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Hacer frente a las vulnerabilidades y los retos contra los que luchan las personas LGBTI en Ucrania y las que están huyendo del país

17 de mayo de 2022

El 17 de mayo, personas de todo el mundo celebraron el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia (IDAHOBIT) para defender la inclusión y construir un mundo mejor para las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI).  En muchos países, la falta de protección legal adecuada contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género deja a muchas personas LGBTI vulnerables a violaciones de sus derechos humanos.  Esta situación es aún peor en el contexto bélico y de crisis humanitaria que está experimentando ahora Ucrania.

ONUSIDA e ILGA-Europa organizaron juntos un evento, moderado por Cianán B. Russell, responsable senior de políticas de ILGA-Europa para celebrar IDAHOBIT. Al evento acudieron representantes de la comunidad LGBTI y un gran número de líderes, legisladores y profesionales de la salud.

Los panelistas señalaron las diversas vulnerabilidades y retos a los que hacen frente las personas LGBTI en Ucrania y las que huyen del país a causa de la guerra.  Dos representantes LGBTI explicaron de forma muy clara estas vulnerabilidades y retos.

“Los niveles de discriminación, la violación de los derechos y los delitos de odio han aumentado en Ucrania desde que empezó la guerra.  Mientras tanto, no hay reglamentación ni medidas específicas en los refugios y centros de acogida para proteger a los grupos de población clave. Las personas LGBTI no gozan de garantía alguna sobre su seguridad desde que estalló la guerra,” afirma Olena Shevchenko, de Insight. “Se puede acudir a organizaciones locales y preguntarles qué necesitan si quieres ayudar a Ucrania.  También garantizar la rendición de cuentas de las misiones humanitarias para satisfacer las necesidades de la comunidad local”, añadió.

Tymur Lysenko, un consultor sobre la crisis de Ucrania que trabaja para Trangender Europe, nos habló de la importancia de no dejar a nadie atrás diciendo “el lema «no dejar a nadie atrás» tiene que funcionar, no puede quedarse en papel mojado.  Se debe proporcionar apoyo humanitario, una evacuación con garantías de seguridad y acceso a atención médica y a procedimientos de regulación de reconocimiento de género efectivos a las personas trans en Ucrania. También hay que fomentar conexiones directas que sean resistentes y sostenibles entre organizaciones locales y misiones humanitarias internacionales.  Y centrarse en organizaciones que hayan demostrado su compromiso en apoyar de manera directa a las personas LGBTI».

Reflexionando sobre su propio trabajo y experiencias, los panelistas también analizaron las acciones llevadas a cabo hasta la fecha para proteger los derechos humanos de las personas LGBTI en Ucrania y las que huyen del país, así como las carencias existentes en la respuesta humanitaria. Terminaron haciendo recomendaciones y manifestando su compromiso para lograr una mejor protección de los derechos humanos de las personas LGBTI en Ucrania.

“Las agencias de ayuda humanitaria deben garantizar que las organizaciones de la sociedad civil con experiencia sean incluidas en la planificación y ejecución de toda la asistencia humanitaria y en los esfuerzos de recuperación”, declaró Victor Madrigal-Borloz, experto independiente de Naciones Unidas en materia de orientación sexual e identidad de género.

Esta postura fue secundada por Kate Thomson, a cargo del departamento de comunidad, derechos y género del Fondo mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria/paludismo (Fondo Mundial), que hizo referencia a la necesidad de que todos los asociados trabajen juntos para reconstruir sistemas sanitarios y comunitarios resilientes.  “Todos los asociados deben trabajar juntos para apoyar el acceso a servicios para el VIH en Ucrania, incluyendo los dirigidos por comunidades LGBTI, en el país y en el extranjero.  Trabajemos en equipo para ayudar a Ucrania a recuperar y mejorar sus sistema sanitarios y comunitarios” , afirmó.

Matthew Kavanagh, director ejecutivo adjunto de ONUSIDA, a.i., habló sobre la importancia de mantener y aumentar la financiación de la respuesta al sida.  “Apoyamos a los ucranianos que están luchado para garantizar que sus respuestas, la respuesta al sida, la comunitaria, la relacionada con los derechos, la LGBTI, no se vean destruidas por la situación que estamos viviendo.  Se necesita urgentemente destinar financiación a este objetivo y también al Fondo Mundial. No podemos elegir entre ambas porque, de hacerlo, acabaríamos en un mundo menos seguro. Debemos financiar las dos”, declaró.

Joanna Darmanin, a cargo de la Unidad de políticas relacionadas con la ayuda humanitaria, la Dirección General de Protección Civil y Ayuda Humanitaria Europeas, reiteró el compromiso de la Unión Europea de ofrecer una respuesta humanitaria inclusiva.  “Apoyar a Ucrania y los países fronterizos se mantiene como una prioridad de la Unión Europea y seguimos comprometidos a proporcionar apoyo humanitario de una manera inclusiva, teniendo en cuenta las necesidades específicas y vulnerabilidades a las que la comunidad LGTBI se enfrenta”, comentó.

Esto fue secundado de nuevo por Katalin Cseh, miembro de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo, que prometió luchar por la inclusión de la comunidad LGBTI.  “Me comprometo a luchar por todos los medios para garantizar la mejora de las consultas con las comunidades LGBTI desplegadas en Ucrania y en el área de recepción europea”.

Maria Arena, presidenta de la Subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo, destacó la necesidad de dirigir la respuesta humanitaria hacia las necesidades de las personas LGBTI, afirmando que “las zonas de conflicto están poniendo en peligro a las personas con este tipo de vulnerabilidades, así que tenemos que ser muy conscientes de la situación y adaptar nuestra respuesta a sus necesidades, incluyendo el seguimiento de estos fondos”.

Marc Angel, co-presidente de LGBTI Intergroup en el Parlamento Europeo, recalcó la importancia de garantizar que los compromisos se correspondan con la financiación.  “Las acciones y el dinero deben seguir a las palabras y promesas”, declaró.

Valeriia Rachynska, de la Alianza mundial de acciones tendentes a eliminar todas las formas de estigma y discriminación relacionadas con el VIH, habló sobre el compromiso de la Alianza mundial de luchar para salvar todas las vidas, diciendo: “Nuestro principal objetivo es luchar por salvar vidas; haremos todo lo que esté en nuestra mano para salvar la vida de las personas LGBTI en Ucrania”.

En efecto, con el objetivo de fomentar y construir un mundo mejor para la comunidad LGTBI y de acabar con las desigualdades para lograr una respuesta al sida eficaz, especialmente en un contexto de crisis humanitaria, los actores institucionales con responsabilidades diferentes deben garantizar que no se deja a nadie atrás.  Esto incluye, entre otras, acciones dirigidas a: luchar contra la discriminación que afecta a las personas LGBTI y a las personas que viven con el VIH; reconstruir o reforzar el sistema de respuesta al VIH; incluir de manera significativa a la sociedad civil LGBTI tanto en la planificación como en los sistemas de respuesta a las crisis; garantizar que los esfuerzos humanitarios dirigidos por personas LGBTI cuenten con los recursos adecuados y que las violaciones de los derechos humanos que sufren las personas de este colectivo sean correctamente documentadas, investigadas y llevadas ante la justicia.

