cualquiera de las posibles variaciones en las características sexuales, incluyendo cromosomas, gónadas o genitales que no encajan en las definiciones comunes de mujer u hombre.

«Toda esta información me capacitó para entender quién era yo», afirma Ronie. «Dejé de avergonzarme de quien soy».

La mayoría de personas involucradas estaban en Europa o Norteamérica. «Si entre el 1,7 y el 2% de la población son personas intersexuales, entonces sabía que tenía que haber más personas como yo en África», dice Ronie mientras se aparta una de sus rastas.

Ronie se unió a un grupo local de lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales. Al principio se identificaba como lesbiana, pero no se sentía a gusto con ello. Incluso la propia comunidad no comprendía a las personas intersexuales, afirma Ronie. Fue entonces cuando decidió convertirse en una voz para las personas intersexuales y en 2018 creó una organización, la Comunidad Intersexual de Zimbabwe. Ronie se considera una persona de género no binario.

«Como activista, empodero a otras personas intersexuales, hablo por la gente que no puede, les animo a sentirse orgullosos y les proporciono apoyo e información», afirma Ronie, que pasa mucho tiempo con otras personas intersexuales y con sus familiares cercanos. Recorren las calles y les piden a los padres que dejen a la naturaleza seguir su curso y no se apresuren en asignar un género u otro a sus hijos intersexuales. Creen que una persona intersexual debería decidir por sí misma cuando tienen edad suficiente para tomar esa elección.

«Sé que hay muchos estigmas e ideas equivocadas sobre los cuerpos de las personas intersexuales, pero los padres no han de temer», dice Ronie. «Quiero que las personas intersexuales sepan que no hay nada por lo que sentir vergüenza, solo orgullo».

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La Directora Ejecutiva de ONUSIDA insta a Uganda a ampliar su acción en el país

09 Enero 2020

La nueva Directora Ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, ha visitado su país de nacimiento, Uganda, durante un viaje oficial.

En su reunión con la ministra de la presidencia, Esther Mbayo, la Sra. Byanyima elogió los esfuerzos del presidente de Uganda, Yoweri Museveni, en la respuesta al VIH. Además, subrayó la brecha de financiación de siete mil millones de dólares estadounidenses en la respuesta mundial al sida, e insistió en que se debe hacer aún más en el país. «Hoy en día, Uganda tiene el 93 % de la respuesta al sida financiada externamente», señaló. «Son nuestros amigos los que nos están ayudando a seguir vivos, pero no podemos depender siempre de ellos».

Añadió, asimismo, que muchos países africanos, incluida Uganda, pronto se convertirán en economías de medianos ingresos y que, por tanto, recibirán menos ayuda internacional. A lo largo de todo el día insistió en el mismo mensaje dirigido al personal de las Naciones Unidas, a las partes interesadas y a los socios: es fundamental superar el estancamiento en lo referente a la financiación y hay que reducir el derroche financiero, las deficiencias y la corrupción.

La Sra. Byanyima puso también de manifiesto la necesidad de centrarse en las mujeres y en las niñas africanas. «Hemos de hacer más para corregir las desigualdades de género y acabar con la violencia de género», destacó.

En las regiones de África oriental y meridional, las chicas y las mujeres jóvenes tienen dos veces más probabilidades de contraer el VIH que los hombres. En Uganda, la prevalencia total del VIH se sitúa en el 5,7 % y el 34 % de las nuevas infecciones se producen entre las personas jóvenes de entre 15 y 24 años.

Subrayó también que Uganda no  debería renunciar a velar por los derechos humanos de nadie, y que, por tanto, debería abolir la actual ley que rige las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo. Defendió que los gobiernos no deberían discriminar, al denunciar que los gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres y los trabajadores sexuales fueran negados su acceso a la atención sanitaria.

Durante una reunión con la sociedad civil, la Sra. Byanyima animó a todas las personas a alzar la voz, exhortándolos: «Vosotros sois la voz de los ciudadanos y deberíais trasladar esa responsabilidad al Gobierno y a los demás».

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Una atención rápida y efectiva para los niños VIH positivos

26 Diciembre 2019

Las innovaciones en las pruebas rápidas y los medicamentos adaptados a los niños están salvando vidas en Uganda.

Por Karin Schermbrucker y Adrian Brune — Originalmente publicado por UNICEF

El año pasado, cada día casi 450 lactantes contrajeron el VIH, la mayoría de ellos durante el parto. Estos niños corren un riesgo extremadamente alto de morir en los dos primeros años de vida. Sin embargo, muchos de ellos nunca reciben ni un diagnóstico ni un tratamiento.

Las pruebas y el tratamiento inadecuados del VIH entre los niños constituyen un problema generalizado. Aunque la tasa mundial de tratamiento para las madres que viven con el VIH se sitúa en 2019 en el 82 %, la tasa de diagnóstico y tratamiento de los niños con VIH es de tan solo el 54 % en la mayoría de las regiones.

Esta falta de cobertura se debe a menudo a que los procesos de diagnóstico tienden a ser más complicados y laboriosos para los niños. A los lactantes es preciso administrarles un tipo especial de prueba del VIH (virológica) que no está fácilmente disponible en la mayoría de los países de bajos y medianos ingresos.

Y aunque existen medicamentos antirretrovirales para niños que son apropiados para su edad, pueden resultar difíciles de encontrar en muchas zonas, debido, en gran medida, a la falta de inversión para poner a prueba estos medicamentos.

Este retraso en el diagnóstico y el tratamiento no tiene por qué ocurrir. UNICEF y el Ministerio de Salud de Uganda realizaron hace poco reformas en el tratamiento del VIH para los niños con las que cosecharon gran éxito. Con la ayuda de un grupo de asociados y de instrumentos de diagnóstico innovadores, 553 establecimientos de todo el país pudieron proporcionar terapia antirretroviral a los niños, en comparación con los 501 establecimientos de 2017.

