THA

Los socios de Tailandia elaboran un programa liderado por la comunidad sobre atención del VIH

23 de febrero de 2023

Durante 20 años, Kochaphan Wangtan ha sido trabajadora comunitaria de la salud al servicio de las personas que viven con el VIH en Tailandia.

"Muchas de mis amistades, que viven con el VIH, han acudido muy tarde a la atención sanitaria con infecciones oportunistas", afirmó.

"Me centro en ayudar a traerlos y proporcionarles apoyo para que empiecen el tratamiento antirretrovírico de inmediato, y también realizo visitas domiciliarias, servicios de asesoramiento y análisis psicosociales para derivarlos a los servicios que necesitan", explicó la Sra. Wangtan.

La Sra. Wangtan pertenece al Centro Integral de Atención Continuada Jai-Prasan-Jai (CCC) del Hospital del Distrito de Phan, en la provincia de Chiang Rai. Es una de los casi mil trabajadores de la salud que viven con el VIH y que atienden en más de 230 hospitales tailandeses a casi 60.000 personas que viven con el VIH al año.

Por primera vez, Tailandia ha creado una certificación nacional de trabajador comunitario de la salud para estos voluntarios. La iniciativa se llama "Atención y apoyo continuo e integral al VIH/sida para y por las personas que viven con el VIH". El programa fue elaborado por el centro Ratchasuda College de la Universidad Mahidol en estrecha colaboración con la Red Tailandesa de Personas que Viven con el VIH/sida, así como con el apoyo de la División de Sida y ETS del Ministerio de Salud y la Oficina Nacional de Seguridad Sanitaria. A través del III Unify Collaboration Programme, USAID-PEPFAR y ONUSIDA proporcionaron apoyo técnico y financiero.

"Los voluntarios que viven con el VIH han proporcionado el primer compromiso comunitario en la respuesta al VIH desde el inicio de la epidemia en Tailandia", afirmó Patchara Benjarattanaporn, directora nacional de ONUSIDA en dicho país. "El apoyo entre iguales favorece el inicio y la permanencia en el tratamiento y es fundamental para la respuesta al VIH", afirmó. Esta iniciativa garantiza que los servicios sanitarios dirigidos por personas que viven con el VIH sean normalizados, reconocidos y valorados.

Se imparten dos módulos a lo largo de 90 horas. El primer módulo se centra en la formación teórica, incluida la atención integral de seguimiento, el asesoramiento sobre el cumplimiento del tratamiento y la elaboración de un plan de servicio integral. El segundo módulo es práctico. Además de centrarse en el VIH, el plan de estudios también integra la tuberculosis, las infecciones de transmisión sexual, la hepatitis C y las enfermedades no contagiosas. La primera cohorte de 46 trabajadores sanitarios que viven con el VIH recibió su certificado a comienzos de este mes.

La Dr. Wachara Riewpaiboon, médica rehabilitadora y antigua decana del Ratchasuda College, elaboró el plan de estudios.

"El sistema sanitario no es solo para los profesionales de la salud... Es de todos", dijo. "Recibir un diagnóstico de VIH no ayuda a los clientes a comprender a qué se enfrentan. Cuando las personas que viven con el VIH cuentan su historia, los conocimientos que transmiten son muy diferentes. Los conocimientos que ayudan a que las personas tomen decisiones por sí mismas suelen proceder de sus iguales, no de los médicos."

Para ella, la atención va más allá de la medicina.

"No solo nos ocupamos de la biología, sino también de la psicología y de nuestra interacción con el entorno social: cómo ve el público a las personas que viven con el VIH y cómo ellas se perciben a sí mismas", añadió la Dr. Riewpaiboon. "Es muy importante ayudar a la gente a ver el lado positivo de su experiencia".

Según la enfermera Chulaporn SingPae, coordinadora de VIH en el hospital del distrito de Phan, los voluntarios que viven con el VIH ayudan con el asesoramiento, el cumplimiento del tratamiento, el seguimiento de las citas perdidas, las visitas a domicilio, la proporción del tratamiento, la superación del estigma social y del propio paciente, y el fomento de la comprensión de I=I, indetectable es igual a intransmisible. (Una carga viral indetectable significa que el virus es intransmisible). La formación garantiza que estas contribuciones sean reconocidas por el sistema sanitario como conformes a las normas de calidad.

Ahora que el programa ya ha sido desarrollado y aprobado, ha sido reconocido por la Oficina Nacional de Seguridad Sanitaria (NHSO). Las organizaciones de la sociedad civil tailandesa que prestan servicios de VIH e ITS con trabajadores comunitarios de la salud certificados han sido acreditadas y pueden registrarse como unidades de servicios sanitarios en el plan de cobertura sanitaria universal. Tras haber apoyado el desarrollo y la prueba piloto del programa, ONUSIDA actualmente respalda un estudio para calcular el coste de dichos servicios. La delegación de ONUSIDA también está tratando de fomentar una financiación suficiente y sostenible de los servicios sanitarios liderados por la comunidad para las personas que viven con el VIH y los grupos de población clave.

“Esta formación va a garantizar de que un educador inter pares presta un servicio de alta calidad, de manera integral, que abarca no solo los aspectos físicos, sino también los mentales, emocionales y sociales”, declaró Apiwat Kwangkeaw, Presidente de la Red tailandesa de personas que viven con el VIH/Sida.  “A medida que se institucionaliza, estamos lanzando un mensaje al sistema sanitario en su conjunto para que permita a la comunidad de educadores inter pares ser un socio en igualdad de condiciones”, afirmó. El señor Kwangkeaw espera que esto se traduzca en una financiación nacional sostenible de los servicios sanitarios liderados por la comunidad y en una mejor calidad de vida para las personas que viven con el VIH. 

Prevenir la transmisión y luchar contra el estigma: El poder de saber lo que significa I = I

12 de diciembre de 2022

I = I equivale a Indetectable = Intransmisible y es un mensaje vital de salud pública para la respuesta al VIH. Indetectable = Intransmisible significa que las personas seropositivas que reducen su carga vírica hasta un nivel indetectable mediante el tratamiento antirretroviral y el monitoreo constante, no pueden transmitir el VIH. Como bien ha demostrado Tailandia, este mensaje también contribuye a luchar contra la estigmatización que las personas que viven con el VIH pueden sufrir en los sistemas de salud y en la sociedad en general.

