East and Southern Africa

Feature Story

ONUSIDA renueva la asociación con la Unión Africana para una respuesta al sida en África más fuerte y resistente

17 Marzo 2021

ONUSIDA y la Unión Africana han firmado un nuevo Memorando de entendimiento (MOU, por sus siglas en inglés de «Memorandum of Understanding») para reforzar su asociación y para volver a comprometer a los Estados miembros para terminar con el sida a través del marco estratégico para acabar con el sida, la tuberculosis y eliminar la malaria en África hacia el 2030.

El MOU compromete a sus asociados a trabajar para abordar el impacto socioeconómico y político del VIH en África y acelerar la meta de alcanzar la cobertura sanitaria universal para sacar al sida del aislamiento. Allanará el camino hacia unos sistemas sanitarios más resistentes, ágiles e inclusivos en África.

«El renovado MOU entre la Unión Africana y ONUSIDA abre nuevas puertas a la cooperación y a nuevas oportunidades para poner fin a la epidemia de sida en África. Necesitamos cumplir esta promesa: es factible», dijo Amira Elfadil Mohhamed Elfadil, Comisionada para el Departamento de Salud, Servicios Humanos y Desarrollo Social en la ceremonia en la ceremonia de firma.

El Departamento de Salud, Servicios Humanos y Desarrollo Social, antes denominado Departamento de Asuntos Sociales, coordinará los departamentos y los órganos de la Comisión de la Unión Africana para garantizar que el VIH siga siendo una prioridad continental y se integre en el programa de desarrollo, derechos humanos, asuntos humanitarios y paz y seguridad más amplio de la Unión Africana. 

«Estoy encantada de firmar la renovación del MOU con la Unión Africana», dijo Winnie Byanyima, la Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «La Unión Africana es uno de los socios más importantes de ONUSIDA. Espero reforzar nuestra relación para situar a las comunidades en el centro de la respuesta al VIH, abordar otros retos sanitarios como la COVID-19 y reducir las desigualdades que aumentan la vulnerabilidad de las personas».

Este año es fundamental, ya que se espera que los Estados Miembros de las Naciones Unidas vuelvan a comprometerse con la respuesta al VIH, adoptando una nueva declaración política en junio. El acuerdo de asociación con la Unión Africana se firma en un momento en el que el continente se enfrenta a unos sistemas sanitarios sobrecargados y con una financiación insuficiente frente a la pandemia de la COVID-19.

Feature Story

Félix Tshisekedi, Presidente de la República Democrática del Congo y Presidente de la Unión Africana para 2021, hace un llamamiento a sus compañeros para aprender del VIH y reforzar los sistemas de salud

15 Febrero 2021

La 34.ª Asamblea Ordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Africana se celebró virtualmente los días 6 y 7 de febrero de 2021.

El Presidente de la República Democrática del Congo y nuevo Presidente de la Unión Africana, Félix Tshisekedi, en la fotografía de arriba, instó a los Estados miembros a no olvidar epidemias mundiales devastadoras como la malaria y el sida, y a aprender de ellas para fortalecer los sistemas de salud, incluyendo el refuerzo de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de África. 

«Aprovechando la experiencia que hemos adquirido en la lucha contra la adversidad y nuestra capacidad para adaptarnos, no deberíamos darnos por vencidos. No olvidemos otras pandemias, a menudo más letales, que todavía afectan al continente, como la malaria y el VIH», declaró el Presidente de la República Democrática del Congo.

La asamblea reconoció el papel de la Unión Africana en la construcción de una asociación unida, innovadora y fuerte entre los Estados miembros para afrontar la pandemia de COVID-19, que ha tenido un impacto económico significativo en África y ha debilitado todavía más sus sistemas de salud.

Los jefes de estado se comprometieron a mantener el esfuerzo para frenar la expansión del virus y mitigar el impacto socioeconómico mediante el Acuerdo de Libre Comercio Continental Africano, y a implementar un programa de vacunación coordinada a través del Equipo de Adquisición de Vacunas de África para asegurar que ningún país se quede atrás. 

«Hemos estado a la vanguardia de la innovación en la respuesta a la pandemia. Hemos creado la pionera Plataforma Africana de Suministros Médicos para ayudar a los Estados miembros de la Unión Africana a que accedan a suministros y equipo médico asequibles», ha afirmado el Presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, en la fotografía de arriba.

El Presidente de Sudáfrica ha elogiado a los jefes de Estado por su extraordinario y decisivo liderazgo a la hora de abordar la crisis del COVID-19. Expresó su consternación por el incremento de la violencia contra la mujer y apeló al organismo continental para que priorizara el empoderamiento económico de las mujeres y elaborara un convenio con el fin de fomentar, proteger y satisfacer los derechos de la mujer. Recurrió a los Estados miembros para ratificar el Convenio núm. 190 de la Organización Internacional del Trabajo sobre la eliminación de la violencia y el acoso en el mundo laboral. 

