Asia Pacific


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Las lecciones aprendidas del proyecto Ashodaya de profilaxis previa a la exposición en la India
07 Octubre 2020
07 Octubre 2020 07 Octubre 2020El proyecto de demostración Ashodaya relacionado con la profilaxis previa a la exposición (PPrE) para trabajadoras sexuales en el sur de la India ha enseñado al mundo de qué manera se pueden fortalecer la profilaxis previa a la exposición y los programas para la prevención del VIH, y cómo se ha de acelerar su implementación mas allá de los proyectos piloto.
Si bien la profilaxis previa a la exposición ha demostrado ser extremadamente eficaz (se logra una protección de casi un 100 % cuando se administra como se pauta), lo cierto es que desarrollar un programa exitoso de profilaxis previa a la exposición es todo un reto. Todos los esfuerzos para prevenir al VIH entre los trabajadores sexuales tradicionalmente se han centrado en el uso de los preservativos y, aunque sí ha habido un determinado número de buenos programas que han contribuido al descenso de las nuevas infecciones por el VIH en la región Asia-Pacífico, los trabajadores sexuales continúan concentrando una carga desproporcionada de la infección. En el año 2019, el 9 % de las 300 000 nuevas infecciones que se calculan por el VIH en la región de Asia-Pacífico se produjo entre los trabajadores sexuales, y en todo el mundo el riesgo relativo de la infección por el VIH es 30 veces superior entre los trabajadores sexuales que entre la población general.
La profilaxis previa a la exposición es una novedad relativamente reciente entre la opciones disponibles para la prevención del VIH. Consiste en que una persona seronegativa tome medicamentos antirretrovíricos antes de una posible exposición al VIH. Pese a que, desde 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda este tratamiento profiláctico a todas las personas que corren un riesgo real de contraer el VIH, la profilaxis previa a la exposición sigue siendo inaccesible para la mayoría de los grupos de población clave, incluyéndose aquí los trabajadores sexuales y sus parejas, en la región Asia-Pacífico. Son muy pocas las pruebas que existen del uso de la profilaxis previa a la exposición entre mujeres, sobre todo entre trabajadoras sexuales, en Asia y el Pacífico.
El proyecto de demostración Ashodaya sobre la profilaxis previa a la exposición fue una de las dos iniciativas lanzadas y lideradas por la comunidad para proporcionar profilaxis previa a la exposición a todas las trabajadoras sexuales. Este proyecto en concreto fue promovido por la fundación Bill & Melinda Gates (el otro fue dirigido por el comité de Calcuta Durbar Mahila Samanwaya). Los trabajadores sexuales de la India estaban muy preocupados por el hecho de que, si bien el uso de preservativos era elevado, algunos trabajadores sexuales seguían infectándose del VIH.
«Nuestro proyecto demuestra que la profilaxis previa a la exposición liderada por la comunidad se puede integrar de forma muy eficaz en los servicios ya existentes para los cuidados y la prevención del VIH que se ponen a disposición de los trabajadores sexuales y que se traducen en una elevada retención y adherencia. Los legisladores encargados de elaborar las políticas han de consultarnos, escucharnos y confiar en nosotros, puesto que somos quienes sabemos lo que nos funciona y cómo hacer que funcione. Tenemos la obligación de hacer que la profilaxis previa a la exposición esté disponible como una herramienta más de prevención, de una forma segura y sostenible, y luchamos por ello», apunta Bhagya Lakshmi, secretaria de Ashodaya Samithi.
El proyecto de demostración de la profilaxis previa a la exposición, que comenzó en abril de 2016 y terminó en enero de 2018, obtuvo muy buenos resultados. Se comunicó un alto nivel de continuación de la profilaxis previa a la exposición, y un 99 % de los 647 participantes finalizó los 16 meses de seguimiento. En el caso de las mujeres, es fundamental administrar la profilaxis previa a la exposición a diario para mantener la protección. Aunque la adherencia fue solo de un 70 % al tercer mes, esta volvió a aumentar hasta un 90 % al sexto mes, y en el último mes del proyecto se logró una adherencia del 98 %. Esa adherencia comunicada por las propias usuarias se comprobó luego con un análisis sanguíneo que se realizó a un subgrupo de las participantes al tercer y sexto mes.
El proyecto no solo ayudó a acabar con algunos de los temores más comunes que tiene la gente respecto a la profilaxis previa a la exposición, sino que también mostró todos sus beneficios en cuanto a salvar las brechas en materia de prevención. Por su parte, el uso del preservativo, lejos de reducirse, se mantuvo estable. El uso del preservativo con clientes ocasionales se situaba en torno al 98 %, mientras que el porcentaje bajaba cuando los clientes eran ya conocidos (87-96 %) o cuando se trataba de relaciones sexuales con parejas habituales (63 %). No aumentaron las infecciones de transmisión sexual sintomáticas, y tampoco se vio ningún caso que contrajera el VIH durante el periodo de seguimiento posterior.
Son distintos los factores que contribuyeron al éxito del proyecto Ashodaya de profilaxis previa a la exposición, entre ellos:
- Integrar plenamente la profilaxis previa a la exposición en una variedad de servicios sanitarios existentes previamente, así como su alcance y la gran movilización de la comunidad. Mediante este enfoque se reconocía que la profilaxis previa a la exposición no es únicamente un medicamento ni un servicio aislado, sino que forma parte del paquete para la salud y la prevención, en el cual se incluyen también los servicios para la salud sexual y reproductiva.
- Las comunidades, encargadas de liderar el camino: planificación, puesta en marcha y supervisión.
- Preparar la comunidad para tener la certeza de su pleno compromiso y total implicación. Un proceso intensivo para preparar e implicar a la comunidad, de tal manera que las trabajadoras sexuales puedan tomar decisiones informadas respecto a su participación.
- Dirigirse a tiempo a los grupos excluidos. Aceptar que muchos miembros de la comunidad serían descartados. La comunidad había sido informada de que no todos los miembros podrían optar a una profilaxis previa a la exposición dentro del marco del proyecto de demostración, dado el número limitado de plazas y el objetivo del proyecto.
- Priorizar el compromiso continuado por encima de una adherencia perfecta. El recurrir a la red de la que ya disponía Ashodaya de trabajadoras para llegar a iguales permitió estrategias de apoyo a la adherencia individualizadas para satisfacer de la mejor manera posible las necesidades de los usuarios de la profilaxis previa a la exposición, tanto a la hora de incrementar el apoyo cuando se reduce la adherencia, como en el momento de derivar al paquete integral de Ashodaya de servicios sociales y sanitarios que van más allá de la profilaxis previa a la exposición.
