Community mobilization

La sororidad y la información como respuesta a la violencia de género

15 de diciembre de 2023

En el tranquilo rincón de un centro comunitario de Ciudad de Guatemala, Emma -nombre ficticio-, de 29 años, está sentada entre otras mujeres a las que no conoce. En los rostros y gestos de cada una de ellas, se puede ver que todas llevan sobre sus hombros el peso de la violencia y la injusticia.

Los primeros y sutiles rayos de sol llenan poco a poco la habitación; la calma y el confort invitan a Emma y a las demás a sentir más relajados sus corazones y sus almas. Con ojos cansados, manos pequeñas y un corazón marcado por la violencia, mira a su alrededor, absorbe la energía del lugar y respira hondo mientras espera el comienzo de una sesión de terapia y una charla informativa sobre el VIH.

Al comenzar la sesión de terapia, Emma comparte tímida y cautelosamente sus experiencias con Wendi Polanco, quien desde 2019 se ha convertido en una mano amiga para muchas mujeres golpeadas por la violencia de género. A través de Latiendo Juntas, la organización que lidera en Guatemala, Wendi demuestra claramente que la sororidad funciona y es transformadora.  

Con el apoyo de ONUSIDA, Latiendo Juntas coordina un proyecto para mejorar el acceso de las mujeres supervivientes de la violencia a servicios integrales de salud, incluidas las pruebas y la atención de las infecciones de transmisión sexual (ITS) y el VIH. También contribuyen a su resiliencia y empoderamiento concienciándolas sobre los derechos humanos, incluidos sus derechos sexuales y reproductivos, mediante terapias de grupo y charlas informativas sobre el VIH, que proporcionan datos y una plataforma para el diálogo abierto, fomentando un entorno sin prejuicios.

"La sala se convierte en un santuario donde se reconoce el dolor de mujeres como Emma y tantas otras", dice Wendi. "El centro comunitario es un refugio para ellas, y con el calor del sol se teje una red de apoyo entre las mujeres. Me siento aliviada cuando veo cómo el peso sobre sus hombros empieza a disminuir".

A lo largo de estas sesiones de terapia, Emma y otras mujeres descubren consuelo y empoderamiento. Los recorridos terapéuticos ofrecidos en Latiendo Juntas se convierten en un catalizador para su resiliencia, liberación y autocuidado.

La relación entre el VIH y la violencia contra las mujeres es un problema generalizado, ya que la violencia de género aumenta la vulnerabilidad de las mujeres a la infección por el VIH. Las mujeres que sufren violencia pueden tener dificultades para negociar prácticas sexuales seguras, incluido el uso del preservativo, lo que aumenta su riesgo de contraer el VIH. Además, el miedo a la violencia puede disuadir a las mujeres de buscar pruebas, tratamiento y apoyo para el VIH, perpetuando el ciclo de violencia y silencio y limitando su acceso a recursos sanitarios críticos y esenciales.

La violencia contra las mujeres en Guatemala es endémica y puede describirse como una pandemia en la sombra. Cuando se trata de feminicidio, el asesinato intencionado de mujeres por el hecho de serlo, el país tiene una de las tasas más altas del mundo.

"Abordar la intersección del VIH y la violencia contra las mujeres requiere esfuerzos integrales que incluyan la educación, la capacitación y el desmantelamiento de los desequilibrios de poder basados en el género", afirma Irene Izquieta, asesora de ONUSIDA sobre derechos y género para Guatemala, Honduras y Nicaragua.

Que lideren las comunidades

Informe entero

Resumen 

En las vísperas del Día Mundial del Sida, ONUSIDA pide apoyo urgente para que las comunidades lideren la lucha para poner fin al sida

28 de noviembre de 2023

Un nuevo informe de ONUSIDA demuestra el papel fundamental que desempeñan las comunidades en la respuesta al VIH y cómo la financiación insuficiente y las barreras perjudiciales están impidiendo su trabajo para salvar vidas y obstaculizan acabar con el sida.

LONDRES/GINEBRA, 28 de noviembre de 2023. A medida que se acerca el Día Mundial del Sida (1 de diciembre), ONUSIDA insta a los gobiernos de todo el mundo a liberar el poder de las comunidades locales para liderar la lucha para poner fin al sida. Un nuevo informe de ONUSIDA, Que lideren las comunidades, muestra que el sida puede dejar de ser una amenaza para la salud pública antes de 2030, pero solo si las comunidades de primera línea reciben todo el apoyo necesario de los gobiernos y los donantes.

«Las comunidades de todo el mundo han demostrado que están preparadas y dispuestas y que son capaces de liderar la ruta a seguir. Pero necesitan eliminar las barreras que obstaculizan su trabajo y disponer de los recursos adecuados para poder ampliar su contribución», afirmó Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA. «Con demasiada frecuencia, los responsables de la toma de decisiones tratan a las comunidades como problemas que deben gestionarse, en lugar de ser reconocidas y apoyadas como líderes. Las comunidades no se interponen en la ruta a seguir, sino que iluminan la ruta para poner fin al sida».

El informe, presentado en Londres durante un evento del Día Mundial del Sida encabezado por la organización de la sociedad civil STOPAIDS, muestra cómo las comunidades han sido la fuerza impulsora del progreso.

