Civil society





Feature Story
«Con los miles de millones que se han gastado en esta guerra sin sentido, podríamos encontrar la cura del VIH, acabar con la pobreza y solucionar otras crisis humanitarias»
23 Marzo 2022
23 Marzo 2022 23 Marzo 2022Yana Panfilova es ucraniana y nació con VIH. Cuando tenía 16 años creó Teenergizer, una organización de la sociedad civil para apoyar a los adolescentes y jóvenes que viven con el VIH en Ucrania. Desde 2016, Teenergizer ha estado trabajando internacionalmente promoviendo los derechos de los adolescentes y los jóvenes en Ucrania y en siete ciudades de cinco países en Europa oriental y Asia central. En 2019, la organización empezó a facilitar asesoramiento inter pares y apoyo psicológico a adolescentes y ha formado a más de 120 consultores-psicólogos online para ayudar a los jóvenes de la región. En junio de 2021, participó en la apertura de la Reunión de alto nivel sobre el sida en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Cuando estalló la guerra en Ucrania, ella y su familia abandonaron Kiev y se trasladaron a Berlín, Alemania. Desde allí continúa trabajando para apoyar a los jóvenes que viven con el VIH en Ucrania.
¿Por qué y cómo saliste de Kiev?
Cuando vi a personas patrullando las calles con metralletas a los pocos días del comienzo de la invasión rusa, me di cuenta de que teníamos que tomar una decisión que nos iba a cambiar la vida. Tuve que convencer a mi madre de que teníamos que irnos porque no quería marcharse. Hicimos las maletas en menos de una hora, condujimos hasta la estación de tren de Kiev, dejamos allí nuestro coche y nos montamos en el primer tren que encontramos. Había mucha gente, madres, niños, padres y hermanos despidiéndose de sus familias. Todo el mundo estaba aterrorizado. Estuvimos 12 horas de pie en el tren, con las maletas y nuestro gato. Cuando nos reunimos con nuestra abuela y su perro en la primera parada, viajamos juntas desde Ucrania, cruzamos la frontera a Polonia y seguimos hasta Berlín. El viaje duró siete días. Fue el viaje más arduo y difícil de mi vida —no quería irme de mi hermosa Kiev sin saber dónde acabaríamos. Ahora estamos aquí en Berlín como refugiadas, sanas y salvas, pero aún no asimilo todo lo que hemos pasado y estoy muy preocupada por todo lo que está pasando el pueblo ucraniano. Pero al menos estamos a salvo y juntas —mi madre, mi abuela y su perro y mi gato y yo. He tenido suerte de haber traído suficiente tratamiento antirretroviral para unos dos meses.
¿Estás asentada en Berlín?
Sigo en un limbo, como millones de mujeres y niños ucranianos que han hecho este viaje. Pero todas las personas que hemos conocido han sido muy amables y acogedoras. Ahora estamos aclarando algunos aspectos legales sobre cómo residir en Berlín durante las próximas semanas y cómo podemos acceder a los servicios sociales y médicos locales. Tampoco sabemos todavía cómo podemos alquilar un apartamento. Hemos pedido cita online en el Ayuntamiento de Berlín para aclarar algunos detalles con ellos. Están trabajando para proporcionarme un seguro médico y así conseguir atención médica y acceso ininterrumpido al tratamiento del VIH.
También estoy en contacto con Berliner Aids-Hilfe, una de las organizaciones no gubernamentales dedicadas al VIH más antiguas de Europa; desde la guerra en la antigua Yugoslavia tienen mucha experiencia trabajando con migrantes que viven con el VIH. Han sido maravillosos, dispuestos a ayudar proporcionando acceso a terapia antirretroviral, así como a otras necesidades que los ucranianos que viven con VIH pueden tener aquí en Berlín.
Así que estás más o menos a salvo ahora. ¿Cómo les va a los otros jóvenes de Teenergizer?
La mayoría de nuestros adolescentes que viven con VIH ya han abandonado Ucrania y ahora están en Estonia, Alemania, Lituania, Polonia y otros países. Estamos en contacto con la mayoría de ellos todos los días. Algunos de nuestros activistas han elegido permanecer con sus padres en Kiev y otras ciudades que están siendo atacadas. Ahora estamos esclareciendo la información más reciente e intentando localizar a todo el mundo y comprobar si están a salvo. Pero este proceso no es ni fácil ni rápido. Todo el mundo está intentando sobrevivir y mantener el contacto en estos momentos. Nuestro personal, educadores inter pares y clientes se encuentran ahora repartidos entre distintos países, cada uno con sus propias leyes, pautas de administración del tratamiento y acceso a Internet. Los que permanecen en Kiev están conectados con nuestros asociados, que les siguen proporcionando acceso a terapia antirretroviral y asistencia humanitaria de emergencia. La mayoría de nuestros consultores-psicólogos continúan proporcionando asistencia online a aquellos que más lo necesitan.
¿Cuáles son las dificultades con las que tienes que lidiar para permanecer en Berlín?
Las personas de Berlín y todos los alemanes que hemos conocido desde que hemos llegado han sido muy amables y acogedores. Estamos muy agradecidas. Sé que las ciudades de toda Europa están esforzándose para apoyar a millones de ucranianos, pero dudo que hubiésemos podido encontrar un lugar más seguro y tolerante que Berlín.
Por supuesto, nuestras dudas más urgentes son de naturaleza legal, relacionadas con el estatus temporal aquí y, en segundo lugar, con el acceso a la atención médica y a la terapia antirretroviral. En tercer lugar, el acceso a una vivienda. Nunca pensé que buscar alojamiento pudiera ser tan importante y tan estresante. Voluntarios locales están ayudando sin cesar y millones de europeos han ofrecido sus viviendas. Pero para los cientos de miles de ucranianos que todavía están viviendo en almacenes, refugios y otros alojamientos temporales, la ausencia de un lugar al que puedas llamar hogar temporalmente es desmoralizador.
¿Qué crees que es fundamental que sigamos haciendo ahora?
Independientemente de lo que suceda con la guerra, tenemos que continuar apoyándonos entre nosotros en la familia de Teenergizer. En Ucrania, luchamos durante años para que se protegieran los derechos y la salud de los jóvenes que vivimos con el VIH. Y ahora parece que todo lo que nos ha costado tanto lograr ha desaparecido de la noche a la mañana. En plena crisis, tenemos que seguir luchando por nuestros derechos y centrarnos en las necesidades urgentes a las que se enfrentan los miembros más vulnerables de la red de Teenergizer. Tengo mucha suerte de estar viva y a salvo aquí en Alemania. Pero muchos de nuestros amigos siguen en Kiev y en otras ciudades de Ucrania, luchando por sus vidas y por nuestro país. Algunos no tienen forma de escapar y otros no quieren abandonar sus hogares ni a sus familias. Ahora más que nunca necesitan que les respaldemos y les aseguremos que continuaremos haciendo todo lo que esté en nuestras manos para apoyarlos cuando más lo necesiten.