«No seremos capaces de detener las nuevas nuevas infecciones por el VIH en Asia y el Pacífico si continuamos trabajando como siempre», insiste Eamonn Murphy, director del equipo regional de apoyo de ONUSIDA para Asia y el Pacífico. «La profilaxis previa a la exposición responde a una necesidad no satisfecha y amplía las opciones de prevención para las personas que corren un mayor riesgo de contraer el VIH. Necesitamos incrementar la profilaxis previa a la exposición e incluirla cada vez más como una intervención adicional para lograr una prevención eficaz del VIH. Los principios del proyecto de demostración Ashodaya relacionados con la profilaxis previa a la exposición constituyen un modelo aplicable no solo para la India, sino para toda la región en su conjunto. Las grandes lecciones que hemos aprendido con el proyecto son cruciales para saber cómo han de seguir avanzando los programas de prevención».
El proyecto Ashodaya relacionado con la profilaxis previa a la exposición implica un proceso plenamente liderado por la comunidad: son los miembros de la comunidad quienes se encargan desde su conceptualización hasta su planificación, pasando por su puesta en marcha y supervisión. El proyecto piloto concluyó en el año 2018 y en ese momento se llevó a cabo un análisis de los resultados que se completó con el apoyo de ONUSIDA en la India y la OMS. Desde entonces, Ashodaya ha estado formando a todo un grupo de miembros de la comunidad para que defiendan la profilaxis previa a la exposición en alianza con la Red india de trabajadores sexuales y siempre con el respaldo de AVAC. Ashodaya, con el gran apoyo de ONUSIDA, la OMS, el Comité Durbar Mahila Samanwaya y la red india de trabajadores sexuales continúa defendiendo la profilaxis previa a la exposición con la Organización Nacional del Control del Sida de la India (NACO, por sus siglas en inglés). Ashodaya está también explorando las oportunidades para abrir franquicias sociales en la comunidad y ocuparse de las campañas de marketing de la profilaxis previa a la exposición, con el objetivo de lograr incluso un mayor acceso al tratamiento. NACO se ha encargado de elaborar un borrador de políticas y directrices nacionales en materia de profilaxis previa a la exposición. La comunidad espera ansiosa la reactivación de los servicios para la profilaxis previa a la exposición.
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Donaciones de dinero en efectivo para personas que consumen drogas durante la COVID-19 en Bangladesh
09 Septiembre 2020
09 Septiembre 2020 09 Septiembre 2020«No puedo abastecer a mi familia con la comida suficiente porque han bajado mis ingresos. Me deprime ver a mi familia pasar hambre y apuros económicos», comenta Kamal Hossain (nombre ficticio), una persona que consume drogas, residente en Daca, Bangladesh.
La pandemia de COVID-19 está afectando a las vidas y los medios de subsistencia de mucha gente en todas partes. El impacto es especialmente notable en personas con desventajas socioeconómicas o ya marginadas. En Bangladesh, las ificultades a las que se tienen que enfrentar para ganarse la vida y acceder a cualquier tipo de programa de protección social se han acentuado aún más para las personas que consumen drogas, que ya de por sí se encuentran marginadas por parte de la comunidad en general.
Algunos en la misma situación que Hossain trabajaban antes de la pandemia, pero perdieron sus empleos durante el confinamiento. Los centros de recreo y de acogida a los que acudían antes para recibir apoyo sanitario y psicosocial se cerraron parcial o totalmente y los servicios sanitarios se vieron interrumpidos.
Para ayudar a las personas que consumen drogas durante el confinamiento, ONUSIDA hizo una donación a la Red de Personas que consumen drogas (NPUD, por sus siglas en inglés). Con esta donación, NPUD proporcionó comida y ropa durante la fiesta del Eid ul-Fitr a las personas que se inyectan drogas y que viven en la calle. Miembros de la comunidad local se encargaron de repartir la comida. Para algunos, esta ha sido la única ayuda recibida durante la pandemia de COVID-19.
«Yo solo he recibido una comida durante el confinamiento. No he recibido ninguna ayuda del Estado porque no tengo documento nacional de identidad. También recibí una mascarilla y jabón por parte de una organización civil», añade Rafiq Uddin (nombre ficticio), que vive en la calle y consume drogas en Daca.
Las organizaciones de base comunitaria se esfuerzan por apoyar los medios de subsistencia de las personas de las poblaciones más expuestas, incluidas aquellas que consumen drogas.
«Puesto que NPUD es una organización de personas que consumen drogas, no podemos quedarnos al margen de esta crisis. En estos tiempos difíciles, algunos líderes de NPUD se han ofrecido para ayudar y el apoyo de ONUSIDA ha sido el primer paso para marcar la diferencia», afirma Shahed Ibne Obaed, presidente de NPUD.
Tras recibir la donación de ONUSIDA, NPUD se puso en contacto con otros socios, incluidos CARE Bangladesh, Save the Children (Bangladesh), organismos humanitarios locales y organizaciones de voluntarios, para proporcionar un apoyo alimentario más amplio.
«He recibido un poco de dinero de una organización de voluntarios en mi localidad. Algunos de mis parientes y personas bienintencionadas me ayudaron dándome comida. También intenté hacer algún trabajo que me generara ingresos para abastecer a mi familia, pero no encontré nada de forma regular», nos cuenta el Sr. Hossain, que es miembro de Ashakta Punarbashan Sangstha (APOSH), una organización con base comunitaria en Daca.
NPUD consiguió movilizar suficientes recursos de varias fuentes para continuar ayudando a personas que se inyectan drogas y personas que viven con el VIH en las zonas más antiguas de Daca y alrededores. Unas 1600 personas que consumen drogas se han visto beneficiadas por esta iniciativa. La coordinación entre NPUD y otras organizaciones con base comunitaria sirvió de ayuda para identificar a los beneficiarios de estas ayudas. Trabajadores de centros de acogida, APOSH, Prochesta, Old Dhaka Plus, Alor Pothe y otros ayudaron a distribuir ropa y alimentos. Miembros de organizaciones con base comunitaria ofrecieron sus casas para preparar y envasar allí los alimentos.
NPUD facilitó equipos de protección personal para los trabajadores sociales, y mascarillas y jabón para los beneficiarios; además organizó un grupo en línea para compartir las novedades y las fotos, y para publicar información acerca de sus actividades. Toda la iniciativa fue completamente voluntaria.
«Uno de los principales motivos de preocupación es la falta de recursos humanitarios y financieros para apoyar a toda la gente vulnerable que consume drogas. Necesitamos un mayor compromiso por parte de los donantes para generar más fondos de ayuda, especialmente para los que viven en la calle, y para garantizar la sostenibilidad de esta iniciativa», afirmó Saima Khan, directora de ONUSIDA en Bangladesh.
