TZA

Los dirigentes africanos se unen para poner fin a la epidemia de sida en la infancia

01 de febrero de 2023

DAR ES-SALAM, Tanzanía, 1 de febrero de 2023—Ministros y representantes de doce países africanos se han comprometido y han presentado sus planes para poner fin a la epidemia de sida en la infancia para 2030. Los socios internacionales han explicado cómo ayudarán a los países a cumplir estos planes, que se presentaron en la primera reunión ministerial de la Alianza mundial para acabar con la epidemia de sida en la infancia.

La reunión, organizada por la República Unida de Tanzanía, constituye un avance para garantizar que todos los niños y niñas que viven con el VIH tengan acceso a tratamientos que puedan salvar sus vidas y que no haya transmisión vertical del VIH. La Alianza trabajará para impulsar los avances en los próximos siete años, con el fin de garantizar el cumplimiento del objetivo para 2030.

Hoy en día, un niño muere por causas relacionadas con el sida cada cinco minutos.

Solo el 52 % de los niños que viven con el VIH recibe tratamiento capaz de salvarles la vida, frente al 76 % de los adultos que tiene acceso a antirretrovirales.

En 2021, 160 000 niños contrajeron el VIH por primera vez. Los niños representaron el 15 % de todas las muertes relacionadas con el sida, a pesar de solo constituyen el 4 % del total de personas que viven con el VIH.

En colaboración con Redes de personas que viven con el VIH y con líderes comunitarios, los ministros expusieron sus planes de acción para ayudar a encontrar y ofrecer pruebas a más mujeres embarazadas y ponerlas en contacto con los servicios de atención médica. Estos planes también incluyen la búsqueda y el acceso a atención médica de bebés y niños seropositivos.

La Declaración de Dar es-Salam para poner fin a la epidemia de sida en la infancia fue aprobada por unanimidad.

“Tanzanía ha demostrado su compromiso político, ahora debemos comprometernos a avanzar juntos”, declaró el vicepresidente de la República Unida de Tanzanía, Philip Mpango. “Todos nosotros, dentro de nuestras posibilidades, debemos contribuir a acabar con la epidemia de sida en la infancia. La Alianza mundial está tomando la dirección correcta y no debemos ser conformistas. 2030 está a la vuelta de la esquina”.

 “Esta reunión de líderes ha permitido poner sobre la mesa un compromiso formal y un plan de acción claro para acabar con la epidemia de sida en la infancia de una vez por todas”, afirmó Monica Geingos, primera dama de Namibia. “No hay mayor prioridad que esta”.

En la primera fase se han unido a la Alianza doce países con una elevada tasa de infecciones por el VIH: Angola, Camerún, Côte d’Ivoire, República Democrática del Congo (RDC), Kenya, Mozambique, Nigeria, República Unida de Tanzanía, Sudáfrica, Uganda, Zambia y Zimbabwe.

El trabajo de la Alianza se centrará en cuatro pilares:

  1. Detección precoz y tratamiento y atención médica óptimos para lactantes, niños y adolescentes.
  2. Acabar con las desigualdades en el tratamiento a las que se enfrentan las mujeres embarazadas y lactantes que viven con el VIH, con el fin de eliminar la transmisión vertical.
  3. Prevenir nuevas infecciones por el VIH entre mujeres y adolescentes embarazadas y lactantes.
  4. Abordar los derechos, la igualdad de género y las barreras sociales y estructurales que dificultan el acceso a los servicios.

UNICEF acogió con satisfacción los compromisos de los líderes y les garantizó su apoyo. “Todos los niños tienen derecho a un futuro sano y esperanzador, pero para más de la mitad de los niños que viven con el VIH, ese futuro se ve amenazado”, afirmó Anurita Bains, Directora Asociada de UNICEF. “No podemos permitir que los niños continúen quedando al margen de la respuesta mundial al VIH y al sida. Los gobiernos y socios pueden contar con UNICEF en todo momento. Esto implica trabajar para integrar los servicios relacionados con el VIH en la atención primaria y reforzar la capacidad de los sistemas de salud locales”.

“Esta reunión me ha dado esperanza”, dijo Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. “Las desigualdades a las que se enfrentan los niños que viven con el VIH me rompen el corazón, por eso hoy los líderes han manifestado su compromiso para acabar con ellas. Como señalaron los dirigentes, con los avances científicos actuales, ningún bebé tiene por qué nacer con el VIH ni infectarse durante la lactancia y ningún niño seropositivo tiene por qué carecer de tratamiento. Los líderes han sido tajantes: acabarán con las desigualdades en el tratamiento infantil para salvar la vida de los niños”.

La OMS estableció su compromiso con la salud: no dejar atrás a ningún niño que necesite tratamiento del VIH. “Tras más de 40 años desde la aparición del sida, hemos avanzado mucho en la prevención de infecciones entre los niños y en el aumento del acceso al tratamiento, pero los progresos se han estancado”, declaró Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. “La Alianza Mundial para acabar con la epidemia de sida en la infancia es una iniciativa muy necesaria para revitalizar el progreso. La OMS se compromete a brindar apoyo a los países mediante el asesoramiento técnico y la aplicación de políticas para hacer realidad nuestra visión compartida de poner fin a la epidemia de sida en los niños para 2030”.

Peter Sands, Director Ejecutivo del Fondo Mundial, declaró: “En 2023, ningún niño debería nacer con el VIH y ninguno debería morir por una enfermedad relacionada con el sida. Aprovechemos esta oportunidad para cooperar y asegurarnos de que los planes de intervención aprobados hoy se traducen en medidas concretas que se aplican a gran escala. Unidos y liderados por las comunidades más afectadas por el VIH, sabemos que podemos lograr resultados muy positivos”.

John Nkengasong, coordinador mundial para el sida de PEPFAR, afirmó que mantiene su confianza. “Acabar con las desigualdades a las que se enfrentan los niños exigirá un compromiso inquebrantable para que tanto nosotros como los gobiernos y todos los colaboradores asumamos la responsabilidad de los resultados. En colaboración con la Alianza Mundial, el PEPFAR se compromete a elevar la agenda infantil del VIH/sida al más alto nivel político en cada país y entre los distintos países. Su objetivo es movilizar el apoyo necesario para abordar los derechos, la igualdad de género y las barreras sociales y estructurales que dificultan el acceso de los niños y sus familias a los servicios de prevención y tratamiento”.