Aparte de transferir la presidencia de la Unión Africana (UA) de Sudáfrica a la República Democrática del Congo, en la asamblea, que duró dos días, se tomaron una serie de decisiones críticas en cuanto a la implementación de la reforma institucional de la UA, incluida su Comisión y la elección de cuatro nuevos comisionados. Moussa Faki Mahamat fue reelegido como presidente de la Comisión de la Unión Africana para un segundo cuatrienio y Monique Nsanzabaganwa, la primera mujer en la historia de la Comisión, fue elegida recientemente como su diputada. 

«Felicito al Presidente de la República Democrática del Congo, Félix Tshisekedi por tomar las riendas como presidente de la Unión Africana en 2021 y lo elogio por apelar a sus pares para que no dejen de lado sus esfuerzos en la respuesta al sida y fortalezcan los sistemas sanitarios de África mientras se sigue afrontando la pandemia de COVID-19. Reitero el apoyo de ONUSIDA a la Unión Africana. Salvar vidas, afrontar desigualdades y promover la atención sanitaria universal son lecciones que se han aprendido del sida y que permiten abordar con éxito tanto las pandemias actuales como las futuras», comentó Clémence Aissatou Habi Baré, directora de la Oficina de Enlace de ONUSIDA con la Unión Africana y la Comisión Económica para África de las Naciones Unidas.

Feature Story

«Quizás yo soy la afortunada»

03 Febrero 2021

Una prueba del VIH espontánea que arrojó un resultado positivo cambió para siempre la vida de Martha Clara Nakato. Cuando la Srta. Nakato, quien vive en Uganda, descubrió que vivía con el VIH, tenía tan solo 14 años y jamás había mantenido relaciones sexuales.

«Yo solo fui a acompañar a mi hermano mellizo. Le iban a hacer la prueba y quise estar con él. Nunca imaginé que un simple test fuera a cambiar mi vida de esa forma y para siempre», admite mientras recuerda el estado de shock y la confusión que la invadieron al ver el resultado.

La prueba del VIH de su hermano salió negativa. 

Al poco tiempo, el padre de la Srta. Nakato le confesó que ella había nacido con el VIH. Es la única de ocho hermanos y hermanas que contrajo el virus de su madre. Perdió a su progenitora como consecuencia de una enfermedad relacionada con el sida cuando solo tenía 5 años. 

«No entiendo por qué me pasó. Quizá yo fui la afortunada, quizá aquello me sucedió a mí por algo. Al echar la vista atrás, ahora sé que la única manera de hallar tu propósito en la vida es pensando en aquello que mayor dolor te causó», señala la Srta. Nakato.

Martha ha transformado su dolor en una tremenda fuerza y actualmente trabaja como defensora de los derechos humanos y del VIH en la Red Ugandesa de Jóvenes que viven con el VIH/sida (UNYPA, por sus siglas en inglés). 

En el año 2019 fue reconocida como una de las cinco caras con nombre y apellidos del Fondo Mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria que lideró la sexta campaña de reposición de fondos de todo el mundo.

«Me dedico mucho al asesoramiento y las charlas motivacionales», explica la Srta. Nakato, quien pone como ejemplo su propio testimonio para demostrar de qué manera la adherencia al tratamiento del VIH puede ayudar a las personas que viven con el VIH a llevar una vida satisfactoria y plena. 

Gran parte de esa labor de Martha implica interactuar con los jóvenes en sus propias comunidades. Para ella lo mejor es, ante todo, un encuentro en persona para poder hablar. Como consecuencia del brote de la COVID-19, tuvo que replantearse de qué manera llegar a los grupos más jóvenes de la población respetando las medidas de distanciamiento social impuestas por la pandemia.

«La mayor parte de mi agenda consistía en encuentros cara a cara que tenían que dejar de celebrarse. Puesto que los jóvenes de las zonas rurales no tienen acceso a Internet y carecen de smartphones, realmente nos enfrentábamos a un desafío ingente», reconoce la Srta. Nakato.

Aun así, ella y su equipo se dieron cuenta de la enorme importancia de llegar a los más jóvenes a través de las las redes sociales, como Facebook, para hacer llegar su mensaje. 

ONUSIDA brinda apoyo técnico y económico a la cumbre de jóvenes y el concurso de belleza Y+, ambos eventos organizados por UNYPA. Precisamente el certamen de belleza consiste en coronar a un Míster y una Miss Y+, una excusa para animar a los jóvenes que viven con el VIH a juntarse, celebrar su belleza y abordar las cuestiones referentes al estigma y la discriminación relacionadas con el VIH.

Durante el brote de la COVID-19, ONUSIDA se aseguró de que las organizaciones basadas en la comunidad como UNYPA tuvieran acceso a plataformas nacionales (por ejemplo, el secretariado nacional para la COVID-19), de manera que las organizaciones pudieran iniciar un diálogo con el Gobierno para lograr ayudas de emergencia y programas de asistencia alimentaria mejores para brindar apoyo a las comunidades que más lo necesitan.

