Internally displaced persons IDP

Un año después: Debemos mantener la respuesta al VIH en Ucrania

23 de febrero de 2023

Un año después, la guerra en Ucrania continúa infligiendo sufrimiento y destrucción masiva. Desde el comienzo de la guerra, el 24 de febrero de 2022, más de 13,5 millones de personas han sido desplazadas internamente o se han visto obligadas a huir a países vecinos como refugiados, incluidas las personas que viven con el VIH y grupos de población clave.

Ucrania, el país con la segunda mayor epidemia de sida de la región de Europa Oriental y Asia Central, se ha visto duramente afectada por la guerra.

El país estaba haciendo grandes progresos con respecto a la respuesta al sida como:  (a) aumentar el número de personas que viven con el VIH que reciben medicamentos que salvan vidas (más de 150.000 personas reciben tratamiento de las 240.000 que viven con el VIH); (b) trabajar mano a mano con las organizaciones de base comunitaria y (c) alcanzar la plena financiación estatal de servicios innovadores de prevención del VIH entre las poblaciones clave.

La conmoción de la guerra empujó a todas las partes interesadas a proteger esos preciados logros. 

El gobierno de Ucrania y los asociados de la sociedad civil han recibido suficiente terapia antirretrovírica (ARV), medicamentos contra la tuberculosis y terapia de sustitución de opiáceos (TSO) para proporcionar tratamiento ininterrumpido a todo el mundo con el respaldo del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, del Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del Sida (PEPFAR), de ONUSIDA, y de otros asociados.

La sociedad civil ha sido el motor de la respuesta nacional al sida junto con la Salud Pública de Ucrania antes de la guerra y durante el año. Sin excepción, han prestado servicios, medicamentos y ayuda humanitaria a los necesitados, a pesar de los bombardeos, los atentados, la falta de electricidad y el acceso reducido al este y al sur del país.

Este esfuerzo necesita tanto nuestra financiación como apoyo continuos.  No podemos permitir que la respuesta de Ucrania al VIH dé un paso atrás.

Las agencias de la ONU y sus organismos asociados en el territorio han estado cooperando estrechamente con las autoridades locales para llegar a los necesitados y ayudarlos. Últimamente, han suministrado ayuda humanitaria a los territorios más afectados del país que únicamente ahora pasado a ser accesibles.

«La prestación de ayuda y asistencia esencial depende de la colaboración», manifestó Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «Una alianza entre el gobierno, la sociedad civil y los organismos internacionales fue y sigue siendo un pilar fundamental de la eficaz respuesta al VIH en Ucrania durante la guerra. ONUSIDA se solidariza con todas las personas y con todos nuestros asociados que trabajan arduamente en primera línea».   

Un Fondo de Emergencia de ONUSIDA ha permitido que los asociados de todo el país mantengan los servicios de atención y apoyo al VIH, así como que proporcionen ayuda humanitaria y apoyo directo a los más vulnerables. Esto implica, por ejemplo, la creación de docenas de refugios para los desplazados internos, incluidas las personas que consumen drogas, personas LGBTI+ y otros grupos de población clave que vinculan a los proveedores de servicios para el VIH con los programas de ayuda humanitaria disponibles. El Fondo ha recibido apoyo de la Cruz Roja de Mónaco, de los Estados Unidos de América y de Alemania.

Con financiación adicional por parte de Alemania, las organizaciones de la sociedad civil en Moldova, Polonia y otros países vecinos han unido sus fuerzas para mejorar el acceso a los servicios para los refugiados ucranianos que viven con el VIH.

ONUSIDA ha emitido un llamamiento urgente a la comunidad internacional para conseguir más financiación para las organizaciones de la sociedad civil con el objetivo de seguir proporcionando servicios esenciales para el VIH en Ucrania y en países que reciben refugiados que precisen de los servicios para el VIH.

ONUSIDA seguirá apoyando la prevención del VIH, las pruebas, el tratamiento, la atención y el apoyo para las personas de toda Ucrania que se están viendo afectadas por esta crisis.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

Contacto

UNAIDS
Snizhana KOLOMIIETS
kolomiietss@unaids.org

Sitrep: UNAIDS response to the crisis in Ukraine

Key humanitarian messages

Learn more

War in Ukraine and the HIV response

Learn more

En el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, ONUSIDA reconoce la gran labor de los #HéroesSinCapa

19 de agosto de 2020

GINEBRA, 19 de agosto de 2020 - Hoy, cuando se celebra el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, ONUSIDA reconoce y celebra el poder de las comunidades, todas esas personas y grupos que aúnan sus fuerzas para cambiar el mundo. Ellos son los verdaderos #HéroesSinCapa.

ONUSIDA sabe bien que la gente, cuando se junta, es mucho más fuerte, y que las comunidades han sido siempre un pilar fundamental de la respuesta al VIH. Los héroes se ponen en pie y alzan la voz para asegurarse de que tanto ellos como sus familias, parejas y amigos puedan acceder a los servicios relacionados con las pruebas, el tratamiento y los cuidados para el VIH. Son invencibles en la lucha contra el estigma y la discriminación. Exigen respeto y compromiso en todas aquellas decisiones que afectan a sus vidas.

Los entornos humanitarios y frágiles son lugares inestables, impredecibles y volátiles. El conflicto, el desastre y los desplazamientos agotan los servicios sanitarios, aíslan a las comunidades y aumentan las vulnerabilidades, ya que incrementan el riesgo de quedarse atrás. Además, como ya hemos visto con la COVID-19, cualquier entorno puede resultar débil y quebrarse cuando se presenta un desafío nuevo o inesperado. Mientras la COVID-19 se extendía por todo el globo, la asistencia humanitaria ha sido prestada por sanitarios, trabajadores esenciales y otras grandes personas que no han dudado en arriesgar su vida y la de su familia por ayudar a los demás.

