Young people

En las vísperas del Día Mundial del Sida, ONUSIDA pide apoyo urgente para que las comunidades lideren la lucha para poner fin al sida

28 de noviembre de 2023

Un nuevo informe de ONUSIDA demuestra el papel fundamental que desempeñan las comunidades en la respuesta al VIH y cómo la financiación insuficiente y las barreras perjudiciales están impidiendo su trabajo para salvar vidas y obstaculizan acabar con el sida.

LONDRES/GINEBRA, 28 de noviembre de 2023. A medida que se acerca el Día Mundial del Sida (1 de diciembre), ONUSIDA insta a los gobiernos de todo el mundo a liberar el poder de las comunidades locales para liderar la lucha para poner fin al sida. Un nuevo informe de ONUSIDA, Que lideren las comunidades, muestra que el sida puede dejar de ser una amenaza para la salud pública antes de 2030, pero solo si las comunidades de primera línea reciben todo el apoyo necesario de los gobiernos y los donantes.

«Las comunidades de todo el mundo han demostrado que están preparadas y dispuestas y que son capaces de liderar la ruta a seguir. Pero necesitan eliminar las barreras que obstaculizan su trabajo y disponer de los recursos adecuados para poder ampliar su contribución», afirmó Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA. «Con demasiada frecuencia, los responsables de la toma de decisiones tratan a las comunidades como problemas que deben gestionarse, en lugar de ser reconocidas y apoyadas como líderes. Las comunidades no se interponen en la ruta a seguir, sino que iluminan la ruta para poner fin al sida».

El informe, presentado en Londres durante un evento del Día Mundial del Sida encabezado por la organización de la sociedad civil STOPAIDS, muestra cómo las comunidades han sido la fuerza impulsora del progreso.

La defensa de la comunidad desde las calles hasta los tribunales y los parlamentos ha garantizado cambios revolucionarios en la política. La campaña de las comunidades ayudó a abrir el acceso a los medicamentos genéricos para el VIH, lo que condujo a reducciones considerables y sostenidas en el coste del tratamiento antirretroviral de 25 000 USD por persona y año en 1995 a menos de 70 USD en muchos de los países más afectados por el VIH a día de hoy.

Que lideren las comunidades muestra que invertir en programas contra el VIH dirigidos por la comunidad aporta beneficios transformadores. Establece cómo los programas realizados por organizaciones comunitarias en Nigeria se asociaron con un aumento del 64 % en el acceso al tratamiento del VIH, una duplicación de la probabilidad de uso de los servicios de prevención del VIH y un aumento cuádruple en el uso constante del preservativo entre las personas en riesgo de contraer el VIH. Señala también cómo entre los trabajadores sexuales, a los que llegó un paquete de intervenciones entre iguales en la República Unida de Tanzania, la tasa de incidencia del VIH se redujo a menos de la mitad (5 % frente al 10,4 %).

«Somos el vehículo del cambio que puede poner fin a las sistemáticas injusticias que siguen impulsando la transmisión del VIH. Hemos visto desarrollos revolucionarios con U=U, hemos mejorado el acceso a los medicamentos y hemos hecho grandes avances en la descriminalización», afirmó Robbie Lawlor, cofundador de Access to Medicines Ireland. «Sin embargo, se espera de nosotros que movamos montañas sin ningún apoyo financiero. Se supone que luchamos por un mundo más equitativo y tenemos la tarea de desmantelar el estigma, pero nos dejan fuera de debates que son cruciales. Estamos en un punto de inflexión. Las comunidades ya no pueden relegarse a la periferia. Ahora es el momento del liderazgo».