Chip Lyons, presidente y Director Ejecutivo de EGPAF, afirmó que si se aplican los planes presentados, los niños ya no se quedarán atrás en la respuesta al VIH. “A menudo, los servicios para los niños se dejan de lado cuando los presupuestos son ajustados o cuando otros problemas se interponen en el camino. En el día de hoy, los líderes africanos han aprobado planes detallados para poner fin a la epidemia de sida en los niños, por lo que es el momento de comprometernos a luchar por ellos para que se les priorice e incluya en la respuesta al VIH”.

Los delegados subrayaron la importancia de un enfoque desde la raíz, en el que tomen la iniciativa las partes locales interesadas, regionales y nacionales y en el que participen una amplia gama de socios. Esta alianza cuenta con el apoyo de la iniciativa Africa REACH y de otros socios diversos, y está abierta a todos los países que deseen unirse.

“Hemos contribuido a crear la Alianza Mundial y nos hemos asegurado de que los derechos humanos, la participación comunitaria y la igualdad de género sean sus pilares”, declaró Lilian Mworeko, Directora Ejecutiva de la Comunidad Internacional de Mujeres Viviendo con el VIH en África Oriental en nombre de ICW, Y+ Global y GNP+. “Creemos que una respuesta liderada por mujeres es clave para acabar con la epidemia de sida en la infancia”.

Es posible avanzar.  Dieciséis países y territorios ya han sido certificados para la validación de la eliminación de la transmisión vertical del VIH y/o la sífilis. Aunque el VIH y otras infecciones pueden transmitirse de madre a hijo durante el embarazo o la lactancia, esto puede impedirse con un tratamiento rápido para las embarazadas que viven con el VIH o con profilaxis preexposición (PrEP) para las madres con riesgo de infección por el VIH.

El año pasado, Botswana fue el primer país africano con alta prevalencia del VIH en ser reconocido como país en vías de eliminar la transmisión vertical del VIH, lo que significa que tuvo menos de 500 nuevas infecciones de VIH en bebés por cada 100 000 nacimientos. Su tasa de transmisión vertical fue de un 2 %, comparado con el 10 % de hace una década.

ONUSIDA, redes de personas que viven con el VIH, UNICEF y la OMS, junto con sus socios técnicos, PEPFAR y el Fondo Mundial anunciaron la Alianza Mundial para acabar con la epidemia de sida en la infancia en julio de 2022 durante la conferencia sobre el sida en Montreal (Canadá). Ahora, en su primera reunión ministerial, los líderes africanos han expuesto cómo la Alianza cumplirá con su promesa de acabar con la epidemia de sida en la infancia para el año 2030.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

Contacto

UNAIDS
Charlotte Sector
sectorc@unaids.org

Contacto

The Global Fund
Ann Vaessen
ann.vaessen@theglobalfund.org

Contacto

UNICEF
Sara Alhattab
salhattab@unicef.org

Contacto

WHO
Sonali Reddy
reddys@who.int

Alianza mundial para acabar con la epidemia de sida en la infancia

"In 2023 no child should be infected with HIV" - ending vertical transmission

Watch launch event from Dar Es Salaam, Tanzania, 1 February 2023

Unirnos para abordar el coste de la desigualdad

15 de diciembre de 2020

«Mi negocio se ha visto afectado negativamente por el coronavirus. Antes de él, vendía al menos diez cartones de huevos a la semana. En el momento álgido de la pandemia, tenía suerte si podía vender dos», se lamentaba George Richard Mbogo, que vive con el VIH, tiene dos hijos y es dueño de un negocio de pollos, huevos y patatas fritas en Temeke, un distrito del sur de Dar es Salaam, República Unida de Tanzanía.

La crisis de la COVID-19 ha tenido repercusiones negativas en los medios de vida de las personas que viven con el VIH en la República Unida de Tanzanía, lo que ha exacerbado los retos a los que se enfrentan. Estos incluyen la prestación de servicios relacionados con el VIH y las cada vez mayores desigualdades sociales y económicas.

«El coronavirus ha sido una época muy complicada. He vivido con mucha preocupación y estrés. Conducir un boda boda (una motocicleta que sirve como taxi) requiere meterse entre multitudes y trabajar de cerca con personas. Ha sido difícil no caer en la ansiedad y la depresión al conciliar recibir el tratamiento contra el VIH y mi trabajo. Hubo momentos en los que pensé en dejar de tomar mi medicina, pero no lo hice», dijo Aziz Lai, un motociclista que también vive en Dar es Salaam. 

A pesar de que los más afectados por las pandemias simultáneas de VIH y COVID-19 están siendo los más pobres y los más vulnerables, mediante la movilización nacional de recursos, la crisis de COVID-19 ha creado una oportunidad para que los asociados se movilicen en apoyo a las comunidades a las que proveen servicios.

Los esfuerzos conjuntos por parte del gobierno, los asociados para el desarrollo —incluidos el Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del Sida, USAID Y ONUSIDA—, el Consejo Nacional Tanzano de Personas que Viven con el VIH y el Sida (NACOPHA) y los activistas de la comunidad han desempeñado un papel clave a la hora de responder a la COVID-19, proporcionando información, servicios, protección social y esperanza a las personas que viven con el VIH durante estos tiempos difíciles sin precedentes.

Una de estas iniciativas es Hebu Tuyajenge, dirigida por NACOPHA y financiada por USAID, que se centra en aumentar la utilización de los servicios de pruebas del VIH, tratamiento y planificación familiar entre adolescentes y personas que viven con el VIH, fortaleciendo así los medios de acción de las organizaciones y las estructuras de la comunidad, y haciendo el entorno más propicio para la respuesta al VIH a través del empoderamiento de las personas que viven con el VIH.

Caroline Damiani es una madre soltera con tres hijos que vive con el VIH y se gana la vida criando pollos y patos. «Hebu Tuyajenge nos proporcionó equipo de protección personal, desinfectantes, jabón y cubos, así como educación acerca de la COVID-19 y cómo cuidarnos a nosotros mismos para mantenernos sanos durante la pandemia», explicó.