UNICEF/UNI211885/Schermbrucker

El 20 de agosto de 2019, el Dr. Denis Nansera, pediatra, examina a Kansiime Ruth, de 25 años, y a sus hijas de 1 y 4 años, en el Hospital Regional de Referencia de Mbarara, en el distrito de Mbarara, en la región occidental de Uganda.  «Había un buen número de madres que no recibía atención prenatal. Pero con los avances médicos se reducen enormemente el tiempo que se tarda en diagnosticar a un niño y el tiempo que se tarda en medicarlo», dice el Dr. Nansera. Foto: UNICEF/UNI211885/Schermbrucker

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La hija de 1 año de Kansiime durante una sesión para pesarla y medirla en el Hospital Regional de Referencia de Mbarara el 20 de agosto de 2019. UNICEF, en colaboración con el Ministerio de Salud de Uganda y la Iniciativa Clinton de Acceso a la Salud, ha puesto en práctica pruebas de diagnóstico temprano del lactante en el punto de atención. Este rápido proceso de pruebas utiliza dispositivos fáciles de transportar, operar y mantener, lo que permite que haya más centros de salud que diagnostican a los lactantes. Con un diagnóstico temprano, los bebés pueden iniciar inmediatamente la terapia antirretroviral. Foto: UNICEF/UNI211886/Schermbrucker

UNICEF/UNI211916/Schermbrucker

Enoch Turyatemba, técnico de laboratorio del Hospital Regional de Referencia de Mbarara, toma una muestra de sangre de un bebé para realizarle pruebas de diagnóstico precoz, las cuales detectan la presencia del VIH y determinan los resultados el mismo día.   «Antes de [que se instalaran] las máquinas en el Punto de Atención (POC), teníamos que tomar muestras de sangre seca y enviarlas lejos. El tiempo de respuesta a veces era de meses», dice Enoch. «Con una máquina en el POC, los niños seropositivos pueden comenzar el tratamiento al día siguiente. Estamos salvando vidas», añade Enoch. Foto: UNICEF/UNI211916/Schermbrucker

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Enoch Turyatemba analiza una muestra de sangre con la máquina POC. Además de las pruebas rápidas, el Ministerio de Salud ha aprobado el uso de píldoras orales de medicamentos pediátricos contra el VIH, las cuales pueden mezclarse con alimentos y/o leche materna para disimular el sabor amargo del medicamento. Además, las píldoras no necesitan refrigeración, lo que supone un gran avance. Foto: UNICEF/UNI211884/Schermbrucker

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Kenyonyozi Joseline sostiene a su bebé dentro de la clínica POC del Hospital Mbarara.  Las adolescentes son más vulnerables a la infección por el VIH porque sus sistemas reproductivos no están plenamente desarrollados. La desigualdad de género y las normas patriarcales en Uganda también dificultan el que las niñas y las jóvenes puedan acordar relaciones sexuales sin riesgo, lo que las predispone a los embarazos precoces y al VIH. Foto: UNICEF/UNI211905/Schermbrucker

UNICEF/UNI211891/Schermbrucker

Kenyonyozi lleva a su bebé a la espalda a las afueras de la clínica POC. Los servicios pediátricos del VIH están muy por detrás de los de los adultos y las mujeres embarazadas.  Mientras que el 82 % de las madres que viven con el VIH reciben tratamiento, solo el 54 % de los niños que viven con el VIH tienen acceso a medicamentos que salvan vidas. Apenas el 59 % de los bebés nacidos de madres que viven con el VIH se someten a la prueba del VIH durante los dos primeros meses de vida. Foto: UNICEF/UNI211891/Schermbrucker

UNICEF/UNI211907/Schermbrucker

Kansiime y sus hijas llegan al Hospital Mbarara.  Los tres miembros de la familia viven con el VIH y van a la clínica habitualmente para recoger sus medicamentos.  «Cuando voy al hospital, estoy rodeada de otras mujeres que han venido a recibir tratamiento.  Estamos allí por la misma razón», dice Kansiime. «Esto me ha ayudado a superar el estigma y me ha dado fuerzas». Foto: UNICEF/UNI211907/Schermbrucker

UNICEF/UNI211882/Schermbrucker

Kansiime da un medicamento pediátrico para el VIH a su bebé en su hogar en Uganda occidental. Su hija toma ahora las píldoras orales en lugar del jarabe amargo que solía recibir, lo que ha ayudado a reducir su carga viral. «Es mucho más fácil darle las píldoras mezcladas con la comida para que no tenga problemas con el sabor», dice Kansiime. «Mi consejo a otras madres: dadles a vuestros hijos la medicación que necesitan para que puedan vivir más tiempo y educar a los demás». Foto: UNICEF/UNI211882/Schermbrucker

UNICEF/UNI211903/Schermbrucker

La hija de Kansiime, de 4 años, asoma la cabeza por la puerta de su casa. Ella nació con el VIH y necesita tomar medicamentos todos los días.  Sin embargo, ha sobrevivido más allá del período crítico para los niños pequeños y los lactantes, lo que hace más probable su supervivencia en la adolescencia y más allá. «Me encanta cantar, mi canción favorita es una canción llamada Sconto», dice. Foto: UNICEF/UNI211903/Schermbrucker

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Kabiite, de 32 años, ayuda a su bebé a tomar sus medicamentos pediátricos contra el VIH en su casa de Isongo, Uganda. Ambas viven con el VIH.  «Le doy a mi bebé medicamentos una vez al día», dice. «Inicialmente, la medicina la debilitaba y la hacía vomitar. Pero hoy en día ella está bien con la medicina, ya que yo machaco la píldora y la pongo en agua, y se la toma fácilmente». Foto: UNICEF/UNI211928/Schermbrucker