Las organizaciones lideradas por la comunidad están siendo la salvación para los grupos de población de todo el mundo que se están dejando desatendidos, que son marginados y a los que cuesta llegar. Todas ellas tienen gran experiencia a la hora de responder a las crisis de salud y derechos humanos que surgen dentro de las comunidades. Las muchas redes y los innumerables grupos liderados por la comunidad que emergieron para responder al VIH poseen una ingente experiencia práctica y fuerza organizativa, y gozan de un enorme acceso a la comunidad para facilitar el suministro de apoyo que salva vidas e influir en las prácticas de la vida real de las personas, con el fin de proteger mejor su salud.

Y siguen apareciendo también nuevos héroes. Algunos están ayudando a mantener el acceso a tratamientos para el VIH que salvan vidas.  Otros muchos están aportando su granito de arena para que los miembros más vulnerables de la sociedad puedan sobrevivir a los confinamientos y superar el impacto de la pandemia. Hay también quienes velan por aquellas personas que tienen más riesgo de ser víctimas de la violencia.

ONUSIDA felicita a todos los #HéroesSinCapa y las comunidades que están tanto en la retaguardia como en la primera línea. Les da las gracias por construir una resiliencia de base que garantice que no quede nadie atrás, para lograr así una cobertura sanitaria universal que garantice el acceso justo y gratuito a los servicios relacionados con el VIH.

ONUSIDA se compromete a construir una cultura de solidaridad, confianza, bondad y ética del cuidado, no solo en respuesta a la COVID-19, sino en todos los entornos humanitarios a lo largo y ancho del globo. Hemos visto a muchísimas personas poner dinero de su bolsillo para ayudar a sus familias, vecinos y compañeros. Y por ello llamamos a la financiación continuada para las organizaciones de la comunidad.

ONUSIDA pide que se continúe apoyando y defendiendo a quienes trabajan para poner fin al sufrimiento y la injusticia, pues es el único modo de promover la paz y respaldar el respeto a los derechos humanos.

Y no solo hoy, sino todos los días del año. 

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

Contacto

UNAIDS Media
tel. +41 22 791 4237
communications@unaids.org

Respuesta a la COVID-19

Cómo el cambio climático está afectando a las personas que viven con el VIH

20 de septiembre de 2019

En la víspera de la Cumbre sobre la Acción climática de las Naciones Unidas que se celebrará en Nueva York, en los Estados Unidos de América, el día 23 de septiembre, no hay duda de que el cambio climático está ya presente en todos los países  de cada uno de los continentes. A menudo el impacto es mayor en las regiones que ya se enfrentan a otros desafíos. Allí los grupos vulnerables, entre los que se encuentran las personas que viven con el VIH, son los más afectados.

Cuando el ciclón Idai avistó tierra cerca de Beira, en Mozambique, el 15 de marzo de 2019, la torrencial lluvia y los fuertes vientos causaron inundaciones repentinas, cientos de muertes y un daño generalizado en muchos hogares e infraestructuras. El 19 de marzo se calculó que había unas 100 000 personas que necesitaban ser rescatadas. Las redes de comunicación de la ciudad se cayeron y los 17 hospitales y centros sanitarios sufrieron un inmenso daño.

Aquel golpe hubiera sido devastador en cualquier sitio, pero lo fue aún más en la provincia de Sofala, donde uno de cada seis adultos vive con el VIH. Cuando las inundaciones asolaron la ciudad, muchas personas vieron, sin poder hacer nada, cómo el agua se llevaba sus medicaciones.

Menos de seis semanas después, el 25 de abril, el ciclón Kenneth  llegó y asoló la zona norte de Mozambique. En términos generales, las catastróficas inundaciones provocadas por las dos primeras tormentas afectaron a 2,2 millones de personas en Malaui, Mozambique y Zimbabue.

La temperatura y el nivel del mar han subido, lo que está contribuyendo a incrementar la intensidad y la capacidad destructiva de los huracanes y los ciclones tropicales como Idai y Kenneth en muchos países ya propensos a episodios climáticos extremos.

Cuando el huracán Kenneth golpeó Zimbabue, la directora regional de ONUSIDA, Mumtaz Mia, dijo que su prioridad era garantizar que las personas que viven con el VIH, incluyendo las mujeres embarazadas inscritas en los programas para prevenir la transmisión maternoinfantil, pudieran tener acceso al tratamiento para el VIH.    

«En Zimbabue, donde las emergencias no son un fenómeno nuevo, las personas que vivían con el VIH fueron dejadas a su suerte cuando el temporal arrasó con sus medicamentos».

Tras el paso del ciclón, la señora Mia y su equipo se reunieron con representantes del gobierno y la sociedad civil, donantes y otros socios para intercambiar opiniones sobre la respuesta. Rápidamente se aseguraron de que las necesidades específicas de las personas que viven con el VIH quedaran contempladas en las operaciones de alivio. Esto incluía la coordinación con los socios, entre ellos copatrocinadores de ONUSIDA, el ministerio de Salud y Atención a la Infancia y el Consejo nacional para el sida y el VIH, con el fin de asegurar la distribución de la terapia antirretroviral y los preservativos, la ayuda alimentaria para las personas que vivían con el VIH y los partos seguros para las mujeres embarazadas. También instauraron medidas para abordar las necesidades en materia de salud y VIH surgidas como consecuencia del desastre.

En Malaui el ciclón Idai afectó a casi un millón de personas y obligó a más de 100 000 a huir de sus hogares. Mucha gente abatida por la tormenta de Mozambique cruzó la frontera para buscar comida y refugio.

Para las personas que viven con el VIH, la preocupación respecto a su salud y el acceso a la medicación se añadieron a una situación ya de por sí compleja. A muchos lo primero que se les pasó por la cabeza fue qué hacer para salvar su medicación.

«Cuando llegaron las inundaciones, mi casa quedó destruida. Pero logré llegar hasta la bolsa de plástico en la que guardo mis pastillas antirretrovirales. Ellas son ahora mi tesoro más preciado», contaba Sophia Naphazi.

Según Elizabeth Kutendi, sus medicinas se salvaron gracias a que las guarda en el tejado de su vivienda.

Ambas mujeres fueron puestas a salvo en Bangula, un poblado al sur de Malaui que se ofreció a acoger a los miles de desplazados de las zonas vecinas. Su pequeño centro clínico proporcionó pruebas del VIH y prestó asesoramiento al respecto, abasteció de tratamiento del VIH y prestó apoyo psicosocial.