En primer lugar, debemos guiarlos en esta nueva crisis y continuar con los servicios de emergencia: tratamiento contra el VIH para aquellos que lo necesiten urgentemente y servicios de prevención y pruebas. En segundo lugar, durante esta crisis, debemos continuar proporcionando a los jóvenes servicios de salud mental, especialmente asesoramiento inter pares. En nuestra región, el VIH es más un problema social que médico. Hoy en día, los jóvenes ucranianos que viven con el VIH se enfrentan a una triple crisis: de salud, de seguridad y de depresión y estrés grave provocado por la guerra. Los psicólogos lo llaman TEPT. Este trauma persistirá durante toda una generación completa de ucranianos. Los jóvenes que necesitan apoyo psicológico profesional empezarán a consumir drogas y algunos contraerán el VIH, pero estarán demasiado asustados o avergonzados como para pedir ayuda en la crisis actual. Lo mismo sucede con las adolescentes y las mujeres que no pueden ejercer sus derechos sexuales y reproductivos, o los jóvenes que no utilizan preservativo durante los actos sexuales, o los millones de mujeres ucranianas que corren el riesgo de ser explotadas al estar solas en Europa, lejos de sus familias y amigos. Actualmente, miles de adolescentes que siguen en Ucrania y que viven con el VIH tienen miedo de revelar su estado. Muchos todavía no saben ni cómo protegerse del VIH ni de la violencia de la guerra. Millones de jóvenes ucranianos tienen que lidiar solos con su ansiedad y sus miedos, y una generación al completo va a enfrentarse a trastornos de estrés postraumático. Esto requiere atención inmediata. Estoy segura de que si proporcionamos aunque sea solo servicios básicos de asesoramiento y apoyo, los jóvenes que se enfrentan a múltiples crisis tendrán más herramientas para lidiar con sus problemas en el futuro.
Pase lo que pase tenemos que presionar a los políticos para que escuchen a los jóvenes y les permitan formar parte de los procesos de toma de decisiones sobre su propia salud y su futuro. La voz de los jóvenes, especialmente de las mujeres jóvenes, debe alzarse para acabar con la guerra y reconstruir Ucrania.
¿Cómo se presenta el futuro de Teenergizer?
Ahora mismo, mi país, mi familia y yo nos enfrentamos a la mayor crisis de nuestras vidas. Así que si no estoy segura de lo que ocurrirá mañana, es muy difícil ver lo que nos depara el futuro. A lo largo de los años, hemos construido una familia de verdad: equipos de jóvenes líderes de Teenergizer en diversas ciudades de Europa oriental y Asia central —en Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán, Ucrania e incluso en Rusia. Pero ahora estamos divididos. Tras la Segunda Guerra Mundial, Winston Churchill afirmó que se levantaría un muro. Y creo que un nuevo muro se está alzando ahora.
¿Qué dirías hoy si volvieras a estar en el podio de la Asamblea General de las Naciones Unidas?
Estamos viviendo una guerra entre el viejo mundo y el nuevo mundo.
Somos jóvenes que quieren vivir en un nuevo mundo, donde no existan las guerras, donde se erradiquen las pandemias como el VIH, la tuberculosis y la COVID-19, donde la pobreza y el cambio climático sean algo del pasado. En este nuevo mundo, todas las personas, independientemente de quiénes sean o a quién amen, del idioma que hablen o el pasaporte que tengan, pueden disfrutar de la libertad, vivir su vida con dignidad, viajar y desplazarse en un mundo en paz con países que abran sus fronteras. Hemos aprendido lo importante y valioso que esto es en los últimos años cuando los ucranianos podían viajar. Hemos visto cómo las personas pacíficas vivían en otros lugares del mundo y nos ha hecho valorar la belleza y la libertad que tenemos en Ucrania. Hoy más que nunca, solo entendemos lo que queremos reconstruir en nuestro país cuando lo comparamos con los valores de otros países.
Y es el viejo mundo el que está financiando y manteniendo esta guerra. Esto es un camino a ninguna parte.
Con los miles de millones que se han gastado en esta guerra sin sentido, podríamos encontrar la cura del VIH, acabar con la pobreza y solucionar otras crisis humanitarias.
El nuevo mundo consiste en desarrollo, no en destrucción. Se trata de ser capaz de mejorarte a ti mismo y la calidad de tu vida apoyando a los demás para que hagan lo mismo.
Todo tiene un final. Y la guerra acabará en algún momento. ¿Qué harás el primer día después del fin de la guerra?
Empezaré a leer Guerra y paz de Leo Tolstoy.
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Mantener disponible la paliación de daños en Ucrania
09 Marzo 2022
09 Marzo 2022 09 Marzo 2022Diez días después del inicio de la invasión rusa en Ucrania, ONUSIDA habló con Oleksii Kvytkovskyi, el director del Centro de Recursos de Volna Donbás de la Asociación Ucraniana de Personas con Drogadicción, una organización no gubernamental que trabaja con personas que se inyectan drogas en Ucrania.
¿Cómo se encuentra, Oleksii?
Estoy cansado del miedo y de huir. He decidido que seguiré haciendo lo que llevo haciendo los últimos 14 años: defender los derechos de las comunidades clave, sobre todo, de las personas que se inyectan drogas y de las que están en situación de necesidad.
¿No es la primera vez que se topa con la guerra?
Hace ocho años, estaba allí cuando la Federación de Rusia atacó la parte oriental de Ucrania y, como sabe, ahora son repúblicas autoproclamadas. Tengo tres hijos y dos nacieron durante ese conflicto, uno en 2014 y el otro en 2019.
Sigo trabajando en cuatro ciudades en el óblast (región) de Lugansk, controladas por el Gobierno ucraniano, localizadas casi en la primera línea de combate: Severodonetsk, Lysychansk, Rubizhne y Kreminna.
¿Qué hace actualmente en su trabajo?
En la organización no gubernamental recibimos y repartimos terapias de sustitución de opiáceos (TSO) y alimentos y agua a los que lo necesitan. La cantidad de TSO que tenemos solo nos llega hasta final de mes. Son solo unos 28 días, y después no sé qué haremos.
También es difícil acceder a terapia antirretroviral en algunas ciudades. Básicamente, vemos a quién le falta qué y si hay riesgos de interrupción.
¿Se han ido muchas personas de su zona?
Muy pocas personas pueden marcharse porque no tienen suficiente dinero para hacerlo. Hasta ahora, la prioridad ha sido evacuar a mujeres, a niños pequeños y a personas mayores.
Nuestra organización no gubernamental se dirigió a las organizaciones internacionales y hemos recibido asistencia de la Red de Reducción de Daños de Eurasia, la Red de Personas que Consumen Drogas de Eurasia y Volna, y eso nos ha ayudado mucho para proporcionar asistencia con carácter urgente.
¿Y usted?
Supliqué a mi mujer que se fuera con los niños a Lviv. Incluso encontré un lugar en el que podrían haber vivido, pero ella dijo que no me abandonaría, así que se han quedado aquí.