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Kabiite juega con su hija a las puertas de su casa. Kabiite es seropositiva, pero la medicación regular mantiene su fuerza y su espíritu arriba. «Me encanta jugar con mis hijos, llevarlos a jugar a la plantación de plátanos, cocinar juntos», confiesa Kabiite. «¡A mi hija le encanta jugar al fútbol! ¡Y es buena!». Foto: UNICEF/UNI211933/Schermbrucker

En este Día Mundial de la Lucha contra el Sida, UNICEF hace un llamamiento a todos los Gobiernos y aliados para que cierren urgentemente la brecha que existe en las pruebas y el tratamiento de los niños y los adolescentes que viven con el VIH y el sida; para que establezcan comunidades de apoyo libres de estigma que ofrezcan oportunidades para la realización de pruebas y el tratamiento de la enfermedad; y para que promulguen mejores políticas y derechos para que las personas que viven con esta epidemia puedan sobrevivir.

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Los kioscos sanitarios están logrando ampliar los servicios relacionados con el VIH en Zimbabwe

18 Diciembre 2019

Al recorrer Zimbabwe en coche un sábado o domingo cualquiera, se descubren muchos lugares dedicados al culto religioso. En algunos casos se trata de estructuras fijas, mientras que en otros son móviles. Algunos servicios religiosos se celebran incluso bajo árboles o en espacios abiertos.

Son muchas las personas religiosas que habitan en Zimbabwe. La comunidad apostólica es una gran secta religiosa que disuadía a sus miembros de buscar ayuda médica, incluidos los servicios del VIH, y apostaba por la oración como cura. Como consecuencia de ello, muchas personas contrajeron enfermedades prevenibles que, sin embargo, las llevaron a la muerte. No obstante, desde la puesta en marcha de los llamados kioscos sanitarios, la comunidad está animando a sus miembros a acceder a la atención sanitaria.

David Adashe (nombre ficticio), un líder apostólico en Gokwe Norte, explicó que los servicios sanitarios prestados por voluntarios de la Iglesia formados por el ministerio de sanidad de Zimbabwe ayudaron a su congregación a acceder a la tan necesitada información referente a la prevención del VIH. Describió ese proceso como «un paso de la oscuridad más absoluta a una claridad total».

El Sr. Adashe comentó cómo había cambiado el punto de vista de su congregación respecto a la búsqueda de asistencia en materia de salud procedente de las instalaciones sanitarias. Ahora salen a buscar atención médica, reciben asesoramiento procedente de voluntarios preparados para ello y son derivados a centros sanitarios cuando requieren servicios adicionales. «Yo era muy ingenuo y me negaba a tomarme en serio las cuestiones relacionadas con la salud. Sin embargo, ahora, desde que apareció el programa de los kioscos sanitarios, me siento más capacitado. Ahora soy yo quien anima a mi familia a que acceda a los servicios sanitarios que le puede ofrecer la clínica», cuenta.

Desde marzo de 2018, World Vision Zimbabwe, en colaboración con el ministerio de salud y atención a la infancia, ha capacitado a los líderes confesionales como el Sr. Adashe y a los voluntarios de la Iglesia impartiendo cursos de formación y creando espacios seguros a través de los cuales acercar la información y los servicios sanitarios a sus congregaciones.

Un voluntario de un kiosco sanitario en Gwanda señalaba que «como voluntario, observé que, antes, para algunas personas resultaba difícil el viajar a la clínica de su localidad por sí mismos en busca de asistencia médica. Pero, ahora, desde el inicio del programa, resulta sencillo, ya que, con los kioscos sanitarios, tienen acceso a la información justo al salir de su casa».

Muchos de los centros de culto que participan en el programa de los kioscos sanitarios reconocen haber visto cómo, gracias a dicho programa, se ha triplicado el acceso al tratamiento del VIH y a la información sanitaria. La mitad de las personas que solicitó información referente al VIH se realizó la prueba y obtuvo sus resultados. Aquellos cuyos resultados fueron positivos iniciaron una terapia antirretrovírica y recibieron apoyo para ser atendidos por voluntarios de la Iglesia formados para ello.

Los líderes confesionales y los voluntarios de la Iglesia desempeñan un papel clave a la hora de controlar la epidemia del VIH. Atienden a sus miembros, crean espacios seguros para el intercambio de información y se ganan la confianza de las personas. El contacto periódico con las congregaciones permite a los voluntarios cubrir la brecha existente en los servicios para llegar a quienes más ayuda necesitan. Los kioscos sanitarios sirven asimismo como plataformas efectivas y sostenibles para acercar a las comunidades religiosas y no religiosas con el fin de abordar las necesidades sanitarias de sus miembros y proveer espacios seguros en los que tratar otras cuestiones relacionadas con la salud.

«Los hallazgos realizados por el programa de los kioscos sanitarios son prometedores en cuanto a la erradicación de la epidemia del VIH. Este es un ejemplo clave de respuestas lideradas por, para y dentro de las comunidades religiosas, en el que se ve cómo las comunidades proporcionan espacios seguros para sus miembros y les prestan apoyo. Estos tipos de respuestas son esenciales para acabar con las nuevas infecciones por el VIH y con las muertes relacionadas con el sida, y resultan vitales para hacer realidad el objetivo de la cobertura sanitaria universal», recalcó Laurel Sprague, responsable del departamento de movilización y apoyo a las comunidades, justicia e inclusión social de ONUSIDA.

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Discurso de la Directora Ejecutiva de ONUSIDA Winnie Byanyima durante la presentación del informe del Día Mundial del Sida

26 Noviembre 2019

INTRODUCCIÓN

James Nyoro, secretario de gabinete y gobernador en funciones, compañeros del sistema de las Naciones Unidas. ¡Hola! ¡Jambo!