En otras partes de África es justo la falta de agua la que genera un desafío para mucha gente, al causar una enorme sequía y bloquear el acceso a servicios básicos como puede ser la atención sanitaria. África meridional solo ha disfrutado de dos temporadas agrícolas favorables desde 2012. Angola, Botsuana, Lesotho y Namibia han sufrido el desastre de la sequía.

La competición por los recursos agotados por la sequía en el Cuerno de África ha llevado al conflicto, lo que ha dificultado aún más el acceder a los grupos de personas con necesidad de asistencia en situación de emergencia, incluida la atención sanitaria. En muchos casos la única opción es huir a centros urbanos, y esto incrementa la presión sobre los proveedores de servicios de allí. A medida que empeoran las condiciones, podría producirse una migración a larga escala.

«El cambio climático supone una amenaza para todos nosotros», señala Gunilla Carlsson, directora ejecutiva en funciones de ONUSIDA. «Sin embargo, los grupos vulnerables de personas, entre ellas las que viven con el VIH y las afectadas por el virus, están principalmente expuestos a la mayor intensidad de los acontecimientos climáticos extremos que están teniendo lugar en algunas zonas del mundo en las que ya apenas se cuenta con mecanismos sólidos para hacerles frente. El cambio climático ha de ser visto hoy como uno de los mayores desafíos para lograr la salud y el bienestar de las personas».

Related information

Climate Action Summit

La preparación, la proactividad y la velocidad son elementos clave para hacer frente a las emergencias humanitarias

15 de agosto de 2019

El ciclón Idai golpeó Mozambique y la zona este de Zimbabwe a mediados de marzo; sin duda, aquella catástrofe no pudo haberse producido en un momento peor. Un mes antes, Zimbabwe había hecho un llamamiento de emergencia para ayudar a los 5,3 millones de personas afectadas por la crisis económica que estaba teniendo lugar. Además, las escasas precipitaciones habían arruinado todas las cosechas. Las repentinas lluvias intensas y el viento lo convirtieron todo en un caos. Trescientas personas fallecieron, cientos y cientos desaparecieron y 40 000 lugareños perdieron sus casas. La inseguridad alimentaria, junto con la falta de servicios básicos, incluida la atención sanitaria, se disparó en la provincia de Manicaland, la más asolada por el ciclón.

Para Mumtaz Mia, directora nacional de ONUSIDA en Zimbabwe en ese momento, lo más urgente era garantizar que las personas que vivían con el VIH, entre ellas las mujeres embarazadas que estaban participando en programas para la prevención de la transmisión maternoinfantil del VIH, tuvieran acceso al tratamiento para el VIH.

«En Zimbabwe, donde las emergencias no son un fenómeno nuevo, las personas que vivían con el VIH fueron dejadas a su suerte cuando el temporal arrasó con sus medicamentos», dijo.

Para ella, la preparación  es fundamental. «Para la respuesta al sida, debemos anticiparnos a cualquier trastorno que una situación de emergencia pueda ocasionar en los servicios».

Nacida en Malawi, la Sra. Mia se ha enfrentado a sequías e inundaciones a lo largo de toda la zona este y sur de África. También pasó un tiempo en Kenia sofocando el conflicto posterior a las elecciones y durante cinco años trabajó para ONUSIDA en Sudán del Sur antes de trasladarse para su misión en Zimbabwe.

Recuerda cómo la oficina nacional de ONUSIDA se reunió con el Gobierno, la sociedad civil, los donantes y otros interesados para establecer una acción inmediata. Enseguida todos ellos se encargaron de garantizar que las necesidades específicas del VIH quedaran también integradas en la respuesta a la emergencia. Ello implicaba coordinarse con los copatrocinadores de ONUSIDA, el ministerio de Salud y Atención a la Infancia y el Consejo nacional para el sida y el VIH con el fin de asegurar la distribución de la terapia antirretroviral y los preservativos, la ayuda alimentaria para las personas que vivían con el VIH y los partos seguros para las mujeres embarazadas. También instauraron medidas para evaluar y abordar las necesidades adicionales en materia de salud y VIH surgidas como consecuencia del desastre.

Casi 150 000 personas VIH-positivas residían en los distritos afectados por el ciclón, y alrededor de un 83 % de ellas estaban teniendo acceso a la terapia antirretroviral. Durante la crisis, la mayoría de estas personas tuvieron que interrumpir su tratamiento.

«Cuando no se cuenta con un plan y unas directrices claras respecto a la acción que se ha de emprender en situaciones de emergencia, se malgastan días y semanas muy valiosos tratando de ver qué hacer», señala la Sra. Mia.

Así mismo, considera que, para actuar más rápidamente en caso de emergencia, se debería disponer de planes de contingencia interinstitucionales en los que cada agencia tuviera asignadas sus funciones específicas. «Para orientar a las oficinas nacionales y sus directores, es fundamental utilizar pautas sencillas y claras con relación  a las acciones que ONUSIDA requiere en situaciones de emergencia y el impacto que estas pueden tener sobre el VIH», explicaba. Además, continuó, «es importante destinar los recursos económicos, de manera que se pueda acceder al dinero y utilizarlo en el mismo momento».

Practica yoga para sobrellevar mejor los periodos de estrés y alaba a su marido, quien siempre le presta su apoyo.  «Durante las épocas más caóticas, en casa tratamos de llevar una vida aparentemente normal», dice, aunque confiesa que a menudo no es nada fácil. En todo momento, Mia vive centrada en las personas que necesitan su ayuda. «Mi puerta siempre está abierta. Escucho sus historias y ello me da una perspectiva para seguir adelante». Por eso es por lo que, insiste, en momentos de necesidad no puedes fallarle a la gente. «La velocidad es esencial».

La directora nacional de ONUSIDA para la República Bolivariana de Venezuela, Regina López de Khalek, se muestra de acuerdo con ella. «Ante una emergencia humanitaria hay que actuar muy rápido para salvar vidas. Esto supone que hay que reinventar los quehaceres diarios y centrarse únicamente en la crisis», se reafirma.