El informe destaca cómo las comunidades están a la vanguardia de la innovación. En Windhoek, Namibia, un proyecto autofinanciado por el Grupo de Capacitación de la Juventud está utilizando bicicletas eléctricas para proporcionar medicamentos contra el VIH, alimentos y apoyo a los jóvenes para comprobar que siguen las normas necesarias, ya que a menudo no pueden asistir a las clínicas debido a sus horarios escolares. En China, las organizaciones comunitarias desarrollaron aplicaciones para teléfonos inteligentes que facilitan el autodiagnóstico, lo que contribuyó a que el aumento de las pruebas del VIH fuese casi cuatro veces mayor en todo el país entre 2009 y 2020.

El informe revela cómo las comunidades también están haciendo que los proveedores de servicios sean responsables. En Sudáfrica, cinco redes comunitarias de personas que viven con el VIH inspeccionaron 400 centros en 29 distritos y realizaron más de 33 000 entrevistas con personas que viven con el VIH. En la provincia del Estado Libre, estos resultados llevaron a los funcionarios de salud provinciales a implementar nuevos protocolos de citas para reducir los tiempos de espera en la clínica y dispensar medicamentos antirretrovirales para períodos de tres y seis meses.

A pesar de la clara evidencia de impacto dirigido por la comunidad, las respuestas dirigidas por la comunidad no son reconocidas, tienen pocos recursos y, en algunos lugares, incluso están en el punto de mira. La represión de la sociedad civil y de los derechos humanos de las comunidades marginadas dificulta que las comunidades proporcionen servicios de prevención y tratamiento del VIH. La subfinanciación de las iniciativas lideradas por la comunidad hace que tengan dificultades para seguir operando y les impide expandirse. Si se eliminan estos obstáculos, las organizaciones lideradas por la comunidad pueden añadir un impulso aún mayor para poner fin al sida.

En la Declaración política de 2021 para poner fin al sida, los Estados miembros de las Naciones Unidas reconocieron el papel crítico que desempeñan las comunidades en la prestación de servicios para el VIH, especialmente a personas en mayor riesgo de contraerlo. Sin embargo, mientras que en 2012, cuando más del 31 % de la financiación del VIH se canalizó a través de organizaciones de la sociedad civil, diez años más tarde, en 2021, solo el 20 % de la financiación para el VIH estaba disponible, un retroceso sin precedentes en los compromisos que ha costado y sigue costando vidas.

«En estos momentos, la acción liderada por la comunidad es la contramedida más importante en la respuesta al sida», dijo Solange Baptiste, directora ejecutiva de la Coalición Internacional de Preparación para el Tratamiento. «Sin embargo, sorprendentemente, no es una piedra angular de los planes, agendas, estrategias o mecanismos de financiación globales para mejorar la preparación y la salud de todos ante la pandemia. Es hora de cambiar eso».

Cada minuto se pierde una vida por el sida. Cada semana, 4000 niñas y mujeres jóvenes se infectan con el VIH, y de los 39 millones de personas que viven con el VIH, 9,2 millones no tienen acceso a tratamientos que salven vidas. Existe un camino que pone fin al sida. Se puede acabar con el sida antes de 2030, pero solo lo conseguiremos si las comunidades lideran.

ONUSIDA insta a: Convertir los roles de liderazgo de las comunidades en el núcleo de todos los planes y programas para el VIH; financiar los roles de liderazgo de las comunidades de forma completa y fiable; y eliminar las barreras a los roles de liderazgo de las comunidades.

El informe incluye nueve ensayos de invitados de líderes comunitarios, en los que comparten su experiencia sobre los logros que han alcanzado, las barreras a las que se enfrentan y lo que el mundo necesita para poner fin al sida como amenaza para la salud pública.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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Un nuevo informe de ONUSIDA demuestra que el sida puede acabar antes del 2030 y describe el camino para conseguirlo

13 de julio de 2023

GINEBRA, 13 de julio de 2023- Un nuevo informe publicado hoy por ONUSIDA muestra que existe un camino claro para poner fin al sida. Dicho camino también nos ayudará a prepararnos para futuras pandemias y abordarlas, así como a avanzar hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El informe, The Path that Ends AIDS, contiene datos y casos prácticos que ponen de relieve que poner fin al sida es una elección política y financiera, y que los países y líderes que ya están siguiendo este camino están logrando resultados extraordinarios.