Voluntarios de la comunidad que dedicáis vuestro tiempo a la atención sanitaria, sois mis héroes. Me siento muy feliz por estar hoy aquí, en el condado de Kiambu, en Kenia.

Y estoy muy agradecida por la gran y sincera acogida que vuestra comunidad ha dado a la publicación del informe de ONUSIDA, Power to the people.

Gracias, miles de gracias, jóvenes. Sobre todo a esa persona joven con discapacidad que acaba de hablarnos y que nos ha recordado que todas las personas que viven con el VIH no son iguales. Todas y cada una de ellas es diferente, y hemos de llegar a todas, sin excepción. Lo tendremos muy presente. Actuaremos en consecuencia.

Quiero, asimismo, expresar mis condolencias y transmitir mi solidaridad a todas las personas de Pokot Occidental por las trágicas pérdidas de vidas y propiedades de las que han sido víctimas debido a las lluvias torrenciales y los desprendimientos de tierras. Vuestro dolor es el nuestro.

Lanzamiento del informe Power to the people

Estoy aquí porque África es el continente más afectado por la epidemia del VIH.

Más de 25 millones de personas viven con el VIH en el África subsahariana, una cifra que representa más de dos terceras partes del total de todo el mundo, que está en 37,9 millones de personas que viven con el virus.

Estoy también aquí porque muchos países africanos están liderando la estrategia para poner fin al sida. Somos héroes, luchamos contra la epidemia.

En Kenia, las muertes relacionadas con el sida se han reducido en más del 50 % desde 2010, y las nuevas infecciones por el VIH también han descendido en torno a un 30 %. Eso es un logro. Un gran logro. Un logro gigante. Hemos conseguido un gran progreso en poco tiempo.

Hoy puedo anunciaros que 24,5 millones de personas que viven con el VIH en todo el mundo ya tienen acceso a un tratamiento que va a salvarles la vida. Tenemos grandes noticias y hemos sido testigos de un gran progreso.

Unámonos a la maratón para erradicar el sida

Es un día muy especial para mí.

Estoy presentando mi primer informe de ONUSIDA.

Con este nuevo informe, no pretendo sino rendir un homenaje a todas las familias y las comunidades devastadas por el sida, y también a los grupos y las comunidades de mujeres que han movilizado y transformado la respuesta al sida. Os felicito. Mi más sincera enhorabuena. Os debemos muchísimo.

En mi país, las mujeres se reúnen en los pueblos, compran cazuelas y mantas, se cuidan las unas a las otras, entierran a los muertos y no permiten que nadie sufra en soledad. Fueron las mujeres de nuestras comunidades las que consiguieron todo eso.

Hoy muestro mi compromiso con ONUSIDA, para dar con ella grandes pasos en una nueva dirección.

Lucharemos contra la desigualdad y la pobreza.

El primer paso ha de ser ocuparnos de la desigualdad y de las injusticias que alimentan la epidemia del VIH.

El sida hiere a las personas que viven en la pobreza. Supone un problema para todos, pero, en el caso de las personas sin recursos, es un gran problema. Con mayúsculas.

Tenemos que acabar con la desigualdad. No hay derecho a que haya gente que pueda seguir un tratamiento y vivir muchos años, mientras que otros ni tan siquiera disponen de atención sanitaria y su destino inmediato es la muerte.

Tenemos que enfrentarnos a la desigualdad, debemos sacar a todo el mundo de la pobreza.

Necesitamos proveer a la gente de más servicios: educación, salud y protección social. Solo así acabaremos con el sida.

La clave está en la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.

Si queremos decir adiós al sida, debemos fomentar los derechos de las mujeres. Por ello, nuestro segundo gran paso debe ir dirigido a abordar la desigualdad de género.

A pesar de los logros alcanzados en materia de prevención y tratamiento, el VIH sigue siendo la principal causa de muerte en todo el mundo de las mujeres en edades comprendidas entre los 15 y los 49 años.

Cada semana aproximadamente 6000 chicas jóvenes de entre 15 y 24 años se infectan por el VIH.

En toda la región del África subsahariana, las mujeres jóvenes y las chicas se enfrentan a tasas de VIH mucho más elevadas que los hombres y los chicos.

Las mujeres jóvenes del África subsahariana de entre 15 y 24 años tienen el doble de probabilidades de vivir con el VIH que los hombres de la misma edad.

Son cifras que nos avergüenzan a todos.

Estamos ante una injusticia de género cuyas repercusiones son trágicas. ¿Por qué las mujeres jóvenes son más vulnerables?

Si vamos a cumplir nuestras promesas, tenemos que acabar con las desigualdades de poder entre hombres y mujeres que solo llevan al riesgo y la vulnerabilidad por el VIH.

Hemos de defender la igualdad de género y capacitar a las mujeres jóvenes y a las chicas para transformar nuestras sociedades.

En todo el mundo, una de cada tres mujeres sufrirá algún tipo de violencia física o sexual a lo largo de su vida.

En muchísimas de nuestras comunidades, la primera experiencia sexual de una mujer es forzada y violenta. Eso es una realidad.

Ayer lanzamos 16 días de activismo contra la violencia de género. Cada día deberíamos comprometernos a conseguir la igualdad para las mujeres y las chicas, pues será así como acabaremos con su vulnerabilidad a la violencia.

Aquí en Kenia me preocupan muchísimo las tasas de feminicidio.

No hay una semana en la que no veamos en los medios de comunicación la noticia de que una mujer, casi siempre joven, ha sido asesinada por su pareja.

Alcemos la voz por esas mujeres, reclamemos justicia y peleemos por acabar con la impunidad. El mundo ha de ser un lugar seguro para todos.

ONUSIDA prestará más atención para luchar contra estas leyes, tradiciones, culturas y prácticas que permiten y perpetúan la violencia de género. El cuerpo de una mujer es su cuerpo. Solo suyo.