Pero tengo miedo. Estoy nervioso por mis hijos y mi querida esposa.
¿Qué le hace seguir adelante?
Voy a trabajar todos los días. Las personas me preguntan si temo perder la vida. Mi respuesta es la siguiente: «cuando se resuelven los problemas de alguien, uno se olvida del miedo y de la guerra sin ser consciente. Entonces, resolver el problema de una persona de la comunidad se convierte en un objetivo clave, así que uno se prepara para ayudar como sea».
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Actualización mundial sobre el sida 2021 — Enfrentando las desigualdades: Lecciones para la respuesta a pandemias de 40 años de la respuesta al sida
14 de julio de 2021
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Brandy Rodriguez deja un legado de valiente activismo y apoyo a la comunidad
29 Octubre 2021
29 Octubre 2021 29 Octubre 2021La activista transgénero y líder de la comunidad de Trinidad y Tobago ha fallecido.
Brandy Rodriguez fue una figura incondicional de los esfuerzos nacionales y regionales para fomentar los derechos de lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero. Era la presidenta de la Coalición de Transgéneros de Trinidad y Tobago (TTTC, por sus siglas en inglés). Con su trabajo con la Red Trans del Caribe Unido (UCTRANS) y con la Red de personas trans de Latinoamérica y el Caribe, contribuyó a aumentar la visibilización, defensa y organización de la comunidad en torno a las cuestiones de identidad de género. Además, desempeñó un papel fundamental en la elaboración de políticas y en los esfuerzos de compromiso en el lugar de trabajo, por ejemplo como integrante de la Asociación Pancaribeña contra el VIH/SIDA.
Pero su impacto fue incluso más notable. Durante muchos años, como asesora en la Asociación de Planificación Familiar de Trinidad y Tobago, apoyó de primera mano a los miembros de la comunidad transgénero, incluidas las personas que venden servicios sexuales en la calle.
Asimismo, prestó ayuda a las personas transgénero que viven con el VIH a acceder a las pruebas, al tratamiento y a los servicios de atención. Entre los países del Caribe que han informado de la prevalencia del VIH para este sector, la mediana es superior al 27 %; cifra mucho más alta que la de cualquier otro grupo de población clave. Brandy Rodriguez trabajó no solo para que los miembros de esta comunidad comenzaran el tratamiento, sino para que continuaran con él.
Desde la sede del TTTC en Tunapuna (Trinidad y Tobago), se esforzó por asegurar el acceso a la comida, atención sanitaria y ayuda a la salud mental para las personas más aisladas de su comunidad. Durante la pandemia de COVID-19, su organización se encargó de asistir a las personas que habían perdido sus fuentes principales de ingresos.
Este mes de mayo, la reina Isabel II le concedió el 180º premio Commonwealth Point of Light por su activismo y su servicio a la comunidad.
“Brandy combatió sin cesar la discriminación. Y en esta lucha, no se limitó a reclamar el reconocimiento o a abogar por la igualdad de acceso a la atención sanitaria de calidad, sino que insistió y recalcó que se trataba de un derecho que no puede estar sujeto a ningún tipo de condición. No estaba dispuesta a conformarse con menos”, señala un comunicado de la FPATT.
En 2018, se dirigió a la prensa en una acto de sensibilización de los medios de comunicación regionales organizado por la Delegación Subregional de ONUSIDA en el Caribe y por la Coalición Caribeña de Comunidades Vulnerables. Para la gran mayoría de los periodistas era la primera vez que hablaban con una persona transgénero y que escuchaban como los estereotipos y prejuicios en sus reportajes eran perjudiciales para la comunidad.
“Durante 22 años, ha sido una batalla muy dura, especialmente en el Caribe. Mi convicción de no ser silenciada y de ayudar a la población que está en una situación social vulnerable me mantiene comprometida con mi objetivo de un futuro mejor y más inclusivo para todos”, afirmó Brandy Rodriguez.
El director de la Delegación Subregional de ONUSIDA en el Caribe, James Guwani, le agradeció su trabajo como representante de las personas sin voz.
“Ella nos demuestra por qué es de vital importancia apoyar a las organizaciones de la comunidad para que puedan conectar con los más difíciles de ayudar. En un momento en el que la respuesta mundial al VIH se centra en poner fin a las desigualdades y en apoyar las intervenciones lideradas por la comunidad, su vida y su trabajo nos sirven de inspiración”, apuntó.
“La madre de la comunidad LGBTI de Trinidad y Tobago vuela hacia el cielo”, dijo Alexus D’Marco, director ejecutivo de UCTRANS. “La contribución de Brandy Rodriguez nunca se olvidará y debemos asegurarnos de que perdure”.
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Alianzas para fortalecer el compromiso de la comunidad con las respuestas al VIH y la COVID-19 en Namibia
12 Octubre 2021
12 Octubre 2021 12 Octubre 2021En la respuesta a las pandemias colindantes de COVID-19 y VIH, las comunidades continúan demostrando resiliencia, agilidad e innovación. Para capacitar, formar y proteger a las comunidades, ONUSIDA, en colaboración con el Ministerio de Sanidad y Servicios Sociales de Namibia y los Centros Africanos para el Control y la Prevención de Enfermedades, está apoyando a las organizaciones de la sociedad civil con el fin de poner en marcha la iniciativa de la Alianza para acelerar las pruebas de COVID-19 (PACT, por sus siglas en inglés) en Namibia. Además, se están llevando a cabo actividades de sensibilización comunitaria para reducir tanto la propagación de la COVID-19 como el estigma y la discriminación asociados, así como para minimizar sus efectos en las personas que viven con el VIH.
En mayo de 2021, Namibia experimentó un aumento exponencial en la transmisión comunitaria de casos de COVID-19 debido a la aparición de la variante delta, que hizo descarrilar los esfuerzos de contención del país y puso muy contra las cuerdas a su sistema sanitario. La nación se enfrentó al reto con un fuerte liderazgo político y compromiso. Las intervenciones fundamentadas en pruebas y de alto impacto lograron una disminución notable de los casos, las tasas de positividad y las muertes.
A través de la iniciativa PACT, cuatro organizaciones de la sociedad civil con experiencia en el trabajo con comunidades y redes vulnerables de personas que viven con el VIH en asentamientos informales recibieron el apoyo del Ministerio de Salud y Servicios Sociales y ONUSIDA para poner en marcha el proyecto PACT. El proyecto se centra en la prevención de la COVID-19 y en el rastreo de contactos, y persigue reducir el impacto de la COVID-19 en la respuesta al VIH y facilitar el acceso a una atención sanitaria de calidad en las 14 regiones del país. Asimismo, en el marco del PACT se desplegará a 270 trabajadores sanitarios comunitarios.
ONUSIDA se está asociando con tres de las cuatro organizaciones de la sociedad civil, trabajando en las tres regiones con la mayor carga de VIH y COVID-19, Oshana, Erongo y Khomas, que representan el 36 % de las personas que viven con el VIH, el 52 % de los casos de COVID-19 y el 42 % de las muertes relacionadas con la COVID-19 en el país. Estas organizaciones de la sociedad civil han realizado un notable trabajo para abordar las necesidades de los grupos de población clave, las adolescentes y las mujeres jóvenes, y las personas que viven con el VIH utilizando las infraestructuras y los sistemas existentes para el VIH.