La Srta. Nakato nació en el año 1996, en un momento en el que el tratamiento para el VIH resultaba inaccesible en Uganda. Solo en ese año, 34 000 niños de entre 0 y 14 años contrajeron el VIH. 

Hoy en día, el 95 % de las mujeres que viven con el VIH en Uganda tienen acceso a los servicios para evitar la transmisión vertical (de madre a hijo) del VIH. De este modo, se observa una importante caída en la transmisión vertical y desde el año 2009 el país ha logrado una reducción de un 86 % en el número de infecciones por el VIH entre niños. 

«No quiero dar a luz a un niño que sea seropositivo ni ver a ninguna otra mujer joven que tenga que pasar por ello. En este momento tenemos todo lo que hace falta para evitar que esto suceda. La situación no es la misma que en el pasado, cuando nadie tenía la opción», insiste. 

Como la gran activista del sida que es, la Srta. Nakato tiene ambiciosos planes tanto para ella como para toda la sociedad, y su mayor deseo es conseguir un mundo sin sida. De este modo, destaca la importancia de adherirse al tratamiento para el VIH con el objeto de convertir ese sueño en realidad.

«Si hay algo que sé bien es que soy la prueba de que el tratamiento funciona. Soy la prueba de lo que de verdad es el amor propio», apunta. 

Feature Story

En recuerdo de Andrew Mosane, activista del sida y «radical» progresista

21 Enero 2021

Sudáfrica ha perdido a uno de sus mayores y más valientes activistas del sida y la justicia social, Andrew Mosane. El Sr. Mosane falleció el pasado 15 de enero de 2021 a los 45 años de edad y recibió sepultura el día 20 de enero.

A lo largo de su vida, fue un experto activista del sida que llevó la voz de las personas y las comunidades marginadas al centro de la respuesta al sida. Era conocidísimo en Sudáfrica y en todos los rincones del mundo como un incansable defensor de los derechos humanos.  

Como hombre gai negro que vivió con el VIH sin ocultarse, el Sr. Mosane experimentó en sus propias carnes el estigma y la discriminación. Precisamente por eso, trabajó sin descanso para acabar con los muchos desafíos a los que se enfrentan las personas que viven con el VIH. Llevaba el activismo en la sangre y de forma muy natural incluyó en él las políticas en materia de raza, clase y género. Formó parte del Foro de la Sociedad Civil del Consejo Nacional sobre el Sida de Sudáfrica (SANAC, por sus siglas en inglés), en el que representaba a los sectores de las personas que viven con el VIH, las lesbianas, los gais, los bisexuales, la población transgénero e intersexual, y los trabajadores sexuales.

Considerado un radical, la suya era una sonrisa contagiosa. Tenía una gran inteligencia, y actuaba siempre movido por la sinceridad y la precisión. Sobresaliente defensor de los derechos humanos. Siempre al pie del cañón sin complejos . Entre sus compañeros activistas, deja el recuerdo de alguien «luchador, volcado en los demás, caótico, adorable, constante e inquebrantable, todo un luchador».

El Sr. Mosane tenía un firme compromiso tanto con ONUSIDA como con otras redes e instituciones a lo largo y ancho de Sudáfrica y más allá. Siempre defendió enérgicamente la salud sexual y reproductiva y el derecho a ella, y nunca dejó de alentar a los jóvenes en la respuesta al VIH y la violencia de género. Llegó hasta ONUSIDA movido por el deseo de conocernos y descubrir mejor el contenido de nuestro trabajo y de qué manera refleja las experiencias de las personas que viven con el VIH y las comunidades de todo el mundo.

El director regional de ONUSIDA para Sudáfrica, el Sr. Mbulawa Mugabe, destacó que el Sr. Mosane había hecho una gran contribución a la respuesta al sida que perduraría para siempre. «Tenía unas habilidades de facilitación mayúsculas, que se volvían especialmente soberbias en las trincheras del programa de alfabetización sobre el tratamiento de Treatment Action Campaign, la organización que con tanto orgullo lideraba y para la que no dejaba de trabajar. Su especial talento para convertir la información científica en accesible para las comunidades fue la seña distintiva de su tenaz defensa, y eso será algo que siempre echaremos infinitamente de menos», señala el Sr. Mugabe. «Hemos perdido a todo un gigante en el movimiento de la justicia social y el sida que logró llegar al corazón de muchísimas personas».

 

El Sr. Mosane tenía un firme compromiso tanto con ONUSIDA como con otras redes e instituciones a lo largo y ancho de Sudáfrica y más allá. En la fotografía de arriba, con la Directora Ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima.