En su caso, se ocupa del impacto que la crisis política y económica, que afecta a más del 80 % de la población, está teniendo en las personas que viven con el VIH o que están afectadas por el virus.  La inflación ha explotado en la República Bolivariana de Venezuela y ha hecho que los alimentos básicos queden fuera del alcance de las personas. La escasez ha invadido todo el país, y la medicina no es una excepción. Desde mayo de 2019, el país está recibiendo «ayudas humanitarias» que facilitan la distribución de medicamentos y de pruebas rápidas para la sífilis y el VIH. Con la ayuda de organizaciones internacionales no gubernamentales, se han repartido en el país casi 60 toneladas de medicamentos que salvan vidas. ONUSIDA también se involucró con el país y trabajó para recibir fondos de emergencia de otras organizaciones socias.

Hace muy poco ONUSIDA, el Fondo de Población de las Naciones Unidas y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados han aunado esfuerzos para juntos ayudar a las personas afectadas por el estigma, la discriminación y la violencia sexual. Esto incluía distribuir kits para la profilaxis posexposición, ofrecer una respuesta médica urgente para las personas expuestas al VIH y facilitarles el acceso a los servicios sanitarios, e introducir pruebas del VIH en las unidades de maternidad, así como apoyar a la sociedad civil.

Para la Sra. López de Khalek, la diferencia se marca trabajando sobre el terreno con otras agencias de las Naciones Unidas y sus socios. Y es que, explica, «trabajar codo con codo no es solo lo lógico y coherente, sino que permite que la respuesta al sida ocupe un lugar relevante en una situación humanitaria».

Por ello, recomienda seguir las directrices elaboradas por el Grupo de trabajo en materia del VIH en situaciones humanitarias del Comité Permanente entre Organismos, pero sin pasar por alto el contexto local y nacional. «Conozco y comprendo bien la situación del país en el que estás —decía—, porque, aunque las emergencias podrían parecer iguales, cada crisis incorpora las particularidades del país en el que se produce». Y hay que ser proactivos. «Hay que actuar en consecuencia por adelantado, de manera que no sea solo reaccionar», apuntó.  En su opinión, es vital establecer relaciones, colaborar y comprometerse con los demás. Hay que elaborar una respuesta integral para que, en caso de emergencia, tú y las personas a las que has ido a  ayudar no quedéis atrás.

Simone Salem se hace eco de este mismo mensaje. «El principal activo que me ha ayudado a responder ante las emergencias siempre ha sido el número de contactos que he ido teniendo en todos los países, así como las buenas relaciones que mantengo con personas influyentes que han sido capaces de ayudarme», confesó la asesora de movilización comunitaria de ONUSIDA en las regiones de Oriente Medio y el Norte de África.

Añadió también que, cuando empiezas a actuar y prestas una ayuda concreta, las personas confían en ti y buscan tu apoyo.

La Sra. Salem describe su trabajo en Irak, Libia y la República Árabe Siria como una experiencia que te cambia la vida. «Cada vez que ayudo a una persona, me doy cuenta de la importancia que tiene mi trabajo y de lo importantísimo que es estar siempre alerta a las necesidades de la gente», piensa en voz alta la egipcia.

Recientemente ayudó a personas a migrar o huir de sus hogares para tener acceso a tratamiento y asesoramiento para el VIH. Con la ayuda de activistas y redes regionales, contribuyó a la evacuación de las lesbianas, los gais, los bisexuales y las personas transgénero (LGBT) que habían sido el blanco de la violencia.

En tiempos de crisis, admira la solidaridad que surge y se multiplica a todos los niveles. Por ejemplo, no hace mucho los tunecinos ofrecieron a los libios un excedente de tratamiento para el VIH. Lo mismo sucedió cuando el conflicto sirio. En esa ocasión, fueron los libaneses los que donaron medicamentos.

Con el tiempo, ha ido aprendiendo a cada vez tomar mejores decisiones. ¿Su secreto? «Escuchar lo que se dice, y también aquello que no se está diciendo, cuando se analizan situaciones complejas», explica la Sra. Salem.

Para ella no se trata de una cuestión de género, sino de personalidad, aunque sí cuenta que las mujeres y las personas vulnerables iban a ella porque pensaban que les brindaría más apoyo. Solo siente pesar cuando no puede ayudar a alguien. «Es muy duro».

Explica que escucha a la gente con el corazón.  Le tocó el corazón cuando los jóvenes del colectivo LGBT se acercaron a ella para decirle que sus reconfortantes palabras les habían dado esperanzas.

«Aquello tuvo un enorme valor para mí y eso es justo lo que me hace seguir», confiesa la Sra. Salem. «Exijo y exijo hasta que la gente es tratada con justicia y compasión».

Grupo de trabajo en materia del VIH en situaciones humanitarias del Comité Permanente entre Organismos

Seguridad y asuntos humanitarios

Prevención del VIH y la violencia sexual y de género en las operaciones de paz y humanitarias

15 de agosto de 2019

Solo en África hay actualmente siete operaciones de paz y un enorme número de operaciones humanitarias. En todo el continente, 600 millones de personas viven en países afectados por la fragilidad, el conflicto y la violencia, y siete de cada diez mujeres en situación de conflicto y en poblaciones de refugiados están expuestas a la violencia sexual y de género. En determinados contextos, las mujeres que han sido víctimas de violencia tienen un 50 % más de posibilidades de vivir con el VIH.

El personal uniformado que trabaja en las operaciones para el mantenimiento de la paz se encuentra habitualmente expuesto a una gran cantidad de riesgos para la salud durante su jornada, debido al tipo de trabajo que realizan, los lugares a los que son enviados y las condiciones en las que a menudo tienen que ejercer. Por ello, la salud y el bienestar de este personal uniformado es motivo de preocupación. Y de igual importancia es el bienestar de todas las personas entre quienes desarrolla su trabajo.

Para proteger tanto a este personal desplegado, como a los civiles, la Unión Africana elaboró en noviembre de 2018 un nuevo código de conducta para prevenir y denunciar la violencia sexual y de género, también en las operaciones de paz.