I = I es una actividad prioritaria para Tailandia y está recogida en la Estrategia nacional para poner fin a la epidemia de sida 2017 – 2030. Ya se ha probado la eficacia de esta iniciativa en la capital, Bangkok. Un programa en el que se empezaba el tratamiento el mismo día del diagnóstico ha conseguido que más del 95 % de las personas que reciben tratamiento alcancen la supresión viral después de tan solo seis meses de terapia antirretroviral. La iniciativa nacional reúne al Instituto tailandés de Investigación e Innovación sobre el VIH (IHRI, por sus siglas en inglés), al Departamento de Control de Enfermedades, a los Ministerios de Salud Pública, Educación y Trabajo, a la Oficina Nacional de Seguridad Sanitaria y al Subcomité para la Promoción y Protección de los Derechos de las Personas que Viven con el Sida, todos ellos apoyados por ONUSIDA.

La respuesta más amplia de Tailandia al VIH ha obtenido resultados muy positivos. Se calcula que el 94 % de las personas que viven con el VIH conocen su estado serológico, el 91 % de las personas diagnosticadas están en tratamiento y el 97 % de las que están en tratamiento han alcanzado la supresión viral. A pesar de todos estos logros, siguen existiendo barreras debido a la estigmatización. Hay demasiados diagnósticos tardíos y algunas personas siguen teniendo miedo de acudir a los servicios relacionados con el VIH. Para aumentar el uso de los servicios relacionados con el VIH y conseguir que la carga viral sea indetectable en todas las personas que viven con el VIH, es imprescindible que el sistema de salud trate a todas las personas con respeto y dignidad.

 Nittaya Phanuphak, directora ejecutiva del IHRI, insistió en que conocer el estado serológico es el primer paso indispensable para iniciar el tratamiento antirretroviral.

“Los grupos de población clave de mayor riesgo y las personas que viven con el VIH pertenecientes a cualquier sector de la sociedad tailandesa deben tener un acceso equitativo y fácil a las pruebas del VIH y, en caso de ser positivas, al tratamiento antirretroviral lo antes posible para lograr la I = I”, declaró el viceministro de Salud Pública,  Sopon Makthon.

La iniciativa de Tailandia se basa en un enfoque comunitario que permite a las personas que viven con el VIH ayudar a otras recién diagnosticadas a comenzar y seguir el tratamiento antirretroviral. “El liderazgo de la comunidad es fundamental para difundir I=I con eficacia”, afirmó Patchara Benjarattanaporn, directora de ONUSIDA en Tailandia. “Esto ayudará a abordar el estigma y autoestigma y también contribuirá a impulsar conductas saludables”.

Apiwath Kwangkaew, presidente de Thailand HIV/AIDS Network, insta a todos los profesionales de la salud a difundir el mensaje de I=I: “El personal médico debe explicar con determinación en qué consiste I=I para que la sociedad lo comprenda. Los servicios de salud deben ser valientes y hablar claro. Las cosas empezarán a cambiar si las personas comprenden que si la carga viral es indetectable, el virus es intransmisible”, dijo el Sr. Kwangkaew.

“ONUSIDA celebra la difusión de I = I.  Esto es clave para alcanzar la meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida”, concluyó el director regional de ONUSIDA, Taoufik Bakkali.

Mplus Tailandia: prestación de servicios contra VIH con estilo

13 de diciembre de 2022

“¡Esta no es la clínica de tu madre!”, exclamó asombrado un visitante.

Todos los productos publicitarios son elegantes y alegres, desde las pancartas hasta los folletos.  Las caritas sonrientes y los torsos tonificados están por todas partes.  El edificio entero es morado e incluso los archivos y las mascarillas del personal son de colores a juego.  Algunos de los presentadores Facebook Live tienen el atractivo y la energía de las estrellas del K-pop.  Además, el lema de esta organización es claramente optimista:  “la comunidad te llena de felicidad”.

Durante casi dos décadas, la fundación Mplus de Tailandia ha perfeccionado un enfoque único de prestación de servicios relacionados con el VIH a grupos de población clave, como los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres o las mujeres transgénero.

Su estrategia va mucho más allá de una imagen de marca moderna.  Mplus ha sabido aprovechar las asociaciones nacionales e internacionales para crear un servicio de salud dirigido por grupos de población clave y ha obtenido resultados extraordinarios.  De hecho, ellos administran más de la mitad de la profilaxis previa a la exposición (PrEP) en la provincia tailandesa de Chiang Mai.

Este año realizaron pruebas al 95 % de las casi 8000 personas a las que llegaron con sus servicios presenciales.  De aquellos que dieron positivo, el 91 % fue sometido a tratamiento, mientras que el 9 % restante está bajo un seguimiento individualizado. El 100 % de los clientes que se sometieron a pruebas de carga vírica resultaron tener supresión viral.   

“Las organizaciones de la comunidad son las que mejor pueden llegar a los grupos de población clave para que reciban sus servicios. Nos hemos dado cuenta de que las personas que no quieren realizarse pruebas en los hospitales están cómodos con aquellos que saben que entenderán sus vidas”, explicó Pongpeera Patpeerapong, Director de la fundación Mplus.   

Desde su creación en 2003, Mplus ha evolucionado hasta ofrecer una extensa gama de servicios. Ahora tienen centros de salud en cuatro provincias y sus unidades de análisis móviles atienden a clientes en otros cinco distritos. Asimismo, trabajan con un hospital de cada provincia, dando acceso a la atención médica y ayudando con el seguimiento.  Mplus ofrece pruebas rápidas y monitoreos de carga viral y de CD4. Además, está autorizada a administrar medicamentos.  Incluso cuentan con un pequeño grupo de motocicletas que realiza entregas de PrEP a las zonas más alejadas.

Sus actuaciones, tanto online como en persona, se basan en una estrategia dirigida entre iguales.  Su presencia en las redes sociales es impresionante, desde Twitter hasta Tik Tok.  Hay grupos privados de Facebook y aplicaciones especiales para que los clientes puedan conectarse con la comunidad.  En persona van más allá de los simples puestos de información, ya que organizan fiestas y encuentros deportivos. No se trata solo de actividades para unir a las personas.  Los clientes reservan citas online y las interacciones cara a cara normalmente acaban en la realización de una prueba del VIH.

Mplus también otorga asistencia técnica a otros países.  Por ejemplo, ha respaldado a una organización en Laos con intervenciones online y ha ayudado a grupos comunitarios en Camboya para que desarrollen campañas de fomento del PrEP.

Desempeñaron un papel fundamental en la defensa nacional de la homologación de los trabajadores sanitarios comunitarios.  Todo el personal de Mplus está certificado por el Departamento de Control de Enfermedades tras completar un riguroso programa de estudio, evaluación y práctica.

El programa sigue mejorando.  Mplus está reforzando su oferta de apoyo a la salud mental y emocional, y también está trabajando para poder obtener la certificación que les permita ofrecer tratamientos contra el VIH y contra las infecciones de transmisión sexual (ITS).

En el pasado, el programa estaba financiado en mayor medida por el Plan de Emergencia del Presidente de Estados Unidos para el Alivio del Sida, a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional. Sin embargo, actualmente, la mitad de sus inversiones provienen de la Oficina Nacional de Seguridad Sanitaria de Tailandia.

