Mujeres que vuelven de una granja con verduras para venderlas en el mercado a las afueras de Monrovia (Liberia).
Fotografía: VII Photo/Marcus Bleasdale
Cynthia Quaqua es una madre, una esposa, la presidenta de la Red de Capacitación de Mujeres de Liberia (LIWEN, por sus siglas en inglés) y, quizá lo más importante, una superviviente. Quedó embarazada siendo joven al ser violada por soldados durante la guerra civil de Liberia. Años más tarde cayó enferma y le diagnosticaron el VIH. De repente, se vio abandonada por sus parientes, que incluso empezaron a discutir sobre dónde enterrarla.
Afortunadamente, un pastor luterano le ofreció un lugar donde vivir y la condujo hacia una clínica donde pudo recibir tratamiento para el VIH. Encontró entonces el apoyo social a través de un grupo de mujeres, donde los miembros habían experimentado, como ella, la violencia sexual. Hoy, Cynthia es una imagen de salud con una presencia majestuosa, gracias a los medicamentos antirretrovíricos que toma dos veces al día. “El apoyo de otras mujeres me mostró que no estaba sola y me ha permitido llegar hasta aquí”, afirmó.
Aunque Liberia todavía se está recuperando del conflicto, la violencia sexual sigue siendo frecuente. Las investigaciones muestran que el 29% de las mujeres casadas experimentaron algún tipo de violencia sexual o física por parte de una pareja íntima masculina en los últimos 12 meses.
El apoyo de otras mujeres me mostró que no estaba sola y me ha permitido llegar hasta aquí
Cynthia Quaqua, presidenta de la Red de Capacitación de Mujeres de Liberia
La violencia es tanto la causa como la consecuencia de la vulnerabilidad de las mujeres al VIH. En Liberia, las mujeres suponen el 58% de todos los adultos que viven con el VIH. Las mujeres jóvenes y las niñas son concretamente las más afectadas, con una prevalencia del VIH que supera en el doble a la de los hombres. El estigma asociado al VIH y la violencia de género es una gran barrera para que las mujeres puedan tener acceso a los tratamientos para el VIH y los servicios de prevención, y para que puedan cumplir dichos tratamientos.
La presidenta de Liberia y primera mujer en ser elegida dirigente de un Gobierno en África, la señora Ellen Sirleaf Johnson, ha colocado la igualdad de género y la capacitación de las mujeres en el centro de la agenda de desarrollo y post-conflicto del país. Liberia fue el primer país en poner en marcha el Programa para mujeres y niñas de ONUSIDA, estableciendo prioridades estratégicas para trabajar por los derechos de mujeres y niñas, y por la igualdad de género a través de las respuestas al VIH.
Del mismo modo, en la respuesta nacional al VIH se le está dando prioridad a la igualdad de género como inversión inteligente para conseguir programas más efectivos bajo el liderazgo de la ministra de Género y Desarrollo, Julia Duncan Cassell. “Somos totalmente conscientes de que si el problema del VIH quiere resolverse totalmente en Liberia, África y el resto del mundo, necesitamos capacitar a las mujeres que viven con el VIH y hacer que se impliquen a todos los niveles”, afirmó la señora Cassell.
Cynthia Quaqua es una madre, una esposa, la presidenta de la Red de Capacitación de Mujeres de Liberia y, quizá lo más importante, una superviviente.
Fotografía: ONUSIDA
La primera semana de abril se realizó una revisión a medio plazo de la implantación del plan operativo nacional en Monrovia en el que participaron distintos colaboradores del Gobierno, la sociedad civil, las organizaciones confesionales, las redes de mujeres que viven con el VIH y el sistema de las Naciones Unidas.
En la revisión se encontró que había habido un progreso significativo a la hora de generar y mantener el compromiso político para plantar cara al VIH y a la violencia sexual en Liberia. Han aumentado los datos que se recopilan sobre violencia de género y sexual y se han armonizado las estructuras informativas, permitiendo la recogida rutinaria de información estratégica para mantener informados a los programas nacionales.
Desde el lanzamiento del plan operativo, los ministros del Gobierno han creado oficinas de coordinación del VIH y de género con recursos nacionales para impulsar la programación sobre el VIH y el género, y se han integrado los servicios de VIH, género y salud sexual y reproductiva en las políticas nacionales. Se ha creado una coalición de actores para enfrentarse a la violencia de género y el VIH, así como para contribuir a resolver el problema de la violencia de género en general. La coalición se reúne mensualmente para hacer un seguimiento del progreso de las actividades.
Somos totalmente conscientes de que si el problema del VIH quiere resolverse totalmente en Liberia, África y el resto del mundo, necesitamos capacitar a las mujeres que viven con el VIH y hacer que se impliquen a todos los niveles
Julia Duncan Cassell, ministra de Género y Desarrollo
Entre otros elementos positivos están el compromiso activo de asociaciones y redes de mujeres que viven con el VIH para enfrentar el problema de la violencia de género y sexual y aumentar el acceso de las mujeres a los servicios para el VIH y sanitarios.
Sin embargo, todavía hay retos que superar, entre lo que se incluyen la necesidad de aumentar el acceso a recursos financieros nacionales suficientes y una mejor coordinación de los distintos actores para optimizar el impacto colectivo.
“ONUSIDA y sus copatrocinadores vuelven a comprometerse a aumentar sus esfuerzos contra el VIH y la violencia sexual asumiendo la responsabilidad mutua de los resultados, creando colaboraciones para emprender acciones nacionales y mejorando los programas a través de la innovación y la integración”, afirmó David Chipanta, coordinador de país de ONUSIDA para Liberia.