Feature Story

Desafía el estigma, persigue tu derecho a la salud

20 Enero 2021

Las adolescentes y las mujeres jóvenes deben velar ante todo por su salud sexual y reproductiva, y luchar para acceder tanto a los servicios relacionados con la misma como a la información relativa a sus derechos. El estigma y las normas de género dañinas asociadas a la salud sexual y reproductiva y a los derechos no van a ningún lado, afirma Nyasha Phanisa Sithole, líder en materia de salud sexual y reproductiva y derechos humanos en Zimbabwe.

«Si vives con miedo al estigma, nunca lograrás acceder a estos servicios, porque ahora mismo aún estamos lejos de lograr un entorno libre de estigma», insiste. 

La Sra. Sithole pertenece a Athena Network. Trabaja como defensora de derechos y salud sexual y reproductiva, y es líder regional en lo que a la defensa, el liderazgo y la formación de mujeres jóvenes se refiere. Desde el papel que desempeña, está convencida de que todo el mundo puedo aportar su granito de arena para cambiar su statu quo e influir en la toma de decisiones.

«Mi historia es una más de las muchas que existen. Soy esa adolescente que, a los 16 años de edad, necesitaba acceder a los productos básicos para prevenir el VIH, pero solo tenía los preservativos a mi alcance y, en ocasiones excepcionales, profilaxis previa a la exposición», relata la Sra. Sithole recordando su adolescencia.

A pesar de esta historia, que es una habitual, es fundamental satisfacer las necesidades relacionadas con los servicios para el VIH, la salud sexual y reproductiva, los derechos y la violencia de género en las regiones de África oriental y meridional.

Las adolescentes y las mujeres jóvenes de entre 15 y 24 años representan el 29 % de las nuevas infecciones por el VIH entre adultos de 15 años en adelante en las regiones de África oriental y meridional, si bien este grupo solo constituye el 10 % de la población total. Dicho porcentaje se traduce en 3600 nuevas infecciones por el VIH a la semana entre chicas adolescentes y mujeres jóvenes en la región, una cifra que es más del doble de la observada entre los hombres jóvenes de la misma edad (1700 semanalmente).

El estigma y la discriminación a los que se enfrentan las personas jóvenes, sobre todo las adolescentes y las mujeres jóvenes, a la hora de acceder a los servicios relacionados con los derechos y la salud sexual y reproductiva crean grandes barreras a distintos niveles, entre ellos el individual, el interpersonal, el comunitario y el social. 

Asimismo, entre las violaciones de los derechos a la salud documentadas están el revelar sin consentimiento el estado de salud, el negar a una persona el acceso a los servicios relacionados con los derechos y la salud sexual y reproductiva, y el ejercer violencia psicológica al respecto.

En el año 2014 la Sra. Sithole se infiltró como una paciente secreta en un centro de atención sanitaria para jóvenes situado en Harare, la capital de Zimbabwe, en un distrito repleto de zonas residenciales y escuelas. La primera persona con la que se topó en el centro fue un guarda de seguridad nada discreto.

«Me preguntó: “¿Qué necesitas?“ Una prueba de detección del VIH, le contesté yo. Y ahí volvió a preguntarme: ¿“Asi wakarumwa?”  Que en español significa algo así como “¿Te han metido el veneno? En Shona, este es el lenguaje de la calle que se utiliza para hablar de alguien que tiene una enfermedad de transmisión sexual», cuenta.

Si no hubiera estado bien informada de la situación, la Sra. Sithole confiesa que habría entrado en pánico. «Es algo que te puede hacer sentir miedo o echar para atrás, porque te dices a ti misma: “Es solo un guarda de seguridad. ¿Por qué se burla de mí y de mi situación?“. Porque, párate a pensar, imagina. Si yo verdaderamente tuviera un problema médico que quisiera solucionar, ¿qué pasaría entonces?». 

La Sra. Sithole explica que, muchas veces, los proveedores de salud miran con desdén a las adolescentes y mujeres jóvenes que quieren acceder a los servicios relacionados con los derechos y la salud sexual y reproductiva. Incluso las juzgan y preguntan: «¿Cuántos años tienes y para qué necesitas los preservativos o los métodos anticonceptivos?».

En lo que respecta al estigma derivado del acceso a los servicios relacionados con los derechos y la salud sexual y reproductiva, las organizaciones de la comunidad desempeñan un papel clave para las adolescentes y las mujeres jóvenes. Estas organizaciones capacitan mediante la información en materia de derechos y salud sexual y reproductiva, y las derivaciones de unos servicios a otros. 

Sin embargo, la COVID-19 ha impactado enormemente en la gran labor de estas organizaciones en Zimbabwe, país en el que se impuso el confinamiento para frenar la propagación del virus.

«En mi opinión, ningún Gobierno fue justo a la hora de imponer las fuertes restricciones a todas y cada una de las organizaciones que trabajaban en la comunidad», afirma la Sra. Sithole, y añade, además, que este proceder repercutió muy negativamente en el acceso de los jóvenes a los servicios relacionados con los derechos y la salud sexual y reproductiva.