“La financiación nacional es esencial para poder desarrollar nuestros sistemas”, indicó Patpeerapong. “Las organizaciones de base comunitaria deben ser capaces de acceder a esta financiación nacional para tratar más problemas, como el estigma y la discriminación”.

El hecho de otorgar poder a los servicios de salud dirigidos por grupos de población clave ha sido un factor determinante en la mejora de los resultados del programa del VIH en Tailandia.  Una de cada cinco personas que viven con el VIH en Tailandia fue identificada y derivada por un servicio de salud dirigido por grupos de población clave en el marco del plan nacional de financiación sanitaria. Cuatro de cada cinco personas que reciben el PrEP en el país son atendidas por organizaciones lideradas por la comunidad.  Estos servicios cumplen una función en la estrategia tailandesa de Llegar, Reclutar, Examinar, Tratar, Prevenir, Retener (RRTTR, por sus siglas en inglés).

“Tailandia se encuentra en una buena posición para liderar la necesidad de una respuesta sostenible dirigida por la comunidad como parte esencial de la infraestructura sanitaria”, dijo el Director de ONUSIDA de Tailandia, Patchara Benjarattanaporn. "Mediante la creación de un sistema que permita la divulgación sanitaria podemos enfrentarnos al reto del diagnóstico tardío y facilitar un mejor acceso a los servicios a los grupos de población clave".

Tailandia ha incluido los servicios del VIH en su cobertura sanitaria universal y ha aumentado sus inversiones en los servicios de salud dirigidos por comunidades y por grupos de población clave. Los miembros de la Junta Coordinadora del Programa de ONUSIDA (JCP) visitaron Mplus y otros servicios de salud dirigidos por la comunidad en vista de la 51ª reunión de la JCP en Chiang Mai (Tailandia).

Tailandia acoge esta semana la reunión mundial sobre el VIH y muestra su liderazgo en la respuesta al sida

11 de diciembre de 2022

BANGKOK, 11 de diciembre de 2022— La 51.ª reunión de la Junta de Coordinación del Programa (JCP) de ONUSIDA tendrá lugar del 13 al 16 de diciembre en Chiang Mai, Tailandia. El anfitrión de la reunión es el Gobierno de Tailandia, que preside la JCP de 2022. Es la primera vez en 14 años que la Junta se reúne fuera de Ginebra (Suiza), la segunda lo hará en Chiang Mai.

“Le estamos agradecidos a Tailandia por su liderazgo en la respuesta mundial a la epidemia de VIH. El país ha dado pasos importantes para poner fin a la epidemia y está dando ejemplo también de cómo hacer realidad la voluntad política”, afirmó Taoufik Bakkali, director en funciones del Equipo de apoyo regional de ONUSIDA para Asia y el Pacífico.

“Que esta reunión tenga lugar en Tailandia ayuda a mantener el impulso en la región de Asia y el Pacífico para alcanzar los compromisos adquiridos por las naciones en la declaración política sobre el VIH de 2021”, dijo Bakkali.

La reunión de la Junta Coordinadora del Programa ONUSIDA muestra un enfoque integrador. Las organizaciones de la sociedad civil, incluidas las asociaciones de personas que viven con el VIH, se reunirán con Estados Miembros y organismos de las Naciones Unidas. Los asistentes visitarán juntos y aprenderán de los programas de apoyo a las personas afectadas. “Esta inclusividad es la clave de la eficacia del enfoque de ONUSIDA”, afirmó Bakkali. “Cada vez se hacen más preguntas sobre los procesos internacionales: dónde se celebran, quién participa y cómo están conectados con las experiencias de las personas más afectadas. Esta reunión se celebra en un país que tiene muchas enseñanzas que compartir sobre cómo responder al sida”.

La Junta Coordinadora del Programa de ONUSIDA supervisa y proporciona una dirección estratégica al Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida, que es el encargado de orientar y apoyar la respuesta mundial al VIH.

La 22.ª reunión de la JCP en 2008 también tuvo lugar en Chiang Mai bajo los auspicios del exministro de Salud Pública, Chavarat Charnvirakul. La reunión de este año estará presidida por su hijo, el vice primer ministro y ministro de Salud Pública, Anutin Charnvirakul.

La respuesta al VIH en Tailandia

Se calcula que 520 000 personas vivían con el VIH en 2021.

Tailandia ha avanzado considerablemente en la respuesta a la epidemia, especialmente en el suministro de pruebas y tratamientos a aquellas personas que viven con el VIH. En 2016 se convirtió en el primer país de la región en certificar la eliminación de la transmisión maternoinfantil del VIH. También se ha unido a la Alianza mundial de acciones para eliminar todas las formas de estigma y discriminación relacionadas con el VIH.

Desde 2010, las muertes relacionadas con el sida han disminuido en casi dos tercios (65 %) y las nuevas infecciones se han reducido un 58 %. Se calcula que el año pasado el 94 % de las personas que vivían con el VIH en Tailandia conocían su estado serológico. El 91 % de las personas diagnosticadas estaban en tratamiento y el 97 % de las que recibían terapia antirretroviral consiguieron la supresión viral.

Antes de la reunión de la JCP, los delegados conocerán los principales logros de Tailandia en la respuesta al VIH. El país ha sido pionero en la integración de los servicios relacionados con el VIH en la cobertura sanitaria universal. Esto se ha convertido en un mecanismo de financiamiento sustentable de la respuesta al VIH, ya que ha aumentado significativamente las inversiones en servicios de salud dirigidos por las poblaciones clave y comunidades.

Tailandia ha puesto en marcha buenas prácticas para acabar con la epidemia del sida. Por ejemplo, la legalización de la venta de pruebas de autodiagnóstico del VIH sin prescripción médica, la posibilidad de que más personas puedan iniciar el tratamiento el mismo día del diagnóstico y la exitosa implantación de un programa de profilaxis preexposición (PrEP). (La PrEP son medicamentos que toman a diario las personas seronegativas para evitar contraer el virus). La importancia que Tailandia ha dado a la salud pública y sus esfuerzos por combatir la estigmatización y la discriminación han sido fundamentales para progresar.

“Tailandia va por el buen camino para alcanzar y superar los objetivos 95-95-95 de pruebas, tratamiento y supresión viral para 2025. Para conseguirlo debe llegar a aquellos que todavía no tienen acceso a los servicios de prevención, pruebas, tratamiento y atención del VIH”, dijo Patchara Benjarattanaporn, directora de ONUSIDA en Tailandia. Señaló que una prioridad clave es que Tailandia sea capaz de dar un diagnóstico más temprano y siga reduciendo las nuevas infecciones. Se calcula que el año pasado se produjeron 6500 nuevas infecciones por el VIH en el país. Un dato preocupante es que la mitad de las nuevas infecciones se producen en jóvenes de entre 15 y 24 años, y la mayoría de ellos pertenecen comunidades de población clave.