«Poner fin a las dos pandemias requiere una mayor implicación de las comunidades impulsada por los datos, alianzas y la integración de los servicios contra la COVID-19 y el VIH. Además, hay que tratar de llegar a las comunidades marginadas y vulnerables. Este es precisamente el enfoque que la iniciativa PACT ha adoptado en Namibia para mitigar la propagación de la COVID-19», afirmó Alti Zwandor, directora nacional de ONUSIDA para Namibia.
Para adaptar, armonizar y mantener la formación de los trabajadores sanitarios comunitarios, ONUSIDA ha estado trabajando incansablemente con el Centro Nacional de Formación en Salud, el cual ha incluido el programa de formación de los Centros Africanos para el Control y la Prevención de Enfermedades con relación a la COVID-19 para incluir información sobre las vacunas, el VIH y la salud y los derechos sexuales y reproductivos. Se instruyó a cuarenta formadores sénior del centro de formación para impartir varios cursos en todo el país. Posteriormente, se capacitaron y desplegaron otros 250 trabajadores sanitarios comunitarios y 25 supervisores para poner en marcha actividades de divulgación comunitaria. Aparte de las visitas domiciliarias y las actividades de sensibilización comunitaria, una de las organizaciones no gubernamentales, la red Tonata people living with HIV, ha incorporado mensajes de texto masivos con información sobre la COVID-19 en los idiomas locales para apoyar a los grupos de personas que viven con el VIH, con lo que se ha logrado difundir la iniciativa PACT a un público mucho más amplio.
«Los trabajadores sanitarios de la comunidad que están en el terreno experimentaron situaciones en las que los miembros de la comunidad mostraban agresividad al recibir información sobre la COVID-19. En algunas zonas clave, la población también se quejó de pasar hambre e indicó que solo se involucraría con los trabajadores sanitarios de la comunidad una vez que se les proporcionaran algunos alimentos básicos que les permitieran concentrarse», detalló Agatha Kuthedze, directora de la Asociación de Planificación Familiar de Namibia (NAPPA, por sus siglas en inglés). Añadió que la organización había remitido a las autoridades a las personas que necesitaban medidas de bienestar social para que les prestaran más ayuda.
La iniciativa continuará apoyándose en los éxitos e integrará programas fundamentales sobre el VIH y la salud y los derechos sexuales y reproductivos, al tiempo que explorará continuamente innovaciones para una respuesta al VIH continua y completa. Las organizaciones no gubernamentales asociadas implicadas son Tonata, Walvis Bay Corridor Group, NAPPA y Project Hope.
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Una campaña de cuatro décadas para conseguir un acceso igualitario a los medicamentos que salvan vidas
17 Septiembre 2021
17 Septiembre 2021 17 Septiembre 2021Si volvemos a los primeros días del activismo contra el sida, podemos decir que la respuesta mundial a la COVID-19 es ingente.
Las imágenes hasta ahora nunca vistas de principios de los años noventa, en las que se ve a activistas contra el sida que luchan por medicamentos que salvan vidas demuestran que, con eslóganes como «Dead from Drug profiteers» y «AIDS $ now», aquellos activistas contra el sida de ayer son el fiel retrato de los activistas que hoy en día se esfuerzan por hacer realidad el acceso igualitario a las vacunas contra la COVID-19.
Sin embargo, las fotos también nos dejan ver que, cuarenta años después del descubrimiento de los primeros casos de sida, el mundo está cometiendo los mismos errores en su respuesta a la COVID-19, ya que las desigualdades siguen siendo la fuerza motriz de las infecciones y las muertes.
En las imágenes, captadas por la fotógrafa francesa Elizabeth Carecchio, se observa a distintas personas caminando durante la manifestación que se celebró en mayo de 1990 en los Institutos Nacionales de Salud de Washington, DC, en los Estados Unidos de América, para pedir un tratamiento para el VIH. Son un recordatorio del papel central desempeñado por los activistas a lo largo de los años, incluso hoy en día, ya que continúan defendiendo un acceso más justo al tratamiento y las vacunas. En pocas palabras, están haciendo campaña para que el mundo anteponga a las personas a los beneficios, un llamamiento general por parte de People's Vaccine, y del que ONUSIDA se enorgullece de formar parte.
Fotografía: Elizabeth Carecchio
Nuestra acción


Press Release
El mundo adquiere un nuevo compromiso en su respuesta al sida: acabar con todas las desigualdades a las que se enfrentan las comunidades y las personas afectadas por el VIH, un paso crucial para poner fin al virus de la inmunodeficiencia humana
08 Junio 2021 08 Junio 2021Los líderes mundiales se fijan un nuevo hito en su camino hacia la erradicación del sida, el año 2025. Para entonces, acuerdan reducir el número anual de nuevas infecciones por el VIH a menos de 370 000 y las muertes relacionadas con el sida a 250 000, eliminar las nuevas infecciones por el VIH entre los niños, acabar con el sida pediátrico y desterrar todas las formas de discriminación relacionada con el VIH. Con ese año en mente, también se comprometieron a facilitar un tratamiento contra el VIH que puede salvar 34 millones de vidas.
NUEVA YORK, 8 de junio de 2021. Durante la Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el Sida, que se está celebrando estos días en la ciudad de Nueva York (en los Estados Unidos de América), los Estados miembros de las Naciones Unidas hicieron una declaración política en la que adoptaron una serie de objetivos nuevos y ambiciosos. Si la comunidad internacional logra cumplir sus objetivos, para 2030 se habrán evitado 3,6 millones de nuevas infecciones por el VIH y 1,7 millones de muertes relacionadas con el sida.
Se ha demostrado que existen distintas opciones combinadas para la prevención del VIH que son eficaces y están centradas en las personas. Por eso mismo, en la declaración política se insta a los países a poner dichas posibilidades a disposición del 95 % de las personas que están en riesgo de infección por el VIH en cualquier grupo epidemiológicamente relevante, con independencia de su edad y entorno geográfico. Asimismo, se llama a los países a garantizar que el 95 % de las personas que viven con el VIH conozca su estado serológico, que el 95 % de las personas que conozcan su estado serológico esté en tratamiento para el VIH y que el 95 % de las personas en tratamiento contra el VIH reciba supresión vírica.
«En esta década de acción, si queremos cumplir con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, todos los Estados miembros deben comprometerse una vez más a poner fin a la epidemia de sida para 2030», recordó Volkan Bozkir, presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
«Si albergamos el deseo de acabar con el sida, hemos de borrar de nuestro mundo las injusticias que se entrecruzan y no hacen sino impulsar las nuevas infecciones por el VIH e impedir que las personas puedan acceder a los servicios», insistió Amina J. Mohammed, secretaria general adjunta de las Naciones Unidas.