Con el fin de mitigar los riesgos, la Coalición Mundial para la Prevención del VIH, coorganizada por ONUSIDA y el Fondo de Población de las Naciones Unidas, se subió a bordo para proporcionar apoyo económico y técnico a Athena Network en diez países, entre ellos Zimbabwe, para establecer enlaces y promover la iniciativa What Girls Want (lo que quieren las chicas) en cada país. Durante la pandemia de la COVID-19, las defensoras de la iniciativa, que eran chicas adolescentes y mujeres jóvenes, movilizaron a sus iguales para llevar a cabo debates a través de WhatsApp y hablar de los problemas a los que se enfrentan y para los que buscan el apoyo de sus iguales.

La Sra. Sithole está convencida de que los Gobiernos deberían invertir en elaborar y modificar las políticas existentes con el fin de crear un entorno propicio en el que las adolescentes y las mujeres jóvenes puedan tener acceso a la información, los servicios y derechos relacionados con la salud sexual y reproductiva.

Por grandes que sean el estigma y la discriminación que surgen ante la búsqueda de servicios relacionados con los derechos y la salud sexual y reproductiva, la Sra. Sithole no se cansa de decir que las adolescentes y las mujeres jóvenes deben darse cuenta de su enorme poder y recurrir a la red que las ampara para conseguir lo que necesitan.

«Piensa en tu vida, porque es muchísimo más importante que todo lo demás. Por lo que, pase lo que pase a tu alrededor, si sabes que hay un servicio al que puedes acceder, no lo pienses, vete», aconseja.

Press Statement

ONUSIDA hace un llamamiento para que la comunidad LGBT de Uganda sea tratada siempre con respeto y dignidad

GINEBRA, 12 de enero de 2021—ONUSIDA se muestra completamente preocupada por el desprecio a las personas de comunidades lesbianas, gais, bisexuales y transgénero (LGBT) en Uganda, el cual podría llevar a mayores niveles de violencia, estigma y discriminación contra ellas y reducir su acceso a los servicios relacionados con el VIH y otros servicios esenciales. En una entrevista reciente con los medios de comunicación, el presidente del país africano, Yoweri Museveni, habló de ser LGBT como una «desviación»

«El utilizar un lenguaje ofensivo que describe a las personas LGBT como una “desviación“ es algo completamente inaceptable», señaló Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «El estigma y la discriminación basados en la orientación sexual viola los derechos y aleja a las personas de los servicios relacionados con las pruebas, el tratamiento, la prevención y los cuidados para el VIH La epidemia del VIH no verá nunca su fin mientras siga habiendo grupos de personas excluidos de los servicios sanitarios».

ONUSIDA defiende con legisladores, otras autoridades gubernamentales y la sociedad civil en todo el mundo el establecer leyes antidiscriminatorias y protectoras que sean capaces de acabar con la discriminación y la violencia sufrida por la comunidad LGBT. Asimismo, todos ellos trabajan para hacer realidad el derecho a la salud de todas las personas sin excepción.

Uganda ha logrado un importante progreso contra la epidemia del VIH en los últimos años. Del millón y medio de personas que se calcula que vivían con el VIH en Uganda en el año 2019, alrededor de 1,3 millones conocían su estado serológico y 1,2 millones estaban en tratamiento. Más del 95 % de las mujeres embarazadas y lactantes que viven con el VIH en Uganda están en tratamiento antirretroviral para mantenerse sanas y evitar la transmisión del virus a sus hijos.

Sin embargo, en el país ugandés los gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres tienen menos posibilidades de acceder a los servicios relacionados con las pruebas, el tratamiento, la prevención y los cuidados para el VIH que hacen que se encuentren sanos y bien, en parte debido al estigma y la discriminación a la que se enfrentan en los centros de atención sanitaria y en toda la sociedad. 

«No cabe duda de que, para poner fin a la epidemia de sida en Uganda, urge construir una sociedad más inclusiva en la que todo el mundo disfrute del derecho a la salud. ONUSIDA está lista para aportar su grano de arena junto a todos los socios y poner fin al estigma y la discriminación contra la comunidad LGBT, y lograr el pleno respeto a los derechos humanos universales», reiteró la Sra. Byanyima.

Contacto

UNAIDS Geneva
Michael Hollingdale
tel. +41 79 500 2119
hollingdalem@unaids.org

Feature Story

Unirnos para abordar el coste de la desigualdad

15 Diciembre 2020

«Mi negocio se ha visto afectado negativamente por el coronavirus. Antes de él, vendía al menos diez cartones de huevos a la semana. En el momento álgido de la pandemia, tenía suerte si podía vender dos», se lamentaba George Richard Mbogo, que vive con el VIH, tiene dos hijos y es dueño de un negocio de pollos, huevos y patatas fritas en Temeke, un distrito del sur de Dar es Salaam, República Unida de Tanzanía.