“Tailandia ofrece servicios relacionados con el VIH de gran calidad. Por desgracia, aún hay demasiados jóvenes que no reciben la información sobre la prevención, los servicios y el apoyo que necesitan. Además, algunas personas seropositivas se enteran tarde de su estado serológico, cuando la enfermedad está ya avanzada. A medida que trabajamos para llegar a los que se están quedando atrás, debemos abordar las desigualdades en el acceso a la información, los servicios y el apoyo, así como seguir innovando y ampliando los enfoques eficaces dirigidos por la comunidad”, afirmó Benjarattanaporn. “Si actuamos con contundencia ante las desigualdades, podremos acabar con la epidemia de sida para 2030”.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

51st meeting, UNAIDS Programme Coordinating Board, 13-16 December 2022

“Mi misión en la vida es acabar con el estigma y la discriminación, y eso comienza con I = I”: una historia sobre el activismo del sida en Tailandia

01 de marzo de 2022

Pete vivía una vida bastante normal en Bangkok, Tailandia, y como un día cualquiera fue a trabajar. Tenía una empresa que importaba y exportaba verduras frescas de países vecinos en Asia sudoriental, un negocio familiar que compartía con su hermana. Era feliz, se encontraba en una relación seria y duradera con su novio, y todo parecía perfecto. Ese día, él y su pareja acudieron a realizarse pruebas de VIH, y ahí fue cuando su vida comenzó a cambiar.

“Me enteré de mi estado serológico en 2016 y justo después abandoné mi trabajo porque no sabía si viviría mucho más. Sin la orientación ni el apoyo profesional de salud mental, tenía muchos conceptos erróneos sobre el VIH, y empecé a sufrir de depresión”, dijo.

“Me culpé por haber contraído el VIH, y fui incapaz de sobrellevar este pensamiento. Me convertí en un usuario de drogas, practicaba el ‘chemsex’, rompí con mi novio y sobreviví a intentos de suicidio”, continuó. “Pero tras recibir el respaldo de organizaciones locales de personas que viven con el VIH, decidí retomar el control de mi vida. Comencé a hablar abiertamente sobre el VIH para ayudar a otros jóvenes a vivir con un diagnóstico positivo. Aunque nunca fue mi plan, sabía que tenía que hacerlo. Por eso me convertí en un activista del sida”, añadió.

Hoy en día, Pete (más conocido en Internet como Pete Living with HIV) es un reconocido activista en Tailandia y ha llegado lejos desde su diagnóstico. Ha pasado los últimos años construyendo una comunidad en línea para las personas que viven con el VIH. En este espacio seguro, las personas pueden relacionarse y estar lo suficientemente cómodas para compartir sus historias y experiencias en un entorno abierto y libre de estigma y discriminación. Su grupo de Facebook, que tiene estrictos requisitos de afiliación (por razones obvias), cuenta con más de 1300 miembros.

“Creé este espacio porque no disponía de un lugar donde contar mi historia. Quería crear una plataforma donde las personas que viven con el VIH puedan estar orgullosas de sí mismas y recordar que no están solas. Nadie merece ser estigmatizado, acosado, deshumanizado o despreciado. Toda persona es digna de ser amada, respetada y aceptada”, comentó.

En 2019, el país anunció la Asociación para la Cero Discriminación de Tailandia, que aboga por intensificar la colaboración entre el gobierno y la sociedad civil para trabajar contra el estigma y la discriminación más allá de los centros de atención sanitaria, entre ellos los lugares de trabajo, el sistema educativo, y el sistema legal y judicial. ONUSIDA lleva implicada desde que se lanzó la iniciativa y colabora activamente proporcionando asistencia técnica para elaborar la estrategia de cero discriminación y el plan de acción quinquenal, desarrollar un plan de monitorización y evaluación, y hacer realidad la estrategia aunando esfuerzos con el Gobierno tailandés y la sociedad civil.

Pete piensa que esta iniciativa es una piedra angular para acabar con la epidemia de sida, ya que el estigma y la discriminación siguen siendo el principal obstáculo para los servicios relacionados con el VIH. “Aunque ha mejorado mucho a lo largo de los años, sigo sufriendo el estigma y la discriminación cuando acudo a las revisiones periódicas de las infecciones de transmisión sexual. Todavía recibo juicios de las enfermeras y doctores”, señaló.

Pete además se ha convertido en un apasionado activista y habla de la importancia de la campaña I = I (indetectable = intransmisible) en foros internacionales y conferencias. “I = I cambió mi vida. Continúo luchando y fomentando I = I porque sus mensajes tienen el poder de cambiar la vida de las personas que viven con y están afectadas por el VIH. Sin embargo, lo más importante es que puede modificar las actitudes sociales y abordar el estigma y la discriminación”, afirmó.

Gracias a I = I, el tratamiento contra el VIH ha transformado el panorama de la prevención. El mensaje es claro y transformador: al estar en un tratamiento contra el VIH y tener una carga viral indetectable, las personas que viven con el virus no pueden transmitirlo a sus parejas. Saber que ya no pueden transmitir el VIH en sus relaciones sexuales puede permitir que las personas que viven con el VIH se sientan firmemente comprometidas con la prevención a la hora de abordar sus relaciones presentes o futuras.

Pete impulsó una campaña en 2020 centrada en I = I y la defensa de la salud mental. “A través de mis redes sociales, conciencio sobre la importancia de escuchar a las personas y sus experiencias y respetarlas.  I = I es fundamental para ayudar a que las personas que viven con el VIH superen la autoestigmatización y los sentimientos negativos, como la vergüenza, que les disuaden de acceder el tratamiento o de seguirlo. I = I es alentador; puede ayudar a recordar a las personas que viven con el VIH que deben estar orgullosas de sí mismas”, indicó.

Pete está reforzando ahora las asociaciones con las partes interesadas nacionales y aliados de la respuesta al VIH para garantizar que los mensajes relacionados con I = I, la prevención del VIH, y la cero discriminación se amplíen y lleguen a diferentes audiencias. También es un representante de un grupo de trabajo multisectorial para diseñar y aplicar el Índice de estigma en personas que viven con el VIH en Tailandia, que se llevará a cabo este año. Ha apoyado a las Naciones Unidas en Tailandia en varias campañas, como la de  “Todas las personas merecen amor” en el Día de San Valentín y la de Cero discriminación, en la que participan jóvenes de todo el país.