Un informe señala que las mujeres y las personas marginadas necesitan acceso urgente a los servicios de atención sanitaria en Ucrania

11 de mayo de 2022

Un nuevo informe de ONU Mujeres y CARE Internacional señala la necesidad urgente de proporcionar servicios de atención sanitaria a las mujeres en Ucrania. Además, explica por qué la comunidad internacional necesita incluir la perspectiva de género en la respuesta a la crisis humanitaria en Ucrania.

También pone énfasis en la necesidad de abordar esta crisis de manera interseccional, de forma que se tenga en cuenta el riesgo exacerbado al que están expuestas las comunidades marginales que se enfrentan a arduas dificultades y tienen necesidades específicas relativas a su salud y seguridad. Las comunidades señaladas son las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI), el pueblo gitano y las personas que viven con discapacidades o con enfermedades crónicas.

“Este informe tan contundente pone de manifiesto por qué y cómo las respuestas humanitarias tienen que incluir la perspectiva de género, así como la necesidad de tener en cuenta las necesidades específicas de las comunidades marginales”, afirma Winnie Byanyima, la directora ejecutiva de ONUSIDA. “La valentía y el compromiso de las mujeres en puestos de liderazgo que sirven a sus comunidades, incluso en tiempos de guerra, es una inspiración en Ucrania y en todo el mundo”.

El análisis del informe, que se basa en estudios y entrevistas realizados con personas en Ucrania, se realizó durante el mes de abril e ilustra algunas de las dinámicas de género de la crisis. Asimismo, incluye recomendaciones prácticas y viables para la respuesta humanitaria internacional.

Las mujeres y niñas entrevistadas destacan los obstáculos a la hora de acceder a los servicios de atención sanitaria, sobre todo para supervivientes de violencia de género, mujeres embarazadas y aquellas que acaban de dar a luz. También señalan el miedo creciente a la violencia de género y la falta de alimento, sobre todo en zonas de conflicto.

Muchas de las encuestadas hicieron referencia a los riesgos sanitarios relacionados con refugios insalubres, entre ellos la propagación de la COVID-19.

La guerra también han afectado al acceso a la salud sexual y reproductiva, incluidas la planificación familiar y la salud materno-infantil. Los medios de comunicación han señalado que las condiciones causadas por la guerra han aumentado el riesgo de partos prematuros.

Las personas trans también necesitan acceso periódico a medicamentos, aunque muchas han tenido que parar el tratamiento hormonal por escasez de suministros. Varias organizaciones LGBTI están proporcionando acceso a sus medicinas a los miembros de la comunidad transgénero, pero la ayuda que proporcionan no cubre todas las necesidades.

“El Análisis rápido de género nos permite consultar directamente a las poblaciones afectadas para así poder identificar de forma precisa las necesidades específicas que presentan diferentes grupos de personas, y cómo satisfacerlas de la mejor forma posible”, indica Sofia Sprechmann Sineiro, la Secretaria General de CARE Internacional. “Lo que oímos del pueblo ucraniano es que hay ciertos grupos que necesitan formas distintas de protección y asistencia, como las personas con discapacidad, el pueblo gitano y otras minorías étnicas, las madres solteras y los menores no acompañados. Para que nuestra respuesta sea efectiva y pertinente hay que consultar y priorizar a dichos grupos a medida que esta situación tan devastadora continúa evolucionando.

El informe solicita apoyo para las organizaciones de derechos de la mujer y las lideradas por mujeres que proporcionan recursos financieros. Además, insta a que se oigan sus voces en plataformas nacionales e internacionales.

Es necesario suplir las carencias en los servicios de respuesta a la violencia de género. Según el informe hay que dar prioridad a la salud sexual y reproductiva, incluida la asistencia clínica a las supervivientes de agresión sexual, y a la salud materno-infantil, incluido el acceso a anticonceptivos.

“Es fundamental que la respuesta humanitaria en Ucrania tenga en cuenta y aborde las necesidades específicas de las mujeres y las niñas, de los hombres y los niños, incluso aquellos que se han quedado más atrás”, afirma Sima Bahous, la directora ejecutiva de ONU Mujeres. “Este informe tan oportuno prueba la existencia de esas necesidades, así como de su urgencia. Las mujeres han desempeñado un papel vital en la respuesta humanitaria de sus comunidades. Se les tiene que incluir en la planificación y el proceso de toma de decisiones para asegurar que se satisfacen sus necesidades específicas, sobre todo las relacionadas con la salud, la seguridad, y el acceso a los medios de vida”.

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Mantener los servicios del VIH para las personas que consumen drogas en Odesa

22 de abril de 2022

Odesa es un puerto principal del mar Negro, donde el uso de drogas es considerable.  En la década de los 90, Odesa vivió el brote de infección por el VIH en Ucrania. Pero hace poco ha desarrollado con éxito uno de los sistemas de reducción de daños más eficaces del mundo para las personas que consumen drogas. Este sistema se financia a través de los presupuestos estatales y locales, y se ha implementado conjuntamente con organizaciones no gubernamentales y de la comunidad.  Odesa fue una de las primeras ciudades de Europa oriental y Asia central que firmó la Declaración de París.  El año pasado, informó de la reducción de casos de VIH entre las personas que consumen drogas.

Natalia Kitsenko es la directora del departamento de salud pública de la Road to Home Foundation, una de las organizaciones más antiguas de Odesa, que proporciona servicios a las personas que consumen drogas.  ONUSIDA habló con ella sobre cómo su organización sigue intentado ayudar a las personas que lo necesitan, incluso durante esta guerra. 

Pregunta: ¿Han huido muchas personas de Odesa?

Respuesta: Sí, muchas, sobre todo mujeres y niños.  Los miembros de nuestra organización son una excepción. De 60 empleados, 4 se marcharon porque tenían hijos pequeños. El resto se quedaron y continuamos de forma activa nuestro trabajo habitual, además de proporcionar ayuda de emergencia a las mujeres con niños y personas mayores que huyen de otras ciudades, como Mykolaiv, Kherson, Mariupol y Kharkiv. Sobre todo proporcionamos transporte a la frontera con la República de Moldova y los ponemos en contacto con voluntarios que les ayudan a entrar en el país o en otros destinos, según sus necesidades.

También preparamos alimentos como tartaletas y empanadillas para las personas que lo necesitan.  Toda esta situación nos ha unido; he visto mucho apoyo mutuo a mi alrededor.

Pregunta: ¿Cuántas personas de su programa de reducción de daños se han marchado de la ciudad?