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Press Statement
ONUSIDA agradece a Shinzo Abe todos sus años de compromiso con la respuesta al sida, la salud mundial y el desarrollo
01 Septiembre 2020 01 Septiembre 2020Ahora que el primer ministro de Japón ha decidido retirarse del panorama político, ONUSIDA quiere elogiar la gran contribución de Shinzo Abe a la salud mundial, especialmente en lo relacionado con la cobertura sanitaria universal
GINEBRA, 1 de septiembre de 2020—ONUSIDA agradece y homenajea a Shinzo Abe por su encomiable trabajo por la salud mundial durante todos sus años como primer ministro de Japón. Japón lleva años siendo un gran socio de ONUSIDA y es uno de los principales inversores en la respuesta al sida. Bajo el liderazgo del Sr. Abe, Japón ha apoyado programas dirigidos a los grupos de población clave de toda Asia, y ha invertido en grandes proyectos como la Sala de situación sobre el VIH de Kenya, en el que se emplea una tecnología puntera que permite proporcionar datos de calidad con relación a la epidemia del VIH en dicho país.
Desde el nombramiento del Sr. Abe como primer ministro de Japón en 2012, el país no ha dejado de alzar la voz para defender la salud mundial y el desarrollo. Gracias a su enorme compromiso, el tema de las enfermedades infecciosas estuvo presente en los debates del Grupo de los ocho durante la cumbre celebrada en Kyushu-Okinawa en el año 2000. Gracias a esa puesta en común, se logró crear el mecanismo público-privado más importante para la financiación de la respuesta al sida, el Fondo Mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria.
Como muestra de la importancia que tienen para Japón las cuestiones relacionadas con la salud y el desarrollo, el Sr. Abe lanzó en 2013 la estrategia para una diplomacia en la salud mundial. El objetivo de dicha estrategia era promover la cobertura sanitaria universal y movilizar el conocimiento y la experiencia de Japón para construir un mundo en el que todas las personas tuvieran acceso a los servicios sanitarios básicos a un precio asequible.
Precisamente al liderazgo de Angela Merkel y el Sr. Abe le debemos el hecho de que la cobertura sanitaria universal fuera uno de los temas tratados en la cumbre del Grupo de los siete en el año 2016. Japón también acogió el encuentro del Grupo de los veinte en Osaka en 2019. Aquella fue la primera vez que todos los ministros de economía y salud de los países integrantes del Grupo de los veinte se juntaron para hablar de una financiación sostenible de la salud que permitiera hacer realidad la cobertura sanitaria universal.
El Sr. Abe también desempeñó un papel muy relevante durante la Conferencia Internacional de Tokio sobre el Desarrollo de África, durante la cual instó a trabajar por el desarrollo, la paz y la seguridad en África, mediante el fortalecimiento de las relaciones en cooperación multilateral, bajo los principios de la responsabilidad para con África y el asociacionismo internacional.
ONUSIDA le transmite su enorme agradecimiento al Sr. Abe por su irreemplazable compromiso con la salud mundial y el desarrollo. La gran familia de ONUSIDA quiere desde aquí desearle mucha salud y un gran futuro.
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Papua Nueva Guinea ya cuenta con formación virtual para los responsables de la prescripción de terapia antirretrovírica
04 Agosto 2020
04 Agosto 2020 04 Agosto 2020En Papua Nueva Guinea, el Departamento Nacional de Salud ha lanzado el primer programa formativo virtual dirigido a los profesionales encargados de prescribir tratamientos antirretrovíricos. Mediante Google Classroom, los alumnos van recibiendo 21 clases por vídeo con más de seis horas de contenido. A lo largo de ellas se habla del tratamiento para el VIH, las directrices relacionadas con la provisión de cuidados y servicios, así como de las herramientas de supervisión y evaluación. El curso incluye clases por vídeo y materiales de evaluación relacionados, y ha de realizarse en los siete días siguientes a la matriculación.
Treinta días después del lanzamiento de la iniciativa, ya son 105 los participantes que han realizado el curso con gran éxito. De todos ellos, un 70 % llevaba tres años sin haber tenido ocasión de actualizarse en la materia.
Para acceder a Google Classroom, hace falta un dispositivo con conexión a Internet (smartphone, portátil o tableta), acceso a Internet y una dirección de correo electrónica válida. Puesto que algunos prescriptores de terapias antirretrovíricas carecen de dirección de e-mail, diversas clínicas locales han habilitado aulas allí mismo para que los interesados en el curso puedan acceder al programa desde un solo ordenador y aprender como grupo.
El Departamento Nacional de Salud ha contado desde el primer momento con el apoyo de sus socios, incluyéndose aquí ONUSIDA, la Organización Mundial de la Salud, USAID, el Centro de los Estados Unidos para el Control de Enfermedades, World Vision y FHI 360. De esta forma, ha logrado cubrir los 15 dólares estadounidenses de acceso a Internet por participante, utilizando tarjetas con planes de datos semanales procedentes de un red nacional proveedora de Internet.
«Las crisis también pueden ser oportunidades y la inminente crisis de la COVID-19 no ha hecho sino forzarnos a dar con una solución innovadora. La formación dirigida a prescriptores de terapia antirretrovírica cambió su estrategia, y nos demostró que podemos responder de forma efectiva y ofrecer grandes soluciones. Estoy orgullosísimo de todos los socios que nos han apoyado en esta andadura. Ahora disponemos de un tipo de formación mucho más asequible que supera las enormes barreras geográficas que nos encontramos aquí en Papua Nueva Guinea», señaló Penial Boas, responsable del programa para el VIH y las enfermedades de transmisión sexual del Departamento Nacional de Salud.
Los participantes valoraron muy positivamente la formación. «Disfruté realmente aprendiendo todo lo nuevo. Recomiendo que cualquier programa de actualización en el ámbito del VIH y las enfermedades de transmisión sexual se lleve a cabo de esta misma forma en el futuro. Así se consigue minimizar gastos y, al mismo tiempo, se brinda la oportunidad de participar a muchos sanitarios que de otra forma no podrían hacerlo», explicó una enfermera de la clínica Leguava, en la provincia de Nueva Bretaña del Oeste.
«El curso te proporciona un contenido relevante que, además, los facilitadores saben acercar muy bien al alumno. Disfruté mucho de las preguntas que se planteaban al término de cada presentación. Encima, tiene lo bueno de que no hay que apartar al trabajador de su lugar de trabajo, no hay que incurrir en gastos de viaje y, por si fuera poco, todos los participantes pueden aprender a su propio ritmo. Al margen de ello, de cara a las tutorías y a plantear dudas, es fantástico el hecho de que los docentes del curso están disponibles en la plataforma», apuntó un trabajador de la clínica Innanaka, en la provincia de Hela.