La defensa de la comunidad desde las calles hasta los tribunales y los parlamentos ha garantizado cambios revolucionarios en la política. La campaña de las comunidades ayudó a abrir el acceso a los medicamentos genéricos para el VIH, lo que condujo a reducciones considerables y sostenidas en el coste del tratamiento antirretroviral de 25 000 USD por persona y año en 1995 a menos de 70 USD en muchos de los países más afectados por el VIH a día de hoy.

Que lideren las comunidades muestra que invertir en programas contra el VIH dirigidos por la comunidad aporta beneficios transformadores. Establece cómo los programas realizados por organizaciones comunitarias en Nigeria se asociaron con un aumento del 64 % en el acceso al tratamiento del VIH, una duplicación de la probabilidad de uso de los servicios de prevención del VIH y un aumento cuádruple en el uso constante del preservativo entre las personas en riesgo de contraer el VIH. Señala también cómo entre los trabajadores sexuales, a los que llegó un paquete de intervenciones entre iguales en la República Unida de Tanzania, la tasa de incidencia del VIH se redujo a menos de la mitad (5 % frente al 10,4 %).

«Somos el vehículo del cambio que puede poner fin a las sistemáticas injusticias que siguen impulsando la transmisión del VIH. Hemos visto desarrollos revolucionarios con U=U, hemos mejorado el acceso a los medicamentos y hemos hecho grandes avances en la descriminalización», afirmó Robbie Lawlor, cofundador de Access to Medicines Ireland. «Sin embargo, se espera de nosotros que movamos montañas sin ningún apoyo financiero. Se supone que luchamos por un mundo más equitativo y tenemos la tarea de desmantelar el estigma, pero nos dejan fuera de debates que son cruciales. Estamos en un punto de inflexión. Las comunidades ya no pueden relegarse a la periferia. Ahora es el momento del liderazgo».

El informe destaca cómo las comunidades están a la vanguardia de la innovación. En Windhoek, Namibia, un proyecto autofinanciado por el Grupo de Capacitación de la Juventud está utilizando bicicletas eléctricas para proporcionar medicamentos contra el VIH, alimentos y apoyo a los jóvenes para comprobar que siguen las normas necesarias, ya que a menudo no pueden asistir a las clínicas debido a sus horarios escolares. En China, las organizaciones comunitarias desarrollaron aplicaciones para teléfonos inteligentes que facilitan el autodiagnóstico, lo que contribuyó a que el aumento de las pruebas del VIH fuese casi cuatro veces mayor en todo el país entre 2009 y 2020.

El informe revela cómo las comunidades también están haciendo que los proveedores de servicios sean responsables. En Sudáfrica, cinco redes comunitarias de personas que viven con el VIH inspeccionaron 400 centros en 29 distritos y realizaron más de 33 000 entrevistas con personas que viven con el VIH. En la provincia del Estado Libre, estos resultados llevaron a los funcionarios de salud provinciales a implementar nuevos protocolos de citas para reducir los tiempos de espera en la clínica y dispensar medicamentos antirretrovirales para períodos de tres y seis meses.

A pesar de la clara evidencia de impacto dirigido por la comunidad, las respuestas dirigidas por la comunidad no son reconocidas, tienen pocos recursos y, en algunos lugares, incluso están en el punto de mira. La represión de la sociedad civil y de los derechos humanos de las comunidades marginadas dificulta que las comunidades proporcionen servicios de prevención y tratamiento del VIH. La subfinanciación de las iniciativas lideradas por la comunidad hace que tengan dificultades para seguir operando y les impide expandirse. Si se eliminan estos obstáculos, las organizaciones lideradas por la comunidad pueden añadir un impulso aún mayor para poner fin al sida.

En la Declaración política de 2021 para poner fin al sida, los Estados miembros de las Naciones Unidas reconocieron el papel crítico que desempeñan las comunidades en la prestación de servicios para el VIH, especialmente a personas en mayor riesgo de contraerlo. Sin embargo, mientras que en 2012, cuando más del 31 % de la financiación del VIH se canalizó a través de organizaciones de la sociedad civil, diez años más tarde, en 2021, solo el 20 % de la financiación para el VIH estaba disponible, un retroceso sin precedentes en los compromisos que ha costado y sigue costando vidas.

«En estos momentos, la acción liderada por la comunidad es la contramedida más importante en la respuesta al sida», dijo Solange Baptiste, directora ejecutiva de la Coalición Internacional de Preparación para el Tratamiento. «Sin embargo, sorprendentemente, no es una piedra angular de los planes, agendas, estrategias o mecanismos de financiación globales para mejorar la preparación y la salud de todos ante la pandemia. Es hora de cambiar eso».

Cada minuto se pierde una vida por el sida. Cada semana, 4000 niñas y mujeres jóvenes se infectan con el VIH, y de los 39 millones de personas que viven con el VIH, 9,2 millones no tienen acceso a tratamientos que salven vidas. Existe un camino que pone fin al sida. Se puede acabar con el sida antes de 2030, pero solo lo conseguiremos si las comunidades lideran.

ONUSIDA insta a: Convertir los roles de liderazgo de las comunidades en el núcleo de todos los planes y programas para el VIH; financiar los roles de liderazgo de las comunidades de forma completa y fiable; y eliminar las barreras a los roles de liderazgo de las comunidades.