Respuesta: En Odesa y la región que la rodea llegamos a 20.000 personas al año.  Que sepamos, solo 7 clientes han huido al extranjero.  Algunos clientes se han unido a los grupos de defensa territorial locales. Otros participan en las estructuras de protección de los edificios, que supone recopilar bolsas de arena y transportarlas para proteger las calles y los monumentos. Otros residen con nosotros para obtener los servicios que necesitan. Hemos tenido un flujo de personas que consumen drogas de otras regiones de Ucrania donde las circunstancias son mucho peores.

Pregunta: ¿Qué servicios ofrece su organización a las personas que consumen drogas?

Respuesta: En primer lugar, el programa básico de reducción de daños que proporcionamos con el presupuesto estatal incluye consultas, prevención del VIH (jeringuillas, preservativos, toallitas, lubricantes, etc.); pruebas del VIH y métodos de detección de la tuberculosis. Entre los clientes que han utilizado estos servicios durante un largo período de tiempo, el nivel de detección es 0,02 %. Entre los clientes nuevos que se acaban de unir al programa, llega al 7 %.  Establecimos un modelo de captación de clientes con la coordinación de la Alianza por la Salud Pública utilizando la ayuda del Fondo Mundial y del Centro Europeo de Prevención de Enfermedades.  Motivamos a las personas que consumen drogas a que traigan a sus amigos a nuestros centros de la comunidad para que se hagan pruebas.  Esto es importante porque los nuevos clientes, sobre todo los jóvenes, que han comenzado a consumir drogas hace poco, pueden ser un grupo difícil de alcanzar.  Muchos ocultan el consumo e intentan ser invisibles. Este sistema de captación nos permite atraerlos a nuestros servicios de reducción de daños y, en primer lugar, a las pruebas. Las donaciones, en particular del proyecto PEPFAR, ayudan en la gestión de nuevos casos, el apoyo para el diagnóstico y la recepción de tratamiento antirretrovírico, y la detección y el seguimiento de la tuberculosis.

Pregunta: ¿Ha conseguido financiación adicional?

Respuesta: Sí. Acabamos de recibir financiación adicional del Fondo de Emergencia de ONUSIDA para comprar medicamentos, ropa y productos de higiene para nuestros clientes.  Esta ayuda viene en el momento concreto y es esencial porque nuestros clientes no se pueden permitir muchos productos médicos como el Fluconazol (antibiótico) y estos ya no están disponibles en todas partes.

Pregunta: Natalia, ha trabajado en el campo del VIH durante más de 20 años, ¿ha cambiado la actitud pública ante las personas que viven con el VIH y los consumidores de drogas?

Respuesta: Hemos visto una gran reducción en los niveles de estigma y discriminación y ha mejorado la actitud general hacia nuestro clientes en las instalaciones médicas. Sin embargo, todavía sufrimos prejuicios. Muchas personas dicen que no quieren que nuestros puntos de intercambios de jeringuillas y centros de la comunidad estén cerca de sus casas y que no quieren ver a personas que consumen drogas cerca de ellos, pues temen que amenacen su comodidad, bienestar y seguridad.  Comprendemos estos miedos, e intentamos explicar a quienes se preocupan por qué estamos aquí, cómo funcionan estos puntos de intercambio de jeringuillas y centros de la comunidad. Organizamos salidas y sesiones para explicar la realidad a la que se enfrentan las personas que consumen drogas. Trabajamos continuamente para mostrar nuestra contribución y cómo ayudamos a contener las epidemias de VIH, tuberculosis y hepatitis.

Desde que comenzó la guerra, también damos refugio a las personas que viven cerca de nuestros centros. Como nuestros centros de intercambio de jeringuillas están normalmente en sótanos, cuando suenan las sirenas, los vecinos vienen hacia aquí; esto supone que para algunos es la primera vez que entran en contacto directo con personas que viven con el VIH o personas que consumen drogas.

Pregunta: ¿Cuáles son las cuestiones más urgentes ahora?

Respuesta: Actualmente, tenemos dificultades a la hora de proporcionar a nuestros clientes naloxona, que puede prevenir la sobredosis.  Aunque trabajamos constantemente con asesoramiento e informamos a las personas sobre las señales de sobredosis, con la guerra, estas han aumentado.  Y como la naloxona se fabrica en la ciudad de Kharkiv, fuertemente bombardeada, ya no nos queda. La necesitamos de cualquier forma, preferiblemente preparada, intranasal o inyectable, pues salvaría muchas vidas.  Y necesitamos mantener los servicios del VIH para las personas que consumen drogas, además de proporcionarles ayuda humanitaria urgente.

Logística salvavidas en Ucrania

14 de abril de 2022

El 10 de abril, Tetyana Pryadko (nombre ficticio) recibió una llamada telefónica de su médico, el cual le comunicó que había llegado su terapia antirretroviral para tratar el VIH. Para Tetyana, que recibe tratamiento desde hace 10 años, fue una llamada importante. Su tratamiento no se había interrumpido ni una sola vez en todo ese tiempo, pero en ese momento solo le quedaban cinco días de suministro. Vive en Chernígov, que fue primera línea de la guerra, aislada de las anteriores cadenas de suministro que le proporcionaban su tratamiento contra el VIH de forma continuada.

Antes de que estallara la guerra, la terapia antirretroviral estaba ampliamente disponible en Ucrania. Larisa Getman, jefa del Departamento de Gestión y Respuesta al VIH del Centro de Salud Pública del Ministerio de Salud de Ucrania, explicó que “la mayor parte de la terapia antirretroviral era adquirida por el Estado a través de la Agencia Nacional de Adquisiciones”. 100% Life es la mayor organización de personas que viven con el VIH en Ucrania y lleva a cabo la adquisición de productos médicos a través de los proyectos del Fondo Mundial. Asimismo, gestiona ayuda humanitaria en el marco de los programas PEPFAR, incluidos los suministros urgentes de medicamentos antirretrovirales.

Valeria Rachinskaya, directora de Derechos Humanos, Género y Desarrollo Comunitario de 100% Life, que a su vez lleva muchos años recibiendo terapia antirretroviral, explicó que la pandemia de COVID-19 había mejorado la adherencia al tratamiento. El motivo es que se ha vuelto habitual tener en casa un suministro de medicamentos para varios meses, pues se enviaba por correo a quienes no podían acceder a una clínica. El asesoramiento a distancia y el uso generalizado de aplicaciones móviles también se han convertido en algo rutinario.

“La población no carecía de medicamentos cuando empezó la guerra. Las personas que vivían en las ciudades más bombardeadas fueron las que peor lo pasaron, ya que no solo se destruyeron las instalaciones médicas, sino que también se interrumpieron las cadenas logísticas”, dijo.

“Antes de la guerra, todo el proceso de adquisición y entrega en Ucrania era bastante fácil”, explicó Evgenia Rudenka, jefa del Departamento de Adquisiciones de 100% Life. “La carga se entregaba en el aeropuerto, la despachábamos en nuestro almacén y la transportábamos. Pero estalló la guerra y hubo que buscar urgentemente la manera de hacer llegar esos medicamentos al país y, sobre todo, a los pacientes. De hecho, desarrollamos estos mecanismos, junto con nuestros socios, en los primeros días del conflicto”.

