La iniciativa de ONUSIDA y de la Comunidad Un Millón de Trabajadores Sanitarios Comunitarios (1mCHW) ha anunciado una asociación importante de carácter estratégico para alcanzar el objetivo 90-90-90 y establecer las bases de un desarrollo y una asistencia sanitaria sostenible.
Esta nueva asociación surgió en una reunión de alto nivel entre ocho ministros de sanidad africanos y otros actores internos en Addis Ababa (Etiopía) que tuvo lugar el 1 de febrero. En dicha reunión, se habló del objetivo 90-90-90 y de recursos humanos para la asistencia sanitaria. Los participantes recalcaron la importante influencia que puede tener el objetivo 90-90-90 a nivel mundial para reforzar dichos recursos.
En el discurso de apertura, Marc Angel, defensor de ONUSIDA para el objetivo 90-90-90, comentó a los participantes que es fundamental contar con más recursos humanos.
"Para alcanzar el objetivo 90-90-90 se necesitan trabajadores sanitarios, especialización y laboratorios suficientemente equipados", afirmó el Sr. Angel.
Jeffrey Sachs, director del Instituto de la Tierra en la Universidad de Columbia (Nueva York) y fundador de la iniciativa Un Millón de Trabajadores Sanitarios Comunitarios, ha hecho énfasis en su compromiso para con el objetivo 90-90-90. Como asesor especial del secretario general de la ONU en lo que respecta a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el Sr. Sachs se ha comprometido a posicionar el objetivo 90-90-90 en el plano central de la defensa de los ODS.
"El esfuerzo 90-90-90 de ONUSIDA es histórico: un acercamiento científico, riguroso y audaz para acabar con la epidemia del sida", afirmó el Sr. Sachs. "El final del sida está a nuestro alcance; los trabajadores sanitarios comunitarios desempeñarán un papel fundamental a la hora de capacitar a las comunidades para frenar las muertes ocasionadas por el sida y acabar con la transmisión del virus. La campaña Un Millón de Trabajadores Sanitarios Comunitarios tiene el honor de colaborar con ONUSIDA en su programa pionero".
Copatrocinado por ONUSIDA, la Unión Africana y el ministerio de Salud de Etiopía, el encuentro mostró un gran apoyo al objetivo 90-90-90. Además, se coincidió en que este ofrece una oportunidad única para contratar y movilizar a cientos de miles de trabajadores sanitarios comunitarios.
"Etiopía no escatimará en esfuerzos para alcanzar el objetivo 90-90-90," anunció Kesetebirhan Admasu, el ministro de Salud de Etiopía. "Estamos decididos a relegar al sida a los libros de historia."
Para alcanzar el objetivo de tratamiento 90-90-90, será necesario que, en los próximos cinco años, se doble el número de personas que tienen acceso a la terapia antirretrovírica. Los programas del VIH han proporcionado estrategias innovadoras para mejorar la eficiencia de la prestación de servicios, pero es evidente que, para alcanzar el objetivo, será necesario aumentar el número de trabajadores sanitarios disponible en la prestación de servicios del VIH.
Sin embargo, muchos países de África y de otras regiones presentan una grave escasez de trabajadores sanitarios. Si bien África representa el 25% de la carga mundial sanitaria, en ella, sólo se encuentra el 3% del total de trabajadores sanitarios.
Para aliviar estas escaseces, la reunión se centró en la importancia que tiene la formación y la contratación de trabajadores sanitarios comunitarios formados, experimentados, supervisados y remunerados para ampliar el acceso a los servicios del VIH. "Debemos reforzar la conexión entre las comunidades y los proveedores de servicios," dijo el director ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé. "Tenemos que servirnos de las comunidades y las organizaciones de la sociedad civil para llegar a las personas a las que es difícil llegar."
La campaña Un Millón de Trabajadores Sanitarios Comunitarios aúna a más de 150 organizaciones de todo el mundo en un gran esfuerzo por contratar y desplegar trabajadores sanitarios comunitarios preparados, capacitados, supervisados y remunerados , prestando especial atención a las comunidades rurales más marginadas.