«Necesitamos urgentemente una estrategia más general, concertada y armonizada para abordar las cuestiones referentes a la violencia sexual y de género y al VIH durante los conflictos y en situaciones humanitarias», apunta Bineta Diop, enviada especial de la Unión Africana para cuestiones de mujeres, paz y seguridad.

El nuevo código de conducta, explicado resumidamente en la política de la Unión Africana referente a la prevención y la respuesta a la explotación y el abuso sexual durante las operaciones de paz, prioriza la eliminación de todas las formas de violencia de género y sitúa las operaciones de paz al frente a la hora de garantizar la justicia y la protección de las poblaciones vulnerables. Ahora el reto está en poner en práctica el código de conducta.

«La Unión Africana tiene cero tolerancia respecto a la violencia sexual y de género, e insta a los Estados miembros a poner en marcha de manera inmediata políticas  centradas en el sobreviviente y las cuales ofrezcan una amplia variedad de servicios de apoyo», señala Admore Kambudzi, directora del departamento de paz y seguridad de la Comisión de la Unión Africana.

En junio, la Comisión de la Unión Africana y la oficina de enlace de ONUSIDA con la Unión Africana, en colaboración con la oficina de las Naciones Unidas para la Unión Africana, convocaron la primera de una serie de reuniones dirigidas a formular recomendaciones prácticas para lograr una forma colectiva de abordar la violencia sexual y de género y el VIH en contextos frágiles.

Los participantes estuvieron de acuerdo en que es fundamental adoptar un enfoque centrado en los sobrevivientes respecto a la violencia sexual relacionada con los conflictos y que busque desarrollar la resiliencia de los sobrevivientes y proporcionarles apoyo psicosocial y de salud mental. Para lograr el éxito, será clave incluir a los hombres y a los varones jóvenes en la lucha para acabar con la violencia sexual y de género.

Los participantes también pidieron que se garantizaran la salud y el bienestar del personal uniformado de las operaciones de paz, tanto antes, como durante su servicio activo. Pronto se terminará un protocolo para integrar los programas relacionados con el VIH en las operaciones de paz de la Unión Africana y se reunirá a un equipo de expertos para trazar el mapa de la situación actual en los países afectados por la crisis, identificar los vacíos y los puntos fuertes, y proponer una forma de erradicar la violencia sexual y de género y la exposición al VIH.

«Insto a los socios a actuar para poner fin a la violencia sexual y de género y al VIH en los entornos frágiles dentro del contexto del tema de la Unión Africana para 2019, el año de los refugiados, retornados y desplazados internos», dice Clémence A. Habi Bare, director de la oficina de enlace de ONUSIDA con la Unión Africana.

Política de la Unión Africana referente a la prevención y la respuesta a la explotación y el abuso sexual durante las operaciones de paz

Seguridad y asuntos humanitarios

Los supervivientes de las inundaciones provocadas por el ciclón Idai desean volver a casa

18 de abril de 2019

El pueblo de Bangula, situado en el distrito de Nsanje, en el sur de Malawi, se encuentra a 5 duros kilómetros a pie de la frontera con Mozambique.

Este trayecto lo han realizado aproximadamente 2000 mozambiqueños desde que se les desplazó hace un mes, a causa de las inundaciones causadas por el ciclón Idai. Este pueblo es también el hogar temporal de, aproximadamente, 3500 malauíes procedentes de pueblos vecinos, los cuales también fueron desplazados.

20190417_idai_01.jpg

Al ser predominantemente una comunidad agrícola a pequeña escala, sus viviendas, pertenencias y medios de subsistencia fueron arrastrados por las inundaciones. Por lo tanto, los miembros de esta comunidad se encuentran actualmente en Bangula, mientras que esperan a que la tierra se seque y puedan volver a su hogar para poder empezar a reconstruir sus vidas.

La respuesta de emergencia para ayudar a las 81000 personas afectadas por las inundaciones en el distrito está siendo coordinada por el Gobierno de Malaui, las Naciones Unidas, asociados para el desarrollo y organizaciones no gubernamentales.

20190417_idai_02.jpg

Al llegar al pueblo, se entrega a los cabezas de familia colchonetas y sábanas para dormir y harina de maíz para cocinar.

Las mujeres y los niños se alojan en 21 tiendas situadas en la parte de atrás del pueblo, mientras que los demás duermen en casetas industriales, más concretamente bajo techos de hojalata.

20190417_idai_03.jpg

En una visita al campamento, Michel Sidibé, Director Ejecutivo de ONUSIDA, supo que, a pesar de que se facilitan algunos servicios, no hay suficientes refugios para todo el mundo y no hay luz durante las noches, lo que empeora la vulnerabilidad y debilidad del grupo, especialmente de las mujeres y los niños.

Es bien sabido que la violencia sexual y de género contra las mujeres y los niños se intensifica en situaciones de emergencia como esta en Bangula. También se habló de una nutrición inadecuada y de una carencia de acceso al agua limpia y a la higiene, así como de actos de discriminación y estigma social.

La pequeña clínica situada en el pueblo se centra principalmente en casos de atención sanitaria primaria y ofrece servicios de atención prenatal y postnatal, asesoramiento y pruebas del VIH, recambios del tratamiento contra el VIH y respaldo psicosocial.

20190417_idai_04.jpg

Durante su visita, Michel Sidibé habló con un grupo de personas que viven con el VIH y que habían ido al pueblo buscando refugio. Explicaron que, cuando se produjeron las inundaciones, intentaron mantener su tratamiento contra el VIH a salvo del agua.

«Las inundaciones destruyeron mi casa. Sin embargo, fui capaz de alcanzar una bolsa de plástico en la que metí mis antirretrovíricos, ya que son una de mis posesiones más preciadas», explicó Sophia Naphazi, quien reside en el pueblo de Jambo, situado también en el distrito de Nsanje.

Elizabeth Kutenti, otra mujer que vive con el VIH, aclaró que sus pastillas estaban a salvo ya que las había guardado en el tejado. «Son mi vida», declaró Kutenti.