Tenemos el deber prioritario de garantizar que todas las mujeres y las chicas, de todas las edades, tengan despejado el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva.

Es inaceptable que millones de mujeres aún no tengan acceso a anticonceptivos, porque todos nosotros sabemos que su derecho a los métodos anticonceptivos es una parte esencial de su capacitación en todos los aspectos de la vida.

Estamos cometiendo una injusticia contra millones de jóvenes que todavía no pueden acceder a los servicios sanitarios básicos que precisan: preservativos gratuitos, pruebas del VIH sin consentimiento paterno y profilaxis previa a la exposición.

El velar por la escolarización de las chicas y su permanencia en los colegios reduce el riesgo del VIH. Tenemos que asegurarnos de que toda la gente joven siga en las escuelas, y que las escuelas ofrezcan una educación integral sobre sexualidad. Han de conocer su cuerpo, su salud.

ONUSIDA, junto con sus copatrocinadores (el Fondo de Población de las Naciones Unidas, la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), dará un paso al frente por las mujeres y las chicas, sobre todo en África.

Derechos humanos

El tercer paso que pido que demos tiene que ver con los derechos humanos.

En muchos lugares no se reconocen los derechos humanos y ciudadanos de las mujeres y las chicas, de los gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, de las personas transgénero, de los trabajadores sexuales, de las personas que consumen drogas y de las que están en prisión.

Es indudable que hemos de garantizar que todas estas personas puedan tener acceso a los servicios del VIH, pues así acabaremos con la enfermedad. Debemos tratarlas como ciudadanos con los mismos derechos, por lo que tendrán que disfrutar de su derecho a la atención sanitaria y a los servicios que las protegen del sida, a ellas y a sus parejas.

Un tercio de los grupos de población clave desconoce su estado serológico.

En muchos países todavía a día de hoy nos topamos con leyes que criminalizan a los grupos de población clave o discriminan a las personas que viven con el VIH. Por este motivo, es gente que se oculta y se esconde y, en consecuencia, que no ejerce su derecho a la salud.

Las ofensivas, las restricciones y las campañas contra las personas gais, bisexuales y transgénero, y los grupos intersexuales son, sencillamente, inaceptables.

La gente joven es juzgada y castigada por ser quien es y amar a quien ama.

No seremos capaces de acabar con el VIH si no garantizamos el respeto a los derechos humanos de todas las personas, especialmente de los grupos de población clave.

Financiación y recursos

A pesar del progreso alcanzado en los últimos años, todavía no tenemos a nuestro alcance los recursos suficientes para acabar con la epidemia de sida. Los países pobres están librando una auténtica batalla para pagar lo que necesitan: salud, educación, carreteras, agua y servicios sanitarios.

La salud ha de encabezar nuestra lista de prioridades. Sin personas sanas, nunca alcanzaremos el progreso.

Dos terceras partes de los países africanos todavía cobran tasas por acceder a la atención sanitaria, y millones de personas se encuentran a tan solo una enfermedad de caer en la más absoluta pobreza.

A pesar de que todos los países se comprometieron a hacer realidad la cobertura sanitaria universal, el porcentaje de personas que están pagando de su propio bolsillo la atención sanitaria no ha hecho más que aumentar en los últimos cinco años. La salud no puede ser en ningún caso un privilegio de los ricos. Ha de ser un derecho para todos.

La deuda pública ha subido por encima del 50 % del producto interior bruto en la mitad de los países del África subsahariana. Inmersos en una situación económica tan complicada, los Gobiernos han de hallar la manera de obtener una financiación sostenible a largo plazo para su respuesta al sida. Queremos trabajar con los Gobiernos para ver con ellos cómo crear ese ámbito fiscal y cómo gestionar las prioridades dentro de sus reducidísimos presupuestos como consecuencia del pago de la deuda.

Durante la última reposición del Fondo mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria, los países y las fundaciones aportaron una cantidad histórica para avanzar en la respuesta al sida. No obstante, hemos de seguir trabajando para garantizar que cada dólar, cada euro y cada chelín se empleen de manera efectiva.

En muchos países de medianos ingresos, los Gobiernos aún están pagando miles de dólares de más por medicinas de igual calidad que están a disposición de los países de bajos ingresos a cambio de unos cuantos centavos. Es inaceptable. Nos esforzaremos para conseguir bajar los precios.

El acceso universal a una atención sanitaria de calidad no es un lujo. Es un derecho de todos los seres humanos.

Conclusión

No infravaloro los retos que tenemos por delante, pero siento mucha emoción por todo lo que podemos conseguir para la gente. Estamos sobre los hombros de personas que luchan, ¿cómo vamos a dejarlo aquí?

Lo que he tratado de haceros llegar hoy son algunos de los cambios más urgentes que hemos de empezar a llevar a cabo ya.

Cambios en cuanto a lo que pensamos que es posible.

La atención sanitaria para todas y cada una de las personas no es imposible.

Cambios en cuanto a la rapidez con que actuamos.

Cambios en cuanto a nuestra labor y compromiso con ONUSIDA. Nosotros también hemos de mirarnos en un espejo.

Pero, lo más importante de todo, no tengamos ni una sola duda de que podremos derribar al sida.

He perdido seres queridos.

Ahora podemos adentrarnos en un futuro en el que haya salud para todos.

Secretario de gabinete y activistas aquí reunidos hoy, les deseo todo lo mejor en este camino, ONUSIDA está con todos ustedes.

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Botsuana da acceso a los no ciudadanos al tratamiento gratuito del VIH

24 Septiembre 2019

El Gobierno de Botsuana ha decidido hacer extensible el tratamiento gratuito del VIH a los residentes extranjeros con un gran cambio a nivel político con el que pretende cerrar una brecha importante en lo referente a la respuesta a la epidemia por parte del país.