El informe incluye nueve ensayos de invitados de líderes comunitarios, en los que comparten su experiencia sobre los logros que han alcanzado, las barreras a las que se enfrentan y lo que el mundo necesita para poner fin al sida como amenaza para la salud pública.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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Hoja informativa — Últimas estadísticas sobre el estado de la epidemia de sida

Las ciudades lideran la consecución de objetivos clave en la respuesta al VIH

27 de septiembre de 2023

Las ciudades se han reunido en Ámsterdam para celebrar la conferencia anual sobre la Acción acelerada en las ciudades entre los días 25 y 27 de septiembre de 2023. En ella, han compartido diversas iniciativas con el fin de poder lograr los objetivos clave del VIH.

En Nairobi, Kenia un análisis detallado de la situación ayudó al condado a entender mejor las carencias en la respuesta al VIH y a identificar las actuaciones prioritarias. Los datos mostraron la falta de puntos de servicios sanitarios, especialmente para los grupos de población clave y los jóvenes que viven en asentamientos informales.
 Además, el estigma social y la discriminación también provocan el distanciamiento de las personas.  Zipporah Achieng puede atestiguarlo, ya que la joven vive con el VIH en las polvorientas calles de Kibera, uno de los numerosos asentamientos informales.  «Antes, la vida no era sencilla, los trabajadores sanitarios no estaban bien entrenados y, cuando veían a los jóvenes entrar en el hospital, empezaban a juzgarles, discriminándoles».

El condado de Nairobi, con el respaldo de Acción acelerada en las ciudades, el proyecto conjunto de ONUSIDA y la Asociación Internacional de Proveedores de Atención al Sida (IAPAC, por sus siglas en inglés) financiado por la Fundación de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, ha desarrollado actividades para fomentar la concienciación, hacer frente a las vulnerabilidades y reducir la discriminación con el foco puesto especialmente en los jóvenes. Los asentamientos informales comprenden el 60% de la población de Nairobi a pesar de que ocupan menos del 10% de la ciudad. En un periodo de cinco años, los miembros de la comunidad han trabajado mano a mano con los profesionales sanitarios en el establecimiento de 30 centros de salud para la población joven, los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres y los trabajadores sexuales.  Consecuentemente, el estigma social contra las personas que viven con el VIH se ha visto reducido, mientras que la aceptación del VIH y otros servicios sanitarios ha aumentado considerablemente en este tiempo.   

La Sra. Achieng es ahora educadora inter pares. Comparte su experiencia abiertamente en la comunidad e incentiva a las personas a que acudan a la clínica.  «Ahora sé qué es lo correcto y qué no. Estoy contenta porque la vida ha cambiado. La vida es bonita, hay medicina, hay apoyo y simplemente soy feliz», explicó la Sra. Achieng.

El compromiso adoptado por Nairobi para acelerar los servicios relativos al VIH prestados tanto a los jóvenes como a los grupos de población clave no solo ha contribuido a alcanzar los objetivos de salud pública de la ciudad, sino que también ha sentado un inspirador precedente para otros centros urbanos del país.

El debate en relación con los actos sexuales y con el VIH en Indonesia continúa siendo tabú y la información al respecto es escasa. Como consecuencia, los conocimientos acerca del VIH son limitados, especialmente entre los jóvenes. En el año 2018, ONUSIDA creó una aplicación de conversación informática en línea llamada Tanya Marlo, que se integró en la popular aplicación de mensajería LINE. «Encontrar información fiable sobre el VIH y la salud sexual era tremendamente difícil antes de que Marlo existiera. Resultaba complejo obtener la información adecuada», señaló Arisdo González, un usuario de la aplicación.

El apoyo prestado por la iniciativa Acción acelerada en las ciudades ha permitido a este programa piloto crecer hasta convertirse en una herramienta clave para llegar a los jóvenes y para aumentar tanto la prevención del VIH como la realización de sus pruebas.

Solo el año pasado, se registraron 200 000 interacciones en redes sociales y una media de 100 usuarios reciben asesoramiento cada mes. «Tanya Marlo ha causado sensación entre los jóvenes de Indonesia», indicó Tina Boonto, directora nacional de ONUSIDA en Indonesia. «Los jóvenes pueden hablar con Marlo a cualquier hora, en cualquier lugar y en secreto, nadie tiene por qué enterarse». Para garantizar su sostenibilidad y su futuro desarrollo, el grupo comunitario YKS ha tomado las riendas de la gestión de la aplicación.

Kiev se sumó a la iniciativa Acción acelerada en las ciudades en el año 2016 y ha progresado notablemente hacia los objetivos clave del VIH hasta que Rusia declaró la guerra a Ucrania. Muchas personas temieron que los tratamientos, los servicios para el VIH y la divulgación al respecto se desintegrasen.  Gracias a los fondos de emergencia y al respaldo del proyecto Acción acelerada en las ciudades, se realizaron varias intervenciones para ayudar a aquellos que lo necesitan. En concreto, se centraron en los miembros de grupos de población clave y vulnerable, como las personas que se inyectan drogas y los miembros de la comunidad LGTBIQ+. «Desde la invasión, hemos logrado mantener el número de pruebas realizadas, no hemos perdido ningún paciente y hemos garantizado el acceso continuo a la terapia antirretroviral», afirmó el doctor Vitali Kazeka, director del centro contra el sida de Kiev.