Mediante los servicios comunitarios que complementan la atención basada en los centros sanitarios, se ha conectado con las personas que viven con el VIH y se ha hecho que sigan recibiendo tratamiento durante la crisis a través de servicios para el VIH entre iguales cruciales.

Según Elizabeth Vicent Sangu, que lleva 26 años viviendo con el VIH, sus «cifras» hablan por sí solas.

«Durante mi seguimiento comunitario he llevado a 80 personas de vuelta a la clínica para hacerse un recuento de linfocitos CD4, inspirado a 240 personas a hacerse pruebas, denunciado 15 casos de violencia de género y proporcionado educación a 33 grupos, incluidos de jóvenes y congregaciones religiosas», explicó, rebosante de orgullo.

NACOPHA ayudó a la Sra. Sangu a aceptar su estado y la ayudó en su camino hacia su propio empoderamiento.

«Desde que me convertí en una promotora del tratamiento para Hebu Tuyajenge he recibido ayuda con la iniciativa empresarial y la educación acerca del VIH. Me he convertido en una profesora para otros. He vuelto valientes a otros a la hora de vivir con el VIH y realizarse pruebas», aseveró.

La asociación entre los promotores de la comunidad y los centros sanitarios ha tenido buenos resultados.

«Tanto nosotros como nuestros pacientes teníamos miedo en un principio, pero, gracias a la información y la educación, las cosas mejoraron. Nos centramos en proporcionar información cada hora y cada día a los pacientes acerca del coronavirus y nos aseguramos de que las personas practicaran un distanciamiento social seguro», afirmó Rose Mwamtobe, doctora del Centro de Atención Médica y Tratamiento Tambukareli, en Temeke.

«La COVID-19 nos está mostrando de nuevo el coste de la desigualdad, no solo en la República Unida de Tanzanía, sino a escala mundial. La salud mundial, incluyendo la respuesta al sida, esta interconectada con los derechos humanos, la igualdad de género, la protección social y el crecimiento económico», dijo Leopold Zekeng, director nacional de ONUSIDA en la República Unida de Tanzanía.

«La clave para acabar con el sida y la COVID-19 es que todos los asociados se unan, a nivel nacional y mundial, para asegurar que no dejamos atrás a nadie», añadió.

Nuestra acción

COVID-19 y VIH

Las organizaciones de Tanzania basadas en la comunidad prestan todo su apoyo a las mujeres que consumen drogas

05 de octubre de 2020

Las comunidades basadas en la comunidad situadas en Dar es Salam, en la República Unida de Tanzania, con el respaldo de ONUSIDA, están apoyando incansablemente a las mujeres que consumen drogas y sus familias para que logren sobrevivir a esta situación tan complicada.

«Antes de la pandemia, la vida era sencilla y mejor. En la playa solía realizar distintos trabajos, como limpiar pescado, ayudar a las personas a cargar y descargar los barcos, y me pagaban por ello y así sacaba algo de dinero. Ayudaba a mi hija a lavar su ropa, la acompañaba al colegio y le preparaba la comida. Llevábamos una vida sencilla», recuerda Doroth Hassan mientras se sienta en la oficina de SALVAGE, una organización hermana de la Red tanzana de personas que consumen drogas (TanPUD, por sus siglas en inglés), ubicada en Kigamboni, Dar es Salam.

Antes, a través del trabajo sexual y de los distintos oficios informales que desempeñaba, como todo lo que hacía en la playa, la Sra. Hassan ganaba lo necesario para que tanto su hija como ella pudieran llegar bien a fin de mes. Sin embargo, para ellas todo se ha vuelto un auténtico desafío desde la aparición de la pandemia de COVID-19.

«Nuestra vida ha cambiado. Vivo con miedo y preocupación. La gente para la que trabajaba antes ahora no quiere pagar, con la excusa siempre de que no tienen dinero debido al coronavirus. Todo, absolutamente todo, ha cambiado. La vida se ha vuelto muy dura. Los clientes han desaparecido, se han evaporado. Y los  poquísimos que siguen viniendo nos engañan; quieren el mismo sexo por menos», explica la Sra. Hassan.

No es la única en su situación. La mayoría de las mujeres que consumen drogas en Dar es Salam sobreviven de la misma forma que la Sra. Hassan, gracias al trabajo sexual, al mercadeo u a otros trabajos del sector informal. Viven en campamentos para personas que consumen drogas o en refugios casuales y masificados.

Gracias a la ayuda prestada por ONUSIDA y otros socios, organizaciones basadas en la comunidad como TaNPUD y SALVAGE han sido capaces de aliviar el dolor de las mujeres residentes en los campamentos y refugios de Dar es Salam.

«TaNPUD se ocupó de concienciar a la población, mientras que SALVAGE se esforzó por proporcionarnos cubos, jabón y comida, además de otros materiales de higiene, tanto a nosotras como a otras muchas mujeres de la comunidad. TaNPUD está siempre defendiendo nuestro derecho a la salud», enfatizó Olive Kiranda elogiando la gran labor de las organizaciones. Ella misma había consumido drogas y actualmente está siguiendo una terapia de sustitución de opiáceos.

La Sra. Kinanda también hace voluntariado en la clínica Medication-Assisted Treatment (MAT), en Temeke, donde vive. En este centro, se ocupa de informar a la gente respecto a la prevención de la tuberculosis (TB) y, asimismo, recoge muestras de pacientes para hacer las pruebas de detección de esta enfermedad. Sin embargo, desde que surgió la COVID-19, sus tareas han cambiado por completo.

«Como educadora de iguales, he adquirido conocimientos sobre la prevención de la enfermedad del coronavirus, y estoy capacitada para educar y concienciar. Junto con otras personas que consumen drogas, yo también recibí ayuda; por ejemplo, con relación a las mascarillas», señala la Sra. Kinanda. A ella también le proporcionaron información y apoyo desde otras organizaciones locales basadas en la comunidad. Por ejemplo, recibió y agradeció donaciones tanto de la comunidad como de clientes con los que trabaja en la clínica MAT de Temeke.

Sabe bien que a ella misma le brindaron el mismo apoyo.