Día de la Cero Discriminación 2022

Las organizaciones lideradas por los grupos de población clave son las encargadas de suministrar los servicios sanitarios en Bangkok

27 de enero de 2020

Boy Somjai y Jam Chainukul (nombres ficticios) forman una pareja joven del mismo sexo procedente de Bangkok, Tailandia. Al principio de su relación, decidieron someterse ambos por primera vez a las pruebas del VIH. Tras buscar información por Internet, sus amigos les sugirieron que consultaran en la Rainbow Sky Association of Thailand (RSAT, por sus siglas en inglés), una clínica para el VIH basada en la comunidad y situada a las afueras de una transitadísima calle de Bangkok.

RSAT, con cuatro clínicas y diez centros sociales en distintas ciudades tailandesas, ofrece un servicio ininterrumpido a los gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, y a las personas transgénero, al permitirles acceder siempre a los servicios de prevención del VIH y participar en sesiones informativas relacionadas con el VIH, siempre con un horario flexible y que se adecua a los estilos de vida de muchas de las personas de los grupos de población clave.

Danai Linjongrat, director ejecutivo de RSAT, defiende que «el acceso a los servicios para el VIH dirigidos a los grupos de población clave está entre los mayores desafíos a los que se enfrenta la respuesta al VIH en el país. Es extremadamente importante que los grupos de población clave puedan acceder a los servicios de prevención y tratamiento del VIH sin sentir miedo por la discriminación».

El Sr. Boy y el Sr Jam, quienes cada tres meses vuelven a RSAT para realizarse sus controles rutinarios, afirman: «La primera vez que visitamos la clínica estábamos extremadamente nerviosos, ya que buscábamos un lugar que respetara nuestra privacidad y mantuviera la confidencialidad. Sin embargo, aquí encontramos más que una clínica; descubrimos un lugar en el que confiar, una familia. El personal sanitario nos hizo sentirnos cómodos para compartir nuestra historia; no nos juzgaron y comprendieron nuestras necesidades con una mentalidad abierta».

El éxito de RSAT se debe en gran parte a que sus trabajadores sanitarios pertenecen a los grupos de población a los que atienden. RSAT ha adoptado el modelo del país de servicios sanitarios dirigidos por los grupos de población clave, en el cual las personas de los grupos de población clave se identifican y satisfacen las necesidades respecto al VIH y otras enfermedades que presentan sus iguales. «Comprendemos las necesidades de nuestros clientes, lo que quieren, dónde viven y cómo se sienten, porque nuestro personal es, al mismo tiempo, una parte activa de esas comunidades», apunta el Sr. Linjongrat.

Los trabajadores sanitarios de la comunidad proporcionan servicios basados en las necesidades y centrados en los clientes, incluyéndose aquí la profilaxis preexposición, las consultas legales, la reducción del daño, las pruebas de detección de infecciones de transmisión sexual, el asesoramiento y los controles hormonales de las personas transgénero. En función del resultado de la prueba del VIH, se les ofrece remitirlos a un especialista para iniciar la terapia antirretrovírica o se plantea la opción de la profilaxis previa a la exposición, todo ello siempre en un entorno que apoya y nunca juzga.

RSAT es una de las siete organizaciones tailandesas lideradas por la comunidad que proporcionan servicios de profilaxis preexposición gratuitos a través del programa Princess PrEP Project. En la actualidad 1200 personas tienen acceso a este tratamiento profiláctico previo a la exposición gracias a las clínicas de RSAT y sus centros sociales. El Centro de Investigación del Sida de la Cruz Roja Tailandesa, con el apoyo del Plan de emergencia del presidente de los Estados Unidos para el alivio del sida, mediante el proyecto LINKAGES Thailand, pone en marcha un desarrollo de capacidades continuo para garantizar que los trabajadores sanitarios de la comunidad puedan prestar servicios para el VIH de acuerdo con los estándares nacionales.

RSAT utiliza distintas formas para generar demanda, promover sus programas y llevar a cabo su labor de difusión. Según Phubet Panpet, director adjunto de RSAT, «en función de nuestro público objetivo, acudimos a sitios diferentes, como las saunas, los complejos de entretenimiento, los colegios y las universidades, con el fin de concienciar sobre la prevención del VIH y de animar a las personas a realizarse las pruebas».

Kunpawee Isalam, miembro del equipo de difusión de Bangkok, es una persona transgénero que comprende bien el estigma y la discriminación a los que se enfrenta la comunidad transgénero. «Planificamos actividades de divulgación y concienciación que sabemos que van a interesar a las personas transgénero, con el objetivo de aumentar así su autoconfianza. A muchas personas les resulta muy difícil sentir el apoyo y tienen miedo de la discriminación. RSAT proporciona un espacio seguro y distintas opciones para la prevención del VIH», explica.

RSAT utiliza las redes sociales para llegar a los hombres gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. Sus trabajadores se registran como usuarios y crean perfiles en aplicaciones de citas para compartir información relacionada con el VIH. «Al principio de la conversación, la persona encargada de la divulgación habla sobre la clínica y lleva a las demás personas a participar en una conversación relacionada con la prevención del VIH», detalla Mongkol Jaidee, oficial de campo. «Yo escojo el sitio, veo quién está conectado y les envío mensajes privados para presentarles los servicios que proporciona la clínica. Normalmente recibo una respuesta positiva, y lo habitual es que luego la gente vuelva a mí con preguntas y que nos visite pasados unos días».

El Sr. Linjongrat concluyó: «Nos distinguimos de otros servicios porque cuidamos de la gente preocupándonos por lo que necesitan y explorando todo lo que podemos hacer por ellos. Los servicios liderados por la comunidad constituyen una estrategia demostrada y son un rasgo fundamental de la respuesta al VIH en Tailandia».

Capacitación de los jóvenes que viven con el VIH para que se conviertan en los agentes del cambio en Tailandia

23 de enero de 2020

En Tailandia hay aproximadamente 24 000 jóvenes de entre 15 y 24 años viviendo con el VIH. En el año 2018, la gente joven representaba casi la mitad de las 6400 nuevas infecciones del país.

Tailandia ha avanzado a pasos agigantados en su respuesta al sida, al incluir la terapia antirretrovírica gratuita dentro de su programa de cobertura sanitaria universal. Sin embargo, los adolescentes y las personas jóvenes que viven con el VIH a menudo quedan fuera de dichas atenciones o no reciben el apoyo que necesitan para adherirse al tratamiento. La autoestigmatización, el estigma y la discriminación, y la transición de la atención pediátrica al cuidado adulto son solo algunos de los desafíos a los que tienen que enfrentarse los adolescentes y los jóvenes seropositivos.