Uno de los principales logros de Kiev es el establecimiento de refugios diseñados para satisfacer las necesidades específicas de los grupos de población clave afectados por el VIH. Estos refugios ofrecen un entorno favorable y seguro, así como servicios sanitarios, servicios de asesoramiento, programas de reducción de daños y educación básica sobre la prevención del VIH. «El proyecto Acción acelerada en las ciudades logra que las personas que viven con el VIH y las que pertenecen a grupos de población clave se sientan ciudadanos en igualdad de condiciones. Ven que hay iniciativas especiales que se preocupan por ellos y por su futuro», declaró Nataliia Salabai, persona de enlace de Acción acelerada en las ciudades de ONUSIDA en Kiev.

En diciembre de 2014, se lanzó el proyecto Acción acelerada en las ciudades y desde entonces ha llegado a más de 500 ciudades y municipios que se han comprometido a acelerar su respuesta local frente al VIH, la tuberculosis y la hepatitis viral para lograr el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 3.3 en 2030.

Hoy en día, más de la mitad de la población mundial vive en ciudades, donde reside una parte importante, que va en aumento, de las personas que viven con el VIH, la tuberculosis y otras enfermedades. El riesgo de contraer el VIH y tuberculosis y la vulnerabilidad ante estas infecciones a menudo son mayores en las zonas urbanas que en las rurales debido a dinámicas urbanas, como las redes de contactos sociales, las migraciones, el desempleo y las desigualdades sociales y económicas.

In five years, 30 friendly health centres opened in informal settlements in Nairobi

Jakarta, Indonesia: Meet Chatbot Marlo

Despite war, Kyiv HIV outreach remains solid

Fast-Track Cities' initiatives to end AIDS

El nuevo centro colaborador de ONUSIDA en Georgetown aprovecha los puntos fuertes del derecho, los reglamentos y la política en materia de VIH/sida

12 de abril de 2023

WASHINGTON D.C., 12 de abril de 2023El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) ha designado hoy la iniciativa Global Health Policy and Politics de Georgetown centro colaborador de las Naciones Unidas para apoyar y hacer avanzar las políticas y leyes que afectan al VIH/sida con el preponderante objetivo de abordar las desigualdades que impulsan la pandemia.

En colaboración con la Georgetown School of Health y el O’Neill Institute for National & Global Health Law, la iniciativa Global Health Policy and Politics aprovecha los conocimientos académicos y técnicos de los expertos en política y derecho de toda la Universidad de Georgetown. Matthew Kavanagh, Director de la iniciativa Global Health Policy and Politics del O'Neill Institute y profesor adjunto de salud mundial en la School of Health, será quien dirija el centro colaborador.

"Las fuerzas jurídicas y políticas siguen configurando no solo el sida, sino todas las pandemias de nuestro tiempo. Con Kavanagh como líder, esta nueva relación con el centro colaborador ayudará a reforzar el trabajo que realizó en ONUSIDA durante el último año y medio y a profundizar nuestros esfuerzos conjuntos para crear el entorno jurídico y político necesario para acabar con el sida", declaró Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA, durante una visita a Georgetown el 12 de abril.

De septiembre de 2021 a enero de 2023, Kavanagh fue Director Ejecutivo Adjunto Interino de ONUSIDA y Asesor Especial de Byanyima en la creación de una nueva rama de política, activismo y conocimiento en ONUSIDA. Kavanagh asentó las bases para lograr la nueva y ambiciosa Estrategia Mundial contra el Sida, centrada en acabar con las desigualdades que subyacen a esta persistente pandemia.

"En nuestro centro colaborador estamos deseando trabajar con compañeros de las Naciones Unidas de todo el Programa Conjunto para profundizar en los determinantes políticos de la salud y contribuir a la elaboración de leyes y políticas que ayuden a poner fin a la pandemia de VIH/sida y a aumentar la resiliencia ante futuras pandemias", declaró Kavanagh. "Junto a mis compañeros de salud global en el O'Neill Institute, en la School of Health y a través del Global Health Georgetown Institute, podremos amplificar nuestro trabajo colectivo para seguir avanzando en el uso eficaz del derecho y la política en respuesta a los desafíos de salud pública mundial, incluido el VIH".

El trabajo de la iniciativa Global Health Policy & Politics incluye el HIV Policy Lab, un esfuerzo conjunto entre la Universidad de Georgetown, ONUSIDA y la Red Mundial de Personas que Viven con el VIH para documentar, monitorizar y, en última instancia, mejorar los entornos políticos relacionados con el VIH en todo el mundo, así como trabajar en el seguimiento dirigido por la comunidad y en la investigación en ciencias sociales sobre los factores políticos determinantes de la salud.  La iniciativa se creó en el O’Neill Institute, uno de los principales institutos de derecho y política sanitarios que considera que el derecho es una herramienta esencial para resolver problemas de salud críticos en el mundo.

“Estamos encantados de poder colaborar con ONUSIDA para lanzar este innovador centro colaborador”, declaró Lawrence O. Gostin, Juris Doctor y Decano del O’Neill Institute, también designado centro colaborador de la OMS. “Durante los últimos 15 años, la misión del O’Neill Institute ha sido luchar por la sanidad y la justicia promoviendo leyes y políticas con el objetivo de afrontar los críticos retos sanitarios en todo el mundo. El sida ha cambiado el mundo y ha demostrado el poder de la movilización social. Bajo la extraordinaria dirección de Matt Kavanagh y en colaboración con la School of Health, el centro va a marcar una gran diferencia en la salud pública y justicia mundiales. Estoy orgulloso de que podamos trabajar en estrecha colaboración con ONUSIDA”.