20190417_idai_05.jpg

La ayuda que estas personas necesitan para volver a sus hogares es muy fácil de prestar. «Necesitamos tres cosas: una sábana de plástico para cubrir lo que queda de nuestras casas; semillas de maíz para plantar y una azada. Con esto, podemos volver a casa», afirmó William Moses.

20190417_idai_06.jpg

«La capacidad de resistencia que he presenciado hoy es simplemente increíble», resaltó Michel Sidibé. «El mensaje más importante que he escuchado es uno de esperanza».

20190417_idai_07.jpg

Atupele Austin Muluzi, Ministro de Salud y Población de Malaui, acompañó a Michel Sidibé. Muluzi agradeció a los organismos de la ONU y a los departamentos gubernamentales por su apoyo en la coordinación de la respuesta de emergencia.

«Necesitamos un apoyo constante para que todas las personas que se encuentran aquí obtengan la ayuda que necesitan con el fin de que puedan volver a sus hogares y llevar una vida digna», señaló el Ministro.

ONUSIDA trabajará con las fuerzas armadas en la República Centroafricana para acabar con la violencia sexual, los malos tratos y las nuevas infecciones por el VIH

09 de octubre de 2018

La nueva iniciativa busca que militares y otro personal uniformado sean parte activa de la concienciación, la prevención y el tratamiento del VIH, además de trabajar para poner fin a la violencia de género y sexual por parte de las fuerzas de seguridad

BANGUI/GINEBRA, 9 de octubre de 2018—ONUSIDA ha firmado un memorando de entendimiento (MoU) con el Ministerio de Defensa Nacional y Reconstrucción del Ejército, el Ministerio de Sanidad y Población y el Comité Nacional de Lucha contra el SIDA de la República Centroafricana. El objetivo del memorando es reducir nuevos contagios de VIH entre miembros del ejército y otro personal uniformado, reducir la violencia sexual y los malos tratos por parte de las fuerzas del orden e incrementar el uso del tratamiento contra el VIH y los servicios de atención y apoyo.  

El memorando llega en un momento crítico. La República Centroafricana tiene la segunda tasa más alta de VIH de África central, estimada en un 4% en 2017. Sin embargo, entre el personal uniformado, la prevalencia del VIH se estima que es del 7,8%. Los conocimientos sobre el VIH entre el personal uniformado de la República Centroafricana son particularmente bajos. Además, abundan las denuncias de abuso sexual y violencia por parte del colectivo militar.

"Tenemos la responsabilidad de proteger a nuestro pueblo de la violencia y del VIH, y en especial a las mujeres y a las niñas, ya que son el grupo más vulnerable. Nos centramos en el personal uniformado con el objetivo de transformar la relación entre el nuevo ejército y la población, como un puente hacia la reconstrucción” manifestó Faustin-Archange Touadéra, presidente de la República Centroafricana.

Gracias al memorando, los partidos involucrados movilizarán a asociados nacionales para responder a la violencia de género y al VIH a través de la defensa y las fuerzas de seguridad. El objetivo es reducir la incidencia y prevalencia del VIH y mejorar las relaciones entre la defensa y las fuerzas de seguridad con el resto de la población general a través de actividades integradas en torno a la prevención del VIH y la violencia de género.

“Este protocolo es el punto de partida”, afirmó Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA. “Plasma en hechos la resolución del Consejo de Seguridad de 1983. Sitúa la prevención en el centro de nuestros esfuerzos para terminar con la violencia de género, a la que considera una causa y consecuencia del VIH. Esto es imprescindible y complementario a todos los esfuerzos para endurecer las penas por violencia sexual en la República Centroafricana”.

Se pondrá especial énfasis en formar y concienciar a las fuerzas de seguridad usando métodos que han dado resultados a la hora de reducir la violencia de género y prevenir el VIH. Estos incluyen una mejora en los mecanismos para denunciar la violencia sexual, proporcionar apoyo a las supervivientes y asegurar el acceso a herramientas efectivas de prevención del VIH. También habrá programas de apoyo psicosocial para los miembros de la defensa y las fuerzas de seguridad y sus familias.

Los principales beneficiarios de los programas y actividades serán la defensa y las fuerzas de seguridad de República Centroafricana, que incluyen el ejército, la policía, la gendarmería, funcionarios aduaneros, responsables de la gestión del agua y el sector forestal, y la policía municipal. La implementación del memorando también beneficiará al resto de la población, gracias a varias actividades integrales entre el ejército y los civiles, al impacto de los programas de prevención, tratamiento y atención del VIH y a los esfuerzos para eliminar la violencia relacionada con cuestiones de género y sexualidad, así como los malos tratos.

ONUSIDA proporcionará liderazgo y apoyo técnico a la iniciativa y movilizará a sus asociados y copatrocinadores, en especial a las organizaciones que trabajan en cuestiones de género y salud, con el fin de apoyar la implementación de las actividades desarrolladas en el memorando. ONUSIDA también garantizará una colaboración efectiva entre todos los asociados; aquí se incluye la participación activa de la sociedad civil. También jugará un papel fundamental en la demanda de recursos y en el apoyo de la monitorización, la evaluación y la documentación de la iniciativa.

La Misión Unidimensional Integrada de las Naciones Unidas para la Estabilización en la República Centroafricana y la Misión de Entrenamiento de la Unión Europea en la República Centroafricana se han comprometido a apoyar la iniciativa.

Los nuevos compromisos jugarán un papel importante en lo que respecta al avance del Plan Nacional de Recuperación y Consolidación de la Paz 2017-2021 en la República Centroafricana. Forman parte del conjunto de esfuerzos que se han puesto en marcha para implementar la resolución del año 1983 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que recalca la importancia de concentrar los esfuerzos para acabar con la violencia relacionada con el género y la orientación sexual, así como para responder al VIH durante y después de los conflictos.  