La crisis de la COVID-19 ha tenido repercusiones negativas en los medios de vida de las personas que viven con el VIH en la República Unida de Tanzanía, lo que ha exacerbado los retos a los que se enfrentan. Estos incluyen la prestación de servicios relacionados con el VIH y las cada vez mayores desigualdades sociales y económicas.

«El coronavirus ha sido una época muy complicada. He vivido con mucha preocupación y estrés. Conducir un boda boda (una motocicleta que sirve como taxi) requiere meterse entre multitudes y trabajar de cerca con personas. Ha sido difícil no caer en la ansiedad y la depresión al conciliar recibir el tratamiento contra el VIH y mi trabajo. Hubo momentos en los que pensé en dejar de tomar mi medicina, pero no lo hice», dijo Aziz Lai, un motociclista que también vive en Dar es Salaam. 

A pesar de que los más afectados por las pandemias simultáneas de VIH y COVID-19 están siendo los más pobres y los más vulnerables, mediante la movilización nacional de recursos, la crisis de COVID-19 ha creado una oportunidad para que los asociados se movilicen en apoyo a las comunidades a las que proveen servicios.

Los esfuerzos conjuntos por parte del gobierno, los asociados para el desarrollo —incluidos el Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del Sida, USAID Y ONUSIDA—, el Consejo Nacional Tanzano de Personas que Viven con el VIH y el Sida (NACOPHA) y los activistas de la comunidad han desempeñado un papel clave a la hora de responder a la COVID-19, proporcionando información, servicios, protección social y esperanza a las personas que viven con el VIH durante estos tiempos difíciles sin precedentes.

Una de estas iniciativas es Hebu Tuyajenge, dirigida por NACOPHA y financiada por USAID, que se centra en aumentar la utilización de los servicios de pruebas del VIH, tratamiento y planificación familiar entre adolescentes y personas que viven con el VIH, fortaleciendo así los medios de acción de las organizaciones y las estructuras de la comunidad, y haciendo el entorno más propicio para la respuesta al VIH a través del empoderamiento de las personas que viven con el VIH.

Caroline Damiani es una madre soltera con tres hijos que vive con el VIH y se gana la vida criando pollos y patos. «Hebu Tuyajenge nos proporcionó equipo de protección personal, desinfectantes, jabón y cubos, así como educación acerca de la COVID-19 y cómo cuidarnos a nosotros mismos para mantenernos sanos durante la pandemia», explicó.

Mediante los servicios comunitarios que complementan la atención basada en los centros sanitarios, se ha conectado con las personas que viven con el VIH y se ha hecho que sigan recibiendo tratamiento durante la crisis a través de servicios para el VIH entre iguales cruciales.

Según Elizabeth Vicent Sangu, que lleva 26 años viviendo con el VIH, sus «cifras» hablan por sí solas.

«Durante mi seguimiento comunitario he llevado a 80 personas de vuelta a la clínica para hacerse un recuento de linfocitos CD4, inspirado a 240 personas a hacerse pruebas, denunciado 15 casos de violencia de género y proporcionado educación a 33 grupos, incluidos de jóvenes y congregaciones religiosas», explicó, rebosante de orgullo.

NACOPHA ayudó a la Sra. Sangu a aceptar su estado y la ayudó en su camino hacia su propio empoderamiento.

«Desde que me convertí en una promotora del tratamiento para Hebu Tuyajenge he recibido ayuda con la iniciativa empresarial y la educación acerca del VIH. Me he convertido en una profesora para otros. He vuelto valientes a otros a la hora de vivir con el VIH y realizarse pruebas», aseveró.

La asociación entre los promotores de la comunidad y los centros sanitarios ha tenido buenos resultados.

«Tanto nosotros como nuestros pacientes teníamos miedo en un principio, pero, gracias a la información y la educación, las cosas mejoraron. Nos centramos en proporcionar información cada hora y cada día a los pacientes acerca del coronavirus y nos aseguramos de que las personas practicaran un distanciamiento social seguro», afirmó Rose Mwamtobe, doctora del Centro de Atención Médica y Tratamiento Tambukareli, en Temeke.

«La COVID-19 nos está mostrando de nuevo el coste de la desigualdad, no solo en la República Unida de Tanzanía, sino a escala mundial. La salud mundial, incluyendo la respuesta al sida, esta interconectada con los derechos humanos, la igualdad de género, la protección social y el crecimiento económico», dijo Leopold Zekeng, director nacional de ONUSIDA en la República Unida de Tanzanía.

«La clave para acabar con el sida y la COVID-19 es que todos los asociados se unan, a nivel nacional y mundial, para asegurar que no dejamos atrás a nadie», añadió.