Botswana, Eswatini, Ruanda, la República Unida de Tanzania y Zimbabwe ya han alcanzado los objetivos «95-95-95», y al menos otros 16 están cerca de hacerlo. Eso significa que el 95 % de las personas que viven con el VIH conoce su estado serológico, que el 95 % de las personas que saben que viven con el VIH está recibiendo un tratamiento antirretroviral que salva vidas y que el 95 % de las personas que están bajo tratamiento está consiguiendo la supresión del virus. Otros 16 países, ocho de ellos en el África subsahariana, la región donde se concentra el 65 % de todas las personas que viven con el VIH, también están cerca de hacerlo.

«El fin del sida nos brinda una ocasión para un legado excepcionalmente poderoso para los líderes actuales», afirmó Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «Las generaciones futuras podrían recordarlos como los que fueron capaces de poner fin a la pandemia más mortal del mundo. Podrían salvar millones de vidas y proteger la salud de todos. Podrían demostrar todo lo que un buen liderazgo es capaz de conseguir».  

El informe destaca que las respuestas al VIH tienen éxito cuando están ancladas en un fuerte liderazgo político. Esto significa seguir los datos, la ciencia y las pruebas; abordar las desigualdades que frenan el progreso; permitir que las comunidades y las organizaciones de la sociedad civil desempeñen su papel vital en la respuesta; y garantizar una financiación suficiente y sostenible.

El progreso ha sido más sólido en los países y en las regiones que han realizado más inversiones financieras, como en África oriental y meridional, donde las nuevas infecciones por el VIH se han reducido en un 57 % desde 2010.

Gracias al apoyo y la inversión para poner fin al sida entre los niños, el 82 % de las mujeres embarazadas y lactantes que vivían con el VIH en todo el mundo lograron acceder al tratamiento antirretroviral en 2022, frente al 46 % en 2010. Esto ha permitido reducir en un 58 % las nuevas infecciones por el VIH entre los niños de 2010 a 2022, el número más bajo desde la década de 1980. 

Y el progreso en la respuesta al VIH se ha fortalecido garantizando que los marcos jurídicos y políticos no socaven los derechos humanos, sino que los habiliten y protejan. Varios países han eliminado las leyes dañinas en 2022 y 2023, incluidos cinco (Antigua y Barbuda, las Islas Cook, Barbados, Saint Kitts y Nevis, y Singapur) que han despenalizado las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo.

El número de personas que reciben tratamiento antirretroviral se ha cuadruplicado: de 7,7 millones en 2010 a 29,8 millones en 2022

No obstante, el informe también establece que poner fin al sida no llegará automáticamente.  El sida se cobró una vida cada minuto en 2022. Alrededor de 9,2 millones de personas siguen sin acceso al tratamiento, incluidos 660 000 niños que viven con el VIH.

Las mujeres y las niñas siguen siendo con diferencia las más afectadas, especialmente en el África subsahariana. En todo el mundo, 4000 jóvenes y chicas contrajeron el VIH cada semana en 2022. Solo el 42 % de los distritos con una incidencia del VIH superior al 0,3 % en el África subsahariana están actualmente cubiertos por programas específicos de prevención del VIH para chicas adolescentes y mujeres jóvenes.

Casi una cuarta parte (23 %) de las nuevas infecciones por el VIH se produjeron en Asia y el Pacífico, donde las nuevas infecciones están aumentando alarmantemente en algunos países. El aumento pronunciado de las nuevas infecciones continúa en Europa oriental y Asia central (un aumento del 49 % desde 2010) y en Oriente Medio y el norte de África (un aumento del 61 % desde 2010). Estas tendencias se deben sobre todo a la ausencia de servicios de prevención del VIH para los grupos de población clave y marginados, así como a los obstáculos que plantean las leyes punitivas y la discriminación social.  