«TaNPUD está alzando la voz en nuestro hombre, y SALVAGE, como organización hermana de TaNPUD, se está dedicando a apoyar a las mujeres. Han conseguido que tengamos al acceso al cuidado y el tratamiento a través de otros servicios, y también nos están proporcionando alojamiento, alimentos y productos de higiene, lo cual nos es de enorme ayuda», insiste.

Dicha ayuda, brindada con el apoyo económico y material de ONUSIDA, contribuirá a aliviar algunas de las consecuencias de esta pandemia mundial, aun cuando los efectos de la COVID-19 están tardando muchísimo en desaparecer en la República Unida de Tanzania.

Happy Assan, coordinadora de TaNPUD, destaca que el apoyo prestado ha llegado hasta ahora a 55 familias de mujeres que consumen drogas en Dar es Salam.

«Con la ayuda logramos cubrir las necesidades tanto de alimentación como de higiene. Del mismo modo, se consigue que las mujeres puedan permanecer en sus hogares en vez de tener que salir, por ejemplo, a desempeñar el trabajo sexual. Igualmente, se las dota de la capacidad que necesitan para negociar sexo con menores riesgos. El apoyo reduce el miedo y la preocupación respecto a poder satisfacer las necesidades básicas de las familias con niños», detalla la Sra. Assan.

Muchas de las personas que consumen drogas viven con el VIH o corren un alto riesgo de contraer el virus, y su calidad de vida depende del acceso seguro al tratamiento y la atención, incluyéndose aquí los servicios relacionados con la reducción del daño. A pesar del apoyo con que cuentan en la comunidad, algunos de los servicios de los que dependen las mujeres que consumen drogas se han visto alterados.

«Se han interrumpido los servicios para la reducción del daño; hay menos. Ya no se distribuyen preservativos ni otros productos de primera necesidad; únicamente se cuenta con agujas y jeringas. Al menos SALVAGE nos está ayudando a conseguir productos sanitarios. En los hospitales no se ofrece ningún otro apoyo; únicamente están los tratamientos para el VIH», lamenta la Sra. Hassan.

La Sra. Hassan y la Sra. Kinanda coinciden en que se han enfrentado a un mayor estigma durante la pandemia. En algunos casos, la discriminación se debió a las consecuencias no intencionadas del apoyo que recibieron, ya que, por ejemplo, se les proporcionaron mascarillas faciales de un determinado color, lo que hizo que quien las llevara fuera identificado en su comunidad como persona que consume drogas. También se apunta a que el estigma y la discriminación en los hospitales fue muy elevado, lo que dificultó todavía más el acceso a los servicios. Sin embargo, la mayor complejidad viene causada por las pérdidas económicas derivadas de la pandemia.

Como bien resume la Sra. Kinanda, «si no hay clientes, no hay dinero. Económicamente, es muy duro, porque mis clientes dicen que no tienen dinero puesto que el coronavirus ha hecho mella en su trabajo. Yo continúo concienciando y educando a la comunidad y a mi propia familia. Estoy teniendo problemas de dinero, lo estoy pasando mal, ¿pero qué otra opción tengo aparte de seguir adelante?».

El trabajo sexual durante la COVID-19 en Tanzania

25 de agosto de 2020

«Desde que empezó la pandemia de la COVID-19, ha sido dificilísimo tener clientes», afirma Teddy Francis John, trabajadora sexual de Zanzíbar. La COVID-19 ha hecho que lleve meses teniendo graves problemas para llevar ingresos a casa con los que sobrevivir ella y sus dos hijos.

«Todo se ha vuelto muy complicado y tuve que abrir un pequeño negocio dedicado a la venta de alcohol, una especie de cervecería local», explica. La tienda le permite conocer a posibles nuevos clientes, ya que los hombres acuden a ella para buscar su bebida y hay menos vigilancia respecto a las normas de distanciamiento social.

La Sra. John solía vivir y trabajar en la misma ciudad de Zanzíbar, pero, para ganar más y no tener que pagar alquiler, decidió mudarse a una zona más rural. Dice que allí le resulta más sencillo encontrar clientes que vayan a su local.

Rehema Peter se encuentra en una situación similar, pero ella está justo al otro lado del océano, en la Tanzania continental. Vive en un área muy masificada de Temeke en Dar es Salam. Es trabajadora sexual y colabora como voluntaria con las personas que viven con el VIH y aquellas que consumen drogas.

Sus clientes eran personas habituales que solían ir a su casa y hombres ya de confianza a cuyo domicilio se desplazaba ella. Pero, nada más surgir el brote de la COVID-19, el trabajo se detuvo. Los clientes dejaron de llamarla.

«La enfermedad del coronavirus ha hecho que mi vida sea ahora muy difícil. Cobraba muy poco, y con la COVID-19 la situación ha empeorado aún más. Mis clientes dejaron de venir y de llamarme. A los poquísimos que solían venir a menudo los llamé yo misma, pero me dijeron que no tenían dinero ya que con la crisis de la COVID-19 no podían trabajar», comenta la Sra. Peter.

Como asesora de iguales, le propusieron menos turnos de trabajo, lo que se tradujo en menos ingresos. Puesto que ella misma había sido consumidora de drogas, empezó a recibir ayuda por parte de la Red de Tanzania dedicada a las personas que consumen drogas (TaNPUD, por sus siglas en inglés), la cual ha contado con el apoyo de ONUSIDA para distribuir alimentos y productos de higiene entre las personas consumidoras de drogas y las que están en recuperación.

«Intento estar tranquila y buscar otras fuentes de ingresos. Estoy buscando otras organizaciones que puedan apoyarme de alguna manera. También estoy tratando de poner en práctica lo que aprendí en TaNPUD, y estoy haciendo jabón y aceite para venderlos».

Servicios continuados

Tanto la Sra. Peter como la Sra. John están viviendo con el VIH y están en tratamiento. Gracias a la enorme implicación de ONUSIDA y de otros socios del Gobierno de Tanzania, en el país apenas se han interrumpido los servicios del VIH. Y eso es algo que ambas mujeres valoran sobremanera.

«Durante todo este tiempo, ha sido muy complejo recibir asistencia médica en instalaciones sanitarias públicas. Había que ir a un hospital privado, y para ello hay que tener dinero. Sin embargo, no hemos tenido ningún problema con los servicios relacionados con el VIH, incluyéndose aquí la dispensación del tratamiento», recalca la Sra. John.