En la declaración política se recoge que los grupos de población clave (gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, trabajadores sexuales, consumidores de drogas inyectables, persona trans y personas en prisión y entornos cerrados) tienen más probabilidades de estar expuestos al VIH y a la violencia, el estigma, la discriminación y las leyes que restringen su movimiento o acceso a los servicios. Los Estados miembros se comprometieron a garantizar que menos del 10 % de los países cuenten con marcos jurídicos y políticos restrictivos que conduzcan a la denegación o limitación del acceso a los servicios para 2025. También se comprometieron a garantizar que, para el año 2025, menos del 10 % de las personas que viven con el VIH, que están en riesgo de contraerlo o que están afectadas por el virus, se enfrenten al estigma y la discriminación, para lo que acordaron conceder más fuerza al concepto de indetectable = intransmisible (las personas que viven con el VIH y que han logrado la supresión vírica no transmiten el VIH).
«Quisiera dar las gracias a los Estados miembros. Han adoptado una declaración política muy ambiciosa cuyo objetivo es que el mundo retome el rumbo para acabar con esta pandemia de sida que lleva 40 años devastando a las comunidades», resaltó Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA.
Visiblemente preocupados por el número de nuevas infecciones por el VIH entre adolescentes, sobre todo en el África subsahariana, los Estados miembros se comprometieron a reducir el número de nuevas infecciones por el VIH entre adolescentes y mujeres jóvenes a menos de 50 000 para 2025. Los Estados miembros se comprometieron también a eliminar todas las formas de violencia sexual y de género, incluida la violencia dentro de la pareja, mediante la adopción y aplicación de leyes que abordan las múltiples formas de discriminación y violencia a las que se enfrentan las mujeres que viven con el VIH, que corren el riesgo de padecerlo o que están afectadas por el virus. Igualmente, aseguraron que todos trabajarían duro para lograr que, en 2025, no más del 10 % de las mujeres, las niñas y las personas afectadas por el VIH sufran desigualdades de género y puedan ser víctimas de violencia sexual y de género. Además, se comprometieron a garantizar que todas las mujeres puedan ejercer su derecho a la sexualidad, también en lo concerniente a su salud sexual y reproductiva, sin ser objeto de coerción, discriminación y violencia.
También se instó a los países a utilizar los datos epidemiológicos nacionales para identificar a otras poblaciones prioritarias con mayor riesgo de exposición al VIH, entre las que se incluyen personas con discapacidad, minorías étnicas y raciales, pueblos indígenas, comunidades locales, personas que viven en la pobreza, migrantes, refugiados, personas desplazadas internamente, hombres y mujeres de uniforme y personas en emergencias humanitarias y en situaciones de conflicto y posconflicto. Los países también adquirieron el sólido compromiso de proteger contra otras pandemias, entre ellas la de la COVID-19, al 95 % de las personas que vive con el VIH, están en riesgo de contraerlo o están afectadas por el virus.
«Las marcadas desigualdades que han sacado a la luz las pandemias del VIH y de la COVID-19, ambas coincidentes en el tiempo, son un llamamiento para que el mundo priorice e invierta plenamente en la materialización del derecho humano a la salud para todos sin discriminación alguna», subrayó la Sra. Byanyima.
Los Estados miembros también se comprometieron a aumentar sus aportaciones y financiar totalmente la respuesta al sida. En este sentido, acordaron que, para 2025, habrían invertido 29 000 millones de dólares anuales en los países de rentas bajas y medias. Esto se traduce en invertir al menos 3100 millones de dólares estadounidenses en favor de los facilitadores sociales, incluyéndose aquí la protección de los derechos humanos, la reducción del estigma y la discriminación, y la reforma de la ley. También se comprometieron a incluir la prestación de servicios para el VIH liderados por iguales, entre otros, la contratación social y otros mecanismos de financiación pública.
Con el propósito de ampliar el acceso a las últimas tecnologías para la prevención, la detección, el diagnóstico, el tratamiento y la vacunación de la tuberculosis, los Estados miembros acordaron garantizar que el 90 % de las personas que viven con el VIH reciban tratamiento preventivo para la tuberculosis y esforzarse por reducir las muertes por tuberculosis relacionadas con el sida en un 80 % para 2025. Los países también se comprometieron a garantizar la accesibilidad, disponibilidad y asequibilidad a nivel mundial de medicamentos seguros, eficaces y de calidad garantizada, incluidos los genéricos, las vacunas, las pruebas diagnósticas y otras tecnologías sanitarias para prevenir, detectar y tratar la infección por el VIH, sus coinfecciones y otras comorbilidades, mediante el uso de las flexibilidades existentes en virtud del acuerdo sobre los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio (ADPIC). En esta misma línea, dieron su palabra de que las disposiciones de los derechos de propiedad intelectual en los acuerdos comerciales no menoscabarán las flexibilidades existentes, tal y como se indica en la Declaración de Doha con relación al Acuerdo sobre los ADPIC y la Salud Pública.
«La respuesta al sida sigue dejando atrás a millones de personas. Hablamos de comunidades LGBTI, trabajadores sexuales, consumidores de drogas, migrantes y prisioneros, adolescentes, jóvenes, mujeres y niños. Todas ellas merecen una vida como cualquier otra, deben disfrutar de los mismos derechos que la mayoría de las personas en esta sala, su dignidad ha de ser igualmente inquebrantable», destacó Yana Panfilova, una mujer que vive con el VIH y es miembro de la Red mundial de personas que viven con el VIH.
En esta reunión de alto nivel participan física y virtualmente los jefes de Estado y de Gobierno, ministros y delegados en Nueva York, personas que viven con el VIH, organizaciones de la sociedad civil, grupos de población clave y comunidades afectadas por el VIH, organizaciones internacionales, científicos e investigadores y el sector privado. ONUSIDA respaldó las consultas regionales y la participación de la sociedad civil en la reunión de alto nivel. Las organizaciones de la sociedad civil hicieron un llamamiento a los Estados miembros para pedirles la adopción de una resolución más sólida.
«Aunque es cierto que como comunidad mundial hemos logrado un progreso significativo, hemos de reconocer que hemos errado en el tiro y que mucha gente sigue pagando un alto precio por nuestro error: son muchos los que a día de hoy continúan perdiendo su vida ¿Por qué no hemos logrado alcanzar nuestro objetivo? La razón es solo una: la desigualdad que nos rodea», sentenció Charlize Theron, fundadora del proyecto Charlize Theron Africa Outreach y mensajera de la paz de las Naciones Unidas.
Los Estados miembros también se comprometieron a apoyar y aprovechar todo lo aprendido por parte del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) durante sus 25 años de andadura en este ámbito. Del mismo modo, prometieron financiar totalmente el programa con el fin de que ONUSIDA pueda seguir liderando la respuesta mundial al sida y apoyando los esfuerzos necesarios para estar preparados para una pandemia y velar por la salud mundial.