Para salvar esta brecha, hace tres años el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y otros socios nacionales liderados por la Red tailandesa de personas que viven con el VIH crearon la Red tailandesa de jóvenes que viven con el VIH. Su principal objetivo era capacitar a los adolescentes y jóvenes que viven con el VIH para que se conviertan en los agentes del cambio que querrían ver en sus vidas. La red se constituyó y recibió poder para proporcionar servicios de derivación, formar a las personas para que desarrollen las destrezas que necesitan en su vida y prestar apoyo entre iguales a los adolescentes y a las personas jóvenes que viven con el VIH.

Krittahanan Ditthabanjong, uno de los primeros miembros activos de la red, es ahora su jefe de comunicación corporativa. Mientras estudia para ser periodista, trabaja también como editor de contenidos para varias páginas web y revistas tailandesas, y es, además, un joven líder de reconocido prestigio. El Sr. Ditthabanjong representa a la red en acontecimientos públicos y en los medios de comunicación, y da voz a las necesidades de las personas jóvenes que viven con el VIH.

«He revelado públicamente mi estado serológico positivo porque quiero que otras personas aprendan también de mis experiencias, y quiero hacerle llegar a la gente joven la información que precisa para disfrutar de una vida sana y digna». Me siento seguro para alzar la voz porque cuento con el apoyo de mis amigos y de la comunidad», dijo.

Gracias al apoyo técnico y económico de UNICEF y de otros socios, y mediante una variedad de plataformas y estrategias, la red ofrece apoyo emocional cuando una persona recibe su diagnóstico positivo del VIH, proporciona información para reducir la autoestigmatización, da herramientas y prepara para afrontar la situación, y crea una red de apoyo para abordar el estigma y la discriminación. «La gente joven que vive con el VIH necesita apoyo emocional y una comunidad en la que poder confiar», insistió el Sr. Ditthabanjong.

Los jóvenes líderes formados de la red asesoran a los jóvenes que viven con el VIH y los acercan a las instalaciones sanitarias, los hospitales y los servicios liderados por la comunidad para el tratamiento y el cuidado del VIH. Los líderes jóvenes acompañan igualmente a los chicos y chicas que viven con el VIH a sus consultas médicas, y realizan un seguimiento con visitas a casa para ayudarlos a adherirse al tratamiento.

Utilizan las redes sociales para llegar a los jóvenes, y a través de ellas les proporcionan información sobre el VIH y promueven su autoaceptación. Iniciativas como la campaña online «Creciendo con el VIH» ofrecen espacios seguros en los que los jóvenes pueden plantear sus dudas sobre distintos temas, incluyéndose aquí la prevención del VIH y las prácticas sexuales seguras, así como les permite compartir opiniones y puntos de vista.

«"Creciendo con el VIH" permite a los jóvenes ser parte de nuestra comunidad y los ayuda a sentir que no están solos», explica el Sr. Ditthabanjong.

El Sr. Dittahabanjong muestra también su compromiso con otras campañas e iniciativas en redes sociales con UNICEF dirigidas a los jóvenes tailandeses en general, y que también le permiten conocer el parecer y las perspectivas de las personas que viven con el VIH. Hace muy poco se ha unido a la campaña «Atrévete a soñar», creada por UNICEF para los jóvenes de Tailandia, con el objetivo de dar voz a sus opiniones respecto de la educación y de lo que necesitan para hacer la transición a la vida adulta. «Desde que era un tímido adolescente que no quería hablar y que constantemente miraba a su asesor buscando su aprobación hace ya unos cuantos años, el Sr. Ditthabanjong ha recorrido un largo camino con nosotros y, de hecho, fue uno de los nueve ponentes motivacionales de la campaña para la juventud "Atrévete a soñar"», apuntó un miembro del personal de UNICEF.

El Sr. Ditthabanjong concluye: «Un día me hicieron una entrevista en un medio de comunicación. En cuanto dejé de estar en directo, recibí un mensaje de una persona joven a la que acaban de diagnosticar el VIH. "Mi madre y mi padre no me aceptan, y yo quiero acabar con mi vida"», me contó. Entonces lo llamé, quedé con él y lo convencí para que se uniera a nuestra red. Ahora esa persona está bien. Las cosas le están yendo bien. Nuestro trabajo impacta en la vida de las personas.

Apoyo a las comunidades para que se impliquen en la respuesta al sida en Tailandia

20 de enero de 2020

La oficina de ONUSIDA en Tailandia está situada en Bangkok y cuenta con un pequeño equipo de tres profesionales. Una de ellos es Orawan Bettenhausen, auxiliar administrativa, quien lleva casi 20 años dedicada al equipo. «Formar parte de la familia de ONUSIDA me ha capacitado y me ha transformado en quien soy hoy. Tengo la gran fortuna de estar bajo la supervisión de directores regionales que siempre me han animado y respaldado, y de verme rodeada de grandes compañeros e iguales, tanto dentro como fuera de ONUSIDA, que constantemente me han ayudado, apoyado e inspirado», señala.

La Sra. Bettenhausen recuerda una reunión que mantuvo durante sus primeras semanas en ONUSIDA con una persona que vivía con el VIH, un representante de la Red tailandesa de personas que viven con el VIH. «Le pregunté sobre su vida. Cuando terminó de hablar, rompí a llorar», relata. «Para mi sorpresa, él me dijo que ni él ni ninguna otra de las personas que viven con el VIH querrían que yo sintiera lástima por ellos. Simplemente querían ser aceptados tal y como son. Me enseñó una enorme lección, y en aquel momento me comprometí a trabajar siempre por las personas que viven con el VIH o que están afectadas por el virus».

Con el paso de los años ha trabajado junto al director regional y el resto del equipo para llegar a las comunidades, las organizaciones de la sociedad civil y las personas que viven con el VIH. Ha estado siempre muy implicada y comprometida con la respuesta al sida. «Desde mi papel de auxiliar administrativa, sí que siento que apoyo a los socios de la comunidad de muchas maneras diferentes. Por ejemplo, contribuyo para llevar a cabo proyectos conjuntos, facilito apoyo logístico para asegurarme de que las comunidades puedan participar en acontecimiento regionales y nacionales, y permito que se comuniquen interpretando de tailandés a inglés y viceversa». Pienso que estoy dando a los miembros de la comunidad la oportunidad de superar las barreras lingüísticas, para que puedan así estar presentes en aquellos espacios en que se toman las decisiones, con vistas a que logren poner voz a sus necesidades, y llevar y mostrar su gran labor fuera de Tailandia», explica.

La Sra. Bettenhausen ha sido testigo de cambios importantes en la respuesta al sida en Tailandia. Por ejemplo, recuerda cómo ONUSIDA ponía en marcha proyectos en colaboración con las organizaciones de la sociedad civil y facilitaba el diálogo entre los legisladores, los implementadores de programas para el VIH y los representantes de la comunidad en un momento en que el estigma y la discriminación contra las personas que vivían con el VIH y los grupos de población clave constituían la mayor preocupación del país.