El equipo que se encuentra tras esta iniciativa está formado por miembros del grupo nacional de trabajo técnico en materia del VIH, incluyéndose directores regionales, conferenciantes, proveedores de contenidos y moderadores de clases online, entre otros. Google Classroom se utiliza gratuitamente y todos los materiales se almacenan en Google Drive a través de una cuenta de Google.
Tras la formación virtual, habrá visitas de supervisión y sesiones de asesoramiento en los propios centros, todo ello dirigido por subequipos del grupo nacional de trabajo técnico en materia del VIH. Dado el gran éxito de la experiencia, se está valorando este mismo formato para otras de las formaciones que se realizan en Papua Nueva Guinea.
«La opción rápida y estratégica de ofrecer formación a los prescriptores de tratamientos antirretrovíricos ha logrado salvar vidas aquí, en Papua Nueva Guinea. Sin este aprendizaje, no se habría podido empezar a utilizar de forma tan eficaz los nuevos tratamientos para el VIH que están combatiendo la resistencia al fármaco del VIH», insistió David Bridger, director nacional de ONUSIDA para Papua Nueva Guinea.
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Fiyi: allí donde el trueque tradicional abre camino a una economía de bondad
17 Julio 2020
17 Julio 2020 17 Julio 2020Una mañana fiyiana a primera hora, Marlene Dutta, café en mano, está sentada en el porche trasero rodeada de vegetación. Ni tan siquiera el piar de los pájaros, de fondo, consigue que aparte la vista de la pantalla de su ordenador. Está muy ocupada leyendo los mensajes recibidos y revisando la actividad en la página de Facebook que ella misma ha creado, Barter for Better Fiji (trueque por un Fiyi mejor), una comunidad en línea que ha revitalizado las prácticas tradicionales de trueque y ha ayudado a las comunidades a abastecerse durante el brote de la COVID-19.
«Desde el mismo instante en que otros administradores voluntarios de la página y yo nos despertamos, no apartamos los ojos de la web», afirma la Sra. Dutta, consultora de desarrollo de aptitudes empresariales. Están ocupados supervisando o compartiendo información del Gobierno con respecto a las restricciones sobre aquellos bienes que se pueden utilizar como moneda de cambio para el trueque.
En Fiyi, donde aproximadamente el 30 % del producto interior bruto del país procede del turismo, las restricciones de viaje para evitar la expansión de la COVID-19 han supuesto tiempos difíciles para muchos.
Al hablar sobre cómo se le ocurrió la idea de la página de Facebook, la Sra. Dutta se muestra convencida: «El trueque ha sido siempre algo en lo que los fiyianos confían para su día a día. Se intercambia entre amigos, familia y comunidades. Todos y cada uno de nosotros tenemos algo, una habilidad especial, un talento, algo que podemos cultivar, todo un montón de cosas que almacenamos en casa. Si las personas pueden intercambiar objetos o servicios para obtener lo que necesitan, pueden ser capaces de mantenerse a sí mismos a flote en un momento tan convulso como el que estamos teniendo». De estos pensamientos y con esa intención nació Barter for Better Fiji. La Sra. Dutta se muestra maravillada por la popularidad que ha ganado la página. Inicialmente concebida para ser utilizada por sus amigos, la página cuenta ya con más de 180 000 seguidores, un número enorme teniendo en cuenta que el país tiene una población de solo unas 900 000 personas. Así mismo, diariamente llegan miles de solicitudes de personas deseosas de convertirse en miembros.
Aparte de ayudar a los seguidores de la página a intercambiar los alimentos y los servicios necesarios, y de tratar de apoyar a los pequeños comercios vinculándolos con nuevos proveedores, la página también está consiguiendo crear un mayor sentido de comunidad. Los miembros del grupo han conseguido reconectarse con vecinos, familiares y amigos de la infancia de los que llevaban años sin saber. La Sra. Dutta relata historias de completos desconocidos que quedan en la página para intercambiar bienes y descubren que son vecinos de la misma calle o incluso que tienen lazos familiares.
«A través de la página no buscamos sino fomentar la economía de la bondad. Esa bondad y el buen hacer están detrás de todo lo que sucede en nuestra página de Facebook», explicó la Sra. Dutta. «Eso en sí mismo nos ha traído consigo un sentido de comunidad en la que las personas se muestran intencionadamente amables, compasivas y agradecidas con los demás».
Si bien Barter for Better Fiji no aborda de forma específica las necesidades de los colectivos vulnerables o de las personas que viven con el VIH, otros grupos como Fiji Network for People living with HIV, Rainbow Pride Foundation y Survival Advocacy Network Fiji se han hecho eco de que los miembros de sus comunidades sí se han beneficiado de la plataforma de trueque online. La página ha convertido el trueque en la «nueva normalidad» para los grupos vulnerables.
«LGBTQI+ o no, al caer el día, todos somos seres humanos, y necesitamos apoyarnos de una forma u otra. Precisamente por eso pienso que esta página es una maravillosa iniciativa», enfatizó uno de los miembros de Rainbow Pride Foundation.
Los miembros de la comunidad han sido capaces de intercambiar objetos o proporcionar servicios de limpieza a cambio de alimentos. A otros el dinero ahorrado mediante el trueque les ha permitido lanzarse a distintas actividades generadoras de ingresos, como los huertos en jardines y los puestos de comida. En un momento como el actual en el que el turismo ha caído por completo, algunos grupos, como el de los trabajadores sexuales, han visto cómo sus ingresos desaparecían.
Los miembros de la comunidad lesbiana, gay, bisexual, transgénero e intersexual también se han enfrentado al estigma debido a la falsa concepción que impera respecto a cómo se transmite el nuevo coronavirus. Sin embargo, los integrantes de todos estos grupos han confesado cómo las motivadoras historias y las conexiones creadas entre los miembros de la página de Facebook los han ayudado a gestionar sus emociones y cuidar de su salud mental. Por todas estas historias positivas escritas hasta ahora, relatos de comunidades que aúnan sus fuerzas para luchar contra la COVID-19, Barter for Better Fiji se ha propuesto convertir la página de Facebook en una página web y una app.
Mientras Fiyi lidia con el brote de la COVID-19, Barter for Better Fiji reconoce el importante papel que desempeña en lo que está por venir. Sabe bien que es más que una plataforma para el trueque; se trata de un espacio en el que crear historias de conexión reconfortantes y conmovedoras que promuevan toda una economía de bondad.