La Sra. Peter cuenta que recibe la dispensación multimensual para tres meses de su tratamiento antirretrovírico (y podría ser de hasta seis meses), ya que el personal sanitario prefiere evitar las aglomeraciones en las clínicas. Y esta es una medida que ha ayudado a las dos mujeres a adherirse al tratamiento.

Mayor estigma

Tanto la Sra. Peter como la Sra. John han sido víctimas de un mayor estigma y se han visto estos meses más excluidas socialmente por ser trabajadoras sexuales y vivir con el VIH.

«Hay gente que sabe que vivo con el VIH, y se burla de mí. Me dicen cruelmente: “Prepárate para morirte. La gente como tú nunca se cura. Prepárate ya para el final del viaje”», cuenta la Sra. Peter. Ha experimentado la discriminación dentro de su propia comunidad, pero su familia se mantiene fiel a su lado.

La Sra. John también ha tenido que aguantar comentarios y burlas por su trabajo.

«La gente procedente de otras comunidades se empezó a burlar tanto de mí como de otras compañeras. Cuchicheaban y hablaban de cómo me ganaría la vida ahora que no iba a haber clientes por la COVID-19», relata Francis John.

A pesar de que el brote de la COVID-19 se considera ya superado en Tanzania y aunque estas y otras mujeres no han dejado de esforzarse por encontrar otro modo de ganarse la vida, lo cierto es que para la Sra. John y la Sra. Peter sigue siendo difícil salir adelante, debido a la normativa relativa al distanciamiento social.

«Desde que empezó todo esto nos es muy difícil prestar nuestros servicios, y ello nos está haciendo mucho daño económicamente. Sé que la COVID-19 ha azotado a todo el mundo, pero pienso que las trabajadoras sexuales hemos sido mucho más perjudicadas dada la naturaleza de nuestros servicios, pues implican mucha proximidad», señala la Sra. John.

Nuestra acción

COVID-19 y VIH

La familia de ONUSIDA rinde su particular homenaje a Benjamin William Mkapa, expresidente de la República Unida de Tanzania

24 de julio de 2020

GINEBRA, 24 de julio de 2020—ONUSIDA se muestra desolada por el fallecimiento del antiguo presidente de la República Unida de Tanzania, Benjamin William Mkapa. El Sr. Mkapa fue un líder mayúsculo y misericordioso que trabajó incansablemente para fomentar la paz en África oriental. Vivió entregado a la lucha contra el sida, y a él se atribuyen los grandes éxitos de la República Unida de Tanzania en lo relacionado con la respuesta al VIH.

«Acabo de recibir la triste noticia de que el expresidente de la República Unida de Tanzania, Benjamin Mkapa, ha fallecido», hizo saber Winnie Byanyima Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «Fue un defensor incansable de una África en paz y libre de sida. ONUSIDA hoy quiere homenajear su valor, su fuerza y su liderazgo».

En el año 1999 se aventuró a declarar el VIH como un desastre nacional y rápidamente dirigió la respuesta nacional del país al VIH estableciendo la Comisión de Tanzania para el sida. También fundó en 2001 la Coalición sobre el sida de parlamentarios de Tanzania (TAPAC), la cual unió para la respuesta al VIH al presidente y al primer ministro, a miembros del parlamento y a otros políticos de alto nivel.

Entre los logros clave de TAPAC, se encuentran la adopción de unas leyes progresivas en lo que al VIH se refiere y la creación en el año 2008 de un Comité permanente sobre asuntos relacionados con el sida y el VIH, el cual logró introducir el tema del VIH en el parlamento. Además de aumentar el presupuesto nacional destinado al sida, los miembros del parlamento de Tanzania, a través de TAPAC, recaudaron fondos para proyectos dedicados al VIH con el fin de apoyar a las organizaciones no gubernamentales, a las personas que viven que con el VIH y a los grupos de población vulnerables.

En su discurso de despedida con motivo de su jubilación la víspera del Día Mundial del Sida en 2005, el Sr. Mkapa dijo adiós a su país rogando a todos los ciudadanos que conocieran su estado serológico. Pidió que todo el mundo se sometiera a las pruebas voluntarias del VIH con el fin de estar en condiciones de tomar decisiones informadas y buscar tratamiento en caso necesario.

Después de su retirada, continuó participando activamente en la respuesta al sida y se convirtió en uno de los promotores de Champions for an AIDS-Free Generation (Campeones para una generación libre de sida), un distinguido grupo de expresidentes e influyentes lideres africanos comprometidos a acabar con el sida.

Fue patrón de la Fundación Benjamin William Mkapa, la cual ha logrado llegar a millones de tanzanos y continúa mejorando los servicios sanitarios rurales, la salud y el bienestar de las mujeres, los hombres y los niños, incluyéndose aquí todas aquellas personas que viven con el VIH o están afectadas por el virus.

ONUSIDA quiere transmitir sus condolencias a la familia del Sr. Mkapa y a todos aquellos que tuvieron el honor de conocerlo y apreciarlo. La respuesta al sida ha perdido a uno de sus defensores más comprometidos.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

Contacto

UNAIDS Geneva
Sophie Barton-Knott
tel. +41 79 514 6896
bartonknotts@unaids.org

Irlanda contribuye a servicios para el VIH destinados a las personas más vulnerables de la República Unida de Tanzania

14 de diciembre de 2018

Irlanda se ha comprometido a donar a ONUSIDA 400 000 euros para que preste servicios para el VIH a los grupos de población más vulnerables de la República Unida de Tanzania, cuya primera partida, de 200 000 euros, ya se ha recibido.  

“A través de nuestros programas de desarrollo, Irlanda apoya a los más marginados de la sociedad para que puedan acceder a servicios clave y vivir con dignidad. Estamos encantados de colaborar con ONUSIDA para mejorar la difícil situación de las poblaciones más necesitadas de servicios inmediatos para el VIH”, afirmaba Paul Sherlock, embajador de Irlanda en la República Unida de Tanzania.