A petición del Centro de Salud Pública de Ucrania y con el apoyo de USAID y los CDC, el Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del Sida (PEPFAR) se comprometió a prestar asistencia en el abastecimiento urgente de terapia antirretroviral. Chemonics, una agencia de adquisiciones del PEPFAR, buscó existencias sobrantes en todo el mundo y logró conseguir suministros vitales.

Gracias al apoyo de la Unión Europea, que desarrolló de inmediato los regímenes especiales de tránsito de la ayuda humanitaria para Ucrania, se han empezado a realizar entregas a través de países vecinos, principalmente Polonia y Rumanía. “Con la ayuda del servicio ferroviario, hemos organizado la recogida de la carga en una estación alejada del punto principal de entrega de la mayor parte de la ayuda humanitaria que llega a Ucrania. Esto se hizo con el fin de realizar una distribución inmediata a las regiones. (Debido a que un gran número de suministros humanitarios procedentes de diferentes países pasa por la Agencia Estatal de Reservas Estratégicas de Polonia, es bastante difícil sacar las mercancías de allí con rapidez). Así que hemos contratado a una empresa de logística que puede entregar las mercancías a través del régimen de tránsito humanitario a un almacén en Leópolis. Desde allí podemos proceder directamente a su reparto,” dijo la Sra. Rudenka.

La parte más difícil e importante del proceso es la entrega a toda Ucrania, incluidas las zonas de primera línea.

Según Evgenia, muchas empresas de logística han dejado de operar durante la guerra, y las que quedan han duplicado o triplicado el coste de sus servicios.

Las organizaciones comerciales no están dispuestas a ir a ciudades como Járkov, Jersón o Mikolaiv. Sin embargo, hay conductores voluntarios, que trabajan de forma coordinada con las autoridades locales, que se desplazan hasta allí para evacuar a gente y entregar medicamentos y otros bienes.

“Donde hay enfrentamientos armados, los conductores voluntarios descargan, por ejemplo, en la sede de la administración regional. Luego nosotros nos comunicamos con las instituciones médicas a las que van destinados los suministros, les decimos dónde recoger la mercancía”, explicó.

Aun así, varios voluntarios han sido atacados y cuatro han muerto.

“La situación de las personas que viven con el VIH en Ucrania es desesperada. Estamos intentando entregar medicamentos, alimentos y otros tipos de asistencia urgente a las personas necesitadas, pero el trabajo es peligroso y los conductores voluntarios están arriesgando sus vidas. Si no recibimos más ayuda, no estoy seguro de cuánto tiempo más podremos continuar así, especialmente para seguir llegando a la gente en las zonas de primera línea", dijo Dmytro Sherembey, presidente del Consejo de Coordinación de 100% Life.

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ONUSIDA advierte de que la guerra en Ucrania supone una amenaza de catástrofe humanitaria para las personas afectadas por y que viven con el VIH

13 de abril de 2022

Se pide de manera urgente un aumento del apoyo internacional para respaldar el heroico trabajo de las redes lideradas por la comunidad, que intentan proporcionar tratamiento contra el VIH capaz de salvar vidas a la población 

GINEBRA, 13 de abril de 2022— La guerra en Ucrania ha provocado la destrucción y alteración de los servicios sanitarios y de las cadenas logísticas de suministro de las que depende la supervivencia de cientos de personas afectadas por y que viven con el VIH. Más de un cuarto de millón de ucranianos viven con el VIH, y la falta de acceso a terapia antirretroviral y servicios de prevención traería consigo una ola de muertes y el riesgo de un resurgimiento de la pandemia de sida en Ucrania. Las redes lideradas por la comunidad, vitales para mantener estos servicios que pueden salvar vidas, necesitan con urgencia recibir más apoyo internacional.  

Más de 40 instalaciones médicas en las que antes de la guerra se ofrecía tratamiento contra el VIH, así como servicios de prevención y atención, están ahora cerradas. Hay distintos niveles de alteración de los servicios en otros emplazamientos. El 11 de abril, la Organización Mundial de la Salud (OMS) verificó más de 100 ataques contra instalaciones sanitarias en Ucrania, además del caos en el que se encuentran inmersas las rutas de suministro dentro del país. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia informa de que los ataques contra la infraestructura hídrica y los cortes de electricidad han dejado a 1,4 millones de personas sin acceso al agua, mientras que otros 4,6 millones tienen acceso limitado. Mientras tanto, el Banco Mundial prevé que la economía de Ucrania se contraiga en un 45 % este año, lo que es una amenaza inminente para el mantenimiento de programas sanitarios y sociales esenciales. 

La semana pasada se entregaron en Leópolis más de 18 millones de dosis de medicamento antirretrovírico que puede salvar vidas, obtenidas por el Plan de emergencia del presidente de los Estados Unidos para el alivio del sida (PEPFAR). Estas se distribuyen esta semana en colaboración con el Centro de Salid Pública del Ministerio de Salud de Ucrania y 100% Life, la organización de personas que viven con el VIH más grande de Ucrania. Si se consigue entregárselas a aquellos que las necesitan, las medicinas serían suficiente para tratar a todas las personas que viven con el VIH y reciben tratamiento de primera línea durante 6 meses. Este primer tramo es parte del compromiso de PEPFAR para financiar 12 meses de tratamiento contra el VIH en Ucrania. ONUSIDA calcula que aproximadamente 260 000 personas vivían con el VIH en Ucrania antes del comienzo de la guerra, de los cuales 152 000 tomaban medicación diaria contra el VIH.  

El Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria (Fondo Mundial) también proporciona financiación urgente para garantizar la continuación de servicios del VIH y la tuberculosis que salvan vidas. 

Lo más importante ahora es asegurarse de que estos medicamentos lleguen a las personas que lo necesitan a tiempo. Las organizaciones de la sociedad civil están haciendo esfuerzos heroicos para entregar suministros médicos esenciales y servicios del VIH a las personas afectadas por y que viven con el VIH, poblaciones vulnerables inclusive. Llegan a personas en ubicaciones que suponen un verdadero desafío, a pesar de los obstáculos que se encuentran. Pero las organizaciones, de las que dependen estas entregas y sistema de salud, necesitan más apoyo internacional para seguir operando.  

“La situación de las personas que viven con el VIH en Ucrania es desesperada. Estamos intentando entregar medicinas, comida y asistencia urgente a las personas que lo necesitan, pero este trabajo es peligroso y los voluntarios están arriesgando sus vidas”, afirma Dmytro Sherembey, líder del Consejo de Coordinación de 100% Life. “Si no recibimos más ayuda, no sé durante cuánto tiempo podremos continuar, sobre todo para alcanzar a las personas en las zonas de primera línea”. 