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Los juegos online luchan contra el estigma y la discriminación por el VIH en la República Islámica del Irán
16 Junio 2020
16 Junio 2020 16 Junio 2020La oficina nacional de ONUSIDA para la República Islámica del Irán y la delegación en el país de la Federación internacional de asociaciones de estudiantes de Medicina llevan desde el año 2013 trabajando juntas para lograr un impacto en la respuesta nacional al sida.
En el pasado, dicha colaboración consistía en campañas de concienciación pública, talleres educativos, visitas de campo y escuelas de verano de una semana dirigidas a estudiantes del ámbito sanitario.
«Las escuelas de verano eran algo mucho más que motivador, nos daban confianza para abordar el siguiente tema para el que concentraríamos todas nuestras energías: luchar contra el estigma y la discriminación relacionados con el VIH», relata Aidin Parnia, uno de los fundadores de las escuelas de verano y de Avecene Consultancy.
Fundada por personas que habían participado en las escuelas de verano, Avecene Consultancy nació para poner en marcha todo el conocimiento y la experiencia de las escuelas de verano, y combinarlo con las innovaciones educativas más modernas y actualizadas. El resultado es la plataforma educativa online REDXIR, la cual recurre a los juegos para cambiar la actitud y el comportamiento de los estudiantes del ámbito sanitario para lograr así una futura generación de profesionales sanitarios sin estigma.
Ambientado en un mundo imaginario donde los jugadores son un grupo de jóvenes que se enfrentan a un enemigo misterioso que simboliza la discriminación y el estigma relacionados con el VIH, el objetivo de REDXIR es luchar contra el estigma y la discriminación, y vencerlos.
Los diez niveles del juego están diseñados para poner a prueba el conocimiento de los estudiantes sobre el VIH, así como para desafiar su actitud y comportamiento hacia las personas que viven con el virus. Por ejemplo, en el nivel del juego Presión sanguínea, los estudiantes tienen que tomarle la tensión a una persona que vive con el VIH para demostrar que pueden hacerlo sin ningún tipo de discriminación. En niveles más altos, tienen que ser capaces de hacerles una glucemia y una analítica como parte de una prueba normal de laboratorio.
Mientras que algunos de los niveles hay que jugarlos virtualmente, otros requieren práctica en el mundo real. Por ejemplo, en el nivel No te quedes callado, los estudiantes deben ser capaces de reconocer las publicaciones discriminatorias realizadas en las redes sociales, han de escribir #Zerodiscrimination (cero discriminación) debajo de ellas en, como mínimo, una de las redes sociales que vean, y han de comentar el motivo por el que se trata de un contenido cargado de discriminación. En el nivel Campaña, los estudiantes participan como formadores en una campaña de concienciación para el VIH.
«Las nuevas generaciones necesitan plataformas también nuevas. REDXIR, gracias a su fácil planteamiento y a que permite que los estudiantes establezcan un contacto directo con las poblaciones objetivo, ha resultado ser una forma muy eficaz de ayudar a eliminar el estigma y la discriminación en los entornos sanitarios», señaló Parvin Kazerouni, director del departamento de control del VIH del centro para el control de enfermedades transmisibles perteneciente al Ministerio de Sanidad y Educación para la Salud de Irán, y gerente de National AIDS.
«REDXIR demuestra cómo los enfoques innovadores y creativos pueden acoger las ideas nóveles de los jóvenes para hacer frente a problemas como el estigma y la discriminación», insistió Fardad Doroudi, director nacional de ONUSIDA para la República Islámica del Irán.
La oficina nacional de ONUSIDA apoya técnica y económicamente a REDXIR.
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Pia Wurtzbach habla sobre cómo está contribuyendo con la respuesta a la COVID-19
27 Mayo 2020
27 Mayo 2020 27 Mayo 2020Pia Wurtzbach, Miss Universo 2015 y Embajadora de Buena Voluntad de ONUSIDA para Asia y el Pacífico, lleva mucho tiempo defendiendo la respuesta al sida en Filipinas y el resto de la región. Sin embargo, últimamente su trabajo se ha centrado en apoyar la respuesta a la COVID-19. Para ello, ha concentrado sus esfuerzos en recaudar dinero para distribuir 25 000 mascarillas en los hospitales de Manila, y ha apoyado las campañas realizadas en las redes sociales para evitar los contagios tanto de la COVID-19 como del VIH.
ONUSIDA ha conversado con la Srta. Wurtzbach para conocer mejor su misión en este desafiante momento.
¿De qué manera organizó la campaña para donar mascarillas a las instalaciones sanitarias de Manila?
De entrada, encargué 5000 mascarillas que pagué con mi propio dinero para tener referencias de un proveedor con garantías. Encontré uno, pedí las mascarillas y después las repartí entre cuatro hospitales. Una vez que estuve lista y que me sentí segura, empecé la campaña para recaudar fondos. Recurrí al sector privado de Filipinas y eché mano también de mi propia red de contactos. Hasta la fecha, hemos conseguido donar mascarillas a 30 hospitales de Metro Manila. Intentamos hacer llegar mascarillas a otros hospitales de fuera de la capital, pero, debido al confinamiento, aún no ha sido posible. He logrado, además, donar comidas a la unidad de cuidados intensivos de uno de los hospitales en Metro Manila. Las enfermeras y los médicos que trabajan en dicha unidad están viviendo en el hospital y no van a sus casas. Con las donaciones siento que les estoy prestando mi apoyo.
¿Cómo continúa apoyando la respuesta al VIH en su papel como Embajadora de Buena Voluntad de ONUSIDA?
A diario estoy en contacto con LoveYourself, la organización de la sociedad civil de la que soy voluntaria para Filipinas. Nos ponemos al día de lo que está pasando y supervisamos las necesidades de las personas que viven con el VIH. También aprovecho mis perfiles en las redes sociales para colgar información relacionada con la prevención del VIH y la COVID-19, y consejos para mantenerse sano. Asimismo, mantengo a mis seguidores informados de los servicios proporcionados por LoveYourself para apoyar a las personas que viven con el VIH durante esta pandemia de la COVID-19. Por ejemplo, el acercar a casa de quien lo necesite su medicación antirretroviral.
¿Qué preguntas le están planteando las personas que viven con el VIH o los grupos de población clave con respecto al VIH y la COVID-19?
Lo que más me están preguntando tiene que ver con cómo acceder a las medicinas. Muchas personas también desean saber si va a haber un suministro suficiente de la medicación. Es fantástico que haya organizaciones como LoveYourself en Filipinas que ayuden a las personas que viven con el VIH a acceder a sus medicamentos. Estoy verdaderamente impresionada por la actitud de Vinn (Ronivin Garcia Pagtakhan), fundador de LoveYourself. Lleva todo este tiempo utilizando su propio coche para llevar las medicinas a los hogares de las personas, estén donde estén. Sin duda, es un superhéroe de la vida moderna.