“Esta colaboración refleja nuestro compromiso con la equidad y presenta nuevas oportunidades interdisciplinares a estudiantes y profesores para potenciar sus conocimientos y formular políticas en el nexo entre desigualdad, derecho, política y VIH”, detalló Christopher J. King, decano de la School of Health, un hogar para que académicos y estudiantes puedan trabajar colaborando entre disciplinas para abordar la salud y el bienestar humanos desde diferentes perspectivas. “También somos muy afortunados de trabajar junto a los miembros de la facultad del Global Health Institute de Georgetown, los cuales aportan importantes conocimientos académicos y fortalezas técnicas en muchos aspectos del trabajo en la lucha contra el VIH/sida”.

Firmado hoy mismo, este acuerdo establecido con el centro colaborador proporciona un marco para el diálogo y la cooperación interinstitucionales. En los meses siguientes, las instituciones trabajarán para poner en marcha un conjunto de actividades centradas en la desigualdad, para celebrar reuniones formales y bilaterales de consulta y para ayudar a compartir datos y análisis políticos en los próximos años.

ONUSIDA

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El refugio LGTBIQ+ en Leópolis supone un salvavidas para los desplazados ucranianos

27 de febrero de 2023

Oleg Kucherenko (nombre ficticio) viajó desde el este de Ucrania a Leópolis, en el oeste del país, cuando su capital, Jersón, fue ocupada por las Fuerzas Armadas de la Federación de Rusia.  Él, como muchos otros representantes de la comunidad LGTBIQ+, buscaba desesperadamente un lugar seguro donde instalarse.

Su amigo le recomendó el grupo de Facebook de Alliance Global, la mayor comunidad LGTBIQ+ de Ucrania, que le ayudó a encontrar sitio en un refugio.

Una vez allí, consiguió comida, un lugar donde dormir, y pudo ponerse en contacto con sus amigos y compañeros gracias a generadores eléctricos y servicio de Internet. En él pueden instalarse hasta diez personas. El administrador del refugio, Vadim Pryzenko, lo considera un salvavidas.

El Sr. Pryzenko afirmó que «los huéspedes pueden obtener no sólo un lugar donde vivir, sino comida y apoyo social y psicológico». Y, además, apuntó que «para los que no viven aquí, proporcionamos ayuda humanitaria, comida, productos higiénicos e incluso apoyo económico individual».

Desde que comenzó la guerra hace un año, más de 7,9 millones de ucranianos huyeron al extranjero y otros 6,5 millones se han desplazado dentro del país. 

Debido a la creciente demanda de asilo para los desplazados internos que experimentó Alliance Global, varias organizaciones, entre ellas, la Fondation de France, la Organización Mundial para las Migraciones (OIM) y el Fondo de Emergencia para Ucrania de ONUSIDA, les ayudaron a crear el refugio. Este también ofrece atención sanitaria y servicios para el VIH.

Al Sr. Kucherenko le realizaron las pruebas del VIH, la hepatitis y otras enfermedades. Su prueba del VIH dio positivo. Rápidamente, se reunió con un trabajador social, Andriy Kharatin, quien lo acompañó al centro donde se llevan a cabo las pruebas del sida en Leópolis. Allí obtuvo la confirmación de su diagnóstico y se le realizaron pruebas adicionales.

«Varios días después, con nuestra ayuda para conectarle con el sistema sanitario, Oleg comenzó la terapia antirretrovírica», aseguró el Sr. Kharatin.

Ucrania, únicamente por detrás de la Federación de Rusia, sufre la segunda mayor epidemia de VIH en Europa Oriental y Asia Central (240 000 personas viven con el VIH de acuerdo con las estimaciones de 2022).

Antes de la guerra, el país avanzaba notablemente en la respuesta al sida: el número de personas que viven con el VIH con acceso al tratamiento antirretrovírico había aumentado en torno a un 60%.

Sin embargo, debido a su destrucción u ocupación, más de 30 instituciones sanitarias que proporcionaban servicios para el VIH han tenido que cesar sus operaciones, y se han interrumpido tanto la cadena logística como la de suministro.  A pesar de ello, Ucrania sigue ayudando a las personas que viven con el VIH. La sociedad civil ha desempeñado un papel crucial en su adaptación a la respuesta y consiguió implicar y llegar a las personas más necesitadas.

«Como médica, estoy muy contenta con la cooperación con Alliance Global», manifestó la Dra. Olena Pavlishina del Hospital Clínico de Leópolis.  «Gracias a esta cooperación tenemos la oportunidad de estar en contacto con los desplazados internos y con aquellas personas que no confían tanto en los médicos».

Ella señala que, en el pasado, los profesionales sanitarios se encargaban de gran parte del trabajo.

«Esta parte del trabajo que antes llevaban a cabo los trabajadores sanitarios ahora la realizan los trabajadores sociales y las organizaciones de la sociedad civil», apuntó la Dra. Pavlishina.

Y el Sr. Pryzenko no cree que esto pueda cambiar en un futuro cercano. Teme que, si la guerra se alarga, acudirán más personas al refugio y necesitarán disponer de servicios.