En el marco de la Estrategia Mundial contra el Sida 2021-2026: Poner fin a las desigualdades, poner fin al sida, adoptada consensuadamente el 25 de marzo de 2021 por la Junta Coordinadora del Programa de ONUSIDA, y del informe del Secretario General de las Naciones Unidas, Superar las desigualdades y enderezar el rumbo para poner fin al sida para 2030, publicado el 31 de marzo de 2021, ONUSIDA habría acogido con agrado compromisos aún más firmes en materia de educación integral sobre sexualidad, salud y derechos sexuales y reproductivos, y orientación sexual e identidad de género, aceptación no cualificada de opciones de prevención del VIH basadas en pruebas, como la reducción del daño, un llamamiento a la descriminalización de la transmisión del VIH, el trabajo sexual, el consumo de drogas y las leyes que criminalizan las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo y una mayor flexibilización de las reglas de propiedad intelectual para el acceso a los medicamentos, las vacunas y las tecnologías que salvan vidas.
En 2020, 27,4 millones de los 37,6 millones de personas que vivían con el VIH estaban en tratamiento, frente a los 7,8 millones de 2010. Se calcula que, gracias a la aparición de un tratamiento asequible y de calidad, se han salvado 16,2 millones de vidas desde 2001. Las muertes relacionadas con el sida han caído en un 43 % desde 2010, hasta llegar a 690 000 en 2020. También se ha avanzado en lo referente a la reducción de nuevas infecciones por el VIH, aun cuando el progreso aquí ha sido notablemente más lento: se ha logrado una reducción del 30 % desde 2010, con 1,5 millones de nuevas infecciones por el VIH en 2020 en comparación con los 2,1 millones de 2010.
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La Reunión de Alto Nivel sobre el Sida, el momento de escuchar la voz de la sociedad civil
04 Junio 2021
04 Junio 2021 04 Junio 2021En la Reunión de Alto Nivel sobre el Sida de las Naciones Unidas, que se celebrará del 8 al 10 de junio, los Estados miembros adoptarán una nueva declaración política con el fin de que la respuesta al VIH vuelva a situarse en la senda adecuada para alcanzar los objetivos en materia de sida. Tras los desiguales progresos alcanzados en la respuesta al VIH desde que en 2016 tuviera lugar la Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas para Poner Fin al Sida, la reunión de alto nivel de este año será el trampolín que nos permita entrar en una década de acción para conseguir reducir las desigualdades y eliminar todos aquellos factores sociales que no hacen sino alimentar la epidemia del VIH.
Con el objeto de conocer mejor las aspiraciones y esperanzas de la sociedad civil de cara a la reunión de alto nivel y la declaración política, ONUSIDA ha hablado con dos representantes de la sociedad civil quienes, ellos mismos, viven con el VIH. Jacqueline Rocha Côrtes (JRC) pertenece al Movimiento nacional de mujeres que viven con el VIH/sida (MNCP/Brasil), el Movimiento latinoamericano y caribeño de mujeres seropositivas (MLCM+) y el Instituto nacional de mujeres reasignadas (INAMUR/Brasil). Andrew Spieldenner (AS) es el director ejecutivo de Mpact. Los dos ya participaron en la redacción de la declaración de la sociedad civil para la reunión de alto nivel de 2021, en la que las organizaciones de la sociedad civil instan a los Estados miembros a concentrar los esfuerzos y recursos donde más se necesitan y a adoptar una declaración política que reconozca explícitamente quién corre más riesgos de contraer el VIH y admita por qué es así, y mediante la que se comprometan a financiar y apoyar plenamente las respuestas eficaces al VIH, y a responsabilizar a los Estados miembros de sus acciones.
¿Cuál es el propósito de la declaración de la sociedad civil que ustedes publicaron antes de la reunión de alto nivel?
JRC: Nuestra declaración de la sociedad civil persigue varios fines. En primer lugar, reunir las principales aportaciones de la sociedad civil de todo el mundo con relación a lo que se espera que se incluya en la declaración política sobre el sida de 2021. En segundo lugar, la declaración de la sociedad civil es una herramienta tanto para movilizar los esfuerzos de la comunidad a nivel local y regional, como para armonizar y dar fuerza a nuestras respectivas posiciones con el fin de construir una posición comunitaria más fuerte, para que en todo el mundo se escuchen nuestras peticiones.
AS: La declaración de la sociedad civil previa a la reunión de alto nivel es una declaración clara de los valores, las preocupaciones y las necesidades de todas nuestras comunidades. Mientras que los Estados miembros parecen seguir más preocupados por la política, la sociedad civil sigue prestando cada vez más atención y situando en el centro a las personas más afectadas por el VIH, quienes pertenecen a esas mismas poblaciones que son más marginadas por las leyes y políticas punitivas de los Gobiernos. Como sociedad civil, queremos asegurarnos de que los Estados miembros entiendan nuestra posición, con la esperanza de que apoyen nuestro trabajo y a las comunidades en el desarrollo de la declaración política.
¿Cuáles son las principales peticiones de la sociedad civil a los Estados miembros?
JRC: Desde mi punto de vista, lo que principalmente se hace es demostrar y recordar a los Estados miembros lo fuertes que somos y nuestra enorme capacidad para movilizar y guiar en lo que se necesita para poner fin al sida. Es una oportunidad para alzar la voz y decir que nosotros, las comunidades, estamos vivas y atentas, aún más en momentos como este, en los que la pandemia de la COVID-19 ha tenido un impacto tan negativo en la respuesta al sida. También es una llamada a organizaciones internacionales y multilaterales.
AS: Necesitamos que los Estados miembros reconozcan el impacto desproporcionado del VIH en los trabajadores sexuales, las personas que consumen drogas, las personas trans, los gais y los hombres bisexuales. Deben darse cuenta de que tienen que priorizar las necesidades de los grupos de población clave en la respuesta al VIH. Queremos que los Estados miembros apoyen la realización de las intervenciones necesarias para el VIH, como la educación integral sobre sexualidad, la reducción del daño en todas sus formas y la prevención y el tratamiento del VIH. No cesaremos hasta que los Estados miembros velen por los derechos y la salud en materia sexual y reproductiva. Queremos que los Estados miembros sean flexibles con los aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio (ADPIC) con las tecnologías del VIH. Asimismo, necesitamos que financien totalmente la respuesta al VIH.
¿Cuáles son las expectativas de las comunidades y las organizaciones de la sociedad civil de cara a la próxima reunión de alto nivel y la nueva declaración política?
JRC: En la declaración política, esperamos ver un estándar mínimo de lenguaje amplio y progresivo que incluya a todo el mundo, para dejar claro que, cuando nos referimos a la respuesta al sida, hablamos de los derechos humanos, la flexibilidad de los acuerdos comerciales, la financiación de la respuesta al sida, las respuestas lideradas por la comunidad, y la reducción y eliminación de la violencia de género. Deseamos que la declaración política incluya compromisos firmes para cumplir los muchos objetivos aún sin alcanzar que se establecieron en la declaración política de 2016 y en otras declaraciones políticas. También querríamos que se trabajara para hacer realidad lo que más recientemente se estableció como prioritario en la Estrategia Mundial contra el Sida 2021-2026 de ONUSIDA, que fue acordada por muchos países y a través de la cual se hace un llamamiento para eliminar las desigualdades, de modo que se pueda poner fin al sida para 2030.