La financiación para el VIH también disminuyó en 2022, tanto la procedente de fuentes internacionales como la procedente de fuentes nacionales, y volvió al mismo nivel que en 2013. La financiación ascendió a 20,8 mil millones de dólares estadounidenses en 2022, muy por debajo de los 29,3 mil millones de dólares estadounidenses necesarios para 2025. 

Ahora podemos poner fin al sida mediante el aumento de la voluntad política invirtiendo en una respuesta al VIH sostenible mediante la financiación de lo que más importa: la prevención y el tratamiento del VIH basados en la evidencia, la integración de los sistemas sanitarios, las leyes no discriminatorias, la igualdad de género y las redes comunitarias capacitadas.

«Tenemos esperanza, pero no el optimismo relajado que podríamos sentir si todo fuera como debería ir. En su lugar, es una esperanza arraigada en ver la oportunidad de éxito, una oportunidad que depende de la acción», manifestó la Sra. Byanyima. «Los hechos y las cifras reflejados en este informe no dicen que el mundo ya esté en el camino adecuado, pero sí que puede estarlo. El camino está claro». 

En 2022, se estima que:

  • 39,0 millones de personas vivían con el VIH en todo el mundo
  • 29,8 millones de personas tenían acceso al tratamiento antirretroviral
  • 1,3 millones de personas se infectaron por el VIH
  • 630 000 personas murieron por enfermedades relacionadas con el sida

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Diapositivas claves sobre datos epidemiológicos

La urgencia de prevenir el VIH entre las adolescentes y las mujeres jóvenes

01 de junio de 2023

Me llamo Naadu Awuradwoa Addico y trabajo como responsable de proyectos en la Asociación de Paternidad Planificada de Ghana (PPAG). El 24 de mayo participé en una reunión ministerial organizada por la Coalición Global para la Prevención del VIH titulada Diálogo de alto nivel sobre la aceleración de la prevención del VIH y la preparación para futuras pandemias.

En esa reunión compartí la historia de Abena, una joven de Ghana que, a los 19 años, contrajo el VIH de un hombre de 40 años que la coaccionaba para practicar sexo transaccional con la promesa de financiar sus honorarios de escuela secundaria.

Mientras evito los detalles obvios, me pregunto: ¿Qué hubiera pasado si Abena estuviera capacitada para negociar prácticas sexuales más seguras? ¿Y si hubiera tenido acceso a la profilaxis previa a la exposición (PPrE)? ¿Y si hubiera vivido en una comunidad con sólidos sistemas de apoyo social capaces de satisfacer sus necesidades?

¡Así, estas son algunas de las razones por las que la prevención del VIH no puede esperar!

Muchas adolescentes como Abena son víctimas de la pobreza, la discapacidad, la marginación, la discriminación y la explotación. Estos factores no hacen sino perpetuar la transmisión del VIH y dificultar una respuesta al sida eficaz. Solo el año pasado, cada dos minutos una adolescente o mujer joven se infectó de VIH.

¡Esto es más que alarmante!

Las políticas y la legislación deben permitir a las chicas no solo acceder a servicios de prevención del VIH como la profilaxis previa a la exposición, sino también completar su educación independientemente de sus antecedentes y circunstancias. Abena no tenía que haber pagado un precio tan alto para obtener el apoyo que necesitaba para su educación.

En relación con el famoso dicho «el trabajo en equipo hace que los sueños se cumplan», las jóvenes y las niñas desempeñan un papel crucial en este camino para poner fin al sida. Por eso, durante la reunión insté a los Gobiernos, así como a los líderes mundiales, donantes y a todas las partes interesadas, a que proporcionaran recursos y se comprometieran a garantizar que las chicas como Abena pudieran tener el mismo acceso al aprendizaje, al apoyo y a espacios seguros para permanecer libres del VIH.