Hay aproximadamente 30 000 residentes extranjeros que viven con el VIH en Botsuana, pero menos de una tercera parte de ellos tienen acceso al tratamiento. Muchos de estos residentes extranjeros son incapaces de permitirse la medicación económicamente o regresan a casa en busca de asistencia médica. 

Botsuana presenta la tercera mayor prevalencia del VIH en el mundo. Más de una de cada cinco personas de la población adulta entre los 15 y los 49 años está viviendo con el virus. En 2016 el país decidió adoptar la estrategia de tratar a todos e hizo extensible el tratamiento gratuito a todos los ciudadanos que viven con el VIH, un paso con el que se están cosechando importantes resultados. Desde 2010 se han reducido en un tercio las muertes relacionadas con el sida, y los casos de nuevas infecciones han descendido en torno a un 36 % durante el mismo periodo.

«Elogio la decisión de Botsuana de hacer extensible el tratamiento gratuito a todos los residentes extranjeros que están viviendo con el VIH», señaló Gunilla Carlsson, Directora Ejecutiva en funciones de ONUSIDA. «Se trata de una medida que salvará vidas y que ayudará a todo el país a progresar hacia el fin de la epidemia del sida. Este no es sino otro ejemplo que pone de manifiesto el liderazgo de Botsuana y su determinación a no dejar a nadie atrás en la respuesta al VIH».

Para elaborar esta nueva política, el ministro de salud y bienestar de Botsuana hizo una ronda de consultas con ONUSIDA, el Plan de emergencia del presidente de los Estados Unidos para el alivio del sida, la Organización internacional para las migraciones, otras agencias de las Naciones Unidas y otros socios para el desarrollo.

Basándose en esta decisión gubernamental, el ministro de salud y bienestar elaborará una directiva del Gobierno para permitir que los centros sanitarios proporcionen tratamiento a todas las personas que vivan con el VIH y que residan en el país.

El presidente de Botsuana, Mokgweetsi Masisi, anunció el deseado cambio en su política el mes pasado, después de que la cuestión fuera puesta sobre la mesa por Champions for an AIDS-Free Generation in Africa durante su visita al país.

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Simplemente soy una adolescente normal que vive con el VIH

29 Julio 2019

Aziwe tiene 19 años y vive con su madre, Phatiswa, en un poblado informal llamado Umlazi, cerca de Durban, en Sudáfrica. Ambas mujeres viven con el VIH y las dos están llenas de energía, amor, esperanza y optimismo respecto al futuro.

Aziwe no supo que era seropositiva hasta que cumplió casi 14 años. Ya llevaba cinco años en tratamiento, pero su madre había decidido no contarle que era seropositiva, incluso mientras se aseguraba de que su hija estuviese sana tomando su medicación a diario.

Cuando el médico le preguntó a ella directamente si quería saber por qué tenía que tomar medicinas de manera tan regular, Aziwe no lo dudó.  Había crecido y sentía curiosidad. En el momento en que el médico le dijo que vivía con el VIH, Aziwe se derrumbó, y  su madre, también.   

Ahora, cinco años después, Aziwe es una adolescente feliz y segura que se expresa perfectamente al explicarle su historia familiar a Gunilla Carlsson, Directora ejecutiva adjunta de ONUSIDA,  antes del lanzamiento del Informe mundial de ONUSIDA sobre el estado de la epidemia de sida .

Phatiswa vivía en Cabo del Este en 1999 pero, como muchas mujeres, se marchó para ganarse la vida como trabajadora doméstica en Durban. Es buena en su trabajo y lleva 19 años trabajando para la misma familia.

Al principio sus hijos tuvieron que quedarse en Cabo del Este, pero Aziwe era una niña muy enfermiza y unos años más tarde se fue a vivir con su madre. En 2009 se puso muy enferma, fue rápido al hospital y tuvo que permanecer ingresada dos semanas. Fue allí donde le hicieron las pruebas del VIH y descubrieron que el resultado era positivo. Phatiswa también dio positivo en las pruebas del virus.

Hoy las dos mujeres siguen su tratamiento y animan a otros de su comunidad a apoyar a los grupos para que sigan tomando sus medicinas y estén bien. Aziwe también planta cara al estigma y la discriminación que todavía rodean al VIH y ha hablado sobre lo que supone vivir con el VIH en un grupo de la iglesia. Para ella, aún hay mucha ignorancia con relación al virus y eso es algo que la entristece. Sin embargo, Phatiswa y ella se apoyan la una a la otra.

«Hay días en los que solo quiero llorar, pero entonces ella me habla como una madre. Cuento con una gran familia y grandes amigos que siempre están cuando los necesito».        

Aziwe explica que ella valora tanto la vida porque ha perdido a muchos seres queridos debido al sida.

«Quiero vivir porque hay tantas cosas que quiero conseguir en vida, tanto para mi madre como para mí».

Como mucha gente joven, quiere viajar y sueña con ser presentadora de televisión. En el futuro desea formar su propia familia.

«Simplemente soy una adolescente normal que vive con el VIH», señala.

Feature Story

Botsuana sitúa a la gente joven en el centro de su respuesta al sida

25 Julio 2019

Si bien Botsuana ha realizado un enorme progreso al reducir el número de nuevas infecciones por el VIH, ha bajado en total en torno a un 36 % desde 2010, la gente joven continúa siendo muy vulnerable al virus. Las adolescentes y las mujeres jóvenes son las que más corren el riesgo de contraer tanto el VIH como otras infecciones de transmisión sexual. Asimismo, son muchas las que se enfrentan a embarazos no deseados.