Datos del VIH en la República Centroafricana en 2017:

  • Aproximadamente 160 000 personas (entre 130 000 y 190 000) vivían con el VIH.
  • El 53% de las personas que vivían con el VIH conocía su estado serológico.
  • El 32% de las personas que viven con el VIH tenían acceso a la terapia antirretrovírica.
  • Unas 8 700 personas (entre 7 600 y 11 000) contrajeron nuevas infecciones por el VIH.
  • Unas 15 000 personas (entre 12 000 y 17 000) murieron a causa de enfermedades relacionadas con el sida.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

Contacto

UNAIDS
Sophie Barton-Knott
tel. +41 22 791 1697
bartonknotts@unaids.org

La Unión Africana y ONUSIDA, que preside la alianza H6, unen sus fuerzas para abordar la salud y la violencia sexual y de género en las crisis humanitarias

24 de septiembre de 2018

En el evento de alto nivel celebrado durante la 73ª Sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, líderes políticos y de la salud anunciaron una colaboración basada en acciones para el apoyo a mujeres y niñas

GINEBRA, 24 de septiembre de 2018         ONUSIDA, que preside la alianza H6 (la colaboración de seis órganos de las Naciones Unidas para tratar cuestiones relacionadas con la salud), y la Unión Africana se han comprometido a reforzar su colaboración para eliminar la violencia sexual y de género, prevenir el VIH y proteger la salud y los derechos de las mujeres en situaciones de emergencia humanitaria.

El anuncio del nuevo programa de trabajo para este objetivo común se produjo en un evento especial de alto nivel celebrado en Nueva York (Estados Unidos), en los actos paralelos a la 73ª Sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

“Estamos aquí reunidos para coordinar los esfuerzos de planificación e intervención de la Unión Africana y las Naciones Unidas con el fin de proteger los derechos de las personas, prevenir el VIH e impulsar el derecho a la salud”, explicaba Faustin-Archange Touadéra, presidente de la República Centroafricana y de la reunión.

Los efectos del incremento en la frecuencia y la escala de las crisis humanitarias están siendo devastadores, especialmente entre las mujeres y los niños. En 2017, alrededor de 68 millones de personas se vieron forzadas a desplazarse en todo el mundo como resultado de la persecución, el conflicto y la violencia generalizada, lo que implica un aumento de 2,9 millones con respecto a 2016 y un nuevo máximo histórico.

“Todos sabemos que ha llegado el momento de actuar. Mas de 2000 millones de personas viven en países afectados por la vulnerabilidad, la violencia y el conflicto, y la mayoría de ellas son mujeres y niñas. Es inaceptable. Tenemos que aumentar la visibilidad política e intensificar la cooperación internacional para acabar con la violencia de género y proteger la salud de las mujeres y los niños en los entornos de emergencia humanitaria”, apuntaba Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA y presidente de la H6.

ONUSIDA prestará su apoyo a la Unión Africana para desarrollar un plan de acción conjunto entre esta y las Naciones Unidas. El plan incluirá el desarrollo de herramientas didácticas y de sensibilización para el personal uniformado en las operaciones de mantenimiento de la paz, así como medidas que garanticen una mejora en los índices de explotación sexual y de violencia contra las mujeres y las niñas.

“La colaboración entre las Naciones Unidas y la Unión Africana brinda una oportunidad para fortalecer la labor de ambas y para ofrecer respuestas conjuntas e integrales a las necesidades de las poblaciones vulnerables en situaciones de crisis”, afirmaba Smaїl Chergui, miembro del Comisionado para la Paz y la Seguridad de la Unión Africana.

La protección de la salud y los derechos de las mujeres y los jóvenes será fundamental para mitigar la vulnerabilidad, el conflicto y el desastre. Se estima que el 60% de todas las muertes maternas evitables o, lo que es lo mismo, alrededor de 500 muertes diarias, se producen en entornos de conflicto y emergencia humanitaria.

“En Sudán del Sur, el 52% de las jóvenes contraen matrimonio antes de haber cumplido los 18. Insto a los líderes a no seguir guardando silencio. Reclamamos la inclusión de las mujeres en los procesos políticos. Son nuestros cuerpos, nuestras vidas y nuestros futuros los que están en juego. Haya conflicto o no, tenemos derecho al más alto nivel posible de salud”, puntualizaba Riya William Yuyada, directora ejecutiva de la asociación de Sudán del Sur Crown the Woman.

En la actualidad, existen muy pocos programas eficaces para evitar la violencia de género durante el conflicto y contra las poblaciones de refugiados. Los estudios muestran que la violencia contra mujeres y niñas aumenta durante los períodos de conflicto, en que la violación y otras formas de violencia sexual a menudo constituyen una práctica de guerra habitual.

“No estamos hablando de conseguir que cese el fuego, sino de reconocer que las mujeres y los niños tienen derecho a la vida, a la salud y a la paz. Es en este punto donde debemos concentrar nuestras energías y nuestro tiempo para garantizar que las mujeres y las niñas estén a salvo”, dijo Bience Gawanas, asesora especial sobre África para la Secretaría general de las Naciones Unidas.

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y la Agenda 2063 de la Unión Africana han creado una importante ventana política. En el contexto del Marco Conjunto de las Naciones Unidas y la Unión Africana para una Alianza Reforzada en materia de Paz y Seguridad, los nuevos compromisos proporcionan una valiosa oportunidad para mejorar la colaboración en materia de seguridad y salud en situaciones de crisis humanitaria.

“Lo que debemos explicar no es el motivo para establecer una colaboración, sino la razón de que todavía no estemos colaborando para acabar con la violencia sexual y de género y para proteger la salud y los derechos de las mujeres y los niños en los entornos de emergencia humanitaria. Si nos preguntamos cuáles son las causas fundamentales de la privación, la pobreza y el abuso, veremos que las mujeres y los niños están en el meollo del asunto”, afirmaba Sigrid Kaag, ministra de Comercio Exterior y Cooperación al Desarrollo de los Países Bajos.

Entre los compromisos suscritos por ONUSIDA y la Unión Africana se encuentra el de trabajar por garantizar que haya suficientes fondos para fortalecer la implementación coordinada de los programas de respuesta a la explotación y los abusos sexuales y al VIH en los entornos de emergencia humanitaria. Este fortalecimiento de la cooperación entre la Unión Africana y las Naciones Unidas resultará crucial para garantizar una paz, seguridad y desarrollo que sean sostenibles y se centren en las personas.