Siempre que se desarrollen e implementen programas de prevención del VIH para los jóvenes, y se tomen decisiones fundamentales sobre nuestra salud y bienestar, se deben escuchar y difundir nuestras voces. Nosotros queremos trabajar con ustedes.

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Mplus Tailandia: prestación de servicios contra VIH con estilo

13 de diciembre de 2022

“¡Esta no es la clínica de tu madre!”, exclamó asombrado un visitante.

Todos los productos publicitarios son elegantes y alegres, desde las pancartas hasta los folletos.  Las caritas sonrientes y los torsos tonificados están por todas partes.  El edificio entero es morado e incluso los archivos y las mascarillas del personal son de colores a juego.  Algunos de los presentadores Facebook Live tienen el atractivo y la energía de las estrellas del K-pop.  Además, el lema de esta organización es claramente optimista:  “la comunidad te llena de felicidad”.

Durante casi dos décadas, la fundación Mplus de Tailandia ha perfeccionado un enfoque único de prestación de servicios relacionados con el VIH a grupos de población clave, como los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres o las mujeres transgénero.

Su estrategia va mucho más allá de una imagen de marca moderna.  Mplus ha sabido aprovechar las asociaciones nacionales e internacionales para crear un servicio de salud dirigido por grupos de población clave y ha obtenido resultados extraordinarios.  De hecho, ellos administran más de la mitad de la profilaxis previa a la exposición (PrEP) en la provincia tailandesa de Chiang Mai.

Este año realizaron pruebas al 95 % de las casi 8000 personas a las que llegaron con sus servicios presenciales.  De aquellos que dieron positivo, el 91 % fue sometido a tratamiento, mientras que el 9 % restante está bajo un seguimiento individualizado. El 100 % de los clientes que se sometieron a pruebas de carga vírica resultaron tener supresión viral.   

“Las organizaciones de la comunidad son las que mejor pueden llegar a los grupos de población clave para que reciban sus servicios. Nos hemos dado cuenta de que las personas que no quieren realizarse pruebas en los hospitales están cómodos con aquellos que saben que entenderán sus vidas”, explicó Pongpeera Patpeerapong, Director de la fundación Mplus.   

Desde su creación en 2003, Mplus ha evolucionado hasta ofrecer una extensa gama de servicios. Ahora tienen centros de salud en cuatro provincias y sus unidades de análisis móviles atienden a clientes en otros cinco distritos. Asimismo, trabajan con un hospital de cada provincia, dando acceso a la atención médica y ayudando con el seguimiento.  Mplus ofrece pruebas rápidas y monitoreos de carga viral y de CD4. Además, está autorizada a administrar medicamentos.  Incluso cuentan con un pequeño grupo de motocicletas que realiza entregas de PrEP a las zonas más alejadas.

Sus actuaciones, tanto online como en persona, se basan en una estrategia dirigida entre iguales.  Su presencia en las redes sociales es impresionante, desde Twitter hasta Tik Tok.  Hay grupos privados de Facebook y aplicaciones especiales para que los clientes puedan conectarse con la comunidad.  En persona van más allá de los simples puestos de información, ya que organizan fiestas y encuentros deportivos. No se trata solo de actividades para unir a las personas.  Los clientes reservan citas online y las interacciones cara a cara normalmente acaban en la realización de una prueba del VIH.

Mplus también otorga asistencia técnica a otros países.  Por ejemplo, ha respaldado a una organización en Laos con intervenciones online y ha ayudado a grupos comunitarios en Camboya para que desarrollen campañas de fomento del PrEP.

Desempeñaron un papel fundamental en la defensa nacional de la homologación de los trabajadores sanitarios comunitarios.  Todo el personal de Mplus está certificado por el Departamento de Control de Enfermedades tras completar un riguroso programa de estudio, evaluación y práctica.