ONUSIDA trabajará en estrecha colaboración con el Ministerio de Salud, la Benjamin Mkapa Foundation y las organizaciones civiles para abordar los problemas que impiden el acceso de las poblaciones más vulnerables a la prevención, tratamiento y asistencia en relación al VIH en el momento adecuado. El apoyo que prestará ONUSIDA incluye reunir a las partes interesadas, proporcionar indicaciones técnicas y orientación estratégica y garantizar la participación y representación.

El estigma y la discriminación, la desigualdad y la violencia contra las mujeres y las niñas y las leyes punitivas y criminalizantes que afectan a las poblaciones vulnerables siguen contándose entre los mayores obstáculos para lograr una respuesta efectiva al VIH en el país.

El proyecto, de 18 meses de duración, ayudará a los receptores dotándoles de conocimientos jurídicos básicos, concienciando sobre el derecho a la salud y abordando el estigma y la discriminación asociados al VIH.

Irlanda, un colaborador consolidado de ONUSIDA, aportó al programa 2,56 millones de dólares de financiación directa en 2018.

“ONUSIDA e Irlanda comparten el objetivo de garantizar que la respuesta al sida no excluya a nadie. Los fondos provenientes de Irlanda nos brindan una conveniente ocasión de proporcionar a las poblaciones más vulnerables de la República Unida de Tanzania la oportunidad de vivir con dignidad y buena salud”, apuntaba Leopold Zekeng, director nacional de ONUSIDA en la República Unida de Tanzania.

Pili muestra la aspiración mundial por conseguir una vida mejor.

28 de febrero de 2018

Pili, una jóven de Tanzania, cargaba sobre su hombro una azada a lo largo de un camino de tierra cuando se fijó en un puesto de venta vacío. "Me paso todo el día cavando, luchando por conseguir dinero, no puedo seguir haciendo esto durante el resto de mi vida" le comenta Pili a su amiga mientras despeja el prado.

Así comienza la película Pili, que habla sobre una madre soltera con dos hijos que trata de conseguir una vida mejor para ella y su familia. En las profesiones agrícolas recibes menos de 2 dólares al día (aproximadamente 1,63 euros), por lo que la joven de 25 años tiene grandes dificultades para asumir los gastos relacionados con la atención sanitaria infantil, los material escolares y las revisiones médicas. Pili vive con el VIH y se esfuerza por mantener en secreto su estatus. Le aterra la estigmatización social y teme que ese pueda ser el motivo por el que no le concedan el préstamo que quiere para poder pagar el alquiler del puesto de venta que desea tener.

La película, producida por Sophie Harman y dirigida por Leanne Welham, te sumerge en la lucha diaria a la que se enfrenta Pili para conseguir dinero y poder convertirse en su propia jefa. Te anticipamos el final: lo consigue, pero a un precio muy alto.

La Sra. Harman, académica de la Universidad Queen Mary de Londres, jamás pensó en crear una película, pero se dio cuenta que esta se puede convertir en un proyecto de colaboración con el que mostrar el sufrimiento de muchas mujeres.

"En mis clases, a menudo, uso películas porque son muy ilustradoras, de ahí que decidiera hacer mi propia película para mostrar desde una perspectiva realista la situación de África", afirmó la Sra. Harman.

En 2015, ganó el galardón que otorga la compañía aseguradora AXA para contribuciones en el panorama general, denominado "AXA Insurance Outlook Award", como reconocimiento por su trabajo en la política mundial de la salud y control de VIH. Gracias a el premio había conseguido el dinero, pero aún necesitaba un director de cine; algunos productores de cine se mostraban reacios a crear una película con actores sin experiencia previa y a grabar en medio de la nada con un presupuesto tan reducido. A pesar de todo, un año después conoció a Leanne Welham, una directora de cortometrajes con una gran experiencia en Africa.

El factor decisivo fue el acceso que la Sra. Harman tenía a las comunidades entre las que se realizaría la película. En 2006, la Sr. Harman había fundado una organización no gubernamental llamada "Trans Tanz", inspirada en la historia de algunas mujeres. Trans Tanz se encarga de proporcionar transporte gratuito en las zonas rurales para las personas que viven con el VIH de manera que estas puedan ir a las clínicas.

La Sra. Welham y la Sra. Harman anunciaron su idea a la comunidad y comenzaron a compilar historias basadas en experiencias reales.

La Sr. Herman explicó que para proteger a las mujeres, hicieron hincapié en que la historia estaba basada en 80 entrevistas que realizaron y en parte de su investigación. La comunidad dio su visto bueno y expresó su retroalimentación sobre el guión.

Entonces, en este punto, lo que necesitaban era encontrar actores para su reparto y su actriz principal, Pili. Durante una audición, la Sra. Welham conoció a Bello Rashid, quien había acudido con su hermana mayor por curiosidad. La joven superó su timidez, cumplió correctamente las indicaciones de la dirección y consiguió el papel.

El equipo de rodaje británico incluyó elementos de improvisación en el guión porque el idioma de la película era el suajili y había grados diversos de alfabetismo. La película se grabó en Miono, un pueblo cercano a la costa de Tanzanía.

"El reparto se compone de personas reales, el 65% de ellos viven con el VIH y sólo contamos con un actor profesional", explicó la Sra. Harman. A lo que añadió: "Mi intención principal es proteger a las mujeres, poder reflejar su rutina diaria respetando siempre en su anonimato".

A principios de 2016 comenzó el rodaje, duró cinco semanas y puso a prueba a todos.

"No solo teníamos un presupuesto muy ajustado, sino que también teníamos que lidiar con enfermedades, funerales e intentos de extorsión", comentó la Sra. Harman. Nos explicó, además, que todo esto se reflejó en que se creó una gran sensación de compañerismo entre todos.

Lo que más sorprendió a la Sra. Welham fue la cantidad de tiempo que la gente empleaba para desplazarse, como comentó: "Tienen un concepto del tiempo y del efecto que este tiene sobre sus vidas que no parece ser suficientemente estresante".

"Como cineasta, quería mostrar el ritmo de vida tranquilo que tienen en Miono, pero también otros factores como la frustración o el aislamiento", explicó la Sra. Welham. Pili dedica 40 minutos a caminar por el prado y, luego, realiza el mismo recorrido de vuelta. Además, para ir a una clínica donde nadie de su pueblo pueda reconocerla, tiene que coger un autobús, que se rompe cuando pretendía regresar. Esto provoca que se retrase para recoger a sus hijos y que casi pierda su reunión con el Consejo de mujeres, que es el encargado de aprobar los microcréditos. A todos estos sucesos, se les suma un calor abrasador.