Entretanto, el Sr. Kucherenko reside y trabaja en Lutsk, no muy lejos de Leópolis. Recoge su suministro de medicamentos para el VIH de tres meses y se le enviará su próximo lote por correo postal cuando lo necesite. Además, mantiene el contacto con su trabajador social para recibir apoyo psicológico de forma online.

Un año después: Debemos mantener la respuesta al VIH en Ucrania

23 de febrero de 2023

Un año después, la guerra en Ucrania continúa infligiendo sufrimiento y destrucción masiva. Desde el comienzo de la guerra, el 24 de febrero de 2022, más de 13,5 millones de personas han sido desplazadas internamente o se han visto obligadas a huir a países vecinos como refugiados, incluidas las personas que viven con el VIH y grupos de población clave.

Ucrania, el país con la segunda mayor epidemia de sida de la región de Europa Oriental y Asia Central, se ha visto duramente afectada por la guerra.

El país estaba haciendo grandes progresos con respecto a la respuesta al sida como:  (a) aumentar el número de personas que viven con el VIH que reciben medicamentos que salvan vidas (más de 150.000 personas reciben tratamiento de las 240.000 que viven con el VIH); (b) trabajar mano a mano con las organizaciones de base comunitaria y (c) alcanzar la plena financiación estatal de servicios innovadores de prevención del VIH entre las poblaciones clave.

La conmoción de la guerra empujó a todas las partes interesadas a proteger esos preciados logros. 

El gobierno de Ucrania y los asociados de la sociedad civil han recibido suficiente terapia antirretrovírica (ARV), medicamentos contra la tuberculosis y terapia de sustitución de opiáceos (TSO) para proporcionar tratamiento ininterrumpido a todo el mundo con el respaldo del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, del Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del Sida (PEPFAR), de ONUSIDA, y de otros asociados.

La sociedad civil ha sido el motor de la respuesta nacional al sida junto con la Salud Pública de Ucrania antes de la guerra y durante el año. Sin excepción, han prestado servicios, medicamentos y ayuda humanitaria a los necesitados, a pesar de los bombardeos, los atentados, la falta de electricidad y el acceso reducido al este y al sur del país.

Este esfuerzo necesita tanto nuestra financiación como apoyo continuos.  No podemos permitir que la respuesta de Ucrania al VIH dé un paso atrás.

Las agencias de la ONU y sus organismos asociados en el territorio han estado cooperando estrechamente con las autoridades locales para llegar a los necesitados y ayudarlos. Últimamente, han suministrado ayuda humanitaria a los territorios más afectados del país que únicamente ahora pasado a ser accesibles.

«La prestación de ayuda y asistencia esencial depende de la colaboración», manifestó Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «Una alianza entre el gobierno, la sociedad civil y los organismos internacionales fue y sigue siendo un pilar fundamental de la eficaz respuesta al VIH en Ucrania durante la guerra. ONUSIDA se solidariza con todas las personas y con todos nuestros asociados que trabajan arduamente en primera línea».   

Un Fondo de Emergencia de ONUSIDA ha permitido que los asociados de todo el país mantengan los servicios de atención y apoyo al VIH, así como que proporcionen ayuda humanitaria y apoyo directo a los más vulnerables. Esto implica, por ejemplo, la creación de docenas de refugios para los desplazados internos, incluidas las personas que consumen drogas, personas LGBTI+ y otros grupos de población clave que vinculan a los proveedores de servicios para el VIH con los programas de ayuda humanitaria disponibles. El Fondo ha recibido apoyo de la Cruz Roja de Mónaco, de los Estados Unidos de América y de Alemania.

Con financiación adicional por parte de Alemania, las organizaciones de la sociedad civil en Moldova, Polonia y otros países vecinos han unido sus fuerzas para mejorar el acceso a los servicios para los refugiados ucranianos que viven con el VIH.

ONUSIDA ha emitido un llamamiento urgente a la comunidad internacional para conseguir más financiación para las organizaciones de la sociedad civil con el objetivo de seguir proporcionando servicios esenciales para el VIH en Ucrania y en países que reciben refugiados que precisen de los servicios para el VIH.

ONUSIDA seguirá apoyando la prevención del VIH, las pruebas, el tratamiento, la atención y el apoyo para las personas de toda Ucrania que se están viendo afectadas por esta crisis.

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Sitrep: UNAIDS response to the crisis in Ukraine

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War in Ukraine and the HIV response

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Los socios de Tailandia elaboran un programa liderado por la comunidad sobre atención del VIH

23 de febrero de 2023

Durante 20 años, Kochaphan Wangtan ha sido trabajadora comunitaria de la salud al servicio de las personas que viven con el VIH en Tailandia.

"Muchas de mis amistades, que viven con el VIH, han acudido muy tarde a la atención sanitaria con infecciones oportunistas", afirmó.

"Me centro en ayudar a traerlos y proporcionarles apoyo para que empiecen el tratamiento antirretrovírico de inmediato, y también realizo visitas domiciliarias, servicios de asesoramiento y análisis psicosociales para derivarlos a los servicios que necesitan", explicó la Sra. Wangtan.

La Sra. Wangtan pertenece al Centro Integral de Atención Continuada Jai-Prasan-Jai (CCC) del Hospital del Distrito de Phan, en la provincia de Chiang Rai. Es una de los casi mil trabajadores de la salud que viven con el VIH y que atienden en más de 230 hospitales tailandeses a casi 60.000 personas que viven con el VIH al año.