En 2018, casi una de cada cuatro nuevas infecciones por el VIH en Botsuana se produjo entre mujeres jóvenes y adolescentes de entre 15 y 24 años. Menos de la mitad de las mujeres jóvenes y de las adolescentes afirman tener un conocimiento integral sobre el VIH.

Con el fin de conocer qué más se puede llevar a cabo para abordar las cuestiones que hacen a las jóvenes más vulnerables al VIH, la primera dama de Botsuana, Neo Masisi, realizó un retiro en el país durante el mes de julio para ver de cerca los desafíos a los que se enfrentan.       

Las mujeres jóvenes que participaron en el retiro compartieron algunas de sus experiencias con la primera dama y con funcionarios del Ministerio de Sanidad.       

«Vengo de una familia con una estructura familiar complicada y en la que reina la pobreza. Nunca me sentí querida en casa, así que buscaba ese amor fuera.  Me eché novio y acabé convertida en una madre adolescente», señala Belinda.

Los debates mantenidos durante el retiro se integrarán en el marco para el desarrollo de un programa nacional insignia destinado a la gente joven.

«Hoy en día las personas jóvenes se enfrentan a numerosos desafíos y se ven obligadas a asumir demasiado con respecto al colegio, las cambiantes dinámicas familiares y las expectativas sociales. Se cuestionan sus normas, sus valores y su propia valía», comentó la señora Masisi. «Necesitamos tratarlos como líderes para que se sientan valorados».                

El ministro de Sanidad, Alfred Madigele, anunció nuevas consultas con jóvenes para elaborar el marco.

A principios de este año, Gunilla Carlsson, Directora ejecutiva adjunta de ONUSIDA, nombró a la señora Masisi Embajadora especial de ONUSIDA para la capacitación y el compromiso de las personas jóvenes en Botsuana.

Press Release

ONUSIDA pide la liberación inmediata de los miembros de la ONG arrestados en Malawi

 

GINEBRA, 10 de julio de 2019—ONUSIDA lamenta implicar innecesariamente a las autoridades de Malawi en su asunto pendiente con Mango Network. ONUSIDA y la organización Mango Network han alcanzado un acuerdo amigable con relación al asunto. ONUSIDA no ha emprendido ninguna acción legal y considera que tampoco hay necesidad de emprender la vía legal.   ONUSIDA solicita respetuosamente la liberación inmediata de los dos miembros de Mango Network, el señor Gift Trapence y el señor Macdonald Sembereka, quienes están bajo custodia policial.

ONUSIDA apoya enérgicamente la capacitación y el compromiso de las organizaciones de la sociedad civil en la respuesta al sida. Por este motivo, está deseosa de continuar unida a la comunidad y a las organizaciones de la sociedad civil con el fin de garantizar que todas las personas afectadas por el VIH tengan acceso a los servicios de prevención, tratamiento y apoyo social al VIH, así como para garantizar la protección de los derechos humanos de las personas afectadas por el VIH.

Contacto

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tel. +41 22 791 4237
communications@unaids.org

Feature Story

«El personal de la clínica es muy amable. Llevo viniendo ya tiempo y me conocen todos muy bien»

02 Julio 2019

Esta historia fue publicada por primera vez por el Fondo de población de las Naciones Unidas

Windhoek, NAMIBIA - A veces es mejor ir donde nadie sabe ni tu nombre, pero donde igualmente te sientes bienvenido. Así es para muchos trabajadores sexuales y hombres que tienen relaciones sexuales con hombres en Namibia, quienes son objeto de las mayores críticas, la mayor repulsión y el mayor estigma en prácticamente todos los aspectos de su día a día.

Como resultado, estos hombres y mujeres tienen miedo y, por consiguiente, rehúyen acceder a los servicios de salud básicos, como los relacionados con las pruebas del VIH y el tratamiento del virus, la profilaxis, los preservativos, los lubricantes y los métodos anticonceptivos.

De acuerdo con el primer estudio de vigilancia biocomportamental integrado llevado a cabo en 2014, entre los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, la prevalencia del VIH se estima de un 10,2 % en Keetmanshoop, un 7,1 % en Oshakati, un 10,1 % en Swakopmund/Walvis Bay, y un 20,9 % en la capital, Windhoek.

La prevalencia del VIH entre hombres que tienen relaciones sexuales con hombres estimada en Oshakati y Swakopmund/Walvis Bay se considera similar a la de la población general de adultos varones en los alrededores de las regiones de Oshana y Erengo, de acuerdo con los cálculos aportados por la Encuesta de salud y demografía de Namibia en 2013.

La prevalencia del VIH entre hombres que tienen relaciones sexuales con hombres es ligeramente inferior que la de la población masculina general en la región de Karas, mientras que la prevalencia del VIH entre hombres que tienen relaciones sexuales con hombres en Windhoek fue casi el doble de alta que la prevalencia del VIH entre los varones de la población general en la región de Khomas.

Cuidar sin juzgar

En 2018, la Asociación para la planificación familiar de Namibia (NAPPA, por sus siglas en inglés), con el apoyo del Fondo de población de las Naciones Unidas de Namibia, organizó varias reuniones con socios cuyo papel es clave con el objeto de abrir un centro de acogida en las oficinas de Out Right Namibia.

Out Right Namibia es una organización nacional que trabaja con la comunidad de lesbianas, gais, bisexuales, personas transgénero e intersexuales (LGTBI) con la finalidad de avanzar en los derechos, intereses y expectativas de la comunidad LGTBI en Namibia. 

Tanto el centro de acogida como la clínica NAPPA Okuryangava tenían horarios de trabajo flexibles para permitir a los grupos de población clave acceder a los servicios de salud sexual y reproductiva y a los servicios del VIH cuando más les conviniera. Asimismo, la clínica abría los sábados, con el objeto de que los grupos de población clave pudieran acceder a los servicios sin el miedo al estigma y a la discriminación. 