¿Cómo ha mantenido su motivación para continuar adelante con el trabajo en este momento que nos ha puesto a todos a prueba?
Me siento afortunada, porque a mi alrededor en este ámbito tengo infinidad de amigos y amigas que también son enfermeros y enfermeras. Quizá sorprenda si digo que mi maquilladora es enfermera, y que muchos de los fotógrafos que me acompañan también son enfermeros. En Filipinas, hay infinidad de personal de enfermería que, por un motivo u otro, acaba dedicándose a otra cosa. Pero siguen vinculados al ámbito sanitario y conocen a mucha gente de ese sector. Y sé mucho gracias a ellos. Me han contado muchas historias, historias reales, sobre cómo están los hospitales y el ambiente que se respira en ellos.
Al escuchar todo eso, sentía la necesidad de hacer algo. Tengo suerte, yo he podido permanecer todo el tiempo a salvo en casa. Así que una y otra vez le daba vueltas a lo mismo: ¿qué puedo hacer para sentirme útil? Por eso empecé la campaña para recaudar fondos. Los sanitarios que están en primera línea me enviaron mensajes para darme las gracias e incluso me hicieron llegar un vídeo. Y cuando veo a toda esa gente que está al pie del cañón, pero que saca tiempo para darme las gracias, aún quiero ayudar más y más.
La campaña de financiación dio a mi vida una misión y un propósito. Eso es lo que le digo a la gente. Si estás en casa y tienes seguidores en Instagram, o si eres una influencer o una persona famosa, si eres alguien conocido en tu colegio, utilízalo. Haz uso de esa fama. ¡Es el momento! No podemos sentarnos y quedarnos de brazos cruzados hasta que toda esta tormenta pase. La solución ha de venir de nosotros mismos.
¿Qué echa en falta de su vida anterior a esta pandemia de la COVID-19?
Me da la sensación de que no valoraba las pequeñas cosas. Las daba por sentadas. No apreciaba el valor de los pequeños recorridos de ida y vuelta al trabajo, de los viajes, de mi ajetreada vida profesional. Antes del confinamiento recuerdo estar quemadísima por el exceso de trabajo. No tenía ni un solo día ni fin de semana libre. Trabajaba de lunes a domingo. Me había dicho a mí misma que necesitaba algo de tiempo para mí, para estar sola. Y, de repente, empezó todo esto. Estoy aprovechando para reflexionar y pensar en todo aquello que realmente es importante para mí.
Lo echo todo de menos. Extraño el salir a andar, el tráfico, el ver a gente. Estoy realmente convencida de que este confinamiento nos está brindando el tiempo que necesitamos para meditar y darle vueltas a lo que realmente es importante en nuestra vida. Pienso que, cuando acabemos la cuarentena y el aislamiento, sabremos bien a qué dar prioridad.
¿Cómo pasa el tiempo libre ahora en casa, confinada?
Bueno, pues, lo bueno de este confinamiento es que dispongo de más tiempo para mí. Todos los días subo a mi azotea a entrenar. Extiendo allí mi esterilla de yoga y dedico unas cuantas horas a practicar ejercicio y tomar algo de sol. Me fijo una rutina para cada día. Soy de la opinión de que, con una rutina, los días parecen seguir una dirección. Cuando me despierto por la mañana, miro el correo electrónico y trato de sacar algo de trabajo adelante. Por las tardes entreno. Y por las noches cocino algo, me pongo la televisión o veo Netflix. Así que divido mi día entre el trabajo, la luz del sol y «mi tiempo». Creo que he conseguido un buen equilibrio. Me siento productiva y me cuido.
¿Qué hará una vez que haya alcanzado su objetivo de donar 25 000 mascarillas?
Aún no es nada seguro, pero mi equipo y yo estamos viendo la manera de ayudar a las personas que necesitan algún tipo de apoyo económico. Queremos prestarles nuestra ayuda y donarles alimentos. Además de todo ello, me gustaría también centrarme en utilizar mis redes sociales para transmitir a la gente mensajes con relación a la salud mental. Me encantaría ofrecer consejos para ayudar a controlar o gestionar la ansiedad. La gente está en casa con sus teléfonos, por lo que podrían leer algo que los ayudara a gestionar su estrés.
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Un hueco en la foto para las personas transgénero
14 Mayo 2020
14 Mayo 2020 14 Mayo 2020La ayuda de emergencia no es la especialidad de Humsafar Trust, pero la COVID-19 ha cambiado su propósito.
Unos días después de que las medidas de confinamiento se hicieran efectivas en la India, los equipos de Humsafar Trust recibieron llamadas desesperadas de personas que no tenían ni un sitio para vivir ni ningún ingreso, explica Vivek Anand, director ejecutivo de Humsafar Trust, una organización no gubernamental basada en la comunidad para personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI), y con sede en Bombay. En aquel momento se convocó a los equipos a una reunión urgente para decidir qué hacer. «Tras mucho pensar y evaluar las necesidades, todos estuvimos de acuerdo en empezar por proporcionar alimentos a la gente».
Recaudaron dinero de entre ellos mismos, y compraron comida y otros productos básicos.
Después fueron a sus comunidades y les dijeron que Humsafar Trust había iniciado un fondo de ayuda para la COVID-19. En solo tres días más de 700 personas pidieron ayuda. «Gracias a lo aportado por las comunidades, los aliados, las empresas y algunas agencias donantes, hemos ayudado a más de 2000 personas ofreciéndoles comida, acceso a la atención sanitaria (por ejemplo, a los medicamentos para el VIH) y una prestación económica. También hemos solicitado apoyo al Gobierno», apunta el Sr. Anand, sonriendo en su pequeño despacho en casa mientras el aire acondicionado le regala soplos de frescura.
Siente que, durante la respuesta a la pandemia, no se está prestando atención a la comunidad LGBTI. «El 70 % de nuestra comunidad procede de un nivel socioeconómico más bajo y carece de ahorros», apuntó.
El grueso de la ayuda de Humsafar Trust va dirigida a las personas transgénero, quienes, para él, han sido las más golpeadas por la pandemia. «Esta gente no solo sobrevive normalmente con ingresos muy bajos, sino que, además, muchos de ellos no tienen papeles, por lo que son invisibles para los Gobiernos y no reciben su ayuda», explica el señor Anand.
El confinamiento se ha traducido en un problema económico y ha dado lugar a un enorme estrés mental. El Sr. Anand cuenta cómo un miembro de su equipo transgénero en Humsafar Trust no puede presentarse a sí misma durante las sesiones que realizan online porque vive con sus padres y ellos piensan que es un chico. Otras personas están siendo obligadas a contraer matrimonio, mientras que muchas son víctimas de abusos y malos tratos.