ONUSIDA hasta ahora ha liberado 200 000 dólares americanos para cubrir las necesidades humanitarias urgentes y los objetivos del programa en ciudades que albergan grandes epidemias de VIH (Chernihiv, Dnipro, Kharkiv, Kryvy Rih, Kiev, Odesa y Poltava). Ahora hace un llamamiento urgente a la comunidad internacional para que se done a mayores 2.42 millones de dólares a las organizaciones de la sociedad civil que proporcionan servicios del VIH en Ucrania, así como para aquellas que reciban a refugiados afectados por el VIH en otros países. Esto sería parte del aumento de apoyo ahora necesario.  

“Las organizaciones de la sociedad civil y comunidades de personas que viven con y son afectadas por el VIH son el cimiento de la respuesta al VIH en Ucrania”, afirma Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. “Necesitan más apoyo financiero y logístico de manera urgente para poder garantizar la continuación del tratamiento contra el VIH, así como de los programa de prevención y atención. Rogamos a los donantes que ayuden a perpetuar este servicio esencial a la hora del salvar vidas y evitar un resurgimiento de la pandemia de sida en Ucrania”.  

La única razón por la que se han podido mantener los servicios a pesar de la guerra es porque la innovadora respuesta al VIH en Ucrania es producto de una asociación entre la provisión pública y comunitaria. Pero las redes de la sociedad civil, de cuyo valor y creatividad dependen los servicios del VIH, necesitan más apoyo internacional para poder continuar operando al nivel requerido.  

Garantizar el acceso a suministros médicos y servicios para grupos vulnerables es todo un desafío. ONUSIDA trabaja codo con codo con asociados humanitarios en Ucrania e internacionalmente para obtener soluciones urgentes y proporcionar apoyo médico y humanitario a cientos de miles de ucranianos.  

La Alianza por la Salud Pública trabaja para proporcionar el apoyo urgente que se necesita durante el conflicto. Utiliza minibuses para dar respuesta a necesidades humanitarias, como la evacuación de poblaciones vulnerables y la entrega de alimento y medicina. Las comunidades en primera línea de respuesta están haciendo un esfuerzo excepcional para llegar a la población. Por ejemplo, la Alianza por la Salud Pública ha desplegado varias clínicas móviles para hacer llegar la terapia de sustitución de opiáceos a las personas que consumen drogas en zonas donde las instalaciones han tenido que cerrar. ONUSIDA también trabaja con el uno de sus copatrocinadores, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, y con el Fondo Mundial para conseguir suministros de terapia de sustitución de opiáceos. 

El conflicto ha hecho que millones de personas abandonen el país, por lo que miles de mujeres ucranianas y niños que viven con VIH están en países de acogida y necesitan apoyo. Las redes de sociedad civil respaldadas por los copatrocinadores y socios de ONUSIDA ayudan a los refugiados a acceder a la terapia antirretroviral en la República de Moldova y por toda la Unión Europea.  

Como parte de los esfuerzos para garantizar la continuidad del tratamiento contra el VIH, el copatrocinador de ONUSIDA, la OMS, ha participado en la negociación de un acuerdo con la farmacéutica ViiV Healthcare en virtud del cual se donarán medicinas contra el VIH a Polonia, República Checa y otros países de la Unión Europea que reciben un gran número de refugiados ucranianos.  

ONUSIDA también urge a la comunidad internacional a ayudar a los centros de acogida de refugiados a fortalecer su apoyo a las personas en más riesgo. Para esto deberían mejorar sus servicios psicosociales, de tratamiento y prevención contra el VIH, y los relacionados con la violencia de género. Un copatrocinador de ONUSIDA, ONU Mujeres, afirma que las denuncias se abuso sexual y tráfico de personas en Ucrania son indicadores de una crisis de protección. ONUSIDA ha advertido del elevado riesgo para las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales. 

Byanyima respalda el llamamiento de las Naciones Unidas a acabar con la guerra. “Lo que más necesitamos es paz”, asegura. “La guerra en Ucrania tiene que terminar. Ahora. La recuperación necesita que esta guerra termine. Incluso cuando esto pase vamos a necesitar mucha ayuda. Las personas que viven con el VIH en Ucrania corren un grave peligro por culpa de esta guerra. Las redes lideradas por la comunidad, que dan respuesta a los servicios del VIH y arriesgan sus vidas para salvar las de los demás, necesitan todo el apoyo posible”. 

Número de atención sobre el VIH en Ucrania: 0800 500 451. 

Puede encontrar más apoyo a los refugiados ucranianos que viven con el VIH en la página web de la  Iniciativa de Terapia Antirretroviral para Ucranianos en el Extranjero, establecida en coordinación con el Centro de Salud Pública de Ucrania. Se está recopilando más información sobre la ubicación y las necesidades de las personas que viven con el VIH en Ucrania, y de aquellos que se han visto obligados a huir del país.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

Contacto

UNAIDS Geneva
Michael Hollingdale
tel. +41 79 500 2119
hollingdalem@unaids.org

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La activista ucraniana Anastasiia Yeva Domani habla con ONUSIDA sobre cómo la comunidad transgénero está afrontando la guerra en Ucrania

30 de marzo de 2022

Anastasiia Yeva Domani es la directora de Cohort, experta en el Grupo de Trabajo de Personas Trans sobre el VIH y la Salud en Europa oriental y Asia central, y representante de la comunidad transgénero del Consejo Nacional Ucraniano sobre el VIH/sida y la Tuberculosis.

ONUSIDA se comunicó con ella para ver cómo la comunidad transgénero y ella están afrontando el ataque ruso a Ucrania.

Háblenos sobre usted y sobre la comunidad transgénero en Ucrania

Soy la directora de Cohort, una organización para las personas transgénero. Cohort se creó hace dos años, aunque soy activista desde hace más de seis. Según el Centro de Salud Pública del Ministerio de Salud de Ucrania, antes de la guerra había unas 10 000 personas trans en el país, aunque probablemente sea un número mayor, pues muchas personas transgénero deciden no comunicar su identidad de género. Muchos solo buscan ayuda en tiempos de crisis—esto es lo que ocurrió durante la pandemia de COVID-19 y es lo que está pasando ahora, durante la guerra.  Hoy en día, recibimos peticiones de ayuda de personas que desconocíamos, personas que necesitan urgentemente ayuda humanitaria, financiera o médica.

Ucrania creó el entorno más favorable para las personas transgénero de los países de la antigua Unión Soviética con respecto al cambio de documentación y los aspectos legales y médicos de la transición de género.  Aunque no es perfecto, nosotros y otras organizaciones hemos hecho todo lo que hemos podido por mejorarlo. Desde 2019, las personas trans han tenido representación en el Consejo Nacional Ucraniano sobre VIH/sida y Tuberculosis.

¿Cómo era la situación de las personas transgénero al comienzo de la guerra?

En 2016, se adoptó un nuevo protocolo clínico para la disforia de género en Ucrania, que facilitó en gran medida la parte médica de la transición de género. Gracias a este protocolo, al año siguiente, las personas afectadas recibieron certificados de cambio de género.