Feature Story

Stephen Watiti: una trayectoria personal que deja marca en otros

27 Noviembre 2020

Casi cuarenta años tras el comienzo de la respuesta al VIH, el mejor acceso al tratamiento contra el VIH significa que 26 millones de personas que viven con el VIH en todo el mundo y reciben tratamiento contra él pueden disfrutar de vidas largas y sanas. Pero ¿cómo es la atención sanitaria a una población cada vez más mayor de personas que viven con el VIH?

Tras haber vivido con VIH durante más de 30 años, esto es algo a lo que ha estado dando vueltas el ugandés Stephen Watiti, de 66 años. 

«Mis necesidades van a ir cambiando... y en el futuro la mayor parte de las personas que vivan con el VIH tendrán 50 años o más», dijo el célebre médico, que trabaja en el Hospital Mildmay Uganda en Kampala.  

En la región de África oriental y meridional, aproximadamente 3,6 millones de los 20,7 millones de personas que viven con el VIH tienen más de 50 años.

El nuevo informe de ONUSIDA sobre el Día Mundial del Sida, Prevailing against pandemics by putting people at the centre, demanda una respuesta al VIH diferenciada que sea más intensiva, así como más efectiva a la hora de asegurar que llegamos a quienes se ha dejado atrás hasta ahora. Esto incluye expandir el acceso al tratamiento de manera equitativa, mediante la prestación de servicios integrales de salud, adaptados a las diferentes edades y personas. 

Las personas que viven con el VIH deberían recibir apoyo para poder llevar vidas largas y sanas, y las personas de más de 50 años de edad deberían tener un acceso igualitario a la protección social, el empleo y la integración social.

Según el Sr. Watiti, se le ha prestado poca atención a este fenómeno. «Hemos trabajado mucho en el área del VIH pediátrico. En lo que respecta al HIV geriátrico, no hay nadie que se haya formado en preparación para ello», explicó. 

En 1999, una época sin tratamiento contra el VIH ni demasiados conocimientos o formación acerca del VIH entre las personas de África oriental y meridional, el Sr. Watiti experimentó múltiples enfermedades relacionadas con el sida. Tuvo una experiencia cercana a la muerte «aterradora» en la que su recuento de linfocitos CD4 cayó en picado. Su cuerpo enfermo tuvo que enfrentarse a la tuberculosis, la meningitis criptocócica y el sarcoma de Kaposi, todo al mismo tiempo. 

El Sr. Watiti comenzó a recibir tratamiento contra el VIH en el año 2000. Sin embargo, debido a los precios de los medicamentos antirretrovirales de su régimen en ese momento y al acceso a ellos, su observancia fue deficiente y enfermó por el fracaso del tratamiento.

En 2003, con un nuevo régimen antirretroviral y el apoyo inquebrantable de un asesor de la Organización para el apoyo a la lucha contra el sida de Uganda, el Sr. Watiti se dio cuenta de que ya no se «estaba muriendo».

Durante esta época, se dio cuenta de que necesitaba educar e inspirar a sus pacientes que vivían con el VIH. Así que volvió al trabajo.

El Sr. Watiti ha llegado muy lejos. A pesar de vivir con incertidumbre, como parte de una generación más mayor que vive con el VIH, el Sr. Watiti tiene la intención de vivir una vida plena, practicando medicina hasta bien entrado en los setenta.

«Tendré que continuar tragándome esta medicina, a no ser que haya una cura para entonces», dijo.

No obstante, el Sr. Watiti quiere saber qué se puede hacer para asegurar que las personas que viven con el VIH que están recibiendo tratamiento tengan una buena calidad de vida, con acceso a servicios de salud mental incluido.

Esta es una pregunta que formuló durante una conversación con la directora ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, durante la presentación del informe de ONUSIDA sobre el Día Mundial del Sida.

La Sra. Byanyima estaba de acuerdo. «Teniendo en cuenta que hay personas que van a vivir a base de pastillas el resto de sus días y que a veces están viviendo en situación de pobreza u ocultando su secreto a causa del estigma, esto supone un gran reto para su bienestar mental y emocional», declaró. «Las personas que viven con el VIH necesitan un paquete de servicios más amplio y exhaustivo, y que incluya la salud mental. La respuesta al sida no puede limitarse solo a las pastillas».

El Sr. Watiti fue un símbolo de esperanza para personas que vivían con el VIH en una época en la que las posibilidades de sobrevivir al sida eran desalentadoras y es un ejemplo de resistencia para las personas que viven con el VIH en la actualidad. 

El Sr. Watiti dice que, al aconsejar a sus pacientes para superar el estigma sobre el VIH y acerca de la importancia de ser diligentes a la hora de tomar su medicación, es como si se estuviera hablando a sí mismo: «Para ser sinceros, a quien más he ayudado es a mí mismo».