Para obtener más información sobre la nueva colaboración entre ONUSIDA y la Unión Africana, visite unaids.org/es

 

CITAS ADICIONALES

Deborah Birx, coordinadora mundial de los Estados Unidos para el sida y representante especial para la Diplomacia Sanitaria Mundial

No se trata solo de fondos, sino también de políticas, leyes y justicia para las niñas y niños, especialmente teniendo en cuenta que el 60% de la población africana tiene menos de 20 años.

 

Elhadj As Sy, secretario general de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja

Lo que ellos necesitan, lo que piden a gritos, es la paz. Anhelan nuevas esperanzas, y tratan de preservar la dignidad humana que han perdido en el camino. Ese el último retazo que queda, como decimos en África, y que la violencia sexual y de género hace jirones. La protección no debería ser siempre la última de las prioridades.

 

Michaëlle Jean, secretaria general de la Organización Internacional de la Francofonía

La violencia, las violaciones y las agresiones a mujeres, niños y niñas se da en todas las partes del mundo y es comparable a un arma de destrucción masiva. Estamos aquí para hacer más contra toda forma de discriminación y contra los crímenes perpetrados contra las mujeres.

 

Pramilla Patten, representante especial de la Secretaría General de las Naciones Unidas sobre la Violencia Sexual en los Conflictos

La vergüenza, el estigma, el riesgo de padecer represalias y la falta de acceso a los servicios provocan que el problema de no denunciar se cronifique. Aislando a las víctimas y excluyéndolas de la asistencia médica, se las estigmatiza y se facilita la propagación del VIH.

El conflicto armado crea condiciones, como las violaciones, la esclavitud sexual y el tráfico y la explotación de seres humanos, que permiten la proliferación del VIH en los entornos donde el estado de derecho y los servicios de salud pública se han desmoronado.

 

Bintou Keita, subsecretaria general de las Naciones Unidas para las Operaciones de Mantenimiento de la Paz

Para facilitar el diálogo, en la actualidad se están desplegando mujeres para los servicios de mantenimiento de la paz, así como asesores para la protección femenina que contribuyen a la adopción de un enfoque más integral en dichos servicios. El personal para el mantenimiento de la paz, hombres y mujeres que se han comprometido a procurar los mejores servicios posibles, también proporciona a los civiles paz y seguridad.

 

Lorena Castillo de Varela, primera dama de Panamá

Desde que comenzó mi andadura con ONUSIDA y las Naciones Unidas, dos poderosas palabras me han servido de guía: cero discriminación. Los desafíos a los que se enfrentan las mujeres y los niños, especialmente en entornos de emergencia humanitaria, se ven exacerbados por el estigma y la discriminación, y obstaculizan el acceso a servicios sanitarios vitales, como las pruebas del VIH y medicamentos que salvan vidas. La cero discriminación debería llegar a todos y cada uno de los rincones del mundo.

 

Martine Moise, primera dama de Haití

Haití ha sufrido numerosas catástrofes naturales, desde terremotos a huracanes, que han puesto a las mujeres y las niñas en una situación de especial vulnerabilidad. Además, en Haití la violencia de género también es muy frecuente. Apoyo plenamente la lucha contra la violencia ejercida sobre las mujeres y contra la violencia de género. Esta es una lucha en la que todos y cada uno de nosotros debemos participar.

 

Laure-Marie Kitanu, coordinadora de la Red de Mujeres que Viven con el VIH de la República Democrática del Congo

Hemos rogado a la comunidad internacional que nos ayude en relación a las pruebas y la prevención del VIH, y pedimos a todos que hagan de la paz y la estabilidad la mayor prioridad para que podamos llegar a una solución duradera. Celebramos esta iniciativa de la Unión Africana y ONUSIDA.

 

Contribución por escrito de Ashraf El Nour, director de la Organización Internacional para las Migraciones dirigida a la sede de las Naciones Unidas (Nueva York)

La Oficina Internacional para las Migraciones hace un llamamiento a los gobiernos de la Unión Africana y a los colaboradores para garantizar que se respete el derecho a la salud de los migrantes, independientemente de su condición, a fin de mejorar la resiliencia de las poblaciones que viven en situación de vulnerabilidad. No hacerlo, no solo pone en peligro la seguridad sanitaria de los grupos vulnerables, sino la del conjunto de la comunidad donde viven.

[FIN]

 

Contacto

ONUSIDA | Sophie Barton-Knott | tel. +41 79 514 6896 | bartonknotts@unaids.org

 

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas —ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, ONUDD, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y el Banco Mundial— y trabaja en estrecha colaboración con colaboradores a nivel mundial y nacional para poner fin a la epidemia de sida para el año 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Siga leyendo en unaids.org/es y conecte con nosotros en Facebook, Twitter, Instagram y Youtube.

 

Unión Africana

El objetivo de la Unión Africana es: “Una África integrada, próspera y en paz, cuyas riendas descansen en las manos de sus propios ciudadanos y que represente una fuerza dinámica en el panorama mundial”. Esta meta de una África nueva, con la mirada puesta en el futuro, dinámica e integrada requerirá de la lucha infatigable en los diversos frentes y del esfuerzo a largo plazo para llegar a materializarse por completo. La Unión Africana ha pasado de apoyar a los movimientos de liberación de los antiguos territorios africanos sometidos al colonialismo y el apartheid, tal y como recogían tanto la Organización para la Unidad Africana allá por 1963 como el Acta Constitutiva, a convertirse en una organización que encabeza el desarrollo y la integración de África.

 

H6

La alianza H6 se vale de la fuerza colectiva de UNFPA, UNICEF, ONU Mujeres, OMS, ONUSIDA y el Grupo Banco Mundial para proporcionar apoyo técnico y promover la Estrategia Mundial “Todas las mujeres, todos los niños” y respaldar el liderazgo y las acciones de los países en relación a la salud de las mujeres, los niños y los adolescentes. En la actualidad, ONUSIDA preside la H6. Para obtener más información, visite http://www.unaids.org/es/topic/H6

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

Contacto

UNAIDS
Sophie Barton-Knott
tel. +41795146896
bartonknotts@unaids.org

Publication

jc2934_en.pdf.png

HIV in humanitarian and emergency settings

Additional resources

Pages