Sin embargo, muchas personas trans todavía tienen que modificar toda su documentación.  Algunas no cambiaron nada, otras solo algunos documentos y muy pocas los modificaron todos, incluidos el carné de conducir, los documentos relativos a la educación y los propios de registro y reclutamiento militar.  Les advertimos sobre esto y ahora hay una guerra.  Muchas personas transgénero no se habían dado cuenta de que tenían que darse de baja en la oficina de registro y reclutamiento militar.

Por la ley marcial, los hombres de 18 a 60 años no pueden salir del territorio de Ucrania si no cuentan con el permiso de la oficina de registro y reclutamiento militar. Tenemos a muchas personas no binarias en cuya documentación aparece que son hombres y no pueden salir.

Con el estallido de la guerra, muchas personas transgénero se trasladaron al oeste de Ucrania.  Pero si su documentación establece que es un hombre, no puede salir de Ucrania.

¿En qué situación están ahora y en qué se centra su trabajo?

Debido a la guerra, algunas ciudades están completamente vacías. Kharkiv contaba con el mayor número de activistas transgénero después de Kiev, incluidos muchos que trasladaron allí desde las regiones ocupadas de Lugansk y Donetsk en 2014. Y ahora tienen que volver a desplazarse. No nos ha llegado información sobre la muerte de ninguna persona transgénero, pero creo que se debe a que no hay conexión con algunas ciudades, como Mauripol.  Muchos ni siquiera tuvieron tiempo de salir de la ciudad, y luego resultó imposible.  Me temo que las estadísticas serán terribles, tardaremos un tiempo en entender qué ha ocurrido allí.

Ahora se está trabajando mucho en Odessa—tenemos allí a dos Yulias, mujeres transgénero que apoyan fuertemente a la comunidad.  Se encargan de muchos temas de apoyo y financiación. En Odessa, la situación es mejor con hormonas, con medicinas.  También tenemos todavía una coordinadora en Dnipro, que también es de gran ayuda.

Ahora nuestro trabajo se centra en la asistencia financiera, médica y legal para las personas trans que están en Ucrania, sin importar dónde, en el oeste del país en refugios o apartamentos, o en las ciudades que están siendo bombardeadas.  Todo el mundo tiene miedo, pero hay que ser fuerte por dentro e intentar vencerlo.  No creo que deba marcharse todo el mundo. Entiendo que muchas personas se sienten resentidos frente a la sociedad, frente al estado.   Durante muchos años, décadas incluso, han sido víctimas. No hay nada que les ate aquí—no hay trabajo ni acceso a una vivienda.

¿Quién les aporta apoyo financiero?

Teníamos proyectos planeados para 2022, y justo el primer o el segundo día de guerra los representantes de nuestros donantes nos dijeron que podíamos utilizar el dinero no solo para los proyectos planeados, sino también para ayuda humanitaria.  Esto incluía a la RFSL, la Federación Sueca para los Derechos LGBTQI+, que trató este tema de la manera más flexible posible y nos permitió no solo utilizar el dinero del proyecto sino también enviar dinero directamente a nuestros coordinadores, para que pudieran pagar las viviendas, viajes, etc. de las personas.

Inmediatamente después, GATE (Acción Global por la Igualdad Trans) nos comunicó que su financiación también podía utilizarse para ayuda humanitaria, y prometió aumentarla. La Alianza Europea de Salud Pública, a través del Fondo mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria, permitió los cambios en el presupuesto y en la naturaleza de las actividades planificadas.

Ahora haremos lo que podamos en el contexto de la guerra, y la movilización de la comunidad continuará en Dnipro, Odessa, Lviv y Chernivtsi.  Aparecieron nuevos socios que respondieron inmediatamente a nuestras necesidades.

Utilizo a diario la financiación de OutRight Action para las necesidades humanitarias de las personas transgénero, y también la financiación de LGBT Europe. Asimismo hay donaciones privadas, no muy cuantiosas, por supuesto, pero las hay.

¿Cómo es un día normal de su vida?

Mi día a día está repleto de comunicaciones con periodistas de medios importantes. También voy al supermercado a comprar alimentos y los distribuyo entre quienes los necesitan—tengo un formulario de Google en el que veo las peticiones de ayuda.

Administro las consultas con un psicólogo y un endocrino, que siguen trabajando en Ucrania. Recibo muchas preguntas sobre el cruce de la frontera y proporciono información sobre cómo comunicarse con la oficina de registro y reclutamiento militar y sobre qué documentos necesitan para darse de baja.

Hacemos tantas llamadas que tengo que cargar el móvil cinco veces al día. Tengo dos cuentas de Instagram, dos de Facebook, tres direcciones de correo, Signal, WhatsApp, etc. Hemos de estar en contacto constantemente. También necesito tiempo para hacer colas de dos horas en la oficina de correos—se pierde mucho tiempo, pero las personas necesitan los medicamentos que les envío.  Además, tengo que dejar un hueco para estar al tanto de las noticias: necesito saber lo que ocurre en el frente, en las ciudades.

¿Qué le da fuerzas?

Hasta que mi familia y mi hijo salieron de la ciudad, no pude trabajar en paz.

Ahora estoy en Kiev. Los primeros 10 días de guerra sentí conmoción y miedo—vivíamos hora a hora. Ahora nos hemos acostumbrado al peligro y ya no tengo miedo.  Decidí dejarlo en manos del destino: si tenía que ser, sería. Ya no voy al refugio: hay demasiado trabajo, demasiadas peticiones de ayuda, llamadas, consultas cada minuto.

Nací aquí, en Kiev; es mi ciudad natal.  Me di cuenta de que cuando tu país va mal, tienes que quedarte.  No puedo huir, mi consciencia no me lo permitiría.  No puedo porque sé que mi ciudad necesita protección. No se necesita estar en el ejército para ayudar—hay defensa militar, pero también trabajo voluntario, la ayuda humanitaria da mucho trabajo.

¿Qué me mantiene con fuerza? Como este es mi país, entiendo que todo el que puede hacer algo, desde cualquier frente, está aquí. Podemos hacerlo en cualquier sitio, todo el mundo puede contribuir, hacer algo útil, y eso hace que sienta que me necesitan, un sentimiento de que todos conseguimos más si permanecemos juntos.

Trabajando juntos para ayudar a los refugiados en la República de Moldova

24 de marzo de 2022

Al comienzo de la invasión de Ucrania, el gobierno de la vecina República de Moldova estimó que podría haber unas 300 000 personas huyendo hacia el país desde Ucrania. Ese estimado ha aumentado a 1 millón de refugiados —una gran suma para un país que tiene una población de sólo 2,6 millones y es uno de los más pobres en Europa.

Poco después del inicio de la guerra, una serie de organizaciones humanitarias, los organismos de las Naciones Unidas y miembros de la sociedad civil, coordinados por el gobierno, formaron grupos de coordinación de la respuesta y empezaron a atender las necesidades más urgentes de las personas que huyen de la guerra, como el alojamiento, la alimentación, la salud, la protección social, la prevención de la violencia de género y el apoyo a la salud mental.