En septiembre de 2017, se estrenó la película y, posteriormente, se proyectó en Ginebra (Suiza), durante las celebraciones del Día Mundial del Sida, que tuvieron lugar el día 1 de diciembre. La película obtuvo dos premios en el festival de cine británico de Dinard (Francia), el Dinard British Film Festival, y formó parte de la selección oficial de películas del festival panafricano de cine y arte, el Pan African Film and Arts Festival. La película se exhibirá en cines británicos durante los seis primeros meses de 2018 y todos los beneficios que obtenga se destinarán a la comunidad de Miono.

A raíz de la película, la Sra. Rashid ha decidido que quiere dejar de trabajar en el prado para estudiar y convertirse en enfermera.

La Sra. Welham está especialmente orgullosa porque, gracias a película, los espectadores pueden descubrir un mundo que posiblemente desconocen y pueden ver que, a pesar de la pobreza, los problemas son los mismos; algo con lo que coincide su productora. "La parte más importante de Pili es que es una historia universal", expresó la Sra. Harman. "Puede que los espectadores no sean VIH-positivo o que no vivan en una zona rural de Africa, pero pueden sentirse identificados con esa búsqueda de una vida mejor para sus hijos y para ellos mismos".

Multimedia

Movie trailer

Nueva campeona de detección y tratamiento del cáncer de cuello de útero en mujeres que viven con el VIH

08 de febrero de 2018

Basilisa Ndonde entra en la oficina de la organización de la sociedad civil en la que trabaja, Tanzania Health Promotion Support, con una amplia sonrisa en la cara. Es un día especial para ella, el Día Mundial contra el Cáncer, conmemorado cada año el 4 de febrero. La señora Ndonde encabeza la respuesta al cáncer desde el terreno: coordina el proyecto Afya Jali para sensibilizar sobre la necesidad de poner en marcha servicios para el cáncer de cuello de útero y de mama en mujeres que viven con el VIH.

Las mujeres que viven con el VIH tienen de cuatro a cinco veces más probabilidad de desarrollar cáncer de cuello de útero que las que son seronegativas. El VIH debilita el sistema inmunitario y reduce la capacidad del organismo para combatir las infecciones oportunistas, como el virus del papiloma humano (VPH), que causa el 70% de los casos de cáncer de cuello de útero.

La República Unida de Tanzanía presenta el mayor índice de cáncer de cuello de útero del mundo. Además, hay 1,4 millones de personas que viven con el VIH en el país.

La señora Ndonde se siente orgullosa de los pocos meses de recorrido del proyecto Afya Jali, que significa “Cuidar de la salud” en swahili. Ndonde, en colaboración con el Ministerio de Sanidad, Desarrollo Comunitario, Género, Mayores y Niños y la Red de Tanzania de mujeres que viven con el VIH, ha facilitado el desarrollo de materiales de apoyo para trabajadores comunitarios y de la salud para sensibilizar a las mujeres sobre la necesidad de hacerse pruebas para detectar el cáncer de cuello de útero y de mama. “Ahora, por primera vez en este país, disponemos de directrices integrales sobre prevención, detección y tratamiento de cáncer en órganos reproductivos dirigidas a trabajadores sanitarios”, asegura.

La señora Ndonde ha conseguido el respaldo de las autoridades locales en las cuatro regiones en las que el proyecto está en marcha. Además, ha organizado talleres para la formación de educadores en esas mismas zonas para 30 mujeres que viven con el VIH. Así, estas sensibilizan a otras mujeres sobre cáncer de cuello de útero y de mama y fomentan la divulgación del cáncer para disminuir el estigma. “Todas las participantes tenían que poner en práctica y demostrar frente al público del taller de trabajo que sabían cómo reenviar los mensajes a sus respectivas comunidades”, según la señora Ndonde.

El proyecto está financiado por ONUSIDA como miembro de la iniciativa Pink Ribbon Red Ribbon (lazo rosa lazo rojo; PRRR por sus siglas en inglés), una asociación de gobiernos, ONGs y organizaciones, fundaciones y corporaciones multilaterales de todo el mundo que comparten el objetivo común de reducir el número de muertes por cáncer de cuello de útero y de mama en países con niveles de renta medios y bajos. La misión de la PRRR en la República Unida de Tanzanía es colaborar en los programas de atención sanitaria existentes para integrar servicios de prevención, detección y tratamiento de cáncer de cuello de útero y de mama, así como para incrementar el acceso a la vacunación del VPH.

ONUSIDA está trabajando con un grupo de países para cumplir el compromiso adquirido en la Reunión de Alto Nivel de Naciones Unidas para Poner Fin al Sida de 2016 que pretendía sacar el sida del aislamiento mediante sistemas centrados en las personas que sirvan para mejorar la cobertura sanitaria universal para tratar la tuberculosis, el cáncer de cuello de útero y la hepatitis B y C, entre otras enfermedades.

De la acción a los resultados

15 de diciembre de 2017

Aisha Abdallah nunca falta a las citas médicas en la Asociación de Apoyo a la Educación de los Jóvenes, el Medio Ambiente y el Desarrollo de Zanzíbar (ZAYEDESA), un centro de atención y tratamiento del VIH situado a las afueras de Stone Town, en Zanzíbar.

Le diagnosticaron el VIH en 2006. “Fui con unas amigas a hacerme las pruebas. Por mi estilo de vida, estaba interesada en conocer mi estado serológico, y di positivo", confiesa. 

La Sra. Abdallah es trabajadora sexual. "Tenía una relación estable con el padre de mi hija", dice. "Pero cuando empezó a maltratarme, tuve que huir de la parte continental de Tanzania y seguir adelante yo sola en Zanzíbar". Cuenta que a menudo llora cuando piensa en la hija que dejó atrás.