Actualizar

Poco progreso a la hora de aumentar los conocimientos exhaustivos sobre el VIH entre mujeres jóvenes en África oriental y meridional

09 Noviembre 2020

Un componente crucial de las repuestas al VIH es asegurar que los jóvenes sepan tanto cómo prevenir infecciones por el VIH como dónde pueden acceder de forma segura a la prevención del VIH y a servicios de salud sexual y reproductiva.

El análisis de estudios poblacionales llevados a cabo desde el año 2000 sugiere que los conocimientos exhaustivos acerca del VIH entre mujeres y hombres jóvenes en África occidental y central —y hombres jóvenes en áfrica oriental y meridional— se han incrementado de manera constante. Sin embargo, los conocimientos exhaustivos sobre el VIH entre mujeres jóvenes en África oriental y meridional han aumentado a un ritmo más lento.

Estudios recientes revelan que todavía queda mucho por hacer. En estudios realizados entre 2011 y 2018, solo el 39 % de las mujeres jóvenes (de entre 15 y 24 años) en África oriental y meridional —y el 28 % en África occidental y central— mostraban conocimientos exhaustivos sobre el VIH, en comparación con el 46 % y el 31 % de los hombres jóvenes de la misma franja de edad. En 2001, los países se comprometieron en la Declaración de compromiso sobre el VIH/sida a asegurarse de que, para 2005, el 90 % y, para 2010, el 95 % de los jóvenes de entre 15 y 24 años tuvieran información, educación, servicios y competencias esenciales para la vida que les permitieran reducir su vulnerabilidad a la infección por el VIH.

Conocimientos exhaustivos sobre el VIH entre personas jóvenes (de entre 15 y 24 años) en ciertos países del África subsahariana, 2000-2018.

Nuestra acción

Press Statement

ONUSIDA celebra los nuevos resultados que muestran que los medicamentos inyectables de larga duración son infinitamente más eficaces a la hora de prevenir el VIH entre las mujeres

GINEBRA, 9 de noviembre de 2020 - ONUSIDA, muy ilusionada ante los nuevos resultados arrojados por el ensayo: el fármaco antirretrovírico cabotegravir, el cual se inyecta cada dos meses, previene el VIH entre las mujeres. Según el estudio, las inyecciones de larga duración entre las mujeres en el África subsahariana resultaron un 89 % más eficaces para prevenir el VIH que las pastillas diarias de profilaxis previa a la exposición (PPrE).

«Los resultados observados son tremendamente significativos. ONUSIDA lleva mucho tiempo intentando que existan opciones para la prevención del VIH entre las mujeres que sean adicionales, aceptables y eficaces. Y por fin este fármaco podría llegar para cambiar por completo las reglas del juego», expresa emocionada Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «Si los donantes y los países invirtieran para ampliar el acceso a la profilaxis previa a la exposición inyectable dirigida a las mujeres con más riesgo de contraer el VIH, lograríamos reducir muchísimo el número de nuevas infecciones».

En el ensayo participaron 3200 mujeres de entre 18 y 45 años que corrían un mayor riesgo de infectarse por el VIH en Botswana, Kenya, Malawi, Sudáfrica, Eswatini, Uganda y Zimbabwe. El ensayo se detuvo enseguida por recomendación del Comité de control de la seguridad y los datos, debido a las evidentes pruebas estadísticas que muestran que los fármacos inyectables son más eficaces que las pastillas diarias.

Entre todas las mujeres escogidas al azar para participar en el grupo del estudio de cabotegravir inyectable, se produjeron cuatro infecciones por el VIH, en comparación con las 34 infecciones detectadas en el grupo escogido al azar de profilaxis previa a la exposición oral y diaria. El riesgo de contraer el VIH fue nueve veces inferior con las inyecciones de cabotegravir que con la profilaxis diaria oral.

Los resultados del estudio son importantes y oportunos, ya que se necesitan con urgencia más métodos para prevenir el VIH entre las mujeres con más riesgo de contraer el VIH. El objetivo es que las nuevas opciones preventivas no se basen en la administración diaria o prácticamente diaria de pastilla, en el uso de preservativos o en la abstención sexual. El desarrollo de métodos alternativos capaces de prevenir el VIH y demostrar una mayor adherencia que la actual  aumentará las opciones para la prevención de VIH y la aceptabilidad para las mujeres, y reducirá el número de nuevas infecciones por el VIH.

«ONUSIDA quiere transmitir su enhorabuena a todas las personas que están trabajando en este estudio histórico», insiste la Sra. Byanyima. «Al igual que lo que sucede con la vacuna para la COVID-19, ahora debemos trabajar para garantizar que estas inyecciones que salvan vidas resulten accesibles y asequibles, y se distribuyan justamente entre las personas que opten por utilizarlas».

Contacto

UNAIDS Geneva
Sophie Barton-Knott
tel. +41 79 514 6896
bartonknotts@unaids.org
UNAIDS Media
tel. +41 22 791 4237
communications@unaids.org

Más información

Suscribirse a East and Southern Africa