A la puerta de la frutería para intentar tener más cobertura, Shreya Reddy confiesa que siempre quiso ser mujer. Nació chico, fue el blanco de muchas burlas, pero nunca se rindió. A los 13 huyó y se unió a una comunidad hijra, la cual estaba formada principalmente por personas transgénero. Cuatro años más tarde, comenzó el proceso para cambiar de género gracias al dinero que había ido ganando como trabajadora sexual. Tras un tiempo, revela la joven Reddy, se dio cuenta de que, para tener éxito, debía estudiar. Su grado en trabajo social y el pasado que cargaba a sus espaldas la llevaron a Hamsafar Trust, donde ahora ejerce como educadora de iguales y trabajadora social. La COVID-19 la ha hecho retroceder por una serie de motivos.
«Está siendo horrible, no puedo acceder a mis hormonas, he perdido peso y tengo hemorragias», relata. Añade que, como consecuencia del confinamiento, nadie puede seguir sus controles con el ginecólogo. «Y mi comunidad es incapaz de entender las normas y el lenguaje científico. Fundamentalmente porque mucha gente, al igual que yo, está luchando una barbaridad porque no pueden pagar el alquiler ni acceder a los productos básicos», afirma la Srta. Reddy.
Hablando cada vez más rápido, sigue diciendo: «Las personas no están educadas ni preparadas para esto, tienen miedo y hay mucha desconfianza».
Pero Shreya Reddy se ha vuelto aún mejor persona y reconoce estar dedicada en cuerpo y alma al trabajo social. Una de las personas transgénero con las que colabora, cuando se le acabaron los ingresos, llegó a decirle: «Lo mejor es que me muera». «Me capacito a mí misma hablando con la gente», insiste. «Somos todos una población tan vulnerable y tan pobre que necesitamos ayuda».
De acuerdo con el último informe de OutRight Action International, Vulnerability amplified: the impact of the COVID-19 pandemic on LGBTIQ people, (vulnerabilidad amplificada: el impacto de la pandemia de la COVID-19 en la comunidad LGBTIQ), los desafíos a los que se enfrentan las personas LGBTI en todo el mundo como resultado del virus y las medidas de contención se multiplican en comparación con los de la población general. Jessica Stern, directora ejecutiva de OutRight, se atreve a pronunciar: «Para nosotros la situación es calamitosa. Me temo, y me da terror, que muchas personas LGBTI van a perder sus vidas debido a la enorme vulnerabilidad a la que estamos haciendo frente».
Apuntando con el dedo a los vendedores del mercado que están tras ella, la Srta. Reddy dice: «Los he ayudado a elaborar las mascarillas y los desinfectantes. Yo ayudo a todo el mundo, pero me asusta el futuro».
El Sr. Anand se hizo eco de ese mismo sentir. Ha tenido que prolongar el fondo de ayuda hasta agosto.
«Cada día estamos ante un nuevo desafío», suspira. Sus equipos, a menudo muy activos, no pueden todos trabajar online. Señala, además, que cada vez más personas viven de modo clandestino, lo que dificulta aún más llegar a ellas.
Al echar la vista atrás y volver a su juventud, recuerda que tuvo un desarrollo tardío. «No conocía a ningún gay», explica. Cuando su relación secreta de nueve años llegó a su fin, no tenía a nadie con quien hablar. Se sentía completamente solo y abandonado. «A partir de ahí, Humsafar Trust se convirtió en mi hogar y en mi familia». Suscribe que nunca juzgaría a nadie en estos tiempos tan convulsos, y reitera que su primer y principal objetivo es ayudar a los demás.
Lo que de verdad pretende es que la comunidad transgénero forme parte de esta historia. «Darles voz, ponerles cara, incluir en la foto a todas y cada una de las personas de esta comunidad», concluye.
Nuestra acción
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«He salvado vidas en primera línea durante la pandemia de COVID-19 en China»
28 Abril 2020
28 Abril 2020 28 Abril 2020Xiao Yang jamás olvidará el invierno de 2019/2020 en Wuhan, China. Durante los 60 días que trabajó en un hospital improvisado como enfermero de urgencias, vio la vida y la muerte, la felicidad y la pena, las lágrimas y las risas.
Xiao se ofreció como voluntario para ir a Wuhan desde su ciudad natal, Beijing, para salvar vidas. «Salvar vidas es responsabilidad de todos los trabajadores médicos», afirma. Esta dedicación está profundamente arraigada en su familia: hace 17 años, su padre trabajó como médico en la primera línea de la epidemia de SARS.
Xiao no le dijo a su novio que se iba a Wuhan hasta el último minuto. «No quería que fuera, pero respetó mi decisión», dice Xiao.
La noche de su llegada a Wuhan, los voluntarios se dividieron en dos grupos: cuidados intensivos y casos leves.
Xiao fue asignado a cuidados intensivos. Para su protección, se le exigió que usara cinco guantes y dos mascarillas. Sin embargo, la mayoría de los guantes eran demasiado pequeños para él. Al llevarlos durante más de 20 minutos le hacían daño. También le costaba respirar. «Era como si alguien estuviese cubriéndome la boca todo el tiempo», afirma.
Lo peor para Xiao es que él es asmático. Si le daba un ataque de asma, no tendría tiempo de alcanzar su medicina por todo el equipo de protección que llevaría.
«Todos los trabajadores médicos grabamos unas últimas palabras para nuestras familias en nuestros teléfonos», afirma.
Su novio, Lin Feng, es policía. Él también está mucho más ocupado ahora debido a la pandemia de COVID-19. Cuando el COVID-19 irrumpió por primera vez en Beijing, estuvo de guardia durante muchas horas, inspeccionando las autopistas, calles y zonas residenciales.
Cuando estaban separados, la mensajería instantánea era su única vía de comunicación. Cubierto de nieve después de terminar su turno de noche, recibió un mensaje de texto de Xiao recordándole que se pusiera ropa más gruesa. Su respuesta: «Tú cuida de tus pacientes. Yo te cuido a ti».
Seis días después de su llegada a Wuhan, Xiao se dio cuenta de que la muerte podía estar cerca.
Mientras caminaba por la sala, vio cómo un paciente experimentaba una fuerte caída del nivel de oxígeno en sangre e insuficiencia respiratoria. Corrió a intubarlo, la manera más efectiva de mantenerlo con vida. Pero lo hizo con demasiada energía y su traje protector se rompió por la espalda; un compañero le tapó el agujero para que pudiera seguir trabajando.