“Primero, debemos centrarnos en las necesidades básicas. Queda mucho por hacer en cuanto a la coordinación con las numerosas organizaciones humanitarias que se unen a la respuesta. Como también es la primera vez que los moldavos se enfrentan a una crisis de esta magnitud, estamos aprendiendo mediante la práctica y la experiencia”, comentó Iurie Climasevschi, coordinadora nacional del sida en el Hospital de Dermatología y Enfermedades Transmisibles de la República de Moldova.

Svetlana Plamadeala, directora regional de ONUSIDA para la República de Moldavia, visitó varios centros para desplazados cerca de la frontera entre Ucrania y la República de Moldova. “Las personas son bien recibidas allí, el gobierno garantiza el alojamiento y la comida e intenta que los niños asistan a la escuela y a la guardería, ya que cerca del 75 % de los refugiados son mujeres y niños— hay alrededor de 40 000 menores de 18 años en los centros”, indica.

Según la Sra. Plamadeala, casi la mitad de los refugiados son acogidos por las familias en sus hogares. “Vemos una extraordinaria movilización de la gente corriente, quienes están brindando un apoyo notable a las personas que huyen de la guerra", afirmó. 

La política del gobierno es que los refugiados ucranianos reciban los mismos servicios que los moldavos, entre ellos los relacionados con el VIH. “Si alguno de los refugiados solicita terapia antirretroviral, se la proporcionamos. No rechazaremos a nadie si podemos ayudarlos”, garantizó el Sr. Climasevschi.

“ONUSIDA formó parte del proceso de planificación desde el principio de la crisis para garantizar que los refugiados tuvieran acceso a todos los servicios relacionados al VIH que tienen los moldavos, entre ellos la terapia antirretroviral, la terapia de sustitución de opiáceos y las pruebas del VIH y la tuberculosis”, señaló la Sra. Plamadeala. “El estigma y la discriminación hacia las personas que viven con el VIH sigue siendo alta. Quizás no todas las personas que viven con el VIH han podido acceder a los servicios, por lo que estamos colaborando con nuestros miembros de la sociedad civil para proporcionar información de manera proactiva a las personas, de forma que sepan a dónde acudir para recibir apoyo”.

Ruslan Poverga, de la organización no gubernamental Initiativa Pozitiva, dijo que la organización ya está identificando a los refugiados que necesitan terapia antirretroviral y los está refiriendo hacia el apoyo. “Hemos comenzado a informar de manera proactiva a las personas, y, de ser necesario, proporcionando un paquete integrado de servicios de prevención del VIH, entre ellos pruebas de detección del VIH, la tuberculosis y la hepatitis, y la provisión de reducción de daños y preservativos. En un futuro cercano comprenderemos mejor la necesidad de dichos servicios.”

La delegación nacional de ONUSIDA para la República de Moldova ha reasignado fondos para las necesidades urgentes de la respuesta humanitaria. Esto aumentará la capacidad del programa nacional sobre el sida para proporcionar terapia antirretroviral a un mayor número de refugiados que viven con el VIH. La pruebas de carga viral están disponibles para comprobar la carga vírica si un cambio de tratamiento es necesario.

"La situación está evolucionando. Vigilamos la situación con mucha atención para entender cuándo y cómo buscar más apoyo. El Fondo mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria está dispuesto a hacer reasignaciones si son necesarias, y la República de Moldavia puede acceder a recursos del fondo de emergencia del Fondo Mundial. En el caso de que el programa nacional sobre el sida no pueda cubrir las necesidades, buscaremos más apoyo del Fondo Mundial, ONUSIDA, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y la Organización Mundial de la Salud”, añadió la Sra. Plamadeala.

Una funcionaria de ONUSIDA habla sobre la invasión de Ucrania

18 de marzo de 2022

El pasado 24 de febrero, a Olena Sherstyuck, responsable de la difusión mundial de ONUSIDA en Ucrania, no le quedó otra alternativa que huir de Kiev. Pudimos hablar con ella desde su nueva ubicación en Ucrania occidental.

El 24 de febrero, ¿cuáles fueron sus primeras impresiones?

Bueno, mi día empezó muy temprano. Mi hijo me envió un mensaje a las 5 de la mañana que decía “Parece que la guerra ha comenzado”. Cuando salí al balcón, escuché unos fuertes ruidos que sonaban como bombas.

¿Fue entonces cuando decidió irse de Kiev?

Al principio, me senté en el coche con mis gatos y, después de hablar con el director nacional y el resto del personal, decidí irme fuera de la ciudad, a mi casa del campo, que tiene un jardín, donde me reuní con mi hijo y su mujer.

¿Aquel lugar era suficientemente seguro?

Cuando llegué allí, me di cuenta de que era peor que la ciudad. Resulta que mi casa está cerca del aeropuerto de Hostómel, por lo que es un blanco para los misiles. Casi no dormimos. El cielo estaba rojo, y lo que me encanta de la casa son los ventanales, pero aquella vista no era nada agradable;  las ventanas no dejaban de temblar.

¿Y qué hizo después?

El 25 de febrero, a medianoche, decidimos salir hacia Ucrania occidental. Había trabajado en la región 5 años con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y había vuelto alguna vez, así que aquella región montañosa me pareció una buena opción.

Supuso conducir 28 horas porque fuimos zigzagueando para evitar los enfrentamientos y encontrar alternativas a las carreteras cerradas o los puentes bombardeados. Teníamos que cambiar de ruta constantemente;  fue todo un reto.

Le pedí ayuda a unos amigos de la zona para encontrar un sitio donde quedarnos y al final estamos en una casa de madera con cinco habitaciones y una cocina compartida.

¿Seguía en contacto con su equipo y su supervisor?

En Ucrania somos una delegación de ONUSIDA pequeña y, debido a la COVID-19, teníamos muchas maneras de seguir en contacto, por WhatsApp, Viber, etc. Hablamos cada mañana,  lo cual me ha ayudado mucho a seguir conectada. También se han puesto en contacto conmigo compañeros de la región y del centro mundial, lo que me ayuda a sentir que todo es normal.

¿Normal? ¿De veras?

No puedo dormir ni comer, pero el trabajo, las reuniones y la coordinación de esfuerzos me ayudan a seguir con los pies en la tierra. Es lo que me hace seguir adelante.

Sin embargo, me he vuelto adicta a las noticias. Me es imposible dejar de verlas y de leer sobre lo que está ocurriendo. No dejo de pensar en mi apartamento en la ciudad y mi jardín, y en cuándo podremos volver todos a Kiev.

No me arrepiento de haberme ido. No soy una luchadora ni estoy en el ejército, así que ¿por qué estorbar a los que sí luchan? La primera semana estuve en shock y pensaba que acabaría pronto, pero ya llevamos tres semanas.

Supongo que se llevó su pasaporte y su teléfono, pero, ¿y ropa y comida?

Me llevé la documentación más importante, mi pasaporte y mi ordenador de trabajo, pero solo tenía ropa de jardinería de mi casa, así que llevo puesta una chaqueta multiusos de hombre desde entonces. Digamos que parezco un poco desaliñada, ¡pero no soy la única! (Risas).