También esperamos que el lenguaje técnico correcto desde el punto de vista político no sirva como velo para cubrir intereses particulares, de manera que acaben dejándose a un lado cuestiones como la diversidad sexual y humana, la salud sexual y los derechos reproductivos, y la reducción y eliminación gradual de las leyes punitivas que estigmatizan aún más a las personas y castigan a los ciudadanos, quienes a menudo son encarcelados o asesinados simplemente por ser quienes son.
AS: Como sociedad civil y comunidades, esperamos que los Estados miembros apoyen la Estrategia Mundial contra el Sida 2021-2026. Sabemos que algunos Estados miembros estarán en contra del lenguaje que describe a los grupos de población clave, así como puede que tampoco estén de acuerdo con las intervenciones clave contra el VIH, incluidas la reducción del daño, la educación integral sobre sexualidad y las flexibilidades de los ADPIC. Ojalá que los Estados miembros se comprometan a aceptar apoyar todo aquello que sabemos que es tan necesario para seguir avanzando en la respuesta al VIH.
Algunos Estados miembros siguen siendo reticentes a avanzar en la agenda en lo que respecta a los grupos de población clave, el consumo de drogas y la criminalización del trabajo sexual. ¿Qué mensaje querría transmitirles?
JRC: Les diría que, les guste o no, la humanidad nunca será lineal, que es lo que persiguen algunos de sus proyectos políticos, económicos e incluso sociales, los cuales intentan dictar el curso de las vidas humanas, sobre las que las autoridades no tienen ninguna gobernabilidad ni derechos. De la misma manera que los Estados miembros de las Naciones Unidas recurren a la soberanía nacional para adoptar o no ciertas medidas, la gente tiene una autonomía inalienable para decidir qué es lo mejor para sus vidas y cómo quiere vivir.
Es imprescindible que los Estados miembros reconozcan la existencia y los derechos de los grupos de población clave.
Como mujer transexual reasignada que lleva 27 años viviendo con el VIH, no puedo evitar insistir en que, si queremos acabar con las desigualdades, tendremos que aceptar y cuidar la diversidad humana.
AS: Tras casi 40 años de VIH, la carga desproporcionada del virus sigue recayendo sobre los grupos de población clave, incluidas las personas que consumen drogas, los trabajadores sexuales, los gais, los hombres bisexuales y las personas trans. Nunca podremos poner fin a la epidemia del VIH si no situamos en el centro las necesidades de los grupos de población clave, incluyéndose aquí la mayor implicación de las personas que viven con el VIH. Si los Estados miembros siguen ignorando nuestras necesidades, marginando a nuestras comunidades y legislando contra nosotros, la epidemia del VIH continuará avanzando, sin importar en absoluto los logros tecnológicos para responder al sida.
Una vez adoptada la declaración política, ¿cuál será el papel de la sociedad civil para hacerla realidad sobre el terreno?
JRC: Nosotros haremos lo que siempre hemos hecho: seguiremos reivindicando y tratando de influir en la política. Supervisaremos y movilizaremos, lucharemos, llevaremos a cabo el trabajo liderado por la comunidad y proporcionaremos respuestas a la comunidad, construiremos y actuaremos con solidaridad, respetaremos la dinámica interna de los diversos sectores, incluidos los Gobiernos, pero seguiremos defendiendo nuestros derechos y exigiendo que las autoridades gubernamentales hagan su trabajo y cumplan con sus compromisos y deberes.
Y contamos con ONUSIDA, uno de nuestros socios más valiosos, y con otros organismos de las Naciones Unidas.
AS: Las redes mundiales de grupos de población clave llevan tiempo defendiendo los mecanismos de rendición de cuentas y respuestas liderados por la comunidad. Gracias a la financiación multilateral y filantrópica, podremos seguir apoyando los esfuerzos de todas las personas tanto local como regionalmente. Desgraciadamente, el espacio y la financiación concedidos a la sociedad civil se han reducido tanto, que estamos ante un gran reto. Necesitamos un apoyo multilateral y filantrópico para continuar llevando a cabo nuestra labor.
Nuestra acción


Press Release
El secretario general de las Naciones Unidas insta a centrarse más en acabar con las desigualdades para poner fin a la epidemia de sida
30 Abril 2021 30 Abril 2021Cuarenta años después de que se registraran los primeros casos de sida y a pocas semanas de la reunión de alto nivel de la Asamblea General sobre el VIH y el sida, el secretario general de las Naciones Unidas ha publicado un nuevo informe con recomendaciones y objetivos para que el mundo vuelva a enderezar el rumbo para acabar con el sida
NUEVA YORK, 30 de abril de 2021—El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, ha advertido de que, a pesar de las intensas medidas y los progresos realizados contra el VIH en algunos lugares y grupos de población, la epidemia del VIH sigue expandiéndose en otros, y ha publicado 10 recomendaciones clave.* Si todos los países las cumplen, se pondrá fin a la pandemia del sida como amenaza para la salud pública antes del fin de 2030, como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En un nuevo informe, Superar las desigualdades y enderezar el rumbo
para acabar con el sida de aquí a 2030, el secretario general de las Naciones Unidas insta al mundo a abordar las desigualdades que están ralentizando el progreso.
"Es imprescindible romper el ciclo insostenible y cada vez más costoso de avanzar tan despacio en la lucha contra el VIH, pero nunca lo suficiente para poner fin a la pandemia", afirmó Guterres en el informe. "La desigualdad es la razón principal de que no se cumplieran las metas mundiales fijadas para 2020. Para acabar con la desigualdad, hay que lograr resultados transformadores para las personas que viven con el VIH, las comunidades y los países".
Los objetivos mundiales establecidos en la Declaración Política sobre el VIH y el Sida de la Asamblea General de 2016 se incumplieron en gran medida, lo que permitió que la pandemia de sida creciera en muchas regiones y países. Los alarmantes 1,7 millones de nuevas infecciones por el VIH que se produjeron en 2019 son más de tres veces superiores al objetivo de 2020 de menos de 500 000 nuevas infecciones. Además, las 690 000 muertes relacionadas con el sida en 2019 superan considerablemente el objetivo de 2020 de reducir las muertes a menos de 500 000 al año.
"Poner fin a la epidemia de sida como amenaza para la salud pública para 2030 sigue estando a nuestro alcance: muchos países están demostrando que es posible avanzar rápidamente en la respuesta al VIH cuando se adoptan estrategias basadas en pruebas y enfoques basados en los derechos humanos", afirmó la directora ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima. "Pero requiere un liderazgo político audaz para desafiar y abordar las injusticias y desigualdades sociales que siguen convirtiendo a ciertos grupos de personas y comunidades enteras en altamente vulnerables a la infección por el VIH".