Cuando el paciente estaba estable, Xiao no podía apenas respirar y sentía unos dolores punzantes en las manos, los oídos y la cara: había llevado las mascarillas, los guantes y el traje protector demasiado tiempo. Cuando desaparecieron los dolores, le invadió el miedo. Por el agujero se podía haber infectado fácilmente por el nuevo coronavirus. Además, le recordaba los riesgos a los que se enfrentaba todos los días. «Solo puedo rezar para estar bien», explica. «Estaba preparado para lo peor cuando decidí venir».
Muchas personas de la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales, como Xiao y Lin, han trabajado duro para contener el virus y salvar vidas durante la pandemia. En el Centro de Wuhan de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgénero, 26 voluntarios trabajaron contra reloj para entregar medicinas a las personas que viven con el VIH. Desde ONUSIDA, nos sentimos orgullosos de haber apoyado sus esfuerzos conectando el centro con las autoridades sanitarias locales para facilitar la entrega de medicinas. También ayudamos a que las recibiera la población china seropositiva residente en el extranjero y apoyamos la creación de un número de atención que ofrecía servicios de asesoramiento para las personas que viven con el VIH. En consecuencia, los centros pudieron entregar medicinas a más de 2600 personas y el número de atención ayudó a otras 5500.
«En principio iba a estar una semana, pero me la extendieron a tres y después a más tiempo», afirma Xiao, conteniendo las lágrimas.
Se fue a principios de abril, cuando disminuyó la pandemia de COVID-19 en la ciudad. Dice que lo recordará todo, pero no quiere revivirlo. Nadie debería.
Ahora, a salvo con su novio en Beijing, recuerda las palabras del piloto en el vuelo a Wuhan: «Este vuelo es de Beijing a Beijing, con escala en Wuhan. Cuando hayan ganado la batalla, los llevaremos de vuelta a casa».
Nuestra acción
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Mantener el tratamiento disponible en Pakistán durante el COVID-19
15 Abril 2020
15 Abril 2020 15 Abril 2020Sentada junto a una ventana rota mientras cuenta sus pendientes, Ashee Malik (nombre ficticio), una mujer transgénero que vive en la provincia de Punyab, Pakistán, se da cuenta de que sus ingresos han caído en picado. Su única fuente de dinero es el baile, la limosna y entretener a sus clientes, pero desde que se impuso el confinamiento el 20 de marzo para parar el COVID-19, no ha podido salir de casa. Su ropa colorida está en el armario, al igual que su kit de maquillaje, que no se usa desde hace semanas. «Estamos preocupadas por nuestro bienestar, puesto que no tenemos suficientes recursos para mantenernos ni a nosotras mismas ni a nuestras familias», afirma.
La historia de Malik es parecida a la de la mayoría de las personas transgénero que viven en Pakistán, que se enfrentan al estigma, la discriminación y el aislamiento social. El acceso a los servicios de salud, la educación y el empleo es una de las muchas dificultades a las que se enfrentan las personas transgénero en el país, a pesar de la aprobación de la Ley de Protección de Derechos de las Personas Transgénero de 2018. El COVID-19 y el correspondiente confinamiento solo están complicando la situación. El 15 de abril, había más de 5900 casos confirmados de coronavirus en Pakistán y 107 muertes.
Debido a la restricción del movimiento de personas, hay un verdadero riesgo de interrupción de los servicios esenciales para las personas que viven con el VIH, que afecta de manera desproporcionada a las personas transgénero en Pakistán.
La Asociación Khawaja Sira (KSS, por sus siglas en inglés), que trabaja con personas transgénero, ha intervenido para proporcionar apoyo trabajando con los más marginados y difundiendo información sobre cómo prevenir el VIH y el COVID-19.
«La comunidad transgénero es incluso más vulnerable debido a los prejuicios, el estigma y la discriminación que sufre. Necesitamos desarrollar un modelo de prevención para el COVID-19 teniendo presentes las dinámicas y los problemas de la comunidad en esta pandemia», declaró Mahnoor Aka Moon Ali, Directora de Programas del KSS.
Durante las conversaciones que el KSS tuvo con 150 personas transgénero, de las que aproximadamente el 30 % vive con el VIH, hubo algunos problemas que se plantearon en repetidas ocasiones. Entre ellos se encuentran la falta de ingresos y el reducido tamaño de las Dheras, hogares comunitarios para las personas transgénero en los que viven juntas cuatro o cinco personas, lo que imposibilita el distanciamiento físico. Debido a que la mayor parte de las personas transgénero contactadas son analfabetas, las campañas de salud pública sobre cómo prevenir la infección por el coronavirus no surten efecto. El miedo a la enfermedad aumenta, lo que afecta a la salud mental. El Gobierno de Pakistán ha anunciado que se facilitará ayuda alimenticia, pero las personas transgénero encuentran dificultades para acceder al programa, ya que dependen de la verificación basada en la tarjeta de identificación nacional, algo que la mayoría de las personas transgénero del país sencillamente no tienen.
Durante el confinamiento, se están utilizando cada vez más las redes sociales y, junto con la sección de ONUSIDA de Pakistán, la KSS está difundiendo información sobre higiene, medidas preventivas y distanciamiento social en las redes sociales, además de involucrarse con la comunidad en lo relativo al COVID-19. La KSS, junto con las autoridades de los gobiernos provinciales, también está trabajando para asegurar que las personas que viven con el VIH puedan recibir en su casa repuestos multimensuales de terapia antirretrovírica.
«Como personas transgénero viviendo con el VIH sentimos que estamos en riesgo cuando visitamos los centros de terapia antirretrovírica administrados por el gobierno. Necesitamos que se nos administre terapia antirretrovírica», afirma Guddi Khan, una mujer transgénero que vive con el VIH.
Dado que el suministro ininterrumpido de terapia antirretrovírica es esencial para las personas que viven con el VIH, la Unidad de Gestión Común de Pakistán para el sida, la tuberculosis y la malaria, en colaboración con ONUSIDA y otros asociados, ha establecido plataformas virtuales y líneas telefónicas de ayuda para garantizar la continuidad de la coordinación. Se ha facilitado una reserva de emergencia de terapia antirretrovírica para los próximos dos meses a las personas que viven con el VIH. Además, se está poniendo a su disposición una reserva de estabilización por medio del Fondo Mundial para la Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y el Paludismo a fin de evitar interrupciones en caso de que se alteren las importaciones de medicamentos.
«Estamos trabajando estrechamente con la Asociación de Personas que Viven con el VIH, los gobiernos federales y provinciales y la familia de ONUSIDA para vigilar la situación y ayudar rápidamente a eliminar los obstáculos que impiden el acceso a los servicios relacionados con el VIH que permiten salvar vidas en estos tiempos extremadamente difíciles de la crisis del COVID-19», afirma Elena Borromeo, Directora Nacional de ONUSIDA para Pakistán y Afganistán.