Países como Etiopía, Ghana y Malawi ya han hecho grandes progresos en la formación y el despliegue de trabajadores sanitarios comunitarios que presten servicios sanitarios de base comunitaria.
Etiopía, por ejemplo, ha formado a decenas de miles de agentes de extensión sanitaria que han aumentado el acceso a servicios sanitarios de calidad. La creación del programa de trabajadores sanitarios comunitarios en Etiopía se ha asociado con un incremento de 19 años en la esperanza de vida en dos décadas. Actualmente, Ghana está desplegando 20 000 trabajadores sanitarios comunitarios en un excepcional esfuerzo nacional.
Otros países se están poniendo en marcha para imitar estos esfuerzos nacionales exitosos que tienen como fin ampliar los recursos humanos para la salud. Lesotho, por ejemplo, se ha embarcado en un esfuerzo nacional para crear una red de agentes de extensión sanitaria guiada por Etiopía y Malawi.
Gran parte de los debates de esta reunión, que tuvo un día de duración, se centraron en cómo el impulso para alcanzar el objetivo 90–90–90 puede conducir a una ampliación sostenible de los recursos humanos para la salud. El esfuerzo mundial para alcanzar este objetivo implicará la prestación de atención simplificada y descentralizada a millones de personas sanas que viven con el VIH. Los cuidados personales, incluidas innovaciones como los grupos de observancia inter pares o la distribución comunitaria de tratamiento antirretrovírico, desempeñarán un papel fundamental en la gestión de la atención del VIH crónico.
Los trabajadores sanitarios comunitarios resultarán fundamentales a la hora de proporcionar estos servicios simplificados y descentralizados. El enfoque de Acción acelerada requiere un aumento considerable de la financiación para la prestación de servicios de base comunitaria y un aumento del 5% actual al 30% en la proporción de los servicios del VIH que se ofrecen a través de canales comunitarios.
Los mismos modelos de base comunitaria que resultarán fundamentales para conseguir que la epidemia del sida deje de suponer una amenaza para la salud pública también tienen un papel potencialmente fundamental a la hora de abordar los otros objetivos sanitarios de los ODM. La movilización de trabajadores sanitarios comunitarios a través del impulso para alcanzar el objetivo 90–90–90 también puede favorecer la prestación de otros servicios sanitarios importantes. De forma similar, los modelos de atención crónica generados por la ampliación del tratamiento del VIH pueden aplicarse a la gestión de enfermedades no contagiosas que cada vez tienen un peso mayor, como la hipertensión o la diabetes.
Aunque la hoja de ruta de acción para el 90-90-90 y el personal sanitario es clara, la financiación supone un posible obstáculo, ya que es necesario que haya inversiones para la formación, supervisión y remuneración de los trabajadores comunitarios. Los ministros de sanidad y otros participantes estuvieron de acuerdo en que para movilizar las inversiones necesarias para ampliar el personal sanitario será pertinente realizar tanto desembolsos nacionales como incrementos adicionales en la asistencia internacional. El Sr. Sachs exigió la creación de un fondo para reforzar los sistemas sanitarios.
"Aquí, en África, debemos comprometer nuestros propios recursos internos con la sanidad", afirmó Olawale Maiyegun, el director de asuntos sociales de la Comisión de la Unión Africana. "Debemos estar a la altura de nuestro compromiso en la Declaración de Abuja de destinar a la sanidad al menos un 15% de nuestro presupuesto interior".
"La salud no es un coste", aseguró el Sr. Sidibé. "La salud no es gasto. La salud es una inversión. Si la incrementamos podemos acabar con la epidemia. Pero si no aportamos los recursos que necesitamos, el sida repuntará y todas nuestras inversiones de los últimos 30 años se perderán".
En la planificación de la reunión, la organización copatrocinadora trabajó con la Organización Mundial de la Salud, la Sociedad Africana de Ciencias de Laboratorio, la Asociación Internacional de Proveedores de Atención al Sida, la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, la Oficina del Coordinador de los Estados Unidos para el sida, la Universidad de Columbia, la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible, la campaña Un Millón de Trabajadores Sanitarios Comunitarios y el gobierno de Luxemburgo.