El programa sigue mejorando.  Mplus está reforzando su oferta de apoyo a la salud mental y emocional, y también está trabajando para poder obtener la certificación que les permita ofrecer tratamientos contra el VIH y contra las infecciones de transmisión sexual (ITS).

En el pasado, el programa estaba financiado en mayor medida por el Plan de Emergencia del Presidente de Estados Unidos para el Alivio del Sida, a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional. Sin embargo, actualmente, la mitad de sus inversiones provienen de la Oficina Nacional de Seguridad Sanitaria de Tailandia.

“La financiación nacional es esencial para poder desarrollar nuestros sistemas”, indicó Patpeerapong. “Las organizaciones de base comunitaria deben ser capaces de acceder a esta financiación nacional para tratar más problemas, como el estigma y la discriminación”.

El hecho de otorgar poder a los servicios de salud dirigidos por grupos de población clave ha sido un factor determinante en la mejora de los resultados del programa del VIH en Tailandia.  Una de cada cinco personas que viven con el VIH en Tailandia fue identificada y derivada por un servicio de salud dirigido por grupos de población clave en el marco del plan nacional de financiación sanitaria. Cuatro de cada cinco personas que reciben el PrEP en el país son atendidas por organizaciones lideradas por la comunidad.  Estos servicios cumplen una función en la estrategia tailandesa de Llegar, Reclutar, Examinar, Tratar, Prevenir, Retener (RRTTR, por sus siglas en inglés).

“Tailandia se encuentra en una buena posición para liderar la necesidad de una respuesta sostenible dirigida por la comunidad como parte esencial de la infraestructura sanitaria”, dijo el Director de ONUSIDA de Tailandia, Patchara Benjarattanaporn. "Mediante la creación de un sistema que permita la divulgación sanitaria podemos enfrentarnos al reto del diagnóstico tardío y facilitar un mejor acceso a los servicios a los grupos de población clave".

Tailandia ha incluido los servicios del VIH en su cobertura sanitaria universal y ha aumentado sus inversiones en los servicios de salud dirigidos por comunidades y por grupos de población clave. Los miembros de la Junta Coordinadora del Programa de ONUSIDA (JCP) visitaron Mplus y otros servicios de salud dirigidos por la comunidad en vista de la 51ª reunión de la JCP en Chiang Mai (Tailandia).

La ONU advierte de que las desigualdades están impidiendo el fin de la pandemia de sida

29 de noviembre de 2022

DAR ES SALAAM / GINEBRA, 29 de noviembre de 2022- De acuerdo con el análisis elaborado por las Naciones Unidas antes de la conmemoración del Día Mundial del Sida, son las desigualdades las que están impidiendo poner fin al sida. Con la tendencia actual, el mundo será incapaz de cumplir los objetivos mundiales acordados en materia de sida. En este sentido, el nuevo informe de ONUSIDA, Desigualdades peligrosas, insiste en una serie de acciones urgentes para abordar las desigualdades que sí pueden poner en marcha la respuesta al sida.

A principios de este mismo año ONUSIDA ya avisó de que la respuesta al sida se encuentra en situación de peligro como consecuencia del aumento en el número de las nuevas infecciones y las continuas muertes en muchas partes del mundo. Ahora, un nuevo informe de ONUSIDA saca a la luz el motivo subyacente: las desigualdades imperantes en el mundo. Dicho informe presenta a los líderes mundiales como protagonistas para acabar con las desigualdades y les pide que sean valientes para llevar a cabo lo que las propias pruebas nos están pidiendo.

En Desigualdades peligrosas se desvela el impacto que tienen en la respuesta al sida las desigualdades de género, las desigualdades a las que se enfrentan los grupos de población clave y las desigualdades entre niños y adultos. Además, se destaca cómo el empeoramiento de las limitaciones financieras hace que ahora sea más difícil abordar esas desigualdades.