ZAYEDESA dirige la única clínica de base comunitaria de Zanzíbar. La Sra. Abdallah conoció esta clínica en 2014 gracias a un trabajador social y a una antigua trabajadora sexual. "En el primer centro de tratamiento y atención al que solía ir, me trataban como a una niña y no me ofrecían los servicios que necesitaba. En ZAYEDESA, los trabajadores sanitarios son muy agradables y comprenden mis preocupaciones", asegura. Aquí, también se ha beneficiado tanto de los servicios de detección y tratamiento de la tuberculosis como de los servicios de planificación familiar, incluidos los preservativos. "Confío en la clínica: sé que si enfermo, me atenderán bien".

ZAYEDESA ha establecido cuatro centros de salud para jóvenes en las dos islas de Zanzíbar, Unguja y Pemba, ha habilitado un número gratuito y anónimo de asistencia sobre el sida y también un servicio de mensajería para difundir información sobre el VIH y la salud sexual y reproductiva.  Es el centro de la respuesta comunitaria al sida en Zanzíbar y desempeña un papel fundamental al ofrecer servicios libres de discriminación y estigma a las poblaciones clave y vulnerables.

El estigma sigue siendo uno de los mayores obstáculos para acceder a los servicios de prevención, atención y tratamiento en Zanzíbar. El mensaje que quiere transmitir la Sra. Abdallah es "que la gente entienda que el VIH puede afectar a cualquiera, en cualquier parte".

Abdallah, que prefiere no utilizar su verdadero nombre, está recibiendo un tratamiento contra el VIH que le puede salvar la vida. “Sé lo importante que es seguir el tratamiento. Mi madre es un gran apoyo; me llama todos los días para ver cómo estoy y me recuerda que debo tomarme los medicamentos".

ONUSIDA ha financiado la renovación de los centros de salud para jóvenes administrados por ZAYEDESA. Actualmente ONUSIDA presta su apoyo a ZAYEDESA para garantizar una participación efectiva en el desarrollo, implementación y revisión del Plan Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH en Zanzíbar y en las actividades de movilización de recursos.

ONUSIDA insta a la República Unida de Tanzania a adoptar la Hoja de ruta para el 2020 para la prevención del VIH

19 de octubre de 2017

En la República Unida de Tanzania las nuevas infecciones por el VIH se redujeron un 18% entre 2010 y 2016, hasta alcanzar la cifra de aproximadamente 55 000 nuevas infecciones en 2016. Aunque los avances son constantes, es necesario que el país haga más por poner fin a las nuevas infecciones por el VIH, especialmente entre las adolescentes y las jóvenes, entre las que se produjeron aproximadamente 18 000 de las nuevas infecciones por el VIH en 2016, y entre las poblaciones con un mayor riesgo de infección por el VIH. En 2016 se produjeron más muertes asociadas al sida entre los hombres adultos que entre las mujeres, lo que pone de manifiesto la necesidad de llegar a los hombres con los servicios de pruebas y de tratamiento del VIH.

Durante una visita a los territorios continentales de Tanzania y Zanzíbar, Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA, hizo un llamamiento para que el gobierno y la sociedad civil encabecen la puesta en marcha de la campaña Hoja de ruta para el 2020 para la prevención del VIH, que se lanzó recientemente. Poner en marcha la hoja de ruta aceleraría los progresos en la reducción de las nuevas infecciones por el VIH a nivel mundial en un 75%, de 2,2 millones en 2010 a 500 000 en 2020.

Durante su visita, el Sr. Sidibé se reunió con el presidente de Zanzíbar y con varios ministros y altos funcionarios públicos en los territorios continentales tanto de Tanzania como de Zanzíbar. Felicitó a la República Unida de Tanzania por su compromiso de alcanzar los Objetivos de Acción acelerada para 2020. Añadió que, para alcanzar dichos objetivos, será necesario que la República Unida de Tanzania dé prioridad a las estrategias de prevención del VIH para reducir radicalmente las nuevas infecciones por el VIH. Destacó la importancia de que no se excluya a nadie del acceso a los servicios sanitarios y para el VIH, incluyendo a las poblaciones clave y vulnerables.

Durante su reunión con Ali Mohamed Shein, presidente de Zanzíbar, el Sr. Sidibé le animó a luchar por conseguir la eliminación de la transmisión maternoinfantil del VIH para 2020, lo que representa un objetivo asequible para los territorios continentales de Tanzania y también de Zanzíbar.

El Sr. Sidibé también se reunió con organizaciones de la sociedad civil durante su visita. La sociedad civil desempeña un papel fundamental en la respuesta al VIH en la República Unida de Tanzania, a través de su participación en la junta del consejo nacional para el sida y garantizando que la respuesta al sida sea multisectorial, incluya a personas que viven con el VIH y llegue a las personas en mayor riesgo de infección por el VIH.

El Sr. Sidibé subrayó el importante papel de la sociedad civil en fortalecer las respuestas comunitarias al VIH, e hizo un llamamiento para garantizar que su trabajo se integre en las repuestas nacionales al VIH y reciba la financiación necesaria a través de inversiones nacionales e internacionales.

El 10 de octubre de 2017 ONUSIDA, UNFPA y otros colaboradores lanzaron la campaña Hoja de ruta para 2020 para la prevención del VIH como parte de los esfuerzos para reducir las nuevas infecciones por el VIH en un 75% para 2020.  

Citas

“Estoy satisfecho con los avances logrados hasta el momento. Las infecciones por el VIH se están reduciendo, pero tenemos que mantener lo conseguido. Estamos comprometidos con la solidaridad global de la Unión Africana y con la iniciativa de responsabilidad compartida”.

Ali Mohamed Shein PRESIDENTE DE ZANZÍBAR

“Las dificultades para poner fin al sida aquí son similares a las que hay en muchos otros sitios: conseguir llegar a aquellas personas a las que más afecta el VIH y garantizar que tienen acceso a los servicios de prevención, pruebas y tratamiento del VIH”.

Michel Sidibé DIRECTOR EJECUTIVO DE ONUSIDA

“Al formar parte de la Asociación de Zanzíbar de Personas que Viven con el VIH/Sida dispongo de un espacio en el que relacionarme con personas como yo y tratar los desafíos a los que todos nos enfrentamos, donde poder mejorar mis habilidades y tener la oportunidad de hablar en nombre de mi comunidad al más alto nivel, tanto nacional como internacional”.

Young person living with HIV ASOCIACIÓN DE ZANZÍBAR DE PERSONAS QUE VIVEN CON EL VIH/SIDA

Pages