Por primera vez, Tailandia ha creado una certificación nacional de trabajador comunitario de la salud para estos voluntarios. La iniciativa se llama "Atención y apoyo continuo e integral al VIH/sida para y por las personas que viven con el VIH". El programa fue elaborado por el centro Ratchasuda College de la Universidad Mahidol en estrecha colaboración con la Red Tailandesa de Personas que Viven con el VIH/sida, así como con el apoyo de la División de Sida y ETS del Ministerio de Salud y la Oficina Nacional de Seguridad Sanitaria. A través del III Unify Collaboration Programme, USAID-PEPFAR y ONUSIDA proporcionaron apoyo técnico y financiero.

"Los voluntarios que viven con el VIH han proporcionado el primer compromiso comunitario en la respuesta al VIH desde el inicio de la epidemia en Tailandia", afirmó Patchara Benjarattanaporn, directora nacional de ONUSIDA en dicho país. "El apoyo entre iguales favorece el inicio y la permanencia en el tratamiento y es fundamental para la respuesta al VIH", afirmó. Esta iniciativa garantiza que los servicios sanitarios dirigidos por personas que viven con el VIH sean normalizados, reconocidos y valorados.

Se imparten dos módulos a lo largo de 90 horas. El primer módulo se centra en la formación teórica, incluida la atención integral de seguimiento, el asesoramiento sobre el cumplimiento del tratamiento y la elaboración de un plan de servicio integral. El segundo módulo es práctico. Además de centrarse en el VIH, el plan de estudios también integra la tuberculosis, las infecciones de transmisión sexual, la hepatitis C y las enfermedades no contagiosas. La primera cohorte de 46 trabajadores sanitarios que viven con el VIH recibió su certificado a comienzos de este mes.

La Dr. Wachara Riewpaiboon, médica rehabilitadora y antigua decana del Ratchasuda College, elaboró el plan de estudios.

"El sistema sanitario no es solo para los profesionales de la salud... Es de todos", dijo. "Recibir un diagnóstico de VIH no ayuda a los clientes a comprender a qué se enfrentan. Cuando las personas que viven con el VIH cuentan su historia, los conocimientos que transmiten son muy diferentes. Los conocimientos que ayudan a que las personas tomen decisiones por sí mismas suelen proceder de sus iguales, no de los médicos."

Para ella, la atención va más allá de la medicina.

"No solo nos ocupamos de la biología, sino también de la psicología y de nuestra interacción con el entorno social: cómo ve el público a las personas que viven con el VIH y cómo ellas se perciben a sí mismas", añadió la Dr. Riewpaiboon. "Es muy importante ayudar a la gente a ver el lado positivo de su experiencia".

Según la enfermera Chulaporn SingPae, coordinadora de VIH en el hospital del distrito de Phan, los voluntarios que viven con el VIH ayudan con el asesoramiento, el cumplimiento del tratamiento, el seguimiento de las citas perdidas, las visitas a domicilio, la proporción del tratamiento, la superación del estigma social y del propio paciente, y el fomento de la comprensión de I=I, indetectable es igual a intransmisible. (Una carga viral indetectable significa que el virus es intransmisible). La formación garantiza que estas contribuciones sean reconocidas por el sistema sanitario como conformes a las normas de calidad.

Ahora que el programa ya ha sido desarrollado y aprobado, ha sido reconocido por la Oficina Nacional de Seguridad Sanitaria (NHSO). Las organizaciones de la sociedad civil tailandesa que prestan servicios de VIH e ITS con trabajadores comunitarios de la salud certificados han sido acreditadas y pueden registrarse como unidades de servicios sanitarios en el plan de cobertura sanitaria universal. Tras haber apoyado el desarrollo y la prueba piloto del programa, ONUSIDA actualmente respalda un estudio para calcular el coste de dichos servicios. La delegación de ONUSIDA también está tratando de fomentar una financiación suficiente y sostenible de los servicios sanitarios liderados por la comunidad para las personas que viven con el VIH y los grupos de población clave.

“Esta formación va a garantizar de que un educador inter pares presta un servicio de alta calidad, de manera integral, que abarca no solo los aspectos físicos, sino también los mentales, emocionales y sociales”, declaró Apiwat Kwangkeaw, Presidente de la Red tailandesa de personas que viven con el VIH/Sida.  “A medida que se institucionaliza, estamos lanzando un mensaje al sistema sanitario en su conjunto para que permita a la comunidad de educadores inter pares ser un socio en igualdad de condiciones”, afirmó. El señor Kwangkeaw espera que esto se traduzca en una financiación nacional sostenible de los servicios sanitarios liderados por la comunidad y en una mejor calidad de vida para las personas que viven con el VIH. 

Mplus Tailandia: prestación de servicios contra VIH con estilo

13 de diciembre de 2022

“¡Esta no es la clínica de tu madre!”, exclamó asombrado un visitante.

Todos los productos publicitarios son elegantes y alegres, desde las pancartas hasta los folletos.  Las caritas sonrientes y los torsos tonificados están por todas partes.  El edificio entero es morado e incluso los archivos y las mascarillas del personal son de colores a juego.  Algunos de los presentadores Facebook Live tienen el atractivo y la energía de las estrellas del K-pop.  Además, el lema de esta organización es claramente optimista:  “la comunidad te llena de felicidad”.