Asimismo, el informe muestra cómo las desigualdades de género y las normas de género dañinas están ralentizando el fin de la pandemia de sida.

«El mundo nunca podrá vencer al sida si seguimos reforzando el patriarcado», afirmó Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «Tenemos que plantar cara a todas esas desigualdades de las que las mujeres son víctimas. En áreas con una elevada carga del VIH, las mujeres sometidas a violencia dentro de la pareja se enfrentan a un 50 % más de posibilidades de contraer el VIH. En 33 países entre 2015 y 2021, solo el 41 % de las mujeres casadas de entre 15 y 24 años podían tomar sus propias decisiones sobre salud sexual. En este contexto, la única hoja de ruta eficaz para poner fin al sida, alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible y garantizar la salud, los derechos y la prosperidad compartida es una hoja de ruta feminista. Las organizaciones y los movimientos que velan por los derechos de las mujeres ya están en primera línea haciendo este audaz trabajo. Los líderes necesitan que los apoyemos y aprendamos de ellos».

Los efectos de las desigualdades de género en los riesgos que corren las mujeres respecto del VIH son especialmente pronunciados en el África subsahariana, donde las mujeres representaron el 63 % de las nuevas infecciones por el VIH en 2021.

En el África subsahariana, las adolescentes y las mujeres jóvenes (de entre 15 y 24 años) tienen tres veces más probabilidades de contraer el VIH que los adolescentes y los jóvenes del mismo grupo de edad. El factor determinante es la fuerza. De acuerdo con un estudio, el permitir que las niñas permanezcan en la escuela hasta que completen la educación secundaria reduce su vulnerabilidad a la infección por el VIH hasta en un 50 %. Cuando esto se refuerza con un paquete de apoyo a la capacitación, los riesgos para las niñas se reducen aún más. Los líderes deben garantizar que todas las niñas puedan asistir a la escuela y estén a salvo de la violencia, a menudo normalizada incluso a través de matrimonios con menores, y que se les abra un camino económico que les permita disfrutar de un camino esperanzador.

Al interrumpir la dinámica del poder, las políticas pueden reducir la vulnerabilidad de las niñas al VIH.

Las masculinidades dañinas desalientan a los hombres a la hora de buscar atención médica. En el año 2021, mientras que el 80 % de las mujeres que vivían con el VIH accedían al tratamiento, solo el 70 % de los hombres estaban en tratamiento. Precisamente por eso, para detener el avance de la pandemia, es fundamental aumentar los programas transformadores de género en muchas partes del mundo. Avanzar en igualdad de género nos beneficiará a todos.

El informe muestra que la respuesta al sida se está viendo frenada por las desigualdades en el acceso al tratamiento entre adultos y niños. Mientras más de tres cuartas partes de los adultos que viven con el VIH siguen un tratamiento antirretroviral, a solo algo más de la mitad de los niños que viven con el VIH se les está administrando un tratamiento que salva vidas. Y esto ha tenido consecuencias mortales. En 2021, los niños representaban el 4 % de todas las personas que viven con el VIH, aunque solo ellos concentraban el 15 % de todas las muertes relacionadas con el sida. Es evidente que cerrar la brecha en el tratamiento de los niños salvará vidas.

La discriminación, la estigmatización y la criminalización de los grupos de población clave están costando vidas y evitando que el mundo alcance los objetivos acordados para el sida.

Los nuevos análisis no dejan ver una disminución significativa de las nuevas infecciones entre los gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres en las regiones de África occidental y central, y en las regiones del este y sur de África. Frente a un virus infeccioso, el hecho de no avanzar en los grupos de población clave socava toda la respuesta al sida y contribuye a explicar la ralentización del progreso.