En cuanto a la comida, hay mercados pequeños y, de momento, no hemos sufrido escasez de ningún tipo. Intentamos mantenernos ocupados ayudando a las mujeres de aquí a hacer pan, y hay otras actividades colectivas organizadas por la localidad.

(Interrupción) Charlotte, ¿oyes eso? ¿Escuchó el sonido de la alarma antiaérea? Ya ha parado.

Para los que no hemos vivido una situación así, ¿qué consejo nos daría?

Primero que todo, tener relaciones personales con la gente resulta realmente útil en situaciones como esta. No solo pude contactar con mis actuales compañeros, sino también con mis antiguos amigos del trabajo.

Y desde el primer día pude ponerme en contacto con las numerosas redes de personas que viven con el VIH y otras organizaciones no gubernamentales con las que trabajo para ver cómo les va. Esto supuso hacer y recibir muchas llamadas, pero se trata de relaciones personales y profesionales que he ido estableciendo con los años, y quería saber si todos estaban a salvo.

Debo decir que en ONUSIDA hicimos un gran trabajo compartiendo y haciendo llegar información clave sobre qué servicios están disponibles y dónde, y actualizando dicha información; servicios como la reposición de terapia antirretroviral o la terapia de sustitución de opiáceos. Antes de la guerra, yo era miembro del comité de supervisión y el comité de programación que supervisa las concesiones del Fondo mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria, por lo que mis compañeros y yo estamos tratando de hacer un seguimiento de los aspectos relacionados con la programación. No es fácil y, en lo que respecta a la monitorización, muchas personas siguen refugiadas en sótanos, lo que complica las cosas.

En segundo lugar, es muy difícil planear estratégicamente. Al principio, todos toman buenas decisiones ad hoc. Nuestros asociados, otras organizaciones internacionales y básicamente todo el mundo se esforzaba por ayudar, pero, desafortunadamente, faltó coordinación. Un día se me pedía buscar colchones, otro día alguien necesitaba gas; ahora todo parece más organizado.

Aprendí que lleva tiempo comprender cómo actuar y reaccionar y que es importante encontrar tu nicho. No intentes abarcar demasiado.

Buen consejo. En resumen, asignar roles y/o aprovechar los puntos fuertes de cada organización para trabajar mejor en conjunto, ¿no?

Exacto. Otra cosa que ha sido de ayuda es recibir el aporte del centro mundial. Yo trabajo el 90% del tiempo con homólogos regionales y, debido a todo el ajetreo y la situación tan cambiante, ha sido de gran utilidad tener a la sede central informando sobre el panorama general.

¿En qué manera?

Es alentador saber que países como Polonia y la República de Moldova, así como la gente se han comprometido a ayudar a Ucrania. Ahora sé lo que están haciendo nuestros compañeros de la región en relación con las existencias de terapia antirretroviral y el uso de la ayuda internacional. En Ucrania, adoptamos estándares más europeos, así que, por ejemplo, nuestras disposiciones sobre medicamentos y propiedad intelectual se acercan más a los estándares europeos y no se parecen a las de otros antiguos Estados satélite soviéticos. Nuestras legislaciones contienen capítulos sobre los grupos clave de población y prohíben la discriminación, y el Gobierno ucraniano financió servicios básicos de prevención del VIH para cientos de miles de personas de estos grupos clave. También promovimos los servicios de reducción de daños, pues el VIH en Ucrania afecta mayormente a las personas que se inyectan drogas, y hay miles de personas en terapia de sustitución de opiáceos y profilaxis pre-exposición. Los derechos de las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales también han sido un componente integral de la estrategia por los derechos humanos del país.  Difícilmente puedo imaginar tales avances en muchos países de Europa oriental.

¿Algún último comentario?

Es muy importante para mí sentir que tengo contacto humano, así que poneos en contacto conmigo. Y debo decir que me ha impresionado la unidad de las personas; siento a Ucrania más unida. Esa es mi nota de optimismo en todo esto; ha habido un apoyo fantástico entre la gente. ¡Gloria a Ucrania!

Mantener disponible la paliación de daños en Ucrania

09 de marzo de 2022

Diez días después del inicio de la invasión rusa en Ucrania, ONUSIDA habló con Oleksii Kvytkovskyi, el director del Centro de Recursos de Volna Donbás de la Asociación Ucraniana de Personas con Drogadicción, una organización no gubernamental que trabaja con personas que se inyectan drogas en Ucrania.

¿Cómo se encuentra, Oleksii?

Estoy cansado del miedo y de huir.  He decidido que seguiré haciendo lo que llevo haciendo los últimos 14 años: defender los derechos de las comunidades clave, sobre todo, de las personas que se inyectan drogas y de las que están en situación de necesidad.

¿No es la primera vez que se topa con la guerra?

Hace ocho años, estaba allí cuando la Federación de Rusia atacó la parte oriental de Ucrania y, como sabe, ahora son repúblicas autoproclamadas.  Tengo tres hijos y dos nacieron durante ese conflicto, uno en 2014 y el otro en 2019.

Sigo trabajando en cuatro ciudades en el óblast (región) de Lugansk, controladas por el Gobierno ucraniano, localizadas casi en la primera línea de combate: Severodonetsk, Lysychansk, Rubizhne y Kreminna.

¿Qué hace actualmente en su trabajo?

En la organización no gubernamental recibimos y repartimos terapias de sustitución de opiáceos (TSO) y alimentos y agua a los que lo necesitan. La cantidad de TSO que tenemos solo nos llega hasta final de mes. Son solo unos 28 días, y después no sé qué haremos.

También es difícil acceder a terapia antirretroviral en algunas ciudades. Básicamente, vemos a quién le falta qué y si hay riesgos de interrupción.

¿Se han ido muchas personas de su zona?

Muy pocas personas pueden marcharse porque no tienen suficiente dinero para hacerlo. Hasta ahora, la prioridad ha sido evacuar a mujeres, a niños pequeños y a personas mayores.

Nuestra organización no gubernamental se dirigió a las organizaciones internacionales y hemos recibido asistencia de la Red de Reducción de Daños de Eurasia, la Red de Personas que Consumen Drogas de Eurasia y Volna, y eso nos ha ayudado mucho para proporcionar asistencia con carácter urgente.

¿Y usted?

Supliqué a mi mujer que se fuera con los niños a Lviv. Incluso encontré un lugar en el que podrían haber vivido, pero ella dijo que no me abandonaría, así que se han quedado aquí.

Pero tengo miedo. Estoy nervioso por mis hijos y mi querida esposa.

¿Qué le hace seguir adelante?

Voy a trabajar todos los días.  Las personas me preguntan si temo perder la vida. Mi respuesta es la siguiente: «cuando se resuelven los problemas de alguien, uno se olvida del miedo y de la guerra sin ser consciente. Entonces, resolver el problema de una persona de la comunidad se convierte en un objetivo clave, así que uno se prepara para ayudar como sea».

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