África occidental y central, hogar de 5 millones de personas que viven con el VIH, no está en el buen camino para poner fin al sida en 2030. Cada día más de 760 personas se infectan por el VIH en la región y solo 2,6 millones de personas que viven con el VIH de los 5 millones que hay están en tratamiento.
La insuficiente voluntad política, los precarios sistemas sanitarios y el frágil apoyo que reciben las organizaciones de la comunidad, así como barreras tales como la criminalización relacionada con el VIH, son los obstáculos más significativos que nos encontramos para el progreso. Con el plan de aceleración regional lo que se persigue es ayudar a la región a alcanzar el objetivo de triplicar el número de personas que reciban una terapia antirretrovírica para 2020 y lograr el control de la epidemia. Si bien se está progresando, lo cierto es que no se está haciendo al ritmo necesario. Los niños suponen una principal preocupación, pues solo el 28 % de los menores de 15 años que viven con el VIH en la región tienen acceso al tratamiento antirretrovírico.
«Necesitamos políticas y programas que se centren en las personas y no en las enfermedades, para asegurarnos de que las comunidades estén plenamente comprometidas desde el principio en el diseño, la planificación y la puesta en marcha de estrategias en materia de salud», señaló Gunilla Carlsson, Directora Ejecutiva en funciones de ONUSIDA en la sexta conferencia de reposición del Fondo mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria que se celebró en Lyon, Francia, los días 9 y 10 de octubre.
Tenemos muchos ejemplos de cómo, al invertir en las comunidades, podemos cambiar la situación. «La respuesta es más rápida y más eficiente cuando es llevada a cabo por los más interesados», confesó Jeanne Gapiya, quien lleva años viviendo con el VIH y preside ANSS, la asociación nacional y no gubernamental de Burundi que brinda apoyo a seropositivos y pacientes con sida en el país.
La prevención y las pruebas del VIH dirigidas por la comunidad son muy efectivas, particularmente en el caso de los grupos marginados. «A la mayoría de las personas a las que las comunidades realizaron las pruebas no se había podido llegar antes, lo que demuestra plenamente cómo las organizaciones de la comunidad son únicas y esenciales», insistió Aliou Sylla, director de Coalition Plus Afrique.
El reducir el número de las nuevas infecciones por el VIH entre niños y el garantizar que las mujeres tengan acceso a los servicios que precisen sigue siendo uno de los mayores desafíos de la región. Las redes de madres que viven con el VIH y se apoyan unas a otras para estar sanas y ayudar a que sus hijos nazcan libres del virus han resultado ser una fórmula efectiva para mejorar tanto la salud de las madres como la de sus hijos.
«Nuestro enfoque basado en la comunidad funciona, está funcionando. En los sitios en los que estamos trabajando hemos logrado el objetivo de cero nuevas infecciones entre niños y todos los niños que acuden a nosotros están en tratamiento», explicó Rejae Zio, de Sidaction.
La financiación continúa siendo un problema y, aunque los recursos totales para la respuesta al sida han aumentado y el VIH sigue siendo la mayor área prioritaria para la asistencia al desarrollo para la salud, las inversiones nacionales representan solo un 38 % de los recursos totales disponibles para el VIH en África occidental y central, mientras que en el resto del mundo el porcentaje es de un 57 %. Para lograr la acción acelerada en la respuesta nacional, se necesitan mayores inversiones nacionales reforzadas por un apoyo más fuerte por parte de donantes internacionales. Bintou Dembele, directora ejecutiva de ARCAD-Sida, en Mali, expresó: «Contamos con la experiencia de la comunidad, pero carecemos de los fondos para satisfacer la necesidad existente».
Los enfoques basados en la comunidad reciben cada vez un mayor apoyo en la región. Conscientes de la importancia del trabajo llevado a cabo por la comunidad, Expertise France y el Instituto de la sociedad civil para la salud y el VIH en África occidental y central anunciaron una nueva forma de colaboración y trabajo conjunto el pasado 9 de octubre. «El instituto reúne a 81 organizaciones de 19 países que quieren asegurar mejor la influencia política mundial y nacionalmente, e impulsar la pericia de la sociedad civil en lo concerniente a la ejecución de los programas. Esta nueva colaboración supone un reconocimiento a nuestra importantísima contribución», destacó Daouda Diouf, director de Enda Santé y presidente del comité directivo del instituto. «La situación en África occidental y central continúa siendo una prioridad. Está claro que los enfoques basados en la comunidad son ágiles y adecuados para responder a las pandemias», corroboró Jeremie Pellet, de Expertise France.
El cambio a un enfoque basado en las personas ha estado en la base de las reformas en la región. Una solución general creciente para acelerar la respuesta y fortalecer los enfoques dirigidos por la comunidad que han resultado funcionar que transmite esperanza para el futuro de la epidemia del VIH en África occidental y central.