En todo el mundo, más de 68 países todavía criminalizan las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo. Otro análisis del que se hace eco el informe subraya que los hombres gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres que viven en países africanos con las leyes más represivas tienen más de tres veces menos probabilidades de conocer su estado serológico que sus homólogos que viven en países con las leyes menos represivas, donde el progreso avanza mucho más rápido. Los trabajadores sexuales que viven en países en los que se criminaliza el trabajo sexual tienen siete veces más posibilidades de vivir con el VIH que aquellos otros de países en los que el trabajo sexual es legal o está parcialmente legalizado.

El informe nos demuestra que sí es posible avanzar para terminar con las desigualdades y destaca aquellas áreas en las que la respuesta al sida ya ha realizado un progreso notable. Por ejemplo, si bien las encuestas entre los grupos de población clave a menudo ponen de manifiesto una menor cobertura de servicios entre ellos, tres condados de Kenia han logrado una mayor cobertura de tratamiento del VIH entre las trabajadoras sexuales que entre la población general de mujeres (de entre 15 y 49 años). Esto ha sido respaldado por un sólido programa en materia de VIH a lo largo de muchos años, en el que se incluyen, entre otras cosas, los servicios liderados por la comunidad.

«Sabemos qué tenemos que hacer para acabar con las desigualdades», afirmó la Sra. Byanyima. «Hemos de asegurarnos de que todas nuestras niñas puedan ir a la escuela, estén seguras y se hagan fuertes. Debemos abordar las cuestiones relacionadas con la violencia de género. Tenemos que brindar nuestro apoyo a las organizaciones de mujeres. Fomentar las masculinidades saludables: sustituir los comportamientos nocivos que exacerban los riesgos para todos. Garantizar que los servicios para los niños que viven con el VIH lleguen a ellos y satisfagan sus necesidades, con el fin de cerrar la brecha de tratamiento para que así pongamos fin al sida infantil para siempre. Despenalizar a las personas en las relaciones entre personas del mismo sexo, trabajadores sexuales y consumidores de drogas, e invertir en servicios liderados por la comunidad que permitan su inclusión, ya que esto ayudará a derribar las barreras a los servicios y a cuidar de millones de personas».

El nuevo informe refleja que la financiación de los donantes está ayudando a catalizar el aumento de la financiación nacional: los aumentos en la financiación externa contra el VIH para los países de PEPFAR y el Fondo Mundial durante 2018-2021 se correlacionaron con los aumentos en la financiación nacional de la mayoría de los Gobiernos nacionales. Urgen nuevas inversiones para abordar las desigualdades relacionadas con el VIH. Justo cuando la solidaridad internacional y la necesidad de financiación son más necesarias que nunca, son demasiados los países ricos que han decidido recortar la ayuda destinada a la salud mundial. En 2021, la financiación disponible para los programas contra el VIH en los países de bajos y medianos ingresos se vio reducida en 8 mil millones de dólares estadounidenses. El aumento del apoyo de los donantes es vital para volver a poner en marcha la respuesta al sida.

Los presupuestos deben priorizar la salud y el bienestar de todas las personas, especialmente de las poblaciones vulnerables más afectadas por las desigualdades relacionadas con el VIH. Es necesario ampliar el espacio fiscal para las inversiones en salud en países de bajos y medianos ingresos, incluso mediante la cancelación sustancial de la deuda y la imposición progresiva. Poner fin al sida resulta mucho menos caro que no poner fin al sida.

En 2021, 650 000 personas perdieron la vida debido al sida y se contabilizaron 1,5 millones de nuevas infecciones por el VIH.

«Es evidente lo que tienen que hacer los líderes mundiales, no cabe duda al respecto», afirmó la Sra. Byanyima. «En una sola palabra: Igualar. Igualar el acceso a los derechos, igualar el acceso a los servicios, igualar el acceso a la mejor ciencia y a la mejor medicina. Al igualar, no solo estaremos ayudando a los marginados. Estaremos ayudando a todos».

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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Día Mundial del Sida 2022

Desigualdades peligrosas — Informe del Día mundial del sida 2022

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