Desde el año 2015, Tailandia tiene en marcha un paquete 3 × 4 para instalaciones sanitarias libres de estigma, el cual incluye programas integrales para abordar y eliminar las barreras que impiden acceder a los servicios sanitarios. En 2019 el país anunció la iniciativa Thailand Partnership for Zero Discrimination, con la cual se pretendía conseguir la cero discriminación no solo en el ámbito sanitario, sino también en el lugar de trabajo y en el sistema educativo. ONUSIDA lleva implicada desde el mismo momento en que se lanzó la iniciativa y colabora activamente proporcionando ayuda técnica para elaborar la estrategia de cero discriminación, desarrollar un plan de supervisión y evaluación, y hacer realidad la estrategia aunando esfuerzos con el Gobierno tailandés y la sociedad civil.

«Mi contribución a este logro consistía en proporcionar un apoyo continuo al director del país, cuyo papel fue fundamental para involucrar y acercar a interesados procedentes de distintos sectores, siempre con el fin de asegurarnos de que las comunidades estén presentes y puedan alzar la voz. Ahora nuestros compañeros del Gobierno trabajan mano a mano con las organizaciones de la sociedad civil. Todos los interesados clave son iguales y se reúnen para tomar decisiones en igualdad de condiciones y avanzar en la misma dirección. Hemos construido un verdadero asociacionismo», recalca la Sra. Bettenhausen.

La Sra. Bettenhausen creció en la zona norte de Tailandia. Su pasión por el sector público surgió de muy niña, cuando veía a su padre mejorar los medios de vida de los agricultores y sus familias como asesor para el Gobierno alemán y los donantes para el desarrollo rural. Años más tarde, mientras estudiaba un máster en gestión, se dio cuenta de que no quería dedicarse al mundo de los negocios y decidió escribir su tesis sobre la labor del centro Mercy-Human Development Centre, una organización no gubernamental que trabaja en los suburbios de Klong Toey, en Bangkok. Los dos meses que pasó trabajando en los suburbios y recabando datos para su tesis la hicieron ser consciente de realidades como la pobreza urbana, el consumo de drogas, el abuso infantil y el VIH. «Después de graduarme, me dediqué durante dos años a los negocios, pero enseguida me di cuenta de que mi vocación era seguir los pasos de mi padre y trabajar para las personas. El destino se puso de mi lado y encontré un puesto de trabajo en ONUSIDA», cuenta.

El principal desafío al que se enfrenta la Sra. Bettenhausen en la oficina regional es el ser capaz de llevar a cabo y mantener al día distintas tareas, puesto que su trabajo de administrativa le requiere un enorme tiempo. Sin embargo, para ella, todo lo que se hace con la debida diligencia ayuda a avanzar y contribuye a marcar la diferencia. Su labor no solo es fundamental para garantizar que la oficina regional de ONUSIDA pueda cumplir con su mandato, sino que también es imprescindible para conseguir el objetivo de poner fin al sida en 2030.

Cambiando el curso de la epidemia del VIH en Tailandia

17 de enero de 2020

Amanece una mañana como otra cualquiera en el Centro de Investigación del Sida de la Cruz Roja Tailandesa, una organización de la sociedad civil que trabaja bajo el amparo de la Sociedad de la Cruz Roja Tailandesa. En un edificio en pleno corazón de Bangkok, las enfermeras, los médicos, los asesores y los educadores inter pares están ocupados con su quehacer diario, suministrando los servicios para el VIH a las 200 personas que diariamente acuden a la Clínica Anónima de la Cruz Roja Tailandesa para realizarse los controles médicos, las pruebas del VIH y recibir los servicios para la prevención del VIH, entre los que se encuentran la administración de preservativos y de profilaxis preexposición (PrEP).

A sus 35 años, Praphan Phanuphak, director del centro que él mismo cofundó en 1989, descubrió el primer caso de VIH en Tailandia. «Fue algo accidental. Me derivaron a un paciente para que yo lo tratara e investigara el motivo por el que tenía una infección cutánea por hongos que era muy recurrente», recuerda. «En febrero de 1985, este mismo paciente ingresó con una neumonía por Pneumocystis.  Y ese mismo mes nos mandaron al hospital a otro hombre con una infección criptocócica generalizada. A ambos se les diagnosticó VIH. Desde entonces, llevo todos estos años dedicándome en cuerpo y alma a tratar a las personas que viven con el VIH y a desarrollar soluciones para expandir el acceso a los servicios del VIH en el país».

El Sr. Praphan es consciente de que, durante los primeros años del VIH, la respuesta tailandesa al virus tuvo que enfrentarse a importantes desafíos. Por aquel entonces, las leyes tailandesas obligaban a los hospitales a comunicar al ministerio de Salud Pública los nombres de las personas a las que se había diagnosticado el VIH, lo cual contribuyó a aumentar el estigma y la discriminación contra las personas que viven con el VIH. En respuesta a ello, la Cruz Roja Tailandesa abrió la Clínica Anónima Cruz Roja Tailandesa, el primer centro anónimo en Asia, y recomendó al Gobierno tailandés suprimir la mencionada ley de informes. La Clínica Anónima continúa siendo el centro más conocido que realiza pruebas voluntarias del VIH en el país.

«Hasta principios del año 2000, los medicamentos antirretrovirales no estaban disponibles en los centros sanitarios públicos tailandeses, y muchas de las personas que vivían con el VIH no podían permitirse adquirirlos», apuntaba el Sr. Praphan. Añadió, además, que en 1996 el Centro de Investigación del Sida de la Cruz Roja Tailandesa fue el primero en suministrar medicamentos antirretrovirales gratuitos  como parte de los ensayos clínicos en el marco del acuerdo de colaboración  para la investigación sobre el VIH entre Tailandia, Australia y los Países Bajos.

«Tras años de desesperanza, por fin llegó el momento de poder mirar hacia adelante y ver la luz. Por esa razón, quiero darle las gracias a Su Alteza Real la Princesa Soamsawali, quien nos apoyó abriendo en 1996 un fondo para la prevención de la transmisión maternoinfantil del VIH. Y aquello fue ya mucho antes de que el Gobierno de Tailandia comenzara su gran programa de prevención», recalcó el Sr. Praphan.

La respuesta al sida en Tailandia ha ido cambiando enormemente con el paso de los años. En el año 2006, Tailandia integró sus servicios para el VIH, incluyéndose aquí la terapia antirretroviral, en su plan de cobertura sanitaria universal. Desde 2014, Tailandia está suministrando la terapia antirretroviral a todo el mundo independientemente de su conteo de células CD4. Hoy todos pueden acceder al tratamiento de manera gratuita, y a las personas que viven con el VIH se les ofrece la medicación inmediatamente después del diagnóstico.