Durante casi dos décadas, la fundación Mplus de Tailandia ha perfeccionado un enfoque único de prestación de servicios relacionados con el VIH a grupos de población clave, como los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres o las mujeres transgénero.

Su estrategia va mucho más allá de una imagen de marca moderna.  Mplus ha sabido aprovechar las asociaciones nacionales e internacionales para crear un servicio de salud dirigido por grupos de población clave y ha obtenido resultados extraordinarios.  De hecho, ellos administran más de la mitad de la profilaxis previa a la exposición (PrEP) en la provincia tailandesa de Chiang Mai.

Este año realizaron pruebas al 95 % de las casi 8000 personas a las que llegaron con sus servicios presenciales.  De aquellos que dieron positivo, el 91 % fue sometido a tratamiento, mientras que el 9 % restante está bajo un seguimiento individualizado. El 100 % de los clientes que se sometieron a pruebas de carga vírica resultaron tener supresión viral.   

“Las organizaciones de la comunidad son las que mejor pueden llegar a los grupos de población clave para que reciban sus servicios. Nos hemos dado cuenta de que las personas que no quieren realizarse pruebas en los hospitales están cómodos con aquellos que saben que entenderán sus vidas”, explicó Pongpeera Patpeerapong, Director de la fundación Mplus.   

Desde su creación en 2003, Mplus ha evolucionado hasta ofrecer una extensa gama de servicios. Ahora tienen centros de salud en cuatro provincias y sus unidades de análisis móviles atienden a clientes en otros cinco distritos. Asimismo, trabajan con un hospital de cada provincia, dando acceso a la atención médica y ayudando con el seguimiento.  Mplus ofrece pruebas rápidas y monitoreos de carga viral y de CD4. Además, está autorizada a administrar medicamentos.  Incluso cuentan con un pequeño grupo de motocicletas que realiza entregas de PrEP a las zonas más alejadas.

Sus actuaciones, tanto online como en persona, se basan en una estrategia dirigida entre iguales.  Su presencia en las redes sociales es impresionante, desde Twitter hasta Tik Tok.  Hay grupos privados de Facebook y aplicaciones especiales para que los clientes puedan conectarse con la comunidad.  En persona van más allá de los simples puestos de información, ya que organizan fiestas y encuentros deportivos. No se trata solo de actividades para unir a las personas.  Los clientes reservan citas online y las interacciones cara a cara normalmente acaban en la realización de una prueba del VIH.

Mplus también otorga asistencia técnica a otros países.  Por ejemplo, ha respaldado a una organización en Laos con intervenciones online y ha ayudado a grupos comunitarios en Camboya para que desarrollen campañas de fomento del PrEP.

Desempeñaron un papel fundamental en la defensa nacional de la homologación de los trabajadores sanitarios comunitarios.  Todo el personal de Mplus está certificado por el Departamento de Control de Enfermedades tras completar un riguroso programa de estudio, evaluación y práctica.

El programa sigue mejorando.  Mplus está reforzando su oferta de apoyo a la salud mental y emocional, y también está trabajando para poder obtener la certificación que les permita ofrecer tratamientos contra el VIH y contra las infecciones de transmisión sexual (ITS).

En el pasado, el programa estaba financiado en mayor medida por el Plan de Emergencia del Presidente de Estados Unidos para el Alivio del Sida, a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional. Sin embargo, actualmente, la mitad de sus inversiones provienen de la Oficina Nacional de Seguridad Sanitaria de Tailandia.

“La financiación nacional es esencial para poder desarrollar nuestros sistemas”, indicó Patpeerapong. “Las organizaciones de base comunitaria deben ser capaces de acceder a esta financiación nacional para tratar más problemas, como el estigma y la discriminación”.

El hecho de otorgar poder a los servicios de salud dirigidos por grupos de población clave ha sido un factor determinante en la mejora de los resultados del programa del VIH en Tailandia.  Una de cada cinco personas que viven con el VIH en Tailandia fue identificada y derivada por un servicio de salud dirigido por grupos de población clave en el marco del plan nacional de financiación sanitaria. Cuatro de cada cinco personas que reciben el PrEP en el país son atendidas por organizaciones lideradas por la comunidad.  Estos servicios cumplen una función en la estrategia tailandesa de Llegar, Reclutar, Examinar, Tratar, Prevenir, Retener (RRTTR, por sus siglas en inglés).

“Tailandia se encuentra en una buena posición para liderar la necesidad de una respuesta sostenible dirigida por la comunidad como parte esencial de la infraestructura sanitaria”, dijo el Director de ONUSIDA de Tailandia, Patchara Benjarattanaporn. "Mediante la creación de un sistema que permita la divulgación sanitaria podemos enfrentarnos al reto del diagnóstico tardío y facilitar un mejor acceso a los servicios a los grupos de población clave".

Tailandia ha incluido los servicios del VIH en su cobertura sanitaria universal y ha aumentado sus inversiones en los servicios de salud dirigidos por comunidades y por grupos de población clave. Los miembros de la Junta Coordinadora del Programa de ONUSIDA (JCP) visitaron Mplus y otros servicios de salud dirigidos por la comunidad en vista de la 51ª reunión de la JCP en Chiang Mai (Tailandia).

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