Todos los proveedores de servicios y el personal tanto del centro de acogida como de la clínica estaban formados y sensibilizados respecto de la importancia de brindar un servicio de calidad, y libre de juicios, a los grupos de población clave. El equipo de Outright Namibia también se movilizó para concienciar a la gente e informar con relación a los servicios ofrecidos tanto por la clínica, como por el centro de acogida.

Una experiencia agradable

«Visitar NAPPA fue para mí una experiencia muy agradable. Como trabajadora sexual, para mí es importante sentirme cómoda e ir a clínicas en las que no me sienta juzgada. NAPPA me abrió sus puertas y allí me siento como en casa. Esta clínica no me supone ninguna complicación. Aquí los servicios son gratuitos, y la prefiero antes que los hospitales de la zona», comenta una trabajadora sexual, Martha Keto (no es su verdadero nombre).

Keto, de 30 años, lleva casi 12 como trabajadora sexual, y desde octubre de 2017 acude a la clínica para recibir su tratamiento de profilaxis preexposición. «Vengo de manera regular a hacerme las pruebas y a recibir mi tratamiento de profilaxis previa a la exposición, el cual me protege frente al contagio del VIH. Las pruebas que recibo aquí no solo me mantienen informada respecto de mi estado serológico y del posible contagio de enfermedades de transmisión sexual, también me ayudan a tener controlada toda mi salud en general. Se preocupan de todas las cuestiones relacionadas con la salud, incluso del hígado, y las enfermeras son capaces hasta de decirme si mi consumo de alcohol es demasiado elevado», señala.

«El personal de la clínica es muy amable. Llevo viniendo ya tiempo y me conocen todos muy bien. Sin duda, recomendaría los servicios de NAPPA a mis compañeras también trabajadoras sexuales. Sus puertas siempre están abiertas para nosotras, incluso los fines de semana podemos venir si lo necesitamos.  En Namibia hay un enorme número de trabajadores sexuales y me gustaría que los servicios que nos proporciona NAPPA se pudieran divulgar, de manera que los trabajadores sexuales conozcan los servicios gratuitos que aquí se ofrecen», dijo.

Los sentimientos de Keto los comparten también Cinton Nati y Gideon Markus (no son sus verdaderos nombres), ambos hombres homosexuales que se benefician de los servicios de la clínica NAPPA.

«Si no hubiera sido por la amabilidad de todo el personal de la clínica NAPPA y por su constante ánimo y apoyo, nunca habría hecho caso a la enfermera y visitado la clínica», señaló Nati. Según él, el trato recibido le facilitó establecer una relación personal con los trabajadores de la clínica. Siempre le estaban dando ánimos y, gracias a ello, no solo fue capaz de apreciar mejoras en su salud, sino también en su nivel de confianza.

Antes de ir a NAPPA, Nati había tenido dificultades emocionales y mentales relacionadas con su reciente diagnóstico de VIH. Como resultado de ello, a menudo faltaba a sus citas médicas, ya que le resultaba difícil aceptar su nueva realidad como VIH-positivo.

«Desde el primer instante en que mi pareja y yo pisamos el suelo de las clínicas NAPPA, tanto en Out Right Namibia como en Okuryangava, se nos ha tratado muy bien y  todo el personal ha hecho un gran esfuerzo por hacernos sentir seguros. He participado en sesiones de asesoramiento para asegurarme de que estoy haciendo las cosas bien, y también voy a mis revisiones para comprobar que la medicación no esté teniendo efectos secundarios en el cuerpo y tener la tranquilidad de que sigo estando sano. Los profesionales de las clínicas constatan también que entendemos cómo debemos cuidar de nosotros mismos y que seguimos pautas de salud sexual responsables», explicó Markus.

«Cada vez que visitamos la clínica de Okuryangava, la hermana Fungai Bhera (enfermera graduada con experiencia) dedica siempre un tiempo a hablar sobre cómo nos hemos encontrado.  Para otros quizá esto sea una cosa menor, pero para mí significa mucho que se preocupe por nosotros, y me tranquiliza el saber que estoy cuidado y en buenas manos», comentaba Van Den Berg.

Continuó hablando al respecto y señaló: «La comunidad LGBTI en Namibia nunca ha recibido un apoyo adecuado por parte de los líderes nacionales. Como consecuencia de ello, todavía hay muchas personas LGTBI que se sienten discriminadas y presas del terror respecto de sus comunidades, puesto que no disfrutamos de los mismos derechos legales». De ahí que llevemos vidas secretas, que a veces incluso llevemos una doble vida. Pienso que precisamente son estas vidas secretas las que contribuyen a que las personas LGBTI en Namibia se encuentren en situaciones en las que son mucho más vulnerables a infectarse con el VIH u otras enfermedades de transmisión sexual.

Mayor acceso a los servicios para los grupos de población clave

En 2018, un total de 523 grupos de población clave lograron acceder a los servicios de salud sexual y reproductiva en los dos sitios. Hablamos de 233 trabajadores sexuales, 188 hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, 70 conductores de camión y 32 mujeres que tienen relaciones sexuales con mujeres.  Fueron 10 los acontecimientos de alto alcance celebrados en distintos locales nocturnos  de Windhoek.

El completo paquete de servicios proporcionado en los dos sitios incluía: pruebas del VIH y asesoramiento, y quienes daban positivo recibían inmediatamente tratamiento; servicios de profilaxis preexposición, pues quienes daban negativo en la prueba también eran asesorados e informados con relación a los servicios de profilaxis previa a la exposición y quienes estaban de acuerdo iniciaban la terapia; servicios de planificación familiar, incluyéndose aquí el suministro de preservativos; la detección y el tratamiento de las enfermedades de trasmisión sexual; y sesiones informativas con relación a la salud sexual y reproductiva, al VIH y a la violencia de género.

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