Sin embargo, también son muchas las personas que empiezan su terapia antirretroviral ya tarde. «Nosotros disponemos de los medicamentos, pero mucha gente no obtiene su diagnóstico lo suficientemente rápido», advirtió el Sr. Praphan. A pesar del enorme progreso alcanzado, la epidemia del VIH aún no está erradicada en Tailandia. El VIH sigue concentrándose entre los grupos de población clave: casi el 50 % de las nuevas infecciones registradas en 2018 se produjeron entre hombres gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. El bajo acceso a las pruebas del VIH entre los grupos de población clave se relaciona con la aceptabilidad de los servicios y el estigma y la discriminación, los cuales obstaculizan el acceso al diagnóstico, la prevención y el cuidado del VIH.

«Por nuestra experiencia, la mejor forma para detectar y diagnosticar a tiempo a las personas que viven con el VIH consiste en ayudar a los grupos de población clave a llegar a sus iguales y traerlos a los centros sociales dedicados al VIH, donde se les pueden realizar las pruebas para conocer su estado serológico», explica el Sr. Praphan, quien defendió con éxito la idea de modificar la ley tailandesa para poder certificar a proveedores no profesionales de los grupos de población clave con el fin de que puedan ser ellos quienes administren un buen número de servicios para el VIH.

El Centro de Investigación del Sida de la Cruz Roja Tailandesa se ocupa fundamentalmente de llevar a cabo proyectos piloto con el objetivo de obtener pruebas a partir de las que informar a los planificadores y los legisladores nacionales. Las pruebas proporcionan una base para la aceptación nacional y permiten llevar las innovaciones a escala nacional.

El centro, que se ha convertido en un referente líder en lo que concierne al acercamiento a los grupos de población clave, lleva desde 2014 ofreciendo profilaxis preexposición a todas las personas que corren un riesgo sustancial de contraer el VIH, a través de proyectos como el Princess PrEP Programme . En octubre de 2019, Tailandia introdujo la profilaxis preexposición entre el paquete de beneficios de la cobertura sanitaria universal, en lo que se consideró una fase piloto de los esfuerzos que se estaban haciendo por llevar la profilaxis previa a la exposición a la población de todo el país.

El Sr. Praphan considera que los legisladores y los implementadores de programas deberían comprender que «no podemos continuar trabajando como hasta ahora. En Asia y en el Pacífico, muchos países todavía son escépticos o conservadores en cuanto a la necesidad de promover los enfoques necesarios para cambiar el curso de la epidemia del VIH». Él tiene claro que la región no puede alcanzar para 2020 los objetivos de 90-90-90 si seguimos avanzando al ritmo actual. «Necesitamos empezar a pensar desde una nueva perspectiva y fijarnos en lo que otros países están haciendo, lo cual nos puede servir como modelo. Así es como podemos recorrer más rápido el camino para acabar con el sida como amenaza para la salud pública».

ONUSIDA reconoce los avances del Centro de Investigación del Sida de la Cruz Roja tailandesa

02 de mayo de 2019

El Centro de Investigación del Sida de la Cruz Roja Tailandesa (TRC-ARC, por sus siglas en inglés) ha estado a la vanguardia en la respuesta al VIH desde los inicios de la epidemia, cuando el director, Praphan Phanuphnak, diagnosticó el primer caso de VIH en el país en 1985. Desde entonces, ha seguido desarrollando y fomentando estrategias innovadoras para la prevención y el tratamiento del virus, entre ellas, la profilaxis previa a la exposición (PPrE), la iniciación de la terapia antirretrovírica en el mismo día y los servicios sanitarios dirigidos por grupos de población clave.

En Bangkok (Tailandia), se encuentra el TRC-ARC, una organización que opera bajo el mando de la Sociedad Nacional de la Cruz Roja de Tailandia. Esta organización ha sido una de las líderes en la respuesta nacional al VIH mediante proyectos implementados en colaboración con organismos asociados y financiados por el Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del Sida (PEPFAR, por sus siglas en inglés).

Desde finales de 2014, la organización ha ofrecido PPrE a las personas con mayor riesgo de infección gracias a proyectos como el programa PPrE de la Princesa, que cuenta con el apoyo total de Su Alteza Real la Princesa Soamsawali. Este programa facilita los servicios de la PPrE de forma gratuita por medio de organizaciones dirigidas por las comunidades, como la Fundación Service Workers in Group (SWING), la Asociación de Tailandia Rainbow Sky, Mplus, CAREMAT y SISTERS. El TRC-ARC también ofrece a los miembros de estos grupos formación integral sobre las normas de atención sanitaria, financiación sostenible, evaluación y control de calidad.

Desde 2017, el TRC-ARC también proporciona terapia antirretrovírica en el mismo día con el objetivo de mejorar la continuidad y el cumplimiento del tratamiento. Si una persona da positivo en la prueba del VIH, se le prescribe inicialmente un suministro de medicamentos para dos semanas y, luego, es transferido a otras instalaciones sanitarias donde continúa el tratamiento.

Otro logro significativo ha sido la creación de la Clínica Tangerine, la primera en el país que cuenta con atención sanitaria y servicios de asesoramiento diseñados para personas transgénero. La clínica está dirigida por personas transgénero y los trabajadores son profesionales médicos sensibles a las cuestiones de género. Esta brinda servicios de atención sanitaria de salud sexual y reproductiva, asesoramiento psicosocial, asesoramiento y terapia hormonal, pruebas del VIH y derivación al tratamiento.

En la reciente visita a Tailandia de Michael Sibidé, Director Ejecutivo de ONUSIDA, este homenajeó la labor de Praphan Phanuphnak y del TRC-ARC en un evento organizado por ONUSIDA al que asistieron los representantes tailandeses del Ministerio de Salud Pública, PEPFAR, USAID, asociados para el desarrollo de las Naciones Unidas y organizaciones de la sociedad civil.

«El Centro de Investigación del Sida de la Cruz Roja tailandesa ha desempeñado un papel clave en el desarrollo y el fomento de estrategias innovadoras y efectivas para la prevención y el tratamiento del VIH durante más de 30 años», dijo el Director. A lo que añadió: «Su contribución se extiende más allá de Tailandia y ha impulsado el cambio en toda la región Asia–Pacífico».

Praphan Phanuphnak agradeció el reconocimiento de los avances del TRC-ARC y afirmó que la organización continuaría su labor hasta acabar con la epidemia de sida. «Acepto el reconocimiento en representación de todos los que trabajan conmigo en la Cruz Roja tailandesa y en la comunidad para garantizar que nadie se queda al margen. Hemos demostrados que, si se integra la ciencia en los niveles comunitarios, es posible proporcionar atención sanitaria a los grupos más al margen».

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