El informe muestra que la COVID-19 ha ocasionado contratiempos adicionales. El secretario general de las Naciones Unidas advirtió de que la COVID-19 no es una excusa para no alcanzar los objetivos en materia de sida, sino más bien una dura advertencia para los países de que no pueden permitirse seguir invirtiendo menos de lo debido en la preparación y las respuestas a la pandemia.
Al mismo tiempo, la pandemia de COVID-19 ha servido para destacar los numerosos beneficios indirectos de las inversiones relacionadas con el VIH en materia de salud y desarrollo. La prestación de servicios liderada por la comunidad, que debe su origen a la respuesta al VIH, está ayudando a superar los enormes impedimentos originados por la COVID-19.
El conjunto de 10 recomendaciones para volver a poner el mundo en marcha incluye: abordar las desigualdades y llegar a todas las personas que viven con el VIH o corren el riesgo de infectarse para reducir las nuevas infecciones anuales por el VIH a menos de 370 000 y las muertes anuales relacionadas con el sida a menos de 250 000 para 2025; dar prioridad a la prevención del VIH para garantizar que el 95% de las personas en riesgo de infectarse tengan acceso a opciones eficaces de prevención para 2025; y eliminar las nuevas infecciones por el VIH entre los niños.
El informe subraya que es fundamental abordar los factores sociales y estructurales que perpetúan las desigualdades. Destaca, por ejemplo, cómo la desigualdad de género, respaldada por unas normas de género perjudiciales, restringe el uso por parte de las mujeres de los servicios de VIH y de salud sexual y reproductiva al perpetuar la violencia de género y limitar el poder de decisión, incluida la capacidad de las mujeres y las niñas para rechazar las relaciones sexuales no deseadas, negociar unas relaciones sexuales más seguras y mitigar el riesgo de infectarse por el VIH.
También muestra cómo las comunidades vulnerables, marginadas y criminalizadas, como los hombres homosexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, las personas que consumen drogas, los trabajadores sexuales, las personas transgénero, los reclusos y los migrantes también siguen corriendo un mayor riesgo de infección por el VIH que la población general, puesto que no reciben información esencial ni servicios de tratamiento, prevención y atención del VIH.
El secretario general de las Naciones Unidas describe cómo las comunidades de personas que viven con el VIH, las que corren el riesgo de infectarse y las que están afectadas por el VIH son la columna vertebral de la respuesta al VIH. Las iniciativas lideradas por las personas que viven con el VIH, las mujeres, los grupos de población clave, los jóvenes y otras comunidades afectadas han identificado y abordado las principales desigualdades y deficiencias en los servicios, han defendido los derechos de sus integrantes y han ampliado el alcance, la escala y la calidad de los servicios sanitarios.
En el informe, el Sr. Guterres aplaude la reciente Estrategia Mundial sobre el Sida 2021-2026 adoptada por ONUSIDA. Poner fin a las desigualdades, poner fin a la epidemia de sida. "Las lecciones de los países, ciudades y comunidades que han acelerado con éxito sus respuestas al VIH en los últimos cinco años son imprescindibles para la Estrategia Mundial sobre el Sida 2021-2026 de ONUSIDA", dijo el Sr. Guterres. “La comunidad internacional del sida y ONUSIDA ha centrado el desarrollo de su estrategia en las desigualdades. Esta cuenta con nuevos objetivos ambiciosos, granulares y confeccionados para llegar primero a los más rezagados”.
El informe se publica 25 años después de la creación de ONUSIDA y explica la forma en que la COVID-19 ha puesto de manifiesto ciertas desigualdades sociales y deficiencias en el sistema sanitario. El secretario general de las Naciones Unidas señala que el mundo debería aprovechar la experiencia de la respuesta a la pandemia del sida para fortalecer los sistemas sanitarios de todo el mundo y mejorar la preparación de cara a una pandemia. También apela a una mayor solidaridad mundial que permita cerrar la brecha de recursos para el VIH y aumentar las inversiones anuales para el VIH en los países de renta media y baja a 29 000 millones de dólares para 2025.
*Las 10 recomendaciones que se recogen en el informe del Secretario General de las Naciones Unidas:
- Reducir y eliminar las graves desigualdades interseccionales que impiden erradicar el sida.
- Priorizar la prevención del VIH y asegurarse de que el 95 % de las personas expuestas al riesgo de infección por el VIH puedan acceder y acogerse a distintos programas combinados de prevención adecuados, priorizados, centrados en las personas y eficaces de aquí a 2025.
- Subsanar las deficiencias en la detección, tratamiento y supresión del VIH que limitan la eficacia de la respuesta al virus y cumplir, de aquí a 2025, las metas 95–95–95 relativas a la detección y el tratamiento en todas las subpoblaciones, grupos de edad y entornos geográficos, incluidos los niños que viven con el VIH.
- Erradicar la transmisión vertical del VIH y acabar con el sida en los pacientes pediátricos.
- Colocar la igualdad de género y los derechos humanos de mujeres y niñas en toda su diversidad en el centro de las iniciativas para mitigar el riesgo y el impacto del VIH.
- Aplicar el MPPVS (mayor participación de las personas que viven con el VIH y el sida) y empoderar a las comunidades de personas que viven con el VIH, las mujeres, los adolescentes y los jóvenes y las poblaciones clave para que puedan participar de forma decisiva en la respuesta al VIH.
- Respetar, proteger y hacer valer los derechos humanos de las personas que viven con el VIH, en riesgo de contraerlo y afectadas por el virus, y garantizar, de aquí a 2025, que menos del 10 % de las personas que viven con el VIH y de las poblaciones clave sean estigmatizadas y discriminadas.
- Impulsar la solidaridad internacional para subsanar las carencias de recursos en la respuesta al VIH y aumentar la inversión anual en el VIH en los países de ingreso bajo y mediano hasta alcanzar los 29.000 millones de dólares de aquí a 2025.
- Avanzar rápidamente en pos de la cobertura sanitaria universal y afianzar los sistemas de atención primaria de salud, reconstruir mejor y de manera más justa después de la COVID-19 y las crisis humanitarias, y mejorar la seguridad sanitaria y la preparación de cara a futuras pandemias en todo el mundo.
- Aprovechar los 25 años de experiencia, conocimientos especializados y mandatos del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) para desarrollar una colaboración multisectorial y basada en derechos con múltiples interesados con miras a erradicar el sida y garantizar la salud de todas las personas como bien público mundial.
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Documents
Cómo establecer la vigilancia dirigida por la comunidad de los servicios de VIH — Principios y procesos
25 de febrero de 2021
El objetivo de este documento es describir los principios de la vigilancia dirigida por la comunidad, delinear un enfoque para establecer sus actividades y explorar los factores que favorecen y obstaculizan su efectividad. Debe contribuir a establecer plataformas nacionales por medio de las cuales esta vigilancia pueda proveer datos principalmente relacionados con la prestación de servicios del HIV. El marco descrito también contempla una estructura para facilitar el compromiso de los asociados externos. Véase también Preguntas frecuentes
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